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DWIGHT K.

NELSON
DWIGHT K. NELSON

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& JruTI7TI17
MiiSJUi
EL MUNDO
DE HOY
LEER
A E . G.
WHITE?
Titulo original: Making Ellen White Relevant to the Third Millennials

Agencia de Publicaciones México Central, A. C.


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Los textos bíblicos pertenecen a la versión Reina Valera


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ISBN: 978-607-9403-66-9

Impreso en México por:


Editorial Montemorelos, S. A. de C. V.

Marzo, 2017
ÍNDICE
Introducción..............................................................3
La Generación Y........................................................ 7
Contextualizar.........................................................13
La metafísica y la Generación Y ..............................25
Los métodos de la Generación Y............................29
¿Es importante?........................................................37
En conclusión...........................................................41
Referencias.............................................................. 43
INTRODUCCIÓN

@ Pueden los textos religiosos de una escritora de la


j a l sociedad norteamericana del siglo XIX, agrícola por
excelencia, promoverse con éxito ante la generación
cosmopolita, urbana y sofisticada del tercer milenio? In­
dependientemente de su producción literaria prodigiosa,
¿pueden los escritos de alguien que escribió a la luz de
linternas, que viajó en carruajes, trineos, ferrocarriles y
barcos de vapor, conectarse con una generación de lec­
tores que en nanosegundos pueden interactuar mediante
una pantalla en vivo, las 24 horas del día, los 7 días de
la semana, con gente y acontecimientos financieros, po­
líticos, militares, deportes, del entretenimiento, sociales
y espirituales, a medio planeta de distancia? ¿Es siquiera
posible que la generación actual encuentre en las obras de
E. G. White la inspiración que pueda conectarla personal­
mente con el Cristo viviente, para que luego entable una
amistad con el Eterno?
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

Son preguntas retóricas y asumo que la respuesta es:


¡Sí! Pero la pregunta de rigor es: ¿Cómo se pueden pre­
sentar, promover o empaquetar las obras de E. G. White
a una generación cuya exposición a ella ha sido mínima
o nula, ya sea en sus hogares o sus congregaciones? Re­
solver esta cuestión es el objetivo de este ensayo.
En algunos círculos se ha puesto de moda definir a las
generaciones o a las ideologías en términos de «moderni­
dad» o «posmodernidad»*. Pero la realidad es que la di­
ferenciación que esa nomenclatura sugirió, se desdibuja,
y la relevancia de ambos términos es ahora cuestionable.
La que sí resulta clara para la iglesia contemporánea es la
necesidad de alcanzar a la generación del tercer milenio,
o como la llamemos o definamos. ¿Cómo puede el don
de E. G. White llegar a ser relevante para la generación
contemporánea de lectores?
Al abordar sus escritos apologéticamente, ciertamen­
te podríamos fijarnos en la inmensidad de argumentos y
evidencias de la historia, la ciencia, la salud, etcétera, que
«prueban» la veracidad de sus exposiciones. Tales «prue­
bas» podrían, en teoría, fortalecer la validez y pertinen­
cia de E. G. White ante la generación del tercer milenio.
Pero la verdad es que a esta generación no le interesa
la apologética. Al igual que su progenitora posmoderna,
hace mucho que abandonó la Verdad (con V mayúscu­
la) y, más bien, se ha suscrito al pluralismo de las verda-

4 I INTRODUCCIÓN
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

des pequeñas (con v minúscula); en otras palabras: «Tú


tienes tu verdad, él tiene la suya, ella la que es de ella, y
yo tengo la mía. Entonces, vivamos, y dejemos vivir a los
demás, en un círculo sin críticas, es decir, de aceptación
y tolerancia». Por lo tanto, en el contexto posmoderno
de que «no hay tal cosa como la verdad universal» (que,
por supuesto, es una afirmación contradictoria), una es­
trategia apologética de presentar a E. G. White a la nue­
va generación puede resultar insuficiente.
¿Si, en cambio, examináramos el perfil psicosocial de
esta generación, llamada Generación Y, y tratáramos
de hacer contacto en el nivel de su propio estilo de co­
municación, y prejuicios o predilecciones filosóficas?

'NTRCDUCCION 5
LA GENERACIÓN Y

¡.ensemos un momento en el perfil predominante


fde esta generación. ¿Quiénes son la Generación
Y, también conocidos como Millennials? Demo­
gráficamente, dado que no existe unanimidad en la data-
ción precisa de esta generación, en general se considera
que son los individuos nacidos a comienzos de la década
de 1980, y mediados de la década de 2000. En Estados
Unidos, los Millennials son actualmente casi 80 millones,
sustituyendo a los Baby Boomers, que integran la mayor
generación única en ese país. De hecho, según algunos
cálculos, en 2015 la Generación Y en Estados Unidos in­
tegró la mitad de la fuerza laboral y en 2020 llegarán a
formar hasta el 75%‘.
Es evidente que ya son una fuerza social, con ca­
pacidad económica, social y espiritual, que sin duda es
necesario reconocer. ¿Quiénes son? El Centro de In­
vestigaciones Pew, en su estudio de la Generación Y de
marzo de 2014, ofreció el siguiente perfil:
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

La Generación Y forja un camino distinto hasta la


edad adulta. En un promedio de edades de diecio­
cho a treinta y tres años, están relativamente desa­
filiados de la política y la religión organizada, pero
unidos por los medios de comunicación social; las
deudas los agobian, desconfían de la gente, no tie­
nen prisa para casarse y son optimistas ante el futuro.
También son la generación de mayor diversidad
racial de los Estados Unidos. En todas estas di­
mensiones, se distinguen de las generaciones ma­
yores de la actualidad y, en muchas otras, también
difieren de los adultos mayores cuando estos te­
nían la edad que la Generación Y tiene ahora.
Las encuestas del Centro de Investigaciones Pew
indican que la mitad de los Generación Y (50%)
en la actualidad se describen a sí mismos como
políticamente independientes, y aproximadamente
tres de cada diez (29%) afirman no estar afiliados
a alguna religión. Son, o casi son, los niveles más
altos de desafiliación política y religiosa registrada
para cualquier generación durante el cuarto de si­
glo que el Centro de Investigaciones Pew ha reali­
zado encuestas sobre estos temas2.

