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«Tengo un sueño»

por MARTIN LUTHER KING

«Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy en la que quedará como la mayor
manifestación por la libertad en la historia de nuestra nación. Hace cien años, un gran
americano, cuya sombra simbólica nos cobija, firmó la Proclama de Emancipación. Este
importante decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos
negros que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Llegó como un amanecer de
alegría para terminar la larga noche del cautiverio. Pero 100 años después debemos
enfrentar el hecho trágico de que el negro aún no es libre. Cien años después, la vida del
negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro
vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material.
Cien años después, el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad
estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra.

Y así hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición extrema. En cierto sentido,
llegamos a la capital de nuestra nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de
nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaración
de Independencia, firmaban una promisoria nota de la que todo estadounidense sería
heredero. Esa nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los
derechos inalienables de 'vida, libertad y búsqueda de la felicidad'. Es obvio hoy que
Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color. En
vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor que
fue devuelto con el sello de 'fondos insuficientes'. Pero nos rehusamos a creer que el banco
de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes
depósitos de oportunidad en esta nación. Por eso hemos venido a cobrar ese cheque, un
cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado para recordarle a Estados Unidos la urgencia
feroz del ahora. Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento o para tomar la
droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y
desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia racial. Ahora es
el tiempo de elevar nuestra nación de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la
sólida roca de la hermandad. Ahora es el tiempo de hacer de la justicia una realidad para
todos los hijos de Dios. Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento.
Este sofocante verano del legítimo descontento del negro no terminará hasta que venga
un otoño revitalizador de libertad e igualdad. 1963 no es un fin, sino un principio. Aquellos
que piensan que el negro sólo necesita evacuar su frustración y que ahora permanecerá
contento, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina.

No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga


garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán
sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la
justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que
lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser
culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa
de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de
la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en
violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia
a la fuerza física con la fuerza del alma. Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado
a la comunidad negra no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos
de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado
cuenta de que su destino está atado al nuestro. Se han dado cuenta de que su libertad
está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y a medida
que caminemos, debemos hacernos la promesa de marchar siempre hacia el frente. No
podemos volver atrás.

Hay quienes preguntan a los que luchan por los derechos civiles: '¿Cuándo quedarán
satisfechos?' Nunca estaremos satisfechos mientras el negro sea víctima de los
inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto
nuestros cuerpos, pesados por la fatiga del viaje, no puedan acceder a un alojamiento en
los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos mientras
la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca
estaremos satisfechos mientras a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad
con carteles que rezan: 'Solamente para blancos'. No podemos estar satisfechos y no
estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva
York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos
satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente.

No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones.
Algunos de ustedes acaban de salir de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde
zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la
persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial. Ustedes son los veteranos
del sufrimiento creativo. Continúen su trabajo con la fe de que el sufrimiento sin recompensa
asegura la redención. Vuelvan a Mississippi, vuelvan a Alabama, regresen a Georgia, a
Louisiana, a las zonas pobres y guetos de las ciudades norteñas, con la sabiduría de que,
de alguna forma, esta situación puede ser y será cambiada. No nos deleitemos en el valle
de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que, pese a todas las dificultades
y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado
profundamente en el sueño americano.

Yo tengo un sueño de que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado
de su credo: 'Creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son
creados iguales'.

Yo tengo el sueño de que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex
esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en
la mesa de la hermandad.

Yo tengo el sueño de que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto,


sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad
y justicia.

Yo tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no
serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter. ¡Yo tengo un
sueño hoy!

Yo tengo el sueño de que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un
gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día
allí mismo en Alabama, pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de
unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.
¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo el sueño de que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será
bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que
la gloria del Señor será revelada y toda la carne la verá al unísono. Esta es nuestra
esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir
en la montaña de la desesperación una piedra de esperanza. Con esta fe seremos
capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de
hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar
juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un
día seremos libres.

Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con
un nuevo significado: 'Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis
padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la
libertad'. Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en
realidad. Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva
Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen
resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania. Dejen resonar la libertad desde
los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de
California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. ¡Dejen
resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee! Dejen resonar la libertad desde
cada colina y cada montaña de Mississippi, desde cada ladera, ¡dejen resonar la libertad!
Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar
desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces
de apresurar la llegada de ese día en que todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres
blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y
cantar las palabras de un viejo espiritual negro: '¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres!
Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!'».

BARACK OBAMA “YES WE CAN” (SÍ, SE PUEDE)

Presidente Castro, pueblo de Cuba:

Muchas gracias por la cálida acogida que hemos recibido yo, mi familia y mi delegación.
Es un honor extraordinario estar hoy aquí. Antes de empezar, permítanme por favor, quiero
comentar sobre los ataques terroristas que tuvieron lugar en Bruselas.

Los pensamientos y las oraciones del pueblo de Estados Unidos están con el pueblo de
Bélgica. Somos solidarios con ellos, condenando estos indignantes ataques contra personas
inocentes. Haremos todo lo que sea necesario para apoyar a nuestro amigo y aliado,
Bélgica, para llevar ante la justicia a los responsables, y este es otro recordatorio más de
que el mundo debe estar unido.

Debemos cerrar filas, al margen de nacionalidad, raza o creencias religiosas, en la lucha


contra este flagelo del terrorismo. Podemos derrotar, y derrotaremos, a aquellos que
amenazan nuestra seguridad y la de las personas en todo el mundo.

Al Gobierno y al pueblo de Cuba quiero agradecerles la amabilidad que han demostrado


hacia mí, hacia Michelle, Malia, Sasha, mi suegra, Marian.

[En español] “Cultivo una rosa blanca” [aplausos] En su más célebre poema José Martí hizo
esta oferta de amistad y paz tanto a amigos como enemigos. Hoy, como Presidente de
Estados Unidos de América yo le ofrezco al pueblo cubano [en español] el saludo de paz
[aplausos].

La Habana está a solo 90 millas de la Florida, pero para llegar aquí tuvimos que recorrer una
larga distancia, por encima de barreras históricas, ideológicas, de dolor y separación. Las
azules aguas bajo el Air Force One, fueron una vez surcadas por acorazados hacia esta isla
para liberar a Cuba, pero también para ejercer control sobre ella.

Esas aguas también fueron surcadas por generaciones de revolucionarios cubanos hacia
Estados Unidos, donde recabaron apoyo para su causa. Y esa corta distancia ha sido
cruzada por cientos de miles de exiliados cubanos, en aviones y balsas rústicas, quienes
vinieron a Estados Unidos en busca de libertad y oportunidades, a veces dejando atrás todo
lo que tenían y a todos sus seres queridos. Como tantos, en nuestros dos países.

Toda mi vida se ha desenvuelto en una era de aislamiento entre nosotros. La revolución


cubana tuvo lugar en el mismo año en que mi padre emigró a Estados Unidos desde Kenya.
Bahía de Cochinos tuvo lugar en el año en que yo nací. Al año siguiente el mundo entero
quedó en suspenso observando a nuestros dos países mientras la Humanidad se acercaba
más que nunca antes al horror de una guerra nuclear.

Con el paso de las décadas nuestros Gobiernos se quedaron estancados en una


confrontación aparentemente interminable, librando batallas a través de terceros. En un
mundo que se rehízo a sí mismo una y otra vez, el conflicto entre Estados Unidos y Cuba era
una constante. Yo he venido aquí a enterrar los últimos remanentes de la Guerra Fría en las
Américas [aplausos] Yo he venido aquí a extender una mano de amistad al pueblo cubano
[aplausos].

Quiero ser claro: las diferencias entre nuestros Gobiernos al cabo de tantos años son reales,
y son importantes. Estoy seguro de que el presidente Castro diría lo mismo. Lo sé, porque he
escuchado y abordado esas diferencias en profundidad. Pero antes de discutir esos
problemas, también tenemos que reconocer cuantas cosas compartimos porque, en
muchas formas, Estados Unidos y Cuba son como dos hermanos que han estado
distanciados por muchos años, aunque llevemos la misma sangre.

Ambos vivimos en un Nuevo Mundo colonizado por europeos. Cuba, como Estados Unidos,
fue en parte fundada por esclavos traídos de África. Como el de Estados Unidos, el pueblo
cubano puede trazar sus ancestros hasta esclavos y dueños de esclavos. Ambos acogimos
a inmigrantes que vinieron de muy lejos para empezar una nueva vida en las Américas. A
lo largo de los años nuestras culturas se han entremezclado. La labor del Dr. Carlos Finlay en
Cuba allanó el camino para generaciones de médicos, entre ellos Walter Reed, que se
basó en el trabajo del Dr. Finlay para ayudar a combatir la fiebre amarilla.

