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MICROSCOPIO: FORMA DE USO, PARTES, INSTRUCCIONES

Este aparato nos permite ver los objetos con 100 o 200 aumentos más que la lente, pero su
empleo no resulta nada sencillo. En una palabra: enseña más que aquélla, pero es también mucho
más exigente. Aun para realizar con él las operaciones menos complicadas, es necesario poseer un
auténtico “laboratorio” en miniatura.

Además, el nuevo instrumento es poco manejable y no puede llevarse encima durante las
excursiones por el campo. Esto significa que el microscopio, a pesar de ser más potente y perfecto,
nunca sustituirá por completo a nuestra vieja, fiel y manejable amiga, la lente, que continuará a
nuestro lado y nos será de gran utilidad para echar un primer vistazo de “tanteo” al material que
luego examinaremos más cuidadosamente en el “laboratorio”.

EL MICROSCOPIO
Para la observación de la célula y de los tejidos, es imprescindible el uso del microscopio, ya que
en su gran mayoría las células no son visibles a simple vista porque miden micrones (1 micrón =
milésima parte de un milímetro).

Este aparato, insustituible en cualquier investigación científica, fue ideado y construido en el siglo
XVII por el holandés Antón van Leeuwenhoek (1632-1723), siendo constantemente perfeccionado
por su continua utilidad, hasta llegar al poderoso microscopio electrónico que hoy se utiliza.
La construcción de este aparato está basada en un fenómeno físico que es la refracción de la luz.
Consta de dos partes: una mecánica y otra óptica.

Parte mecánica
Está formada por un pie o soporte, que sirve para la estabilidad del aparato; por la platina, que es
una pieza movible por dos tornillos laterales, donde se coloca la preparación microscópica, que se
fija mediante dos pinzas o resortes y que posee un orificio circular en el centro por donde pasa la
luz que ilumina la preparación; y por el brazo o columna, que es articulado y sirve para inclinar el
microscopio o para trasportarlo.

Parte óptica
Consta de dos partes principales (ocular y objetivo) y de partes accesorias (espejo, condensador,
diafragma, tornillos micrométricos y tornillos micrométricos).

El ocular es el lugar por donde se mira y está formado por dos lentes ubicados en el extremo
superior del tubo óptico.

El objetivo es también un sistema de lentes ubicado en el extremo inferior del tubo. Cada
microscopio suele tener varios objetivos con lentes de distintos aumentos, que se disponen sobre
una pieza giratoria llamada revólver.

Et espejo es móvil y está situado debajo de la platina, tiene una cara cóncava (que se utiliza si se
trabaja con luz artificial) y una cara plana (que se utiliza si se trabaja con luz natural). Este espejo
se adapta a la luz y la refleja hacia el objeto que se observa.

El diafragma, colocado entre la platina y el espejo, gradúa la cantidad de luz que ilumina el
objeto.El condensador es un lente que concentra la luz sobre el preparado.

Los tornillos micrométricos y micrométricos sirven para acercar o alejar el tubo óptico del
preparado, para su perfecto enfoque. El primero es de movimientos más rápidos, y el segundo,
más sensible, es de movimientos lentos.
EL LABORATORIO – Si deseamos trabajar de manera tranquila y eficaz, conviene que reservemos
un rincón de la casa situado junto a una ventana (de ser posible no orientada al Norte) y cerca de
un enchufe.

Para amueblar nuestro laboratorio de investigación necesitaremos una mesa muy estable, con la
superficie de cristal (o cubierta, en caso contrario, por una o dos gruesas láminas de plástico), una
silla o un taburete de cierta altura, una estantería, una lámpara eléctrica de mesa, protegida por
una pantalla de cristal esmerilado, y un cubo de plástico o metal para los desechos.