Sin compromisos, desafiliados, agobiados por las


deudas3, sin prisa para casarse, y todavía optimistas so-

8 ILA GENERACIÓN Y
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

bre su futuro, no es de extrañar que la Generación Y


sea el desafío principal de la economía, la educación, la
política y la religión.
Sin embargo, su perfil es difícilmente negativo.
Consideremos lo que David Burstein llama su «idealis­
mo pragmático». En su libro Fast Future, el autor des­
cribe la perspectiva de la Generación Y ante el cambio
social como «idealismo pragmático», un profundo de­
seo de hacer del mundo un lugar mejor, al combinar un
concepto de que, para lograrlo, hace falta la construc­
ción de nuevas instituciones mientras se trabaja dentro
y fuera de las existentes4.
En un artículo publicado en la revista Forbes, Patrick
Spenner reflexionó sobre ese optimismo y las oportuni­
dades que la Generación Y ofrece al mundo de los nego­
cios y las finanzas:

Hoy día, pareciera que todo el mundo habla de


los Millennials. No es solamente porque sean la
generación más grande, debido al tamaño de su
población; aunque eso en realidad no es perjudi­
cial. Es porque a todos nos fascinan: su cobertura
en las noticias, las campañas políticas, y por su­
puesto, con los vendedores que quieren descubrir
cómo acercarse a ellos. Pero más allá de su tama­
ño, ¿qué es lo que de esta generación ha cautivado

LA GENERACION Y 9
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?
tanto a todo el mundo? Es su sentido único de sí
mismos (por falta de un mejor término), su pers­
pectiva sorprendentemente optimista de la vida
(a pesar de las duras realidades económicas que
enfrentan), y su enfoque menos tradicional para
las etapas de la vida5.

Seguramente, ese idealismo optimista es razón sufi­


ciente para que la iglesia cree estrategias para interactuar
activamente con esta generación, que podría convertir­
se en un elemento fundamental dentro de los planes fi­
nales que Dios tiene para esta civilización6.
Pero no será sencillo llevar a cabo esa labor. Con
una mentalidad activista, una diversidad de origen ét­
nico, versados en tecnología; eclécticos en su teología,
moralidad y sexualidad; los Millennials son sin duda el
desafío generacional más importante que la iglesia haya
enfrentado.
Entonces, ¿cómo vamos a presentar los escritos de
E. G. White a esta generación? ¿Cómo podemos empa­
quetar su don apocalíptico de profecía de modo que re­
sulte atractivo para la Generación Y (dentro de la iglesia
como para la sociedad en general), de tal manera que se
establezca una conexión entre el don y la generación?
¿Existe una estrategia eficaz para que la iglesia invite a
esta generación a examinar las obras de esa escritora del

10 I LA GENERACIÓN' Y
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?
s ig lo X I X , d e m o d o q u e e x p e r im e n t e la s b e n d ic io n e s d i­
v in a s q u e c o n lle v a n ?

LA GENERAC'ON Y 11
CONTEXTOALIZAR

("onsideremos la metodología del apóstol Pablo al


tratar de transmitir el valor de las Escrituras an­
tiguas a su propia sociedad secular. Sus dos dis­
cursos públicos, el primero a la multitud asiática de Lis-
tra y el posterior a los filósofos atenienses del Areópago,
son «los [únicos] dos ejemplos encontrados en Hechos
de la predicación del evangelio a públicos puramente
paganos»1.
En ambos casos, Pablo llegó a sus oyentes en el nivel
de su necesidad percibida de conectarse con la divini­
dad (aunque politeísta), al presentar un Creador divino
supremo, que trascendía a los dioses mitológicos de sus
panteones. En Listra, conectó a su público «al Dios de
la vida, al creador del cielo, la tierra y el mar, y de todo
lo que hay en ellos»2. En Atenas, tendió un puente ha­
cia «el Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay,
[... ] el Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos
¿PU ED E EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

hechos por manos humanas»3. En ambos casos, Pablo


contextualizó su mensaje para conectarlo con la necesi­
dad percibida del público que buscaba alcanzar4.
En su carta a los corintios, explicó detalladamente
su modus operandi de contextualización:

Aunque soy libre y no dependo de nadie, me he he­


cho esclavo de todos para ganar al mayor número
posible. Entre los judíos me comporto como judío,
para ganar a los judíos; y, aunque no estoy sujeto a
la ley, entre los que están sujetos a la ley me com­
porto como si estuviera sujeto a la ley, para ganar a
los que están sujetos a la ley. Entre los que no tie­
nen ley, me comporto como si no tuviera ley, para
ganar a los que no tienen ley (aun cuando no estoy
libre de la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo).
Entre los débiles me comporto como débil, para
ganar a los débiles; me comporto como todos ante
todos, para que de todos pueda yo salvar a algunos.
Y esto lo hago por causa del evangelio, para ser co­
partícipe de él5.

Pablo no abogó por embrutecer el evangelio o diluir


el mensaje divino. Más bien, describió contextualización
del mensaje del evangelio por medio de la estrategia in­
tencional de la identificación con la persona o el público

14 CONTEXTUA ..IZAR
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

que trataba de alcanzar o convencer. La contextualiza-


ción de Pablo no era una modificación de la revelación
divina sino, más bien, una traducción de la verdad divina
ante el público que tenía como objetivo, en un idioma
(sociocultural, así como lingüístico), para que se pudiera
entender y oír claramente. «¿Cómo oirán si no hay quien
les predique [en su propio idioma]?»6
¿Sería posible hacer lo mismo, para contextualizar
nuestra presentación o comercialización de las obras de
E. G. White a la sociedad contemporánea? ¿Podemos
presentarla efectivamente a la Generación Y en su pro­
pio idioma sociocultural? ¿Cómo sería una estrategia
efectiva de contextualización para esta generación?
Con el objetivo de atraer a una nueva generación hacia
una relación amigable con E. G. White, nuestra invitación
contextualizada debe incluir estos tres incentivos: apelar
a su aceptación abarcante de las metanarrativas; apelar a
su anhelo metafísico; apelar a sus métodos de alta tecno­
logía de la comunicación. Consideremos cómo estas tres
apelaciones podrían dirigir nuestro modus operandi para
presentar a E. G. White y sus textos a la Generación Y.
Mientras que la cosmovisión posmoderna ha recha­
zado la noción de la metanarrativa (una historia grande
y abarcante que explica el pasado, define el presente y
sugiere el futuro), en favor más bien de una gran canti­
dad de historias localizadas (que reflejan la inclinación

