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SOLICITO: ADMISIÓN DE TÍTULO DE TESINA TEOLÓGICA
Atentamente:
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Mario Quispe Mamani Prof. Dr. Víctor Zevallos S.
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PROYECTO DE TESINA DE TEOLOGÍA
1. Título de la investigación
LA ESPERANZA NATURAL Y LA ALEGRÍA DE LA ESPERANZA
AGÁPICA EN NUESTRA ACTUALIDAD
“Desde la Encíclica Spe Salvi, de Benedicto XVI”.
3. Objetivo general:
- Mostrar la importancia del valor de la esperanza natural y la esencia de la espe-
ranza agápica, para nuestra actualidad desde la Encíclica Spe Salvi, de Benedicto
XVI.
Objetivos específicos:
- Comparar el nivel de la esperanza natural y la esperanza cristina, y su relacio-
nalidad.
- Analizar los peligros de las ideologías del optimismo y el progresismo que
afectan a la esperanza cristiana.
- Analizar la esperanza en el pensamiento de Benedicto XVI.
- Reevangelizar la alegría de la esperanza agápica, en nuestra actualidad, a la luz
de la fe y la razón.
- Demostrar la necesidad de la esperanza teológica para nuestra actualidad como
propuesta.
4. Hipotesis
La esperanza natural en el pensamiento del hombre tiene distintas perspecti-
vas. Por ejemplo: en el judaísmo la esperanza es de esperar con confianza; para
los griegos su espera consistía en poder ser favorable como también puede ser
desfavorable.
Por tanto la esperanza es parte de la realización de la persona humana, así
como la libertad, la voluntad, que están presentes en cada persona. El hombre
por medio de su razón tiene de algún modo una relacionalidad con el pasado
en el presente y se dirige hacia el futuro, su esperanza está presente en su reali-
zación y en lo que realiza sus proyectos, con el fin de alcanzar sus metas. Y en
esencia espera algo bueno, agradable para su bien y el bien de los demás, aunque
en algunos casos se puede desfigurar la esperanza. Esta realización humana está
acompañado de desafíos, fracasos y triunfos, gracias a la fortaleza y la paciencia
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puede ser perseverante, esta esperanza humana o natural, Benedicto XVI le lla-
ma «esperanzas pequeñas y esperanza grandes».
Por otra parte, también el esperar en el porvenir puede afectar el estado de
ánimo, porque viene desde el exterior, en este esperar no todo depende de la
misma persona por que no se sabe con seguridad lo que sucederá, pero se puede
tomar algunas precauciones. Por ejemplo: si no hay lluvias este año, entonces
abra sequía que afectara a la humanidad, por tanto se pueden tomar precaucio-
nes a tiempo. En estos casos el estado de ánimo de la persona puede entrar en
crisis psicofisiológicamente. La esperanza si no está acompañada de la virtud de
la fortaleza y la paciencia puede llevar a la humanidad a la desesperación, por
otra parte caer en un pesimismo, su consecuencia es perder toda expectativa.
En cambio, la esperanza cristiana surge desde la fe, y Benedicto XVI le llama
«la gran esperanza» es una esperanza confiada que no defrauda, es la esperanzas
de esperanzas. En la encíclica de Spe Salvi, Benedicto comienza de este modo,
“la redención y la salvación” no es simplemente un dato; redención es ser resca-
tado y el fruto de este rescate es la salvación, de este modo «tenemos esperanza
fiable», (confianza, fe); el sentido del «rescate» es ser hijos de Dios por los méri-
tos de Jesucristo, y «salvados» para la vida eterna no para una muerte sin sentido
donde acaba su fin como un simple mortal, si no que su fin va dirigido hacia una
inmortalidad que es la resurrección a imagen de Cristo resucitado, no como la
resurrección que hizo Jesús con Lázaro, que lo resucitó después de cuatro días
del sepulcro, de algún modo vivió un tiempo y que posteriormente murió, y que
ahora también espera la resurrección de los muertos, que se dará en la parusía.
La resurrección será a imagen de Cristo el Señor, como nos dice la carta de
Juan: « seremos semejantes a él, por que lo veremos tal cual es» (1Jn 3,2); y los
sinopticos no lo describen «serán como ángeles en el cielo» (Mt 22,30). la espe-
ranza en la resurrección está ya dada y aclarada desde la encarnación de Crisito
el Señor, y no es una utopía.
5. Justificación
En nuestra actualidad es muy urgente la revangelización de la esperanza cristi-
na, porque en ella encontrara la esperanza de esperanzas, no es cosa del pasado,
sino sigue siendo la Buena Noticia, porque en ella actúa el Espíritu Santo, como
lo fue para los Efesios: que no tenían «ni esperanza ni Dios» (Ef 2,12) su dios
no les daba las verdaderas esperanzas, san Pablo les llevó la “gran esperanza”
en Cristo a los Efesios, estos acogen en sus vidas llegando a bautizarse «en el
nombre de Jesús» (Hch 19,5). «Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo
vino sobre ellos» (Hch 19,6).
