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1. INDICE
1. Índice
2. Introducción
3. Metodología
4. Mapa conceptual del módulo
5. Objetivo general
6. Desarrollo temático
6.1 Componente motivacional
6.2 Recomendaciones académicas
6.3 Desarrollo de cada una de las unidades temáticas
6.3.1 El discurso
6.3.1.1. Eficacia del discurso
6.3.1.2. Propaganda y sensacionalismo
6.3.1.3. El discurso radiofónico
6.3.1.4. El discurso informativo
6.3.1.5. Fines del mensaje radiofónico
6.3.1.6. Naturaleza del mensaje informativo
6.3.1.7. Eficacia de la información radiofónica
6.3.1.8. Características científico-periodísticas
6.3.2 Ejemplos, ejercicios o casos de aplicación práctica
6.3.3 Síntesis de cierre del tema
6.3.4 Actividades auto evaluativas propuestas al estudiante
7. Glosario de términos
8. Bibliografía
8.1 Remisión a fuentes complementarias
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2. INTRODUCCIÓN
Aquello que hacemos, hablamos y comunicamos, a través del lenguaje verbal y no verbal, está
enmarcado en el discurso. En esta cartilla trataremos el discurso como una facultad racional con
la cual se deducen unos elementos de otros, o como una serie de palabras y frases empleadas
para manifestar lo que se piensa y lo que se siente. Y, para cumplir con el proceso de la
comunicación, presentamos los elementos y las herramientas para estructurar un discurso y
diferenciar las clases existentes.
Como comunicadores que somos debemos cumplir con varios parámetros para elaborar el
contenido de un discurso:
Niveles informativos
Propaganda y sensacionalismo
No existe ninguna fórmula matemática para determinar el valor del discurso. El criterio del
orador, del conferencista o del periodista, que se consigue con la práctica y la experiencia,
conlleva a esta valoración. Existen múltiples estructuras de presentaciones como estilos y
personas. Un esquema sencillo para centrar en el tiempo cualquier tema es el ayer, el hoy y el
mañana.
3. METODOLOGÍA
1. Lecturas recomendadas
2. Sustentación
Proceso de la Emisor-Mensaje-Perceptor
comunicación
EL Discurso radiofónico
DISCURSO Eficacia del mensaje
Códigos y
lenguajes Niveles informativos
Propaganda y sensacionalismo
Fuente: Elaboración propia
5. OBJETIVO GENERAL
Identificar los elementos constitutivos del discurso que forman su estructura con base en el
lenguaje verbal y no verbal.
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6. DESARROLLO TEMÁTICO
El discurso es un fenómeno práctico, social y cultural, que siempre está basado en el orden y la
organización. La utilización discursiva del lenguaje (escrito o hablado) no está solamente en el
orden de las palabras, ideas o conceptos sino en secuencias de actos relacionados con nuestro
quehacer diario, por ende, nosotros como comunicadores debemos aplicar todas las
herramientas que nos entrega esta cartilla. No solamente recitar los conceptos sino
proyectarlos en beneficio del público.
Cuando nos dirigimos a alguien (persona o grupos de personas) debemos conocer a fondo lo
que vamos a decir o a solicitar, para evitar ambigüedades en la comunicación.
Ir más allá del discurso tradicional. ¿Cómo se logra? Mire su entorno (familia, sociedad, vida
universitaria y laboral) y analice su comportamiento. Esta conducta compleméntela y susténtela
ante sus compañeros. ¡Hablamos!
Escuche a los mejores oradores y analice lo bueno, lo malo y así tendrá bases sólidas para
elaborar su discurso.
6.3.1 El discurso
Cuando hablamos de discurso (facultad racional con que se deducen unas cosas de otras, o serie
de palabras y frases empleadas para manifestar lo que se piensa y lo que se siente) tenemos
que iniciar con el mínimo proceso de la comunicación: emisor-mensaje-perceptor y ambientarlo
con el sonido (palabra-música-efectos y silencio).
En el discurso necesitamos de unos códigos o lenguajes que sirven para obtener variedad
expresiva, resaltar, identificar, ganar mayor referencialidad y generar un proceso apelativo que
involucre al público (oyente, televidente, espectador, cibernauta) en la descodificación del
mensaje.