LA ELECCIÓN DEL MICROSCOPIO – Es muy difícil dar consejos sobre el tipo de microscopio que
conviene adquirir. Existen cientos de modelos, desde los que pueden comprarse por relativamente
poco dinero, hasta los que cuestan enormes cantidades. El tipo más sencillo tiene un ocular y un
objetivo; el más complejo, dos oculares (gracias a lo cual se puede mirar con los dos ojos al mismo
tiempo), cinco o seis objetivos rápidamente intercambiables, un espejo para condensar la luz
sobre el objeto, varios filtros de colores, un foco de luz incorporado y otros muchos adminículos.

Como regla general podemos afirmar que, sin necesidad de salimos de los límites de nuestras
posibilidades económicas, siempre resulta preferible gastar un poco más de lo previsto y adquirir
un instrumento de marca con un eficaz juego de lentes.

A igualdad de precio, es mejor comprar un buen microscopio usado que uno nuevo de peor
calidad; a condición, naturalmente, de que el usado, sometido al examen de un óptico de
confianza, no revele imperfecciones Mecánicas u ópticas que dificulten su empleo.

MANEJO DEL MICROSCOPIO


1° Se coloca la preparación sobre el orificio de la platina y se fija con los resortes.

2″ Se hace girar el espejo hasta que la luz incida sobre la preparación.

3° Se baja el tubo óptico por medio del tornillo macrométrico hasta que toque levemente la
preparación.

4° Se mira por el ocular con el ojo izquierdo, tratando de mantener el ojo derecho abierto, y con el
tornillo macrométrico se va subiendo poco a poco e! tubo óptico hasta que se observe la
preparación lo más clara posible.

5° Con leves movimientos de! tornillo micrométrico se obtiene una imagen nítida del objeto.

OTROS ELEMENTOS NECESARIOS


Lupa. Es un lente de aumento más grueso en el centro que en los bordes, montado sobre un pie o
soporte, o sobre un aro provisto de un mango. Sirve para observar piezas pequeñas pero
macroscópicas, es decir, visibles a simple vista, porque posee muy poco aumento.

Portaobjetos (Fig. B). Son laminillas rectangulares de vidrio, de 8 cm de largo por 2 cm de ancho,
donde se colocan los preparados.

Cubreobjetos (Fig. C). Son laminillas cuadradas o circulares de vidrio muy delgado, que sirven
para cubrir las preparaciones microscópicas.

Tipos de microscopios: Además del microscopio tradicional, que es el descrito


anteriormente, existen otros dos más sofisticados que han ido evolucionando en las últimas
décadas.

Si bien en los microscopios clásicos la imagen a observar se forma de una vez, en los métodos más
modernos la imagen se va obteniendo punto a punto al hacer nadir un delgado haz del iluminante
que va explorando poco a poco la preparación. Es lo que se denomina barrido o scanning. La señal
que la preparación transmite o refleja se dirige a un detector que la convierte en imagen visible a
través de un sistema de vídeo o televisión o, más modernamente, de ordenador. Ejemplos de
estos microscopios son el de rayos X y el acústico. Ambos se describen brevemente a
continuación.

El microscopio de rayos X se basa en el hecho de que al disminuidla longitud de onda de la


radiación incidente aumenta el poder resolutivo del aparato. Existe, sin embargo, una dificultad, y
es que la mayor parte de los materiales presentan para los rayos X un índice de refracción
ligeramente inferior a la unidad, con lo cual no se puede en fabricar lentes convergentes capaces
de focalizarlos.
La solución está en operar por reflexión y por difracción, pero para ello es necesario disponer de
una fuente de rayos X lo más puntual, monocromática y intensa posible.

El microscopio acústico funciona como uno óptico pero con ondas ultra-acústicas (se llega a
secuencias de 5 GHz). La venta de este equipo radica en que las ondas acústicas penetran
fácilmente en materiales opacos a otras radiaciones; por ello es especialmente útil en
microelectrónica, por ejemplo, para poder observar en profundidad circuitos electrónicos sin
dañarlos. La información que proporciona este tipo de microscopios no la

Proporciona ningún otro aparato óptico.

UN POCO DE HISTORIA…

A finales del siglo XVIII, el diseño de los microscopios había avanzado tanto, que casi se alcanzaron
los límites teóricos del poder separador utilizando luz visible.

