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Buenas tardes a todos, mi nombre es Constanza Vargas soy estudiante del Liceo Técnico Marta

Brunet del curso 4°B, de la especialidad de gastronomía mención cocina. Antes de comenzar me
gustaría saludar cordialmente a la directora del Liceo Técnico Marta Brunet doña Lorena Rodríguez,
a la señora subdirectora doña Oriana Mondaca, a la señora jefa de UTP doña Ximena Vega, a la
señora Inspectora General doña Bernarda Abbott, a el señor Orientador don René Torrejón, a la señora
Jefa de producción doña Marcela Barraza, a el señor Evaluador don Iván Muñoz, a los profesores
jefes, profesores en general, a los padres y apoderados, a la comunidad escolar, a mis queridas
compañeras, al público en general, a todos los que son parte de este establecimiento y hacen de este
un lugar de aprendizaje ejemplar.
No sé cómo resultara esto, quizá sea un discurso lleno de frases ya dichas, clichés, de lugares
comunes, tal vez sea muy extenso o muy corto, pero más allá de todo, si tengo algo en claro es que
cada una de las palabras que aquí presento son palabras muy sentidas, palabras elegidas por mas
sencillas que sean porque cada una dice una y mil verdades. Estamos reunidos aquí para dar término
oficial a una etapa. Una etapa a la cual le entregamos 12 años de nuestras vidas; años llenos de
recuerdos, momentos e imágenes que serán guardados para siempre en nuestra memoria y corazón,
ya que de alguna manera nos marcaron. Es el fin de una etapa caracterizada por el crecer no solo
físicamente, sino que también por crecer psicológicamente; una etapa de aprendizaje y de tropiezos
de los cuales siempre nos hemos levantado gracias a el apoyo de nuestros padres, profesores y
compañeras, hemos logrado sacar lecciones de nuestras derrotas, a confortarnos con nuestras victorias
y a pesar de todo nunca nos hemos detenido. Es el fin de “una de las mejores etapas de nuestras vida”
como dicen nuestros padres y es que son estos momentos los cuales nos definen como personas y nos
abren las puertas hacia el futuro.
Llego la hora de partir, de dejar atrás el uniforme y la insignia, es hora de dejar atrás una parte de
nosotros, de dejar atrás la adolescencia, ahora formáremos parte de un mundo desconocido para todas
nosotras, con obstáculos que tal vez nos parezcan difíciles de superar pero que con la enseñanza que
los profesores nos brindaron seremos capaces de sobrepasar así lograr nuestras metas, es momento
de abandonar nuestras salas de clases, nuestros talleres, de mirarnos a las caras unas a otras y recordar
todos los momentos juntas, sin importar si son buenos o malos, también es momento de abrazar fuerte
y cariñosamente a nuestros profesores, padres y compañeros, y de comenzar a avanzar. Sabemos que
esto no es solo una despedida sino también el punto de partida hacia nuevos rumbos, quizás más
difíciles de transitar, pero tenemos la seguridad de haber adquirido todo lo necesario para recorrerlos.
Sinceramente no sé cómo continuar con esto, no sé como plasmar en algo tan pequeño todos los
momentos con ustedes y todo el cariño que les siento. Los recuerdos con ustedes son insuperables e
innumerables, desde lo más cómico a lo más trágico, los lindos recuerdos que se me hacen casi
imposible expresar, recuerdo cuando llegué en primero medio, me sentí tan bien al ingresar al curso
y ver unas caras ya conocidas porque la verdad es que me daba miedo el iniciar una nueva etapa en
un lugar desconocido con personas a las cuales no conocía. La gran mayoría de nosotras solo nos
conocimos en tercero medio, allí fue donde comenzó nuestro viaje por seguir nuestros sueños y
objetivos que ahora están a un paso de concretarse, al principio fue bastante extraño ya que no nos
conocíamos, cada quien tenía su propio grupo de amigas, algunas se unieron al curso sin conocer a
nadie y todo lo que nos unía era la gastronomía, pero ahora me siento orgullosa y a la vez realizada
ya que fui testigo del esfuerzo que todas nosotras pusimos para estar aquí hoy.
Con ustedes fui creciendo, muchas fueron llegando de a poco a nuestras vidas y de la misma manera
comenzamos a formar lazos de amistad cada vez mas fuertes, lazos de amistad que nos sirvieron de
apoyo para afrontar diversas situaciones que nos fue poniendo la vida. Y si, somos probablemente el
único apoyo seguro, porque, aunque suene cliché las mejores amistades se forman en el liceo; son
algo fundamental en mi vida, un apoyo incondicional y es increíble pensar que junto todo el curso
somos una familia, una familia con muchos personajes dentro, con personas de diversos caracteres,
personalidades, formas de vida, gustos, estilos, y hasta diferentes aspiraciones, pero al fin y al cabo
una familia.
