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LA MOTIVACIÓN

La motivación es la energía que dirige nuestras conductas. Es como el fuego


que emite las llamas; cuanto más agregamos la leña, la fogata crece y arde
con mayor intensidad. En otros casos, cuando vertimos una sustancia como el
alcohol desde afuera y así las llamas van a crecer, pero en poco tiempo se
consumirá, porque el combustible de la leña se habrá hecho cenizas.
DAVID FICHMAN: La motivación es como el nivel de temperatura del aire de
un globo aerostático. Algunos motivados tienen el aire caliente y vuelan por los
horizontes. Otros, con el aire frio, están paralizados en el piso esperando que
alguien lo arrastre.
Sin embargo, la motivación tiene su pro y contra; al primero ya hemos
mencionado arriba; y su contra es la desmotivación.
La desmotivación es un gran problema en los colegios. Según los estudios y
encuestas, cerca de 40% de estudiantes de secundaria manifiestan sentirse
totalmente desmotivados para estudiar. Los estudiantes aburridos, prestan
poca atención en hora de clase y que se esfuerzan poco, por tanto se
benefician menos o en su defecto no aprenden nada. Por ello, muchos llegan
al problema de deserción, es decir, abandonan la carrera escolar.

MOTIVACIÓN INTRINSECA Y EXTRINSECA


1. MOTIVACIÓN INTRINSECA
Es la motivación que nace de uno mismo, de modo que, toda actividad que
realizamos nos hace sentir felices y disfrutamos de la mejor manera sin
ninguna condición de alago o premio.
Para mayor énfasis en el tema, compararemos entre el auto y una persona.

Del auto, las baterías. Estas baterías interiores que son parte del auto tiene la
particularidad de que se cargan a solas a medida que el auto avanza. Por ello
vamos a considerar las baterías del auto, como motivadores intrínsecos, que
pone en funcionamiento al vehículo, como también activa los diferentes
accesorios de la unidad como son: luces, bocinas, auto-radio, aire
acondicionado, entre otros. Una persona puede elegir la actividad que hace y
cómo lo hace, por lo cual se motiva en sí misma; se siente libre, siente que es
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libre de sus actos y con una confianza segura, siente que es autónomo de su
actividad y considera que es importante para él/ella. Es decir, recarga sus
baterías internas y le permite el auto movilizarse – desarrollarse.

2. MOTIVACIÓN EXTRÍNSECA
El combustible del auto. La gasolina o el petróleo son los motivadores
extrínsecos. El auto puede tener el mejor tipo de energía en sus baterías y en
su combustible, y aun así no puede avanzar porque tiene llantas bajas.
Supongamos que, un joven de nuestra congregación esté motivado
intrínsecamente, es decir, trabaja con voluntad en cualquier actividad referente
a las cosas de Dios; llega primero al culto, participa en las reuniones, es social
con todos, organiza a los jóvenes, les da palabras de aliento, ora por todos los
hermanos(as), limpia la casa de oración, apoya en las actividades económicas,
etc., de esta manera disfruta en la obra de Dios. Sin embargo, el pastor de los
jóvenes, ve que el hermano joven es muy activo y tiene cualidades positivas,
por ello le da algún incentivo económico como reconocimiento de sus
esfuerzos, y estos son motivadores extrínsecos.
Pasa un tiempo, el joven motivado, ya no trabajará con la misma intensidad por
el hecho de que fue incentivado económicamente, más bien volverá a trabajar
cuando hay otros incentivos, regalos, comodidades, elogios, entre otros.
Muchas veces esto sucede en diferentes iglesias, si no hay premios o regalos
no trabajan con voluntad ni responsabilidad.
Ningún ser humano vino al mundo con cualidades positivas o talentos, más
bien, este es el lugar donde descubrimos nuestros talentos, y por tanto no hay
ningún obstáculo para trabajar en la obra de Dios. “TODO LO PODEMOS EN
CRISTO QUE NOS FORTALECE”
ESPINO FLORES,
Kenny.

LA MEJOR LECCIÓN DE VIDA QUE UN PADRE PUEDE DARLE A UN HIJO.