Para entender la interacción humana, es necesario estudiar este proceso desde que se origina
una idea y se da a conocer a través de un medio hasta que es recibida por el perceptor. Enviar
un mensaje en el vacío absoluto, sin interlocutor que esté dispuesto a recibir la señal, no genera
ningún proceso de comunicación. El acto de enviar el mensaje no consiste en entregar una
mercancía que no sufre modificaciones en su composición al pasar del vendedor al comprador.
Sin embargo, el mensaje enviado por el emisor sufre algunas alteraciones al llegar al público,
dependiendo de su conocimiento y su experiencia sobre el tema. Así pues, resulta fundamental
la buena imagen del emisor que aporta credibilidad, respeto, admiración y liderazgo, aspectos
imprescindibles para que el proceso de interacción sea completo.
La mejor estrategia para comprender un discurso es analizar el uso que se le da. Es decir,
examinar la interpretación que el público le da a su relación con los medios. Cuando uno ha
estructurado su discurso y lo da a conocer debe tener en cuenta los ruidos que se pueden
presentar. Las interferencias no permiten que el mensaje llegue claro y todo lo preparado se
pierde. El ruido es algo que interrumpe o distorsiona el mensaje. Los ruidos técnicos se pueden
presentar por deterioro de los equipos, una mala conexión, un corto circuito o un sonido muy
alto. Un ligero ruido puede ser impredecible, pero cuando aumenta evita que el mensaje llegue
a su destino.
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El ruido de ambiente es el ruido exterior. La calle, los carros, las manifestaciones, la algarabía de
la gente, las plazas públicas. Este ruido es complicado manejarlo o eliminarlo. Si estamos en una
cafetería, en campo abierto o en bares, se dificultará la fidelidad del mensaje. La
retroalimentación (aquellas respuestas o reacciones del público en forma directa o indirecta)
nos da un indicativo de la afectación.
Los ruidos semánticos son los que más interfieren en el mensaje. Gramaticalmente, debemos
construir nuestros textos de forma adecuada. Cuando manejamos significados e
interpretaciones diferentes nuestro mensaje será ambiguo. Es importante, cuando enfrentemos
a un público (espectador, oyente, televidente o cibernauta) de otra región o país, conocer los
significados de las palabras para no pasar vergüenzas ni burlas.
Hay retroalimentación directa cuando la reacción del que percibe el mensaje es inmediata. Si
estamos en una plaza pública los silbidos, las arengas, las rechiflas y los aplausos nos dan un
indicador. Si es a través de la radio, la televisión o la Internet, una llamada, un mensaje o un
comentario nos permiten medir el grado de aceptación o rechazo.
La estructura del discurso se basa en las formas del habla y de la escritura que caracterizan la
variedad de situaciones informales e institucionales que conforman nuestra sociedad. El
discurso se evidencia en lo que las personas (políticos, sociólogos, periodistas, comunicadores,
literatos) dicen o escriben y proyectan en actos sociales, políticos, jurídicos, culturales, así como
en diferentes contextos locales, nacionales e internacionales.
Tenemos que reconocer que el discurso es un fenómeno práctico, social y cultural, que siempre
está basado en el orden y la organización. La utilización discursiva del lenguaje (escrito o
hablado) no está solamente en el orden de las palabras, ideas o conceptos sino en secuencias de
actos relacionados.
Teun A. Van Dijk, en su libro El discurso como interacción social dice: “El orden de palabras, el
estilo y la coherencia, entre otras muchas propiedades del discurso, pueden describirse, no solo
como estructuras abstractas, como se hace en lingüística, sino también en términos de las
relaciones estratégicas de los usuarios del lenguaje en acción: Por ejemplo, los hablantes y
escritores están permanentemente ocupados en hacer que sus discursos sean coherentes. Lo
que es válido en lo referente a las estructuras del discurso lo es también para su procesamiento
mental y para las representaciones requeridas en la producción y la compresión: la cognición
tiene una dimensión social que se adquiere, utiliza y modifica en la interacción verbal y en otras
formas de interacción.”