CGNTEXToALIZAR 15
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

posmoderna hacia el pluralismo), tenemos que la gene­


ración del tercer milenio se ha impregnado de una me-
tanarrativa predominante desde la infancia. Junto con
sus padres, son la generación que se nutrió de las histo­
rias de George Lucas, la mente detrás de la metanarra-
tiva de la franquicia Star Wars. El mundo conoce bien
esta colección de relatos de ciencia ficción, la crónica de
una lucha intergaláctica entre las fuerzas del bien y del
mal. La franquicia de Lucas ha generado secuencias de
precuelas y secuelas que todavía dominarán la pantalla
grande en los próximos años.
Pero la verdad es que la metanarrativa y la nomenclatu­
ra de Star Wars no solamente se ha quedado en Hollywood
y la industria del entretenimiento; también se han inyecta­
do al lenguaje de la política, la literatura y hasta la religión.
William Romanowski observó:

Los artistas populares han encontrado muchas


maneras de representar a Dios y el ámbito de lo
sobrenatural. [...] Los artistas pueden modelar
mundos alegóricos que dan existencia simbólica a
lo invisible; piensan en la Narnia de C. S. Lewis, la
Tierra Media de Tolkien [...] o mirar el «mundo»
en Star Wars [...]. Al inventar mundos imagina­
rios, los artistas pueden afirmar que la realidad
es más de lo que experimentamos con nuestros

16 CONTEXTl’ALIZAR
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

sentidos, sin importar que sus representaciones


puedan no coincidir con nuestra experiencia de
la vida real7.

Si George Lucas se propuso representar el ámbito


de lo sobrenatural o no, es un asunto que no nos intere­
sa. Lo que sí está claro es que su historia intergaláctica
de una guerra cósmica entre la luz y la oscuridad se
ha convertido en una metanarrativa popular (hasta po­
dríamos decir que prevaleciente) y sociocultural. Como
indicó Romanowski, la metanarrativa imaginaria de
Star Wars puede afirmar a aquellos sumergidos en la
idea de que la realidad es más de lo que percibimos con
nuestros sentidos.
Ese reconocimiento sobrenatural puede convertirse
en el punto de acceso, o piedra de toque, de una apela­
ción a esta generación para que considere los textos de E.
G. White. Una de sus contribuciones profundas al pensa­
miento humano es la metanarrativa de la «gran contro­
versia», la amplificación dramática e inspirada de la des­
cripción de las Sagradas Escrituras, de la guerra intestina
que estalló en épocas pasadas en los mismos recintos del
reino de Dios, y que continúa hoy sobre la tierra:

Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles


lucharon contra el dragón, y el dragón y sus ánge-

CONTEX'UALIZAR 17
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER AE. G. WHITE?

les también lucharon, pero no pudieron vencer, y


ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue ex­
pulsado el gran dragón, que es la serpiente antigua
que se llama Diablo y Satanás, y que engaña a todo
el mundo. Él y sus ángeles fueron arrojados a la
tierra. Entonces oí una fuerte voz en el cielo, que
decía: «¡Aquí están ya la salvación y el poder y el
reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo!
¡Ya ha sido expulsado el que día y noche acusaba a
nuestros hermanos delante de nuestro Dios! Ellos
lo vencieron por la sangre del Cordero y por la pa­
labra que ellos proclamaron; siempre estuvieron
preparados a entregar sus vidas y morir. ¡Alégrense
por eso, ustedes los cielos! ¡Alégrense ustedes, que
los habitan! ¡Pero ay de ustedes, los que habitan la
tierra y el mar! El diablo ha llegado a ustedes lleno
de ira, porque sabe que le queda poco tiempo»*1.

E. G. White incluyó en su obra magna de cinco tomos,


El gran conflicto, esa metanarrativa de guerra cósmica9.
En la última entrega de la serie, El conflicto de los siglos,
White resumió la metanarrativa de la gran controversia:

Mediante la iluminación del Espíritu Santo, las es­


cenas de la lucha secular entre el bien y el mal fue­
ron reveladas a quien escribe estas páginas. En una

18 | CONTEXTUALIZAR
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

y otra ocasión se me permitió contemplar las peri­


pecias de la gran lucha entre Cristo, príncipe de la
vida, autor de nuestra salvación, y Satanás, príncipe
del mal, autor del pecado y primer transgresor de
la santa Ley de Dios. La enemistad de Satanás con­
tra Cristo se ensañó en los discípulos del Salvador.
En toda la historia puede echarse de ver el mismo
odio a los principios de la Ley de Dios, la misma
política de engaño, mediante la cual se hace apa­
recer el error como si fuese la verdad, se hace que
las leyes humanas sustituyan las leyes de Dios, y se
induce a los hombres a adorar la criatura antes que
al Creador. Los esfuerzos de Satanás para desfigu­
rar el carácter de Dios, para dar a los hombres un
concepto falso del Creador y hacer que le consi­
deren con temor y odio más bien que con amor;
sus esfuerzos para suprimir la Ley de Dios, y hacer
creer al pueblo que no está sujeto a las exigencias
de ella; sus persecuciones dirigidas contra los que
se atreven a resistir a sus engaños, han seguido con
rigor implacable. Se pueden ver en la historia de
los patriarcas, de los profetas y apóstoles, de los
mártires y reformadores1".

Sin embargo, así como la metanarrativa bíblica, el


motivo de la gran controversia de E.G. White es más

C0N7EXTUALIZAR j 19
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

que una recitación de la historia sagrada. Es también el


vehículo divino por el cual se da a la iglesia y al mundo
contemporáneo, una advertencia urgente sobre el futu­
ro inminente.

En el gran conflicto final, Satanás empleará la


misma táctica, manifestará el mismo espíritu y
trabajará con el mismo fin que en todas las eda­
des pasadas. Lo que ha sido, volverá a ser, con la
circunstancia agravante de que la lucha venidera
será señalada por una intensidad terrible, cual el
mundo no la vio jamás. Las seducciones de Sata­
nás serán más sutiles, sus ataques más resueltos. Si
posible le fuera, engañaría a los escogidos mismos
(S. Marcos 13: 22).
Al revelarme el Espíritu de Dios las grandes ver­
dades de su Palabra, y las escenas del pasado y de
lo por venir, se me mandó que diese a conocer a
otros lo que se me había mostrado, y que trazase
un bosquejo de la historia de la lucha de las eda­
des pasadas, y especialmente que las presentase de
tal modo que derramase luz sobre la lucha futura
que se va acercando con tanta rapidez.
[...] En esos anales podemos ver un anticipo del
conflicto que nos espera. Considerándolos a la luz
de la Palabra de Dios, y por la iluminación de su

20 CONTEXTUALIZAR
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

Espíritu, podemos ver descubiertas las estratage­


mas del maligno y los peligros que deberían evitar
los que quieran ser hallados «sin mácula» ante el
Señor en su venida11.