Tal como Martí escribió su obra más famosa en Nueva York, Ernest Hemingway hizo de Cuba
su hogar y encontró inspiración en las aguas de estas costas. Compartimos el mismo
pasatiempo nacional [en español]: la pelota. Y hoy mismo, más tarde, nuestros jugadores
van a competir en el mismo terreno habanero donde jugara Jackie Robinson antes de
debutar en las Grandes Ligas [aplausos]. Y se dice que nuestro más grande boxeador,
Mohamed Alí, rindió homenaje una vez a un cubano con el que nunca pudo pelear,
diciendo que lo más que podía alcanzar era un empate con ese gran cubano, Teófilo
Stevenson.

Así que aun cuando nuestros Gobiernos devinieron adversarios, nuestros pueblos
compartían estas pasiones comunes, particularmente con la llegada a Estados Unidos de
tantos cubanos. En Miami o La Habana usted puede encontrar lugares donde bailar cha-
cha-cha o salsa; donde comer “ropa vieja”; la gente en nuestros dos países ha cantado
con Celia Cruz, Gloria Estefan, y ahora escuchan el reggaetón de Pitbull.

Millones de los nuestros tienen una misma religión, una fe a la que yo he rendido tributo en
la Ermita de la Caridad de Miami: la paz que los cubanos encuentran en La Cachita.

A pesar de nuestras diferencias, cubanos y estadounidenses comparten valores comunes


en sus vidas: un sentido de patriotismo y de orgullo, un gran orgullo; un profundo amor a la
familia; la pasión por nuestros hijos; un compromiso con su educación. Y es por eso que creo
que nuestros nietos mirarán este período de aislamiento como una aberración, y como
apenas un capítulo en una historia más larga de familiaridad y amistad.

Pero no podemos ni debemos ignorar las diferencias reales que tenemos, acerca de cómo
organizamos nuestros Gobiernos, nuestras economías y nuestras sociedades. Cuba tiene un
sistema de partido único; Estados Unidos es una democracia multipartidista. Cuba tiene un
modelo económico socialista; Estados Unidos, uno de mercado abierto. Cuba ha
enfatizado el papel y los derechos del Estado; los Estados Unidos fueron fundados en los
derechos de la persona individual.

A pesar de estas diferencias, el 17 de diciembre del 2014 el presidente Castro y yo


anunciamos que Estados Unidos y Cuba comenzarían un proceso de normalización de las
relaciones entre nuestros países [aplausos].

Desde entonces, hemos establecido relaciones diplomáticas y abierto embajadas. Hemos


puesto en marcha iniciativas para cooperar en la salud y la agricultura, la educación y la
aplicación de la ley. Hemos llegado a acuerdos para restaurar los vuelos y el servicio de
correo directos. Hemos ampliado los lazos comerciales, e incrementado la capacidad de
los estadounidenses para viajar a Cuba y hacer negocios aquí.

Y estos cambios han sido bien recibidos, a pesar de que todavía hay quienes se oponen
estas políticas. Pero, aun así, muchas personas en ambos lados de este debate se han
preguntado: “¿Por qué ahora?" "¿Por qué ahora?”.

La respuesta es simple: Lo que Estados Unidos estaba haciendo no estaba funcionando.


Tenemos que tener el valor de reconocer esa verdad. Una política de aislamiento diseñada
para la Guerra Fría tenía poco sentido en el siglo XXI. El embargo sólo estaba perjudicando
al pueblo cubano en lugar de ayudarlo. Y yo siempre he creído en lo que Martin Luther King,
Jr. llamó "la feroz urgencia del ahora": No debemos temer al cambio, debemos abrazarlo.
[aplausos]

Esto me conduce a una razón mayor y más importante de estos cambios [en español]: Creo
en el pueblo cubano. Creo en el pueblo cubano [aplausos]. Esto no es sólo una política de
normalización de las relaciones con el Gobierno cubano. Estados Unidos de América están
normalizando sus relaciones con el pueblo cubano. [aplausos]

Y hoy, quiero compartir con ustedes mi visión de lo que puede ser nuestro futuro. Quiero que
el pueblo cubano –especialmente los jóvenes– entienda por qué creo que ustedes deben
ver el futuro con esperanza. Y no es la falsa promesa que insiste en que las cosas son mejores
de lo que realmente son, o el optimismo ciego que dice que todos sus problemas podrán
desaparecer mañana. Es una esperanza que tiene sus raíces en el futuro que ustedes
pueden elegir, y pueden conformar, y pueden construir para su país.
Yo tengo esa esperanza porque creo que el pueblo cubano es tan innovador como
cualquier otro pueblo del mundo.

En una economía global, impulsada por las ideas y la información, el mayor recurso de un
país es su gente. En Estados Unidos, tenemos un claro monumento a lo que el pueblo
cubano es capaz de construir: se llama Miami. Aquí en La Habana, vemos ese mismo talento
en los cuentapropistas, las cooperativas, los autos antiguos que todavía ruedan [en
español]. El cubano Inventa del aire. [aplausos]

Cuba cuenta con un extraordinario recurso: un sistema de educación que valora a cada
niño y cada niña [aplausos]. Y en los últimos años, el Gobierno cubano ha comenzado a
abrirse al mundo, y a abrir aún más espacio para que el talento florezca. En pocos años,
hemos visto como los cuentapropistas pueden salir adelante, mientras conservan un espíritu
netamente cubano. Ser trabajador por cuenta propia no significa ser más como Estados
Unidos, significa ser uno mismo.

Miren a Sandra Lídice Aldama, que decidió comenzar un pequeño negocio. Los cubanos,
dice, podemos "innovar y adaptar sin perder nuestra identidad... nuestro secreto está en no
copiar o imitar sino, simplemente, en ser nosotros mismos".

Es ahí donde comienza la esperanza: con la posibilidad de ganarse la vida y construir algo
de lo que uno pueda estar orgulloso. Es por eso que nuestras políticas se centran en el apoyo
a los cubanos, y no en hacerles daño. Es por eso que nos deshicimos de los límites en las
remesas: para que los cubanos tengan más recursos. Es por eso que estamos alentando los
viajes, que construirán puentes entre nuestros pueblos, y traerán más ingresos a las
pequeñas empresas cubanas. Es por eso que hemos ampliado el espacio para el comercio
y los intercambios, de modo que los estadounidenses y los cubanos puedan trabajar juntos
para encontrar curas a las enfermedades, y crear puestos de trabajo, y abrir las puertas a
más oportunidades para el pueblo cubano.

Como Presidente de Estados Unidos, he exhortado a nuestro Congreso a levantar el


embargo [aplausos]. Es una carga obsoleta sobre el pueblo cubano. Es una carga para los
estadounidenses que quieren trabajar y hacer negocios o invertir aquí en Cuba. Es hora de
levantar el embargo. Pero incluso si se levantara el embargo mañana, los cubanos no se
darían cuenta de su potencial sin una continuidad de los cambios aquí en Cuba [aplausos].

Debiera ser más fácil abrir un negocio aquí en Cuba. Un trabajador debiera poder
conseguir un trabajo directamente con las empresas que invierten aquí en Cuba. Dos
monedas no deben separar el tipo de salarios que los cubanos pueden ganar. Internet
debe estar disponible en toda la isla, para que los cubanos puedan conectarse con el resto
del mundo [aplausos] y con uno de los grandes motores del crecimiento en la historia
humana. Estados Unidos no limita la capacidad de Cuba para tomar estas medidas.
Depende de ustedes. Y puedo decirles como amigo que en el siglo XXI la prosperidad
sostenible depende de la educación, la salud, y la protección del medio ambiente. Pero
también depende del intercambio libre y abierto de ideas. Si uno no puede acceder a la
información en línea, si no puede estar expuesto a diferentes puntos de vista, no alcanzará
su máximo potencial. Y con el tiempo, la juventud va a perder la esperanza.

Sé que estos son temas sensibles, sobre todo viniendo de un presidente estadounidense.
Antes de 1959, algunos americanos veían a Cuba como algo que explotar, ignoraban la
pobreza, facilitaban la corrupción. Y desde 1959, hemos estado boxeando con nuestras
sombras en esta batalla de la geopolítica y las personalidades. Conozco la historia, pero
me niego a ser atrapado por ella. [aplausos]
He dejado claro que Estados Unidos no tiene ni la capacidad, ni la intención de imponer un
cambio en Cuba. Cualquier cambio que venga dependerá del pueblo cubano. No les
vamos a imponer nuestro sistema político o económico. Reconocemos que cada país,
cada pueblo, debe trazar su propia ruta y dar forma a su propio modelo. Pero después de
haber eliminado de nuestra relación la sombra de la historia, debo hablar con honradez
acerca de las cosas en que yo creo: las cosas en las que nosotros, como estadounidenses,
creemos. Como dijo Martí, "La libertad es el derecho de todo hombre a ser honrado, y a
pensar y a hablar sin hipocresía".

