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El fuego contra Pierre Louys se

abre en 1929 (cuatro años después de


su muerte), uno de los grandes direc-
tores del cine mudo, Jacques de Ba-
roncelli adapta Le femme et le pan-
tin, sin mayor logro que una cierta
corrección artesanal. Antiguo perío-
dista y asiduo lector de novelas fran-
cesas contemporáneas, Baroncelli
nutre su filmografía con obras sus-
tentadas en Zolá (Le Réve), Ernest Pé-
rachan (Néne) y Pierre Loti (Ramunt-
cho y Pescador de Islandia).
POR Louys se habría portado amable-
ANDR~S DE LUNA mente y habría degustado una copa
de vino alsaciano con Van Sternberg
si hubiera conocido al realizador de la cándida calidez de una Brigitte
El angel azul (1930). Pues tal vez en-
Bardot en el colmo de sus cualidades
contraría algo de ese ánimo deca-
anatómicas. Los desnudos de la pelí-
dentista que flotaba en sus obras en
cula carecen de intensidad, son fríos
la excelente versión de Le femme et
PI ERRE LOUYS EN le pantin, que el cineasta germano
y pudibundos como toda la filmogra-
fía de Duvivier. Pierre Louys se veía
EL CINE: llamó The devil is a woman (Tu nom- atenazado entre una magnífica es-
ENTRE LA ESPALDA Y... bre es tentación, 1935). La película en palda y unas nalgas apenas entrevis-
sus días de estreno tuvo una acogida
LO QUE ESTÁ MÁS fría o demasiado airada, como es el
tas y desaprovechadas hasta extre-
mos verdaderamente lamentables.
ABAJO caso de España, ahí el Ministerio Es- Esa Femme et le pantin es una antolo-
(Y MÁS ABULTADO) pañol dela Guerra pidió que se que- gía de la torpeza y uno de los peores
maran las copias y el negativo o todas filmes de la B.B.
las películas de la Paramount (la que La adaptación buñueliana de Le
Pierre Louys era un hombre singu- había financiado la cinta) serían pro- femme et le pantin, sin ser mayor-
lar: tenía modales finos (de esos que hibidas en el territorio hispano. Los mente pierrelouysiana, encontraría
agradan a las madres sanguijuelas y a norteamericanos supieron negociar un ambiente más propicio para el
las tías gordas), era un estudiante dis- y The devil is a woman se salvó de las erotismo "mórbido" muy a la fin de
tinguido, el número uno en compo- llamas. El conflicto quedó resuelto siécle. Por los 20s Buñuel escribía una
sición y retórica, sabía manejar los con la salida de" Sternberg de la Para- Historia indecente: "Con Mariquita,
mout y su integración a las filas de la cuando le llegó la edad crítica, su ma-
puños con la destreza de Rimbaud o
Columbia.
Vargas Llosa (para citar ejemplos lite- dre quiso hacer lo mismo que hiciera
rarios, y sino que lo digan Verlaine y Sobre The devil is a woman Josef la de Carmen cita, y cuando la vio po-
García Márquez), su ropa presentaba Van Sternberg comenta en su Auto- nerse ojerosa y pálida, le regaló un
biografía: "Pagué un tributo final a la
las huellas de una violencia converti- bouquet de rosas rojas. Pero Mari-
da en práctica cotidiana; durante dama (Marlene Dietrich) pues los da- quita era mucho más descarada"que
muchos años fue el amor imposible dos estaban cargados y no podía ha- Carmencita. Cogió el bouquet, abrió
de André Gide, amaba los placeres cerlos ganar". La ambigüedad de las la ventana, arrojó por ella las flores y
de la conversación como los del ero- palabras de Sternberg quedan borra- se puso a menstruar". ¿Esta breve his-
tismo y convertía sus gustos en impo- das con las imágenes de la cinta, don- toria no tiene cierta familiaridad con
siciones que sus amigos no siempre de la Dietrich, esa lectora infatigable la literatura de Pierre Louys y sus mu-
aceptaban de buen grado. Su talento de Goethe y Heine e inalcanzable jeres cínicas?