¿Es demasiado descabellado intentar que la meta-


narrativa predominante de las Escrituras sea atractiva
para nuestra generación actual? El filósofo cristiano
Douglas Groothuis no lo cree:

La teología cristiana, elaborada ya sea en libros,


artículos, clases de seminario, colegios cristianos
o la predicación y la enseñanza en la iglesia, debe­
ría capitalizar la fascinación posmoderna con la
narrativa que trata de la propia historia de Dios
en toda su riqueza, complejidad y drama. Es un
drama en cuatro actos principales: la creación, la
caída, la redención y la consumación. Pero hay
que establecer esta narración, no como solamente
una más entre muchas micronarrativas que dan
sentido a las comunidades dispares, sino como la
historia cósmica del Creador mismo, que no nada
más nos ha dado la clave de la historia en las Es­
crituras, sino que ha entrado en la historia con la
encarnación para el bien de nuestra liberación del
pecado y de la muerte. [... ] Dios es el ser personal

CONTEXT JALIZAR 21
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

que nos cuenta la verdadera historia y a la vez di­


rige toda la historia12.

Es precisamente debido a que la generación con­


temporánea está llena de metanarrativa (lo que se
nota en los miles de millones que se gastan cada año
en las películas en la pantalla grande que luego se
descargan a la pantalla chica), que la metanarrativa
de la gran controversia expresada en las obras de E. G.
White todavía puede encontrar una conexión produc­
tiva y significativa con la Generación Y y sus progeni­
tores. Así, uno de los métodos estratégicos para hacer
que E. G. White sea relevante para esta generación, es
acentuar la metanarrativa del conflicto cósmico que
ella describe tan dramáticamente. Sobre todo, El con­
flicto de los siglos puede «comercializarse» como una
narración convincente de las más grandes historias
de toda la literatura sagrada, historias que además de
representar el lugar de esta generación en la historia,
prefiguran el papel que desempeñará en el porvenir.
Debemos aprovechar lo que Groothuis describe como:
«La búsqueda prodigiosa y pródiga de la posmoder­
nidad, de algún significado más amplio, más allá de
las culturas contingentemente construidas»11. Debe­
mos contar la «Historia», y ofrecer los escritos de E. G.
White como su poderosa narración.

2 2 |C0MEXTUAUZAR
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

De hecho, la misma E. G. White identificó a El con­


flicto de los siglos, como el único de todos sus libros que
hubiera deseado que tuviera mayor número de lectores:

El conflicto de los siglos debe ser ampliamente di­


fundido. Contiene la historia del pasado, el presen­
te y el futuro. En su bosquejo de las escenas finales
de la historia de esta tierra, presenta un poderoso
testimonio en favor de la verdad. Estoy más ansio­
sa de ver una amplia circulación de este libro que
de cualquier otro que yo haya escrito; porque en
El conflicto de los siglos, el último mensaje de amo­
nestación al mundo es dado más distintamente que
en cualquier otro de mis libros14.

Sin duda, es más que una mera coincidencia que,


un siglo más tarde, tengamos una generación inmersa
en la metanarrativa de Star Wars, una generación obse­
sionada por su proclividad a la historia intergaláctica,
que podemos atraer al mismo libro que Ellen White
deseaba que recibiera la máxima difusión posible.
Por tanto, cualquier plan estratégico para conectar esta
generación con las obras de E. G. White, debe incluir una
campaña de mercadotecnia y distribución masiva de su
clásico apocalíptico. Si bien prescribir estrategias de mer­
cadotecnia específicas no está dentro de los parámetros de

CONTEXT ..ALIZAR 2 3
¿PU ED E EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

este libro (aunque sugiero estrategias para empaquetar


sus escritos más adelante), es claro que debemos promo­
ver a esta escritora, que sobresalió en la metanarrativa
de la gran controversia como el paradigma prevaleciente
para exponer la verdad divina, a la Generación Y como
una persona que entiende su anhelo por la historia, y
que puede guiarla con eficacia a su lugar en el relato más
grande de todos.

24 CONTEXTUA LIZAR
LA METAFÍSICA
Y LA GENERACIÓN Y

1 Grupo Barna publicó recientemente el estu­


dio que realizó para determinar el perfil espiri­
tual de la Generación Y.

El término se hizo famoso cuando una encuesta del


Centro Pew indicó que la cantidad de estadouni­
denses que no tienen afiliaciones religiosas llegó a
casi 20%; un aumento de casi 5% en apenas cinco
años. En los meses siguientes, una encuesta Gallup
arrojó números similares y, más recientemente, en
marzo de 2013, una encuesta de las universida­
des Berkeley y Duke también encontraron que la
afiliación religiosa en Estados Unidos está en su
punto más bajo desde que comenzó a registrarse.
Un punto en común en cada encuesta ha sido la
importante cantidad de Millennials entre estos
«no afiliados». La primera encuesta Pew encontró
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

que casi uno de cada tres de los miembros de la


Generación Y (32%) no tiene afiliación religiosa.
¿Quiénes son estos veinteañeros sin fe? ¿De dónde
surgieron? ¿Llegaron a profesar alguna fe? ¿Cuá­
les aspectos de la religión los desanimaron?
Encuestas recientes del Grupo Barna han expli­
cado esta tendencia al examinar a los jóvenes de
entre dieciocho y veintinueve años que se iden­
tifican cercanamente con la fe y la iglesia, pero
que han comenzado a dudar de esa identidad. De
hecho, a partir de la preparatoria hasta cumplir
treinta, 43% de esos Millennials previamente acti­
vos, dejan de ir a la iglesia; son aproximadamente
ocho millones de veinteañeros que, por varias ra­
zones, han abandonado la iglesia o el cristianismo1.

