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Las principales fuentes de contaminación marina que afectan, dañan e incluso destruyen el
ecosistema marino son:
Residuos urbanos:
Los sistemas de alcantarillado vierten las aguas residuales domésticas al mar. Estas contienen
desechos orgánicos, como son los restos de comidas, desechos fecales que pueden contener
bacterias dañinas, sustancias químicas tóxicas, como el cloro, detergentes u otros elementos que se
utilizan para desinfectar baños y cocinas, o elementos de descomposición difícil, como el aceite.
Residuos industriales:
Gran parte de los residuos de los procesos industriales acaban en el mar. Puede tratarse de restos
de alimentos relativamente biodegradables, pero también pueden contener metales pesados y una
serie de sustancias químicas más o menos peligrosas.
Residuos radioactivos:
Debido a escapes de material radioactivo desde centrales nucleares o buques que trasladan este
tipo de material en alta mar y también por los residuos nucleares productos de las pruebas de
bombas, como las realizadas por Francia en el Atolón de Mururoa, ubicado en el Pacífico Sur.
Residuos de petróleo:
Las refinerías tienden a situarse en las costas, cerca de estuarios productivos, por lo que
comúnmente sus desechos llegan al océano.
En alta mar, los barcos derraman petróleo, ya sea por pérdida fortuita, como ha ocurrido cuando
algún barco se ha accidentado, o intencionalmente. Por ejemplo, por el lavado de sus estanques en
medio del océano. Las plataformas que extraen gas y petróleo desde el fondo submarino y el aceite
de motor de lanchas y embarcaciones menores también contribuyen a contaminar el ecosistema
marino.
Basuras Marina:
Lamentablemente, es bastante común que el hombre arroje todo tipo de desperdicios y basura
directamente al mar, en las playas y bordes costeros. Muchos de estos elementos no son
biodegradables o lo son a muy largo plazo.
Minerales:
Como consecuencia de la explotación minera, muchos residuos (cobre, mercurio, cadmio, níquel,
zinc) son desechados a los ríos o directamente al mar.
La contaminación es más alta en las desembocaduras de los ríos, bahías y puertos, ya que es en
esas zonas donde llegan los alcantarillados y los ríos con los distintos tipos de residuos. Por lo tanto,
las aguas costeras están más sucias que el mar abierto, debido a que sobre la superficie de la
plataforma continental es más fácil la acumulación de las sustancias contaminantes, debido a que la
profundidad es mucho menor.
En el caso de los ecosistemas terrestres, estos han visto disminuida su productividad y diversidad
forestal debido a la contaminación. Así, por ejemplo, la radiación con cesio 137 por accidentes en
centrales nucleares ha demostrado que este isótopo se queda en la atmósfera por un largo periodo,
reduciendo la productividad y diversidad de los bosques templados.
Efecto invernadero: una gran parte de la radiación solar pasa a través de la atmósfera y calienta la
superficie de la Tierra. Esta radiación es reflejada por el suelo y enviada hacia el espacio y el resto
es re-absorbida por los gases de la atmósfera o gases invernadero. Sin embargo, la composición de
la atmósfera ha ido cambiando producto de las actividades humanas, provocando el aumento
artificial y excesivo de los gases invernadero y haciendo que estos retengan cantidades cada vez
mayores de radiación infrarroja, favoreciendo el calentamiento paulatino de la atmósfera y, por ende,
el cambio climático en todo el planeta.
EL SEPTIMO CONTINENTE
El llamado “séptimo continente” se encuentra en medio del Océano Pacífico. Se trata de una isla de
tamaño incalculable formada por plásticos, cepillos de dientes, ropa y basura. Aunque han pasado
15 años desde su descubrimiento, todavía no hay una solución para retirar estos residuos evitando
un severo impacto al medio marino.
El llamado “séptimo continente” fue descubierto por Charles Moore el 13 de agosto de 1997.
Navegaba en su velero desde Hawaii hasta California cuando, al desviarse de la ruta
planeada, encontró flotando en el agua una hilera de botellas de plástico, envases, ropa, bolsas de
basura, etc., que daba lugar a una isla de basura de dimensiones incalculables.
El motivo de la acumulación de tal vertedero en medio del Océano Pacífico, es la confluencia en ese
punto de la corriente en vórtice del Pacífico Norte con los vientos alisios del sur, que se mueven en
direcciones opuestas. Esto da lugar a un remolino que impide que los desechos plásticos se
dispersen hacia las costas.
