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Aunque desde el siglo pa sado, hay reportes sobre la posibilida d del em-
pleo de hongos para el control de maleza s, solamente en las últimas dé-
cadas, este método ha recibido una atención significativa, debido a la ra-
pidez de su efecto como agente inundativo, lo cual permite el ma nejo in-
tensivo del agroecosistema
Por otra parte, la alta especificidad sobre la maleza que es una premisa ne-
cesa ria compite contra el aspecto económico comercial.
Micoherbicidas disponibles.
El uso de micoherbicidas a esca-
la comercial, tuvo lugar a partir
de los resultados de la s investiga-
ciones, en las décadas del 70 y
80 del pasado siglo 20, que con-
dujo a la introducción del Colle-
go y Devine como bioproductos
en los Estados Unidos, los cua les
mostraron las ventajas de pro-
ducirse fácilmente, ser selectivos
y combatir las malezas en un am- Coyolillo co ntrolado p or el hongo Dacty laria higginsii
plio rango de condiciones.
Solarización
La sola riza ción consiste
en co lo ca r u n plá stico
claro sobre toda la super-
ficie del suelo (previo al
humedecimiento del sue-
lo) por 4-6 semanas, du-
rante los días de verano
más calientes. Esto coci-
nará las semillas de las
malezas, pero también la
otra vida biológic a del
suelo, de tal manera que
la solarización deberá ser hecha espaciada y con bioterapia (inocu-
lantes de suelo, compost, lombrices)
Lanza llamas
Una de las técnicas más populares, la quema de malezas, está sien-
do revivida , con excelentes resultados para el contro l no tóxico de
las malezas. Los productores orgánicos están entusiasmados por-
que, en muchos casos, ésta técnica traba ja tan bien como los herbi-
cidas en ahorrar costos y mano de obra. Además, puede hacerse
cuando los campos están húmedos, lo que no permiten la cultiva-
ción mecánica, evitándose que las malezas dormantes salgan a la
super ficie. Esta técnica no quema las malezas, sino que las deshi-
drata, pa ra lo cua l se usa un calor diseña do con quemador de pro -
pano pa ra hacer “hervir” el agua de las célula s de la s plantas. Esto
usualmente se hace en unos dos segundos, pa ra no dañar el cultivo
principal. Generalmente las malezas se queman 1-2 días después de
la emergencia en el campo de producción, y de nuevo cuando el cul-
tivo es suficientemente grande para resistir el ca lor. Esta técnica es
efectiva en malezas anuales jóvenes. La s malezas perennes con siste-
mas má s leñosos vuelven a emerger. Entre los equipos disponibles te-
nemos Red Dragon Hand Held Flamer, que viene con una especie
de bomba de mochila de espalda para colocar el gas, y trae el en -
cendedor para el combustible.
Herbicidas no-tóxicos
En EE.UU. se vende un producto llamado Safer Superfast Weed Killer.
Es una presentación lista pa ra usar. Contiene 3% de sales de potasio de
ácidos saturados y 97% de inertes. Otras present aciones contienen 18%
de sa les de potasio de ácidos saturados y 82% de inertes.
Leguminosas
Las leguminosas, como todos
sabemos, fijan nitrógeno, pa-
ra lo cual necesitan ser inocu-
ladas con una bacteria espe-
cífica de las raíces. Esto r esul-
ta fácil de hacer y no es caro.
Se pueden utilizar las siguien-
tes opciones: Crotalaria juncea,
cowpea, Lablab, frijol pinto,
Mucuna spp., sesbania, soya.
Una primera ventaja de las le-
guminosas como cultivos de
cober tura, como ya se men-
cionó, es que además de adi-
cionar materia orgánica, también adicionan nitrógeno al suelo. Estas
plantas trabajan en armonía con un grupo de bacterias (Rhyzobact e-
rias) que viven simbióticamente en sus raíces. Estas bacterias hacen el
trabajo de tomar el nitrógeno gaseoso del aire y concentrarlo o fijarlo
en los nódulos rosados de las raíces, liberándolo al suelo en una forma
que las plantas pueden aprovechar como nutriente.
Inoculando con rhizobacterias, se incrementa significativamente el cre-
cimiento de las raíces, incrementando por consiguiente el contenido de
materia orgánica, aeración del suelo, etc…
Las rhyzobacterias existen naturalmente en el suelo pero, no en cantida -
des suficientes pa ra maximizar la fija ción de nitrógeno. Además, otras
bacterias compiten con ellas en el suelo. Por lo tanto, es imp ortante
inocular o cubrir la semilla con el adecuado inoculante para a segurarse
un nivel viable de rhyzobacterias, cuand o las semillas germinen.
Para cada una de las semillas de leguminosas existe un tipo o varios
tipos de inoculantes de la serie ISE (ISE 100, 150, 300, 350, etc…)
E S T U D I O D E C A S O
Control biológico de la
lechuga de agua
La lechuga de agua (Eichhornia crassipes), es una maleza acuática na-
tiva de la Amazonia. Esta maleza raramente causa problemas pero,
en los lugares donde se introdujo como planta ornamental o en
forma accidental, su impacto ha sido desastroso. La maleza se dis -
persa a través de estolones llevados por las corrientes de agua. Su
principal problema ocurre por obstrucción en canales de irrigación
o drenaje y alteración de los ecosistemas acuáticos, por competen-
cia de oxygeno con peces y otra fauna acuática.
La remoción mecánica es una labor intensiva y costosa y el control
químico es imposible por lo que el control biológico juega un
papel trascendental. Los enemigos naturales más importantes
para esta maleza son dos especies de picudos, Neochetina bruchi y
Neochetina eichhorniae y un pyrálido, Sameodes albiguttalis. Estos insec -
tos son altamente específicos a esta maleza.
El adulto del picudo se alimenta sobr e el follaje y la larva hace tú-
neles en la planta. El daño se traduce en una reducción del tama-
ño de las plantas y conforme este avanza, reduce significativamen -
te la cobertur a de la maleza en el agua. El pyrálido se alimenta en
par tes tiernas de la planta, ocupando nichos de alimentación dife-
rentes a los picudos.
Bajo condiciones favorables, el 90% de la infestación de la lechuga
de agua puede desaparecer en 3 años después de que los agentes
de control han sido introducidos. En Sudán, por ejemplo, los picu -
dos fueron introducidos en 1978–79 y la mariposa en 1980. Los
tres agentes fueron recuper ados sobre una amplia área después de
tres años y el país no ha sufrido de brotes anuales de la maleza des-
de 1982.
La información que hemos presentado no es la única que exist e. Hay m uchos especialist as, en la
región centroamericana y fuera de ella, que han desarrollado conocimientos, invest igaciones y tec-
nologías sobre el funcionamient o, uso y producción de estos agentes. Si está interesado en fortalecer
sus conocimientos o aclarar aspect os sobre el uso y m anejo de los bioplaguicidas en el cam po, le
ofrecemos la siguient e relación de cont actos, en cada una de las t emáticas trat adas en est e m anual.
Lista de bioplaguicidas disponibles
COS TA RICA
HONDURAS
NICARAGUA