Según el informe del Centro de Investigaciones Pew


sobre la Generación Y, «aproximadamente tres de cada
diez (29%) afirman no estar afiliados a alguna religión.
Son, o casi son, los niveles más altos de desafiliación po­
lítica y religiosa registrada para cualquier generación du­
rante el cuarto de siglo que el Centro de Investigaciones
Pew ha realizado encuestas sobre estos temas»2.
Consideremos otro estudio de la Generación Y, que
realizó el grupo Recursos Cristianos LifeWay:

26 LA METAFISICA Y LA GENERACION Y
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

La mayoría de los adultos jóvenes de hoy no oran,


no adoran y no leen la Biblia, según muestra la
amplia encuesta de un importante bufete cristia­
no de estudios.
Si las tendencias actuales continúan, «la Genera­
ción Y será testigo del cierre de templos al mis­
mo ritmo que los concesionarios de la GM», dice
Thom Rainer, presidente de Recursos Cristianos
LifeWay. El grupo encuesto a 1200 jóvenes de en­
tre dieciocho y veintinueve años; 72% dijeron ser
«realmente más espirituales que religiosos»2.

«Más espirituales que religiosos». Cada vez más


desconectados de la religión organizada, pero sin dejar
de ser curiosos y abiertos a la espiritualidad. Es la rea­
lidad creciente a la cual se enfrenta la iglesia como reli­
gión organizada, al tratar de conectarse con los jóvenes
y los adultos de esta generación. De hecho, el Grupo
Barna estima que ya hay ocho millones otrora activos
cristianos de la Generación Y que han renunciado a la
iglesia o al cristianismo3.
Aun así, que la decisión de esta generación se con­
centre en la espiritualidad de la religión, nos ofrece
una oportunidad importante para establecer la rele­
vancia de E. G. White y sus obras. Debemos conectar
su apertura y su deseo de espiritualidad con los escri-

LA M E T A L IC A Y LA GENERACIÓN Y | 2 7
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

tos de una persona que, podría decirse, es «el escritor


estadounidense más prolífico» sobre el tema de la espi­
ritualidad y el crecimiento espiritual personal. Desde
su breve clásico. El camino a Cristo, hasta su monu­
mental obra sobre la vida de Jesús, El Deseado de todas
las gentes, hasta sus comentarios sobre las parábolas.
Palabras de Vida del Gran Maestro, y el sermón del
monte. El discurso maestro de Jesucristo; ninguna otra
persona de su época o cualquier generación posterior,
ha escrito más ampliamente sobre los temas del amor
de Dios, la vida de Cristo, el Calvario, la conversión, el
crecimiento cristiano, la vida en el Espíritu, la santidad,
la oración, el estudio de la Palabra de Dios, el testimo­
nio cristiano y la fe.
Esas obras, tan dedicadas como están a la búsqueda,
que es el sello distintivo de la Generación Y, de una pro­
fundizaron de la espiritualidad, ofrecen una conexión
eterna para cualquier generación de buscadores que
tienen «hambre y sed de justicia»5.
Es el momento adecuado para que la Iglesia Adven­
tista del Séptimo Día empaquete y presente a E. G. White
al creciente número de los «no afiliados» que han recha­
zado la religión, pero permanecen abiertos a Dios y a la
búsqueda de conocerlo.

28 LA METAFISICA Y LA GENERACION Y
LOS MÉTODOS
DE LA GENERACIÓN Y

ifí Cómo pueden las obras de E. G. White ser relevan-


tes para una generación que no lee? Después de
haber sido ministro en un campus universitario
durante tres décadas, me he hecho la pregunta, y he es­
cuchado que otras personas la plantean, una y otra vez.
En realidad, no es tanto una cuestión de lo que esta ge­
neración lee; es más bien una pregunta más básica: ¿En
realidad lee esta generación? Resulta que la respuesta es
un sorprendente sí. La página web del bufete Millennial
Marketing publicó:

Tal vez la lectura no le sea prioritaria, pero la Ge­


neración Y lee más que las generaciones mayores.
De acuerdo con el fascinante gráfico interactivo
del New York Times, los adultos mayores de se­
senta y cuatro años dedican por mucho la mayor
cantidad de tiempo a la lectura diaria: 1 hora y 24
minutos. Pero los jóvenes de quince a veinticua-
¿PU ED E EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

tro años promedian 50 minutos de lectura diaria


mientras persiguen otros intereses. Esto es mucho
más que los individuos de veinticinco a sesenta y
cuatro años que leen solamente 32 minutos1.

El sitio también señaló que un estudio del Reino


Unido informó que el consumo de noticias se ha incre­
mentado a «72 minutos de noticias al día, en compa­
ración con 60 minutos en el 2006. [...] El incremento
se debió casi en su totalidad a las personas menores de
treinta y cinco años»2. Por tanto, la noción de que la
Generación Y no lee, es infundada.
Lo que también está claro es que la Generación Y
lee de otro modo. ¿Millennial Marketing indicó:

En su libro Grown Up Digital, Don Tapscott des­


cribe a Joe O’Shea, un dirigente estudiantil de la
Universidad Estatal de Florida, que iba a estudiar
en Oxford. Esto dijo sobre los libros: «No leo li­
bros como tales. Voy a Google y absorbo informa­
ción relevante con rapidez, a veces de libros. Pero
es ilógico sentarse a leer un libro de principio a fin.
Es una mala inversión de tiempo, ya que puedo
conseguir toda la información que necesito con
más rapidez en la red. Hay que saber cómo; ser un
hábil cazador»3.

3 0 I LOS MÉTODOS Y LA GLNC:?ACIGN Y


¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

La mayoría de nosotros actuamos así, porque es la na­


turaleza de la lectura de alta tecnología (mediante la red,
una computadora portátil, un teléfono inteligente, una
tableta o un lector digital de libros), para aprender y
practicar el arte de la búsqueda. ¿Implica esta búsque­
da de información la anulación de la lectura en el tercer
milenio? Tapscott ve el lado positivo:

Creo que los retos de la Internet en realidad pro­


vocan que esta generación piense profundamente,
para ordenar correctamente el espectro de infor­
mación más amplio que el que tuvo disponible la
generación anterior. [...] El cerebro de la genera­
ción actual quizá sea capaz de realizar labores de
percepción con más rapidez, y conservar más in­
formación en la memoria útil. Para procesar toda
esa ola de información hace falta mucha habilidad.
La inmersión digital ha dotado a esta generación
de habilidades visuales superiores. Ha aprendido a
desarrollar los filtros necesarios para saber qué es
importante, y qué no4.