a veces se pone en entredicho por su amante de Adolfo Hitler, demuestra La versión de Buñuel se llama Ese
frivolidad, cuando en muchos senti- las posibilidades de su presencia por oscuro objeto del deseo (1977) (título
dos ese aspecto es uno de los más demás inquietante. Sus piernas her- que parece invocar los trastornos de
rescata bies de una obra irregular y mosamente torneadas y su rostro casi Baudelaire por Jeanne Duval) y es an-
llena de altibajos. hierático eran capaces de crear y re- tes que otra cosa una suma de las ob-
crear espléndidamente las artimañas sesiones del artista catalán. Filme lle-
Uno de sus trabajos más deliciosos
es el Manuel de civilité pour les peti- de la Concha Pérez de la novela de no de signos que son interrogaciones
tes filies, libro que debería ser susti-
Louys, su erotismo oscilaba entre la y símbolos de una escritura particular
tuto de las cursilerías para quincea- desvergüenza y el pudor decimonó- donde de pronto aparecen elemen-
ñeras al estilo de los poemas de Paul nico. Don Pascual (Lionel Atwill) su- tos de sus primeras películas o fideli-
Geraldy, pues sus consejos son siem- fría los descalabros de una pasión dades de todo el conjunto de su
pre gratos y oportunos: "No te olvi- que se vuelve espada de Damocles. obra: la violencia y la sensualidad.
des de decir 'por favor' cuando pidas A la distancia la película ha sido re- La primera recapitulación sobre
una verga y de contestar 'gracias' valorada y queda ahora como una de Ese oscuro objeto del deseo descu-
cuando te la den". El cinematógrafo las más logradas en la brillantísima briría la afirmación de una voluntad
ha adaptado, hasta ahora, sólo dos carrera del realizador alemán. erótica en continuo choque con una
textos del famoso libertino: Le fem- Si The devil is a woman era y es un realidad plagada de sobresaltos. Esa
me et le pantin (La mujer y el pelele) ejemplo de un drama contado con misma voluntad que guiña el ojo a
y Las canciones de Bilitis. De la pri- precisión y astucia, Le femme et le cada instante y que mueve también a
mera existen cuatro versiones de ci- pantin (1959) de Lulien Duvivier era Pierre Louys en sus trabajos literarios.
nestas con posiciones casi antitéticas, su opuesto: un melodrama puritano. V1athieu (Fernando Rey) trata de ais-
y de la segunda un absurdo e inútil El ánimo blandengue del director lar sus pulsiones sensuales de un
intento. francés ni siquiera supo aprovechar contexto en el que el mundo exterior
rebasa sus solipsismos. En ese sentido asepsia y su preocupación constante
el personaje es incapaz de observar para que los personajes nunca dejen
la destrucción de la realidad circun- de estar en una composición adecua-
dante, pues sus afanes lúbricos lo ú- da. La rigidez es total, las niñas se
nico que le proponen son las figuras mueven como si estuvieran muy
lascivas de una Conchita bifurcada preocupadas por no desencuadrarse,
en Carole Bouquet y Angela Malina. y Hamilton se deleita con sus hermo-
Ahí Buñuel juega con dos personali- sos rostros y cuerpos que agradarían
dades ambivalentes que modelan un a cualquier señor o señora burguesa
solo personaje femenino, Conchita, de las Lomas.
por un lado la Bouquet, frágil y re- Brian de Palma en Carrie (1977) ha-
traída; y por otro, Angela Malina bía parodiado ese "estilo inmacula-
plena de sensualidad. Ambas presen- do" de David Hamilton en una de las
cias se integran de manera sorpren- primeras secuencias de su cinta: Sisi
dente y llega a parecer natural la apa- Spaseck (Carríe) se ducha después de
rición de una o de otra indistinta- una justa deportiva, el agua cae so-
mente en el relato fílmico. como el creador de las foto-putas, bre su cuerpo con los tonos apastela-
por el increíble comercialismo que dos del británico, de pronto todo se
En la película el sirviente da una
han alcanzado las cursilerías del bri- quiebra, la ilusión se rompe y apare-
definición de las mujeres: "son un
tánico. Ahora existen cuadernos, li- ce el verdadero interés de De Palma:
costal de excrementos". Y, ese criado
el horror de la sangre y si es mens-
cómplice (André Weber), al estilo de bretas, carpetas, comerciales de tele-
trual más aún. Lo demás está en la pe-
'v1anuel Dondé en El (1952), dará una visión, etcétera, etcétera, que re-
crean los ambientes y colores hamil- lícula.
de las claves de Ese oscuro objeto del
Bilitis es un folletón sonrosado que
deseo al hacer que Mathieu lleve a tonianos.