Así que, déjenme decirles en qué creo. No puedo obligarles a estar de acuerdo conmigo,
pero ustedes deben saber lo que pienso. Creo que cada persona debe ser igual ante la ley
[aplausos]. Todos los niños merecen la dignidad que viene con la educación y la atención
a la salud, y comida en la mesa y un techo sobre sus cabezas [aplausos]. Creo que los
ciudadanos deben tener la libertad de decir lo que piensan sin miedo [aplausos] de
organizarse y criticar a su Gobierno, y de protestar pacíficamente; y que el Estado de
Derecho no debe incluir detenciones arbitrarias de las personas que ejercen esos derechos
[aplausos]. Creo que cada persona debe tener la libertad de practicar su religión en paz y
públicamente [aplausos]. Y, sí, creo que los electores deben poder elegir a sus gobiernos
en elecciones libres y democráticas. [aplausos]

No todo el mundo está de acuerdo conmigo en esto. No todo el mundo está de acuerdo
con el pueblo estadounidense acerca de esto. Pero yo creo que los Derechos Humanos son
universales [aplausos]. Creo que son los derechos del pueblo estadounidense, del pueblo
de Cuba, y de las personas en todo el mundo.

Ahora bien, no es ningún secreto que nuestros Gobiernos están en desacuerdo sobre
muchos de estos asuntos. He sostenido conversaciones francas con el presidente Castro.
Durante muchos años, él ha señalado las fallas en el sistema americano: la desigualdad
económica; la pena de muerte; la discriminación racial; guerras en el extranjero. Eso es sólo
una muestra. Él tiene una lista mucho más larga. (Risas). Pero esto es lo que el pueblo
cubano necesita comprender: yo estoy abierto a ese debate público y al diálogo. Es
bueno. Es saludable. No le temo.

Tenemos demasiado dinero en la política estadounidense. Sin embargo, en Estados Unidos,


todavía es posible para alguien como yo –un niño que fue criado por una madre soltera,
un niño mestizo que no tiene mucho dinero– aspirar al más alto cargo de la tierra y ganarlo.
Eso es lo que es posible en Estados Unidos. [aplausos]

Tenemos desafíos de discriminación racial –en nuestras comunidades, en nuestro sistema


de justicia criminal, en nuestra sociedad– un legado de la esclavitud y la segregación. Pero
el hecho de que tengamos debates abiertos dentro de la propia democracia
estadounidense es lo que nos permite mejorar.

En 1959, el año en que mi padre se trasladó a Estados Unidos, en muchos estados


americanos era ilegal que se casara con mi madre, que era blanca. Cuando empecé la
escuela, todavía estábamos luchando por eliminar la segregación en las escuelas de todo
el sur de Estados Unidos. Pero las personas se organizaron; protestaron; debatieron estos
temas; desafiaron a los funcionarios del gobierno. Y debido a esas protestas, y debido a
esos debates, y debido a la movilización popular, es que yo puedo estar aquí hoy, un
afroamericano, presidente de Estados Unidos. El que pudiéramos lograr un cambio se debió
a las libertades que disfrutamos en Estados Unidos.
No estoy diciendo que sea fácil. Todavía hay enormes problemas en nuestra sociedad. Pero
la manera que tenemos para resolverlos es la democracia. Así es como obtuvimos atención
de salud para más estadounidenses. Así es como hemos hecho grandes avances en los
derechos de la mujer y los derechos de los homosexuales. Así es como atendemos la
desigualdad que concentra tanta riqueza en los estratos superiores de nuestra sociedad.
Gracias a que los trabajadores pueden organizarse y la gente común tener una voz, la
democracia estadounidense ha dado a nuestra gente la oportunidad de realizar sus sueños
y disfrutar de un alto nivel de vida. [aplausos]

Ahora bien, todavía nos quedan algunas peleas difíciles. No siempre es bonito el proceso
de la democracia. A menudo es frustrante. Lo pueden ver en las elecciones que tenemos
allá. Pero deténganse un momento y consideren este hecho: en la campaña electoral
estadounidense que está teniendo lugar en este momento hay dos cubanoamericanos del
Partido Republicano, compitiendo contra el legado de un hombre negro que es presidente,
mientras aducen ser la mejor persona para vencer al candidato demócrata que, o bien va
a ser una mujer, o un socialdemócrata. (Risas y aplausos.) ¿Quién lo hubiera creído en 1959?
Esa es una medida de nuestro progreso como democracia. [aplausos]

Así que aquí está mi mensaje para el Gobierno de Cuba y el pueblo cubano: los ideales
que son el punto de partida de toda revolución –la revolución americana, la revolución
cubana, los movimientos de liberación en todo el mundo– esos ideales encuentran su
expresión más auténtica, creo yo, en una democracia. No porque la democracia
estadounidense sea perfecta, sino precisamente porque no lo somos. Y nosotros –como
todos los países– necesitamos para cambiar el espacio que la democracia nos da. Ella da
a los individuos la capacidad de ser catalizadores para pensar en nuevas formas, y Re
imaginar cómo debe ser nuestra sociedad, y hacerse mejores.

Ya está teniendo lugar una evolución dentro de Cuba, un cambio generacional. Muchos
sugerían que viniera aquí y le pidiera al pueblo de Cuba que echara abajo algo, pero estoy
apelando a los jóvenes cubanos, que son los que van a levantar algo, a construir algo nuevo
[aplausos]. [En español] El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano.
[aplausos]

Y al presidente Castro –a quien le agradezco estar aquí hoy– quiero que sepa, creo que mi
visita aquí demuestra, que no tiene por qué temer una amenaza de Estados Unidos. Y
teniendo en cuenta su compromiso con la soberanía y la autodeterminación de Cuba,
también estoy seguro de que no tiene por qué temer a las voces diferentes del pueblo
cubano, y su capacidad de expresarse, reunirse, y votar por sus líderes. De hecho, tengo
una esperanza para el futuro porque confío en que el pueblo cubano tomará las decisiones
correctas.

Y como ustedes, también estoy seguro de que Cuba puede seguir desempeñando un
papel importante en el hemisferio y en todo el mundo, y mi esperanza, es que pueda
hacerlo como socio de Estados Unidos.

Hemos desempeñado roles muy diferentes en el mundo. Pero nadie debería negar el
servicio que miles de médicos cubanos han prestado a los pobres y los que sufren
[aplausos]. El año pasado, trabajadores de la salud estadounidenses –y militares de EEUU–
trabajaron codo a codo con los cubanos para salvar vidas y acabar con el Ébola en África
Occidental. Creo que deberíamos continuar teniendo esa clase de cooperación en otros
países.
Hemos estado en el lado opuesto de muchos conflictos en el continente americano. Pero
hoy en día, los estadounidenses y los cubanos están sentados juntos en la mesa de
negociación, y estamos ayudando a los colombianos a resolver una guerra civil que se ha
prolongado durante décadas [aplausos]. Ese tipo de cooperación es bueno para todos.
Brinda esperanza a todos en este hemisferio.

Tomamos diferentes caminos en nuestro apoyo al pueblo de Sudáfrica para la abolición del
apartheid. Pero el presidente Castro y yo pudimos estar al mismo tiempo en Johannesburgo
para rendir homenaje al legado del gran Nelson Mandela. [aplausos]

Y al examinar su vida y sus palabras, estoy seguro de que ambos nos damos cuenta de que
tenemos más trabajo por hacer para promover la igualdad en nuestros propios países: para
reducir la discriminación de las razas en nuestros propios países. Y en Cuba, queremos que
nuestro compromiso ayude a levantarse a los cubanos de ascendencia africana, [aplausos]
que han demostrado que no hay nada que no puedan lograr cuando se les da la
oportunidad.

Hemos sido parte de diferentes bloques de naciones en el hemisferio, y vamos a seguir


teniendo profundas diferencias sobre las maneras de promover la paz, la seguridad, las
oportunidades y los Derechos Humanos. Pero a medida que se normalicen nuestras
relaciones, creo que podremos ayudar a fomentar un mayor sentido de unidad en las
Américas [en español] Todos somos americanos. [aplausos]

Desde el inicio de mi mandato, he instado a la gente en las Américas a dejar atrás las
batallas ideológicas del pasado. Estamos en una nueva era. Sé que muchos de los
problemas de los que he hablado carecen del drama del pasado. Y sé que parte de la
identidad de Cuba es su orgullo de ser una pequeña nación insular capaz de defender sus
derechos, y estremecer al mundo. Pero también sé que Cuba siempre se destacará por el
talento, el trabajo duro, y el orgullo del pueblo cubano. Esa es su fuerza [aplausos]. Cuba
no tiene que ser definida por ser adversario de Estados Unidos, más de lo que Estados Unidos
deben ser definidos por ser adversarios de Cuba. Tengo esa esperanza para el futuro debido
a la reconciliación que está teniendo lugar en el pueblo cubano.