Entonces, ¿cómo interpretar el modus operandi de


esta generación, de modo que la iglesia pueda ayudar­
la a informarse en su búsqueda, para que conozca las
obras de E. G. White? Si recordamos la defensa de Pablo

LOS MÉTODOS Y LA GENERACIÓN Y I 31


¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

de la contextualización para comunicar el evangelio a


su propia generación (eminentemente pagana), ¿no es
apropiado que nosotros, también, adoptemos el lengua­
je del grupo de personas a las que intentamos alcanzar?
Si el «idioma» de lectura de la Generación Y es tremen­
damente visual y en primera instancia electrónico, ¿no
sería imprescindible también que la iglesia adoptara su
modus operandi para comunicarse con ella?
Millennial Marketing, al plantear su justificación del
diseño de lectura para la Generación Y, citó a Jeannie,
blogger universitaria:

Aunque tuviera dinero suficiente para comprar


todos los libros de texto que necesitaré durante
la carrera, la mayoría quedaría confinada a mi li­
brero todos los semestres. Podríamos atribuirlo a
la típica capacidad de atención de la Generación
Y, que entiende pensamientos en 140 caracteres
o menos; pero así como mis libros, no me con­
vence. Parte de mi completa falta de interés en los
libros se basa en el hecho de que, en cuanto se pu­
blica un libro, queda obsoleto. Desde que estaba
en quinto de primaria, he podido conseguir casi
cualquier información en Internet con más rapi­
dez y veracidad que en los libros de texto. Ade­
más, esa información en línea es gratuita (si no lo

32 II..CS MÉTODOS Y LA GENERACIÓN Y


¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

es, busco en otros sitios hasta encontrarla gratis).


Con un presupuesto limitado y recursos gratuitos
ilimitados, ¿hay algún libro de texto que podría
llegar a interesarme?5

Frente a esa perspectiva, ¿qué clase de libro sería el


que atraería a los lectores de la Generación Y? Millennial
Marketing ofrece las características principales6:
1. Altamente visual. El texto es tratado como un ele­
mento gráfico, con grandes imágenes a color.
2. El estilo de escritura es accesible, no apagado,
sino que demuestra lo interesante del texto.
3. El texto del libro proporciona «justo lo necesario»,
con «extras» proporcionados por medio de conteni­
do en línea integrado, es decir, con múltiples enla­
ces a la red incluidos en el texto, para conectar a los
lectores con información adicional, ilustraciones, y
otros materiales.
Si bien no tengo la intención de ofrecer un manual
de edición (sugerir parámetros de impresión o planti­
llas de diseño para libros que atraigan a nuevos lecto­
res), el punto ineludible, sin embargo, es que, para que
la iglesia pueda conectar los escritos de E. G. White a
una nueva generación de lectores, resulta imperativo
contextualizar estilísticamente y diseñar gráficamen­
te nuestro material de lectura, de modo que «hable» el

IO S MÉTODOS y |.A GENERACIÓN Y | 3 3


¿PU ED E EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

idioma de la generación del tercer milenio. En cuestión


visual, debe considerarse la posibilidad de cambiar el
formato de sus libros más influyentes, que sin duda es
la serie de la gran controversia, comenzando con El con­
flicto de los siglos y El Deseado de todas las gentes. Ade­
más, un cambio del formato visual en la impresión y las
ediciones de los libros, podría incluir numerosas repre­
sentaciones nuevas, artísticas, de las escenas de la Biblia
o la narrativa histórica7, junto con fotografías actuales;
proporcionar vínculos web en las citas al pie de pági­
na que proporcionen estudios adicionales, o materiales
de referencia y mapas interactivos. Tal como Millennial
Marketing señaló, el tratamiento del texto debe incluir
el paquete gráfico, cambios con fuentes creativas para
romper la salida del texto o la aplicación en cuadros.
Todo es parte de una estrategia aceptable para la Gene­
ración Y.
Tos audiolibros son populares para todas las eda­
des, y una dramatización creativa en audio de la serie
El gran conflicto, aunque sería una producción de ma­
yor costo, podría proporcionar una conexión atractiva
y eficaz con los lectores u oyentes actuales.
Una de las valiosas ventajas que tenemos para que
la iglesia presente a E. G. White y sus obras, tanto a la
comunidad de la fe como al público en general, son
las páginas web de la escritora, www.egwwritings.org

34 ¡LOS MÉTODOS Y LA GENERACIÓN Y


¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

y ellenwhite.org. El acceso perpetuo a estos sitios es un


factor importante que contribuye a la expansión de la in­
fluencia de sus escritos. Sin embargo, el contenido más
atractivo en el mundo no puede anular una presentación
obsoleta o gráficos anticuados. Contar con un equipo de
Millennials espiritual y artísticamente comprometidos,
conocedores de la tecnología, que revisaran ambos sitios,
sería un gran paso para entablar comunicación con esta
generación que la iglesia busca. Si bien el contenido es
fresco, el arte y el diseño gráfico de ellenwhite.org han
sido anticuados y arcaicos. Una breve lectura de las pá­
ginas web internacionales que atraen visitantes de todas
las edades proporcionaría motivos suficientes (a mane­
ra de comparación) para que se rediseñaran las páginas
de la iglesia que promueven a E. G. White, tanto para el
público en general como para la iglesia. La red actual es
la más influyente, el mejor «primer paso adelante» que la
iglesia posee para conectarse con esta generación. Debe­
mos aprovechar nuestro talento más brillante y emplear
nuestros diseñadores web más creativos, para lograr una
zona de interfaz estratégica exitosa entre esta generación
y los escritos de E. G. White.
El punto persistente es que la iglesia debe estar dis­
puesta a contextualizar el empaquetamiento de los textos
de E. G. White, si en verdad tenemos la intención seria de
usarlos para alcanzar a una nueva generación. Una recon-

LOS M E TID O S Y _ A GENERACION Y I 3 5


¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

textualización de esta envergadura no sería una traición


a estos escritos inspirados divinamente sino, más bien,
obedecería a la estrategia misionera que impulsan las
Sagradas Escrituras, de hablar en el lenguaje del mundo
que buscamos alcanzar para Cristo8.

36 ILOS MÉTODOS Y LA GENERAC ÓN Y


¿ES IMPORTANTE?