Sin embargo, se han hecho otros inventos desde entonces. Por ejemplo, en la mayoría de los
microscopios la imagen sólo se puede ver con un ojo. Ello está bien para períodos cortos de
tiempo, pero es incómodo cuando el microscopio’ se utiliza constantemente. Ahora existen
microscopios binoculares, en los que el camino de la luz está dividido de tal forma que la imagen
se puede ver con los dos ojos. Otros microscopios proyectan la imagen sobre una pantalla, para
que se pueda ver más fácilmente.

En la práctica, los microscopios luminosos son idóneos para la mayoría de los fines, aunque no
cuando se quieren observar pequeños detalles. Se pueden lograr mejores resultados en el poder
separador, utilizando radiaciones de menor longitud de onda, como en el moderno microscopio de
luz ultravioleta. Como su nombre indica, este instrumento utiliza luz ultravioleta (que es similar a
la luz visible, pero de menor longitud de onda).

El cristal de las lentes utilizadas con luz visible no es el adecuado para la luz ultravioleta, que no
pasaría por ellas. Se las reemplaza por lentes de cristal de cuarzo. Como la luz ultravioleta es
invisible, se utilizan dispositivos “especiales para hacer la imagen visible. La imagen se enfoca
sobre una pantalla fluorescente, que reluce cuando recibe la radiación.

El microscopio de luz ultravioleta supuso un gran adelanto sobre los anteriores, pero ha sido
mejorado por el microscopio electrónico, que es el instrumento más moderno y avanzado, y de
mayor poder separador, actualmente en uso. El obstáculo, en este caso, radica en que, aunque en
principio es un instrumento muy simple, en la práctica constituye un equipo extremadamente
complicado, lo que hace que su precio sea muy elevado. Los microscopios comunes tienen un
precio más económico.
Fue posible realizar el microscopio electrónico luego de la invención del tubo de rayos catódicos, a
principios del siglo XX. El tubo de rayos catódicos es un tubo revestido con material fluorescente
en uno de sus extremos, que constituye la pantalla. En el otro extremo, se encuentra el cátodo, al
que se calienta para que libere electrones. Frente al cátodo se encuentra el ánodo. Los electrones
surgen del cátodo por la diferencia de potencial entre él y el ánodo. Se aceleran en el espacio
entre cátodo y ánodo, y pasan a través de un orificio del ánodo para incidir sobre la pantalla. Un
objeto colocado a su paso motiva una sombra sobre la pantalla.

Estos electrones se comportan como si constituyesen un tipo de radiación de longitud de onda


muy pequeña y, en consecuencia, se pueden utilizar para obtener grandes aumentos (es decir, con
gran poder separador).

El sistema de lentes es parecido al que se utiliza en el microscopio compuesto de luz visible. Los
electrones pueden ser desviados de su camino por campos magnéticos. Lentes magnéticas
circulares se utilizan para enfocar los haces de electrones, de la misma forma que se emplean las
lentes de cristal para enfocar los rayos de luz. Las muestras utilizadas se colocan sobre láminas
muy delgadas. Las partes opacas de la muestra proyectan sombra sobre la pantalla o sobre una
película fotográfica, con lo que se obtiene la denominada micrografía electrónica. Muchos
microscopios electrónicos aumentan los objetos más de 200.000 veces.

Es posible mejorar el poder separador o resolutivo del microscopio electrónico, utilizando


electrones de movimiento más rápido y longitud de onda más pequeña. El perfeccionamiento del
microscopio electrónico constituye aún materia de investigación. La mayoría de los microscopios
luminosos y electrónicos hace pasar un haz de la radiación a través de un objeto, con lo que se
puede observar su sombra.

En un nuevo tipo de microscopio, el microscopio de emisión de campo, se hace emitir al objeto su


propia radiación: el objeto emite un flujo de electrones, que surgen de él, al aplicar un campo
eléctrico muy elevado; tales electrones dan lugar a su imagen. Con esta técnica se pueden
observar muchos más detalles. De hecho, se ha conseguido fotografiar grandes moléculas.

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