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Capítulo 5.
Resumen.
5.1 Introducción.
Las primeras radian la energía en todas direcciones del espacio por igual y no
tienen direcciones privilegiadas. Si se considera que el medio en el que la antena
radia la energía es homogéneo e infinito (sin discontinuidades), el frente de ondas
que se propaga a partir de su radiación es esférico. Estas antenas son llamadas
ideales, ya que en la práctica es imposible conseguir una perfecta isotropía en la
emisión.
Las antenas direccionales son aquellas que tienen una dirección privilegiada de
radiación. La emisión que produce no es homogénea para todas las direcciones.
δP(θ, ϕ, r )
D= (5.1)
Pr
4πr 2
Pr
δP(r, θ, ϕ) = (5.2)
4πr 2
Pr
δP(r, θ, ϕ) = D(θ, ϕ) (5.3)
4πr 2
Pmax . radiada
G= Ω (5.4)
Ptotal
4π
Si nos encontramos con antenas que presentan una cierta direccionalidad (es el
caso de las antenas más comunes empleadas en prospección geofísica) la
definición de directividad de la antena es similar a la que se ha presentado de
ganancia. En este caso se puede decir que la direccionalidad de una antena es el
cociente entre la potencia máxima entregada a la antena por unidad de ángulo
sólido entre la potencia total radiada dividida entre 4π:
Pmax . entregada
Gd = Ω (5.5)
Ptotal
4π
Pr D(θ, ϕ) Pe G (θ, ϕ)
δP = = (5.7)
4πr 2 4πr 2
Por otro lado, la potencia que recibe una antena se relaciona con la densidad de
potencia del frente de ondas como su producto con la que se denomina área
efectiva, Aef, que es el área de captación de energía del frente de ondas que
alcanza la antena receptora. Esta área efectiva también está relacionada con la
directividad (D) de la antena receptora y con la longitud de onda (λ) tal como se
muestra, por ejemplo, en Cardama (1993) mediante la expresión:
λ2
A efr =D = DL 0 (5.8)
4π
Siendo la expresión:
λ2
Lo = (5.9)
4π
la que se denomina pérdida en el espacio libre (la pérdida de potencia que tiene
lugar entre la transmisión y la recepción de la señal si las dos antenas involucradas
son isotrópicas).
De esta forma puede escribirse la potencia recibida por una antena (Pc) mediante
la expresión:
Pr
Pc = D t A efr (5.10)
4πr 2
2
Pc λ
= D t D r (5.11)
Pr 4πr
Pr
S= (5.12)
Pc
Pr
Q = 10 log(S) = 10 log (5.13)
Pc
La ecuación del radar es una referencia importante para definir un sistema de radar
ya que relaciona las características de la antena emisora y las propiedades del
medio (que producen una atenuación de la señal) con la potencia emitida por dicha
antena y la potencia recibida tras una reflexión.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 159
Conociendo la potencia máxima que puede emitir una antena y determinando: cual
es la mínima potencia que debe tener una señal recibida para que se pueda
discriminar del ruido de fondo, los factores de atenuación de la señal en un medio
dado y la frecuencia central del pulso emitido, es posible determinar la máxima
profundidad que se alcanzará.
Pr G 2 θ
Pc = (5.14)
ω 2 r 4 (4π) 3
A ( r , α ) = e −2 α r (5.15)
Como el georradar tiene una antena emisora y una antena receptora se suele
escribir la ecuación del radar a partir de la ecuación de transmisión
(ecuación 5.11), considerando que la energía que recibe la antena receptora no es
una emisión directa de la receptora, sino que llega tras sufrir una reflexión. Para
ello se considera la directividad de las antenas en función de su ganancia y de su
efectividad, la longitud de onda en función de la velocidad y la frecuencia, la
sección eficaz del reflector y el coeficiente de reflexión del mismo. De este modo
se obtiene una relación entre la potencia emitida por una antena y la recibida por la
otra tras la reflexión. Este balance suele darse en decibelios, en forma del factor Q
160 Capítulo 5. Instrumentación, equipos y métodos de adquisición de datos.
de sensibilidad del aparato. Este factor Q queda definido a partir de las ecuaciones
4.12 y 4.13.