Si un discurso no está bien documentado, si no posee una estructura sólida, con pilares o
pensamientos de fondo, que sirvan de base para el desarrollo de ideas y conclusiones será una
pérdida de tiempo. Existen muchas formas de estructurar un discurso, desde unas normas
clásicas recomendadas por algunos especialistas hasta el debatido estilo personal. Por lo
general, el discurso lo dividimos en tres partes: introducción, cuerpo y conclusión o cierre. Es
fundamental, iniciar con el reconocimiento de su público, reconocer cuál es el tema central, su
propósito y a dónde quiere llegar. Debe comenzar con fuerza expresiva para convencer. En el
cuerpo debe desarrollar los temas en un orden lógico, cronológico, analítico, deductivo y
casuístico. Debe haber unidad, coherencia, énfasis, tiempo y espacio. El cierre debe elaborarlo
cuando el cuerpo esté definido y las ideas claras sobre el total de su obra. Concluya con
propuestas concretas y con alguna reflexión.
Una buena presentación en el aspecto estructural del discurso es como una obra de arte
pletórica de detalles. Tengamos en cuenta que poco interesa recordar una frase célebre si no
sirve para ilustrar un punto clave o una idea central. Los puntos deben desarrollarse en un
orden definido con base en un estudio crítico para que su público no se disperse y vuelen con su
imaginación a otros sitios. El orador está obligado a ser explícito y concreto en cada punto que
presenta. Cada parte del discurso debe ser coherente. El orden de las ideas interesa tanto como
los elementos que las componen.
Cualquiera que sea la estructura que utilice, recuerde que siempre debe involucrar a su público.
Cada división o subtema se enriquece con material de soporte: ayudas audiovisuales, historias,
anécdotas y algo de humor que ilustre y relaje el ambiente para salir del abstraccionismo puro.
El apunte gracioso, el juego de palabras y la ironía son instrumentos claves para energizar al
auditorio, siempre y cuando no abuse de ellos. Si destaca un punto con un chiste o una
anécdota, esta debe ser para complementar o aclarar una idea. Existen múltiples estructuras de
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presentaciones como estilos y personas. Un esquema sencillo para centrar en el tiempo
cualquier tema es el ayer, el hoy y el mañana.
Mantenga una secuencia de aprendizaje tan fácil como le sea posible para transmitir su
discurso. Esta secuencia indica que cualquier información lanzada al espacio, debe recibirse de
forma clara y precisa. Provéales la información que se relacione con sus intereses y necesidades.
Otórgueles siempre la oportunidad de participar a través de la discusión, el juego de roles y la
experimentación. Procure, por encima de las demás consideraciones, crear un ambiente
desprovisto de amenazas, que sea agradable, confiable para enseñar y aprender. Recordemos
que después de captar el público debe entender el mensaje, después de entenderlo lo acepta, y
al aceptarlo actúa con base en el mensaje transmitido.
Dado el contacto entre el emisor y el perceptor, la eficacia del mensaje puede medirse a través
de “darlo por recibido, comprenderlo, retenerlo y dar respuesta al estímulo”.
Adecuación. Supone un dominio consciente del medio, del contenido y una consideración
frente a las condiciones de la recepción.
PROCESO DE LA INFORMACIÓN
Técnicas vocales
Orador - Conferencista
Periodista – Locutor Lingüística
Capacidad fonatoria
El Medio Técnica
No existe ninguna fórmula matemática para determinar el valor del discurso. El criterio del
orador, del conferencista o del periodista, que se consigue con la práctica y la experiencia, lo
lleva a valorarlo. Sin embargo, existen unas pautas que ayudan a tomar esta decisión:
Actualidad
Localidad
Significado
Efecto
Dramatismo
Rareza
Actualidad. Es difícil de juzgar. Hay temas que retoman fuerza porque las consecuencias dan
pie para volver atrás y en ese momento, ese hecho es importante, es decir, se vuelve
actualizable.
Localidad. Significa que a la gente le interesa más escuchar la información de su propio país,
de su ciudad, de su zona, que escuchar hechos aislados que no comprometen en nada los
intereses nacionales. Ejemplo: “La pelea” entre Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe Vélez, que la
pelea entre Nicolás Maduro y Enrique Capriles. El título de Colombia en el Suramericano sub-20
de fútbol es de interés de los colombianos más que de los peruanos o de los argentinos.
Significado. Es importante para la selección del discurso, porque hay que tener en cuenta su
valor histórico, científico, político, económico y social.
Efecto. Todo lo que se escribe y se dice debe producir algo. Este efecto es la calidad del tema
que le llega directamente al público.
