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la libertad se considere como un principio ético, que es y debe ser una cualidad

irrenunciable del ser humano. Reconociendo la capacidad de los individuos para


delinear y de vivir a través de sus valores, los cuales nos convierten en personas
humanas a diferencia de otros seres vivos como los animales.

Existiendo 3 libertades fundamentales para el crecimiento de la persona humana: la


libertad de asociación política, la libertad de conciencia y la apropiación de bienes; que
juntas forman "los puntuales de la sociedad o la vida civil".

Siendo el principio de la libertad un fundamento ético, siendo el medio para la cultura de


los seres humanos.

Libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores,
criterios, razón y voluntad. Libertad es también el estado o la condición en que se
encuentra un individuo que no está en condición de prisionero, coaccionado o sometido
a lo que le ordene otra persona

Cuál es la relación que existe entre libertad y ética?


Se necesitan de tal modo que no puede haber ética sin libertad, ni libertad sin ética.

La ética implica un ejercicio permanente de la libertad, como que ser ético es el máximo
grado de la libertad. La ética nace de una decisión personal que no puede ser impuesta
por nadie, y en esto se diferencia de la ley.

A su vez la libertad es posible como resultado de la práctica de las virtudes que llevan
a la excelencia personal y profesional. Puesto que nadie le da la libertad a nadie, la
libertad es creación de lo mejor de cada persona.

Hablar, pues, de un hombre libre es hablar de alguien que ha realizado el proyecto de


ser humano. Esto se entiende mejor si se mira el papel de la libertad en la actividad de
los humanos en la sociedad. La libertad es agente de cambio porque aporta la materia
prima para la libertad de los ciudadanos y de la sociedad. Y para no quedarnos en la
metáfora miremos los pasos de este proceso de la libertad.

La responsabilidad es la deuda de obligación que exige reparación y satisfacción por sí


misma o por otro, como resultado de un delito, culpa o causa legal. Es el cargo moral
Ética y libertad
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ENRIQUE LYNCH
20 MAR 2004
El nuevo capitalismo y los avances científicos obligan a un replanteamiento de las
relaciones entre el ser humano y sus principios y del Estado con los ciudadanos. El
filósofo australiano Peter Singer, ecologista y cabeza militante contra el neoliberalismo,
recurre en estas dos obras a un aggiornamento del marxismo para sugerir una ética
comprometida con asuntos como la clonación de embriones, la eutanasia, el aborto o
los problemas medioambientales.

Sin duda una de las razones que explican la proliferación de nuevos contextos de
reflexión ética y política que abren horizontes inesperados para la filosofía práctica es la
libertad. Porque vivimos en un mundo sostenido en el régimen de la libertad se hace
perentorio un análisis del campo de las relaciones interpersonales, del marco de la
investigación científica y técnica en relación con la protección del medio natural, una
nueva formulación de los derechos del individuo sobre la eutanasia, sobre el aborto y
una revisión del concepto de vida a la luz de las nuevas investigaciones en bioética, así
como un concepto diferente del trabajo o del Estado. La libertad efectiva, en nuestras
sociedades, nos pone una y otra vez delante de nuevas encrucijadas y parece evidente
que cuanto mayores son las condiciones de libertad en que los individuos realizan sus
tareas cotidianas y entablan relaciones con sus semejantes y con la naturaleza, más
numerosos son los escenarios en que la reflexión ética se siente llamada a intervenir
toda vez que se van sucediendo, de modo constante y sostenido, situaciones inéditas
que los viejos principios de la ética y la religión tradicionales no llegan a resolver. Que
más tarde la ética, la ciencia política o el derecho resuelvan los nuevos problemas de
manera consistente es otra cosa: véase si no la forma en que hace unos pocos días se
zanjó, por medio de una chapuza jurídica a tono con los postulados éticos del
individualismo contemporáneo, el escalofriante caso del caníbal alemán.

DESACRALIZAR LA VIDA HUMANA. Ensayos sobre ética


Peter Singer

Edición de Helga Kuhse

Traducción de Carmen García Trevijano

Cátedra. Madrid, 2004

494 páginas. 25 euros

UN SOLO MUNDO. La ética de la globalización


Peter Singer

Traducción de Francisco Herreros

Paidós. Barcelona, 2004


224 páginas. 17 euros

Aunque parece disparatado afirmar como hace Helga Kuhse -quien prologa y edita uno
de los libros que aquí comento- que Peter Singer "es casi con seguridad el más conocido
y más leído de los filósofos contemporáneos [...] uno de los más influyentes y el que
haya cambiado más vidas que ningún otro filósofo del siglo XX", es verdad que Singer
es un auténtico abanderado de la nueva ética comprometida, un pensador
profundamente implicado en la extensión de la libertad sin abandono de la justicia y del
reconocimiento de los intereses, las necesidades y los valores de los pobres, los
oprimidos y los débiles, defensor de los derechos de los animales, crítico de la sociedad
neocapitalista liberal, ecologista radical y militante comprometido contra el programa de
la denominada "globalización" que, según afirma en Un solo mundo: "Es algo que ha
sido traído al mundo por una conspiración llevada a cabo por ejecutivos de
corporaciones reunidos en Suiza" (página 23).

De los dos libros reseñados


aquí, Desacralizar la vida humana es el que mejor representa la amplitud y profundidad
del enfoque ético comprometido que defiende Singer. Compuesto por una variada gama
de contribuciones: artículos, ponencias en congresos, entrevistas, ensayos donde se
hacen acotaciones a sus propios postulados con relación a la "liberación de los
animales" que promueve, y extensas y prolijas consideraciones polémico-casuísticas
sobre la eutanasia, la regla de vida vegetariana y los principios de la llamada "ecología
profunda", sin olvidar la constante referencia y cotejo de sus planteamientos con los del
utilitarismo clásico, con Darwin y con el neokantismo liberal de Rawls y las filosofías de
Hegel y Marx, con las que Singer de una u otra manera está emparentado, este libro
permite vislumbrar la envergadura política de su posición y la radicalidad de sus
planteamientos que, hacia el final, van convergiendo sin matices hacia una filosofía
militante y hacia la necesidad de renovar el paradigma del pensamiento de izquierdas.

Singer encuentra especialmente urgente rearmar el bagaje teórico de la izquierda "tras


el colapso del comunismo y el abandono por parte de los partidos socialistas
democráticos de su tradicional objetivo de nacionalizar la propiedad de los medios de
producción" (página 449). Así, su "ética práctica" acaba revelándose en definitiva como
lo que es: una nueva doctrina de la salvación, que conserva los mismos ribetes
redentoristas que tenía el pensamiento socialista clásico, pero que se ve retroalimentada
por añadidura por el examen de las frecuentes anomalías con las que nos enfrentamos
en la época contemporánea y por el hecho incontrovertible de que el mundo sigue
siendo tan injusto, tan cruel y tan despiadado con los condenados de la Tierra -para
decirlo con la vieja consigna de Franz Fanon- como lo era ya en tiempos del Manifiesto
comunista

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