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Hasta hace pocos años, era habitual que se recurriese al producto interior bruto para tomar el pulso a la situación de un
país, ya que se consideraba que era el indicador más claro para conocer en qué punto se encuentra una nación. Sin
embargo, están apareciendo cada vez más clasificaciones que tienen el objetivo de atender a criterios diferentes. Es el
caso, por ejemplo, del Happy Planet Index realizado por la NEF (New Economics Foundation), que valora datos como
Este listado tiene en cuenta otro tipo de criterios a la hora de establecer el ranking, como son la infraestructura social,
las oportunidades que ofrece el país y su éxito a la hora de cubrir las necesidades humanas, que a su vez se dividen
en otras categorías más concretas, como el acceso a la información, la calidad del aire o el acceso a la educación
superior. Una de las nociones de las que parte el estudio es que el nivel de progreso puede variar
significativamente incluso entre países con una situación económica semejante, lo que debe llevar a los
Tras examinar todos los datos, los investigadores llegan a una conclusión principal: el desarrollo económico es
importante, pero no suficiente, para conseguir el progreso social.. Los investigadores utilizan el ejemplo de
Bulgaria, uno de los mejores países en recogida de basuras y calidad del aire y del agua. También el de Mozambique,
cuyos avanzados niveles de inclusión e igualdad social están muy por encima de su situación económica. Otra
conclusión recogida por el estudio es que, entre los países que se encontraban en la parte media, había diferencias
más grandes que en los de la parte alta o baja. Por último, los estudiosos apuntan que la inversión en salud no está
relacionada de manera directa con la salud de sus habitantes, una idea bastante cuestionable, y que ilustran a través
del ejemplo de Estados Unidos, que es el que más gasta en este aspecto, pero se sitúa en el puesto número 11.
Nuestro país parece marcado por la paradoja si atendemos a los puestos en los que aparece en dicho ranking. España
se encuentra en el puesto número 10 de la lista global, por debajo de Suecia, Reino Unido, Suiza, Canadá,
Alemania, Estados Unidos, Australia, Japón y Francia que, en este orden, encabezan el listado. España sobresale en lo
que concierne a la calidad del aire, el agua y la sanidad, con un quinto puesto, pero se sitúa muy por debajo en la
sostenibilidad del ecosistema, en el lugar número 41 de la lista, algo que comparte con otros países industrializados.
España se encuentra en el puesto número seis de los países donde se goza de más oportunidades. Los resultados
finales del estudio destacan que España es uno de esos países que, a pesar de presentar una buena media, tiene
serios problemas en algunos aspectos. En lo que se refiere a su observación de los derechos humanos, España se
encuentra en el nº 12, acorde a su nivel general. Curiosamente, desciende hasta la posición nº 22 en el índice de
libertades individuales y personales. Este apartado se refiere a las libertades religiosas básicas, el acceso del
ciudadano al cuidado de los niños, la prevalencia de los métodos contraceptivos y las libertades sobre las elecciones
vitales.
¿Dónde nos situamos en otros aspectos? Sorprendentemente, España se encuentra en el puesto número seis de los
países donde se goza de más oportunidades; en consonancia con la facilidad de acceso a la educación superior, se
halla en el cuarto puesto. Nos encontramos en la séptima posición en lo referente a la nutrición y la seguridad social, en
el noveno en el apartado “fundamentos del bienestar” y en el meritorio puesto de bronce en lo que concierne a
igualdad e inclusión, únicamente superados por Canadá y Brasil, y por encima de Estados Unidos o el Reino Unido.
Sin embargo, como recuerda el estudio, esta ventajosa situación corre el peligro de desaparecer dados los elevados
El grupo de investigadores de la Universidad de Harvard pone de relieve una serie de conclusiones en las que los
diferentes países habrían de fijarse para mejorar su situación. No sólo hay tener en cuenta aquellos más destacados,
como Suecia o el Reino Unido, sino también los que se encuentran en los últimos puestos y que por lo general se
trata de países africanos. Etiopía, Nigeria, Uganda, Mozambique, Ruanda, Kenia o Senegal son los que rematan, por
la cola, este ranking. Hay dos países asiáticos en este grupo de los más desfavorecidos, y son la India y Bangladesh.
¿Qué distingue a aquellos países que puntuaban de manera más negativa? Aparte de los derechos humanos básicos,
como cabría esperar, son también aquellos en los que la desproporción entre los ricos y los pobres es mayor y en
los que la inclusión de los más desfavorecidos es menor. Apenas dos países africanos son capaces de asomar la
cabeza por encima del top ten negativo, y estos son Botsuana y Sudáfrica, que se encuentran respectivamente en el
puesto número 35 y en el 39, muy lejos de los puestos de privilegio. Pero, ¿cuáles son las características que
Suecia. Tan sólo una mancha en su impecable historial, en el que destacan la seguridad personal, la calidad del aire y
el agua, la nutrición y la sanidad básica, así como las oportunidades que ofrece el país: se trata de de la sostenibilidad
Reino Unido. El país más saludable del mundo, así como en el que el agua y la recogida de basuras funcionan mejor.
Sin embargo, ha de mejorar en la igualdad de sus ciudadanos, en las libertades personales y en el acceso a la
Suiza. La nación neutral por excelencia ocupa en el primer puesto de la observación de los derechos humanos, pero
ello no se corresponde con las oportunidades que ofrece ni con la igualdad de sus habitantes, un poco por debajo.
Canadá. Es el país americano más evolucionado socialmente, gracias a que ocupa el primer puesto tanto en la
seguridad personal como en la igualdad e inclusión. Sin embargo, como ocurría con Suecia, tiene graves problemas de
Alemania. Quizá uno de los países más equilibrados del ranking, junto a sus vecinos franceses. Es el número uno de
la nutrición y los cuidados médicos, el dos en agua, aire y recogida de basuras y el tercero en la protección de sus
habitantes. Sin embargo, también podría mejorar en otros apartados, como el acceso de la educación superior (puesto