poco le debe a Pierre Louys quien
cuestas un saco en varias escenas. La Habría que recordar que en la au-
aún debe retorcerse en su tumba
mujer al cerrarse impedirá la conse- tobiografía de Gide aparece el si-
ante los crímenes que se perpetran
cución de los deseos y terminará guiente fragmento: "Supe poco
tiempo después que (Ferdinand) Hé- en su nombre.
por convertirse en una materia indig-
na y repulsiva para los caprichos de raid y Louys habían hecho un buen
ese burgués gentil-hombre encarna- viaje y permanecido en Biskra (Arge-
do en Fernando Rey. Mathieu, por lia) justamente el tiempo necesario
esas razones, ve destruida su tranqui- para enfermar de calenturas, pues allí
lidad ociosa en aras de esa voluntad hace un calor infernal) y llevarse a
del deseo. V1ériem, con quien se instalaron en
El erotismo sigue siendo una de las las puertas de Constantine. Allí fue
constantes de Buñuel, basta observar donde Pierre Louys acabó de escribir
la escena en la que Angela Malina se sus exquisitas Chansons de Bilitis,
seca el sudor que rueda por sus gran- que me dedicó en recuerdo de Mé-
des pechos o su baile español desnu- riem Ben Atala; yeso es lo que signi-
da, donde la obstrucción del cristal fican las tres misteriosas letras que si-
hace que la imagen sea todavía más guen a mi nombre en la primera pá-
lúbrica; por cierto que esa imagen gina del volumen. Aunque Mériem
recuerda las influencias de Gaya en no es exactamente Bilitis, pues mu-
la iconografía del ci neasta español. chos de esos poemas estaban escritos EL GLADIADOR
Otra de las secuencias cargada de va- (si bien recuerdo) antes de la partida
DE ACERO BLASONA
pores lujuriosos es aquella en la que de Louys para Argelia, no obstante
el sirviente toma unas pantaletas de ella circula a través del libro y la reco- LOCAS ÉPOCAS
Conchita y dice: "están mojadas, la nozco con frecuencia" (Si la semilla
señorita debió tener miedo". La no muere, p-231). Mériem era una pu-
adaptación de la obra de Pierre Louys tita argelina que ante los arrobos de
queda reducida a un largo catálogo Paul Laurens y André Gide terminó POR GUILLERMO SHERIDAN
de excentricidades que tocan más de por fascinar al "pervertido" Pierre
cerca a Buñuel que al autor de Las Louys. Gladios, dos números, México, 1916. Director
Las canciones de Bilitis estaban Luis Enrique Erro. Editores: Carlos Chávez,
tres hijas de su madre y Afrodita.
Carlos Pellicer, Octavio G. Barreda y otros. Pri-
Indignante por su manierismo y su muy lejos de los puritanismos sáficos mera edición facsimilar del Fondo de Cultura
sofisticación a priori es Bilitis (1977) de Dorothy Strachey, quien en su Económica, México, 1979. (En la misma edición
de David Hamilton (que hasta ahora Olivia aún se respiraban los hedores se incluye el único número de La Nave).
se ha estrenado en México); el fotó- malsanos de la Inglaterra victoriana,
grafo inglés de las luces tenues ape- pese a '1ue el libro fue escrito mu- La curiosidad dispuesta a seguir al
nas esbozadas, de las niñas rubias chos años después de ese período si- reojo se detiene en un gladiador,
desnudas y de los tonos pastel sólo ha niestro; Louys las escribió como un medianamente dibujado por un tal
logrado tomar el título de Pierre cántico decadente a los juegos púbe- Jan Stika, olvidado cronista de revis-
Louys para construir una plasta llena res de unas adolescentes en celo que tas familiares: se trata de la sección I
de ese "buen gusto" burgués que da comienzan a reconocer los deleites de la revista Gladios dedicada a las I
continuidad a su labor en imágenes del amor prohibido (aunque suene a "Reproducciones" que incluye a I
fijas. Uno de los artistas de la lente, telenovela, para guardar cierta liga este gladiador de bigote, agobiado I
Paolo Gasparini bautizó a Hamilton con las maneras antiguas). En esas cir- por un casco de metal, red al ham- /.
cunstancias la película de Hamilton y bro, inmensos bíceps, la mirada per-
dida y el gesto escéptico. En esa i~a- ,/

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Henri Colpi (ex editor de Alain Res-
nais y realizador de Una tan larga au-
sencia y Codine) es vomitiva por su
gen vio representada <:arlos Pell,cer
-tenía entonces 17 anos- toda [a ¡

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