Realmente son el mejor curso, todas, con nuestras diferencias y aportes logramos formar este
excelente cuarto medio que hoy se despide dejando una gran huella imborrable. Tengo unos
sentimientos un tanto contradictorios, siento pena por que hoy nos vamos y dejamos este liceo, ya
que nadie nos asegura que las cosas serán como lo eran hace un mes; sabemos que ya no habrá mas
retos por parte de las inspectoras o los profes, ya no habrá un profe Iván al que le den los 5 minutos
y nos grite hasta que se ponga rojísimo, ya no habrá amenazas con anotaciones o retos por estar sin
el delantal. Pero por otro lado estoy feliz, feliz de que todas hayamos logrado cruzar esta etapa que
nos abre las puertas a un mundo desconocido, lleno de oportunidades y expectativas para cada una de
nosotras.
Muchas de nosotras queremos continuar estudiando y estoy segura que la mayoría aún no sabe que
estudiar, el tan solo pensar en eso me recuerda a cuando éramos pequeñas y nos preguntaban que
queríamos ser cuando grandes, respondíamos algo así como astronauta, presidenta, una princesa o en
mi caso; “doctora de perritos” luego cuando teníamos 10 años y nos preguntaban de nuevo
respondíamos vaquera, bombera, carabinera o en mi caso estrella de rock. Pero ahora que hemos
crecido y quieren una respuesta seria, bueno, ¿Quién sabe? No es momento de que tomemos
decisiones rápidas, es momento de cometer errores, de subirse a una micro equivocada y perderse, de
enamorarse a menudo, de cambiar de carrera y volver a cambiar porque no hay nada permanente. Así
que cometamos tantos errores como sea posible y de esa manera cuando nos pregunten de nuevo lo
que queremos ser, no lo vamos a tener que adivinar porque ya lo sabremos.
Espero que como generación hallamos logrado dejar una huella no solo por nuestras capacidades o
aptitudes, sino que porque fuimos parte del liceo. Estoy muy orgullosa de haber formado parte de esta
comunidad escolar que por un largo tiempo ha sido nuestra familia. Se que el año que viene, y en mi
vida en general, sea donde sea que este, recordare a mi curso, a cada persona de los que lo conforman
y también a los demás estudiantes que forman parte de mí. Estos años son totalmente imborrables e
irremplazables.
Quiero agradecerle a nuestra profesora jefe, la profe Carolina, sin duda la mejor de todas nos defendió
y creyó en nosotras a pesar de todo, la que acepto retos por nosotras y la que nos unió como cuarto
medio. Es una gran profesora, nos dio la confianza para conocerla, realmente espero que su próximo
curso logre ver todo lo bueno que tiene para dar. También quiero agradecerles a los profesores que
nos han entregado el conocimiento, los valores y el cariño. Muchas gracias por los plazos y por las
decimas salvadoras. Pero en especial quiero agradecerles a los profesores y a las inspectoras que nos
han apoyado estos cuatro años, a quienes se sumaron en el camino, y quienes aprendieron a
conocernos, a aceptarnos y sobre todo a querernos con nuestras fallas y virtudes; amados profesores,
estoy segura que no nos olvidaran tan fácilmente así como nosotras no los olvidaremos, pero es que
cómo olvidar a nuestro querido profe Luis, o a la profe que siempre llegaba con una caña gigantesca
los días lunes, nunca olvidaré a la profe Luz quien es una profe super amorosa y por ella muchas
comenzaron a amar las matemáticas, también el cómo olvidar las infinitas discusiones con la tía
Marcia o a la tía Gaby bailando la pollera colorada y como olvidar a el profe Iván enojado en taller
tirando ollas al suelo; son recuerdos y personas que simplemente nunca podrán irse de nuestra
memoria.
Es curiosa la contradicción porque las despedidas suelen ser tristes sin embargo el motivo por el que
estamos aquí es porque hemos terminado una etapa, estamos acá por una celebración y las
celebraciones suelen ser un motivo de alegría, a sido un honor y un privilegio el haber podido ser
parte de este establecimiento, con estas palabras y la emoción que invade nuestros corazones, nos
despedimos de este liceo, anhelando el éxito en este nuevo desafío que recién comienza.
Por último, con esta frase quiero desearles a mis compañeras el mejor de los futuros sin importar el
camino que deseen tomar, espero que todo el potencial que tienen para entregar salga a flote y
realmente espero que se habrá un mundo de oportunidades.
“Somos arquitectos de nuestro propio destino” frase célebre de Albert Einstein

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