Hay bastante controversia respecto a su tamaño. Mientras la National Weather Service Marine
Forecasts (NOAA) asegura que no es posible realizar un cálculo aproximado del tamaño y la masa
de la isla porque sus límites no están determinados, Greenpeace confirma que su longitud es mayor
que la de Texas. Por su parte el Centro Nacional de Estudios Espaciales Francés (CNES) asevera
que mide 22.200 km de circunferencia y que su superficie asciende a 3,4 millones de km 2. Debates
aparte, en lo que sí coinciden es en la concentración de polímeros de plástico, siendo hasta siete
veces superior a la concentración de plancton.
La isla no es visible mediante fotografías por satélite, ya que la gran parte de los residuos no están
flotando en la superficie, sino que se encuentran en forma de partículas suspendidas en la columna
de agua, lo que ha llevado a muchos investigadores a compararlo con una “sopa de basura”.
Impactos derivados de la isla de plástico
Los plásticos, al ser fotodegradables, se descomponen por la luz solar en polímeros más pequeños,
hasta el punto de formar toxinas. Éstas son partículas tan pequeñas que pueden llegar a alcanzar el
tamaño del plancton y ser ingeridas por peces, siendo ésta una vía de entrada de los residuos de
basura en la cadena alimentaria. Del mismo modo, miles de aves y mamíferos marinos mueren
cada año por la ingesta de estas partículas o bien atrapados entre los plásticos.
Otras “islas”
Si bien el término “isla de basura” provoca la idea de algo homogéneo, no es así, y esta naturaleza
desigual dificulta su tratamiento. En realidad, si fuese algo macizo habría una solución muy sencilla:
llegar hasta la zona de acumulación, limpiar y tratar los residuos.
El tamaño milimétrico de los fragmentos de plásticos no permite su limpieza sin tener un impacto
negativo sobre organismos microscópicos oceánicos. Esto, sumado a que el daño se efectúa
en aguas internacionales y ningún país se hace responsable del vertido, complica que se lleven a
cabo tareas de limpieza con fondos públicos.
Se sabe que el plástico no es fácilmente biodegradable, por lo que podría persistir siglos en el agua.
Aunque se están llevando a cabo investigaciones con distintas bacterias capaces de usar este
material como alimento y, así, degradarlo. Algo similar a lo que se hizo con el vertido del Prestige.
La realidad es que toda esta basura creada por humanos no pertenece a los océanos ni a las
corrientes de agua y, por lo tanto, no genera más que problemas al ecosistema. Si bien ya se ha
comentado la dificultad de reparar este impacto, es importante conocer su existencia para prevenir
que vuelva a suceder y concientizar ser humano del efecto dañino que sus actividades pueden tener
sobre el medio ambiente.
La contaminación del suelo se define por la presencia de determinado nivel de partículas, sustancias
o materiales contaminantes sólidos o líquidos que deterioran la superficie terrestre o la pérdida de
una o más de sus funciones. Se considera que un suelo está contaminado cuando hay presencia de
sustancias químicas o sintéticas, u otros tipos de alteraciones en el ambiente natural del sueño. Los
contaminantes pueden estar física o químicamente enlazados a las partículas del suelo o atrapados
entre éstas.
Cualquier suelo contaminado puede provocar daños a los seres humanos y al medio ambiente en
general.
2-Causas naturales.
La actividad industrial
Es una de los factores que más ha contribuido en la contaminación del suelo. Sobre todo desde
el siglo XX cuando se incrementó la minería. Las actividades mineras que implican el procesamiento
de las materias primas extraídas del suelo. Muchas industrias dependen de manera directa o
indirecta de la extracción de minerales de la tierra.
Subproductos de las plantas industriales que usan carbón, las refinerías de petróleo o los residuos
nucleares pueden depositar sustancias nocivas en el suelo. Algunas de estas sustancias pueden
permanecer activas durante años.
El resultado es que al extraerse minerales se generan también excedentes o residuos que no se
usan. Estos residuos permanecen entonces en la superficie del suelo durante mucho tiempo y
provocan que no sea fértil.
Las actividades de fundición y fabricación como los hornos que dispersan productos contaminantes
al medio ambiente.
Contaminantes derivados de los edificios como las pinturas de paredes con bases de plomo.