Sé que algunos cubanos en la isla pueden tener la sensación de que los que se fueron de
alguna manera apoyaron el viejo orden en Cuba. Estoy seguro de que hay una narrativa
que perdura aquí, y que sugiere que los exiliados cubanos pasaron por alto los problemas
de la Cuba prerrevolucionaria, y rechazaron la lucha por construir un nuevo futuro. Pero hoy
les puedo decir que muchos exiliados cubanos guardan recuerdos de una dolorosa –y, a
veces violenta– separación. Ellos aman a Cuba. Una parte de ellos todavía considera que
este es su verdadero hogar. Es por eso que su pasión es tan fuerte. Es por eso que su dolor
es tan grande. Y para la comunidad cubanoamericana que he llegado a conocer y
respetar, no se trata sólo de política. Se trata de la familia: el recuerdo de una casa que se
perdió; el deseo de reconstruir un vínculo roto; la esperanza de un futuro mejor; la esperanza
del retorno y la reconciliación.

A pesar de las políticas, las personas son personas, y los cubanos son cubanos. Y he venido
aquí –he viajado esta distancia– sobre un puente que fue construido por cubanos a ambos
lados del estrecho de la Florida. Primero llegué a conocer el talento y la pasión de los
cubanos en Estados Unidos. Y sé cómo han sufrido algo más que el dolor del exilio: también
saben lo que es ser un extraño, y pasar trabajos, y trabajar más duro para asegurarse de
que sus hijos puedan llegar más lejos en América.
Así que la reconciliación de los cubanos –los hijos y nietos de la revolución, y los hijos y nietos
del exilio– es fundamental para el futuro de Cuba. [aplausos]

Uno lo ve en Gloria González, que viajó aquí en 2013, por primera vez después de 61 años
de separación, y fue recibida por su hermana, Llorca. "Tú me reconociste, pero yo no te
reconocí a ti", dijo Gloria después de abrazar a su hermana. Imagínese eso, después de 61
años.

Se ve en Melinda López, que llegó a la antigua casa de su familia. Y mientras caminaba por
las calles, una anciana la reconoció como hija de su madre, y se puso a llorar. La llevó a su
casa y le mostró un montón de fotos que incluían algunas de Melinda cuando era una
bebé, que su madre le había enviado hacía 50 años. Melinda diría más tarde: "Muchos de
nosotros estamos recuperando tanto ahora".

Se ve en Cristian Miguel Soler, un joven que fue el primero de su familia en viajar aquí
después de 50 años. Y al encontrarse con sus familiares, por primera vez, dijo: "Me di cuenta
de que la familia es la familia, sin importar la distancia entre nosotros".

A veces los cambios más importantes comienzan en lugares pequeños. Las mareas de la
historia pueden dejar a las personas atrapadas en situaciones de conflicto, y exilio, y
pobreza. Se necesita tiempo para que esas circunstancias cambien. Pero en el
reconocimiento de una humanidad común, en la reconciliación de personas unidas por
lazos de sangre y en el creer el uno en el otro, es donde comienza el progreso. En el
entendimiento, y el saber escuchar, y el perdón. Y si el pueblo cubano enfrenta el futuro
unido, será más probable que los jóvenes de hoy puedan vivir con dignidad y alcanzar sus
sueños aquí en Cuba.

La historia de Estados Unidos y Cuba abarca revolución y conflicto; lucha y sacrificio;


retribución y, ahora, reconciliación. Es ya hora de dejar atrás el pasado. Ha llegado el
momento de que miremos juntos hacia el futuro [en español] un futuro de esperanza. Y no
va a ser fácil, y habrá adversidades. Tomará tiempo. Pero mi tiempo aquí en Cuba renueva
mi esperanza y mi confianza en lo que el pueblo cubano puede hacer. Podemos hacer
este viaje como amigos, y como vecinos, y como familia: juntos. [En español] Sí se puede.

Muchas gracias. [aplausos]

SALVADOR ALLENDE (ÚLTIMO DISCURSO)

Seguramente, ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza
Aérea ha bombardeado las antenas de Radio Magallanes. Mis palabras no tienen
amargura sino decepción. Que sean ellas un castigo moral para quienes han traicionado
su juramento: soldados de Chile...

Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que
tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y
miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán
avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La
historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de
lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que
serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas
presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas,
destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la
obligación de proceder.

Estaban comprometidos. La historia los juzgará.

Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará


a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi
recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni


acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este


momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo
que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por
donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo
la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la
cobardía y la traición.

Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973.

Salvador Allende

STEVE JOBS (CONECTAR LOS PUNTOS)

Dejé la Universidad de Reed tras los seis primeros meses, pero después seguí vagando por
allí otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo del todo. Entonces, ¿por qué lo dejé?

Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una estudiante joven y soltera,
y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me adoptaran tendrían
que ser titulados universitarios, de modo que se preparó todo para que al nacer fuese
adoptado por un abogado y su mujer. Solo que cuando yo nací decidieron a último
momento que lo que de verdad querían era una niña. Así que mis padres, que estaban en
lista de espera, recibieron una llamada a medianoche preguntando:

“Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?”

“Por supuesto”, dijeron ellos.

Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía título universitario, y que mi padre
ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de
adopción. Sólo cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día yo
iría a la universidad. Y 17 años más tarde fui a la universidad. Pero descuidadamente elegí
una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres, de
clase trabajadora, los estaba gastando en mi matrícula. Después de seis meses, no le veía
propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo
la universidad me iba a ayudar a averiguarlo. Y me estaba gastando todos los ahorros que
mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y confiar en que
las cosas saldrían bien.

En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que
nunca haya tomado. En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias
que no me interesaban y comencé a meterme en las que parecían interesantes. No era
idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos,
devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del envase para conseguir dinero para
comer, y caminaba más de 10 kilómetros los domingos por la noche para comer bien una
vez por semana en el templo de los Hare Krishna. Me encantaba. Y muchas cosas con las
que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más
adelante. Les daré un ejemplo.

En aquella época la Universidad de Reed ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en
caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los posters, todas las etiquetas de
todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano. Como ya no estaba
matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí asistir al curso de caligrafía para aprender
cómo se hacía. Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios
variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía. Era
sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar,
y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación
práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer
computador Macintosh, recordé todo eso. Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue
el primer computador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquel
curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni
caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac,
es probable que ningún computador personal los tuviera ahora. Si nunca hubiera decidido
dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía y los computadores personales no
tendrían la maravillosa tipografía que poseen.

Por supuesto, era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en
clase, pero fue muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde. Lo diré otra vez: no puedes
conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tienen que
confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo,
tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea.

Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.

Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.


Tuve suerte, supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos
Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años
Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en dos mil millones de
dólares y 4.000 empleados. Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor
creación —el Macintosh— un año antes, y hacía poco que había cumplido los 30. Y me
despidieron. ¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado? Bueno, mientras
Apple crecía, contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía
junto conmigo, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego
nuestra perspectiva del futuro comenzó a ser distinta y finalmente nos apartamos
completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte. Así que a
los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria. Lo que había sido el centro de toda mi vida
adulta se había ido y fue devastador. Realmente no supe qué hacer durante algunos
meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores, que
había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con David Packard
[de HP] y Bob Noyce [Intel], e intenté disculparme por haberlo fastidiado tanto. Fue un
fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley]. Pero algo comenzó a
abrirse paso en mí, aún amaba lo que hacía.

El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había


sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo. No lo vi
así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me
pudo haber pasado. Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un
principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más
creativos de mi vida.

Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y
me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa. Pixar llegó
a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de
animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple
compró NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón
del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.

Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de
Apple. Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba.
A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No pierdan la fe. Estoy convencido de
que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tienen que
encontrar qué es lo que aman. Y esto vale tanto para su trabajo como para sus amantes.
El trabajo va a llenar gran parte de su vida, y la única forma de estar realmente satisfecho
es hacer lo que consideren un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial
es amar lo que hacen. Si aún no lo han encontrado, sigan buscando. No se conformen.

Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabrán cuando lo hayan encontrado.
Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años.
Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se conformen.

Mi tercera historia es sobre la muerte.


Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera
el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33
años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último
día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante
demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo. Recordar que voy a morir
pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las
grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás,
el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo
que es verdaderamente importante.

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que
tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón. Hace
casi un año me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un escaneo a las 7:30 de la mañana, y
mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los
médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi
esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa
y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir. Significa intentar
decirles a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa
asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea
posible para tu familia. Significa decir adiós. Viví todo un día con ese diagnóstico. Luego, a
última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la
garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para
obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me
dijo que cuando vio las células al microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó
ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía.

Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero
que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto,
ahora les puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil,
pero puramente intelectual: Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo
quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos.
Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor
invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo
nuevo. Ahora mismo lo nuevo son ustedes, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma
gradual, ustedes se irán convirtiendo en lo viejo, y van a ser apartados. Siento ser tan
dramático, pero es bastante cierto. El tiempo de ustedes es limitado, así que no lo gasten
viviendo la vida de otro. No se dejen atrapar por el dogma que es vivir según los resultados
del pensamiento de otros. No dejen que el ruido de las opiniones de los demás ahogue la
voz interior propia. Y lo más importante, tengan el coraje de seguir a su corazón y su
intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser. Todo lo demás es
secundario.

Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada "The Whole Earth Catalog"
[Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado
Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park y la trajo a la vida con su toque poético. Eran
los últimos años 60, antes de los computadores personales y la autoedición, así que se hacía
con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de
cartulina, 35 años de que llegara Google, era idealista, y rebosaba de herramientas claras
y grandes conceptos. Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth
Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número. Fue a mediados de los
70, y yo tenía la edad de ustedes. En la contraportada de su último número había una
fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de
carretera en la que podrías encontrarte “haciendo dedo” si son aventureros. Bajo ella
estaban las palabras: “Sigue hambriento. Sigue alocado”.

Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado. Y siempre he


deseado eso para mí. Y ahora, cuando ustedes se gradúan para comenzar de nuevo, les
deseo lo mismo. Sigan hambrientos. Sigan alocados.

Muchísimas gracias a todos.

MARY SCHMICH (USEN PROTECTOR SOLAR)

Señoras y señores, usen protector solar.


Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: usen protector solar. Los
científicos han comprobado los beneficios a largo plazo del protector solar… mientras que
los consejos que les voy a dar no tienen ninguna base confiable y se basan únicamente en
mi propia experiencia. He aquí mis consejos:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la


fuerza y belleza de tu juventud hasta que se te haya marchitado. Pero, créeme, dentro de
20 años cuando en fotos te veas a ti mismo, comprenderás, de una forma que no puedes
comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad.
No estas tan gordo como te imaginas.

No te preocupes por el futuro, o preocúpate, sabiendo que preocuparse es tan efectivo


como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle. Lo que sí es cierto es
que los problemas que realmente tienen importancia en la vida, son aquellos que nunca
pasaron por su mente, de esos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes
cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que le temas. Canta.

No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos.
Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde. La
competencia es larga y al final sólo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que
recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo).

Guarda tus cartas de amor. Tira los viejos extractos bancarios. Estírate. No te sientas culpable
si no sabes muy bien qué quieres de la vida. Las personas más interesantes que he conocido
no sabían qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas de las personas
más interesantes que conozco tampoco lo sabían a los 40.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas, sentirás la falta que te hacen cuando te fallen.

Quizás te cases, quizás no. Quizás tengas hijos, quizás no. Quizás te divorcies a los 40. quizás
bailes el vals en tu 75 aniversario de bodas. Hagas lo que hagas, no te enorgullezcas ni te
critiques demasiado. Siempre optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo, aprovéchalo de todas las formas que puedas. No le tengas miedo ni
te preocupes de lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que tendrás
jamás. Baila, aunque tengas que hacerlo en la sala de tu casa. Lee las instrucciones,
aunque no las sigas. No leas revistas de belleza. Para lo único que sirven es para hacerte
sentir más feo.

Hermano y hermana, juntos lo lograremos. Algún día un espíritu vendrá y te llevará hasta el
final. Yo sé que te han hecho daño, pero yo estaré ahí esperándote y estaré ahí sólo para
ayudarte… cada vez que pueda hacerlo.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén. Llévate bien con tus
hermanos, son el mejor vínculo con tu pasado y probablemente serán ellos los que te
acompañarán en el futuro.

Entiende que los amigos vienen y se van… pero hay un puñado de ellos que debes
conservar con mucho cariño.

Esfuérzate en no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque cuanto más pase


el tiempo más necesitarás a las personas que conociste cuando eras joven. Vive en una
ciudad alguna vez, pero múdate antes de que te endurezcas. Vive en el campo alguna
vez, pero múdate antes de que te ablandes. Viaja.

Acepta algunas verdades ineludibles: Los precios siempre subirán, los políticos siempre
mentirán. Y tú también te envejecerás y cuando seas viejo añorarás los tiempos cuando
eras joven, los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a
los mayores. Respeta a los mayores.

No esperes que nadie te mantenga, pues tal vez recibas una herencia, tal vez te cases con
un millonario, pero nunca sabrás cuánto durará.

No te hagas demasiadas cosas en el pelo, porque cuando tengas 40 años parecerá el de


alguien de 85.

Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos
son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado de la caneca
de la basura. Limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo, dándole más valor del que tiene.

Pero hazme caso en lo del protector solar.

AL PACINO (UN DOMINGO CUALQUIERA)

No sé qué decir en realidad


Tres minutos, para la mayor batalla de nuestras vidas profesionales
Todo se reduce a hoy
O, nos curamos, como equipo, o nos desmoronamos
Jugada a jugada, pulgada a pulgada hasta el final.
Ahora estamos en el infierno caballeros
Creedme, y, o nos quedamos aquí, dejándonos machacar,
O, luchamos por volver a la luz.
Podemos salir del infierno.
Pulgada a pulgada. Yo no puedo hacerlo por vosotros, soy muy viejo.
Miro alrededor y veo esas jóvenes caras y pienso… Pienso…
He cometido todos los errores que un hombre de mediana edad puede cometer.
He… He despilfarrado todo mi dinero, podéis creerlo.
He echado de mi vida a todo el que me ha amado
Y últimamente ni siquiera soporto la cara que veo en el espejo.
Mirad, cuando te haces mayor en la vida, hay cosas que se van
Vamos, eso… Eso es parte de la vida.
Pero sólo aprendes eso cuando empiezas a perder esas cosas.
Descubres que la vida es cuestión de pulgadas.
Así es el fútbol, porque, en cada juego, la vida o el fútbol
El margen de error es muy pequeño
Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a pasarla.
Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a cogerla.
Las pulgadas que necesitamos están a nuestro alrededor.
Están en cada momento del juego, en cada minuto, en cada segundo
En este equipo luchamos por este terreno
En este equipo nos dejamos nosotros y cada uno de los demás por esa pulgada que se
gana
Porque cuando sumamos una tras otra, porque sabemos que si sumamos esas pulgadas
Eso es lo que va a marcar la puta diferencia entre GANAR O PERDER, ENTRE VIVIR O MORIR
Os diré una cosa, en cada lucha, aquel que va a muerte, es el que gana ese terreno.
Y sé que, si queda vida en mí, es porque aún quiero luchar, y morir por esa pulgada.
Porque vivir, consiste en eso.
Las seis pulgadas frente a vuestras caras.
Yo no puedo convenceros de que lo hagáis
¡Tenéis que mirar al que tenéis a vuestro lado, MIRADLE A LOS OJOS!
Creo que vais a ver a un tío dispuesto a ganarla con vosotros,
Vais a ver a un tío que se sacrificara por este equipo.
Porque sabe que cuando llegue la ocasión
Vosotros HARÉIS LO MISMO POR ÉL
Eso es un equipo caballeros
Y… o nos curamos... AHORA como equipo.
O moriremos como individuos.
Eso es el fútbol chicos
Eso es todo lo que es.
Ahora… ¿Qué vais a hacer?

SVERN SUZUKI (ONU)

“Hola,
Soy Severn Suzuki y represento a ECO (Environmental Children’s Organization).
Somos un grupo de niños de 12 y 13 años de Canadá intentando lograr un cambio: Vanessa
Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg y yo. Recaudamos nosotros mismos el dinero para
venir aquí, a cinco mil millas, para decirles a ustedes, adultos, que deben cambiar su forma
de actuar. Viniendo aquí hoy, no voy a ocultar mi objetivo; estoy luchando por mi futuro.
Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en el mercado de
valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones venideras. Estoy aquí
para hablar en defensa de los niños hambrientos cuyo llanto es ignorado por todo el mundo.
Estoy aquí para hablar de los incontables animales que mueren en este planeta porque no
les queda donde ir.

