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Tipos de energía
Energía Geotérmica
De esta manera, podemos definir como “transformación de energía” cuando se pasa de una
energía a otra. Es importante aclarar que la energía no se crea ni tampoco se destruye,
simplemente se transforma. Y en esta transformación la energía total se mantiene, es decir,
que no sufre ningún cambio. En general, el ser humano transforma la energía para poder
aprovecharla de la mejor manera posible, conforme a sus necesidades.
Ejemplos de transformación de energía.
Algunos ejemplos podrían ser los siguientes:
Para encender una lamparita, se necesita energía eléctrica. Una vez que la misma se
enciende, lo que sucede es que dicha energía se transforma en luminosa y en térmica.
Mientras que la primera es la que ilumina el lugar, la segunda lo calienta.
Para arrojar una flecha un blanco se utiliza energía potencial, que es la que logra tensar la
cuerda. Una vez arrojada la flecha, la energía en cuestión se transforma en cinética.
Antiguamente, los trenes se ponían en movimiento a partir de carbón. Esto era posible
gracias a que la energía calórica del carbón se transforma en cinética.
Para encender una plancha, lo que necesitamos es energía eléctrica. Una vez que el
electrodoméstico se enciende, la energía eléctrica se convierte en térmica.
Las placas solares son las que permiten transformar la energía solar en eléctrica.
Ejemplos de energía lumínica
El sol. Es un claro ejemplo de energía lumínica que además es cinética porque está en
constante movimiento.
El microondas.
El hielo en una tasa de agua caliente, que se derrite por medio de la conducción del calor.
La transferencia de calor por convección que genera el cuerpo humano cuando una persona
está descalza.
La estufa
El horno a gas.
Los grupos electrógenos, que con un motor a combustible fósil reemplazan el suministro de
energía eléctrica.
Un jarrón de porcelana que cae. A medida que la gravedad actúa sobre el jarrón de
porcelana tropezado sin querer, la energía cinética se acumula en su cuerpo a medida que
desciende y se libera en cuanto se hace añicos contra el suelo. El trabajo inicial producido
por el tropezón acelera el cuerpo rompiendo su estado de equilibrio y el resto lo hace la
gravedad de la Tierra.
Una pelota arrojada. Al imprimir nuestra fuerza sobre una pelota en reposo, la aceleramos
lo suficiente para que recorra el trecho entre nosotros y un compañero de juegos,
imprimiéndole así una energía cinética que luego, al atajarla, nuestro compañero deberá
contrarrestar con un trabajo de igual o superior magnitud y así detener el movimiento. Si la
bola es más grande requerirá más trabajo detenerla que si es chica.
Una piedra en una ladera. Supongamos que empujamos una piedra cuesta arriba en una
ladera. El trabajo que realizamos al empujarla debe ser mayor que la energía potencial de la
piedra y la atracción de la gravedad sobre su masa, caso contrario no lograremos moverla
hacia arriba o, peor aún, nos aplastará. Si, como a Sísifo, se nos va la piedra por la ladera
contraria hacia el otro lado, ésta liberará su energía potencial en energía cinética a medida
que se desplome cuesta abajo. Dicha energía cinética dependerá de la masa de la piedra y
de la velocidad que adquiera en su caída.
Un carrito de montaña rusa adquiere energía cinética a medida que cae y que incrementa
su velocidad. Instantes antes de que inicie su descenso, el carrito tendrá energía potencial y
no cinética; pero una vez emprendido el movimiento toda la energía potencial se convierte en
cinética y alcanza su punto máximo en cuanto termina la caída y empieza el nuevo ascenso.
Dicho sea de paso, esta energía será mayor si el carrito va lleno de gente que si va vacío
(pues tendrá mayor masa).
Ejemplos de energía eléctrica.
La iluminación urbana. Uno de los grandes cambios de las épocas recientes lo impuso la
energía eléctrica a la forma de concebir las ciudades, que hasta el momento eran iluminadas
de noche con farolitos a gas, en el mejor de los casos. El manejo de la electricidad masificó
la luz y permitió que hoy en día nuestras ciudades estén más y mejor iluminadas que antes.
El encendido de los automóviles. Como todos sabemos, los automóviles operan en base a
la quema de combustible (gasolina), pero para iniciar esa reacción controlada precisan de un
chispazo inicial que se produce cuando hacemos girar la llave del encendido. ¿De dónde
sale esa chispa? Pues de la energía eléctrica contenida en el acumulador (batería) del
automóvil, que luego es recargada por el alternador y así mantiene los sistemas eléctricos
andando.
Nuestro propio cuerpo. Es sabido que el cuerpo humano también funciona con dosis
específicas y controladas de electricidad. Entre las neuronas, por ejemplo, hay intercambios
eléctricos; los músculos son operados en base a descargas controladas que activan las
células elásticas, etc. Esto no significa que podamos “cargarnos” de electricidad como las
baterías; todo lo contrario: el contacto con grandes cagas eléctricas puede llevarnos a la
muerte o a sufrir daños severos de todo tipo.
Los relámpagos. El ejemplo clásico de la electricidad en estado salvaje son los relámpagos
que tienen lugar en una tormenta eléctrica. Se trata de descargas visibles a simple vista en
forma de rayos luminosos, cuya explicación no es otra que la diferencia en la carga eléctrica
entre las partículas suspendidas en las nubes de lluvia y el suelo, la cual es equilibrada
violentamente a través de estas repentinas emanaciones de energía.
Las baterías recargables. Una batería recargable es un acumulador diseñado para permitir
la extracción y la incorporación de energía eléctrica en sus componentes químicos, mediante
reacciones químicas reversibles. Así, al incorporar electricidad se generan iones cargados
que, luego, pueden transmitir sus electrones al juntar los polos positivo y negativo, como
cualquier acumulador ordinario.