Dramatismo. Es la emoción humana que despiertan los discursos en el público sin llegar al
sensacionalismo.
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Insólito. Se refiere a los hechos inusitados. Los acontecimientos que se salen de lo normal, es
decir, hechos que no pasan a diario. Ejemplo: “mujer da luz a sus propios nietos”.
El discurso es el medio más apropiado para la emisión de propaganda y con mayores facilidades
y efectos para el sensacionalismo. Las tremendas repercusiones derivadas de las actuaciones de
Goebels retribalizando hasta los extremos increíbles al pueblo alemán, los efectos de la clásica
“Guerra entre mundos” de Orson Wells, “El Bogotazo”, Osama B. Laden (el terrorista más
buscado en el mundo), la Guerra contra Irak, las amenazas de Corea con el mundo, son ejemplo
de hasta dónde una técnica, hábilmente manejada, puede servir de plataforma para la actividad
propagandística y, conjuntamente, para la formación de una opinión o de estados colectivos de
ánimo.
Por ello, se insiste sobre la necesidad de una máxima objetividad informativa en el discurso y de
un esfuerzo constante para asegurar la recepción del mensaje en condiciones claras que no
permitan confusiones o malentendidos. Cualquier actividad informativa debe estar presidida
por estas premisas. También, es necesario tener en cuenta que la repetición innecesaria de
contenidos puede ser una forma de propaganda, que una lectura demasiado enfática o
defectuosa puede provocar tomas de opinión a favor o en contra de lo que la noticia sugiere, e
incluso, puede ser una forma realmente grave de “verdad a medias”.
El discurso, por sus condiciones, es especialmente apto para transmitir contenidos con una
fuerte carga de interés humano. Dramatizar una información es una forma de asegurar una
recepción interesada. El sensacionalismo es un grave peligro en la información y en el que es
fácil caer.
La droga maravillosa que cura una enfermedad, el llanto de un niño, la preocupación del
hombre ante una determinada circunstancia, son elementos que añaden tensión a la
disertación, que la valoran y que se fijan en el público. Por eso, el empleo de estos elementos
debe ser escrupulosamente medido. Tanto el exceso como el defecto son igualmente malos,
suprimir los aplausos del público a un determinado orador es condicionar el mensaje, tanto
como eliminar datos vitales de una información. Por tanto, el tratamiento del hecho obliga a
una minuciosa revisión del texto antes de la emisión y el repaso de los elementos sonoros que le
acompañan. La propaganda y el sensacionalismo no tendrán entrada nunca en un discurso si se
busca siempre la máxima objetividad.
La gran ventaja que tiene la Radio sobre los medios impresos es el sonido de la voz humana (el
calor, la emoción, la compasión, la ira, la risa, el dolor). Una voz tiene la capacidad de movilizar
mucho más que la palabra impresa. Tiene inflexión y acento, duda y pausa, y una variedad de
énfasis y ritmos. La información que un locutor o un periodista entrega depende tanto de su
estilo de presentación como de contenido. La vitalidad de la radio reside en la diversidad de
voces que emplea y los giros de tonalidad de las frases.
La información radial tiene identidad propia como campo de formación y como protagonista,
cada vez más influyente, dentro de todos los ámbitos de la vida de un país. Por eso, responde
con calidad a las demandas que plantea este medio, las tendencias mundiales de comunicación,
el ambiente de competitividad de las organizaciones y la sociedad globalizada de hoy. El
advenimiento de la llamada sociedad de la información y del conocimiento, le otorga a la
información radial una oportunidad única para convertirse y consolidarse como actor social,
factor de cambio y articulador de una sociedad dinámica.
La finalidad del discurso radial es que el oyente, además de entender e interpretar el mensaje,
comprenda la dimensión de lo sonoro y en general de la comunicación como un universo
estructurado a través de diversos grados de racionalidad, los cuales pueden ser aprobados,
reprobados o sujetos a diversas formas de validación y, además, experimente sensibilidades
estéticas y procesos racionales del sonido.