Cuenta un joven que, cuando este era niño, su familia atravesaba por mucho
tiempo una pobreza. La historia breve de joven empieza y cuenta así:
Cuando era niño mi papá no me gustaba, era pobre y no era exitoso. Sin
embargo, trabajaba mucho más que los padres de mis amigos, no pensaba que
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era una persona muy inteligente. Mi papá me mostró una tarjeta que decía: vas
a ser un gran hombre, créelo; pero cuando terminé de leer, mi papá
repentinamente dijo: ¡hey!, esto no es para ti. Nunca lo vi como una inspiración,
mientras estaba dormido me burlaba de él echándole el libro que leía, de esta
manera despertaba porque siempre me llevaba a la escuela. Se asustó con mi
actitud y dijo: ¿Qué?, ¿Qué? Yo le respondí que estamos haciendo tarde a la
escuela. Ah sí, sí,… la escuela, perdón, me respondió.
Yo no entendía ¿para qué me daba el dinero? Me decía: aquí tienes el dinero
para tu bolsillo y un poco de extra, es hora de pagar tus impuestos. Al mismo
tiempo depositábamos el dinero, de mi parte y de su parte, en un pequeño
recipiente. Por curiosidad lo pregunté a mi papá ¿por qué no somos ricos?
Inmediatamente me respondió con una pregunta y respuesta: ¿quién dijo que
no somos ricos? Ser ricos no se trata de cuánto tienes, sino de cuánto das, de
alguna forma cuando des te hará más feliz. Yo no era feliz, no quería ser pobre
como mi papá cuando fuera grande. Después de un tiempo llegó una carta de
beca para universidad. Yo sabía que quería ser más exitoso que mi padre. Mi
padre, lleno de felicidad, me envió a estudiar en la universidad diciendo:
llámame cuando necesites más dinero. Fue triste la despedida para mí.
Después de mucho tiempo, recibí una llamada de mi padre y me dijo: ¿venís a
la cena de reunión de este año? Respondí: no, no voy a venir este año. Me
dijo: ¿estás trabajando? Contesté diciendo: si, encontré un trabajo nuevo aquí,
quizás iré después de Año Nuevo, estoy realmente ocupado ahora. Mi padre
entristeció y me dijo: bueno, adiós.
Después de la muerte de mi padre, revisé sus maletas donde encontré el
recipiente casi vació y unos documentos a mi nombre donde decía: gracias por
su donación, este era de una compañía de minusválidos a quién donaba mi
padre.
Encontré el número de teléfonos de aquella compañía y llamé para comentar
sobre su equivocación, pero al mismo tiempo, la compañía me hizo una
invitación. Lo ubiqué, y la representante me recibió diciendo: gracias por venir,
señor Lim. Pues lo comenté y dije: encontré estas cartas que dicen que yo
doné dinero, debe haber un error. Ella me respondió: te explico después, hay
alguien que te quiere conocer, ven conmigo. Me presentó a una persona que
andaba en silla de ruedas y aquel me extendió la mano y me dijo: gracias por
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venir, señor Lim; tu padre nos contó muchísimo sobre ti. Tu padre… siempre
nos hizo olvidar de los problemas y nos recordaba de nuestros sueños y
esperanzas, los niños aquí lo extrañan. Él es el único que nos podía hacer
sonreír. Recuerdo que hubo un chico que estaba realmente deprimido y no
quería ir a la escuela, básicamente se ha dado por vencido en la vida, pero tu
padre leyó a este niño todo el tiempo, ahora este niño creció para ser una
persona muy útil. Tu padre se hubo haber retirado viviendo tranquilo, pero él
eligió continuar trabajando para ayudar a los demás. Él era un hombre
desinteresado, solo que… nunca le contó a nadie sobre su enfermedad.
La representante de la compañía intervino nuestra conversación y me acercó
diciendo: señor Lim, lo estaba tratando de ubicar, esto es para usted en
reconocimiento a las donaciones. Yo respondí: tiene mi nombre, pero yo no fui
quien donó. Y el hombre que estaba sentado en silla de ruedas me dijo: fue tu
padre, él no quería que supieras.
Me retiré con el premio que me dieron. Al entrar en mi cuarto, cogí el recuadro
que contenía la foto de mi padre y lloré amargamente. Había también
vestimenta con el que actuaba y hacía reír a los niños minusválidos de aquella
compañía, entonces dije: para el cumpleaños de mi padre celebraré su vida
como él hubiera querido. Casi lo podía escuchar diciendo: ser rico no se trata
de cuánto tienes… sino de cuánto das.

“HIJOS, OBEDECED A VUESTROS PADRES EN TODO, PORQUE ESTO


AGRADA AL SEÑOR” colosenses 3:20

ESPINO FLORES,
Kenny.

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