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LAS AVES

Son animales vertebrados, de sangre caliente, que caminan, saltan o se mantienen sólo sobre las
extremidades posteriores, mientras que las extremidades anteriores están modificadas como alas que, al
igual que muchas otras características anatómicas únicas, son adaptaciones para volar, aunque no todas
vuelan. El cuerpo de las aves se divide en cabeza, tronco y extremidades, las plumas de algunas
especies son de colores muy variados: rojas, verdes, amarillas, azules. Las aves viven prácticamente en
todas las regiones del mundo. Algunas solo pueden estar en determinados lugares, como los pingüinos,
que solo viven en sitios fríos, o los loros, que, en cambio, solo se encuentran en las zonas tropicales,
cálidas.

El ser humano y su relación


El ser humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y
las cinegéticas son fuentes de alimento. Las canoras y los loros son populares como mascotas. Se usa el
plumón de patos y gansos domésticos para rellenar almohadas, y antes se cazaban muchas aves para
adornar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se usa en la fertilización de suelos. Algunas
aves son reverenciadas o repudiadas por motivos religiosos, supersticiones o por prejuicios erróneos.
Muchas son símbolos culturales y referencia frecuente para el arte. En los últimos 500 años se han
extinguido más de 150 especies como consecuencia de actividades humanas y, actualmente, son más de
1200 las especies de aves amenazadas que necesitan esfuerzos para su conservación.

Origen

Han existido muchas controversias con respecto al origen de las aves. Una de las primeras se
encontraba relacionada con el posible origen de las aves a partir de arcosaurios y no de dinosaurios
(estos descienden de los primeros). Dentro de los que se decidían por los dinosaurios existían también
divergencias de criterio en cuanto a si los ancestros más probables eran ornitisquios o saurisquios
terópodos. Aunque los dinosaurios ornitisquios (que en griego significa «con cadera de ave»)
compartían con las aves modernas la estructura de la cadera, se piensa que las aves se originaron de
dinosaurios saurisquios (gr. «con cadera de lagarto»), y por lo tanto sus caderas evolucionaron
independientemente. De hecho, una estructura de cadera aviana evolucionó en una tercera ocasión entre
un grupo de terópodos peculiares conocidos como Therizinosauridae. Unos pocos científicos todavía
sugieren que las aves no son dinosaurios, sino que evolucionaron de arcosaurios primitivos como
Longisquama.

Hábitas
Las aves viven y crían en la mayoría de los hábitats terrestres y están presentes en todos los
continentes, incluso en el territorio antártico donde anidan las colonias de petreles níveos, las aves más
australes. La mayor diversidad de aves se da en las regiones tropicales, y el país con el mayor número
de especies en el mundo es Colombia, seguido por Perú y Brasil. Otras avifaunas notables por su
cantidad de endemismos son las de Nueva Zelanda, de Madagascar y de Australia, las cuales, a
diferencia de las de países sudamericanos, cuentan además con un considerable número de taxones
superiores endémicos. La región biogeográfica con mayor número de especies, con unas 3700 (más de
la tercera parte mundial), es el Neotrópico (incluye América del Sur, América Central, tierras bajas de
México y las Antillas). Además, 31 familias son endémicas del Neotrópico, más del doble que en
cualquier otra región biogeográfica.
Tradicionalmente se ha considerado que la alta diversidad tropical era resultado de unas mayores tasas
de especiación; sin embargo, estudios recientes descubrieron que en las altas latitudes hay mayores
tasas de especiación que son compensadas por tasas de extinción más altas. Numerosas familias de aves
se han adaptado a vivir en el mar, algunas especies de aves marinas solo recalan en tierra para criar, y
se sabe que algunos pingüinos llegan a bucear hasta a 300 m de profundidad.
Muchas especies de aves se han establecido en regiones donde han sido introducidas por el hombre.
Algunas de estas introducciones han sido deliberadas; el faisán común, por ejemplo, ha sido
introducido como especie para la caza por buena parte del mundo. Otras introducciones han sido
accidentales, este es el caso de varias especies de loros, como la cotorra argentina que a partir de
ejemplares cautivos escapados se ha establecido en numerosas ciudades de Norteamérica, Sudamérica
y Europa. Algunas especies, como la garcilla bueyera, el chimachimá, o la cacatúa galah, se han
introducido de forma natural en regiones fuera de sus áreas de distribución original, gracias a que la
agricultura ha creado ecosistemas adecuados para estas especies.

Reproducción y crías
Para aparearse, los machos intentan atraer a las hembras o llamar su atención. Para ello, algunos
muestran sus plumas llenas de colores como el pavo real. Muchos machos cantan para atraerlas; en
otras especies, como las grullas canadienses, bailan alrededor de ellas. Las aves presentan fecundación
interna y ponen huevos, al igual que los reptiles. Los huevos de las aves son más duros que los de los
reptiles. En la mayoría de las especies, la hembra deposita los huevos en un nido, que ha sido preparado
por uno o por los dos padres, donde estarán protegidos y calentitos.
Los nidos se construyen con una gran variedad de elementos fáciles de conseguir: hierba, ramitas,
cortezas, líquenes, plumas, hojas, pelos de mamíferos, telas de arañas, algas, conchas, guijarros e,
incluso, saliva de los propios pájaros. Las águilas construyen nidos enormes hechos con palos, y
muchas aves los hacen en los agujeros de los árboles. Algunas aves calientan sus huevos sin tener que
colocarlos en un nido. El Pingüino Emperador, por ejemplo, sujeta el huevo sobre sus patas, y se
acuclilla sobre él para que un repliegue de su piel lo cubra y lo caliente. Las aves incuban los huevos
durante dos semanas o más. Cuando han terminado su desarrollo, los pollitos rompen el cascarón y
salen del huevo.
Las crías de algunas aves no tienen plumas al nacer, no pueden ver y tienen que ser alimentadas por sus
padres. Estas crías reciben el nombre de altriciales o nidícolas, y necesitan muchos cuidados. Todas las
aves canoras, los vencejos y los pelícanos, por ejemplo, tienen crías altriciales. Otras crías, llamadas
precoces, salen del huevo con los ojos abiertos, están cubiertas con un plumón denso y, en pocos días,
pueden caminar, moverse y encontrar parte de su propio alimento. Los pavos, los faisanes, las
codornices, las aves de corral, los gansos, los patos y los cisnes tienen crías precoces.

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