Las características narrativas del relato radiofónico están definidas por la diversidad de los
elementos que componen el mensaje. Así, la dimensión sonora de la radio implica unas
peculiaridades que la diferencian de los demás soportes y, al mismo tiempo, condicionan la
construcción del relato. Pero también es importante analizar por separado las diferentes
modalidades discursivas que existen en la radio, porque cada una tiene unas características
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propias que afectan al estilo comunicativo y a las normas de redacción. El discurso informativo,
el dramático, el preparado y el natural o espontáneo son las principales variantes. Cada género
se corresponde con un esquema y con unos códigos específicos. El relato radiofónico admite la
narración lineal y la narración paralela. Ambas modalidades determinan la construcción del
discurso y la descodificación.
Esta fugacidad de los mensajes radiofónicos explica que desde un punto de vista lingüístico, el
periodismo de la radio aparece caracterizado por dos rasgos muy específicos que dan su propia
personalidad a esta modalidad de lenguaje informativo:
Laconismo
Estilo comunicativo peculiar
Laconismo podría ser equivalente, en líneas generales, a la nota de concisión ya utilizada para
caracterizar genéricamente al estilo periodístico informativo. Pero se trata de una concisión
todavía más acentuada, más deliberadamente buscada que la concisión habitual en cualquier
otro mensaje periodístico.
Ya se ha dicho que la radio es un medio ciego, pues estimula la imaginación. Cuando el sonido
(voz, música, efectos especiales) sale del receptor, el oyente visualiza lo que oye y crea en su
mente las imágenes que le ayudan a interpretar el mensaje.
En la televisión las imágenes están limitadas por el tamaño de la pantalla, mientras que las
imágenes radiofónicas pueden ser del tamaño que el oyente desee. Un medio visual tiene
ventajas en la demostración de un procedimiento o técnica y, en muchas ocasiones, una imagen
o un gráfico vale más que muchas palabras.
Por otro lado, la radio es un medio efímero. La naturaleza del medio significa que el oyente no
solo debe escuchar el programa en el momento de su emisión, sino que también debe
entenderlo al instante. El impacto e inteligibilidad de la palabra hablada debe producirse
cuando se escucha, ya que pocas veces hay una segunda oportunidad. Tanto el director como
los periodistas que realizan el programa deben procurar conseguir un máximo de lógica y orden
en la presentación de sus ideas, así como el uso del lenguaje1.
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La Información. Unánimemente se reconoce la enorme agilidad de la radio para dar la noticia
antes que cualquier otro medio. La aceleración técnica experimentada a lo largo de su
historia y la rapidez en la transmisión básica de las fuentes noticiosas facilita también una
aceleración informativa sin competencia. La “prisa” le priva, en ocasiones, de un
tratamiento más profundo de los hechos.
La distracción. Como fin del mensaje radiofónico puede decirse que este existe desde el
instante que comenzó a funcionar la primera estación de radio en el mundo. Los espacios
dramáticos de creación y los musicales han tenido siempre esa finalidad. Con la aparición de
la televisión, el mensaje radiofónico ha depurado su contenido de distracción, generando
variación y enfocando así los motivos que cada vez son más seleccionados y de mayor
especialización.
Es simultáneo. Esto es, supone la disponibilidad de mezclar varios sonidos, siempre que sean
necesarios, añadan algo al contenido primario y no lo modifiquen.
Es único e irrepetible. Lo que este mensaje diga obliga a una claridad de emisión e
intencionalidad respecto de la recepción, por parte del oyente.
¿Qué factores facilitan una eficacia máxima de la información radiofónica?, si como vimos, es un
mensaje de distinta naturaleza, conviene tener en cuenta, además de las características
aplicadas, las referentes a su eficacia, claridad, compresibilidad, adecuación y factores de
audibilidad. Unos y otros trazan un esquema de valores a tener en cuenta y de cuya
observancia se deriva una eficacia proporcional al esfuerzo informativo realizado. Junto a ellos
conviene hacer las siguientes observaciones:
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Adecuar el contenido al nivel de los oyentes, pero también al programa en conjunto, a la
programación en general, al tipo de oyentes y a la hora de emisión.
Asegurar una tensión en el desarrollo de cada hecho y del programa, de tal modo que no
haya momentos de baja sintonía. Esto supone también un ritmo informativo.
Saber dar a cada noticia una duración apropiada de acuerdo con la estructura del programa y
la importancia relativa del acontecimiento dentro del mismo.
- Una colaboración tan amplia como sea posible con otras emisoras regionales, nacionales y
extranjeras para conseguir mejor y mayor información.