En nuestra actualidad sucede algo similar los hombres ponemos nuestra con-
fianza y nuestras esperanzas en ideologías y una de ellas es el progreso, el pro-
greso en si no es malo, tiene grandes aportes que realizó, por ejemplo: se ha
progresado en la investigación de la medicina, en los medios de comunicación,
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en los avances tecnológicos, pero también en parte se utiliza para realizar el mal,
como son: las manipulaciones genéticas en los embriones humanos. El progre-
so con la pura razón y el tecnicismo la humanidad se desorienta de su felicidad
plena, en cambio si está en comunión con la fe tendra una orientación con
sentido, lo mismo la fe requiere de la razón,. La esperanza natural es apertura al
futuro y a la comunión por medio de su libertad y no debe serrarse solamente
en la razón sino complementarse con la fe, para recibir la gran esperanza.
Benedicto XVI en la Encíclica, Spe Salvi, resalta el peligro del Progreso que
su finalidad es el «poder de la razón» y una «libertad perfecta», es un pensamien-
to ideológico desde la política. La pura «razón y libertad» son un peligro para la
persona, aunque aparentemente no lo parece, en el fondo se intenta reemplazar
la esperanza cristiana ya no se pone la confianza en Dios salvador, sino en la
razón humana y en una libertad perfecta que es «superación de toda depen-
dencia», el hombre en este sentido ya no depende de Dios sino del progreso
ideológico.
El hombre va perdiendo en tener esperanza en la vida eterna y en la resurrec-
ción. La velocidad de la tecnología, la competencia de compra venta, de alguna
manera nos involucran en el activismos exagerado, por otra parte las ideologías
que niegan la gran esperanza, dan un oscurecimiento a la esperanza cristiana
sobreponiéndose o queriendo remplazar ha esta virtud teologal. La esperanza,
en Cristo no desaparece ni está lejos, sino que nosotros nos alejamos de esta
gran esperanza, ésta, esperanza cristiana está siempre presente en nuestra vida y
no hay porque desesperarse y buscar las esperanzas en ideologías.
Ahora la esperanza agápica no es diferente a la esperanza cristina, agapé es el
amor incondicionado, un amor de donación, la esperanza agápica es la esperan-
za amorosa, una esperanza llena de amor que peregrina al gran amor. Benedicto
XVI le llama «La gran esperanza» y esta gran esperanza no sustituye a nuestras
esperanzas naturales sino que le da plenitud en Dios, a diferencia de las espe-
ranzas ideológicas que su plenitud está en el hombre y en su progresos que de
alguna modo puede decepcionarlo, en cambio la esperanza amorosa en Dios
nunca lo decepcionara. Esta gran esperanza en nuestra actualidad requiere ser
revangelizada, porque en nuestra sociedad existe muchos problemas, como son
problemas familiares, donde se va perdiendo la esperanza cristiana y ponen sus
esperanzas en lo temporal porque está más a su alcance, y la esperanza cristina
de este modo pasa a un segundo plano. Es por tal motivo que en esta investiga-
ción de trabajo quisiera resaltar el valor de la esperanza teológica y su relación
con la esperanza humana, de este modo dar una propuesta de esperanza agápica
para la actualidad.
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la Esperanza. Spe Salvi, es el segundo documento después de la Deus Caritas
Est. Ésta segunda Encíclica nos servirá como base en nuestra investigación
teológica y lo complementaremos con textos similares del mismo autor, a la vez
contaremos con los documentos de magisterio, la sagrada escritura, y algunos
filósofos.
La esperanza natural se analizará en el primer capítulo, desde la misma razón
a la luz de la fe que está abierta al diálogo universal, en el segundo capítulo pro-
piamente nos dedicaremos a la esperanza cristiana que tiene una esencia muy
valiosa, se le puede llamar incluso la lumbrera que brilla en lo alto de la cima,
conocida como “virtud teologal”
La esperanza agápica que es la esperanza amorosa, lo desarrollaremos en
nuestra investigación en el capítulo tercero, después de haber hecho todo un
recorrido sobre la esperanza natural y la esperanza teológica, sin olvidar los
desafíos que existen en nuestra actualidad.
Finalmente nos acercaremos a la figura de la virgen María como modelo
de esperanza agápica, ella espera al mesías. Y cuando el ángel le anuncia para
concebir ella la recepciona con toda confianza y a la vez se da en donación a la
esperanza en el salvador que nacerá de ella, que es Jesús el salvador.
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7. Estructura de la tesina
IntroduccIón:
Conclusión
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