CONCLUSIONES

En definitiva, este tipo de reuniones que buscan, entre otras cosas, mejorar la manera de
planear y desarrollar en la ciudad han sido novedosas, incluyentes y participativas, deberían ser
ilimitadas a este ejercicio propositivo. El Plan de Desarrollo no puede ser algo que se puede
pasar por alto, nosotros como ciudadanos tenemos el derecho y el deber de hacerle
seguimiento al cumplimiento de las metas propuestas, a la ejecución planteada y al impacto en
la calidad de vida de nuestras ciudades.

Es así como uno de los retos para las administraciones con relación a los planes de desarrollo
debería ser el de diseñar y proveer herramientas que le permitan al ciudadano conocer los
planes de desarrollo aprobados (pues no en todas las ciudades del país, se conocen esos
desarrollos), los avances en el cumplimiento de las metas (y los retrocesos) y la gestión de los
recursos.

Así se fomentará el interés de los ciudadanos por el futuro de su territorio y por el seguimiento
a las decisiones que tomen sus líderes, lo que les permitirá ejercer un control político más
responsable e informado.