Diferentes teóricos han definido las características de la ciencia periodística como: actualidad,
difusión y periodicidad, Otto Groth añade una más, la universalidad. Marca también unas
tendencias de perfeccionamiento que proyectan su teoría hacia la práctica y a la consideración
de la información de actualidad como un todo unitario distribuido por diferentes medios.
La información en radio es, o debe ser, y en otro caso no tiene sentido, la más actual y la más
simultánea. Supone, en principio, ese primer nivel de información: la misma noticia simple,
sencilla y escueta, emitida tan pronto como se tiene conocimiento de ella.
Desde un punto de vista teórico y práctico, puede decirse que la información radiofónica es la
modalidad informativa más próxima a la realización de una universalidad de contenidos entre
aquellos que nos interesan. A la vez, es capaz de ofrecer unos principios de selección y
especialización tan rigurosos como los medios impresos en cualquiera de sus manifestaciones.
Dentro del discurso informativo también hace parte la función cultural de la radio. El cúmulo de
datos que componen la supuesta cultura de aquellos que se abastecen intelectual e
informativamente de los medios de comunicación colectivos, son generalmente superficiales,
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contingentes, confusos y deformados. Para quienes no han cuestionado la identidad – cultura –
información – comunicación - , existe un riesgo dramático: creer que viven informados y, por
ende, que son cultos. La mayor parte de las personas de nuestra civilización vive una falsa
ilusión de preparación intelectual y de suficiencia de conocimientos. Esta ilusión es la
característica más notoria de la llamada cultura de masas. Sin embargo, la comunicación por sí
misma no implica un resultado culturizante.
De las innumerables concepciones de la cultura cabe hacer una simplificación en tres grandes
planteamientos:
El enfoque antropológico. Es el que concede una condición cultural a todo lo relacionado con
el ser humano, en oposición a la naturaleza.
El punto de vista pragmático. Equipara cultura a civilización y se fija en las ideas, ciencias,
artes y costumbres que caracterizan a los pueblos y razas. Desde este punto de vista, cultura
es lo que contribuye al desarrollo.
Los mensajes que contribuyan a este enriquecimiento individual o colectivo tendrán carga
cultural. Su importancia, su volumen o su intensidad dependerán, por una parte, de la calidad
del mensaje y, por otra, de su efecto en cada oyente. Hay mensajes que no son semilla de
conocimientos, pero tal vez preparan el terreno intelectual de los radioescuchas para futuras
siembras culturales o sirven de abono a mentes ya preparadas.
Así pues, las posibilidades del verdadero profesional radican, por una parte, en su preparación
intelectual y académica, y, por otra, en el criterio del planteamiento, en el lenguaje que utilice y
en la forma técnica en que presente los mensajes. Hasta en el tratamiento formal de los temas
Por su parte, para dar a conocer este lenguaje en radio, es importante tener en cuenta que no
solamente la palabra y la música son instrumentos de comunicación cultural. También el ruido,
el sonido inarticulado puede despertar imágenes y sugerir conceptos. El oído es puente de
sensaciones muy ricas y complejas entre la realidad y el cerebro.
Identificar las reacciones de sus compañeros en su entorno laboral o familiar frente a una
situación específica.
Ver y escuchar las conferencias de Jorge Duque Linares. En este link encontrarán un
video. http://www.youtube.com/watch?v=BsqxjGPNUn4
Emisor (códigos)
Mensaje (contenido. Ruidos técnicos, de entorno, semánticos)
Perceptor (descodifica)
Claridad
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Comprensibilidad
Adecuación
Es simultáneo
Es único e irrepetible
Se recibe en presente
La recepción es autónoma
5. Discurso radiofónico
La radio es un medio ciego, sin embargo estimula la imaginación. Cuando el sonido (voz, música,
efectos especiales) se emite, el oyente visualiza en su mente las imágenes que le ayudan a
interpretar el mensaje.
Lea la cartilla.
Escriba un discurso propio acerca de los elementos de la cartilla.
Sin valerse del escrito prepare y grave un discurso oral.
Compare los dos discursos con el contenido de la cartilla y evalúe aciertos y desaciertos.
VAN Dijk Teun A. El discurso como interacción social. Tercera edición. Barcelona, España:
Editorial Gedisa S.A, 2008.
http://www.discursos.org/ Internet
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