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Definiendo kedushá y tumá

¿Qué significa kedushá? Una investigación superficial de las fuentes


talmúdicas nos muestra que kedushá es lo opuesto a tumá (impureza
espiritual). Sin embargo esto no aclara las cosas, ya que también nos
resulta sumamente difícil definir la palabra tumá de forma concreta o
práctica.
Santidad es un estado en el que no hay
distracciones.
Rabí Moshé Jaim Luzatto (Ramjal) refuerza esta idea en su obra
clásica La senda de los justos. Allí él define kedushá como un estado en
que una persona “incluso en medio de realizar los actos físicos
necesarios para sustentar su cuerpo, nunca se desvía de la más elevada
intimidad”. De acuerdo al Ramjal, kedushá es un estado en el que no hay
distracciones, una experiencia en la que dos seres se unen a tal nivel
que todo lo demás es irrelevante. Es el estado que describió el Rey
David: “Mi alma está aferrada a Ti” (Salmos 63:9).

El buscapleitos

Si kedushá es intimidad, entonces tumá, su opuesto, debe ser distancia y


desconexión. Lashón hará, el habla que destruye relaciones, es
inherentemente tamé, impura; durante los tiempos bíblicos el acto de
habla impura producía lesiones cutáneas visibles que requerían
cuarentena y purificación ritual (Levítico 13).

De la misma forma, siempre que un óvulo o un espermatozoide humano


son descargados por separado, en lugar de unirse para crear una nueva
unidad, hay tumá (Levítico 15). Cuando el cuerpo y el alma se separan
hay tumá (Números 19).

En un comentario mucho más profundo de lo que tenemos capacidad


para comprender, Rabí Menajem Recanati, un cabalista del siglo 14,
observó: “Kedushá es la preservación de la unidad de los mundos
y tumá es ‘el buscapleitos que separa a los cercanos’”.
La referencia a un ‘buscapleitos que separa a los cercanos’ es tomada de
Proverbios 16:28, pasaje sobre el que los comentaristas clásicos ofrecen
diferentes interpretaciones. De acuerdo a Rashi, es un chismoso que se
separa a sí mismo de Dios. De acuerdo a Ibn Ezra, es quien inspira
violencia y causa disolución en todas las relaciones sociales. De acuerdo
al Gaón de Vilna, es quien destruye una relación entre el hombre y su
esposa. Pero de acuerdo a todos, kedushá es cercanía y tumá es
distancia.

Creación de intimidad

Paradójicamente, crear intimidad requiere separación. Primero debemos


quitar todas las barreras potenciales que hay entre nosotros y nuestro ser
querido. En Levítico 20:26, Dios propone “Sean Mis kedoshim, ‘Mis
sagrados’”; Rashi explica: “Si se separan de los otros pueblos, entonces
serán Míos”.

Para el matrimonio, un hombre toma a una mujer por medio del kidushín,
un proceso que prohíbe a la mujer para todos los demás pretendientes.
De acuerdo al Ramjal, damos el primer paso hacia la kedushá personal
separándonos de las indulgencias físicas que distraen nuestra atención
de Dios.
La conexión absoluta requiere dos superficies que
hayan sido esterilizadas quirúrgicamente.
El factor común en todos estos pasos iniciales hacia la kedushá es la
remoción de las distracciones y la eliminación de la interferencia. La
conexión absoluta requiere dos superficies que hayan sido esterilizadas
quirúrgicamente.

Sin embargo, alcanzar la kedushá parece ser un proceso de dos etapas.


El Ramjal explica: “El comienzo es trabajo y el final recompensa; el
comienzo es esfuerzo y el final es un regalo. Comienza con uno
santificándose a sí mismo y termina con uno siendo santificado”.

Al remover activamente todas las distracciones creamos un espacio para


la intimidad real en nuestras vidas. Lo único que podemos hacer es
preparar el terreno; la cercanía de la kedushá —ya sea entre el hombre y
Dios, entre seres humanos o entre el cuerpo y el alma—, es un regalo de
Dios.
En otras palabras, cuando Dios nos invita a vivir en santidad, nos
está pidiendo lo siguiente:

1. Ser limpios de culpa


2. Vivir físicamente puros
3. Ser moralmente irreprensibles
4. Estar consagrados a él

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