'ace algunos años, las famosas corn flakes de


Kellogg’s utilizaron un nuevo lema de mer-
.cadotecnia inteligente, para reaparecer en la
memoria de al menos un sector del mercado demográ­
fico de los consumidores que se habían destetado con el
sabor de esas hojuelas de maíz, pero que con el paso de
los años, habían optado por desayunar otros alimentos.
El lema simplemente invitaba: «Pruébalas de nuevo. . .
por primera vez».
¿Es posible hacer algo de nuevo, por primera vez?
Por supuesto que no, pero sí podemos tener una ex­
periencia similar, si retomamos algo que fue parte de
nuestra historia personal hace mucho tiempo.
«Probar de nuevo como si fuera la primera vez». ¿No
podría ser también un lema apropiado para la comercia­
lización de las obras de E. G. White? Tal vez no solamen­
te para alcanzar a la Generación Y, también a sus padres y
¿PU ED E EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

abuelos. ¿Acaso la iglesia de la Generación Y se compone


de «adultos» que han concluido que crecieron sin la ne­
cesidad de leer los antiguos «libros rojos» de su infancia?
Después de todo, ¿quién quiere seguir desayunando el
mismo cereal que sus abuelos?
Roger Dudley y Des Cummings, Jr., investigaron la
correlación entre el desarrollo espiritual y la lectura de
las obras de E. G. White. Los resultados de su estudio
son sorprendentes1. Hicieron una encuesta a más de
8200 miembros de 193 iglesias adventistas en Estados
Unidos. Evaluaron 20 categorías de la vida espiritual;
una sola pregunta indagaba si los encuestados eran lec­
tores habituales de los escritos de E. G. White o no.
Consideremos estas cifras impresionantes: 82% de
los lectores habituales de los libros de E. G. White evalua­
ron su relación con Jesucristo como «íntima»; mientras
que solamente 56% de los que no leían esas obras dieron
la misma respuesta (una diferencia del 26%). Ese 82% de
lectores habituales informó que tenía mucha seguridad
de estar bien con Dios, en comparación con el 56% de
los no lectores. Los lectores de E. G. White estaban 24%
más involucrados con la divulgación y los servicios de
actividad cristiana, que los que no eran lectores. El 82%
de los que leen a E. G. White también tenían un estudio
personal regular de la Biblia, comparados con el 47% de
los no lectores. De hecho, en cada una de las 20 catego-

38 ¿ES IMPORTANTE?
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

rías de vida espiritual encuestadas, los lectores habitua­


les de E. G. White alcanzaron un nivel más alto que los
no lectores.
En sus conclusiones, Dudley y Cummings escribieron:

Rara vez encuentra un estudio de investigación sus


evidencias de manera tan acentuada hacia una con­
clusión. En la encuesta de crecimiento de la iglesia,
en cada artículo que se ocupa de las actitudes o prác­
ticas [de la vida espiritual] personales, el miembro
que estudia regularmente los libros de E. G. White
tiende a tener rango más alto, que el miembro que
los lee ocasionalmente o nunca2.

«Probar de nuevo como si fuera la primera vez»,


dado que es de vital importancia para la iglesia imple-
mentar estrategias creativas para presentar los escritos
de E. G. White a quienes aún no los han leído, y debi­
do a que es tan imprescindible para la iglesia, a fin de
recontextualizar esos escritos para aquellos que ya los
leyeron.
«Probar de nuevo como si fuera la primera vez». Es
lo que dijo Jesús al referirse a los profetas, ¿o no? «Uste­
des los conocerán por sus frutos»3.
No debe extrañarnos que él nos llame a probar de
nuevo. Otra vez.

¿F.S IM 3CR 1ANTE? 39


EN CONCLUSIÓN

0 Puede la generación actual conectarse con E. G.


¿ s i White y sus obras? ¿Pueden la disparidad y la dis-
tanda tornarse insignificantes? La conclusión a
la que llego es que la respuesta es: ¡Sí! Pero es un «sí»
condicionado. Nuestra misión de conectarnos con esta
generación debe incluir la condición de que algunas
metodologías tienen que cambiar. Hay más verdad que
poesía en la frase burlesca: «Locura es hacer de nuevo lo
mismo, una y otra vez, con la esperanza de obtener un
resultado diferente».
Dada la predisposición de esta generación y su fa­
miliaridad con una metanarrativa similar a la de la gran
controversia; dada su afición por la metafísica de la es­
piritualidad de la religión organizada; dada su preferen­
cia por la experiencia multimedia altamente gráfica e
interactiva en vez de la lectura «pasada de moda», al es­
tilo de los libros de texto; es imperativo que la iglesia del
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

tercer milenio adopte una contextualización contem­


poránea en la búsqueda de presentar a la Generación
Y a esa mujer y sus obras, para que la pueda conducir
a Jesús. Muchos de nosotros estamos convencidos de
que no hay escritor más Cristocéntrico y divinamente
posicionado para conectarse con esta generación, que
la dama que todavía consideramos recibió el don pro-
fético del mismo Dios. Es el momento preciso para que
invitemos a toda una generación a «probarlos de nuevo
por primera vez».

42 EN CONCLUSIÓN
REFERENCIAS

INTRODUCCIÓN
*Art Lindsley, al definir ambos términos, escribió: «Tal vez no
existan dos personas que estén completamente de acuerdo
con una definición de “modernidad” y “posmodernidad”. Aun­
que, en general, se considera que la modernidad es la mentali­
dad que rigió en Occidente desde el Renacimiento o por lo
menos desde la Ilustración. Hace énfasis en cosas tales como
el racionalismo, el orden, la coherencia, la unidad y el poder.
La posmodernidad sería una mentalidad alternativa que llegó
a fortalecerse a partir de la segunda mitad del siglo XX. Cons­
cientemente, en rechazo a su predecesora, la posmodernidad
enfatiza las emociones, la diversidad y el misterio, y se niega a
opinar de las diferencias entre las personas. Los diversos tipos
de relativismo encajan bien en la posmodernidad» ( True Truth:
Defending Absolute Truth in a Relativistic World, Downers
Grove, Illinois, 2004, págs. 58, 59).