Tengo miedo de tomar el sol debido a los agujeros en la capa de ozono. Tengo miedo de
respirar el aire porque no sé qué sustancias químicas hay en él. Solía ir a pescar en
Vancouver, mi hogar, con mi padre, hasta que hace unos años encontramos un pez lleno
de tumores. Y ahora sabemos que animales y plantas se extinguen cada día, y
desaparecen para siempre.

Durante mi vida, he soñado con ver las manadas de animales salvajes y las junglas y
bosques repletos de pájaros y mariposas, pero ahora me pregunto si existirán para que mis
hijos los vean también. ¿Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenían mi
edad? Todo esto ocurre ante nuestros ojos, y seguimos actuando como si tuviéramos todo
el tiempo que quisiéramos y todas las soluciones. Sólo soy una niña y no tengo soluciones,
pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tienen; no saben cómo arreglar los
agujeros en nuestra capa de ozono; no saben cómo devolver los salmones a aguas no
contaminadas. No saben cómo resucitar un animal extinto. Y no pueden recuperar los
bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos. Si no saben cómo arreglarlo, por
favor, dejen de destruirlo.

Aquí, ustedes son seguramente delegados de gobiernos, gente de negocios,


organizadores, periodistas o políticos, pero en realidad son madres y padres, hermanas y
hermanos, tías y tíos, y todos ustedes son hijos.
Aún soy sólo una niña, y sé que todos somos parte de una familia formada por cinco mil
millones de miembros, treinta millones de especies, y todos compartimos el mismo aire, agua
y tierra. Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso.

Aún soy sólo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto, y debemos actuar como un
único mundo tras un único objetivo. Aunque estoy enfadada, no estoy ciega, y, aunque
tengo miedo, no me asusta decirle al mundo cómo me siento. En mi país derrochamos
tanto… Compramos y desechamos, compramos y desechamos, y, aun así, los países del
Norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo más que suficiente, tenemos
miedo de perder nuestras riquezas si las compartimos.

En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección. Tenemos
relojes, bicicletas, ordenadores y televisión. Hace dos días, aquí en Brasil, nos sorprendimos
cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle. Y uno de ellos nos dijo:
“Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle comida, ropa, medicinas,
un hogar, amor y afecto”.

Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué nosotros, que
lo tenemos todo, somos tan codiciosos? No puedo dejar de pensar que esos niños tienen
mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda. Yo podría ser uno de
esos niños que viven en las favelas de Río; podría ser un niño muriéndose de hambre en
Somalia; un niño víctima de la guerra en Oriente Medio, o un mendigo en la India.

Aún soy sólo una niña, y sé que, si todo el dinero que se gasta en guerras se utilizara para
acabar con la pobreza y buscar soluciones medioambientales, la Tierra sería un lugar
maravilloso.

En la escuela, incluso en el jardín de infancia, nos enseñan a comportarnos en el mundo.


Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar
nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y a no ser codiciosos. Entonces,
¿por qué fuera de casa se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos?

No olviden por qué asisten a estas conferencias: lo hacen porque nosotros somos sus hijos.
Están decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos. Los padres deberían poder
confortar a sus hijos diciendo: «todo va a salir bien», «esto no es el fin del mundo» y «lo
estamos haciendo lo mejor que podemos». Pero no creo que puedan decirnos eso nunca
más. ¿Estamos siquiera en su lista de prioridades? Mi padre siempre dice: «Eres lo que haces,
no lo que dices». Lo que hacen me provoca el llanto por las noches. Nos educan
diciéndonos que nos queréis; los desafío: por favor, hagan que sus acciones reflejen sus
palabras.

Gracias”.

SIR KEN ROBINSON: ¿LAS ESCUELAS MATAN LA CREATIVIDAD?