1. Esta actividad ha cambiado, ahora se usan químicos como pesticidas o fertilizantes. La tecnología
alrededor de la agricultura ha creado infinidad de productos. Muchos de ellos no pueden ser
descompuestos por la naturaleza, no so biodegradables. El resultado es que se filtran al suelo y se
mezclan con el agua y esto reduce de forma paulatina la fertilidad del suelo. Otros químicos además
dañan la composición del suelo y lo hacen susceptible a la erosión.
La eliminación de residuos
Solo piensa en cubos de basura multiplicados por millones. Generamos millones de toneladas de
basura al año que contribuyen a la contaminación del suelo. No solo las de las viviendas, también
en escuelas, hospitales, restaurantes.
Todos ellos generan basuras y no toda esta basura se recicla, mucha acaban en vertederos durante
años. En muchas zonas pobres de países desarrollados se acumulan gran cantidad de residuos.
Además en áreas donde hay gran cantidad de actividad industrial los residuos que se generan
tienen más metales y productos químicos. Por ejemplo los residuos plásticos pueden tener
polivinilo o polietileno que son productos que contaminantes.
La desforestación
La desforestación en su mayor parte está causada por el hombre, aunque en algunos casos hay
incendios que se provocan de forma natural. La desforestación contribuye a la contaminación
del suelo. Cuando la tierra se queda sin vegetación es más susceptible a la erosión y se convierte
en tierra seca y estéril. La desforestación influye en la calidad del suelo, grandes extensiones de
terrenos que han sufrido desforestación se han convertido en tierras baldías que no se pueden utilizar
CONTAMINACIÓN DEL SUELO DE ORIGEN NATURAL
Por acumulación de compuestos naturales en el suelo debido a desequilibrios generados por las
precipitaciones del agua y las deposiciones atmosféricas, por ejemplo la acumulación de perclorato
en el suelo que se da en ambientes áridos.
Los incendios forestales que pueden acumular un exceso de sustancias no biodegradables que
afecten al suelo.
La erosión del suelo provocado por causas naturales. El viento, el agua, desforestación afectan a la
capa superficial del suelo, como resultado la tierra pierde sus nutrientes y la capacidad para retener
agua
El agua salada, a veces el viento puede vaporizar agua con altas concentraciones de sal en zonas
cercanas al mar, estas diminutas gotas se depositan sobre la tierra y afectan el equilibrio del suelo
que comienza a no ser apto para los cultivos agrícolas.
Las consecuencias de este problema afectan inmediatamente a las plantas, pues éstas se
encuentran en contacto directo con el suelo. Así pues, las plantas pueden absorber las sustancias
nocivas a través de sus raíces y consecuentemente, morir. Si se da el caso de que un animal ingiera
hierba contaminada por efecto del suelo corre el riesgo de enfermar y morir también. Por cierto, los
animales pueden entrar en contacto directo con el suelo contaminado al excavar sus madrigueras,
por lo que existe posibilidad de que los contaminantes se inhalen a través del polvo.
Ahora bien, también es posible que el metabolismo de los microorganismos que residen en el suelo
se altere y esto genere consecuencias en las cadenas alimentarias, con efectos graves en las
especies depredadoras.
Un riesgo más: si un suelo agrícola está contaminado, eventualmente los cultivos se pudren y de
esta manera se reduce el rendimiento de los cultivos y el suelo pierde su protección natural contra
la potencial erosión.
El suelo repleto de sustancias nocivas afecta la salud de los seres humanos por medio del contacto
directo con el suelo o bien, por inhalación de los contaminantes vaporizados. Asimismo, existe riesgo
de contraer enfermedades cuando las sustancias se infiltran desde el suelo hacia las fuentes de
agua subterránea usadas para el consumo.
De acuerdo con el tipo de contaminante al que una persona se expone, puede contraer alguna
enfermedad. Por ejemplo, el plomo, el cromo, los pesticidas y los herbicidas son potentes
cancerígenos, y el benceno tiene incidencia en algunos casos de leucemia.
Otros efectos dañinos consisten en fatigas, dolores de cabeza, náuseas, irritación en los ojos y
erupciones en la piel, pero es importante considerar que la exposición directa al suelo contaminado
con sustancias muy tóxicas puede ocasionar la muerte.
Reutilizar: significa volver a aprovechar las cosas que se mantienen en relativo buen estado después
de su uso inicial, sin necesidad de modificarlas o procesarlas. Por ejemplo, los envases de vidrio y
de plástico, partes de automóviles, aparatos electrónicos y computadoras, muebles y algunos
materiales de la construcción, entre otros.