LA GENERACIÓN Y
'Patrick Spenner, «Inside the Millennial Mind: The Do’s and
Don’ts of Marketing to this Powerful Generation», en Forbes,
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

www.forbes.com/sites/patrickspenner/2014/04/16/inside-the-
millennial-mind-the-dos-donts-of-marketing-to-this-powerful-
generation-3. Consultado el 17 de junio de 2014.
2Centro de Investigaciones Pew, «Millennials in Adulthood:
Detached from Institutions, Networked with Friends», en Pew
Research Center: Social & Demographic Trends, www.
pewsocialtrends.org/files/2014/03/2014-03-07_generations-re-
port-version-for-web.pdf. Consultado el 20 de mayo de 2014.
3Los universitarios profesionistas de la Generación Y piden
préstamos estudiantiles para su futuro por aproximadamente
100 000 dólares. El programa Morning Edition de la Radio
Pública de Estados Unidos reportó: «Casi dos tercios de las
respuestas de [la Generación Y] a [lo que serían sus mayores
preocupaciones] tenían que ver con deudas universitarias.
Superior a un billón de dólares, la deuda en préstamos estu­
diantiles en este país es más grande que la deuda por tarjetas
de crédito» (www.npr.org/2014/04/10/301242410/many-mi-
llennials-are-drowning-in-student-loan-debt. Consultado el 22
de mayo de 2014).
‘’Artículo de Wikipedia en inglés, «Millennials», en.wikipedia.
org/wiki/Millennials. Consultado el 20 de mayo de 2014.
5Spenner, op cit.
6Para evitar que concluyamos apresuradamente que la Genera­
ción Y es exclusivamente de adolescentes, Spenner nos recuerda:
«La mayoría de la gente asume que los Millennials son todos los
jóvenes de veinticinco años o menos; subempleados, reclui­
dos en la casa de mamá y el sótano de papá. Pero al prestar
atención integral a la generación (como ya se definió, en edad
de diecinueve a treinta y seis años) en este grupo se encuentra
una variedad de etapas de la vida y estilos de vida. Entre los más
olvidados: el hecho de que los Millennials mayores experimentan,
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

en muchos sentidos, “crecimiento”. Casi la mitad están casados


y tienen hijos (aunque no necesariamente la misma mitad).
Cuando pensamos en los Millennials, la mayoría de la gente habla
de “cuando crezcan", pero los que dicen esto no se percatan que
un montón de ellos ya creció, y no precisamente como se había
considerado en el pasado» (ídem).

CONTEXTUALIZAR
'F. F. Bruce, Commentary on the Book o f Acts, Grand Rapids,
Michigan, W. B. Eerdmans, 1954, pág. 292.
2Hechos 14:15.
3Hechos 17: 24.
4En Atenas «Pablo no cita las profecías hebreas tan descono­
cidas a sus oyentes; sus citas proceden de los poetas griegos.
Pero no desciende al nivel de sus oyentes al argumentar a
partir de los “primeros principios”, como si hubiera sido uno
de sus filósofos. Su argumento se basa firmemente en la reve­
lación bíblica de Dios, que hace eco a lo largo del pensamien­
to, y a veces del mismo lenguaje, de las Escrituras del Antiguo
Testamento. Al igual que la misma revelación bíblica, su
argumento comienza con Dios el Creador de todo, y termina
con Dios el Juez de todos» (Bruce, op. cit., pág. 355).
51 Corintios 9:19-23.
6Romanos 10:14.
7William D. Romanowski, Eyes Wide Open: Looking for God in
Popular Culture, Grand Rapids, Michigan, Brazo, 2001, pág. 94.
“^Apocalipsis 12: 7-12.
9Denis Fortin señaló: «Los temas del amor de Dios y la gran
controversia entre Cristo y Satanás son los temas fundamen­
tales de la teología de E. G. White. [...] [El tema del amor de
Dios] proporciona el contexto para su relato de la historia

REFERENCIAS] 4 5
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

del gran conflicto y sirve como un principio teológico de la


hermenéutica para entender sus obras. [...] Obviamente White
tuvo un propósito en mente cuando se refirió al amor de Dios
al principio y al final de su metanarrativa [de la serie El gran
conflicto]». Véase Denis Fortin y Jerry Luna, eds., The Ellen
G. White Encyclopedia, Hagerstown. Maryland, Review and
Herald, 2013, págs. 265,266, y E. G. White, El conflicto de los
siglos, México, APIA-Gema Editores, 2011, págs. 11,12.
10ídem, págs. 13,14.
"ídem, pág. 14.
“Douglas Groothuis, Truth Decay: Defending Christianity
Against the Challenges o f Postmodernism, Downers Grove,
Illinois, InterVarsity Press, 2000, pág. 136.
13ídem, pág. 137.
MWhlte, Mensajeros de esperanza, Buenos Aires, APIA, 2002,
pág. 131. Énfasis añadido.

LA METAFÍSICA Y LA GENERACIÓN Y
’Grupo Barna, «Three Spiritual Journeys of Millennials»,
en Barna, www.barna.com/research/three-spiritual-jour-
neys-of-miliennials/. Consultado el 16 de noviembre de 2016.
2Centro de Investigaciones Pew, «Millennials in Adulthood:
Detached from Institutions, Networked with Friends», en Pew
Research Center: Social & Demographic Trends, www.
pewsocialtrends.org/files/2014/03/2014-03-07_genera-
tions-report-version-for-web.pdf. Consultado el 20 de mayo
de 2014.
3Bobby Ross, Jr., «Millennials: More Spiritual than Religious?»,
en The Christian Chronicle, www.christianchronlcle.org/article/
millennials-more-spiritual-than-religious. Consultado el 22 de
mayo de 2014.

46 REFERENCIAS
¿PUEDE EL MUNDO DE HOY LEER A E. G. WHITE?

4Grupo Barna, op. cit.


5S. Mateo 5: 6.

LOS MÉTODOS DE LA GENERACIÓN Y


'Millennial Marketing Production, «Do Millennial Read? Yes,
But They Read Differently», en Millenial Marketing Powered by
FutureCast, millennialmarketing.com/2010/05/do-millennials-
read-yes-but-they-read-differently/. Consultado el 17 de junio
de 2014.
2ídem.
3ídem.
4ídem.
5ídem.
6ídem.
7En 2006, la Pacific Press lanzó una edición de El Deseado de
todas las gentes basado en la versión en inglés de la Biblia
New King James. Incluía bocetos a lápiz con un estilo contem­
poráneo de Darryl Tank en cada capítulo. Es buen ejemplo de
un cambio visual que se puede hacer para presentar el conte­
nido, y también un cambio de formato, a fin de incrementar el
número de lectores.
81 Corintios 3:19-23.

¿ES IMPORTANTE?
'Roger L. Dudley y Des Cummings, Jr., «Who Reads Ellen
White?», en Ministry, octubre de 1982. Consultable en www.
ministrymagazine.org/archive/1982/10/who-reads-ellen-white.
2ídem.
3S. Mateo 7:16.

REFERENCIAS | 4 7

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