Buenos días. ¿Cómo están? ¿Ha sido genial, ¿no? Estoy completamente impresionado por
todo el evento. De hecho, me voy... Ha habido tres temas, tratados en esta conferencia,
que son relevantes y de los que quiero hablarles. Uno de ellos es la extraordinaria evidencia
de la creatividad humana en todas las presentaciones que hemos visto y en toda la gente
que ha pasado por aquí. Sólo la variedad y el ámbito de lo tratado dan fe de esto. La
segunda es, que, estamos en un momento donde no tenemos ni idea de lo que va a
suceder, en términos de futuro, ni idea de cómo esto puede llevarse a cabo. Yo tengo
interés en la educación. De hecho, lo que encuentro es que todo el mundo tiene interés en
la educación; ¿no creen? Yo la encuentro muy interesante. Si usted está en una cena, y
dice que trabaja en educación (en realidad, usted no está a menudo en cenas [si trabaja
en educación]. Francamente, si usted trabaja en educación, usted no es muy convidado.
Y no es convidado una segunda vez, curiosamente. Eso es extraño para mí. Pero si usted
estuviese, y le preguntaran, ya sabe, "¿Qué hace usted,” y usted dice que trabaja en la
educación, usted verá palidecer a los demás? Como si pensasen: "¡Oh, Dios! ¿Por qué a
mí? Mi primera noche fuera en toda la semana..." Pero si usted pregunta a la gente sobre
su educación, lo pondrán contra la pared. Porque es una de esas cosas que van muy al
fondo para la gente, ¿no es verdad?, como la religión, el dinero, y otras cosas. Yo tengo un
gran interés en la educación, y creo que todos lo tenemos, hay un enorme interés en ella,
en parte porque es la educación la que está a cargo de llevarnos a este futuro que no
podemos comprender. Si piensan en esto, los niños que empiezan la escuela este año se
jubilarán en 2065. Nadie tiene una pista, a pesar de todos los conocimientos que han
desfilado por aquí los últimos cuatro días, de cómo se verá el mundo en un plazo de cinco
años. Y, sin embargo, se supone que estamos educándolos para ello. Por lo tanto, la
imprevisibilidad, en mi opinión, es extraordinaria. Y la tercera parte de esto es que todos
estamos de acuerdo, sin embargo, en la extraordinaria capacidad que tienen los niños, en
su capacidad de innovación. Quiero decir, Serena anoche fue una maravilla, sólo viendo
lo que podía hacer. Y ella es excepcional, pero creo que no es, por así decirlo, excepcional
en la infancia como un todo. Lo que hay ahí es una persona de dedicación extraordinaria
que encontró un talento. Y mi argumento es, todos los niños tienen un tremendo talento y
que nosotros lo despilfarramos, despiadadamente. Así que quiero hablar de la educación
y quiero hablar de la creatividad. Mi argumento es que ahora la creatividad es tan
importante en la educación como la alfabetización, y debemos tratarla con la misma
importancia. [aplausos] Gracias. Eso fue todo, por cierto, muchas gracias. [risas] Veamos...
quedan 15 minutos... Bueno, yo nací... [risas] Oí una gran historia recientemente, me
encanta contarla, de una niña que estaba en una clase de dibujo, tenía 6 años y estaba
al fondo del salón, dibujando, y cuenta la maestra que esta niña difícilmente prestaba
atención, y en esta lección de dibujo lo hacía. La maestra estaba fascinada, se dirigió a
ella y le preguntó: "¿Qué estás dibujando?" y la niña le dijo, "Estoy haciendo un dibujo de
Dios." Y la maestra le dijo, "Pero nadie sabe cómo se ve Dios" Y la niña dijo: "Lo sabrán en un
minuto." Cuando mi hijo tenía 4 años en Inglaterra - en realidad él tiene 4 años en todas
partes, para ser honesto; si somos estrictos en esto, a donde quiera que fuera, tenía 4 años
en ese año - estaba en la obra [teatral] de la Natividad. ¿Recuerdan la historia? ¿No?, es
grandiosa, es una gran historia. Mel Gibson hizo la secuela, puede ser que la hayan visto,
"Natividad II"... Pero James hizo el papel de José, lo que nos emocionó. Considerábamos
que era uno de los principales papeles. Tuvimos los sitios llenos de agentes con camisetas:
"James Robinson ES José!". El no tuvo que hablar, pero ustedes conocen la parte en la que
llegan los tres reyes. Llegan trayendo regalos, y traen oro, incienso [Frank incensé] y mirra.
Esto ocurrió en realidad –estábamos sentados allí y pensamos que pasaron fuera de
secuencia... ¿Le preguntamos al niño después y dijimos “Estás bien con lo que pasó?" y él
dijo "Si, ¿por qué? ¿Estaba mal?" -, creo que intercambiaron sus papeles, creo que eso fue.
En todo caso, los tres niños entran, pequeños de 4 años con toalla de tela en sus cabezas,
y ponen sus cajas abajo. El primer niño dice "Te traigo oro". El segundo niño dice "Te traigo
mirra". Y el tercero dice "Frank envió esto" [Aquí hay un juego de palabras intraducible.
Frankincense –incienso- suena parecido a Frank sent this.] Lo que estas historias tienen en
común es que los niños se arriesgan. Aún si no saben cómo, lo intentan. ¿Tengo razón? los
niños no tienen miedo a equivocarse. Ahora bien, no quiero decir que estar equivocado es
lo mismo que ser creativo. Lo que sí sabemos es, que, si usted no está preparado para
equivocarse, nunca llegará a nada original. Si no está dispuesto a equivocarse. Y en el
momento en que llegan a adultos, la mayoría de los niños han perdido esa capacidad. Se
han vuelto temerosos a equivocarse. Y manejamos nuestras empresas de esta forma, por
cierto, estigmatizamos los errores. Y ahora estamos operando sistemas educativos
nacionales, donde los errores son lo peor que usted puede hacer. Y el resultado es que
estamos educando a la gente fuera de sus capacidades creativas. Picasso dijo una vez
que todos los niños nacen artistas. El problema es seguir siendo artista a medida que
crecemos. Y creo en esto apasionadamente, que cuando no crecemos en la creatividad,
crecemos fuera de ella. O más bien nos educamos fuera de ella. ¿Por qué sucede esto? Yo
viví en Stratford-on-Avon, hasta hace unos cinco años, de hecho, nos mudamos de Stratford
a Los Ángeles, así que pueden ustedes imaginar qué sencilla transición fue ésta. En realidad,
vivimos en un lugar llamado Snitterfield, justo en las afueras de Stratford, que es donde nació
el padre de Shakespeare. ¿Los asaltó un nuevo pensamiento? A mí sí. ¿ustedes no pensaron
que Shakespeare tuviera un padre, ¿verdad? ¿verdad? ¿Porque no piensan sobre
Shakespeare siendo un niño, cierto? ¿Shakespeare con 7 años? Yo nunca pienso en eso.
Quiero decir, él tuvo 7 años en algún momento, él estaba en la clase de inglés de alguien,
¿no? ¿Qué tan molesto sería eso? "Debe esforzarse más". Imagínense a Shakespeare
mandado a la cama por su padre, ya saben, "Vete a la cama, ahora," a William
Shakespeare, "y baja ese lápiz. Y dejar de hablar así, está confundiendo a todo el mundo."
De todas formas, nos mudamos de Stratford a Los Ángeles, y sólo quiero decir algo sobre la
transición, en realidad. Mi hijo no quería venir. Tengo dos hijos, él tiene ahora 21 años, mi hija
16; él no quería venir a Los Ángeles. Le gustaba, pero tenía una novia en Inglaterra. Era el
amor de su vida, Sarah. La había conocido por un mes. Tengan en cuenta, que habían
cumplido su cuarto aniversario, porque es mucho tiempo cuando tienes 16. De todos
modos, estaba realmente molesto en el avión, y dijo, "Nunca encontraré otra chica como
Sarah". Y nos alegramos de eso, porque, francamente, ella fue la principal razón para salir
del país. Pero algo te golpea cuando te trasladas a América y cuando viajas alrededor del
mundo: cada sistema educativo en la tierra tiene la misma jerarquía de temas. Cada uno,
no importa donde vayas, te parece que sería otra cosa, pero no lo es. En la parte superior
están las matemáticas y el lenguaje, luego las humanidades, y en la parte inferior, las artes.
En cualquier lugar de la Tierra. Y en casi todos los sistemas, también, hay una jerarquía en
las artes. Plástica y música tienen normalmente un status superior en las escuelas que teatro
y danza. No hay un sistema de educación en el planeta que enseñe danza todos los días a
los niños, del modo en que se enseñan las matemáticas. ¿Por qué? ¿Por qué no? Creo que
esto es bastante importante. Creo que las matemáticas son muy importantes, pero también
lo es la danza. Los niños bailan todo el tiempo si se les permite, todos lo hacemos. Todos
tenemos cuerpo, ¿no? ¿Me perdí de algo? La verdad es que lo que sucede es, que a
medida que los niños crecen empezamos a educarlos progresivamente de la cintura para
arriba. Y luego nos centramos en sus cabezas. Y ligeramente en un sólo lado. Si ustedes
visitaran la educación como un extraterrestre y dijeran para qué sirve la educación pública,
creo que tendrían que concluir, si miran los productos, quién tiene éxito con esto, quienes
hacen todo lo que deberían, quien recibe todos los puntos, quiénes son los ganadores,
pienso que tendrían que concluir que todo el propósito de la educación pública en todo
el mundo es producir profesores universitarios ¿no? Esas son las personas que llegan más
alto. Y yo solía ser uno de ellos, ya ven. Y me gustan los profesores universitarios, pero saben,
no deberíamos tenerlos como el mayor de todos los logros humanos. Son sólo una forma de
vida, otra forma de vida. Pero son bastante curiosos, y lo digo de cariño, hay algo curioso
en ellos, no en todos ellos, pero sí generalmente, viven en sus cabezas, viven allí arriba, y
especialmente en un lado de ellas. No tienen cuerpo. Miran a sus cuerpos como una forma
de transporte para sus cabezas, ¿verdad? Es una manera de llevar su cabeza a las
reuniones. Si quieren ustedes pruebas reales de experiencias fuera del cuerpo, por cierto,
asistan a una conferencia de académicos de alto nivel, y vayan a la discoteca la noche
final, y allí verán ustedes, hombres y mujeres adultos retorciéndose sin control, sin ritmo
alguno, esperando al final para poder volver a casa y escribir un artículo [paper] al
respecto. Ahora, nuestro sistema educativo se basa en la idea de capacidad académica.
Y hay una razón. El sistema entero fue inventado, alrededor del mundo, no había sistemas
públicos de educación en realidad, antes del siglo XIX. Todos ellos se crearon para satisfacer
las necesidades de la industrialización. Así que la jerarquía se basa en dos ideas: Número
uno, que los temas más útiles para el trabajo están arriba. Así que ustedes, probablemente,
en la escuela fueron amablemente alejados de aquellas cosas que le gustaban, con el
argumento de que nunca conseguirían un trabajo haciendo eso. ¿Verdad? No toques
música, porque no vas a ser un músico, no hagas arte, porque nunca vas a ser un artista.
Benévolos consejos - pero profundamente equivocados. El mundo entero está sumido en
una revolución. Y la segunda idea es la capacidad académica, lo que realmente ha
llegado a dominar nuestra visión de la inteligencia, porque las universidades diseñaron el
sistema a su imagen. Si usted piensa en ello, todo el sistema de educación pública en todo
el mundo es un proceso prolongado de acceso a la universidad. Y la consecuencia es que
muchas personas de gran talento, brillantes, personas creativas piensan que no lo son,
porque aquello en lo que eran buenos en la escuela no fue valorado, o fue en realidad
estigmatizado. Y creo que no podemos permitirnos el lujo de seguir ese camino. En los
próximos 30 años, según la UNESCO, se graduarán en todo el mundo mediante la
educación más personas que desde el comienzo de la historia. Más personas, y esa es la
combinación de todas las cosas que hemos hablado - la tecnología y sus efectos de
transformación en el trabajo, y la demografía y la enorme explosión de la población. De
repente los títulos no valen nada. ¿No es cierto? Cuando yo era estudiante, si tenías un título,
tenías un puesto de trabajo. Si no tenías un empleo es porque no querías. Y yo no quería
uno, francamente. Pero ahora los chicos con títulos a menudo van a casa a seguir jugando
vídeo juegos, porque es necesario un master donde el trabajo anterior requería una
licenciatura, y ahora además necesita usted un doctorado para los otros. Se trata de un
proceso inflación académica. E indica que la estructura de la educación está cambiando
bajo nuestros pies. Tenemos que repensar radicalmente nuestra visión de la inteligencia.
Sabemos tres cosas sobre la inteligencia: una, es diversa, pensamos en el mundo en todas
las formas en que experimentamos. Pensamos visualmente, pensamos en sonidos,
pensamos de manera kinestésica. Pensamos en términos abstractos, pensamos en
movimiento. En segundo lugar, la inteligencia es dinámica. Si nos fijamos en las
interacciones de un cerebro humano, como hemos escuchado ayer de una serie de
presentaciones, la inteligencia es maravillosamente interactiva. El cerebro no está dividido
en compartimentos. De hecho, la creatividad, la cual defino como el proceso de tener
ideas originales que tienen valor, la mayoría de las veces no se logra sino por medio de la
interacción de diferentes formas disciplinarias de ver las cosas. El cerebro es
intencionadamente - por cierto, hay un árbol de nervios que une las dos mitades del
cerebro llamado el cuerpo calloso, y es más grueso en las mujeres. Siguiendo lo que dijo
Helen ayer, creo que por esto probablemente las mujeres son mejores para la multitarea,
porque lo son, sé que hay muchas investigaciones al respecto, pero yo lo sé por mi vida
personal. Si mi esposa está cocinando una comida en casa, que no es a menudo,
afortunadamente, pero ya saben, si ella está haciendo algo (sí, ella es buena en algunas
cosas), bueno, si ella está cocinando, ¿saben?, es capaz de hablar por teléfono, hablar
con los chicos, pintar el techo, hasta operar a corazón abierto allí. Si soy yo el que está
cocinando, la puerta está cerrada, los niños están fuera, el teléfono está colgado, si ella
entra me molesto, y lo digo "Terry, por favor, estoy tratando de freír un huevo, déjame".
(Recuerdan ese viejo dicho filosófico, si un árbol cae en el bosque y nadie lo oye, ¿ocurrió?,
recuerden ese dicho. Recientemente vi una gran camiseta que decía: "Si un hombre da su
opinión en un bosque, y ninguna mujer le oye, ¿sigue estando equivocado?") Y la tercera
cosa acerca de la inteligencia, es que es distintiva [distinct]. Estoy escribiendo un nuevo
libro en este momento llamado "Epifanía" que se basa en una serie de entrevistas con
personas acerca de cómo descubrieron su talento. Estoy fascinado por cómo la gente llegó
allí. [El libro] Está realmente motivado por una conversación que tuve con una mujer
maravillosa de la que tal vez no hayan oído hablar, que se llama Gillian Lynne, ¿han oído
hablar de ella? Algunos. Es una coreógrafa conocida en todo el mundo. Hizo la coreografía
de Cats, y del Fantasma de la Ópera, es maravillosa. Yo solía asistir al consejo de
administración del Royal Ballet, en Inglaterra, como podrán suponer, y Gillian y yo comimos
un día y le pregunté: "Gillian, ¿cómo llegaste a ser bailarina? Y ella me dijo que era
interesante, que cuando iba a la escuela, estaba realmente sin esperanzas. En la escuela,
en los años 30, escribieron a sus padres y les dijeron: "Creemos que Gillian tiene un trastorno
de aprendizaje". No podía concentrarse, estaba siempre inquieta. Creo que ahora dirían
que tenía TDA/H [Trastorno de déficit de atención e hiperactividad]. ¿No? Pero eran los
años 30 y el TDA/H no se había inventado todavía. No era un estado disponible. La gente
no sabía qué podía tener eso. De todas formas, ella fue a ver a un especialista, de esos con
paneles de roble en la consulta, y allí estaba ella con su madre y ella fue y se sentó en una
silla al fondo, sentada sobre sus manos durante 20 minutos, mientras que el médico hablaba
con su madre de todos los problemas que estaba teniendo Gillian en la escuela. Y al final
de la consulta -, porque ella estaba molestando a los demás, siempre entregaba tarde sus
tareas, y así sucesivamente, una niña de 8 años - al final, el doctor fue y se sentó junto a
Gillian y le dijo: "Gillian, he escuchado todas estas cosas que tu madre me ha dicho, y
necesito hablar con ella en privado." y le dijo, "Espera aquí, volveremos pronto, no será muy
largo", y se fueron y la dejaron. Pero antes de salir de la habitación, él encendió la radio
que estaba en su escritorio, y cuando salieron de la habitación, le dijo a la madre, "Quédese
aquí y mírela". Al minuto de abandonar la sala, ella estaba de pie, moviéndose al ritmo de
la música. La estuvieron mirando durante unos minutos y él se giró y le dijo a su madre:
"Señora Lynne, Gillian no está enferma, es una bailarina. Llévela a una escuela de danza."
Y yo le dije: "¿Y qué pasó?" Ella dijo, "Ella lo hizo. No puedo decirle cuán maravilloso fue.
Entramos en esta sala y estaba llena de gente como yo, gente que no podía sentarse
quieto. Gente que tenía que moverse para pensar". Que tenían que moverse para pensar.
Hacían ballet, hacían tap, hacían jazz, hacían danza moderna, hacían danza
contemporánea. Ella finalmente audicionó para el Royal Ballet School, se convirtió en
solista, tuvo una maravillosa carrera en el Royal Ballet, eventualmente se graduó de la Royal
Ballet School y fundó su propia compañía, la Gillian Lynne Dance Company, y conoció a
Andrew Lloyd Weber. Ella ha sido responsable de algunas de las más exitosas producciones
de teatro musical en la historia, ha dado placer a millones, y es multimillonaria. Alguien más
podría haberla medicado y le habría dicho que se calmara. Ahora, creo - [aplausos] De lo
que creo que se trata es de lo siguiente: Al Gore habló la otra noche acerca de la ecología
y la revolución que fue provocada por Rachel Carson. Creo que nuestra única esperanza
para el futuro consiste en adoptar una nueva concepción de la ecología humana, una en
la que empezamos a reconstituir nuestra concepción de la riqueza de la capacidad
humana. Nuestro sistema educativo ha socavado nuestras mentes de la misma forma que
hemos socavado la tierra, para un determinado producto, y para el futuro, esto no nos
servirá. Tenemos que repensar los principios fundamentales en los que estamos educando
a nuestros niños. Hay una maravillosa cita de Jonas Salk, quien dijo: "Si todos los insectos
desaparecieran de la tierra, dentro de 50 años toda la vida en la tierra terminaría. Si todos
los seres humanos desaparecieran de la tierra, dentro de 50 años todas las formas de vida
florecerían". Y tiene razón. Lo qué TED celebra es el don de la imaginación humana.
Tenemos que ser cuidadosos ahora para usar este don con sabiduría, y para evitar algunos
de los escenarios de los que hemos hablado. Y la única manera en la que lo haremos es
viendo nuestras capacidades creativas como la riqueza que son, y viendo a nuestros niños
como la esperanza que son. Y nuestra tarea es educar a la totalidad de su ser, para que
puedan enfrentar este futuro - por cierto, tal vez nosotros no veremos este futuro, pero ellos
lo harán. Y nuestro trabajo consiste en ayudarles a hacer algo con él. Muchas gracias.

WILLIAM WALLACE (BRAVEHEART)


(Los soldados escoceses se encuentran preparados en el campo de batalla, asustados por
la multitud del ejército británico)
-Soldado 1: Son muchos. Yo no lucharé para que esos tengan más tierras y ser su esclavo.
-Soldado 2: Yo tampoco. (levantando la voz) Escuchad, no pienso morir por esos bastardos.
¡Vámonos!
(Empieza la deserción)
Lochlan: ¡Alto, alto, no huyáis! Debéis esperar a que negociemos.
(En ese momento llega William Wallace y los suyos a caballo. Llevan la cara pintada de
azul, según la tradición. Otros hombres a pie llevan unos grandes bultos al hombro.)
-Soldado 1: Es William Wallace.
-Soldado 2: No puede ser. Es muy bajo.
(William Wallace y los suyos se acercan donde están los nobles escoceses.)
-Stephen: El Todopoderoso me dice que será una gran batalla. Ha congregado a los más
distinguidos.
-Lochlan: ¿Y vuestro saludo?
-William: Por presentaros en el campo de batalla, os doy las gracias.
-Lochlan: Este es nuestro ejército. Para uniros, rendid pleitesía.
-William: Yo rindo pleitesía a Escocia. Y si este es vuestro ejército, ¿por qué está huyendo?
-Soldado 2: No hemos venido aquí para luchar por ellos.
-Soldado 1: ¡Vámonos! Los ingleses son demasiados.
-William: Hijos de Escocia, soy William Wallace
-Soldado 1: William Wallace mide más de dos metros.
-William: Si, eso dicen. Mata hombres a cientos. Y si estuviese aquí, acabaría con los ingleses
echando fuego por los ojos… y también rayos por el culo. ¡Yo soy William Wallace! Y estoy
viendo a un ejército de paisanos míos, aquí reunidos contra la tiranía. Habéis venido a luchar
como hombres libres. ¡Y hombres libres sois! ¿Qué haríais sin libertad? ¿Lucharéis?
-Multitud: No, no.
-Soldado 2: ¿Contra eso? no. Huiremos y viviremos.
-William: Luchad y puede que muráis. Huid y viviréis. Un tiempo al menos. Y al morir en vuestro
lecho, dentro de muchos años, ¿no estaréis dispuestos a cambiar todos los días desde hoy,
por una oportunidad, solo una oportunidad de volver aquí a matar a nuestros enemigos?
Pueden que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán ¡¡la libertad!!

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