Los equipos comerciales actuales trabajan con un valor de Q situado entre los 120
dB y los 160 dB. Los valores de Q entre los que trabajan los equipos más antiguos
están comprendidos entre los 80 dB y los 120 dB. Davis y Annan (1989)
determinaron la penetración (o rango del radar) en función de este factor Q y de la
atenuación α dependiente del medio y de la frecuencia (ver la figura 5.1). De
forma general, el rango del radar (penetración) disminuye conforme aumenta la
atenuación. También puede observarse que el rango del radar es mayor para
valores mayores de la sensibilidad Q del equipo.
Los diagramas de radiación son representaciones gráficas del frente de ondas que
radia una antena en las diferentes direcciones del espacio. Estos diagramas indican
en qué dirección del espacio la antena es más sensible, así como el área efectiva
(ángulo efectivo) que podrá ser detectada por la energía radiada por la antena. Las
gráficas representan la densidad de potencia relativa a una distancia dada (medida
en dB) en función de las tres direcciones del espacio. El tamaño y la forma de los
lóbulos de radiación del campo electromagnético generado por una antena
dependen también de la constante dieléctrica del medio en el cual se produce la
emisión.
Las antenas del georradar suelen ser antenas de media longitud de onda, es decir,
antenas con una espira que funciona como un dipolo, emitiendo energía según un
modelo de radiación ya conocido (Duke, 1990). El modelo de radiación de las
antenas de georradar es diferente si se considera la antena en un mismo medio
homogéneo o si se consideran discontinuidades en el medio por el que se propaga
la energía. También existen modificaciones que dependen de las características
electromagnéticas de los medios en contacto (Conyers y Goodman, 1997; Arcone,
1996). De forma general, conforme aumenta la permitividad dieléctrica efectiva de
un medio, la direccionalidad de la antena aumenta también. Esto conlleva una
anchura del lóbulo de radiación menor, de forma que un mayor porcentaje de
energía se propaga en la dirección deseada y una parte menor es la que se propaga
por el exterior del medio a analizar. La dependencia entre la anchura del lóbulo
principal y la constante dieléctrica efectiva del medio viene dada por la expresión
5.17, siendo β el ángulo entre la vertical y el límite del haz principal (semianchura
del lóbulo) y εr la permitividad dieléctrica efectiva relativa del medio que se está
estudiando y que se encuentra en contacto con el aire.
1
β = arcsin (5.17)
εr
El equipo básico consta de una unidad central, una o varias antenas (se explican en
este mismo capítulo) y una unidad de registro de datos. A estos elementos básicos
se les pueden añadir algunos accesorios para facilitar las tareas de adquisición de
datos. Con la misma finalidad se pueden utilizar equipos complementarios.
Accesorios.
Los accesorios con los que puede complementarse este equipo básico son
diversos. Podemos separarlos en dos grupos: los complementos para la
visualización y almacenamiento de los registros y los accesorios para situar los
perfiles.
2. Pantallas. Se pueden conectar a la unidad central para tener una visión clara de
los registros que se adquieren.
Equipos complementarios.
Entre los equipos para situar los perfiles se encuentran aquellos instrumentos que
pueden facilitar el posicionamiento de los perfiles en un plano. Entre otros,
destacan:
Los equipos destinados a porte del equipo y al manejo de antenas son muy
diversos:
1. Para transportar el material hay que tener en cuenta el tipo de terreno donde se
debe efectuar el estudio. La utilización de un vehículo cuando existen accesos
168 Capítulo 5. Instrumentación, equipos y métodos de adquisición de datos.
5.4.3. Antenas.
Las antenas son una parte fundamental del equipo básico ya que son los elementos
encargados tanto de emitir el pulso electromagnético al medio como de recibir la
energía que regresa a la superficie tras haber sufrido una reflexión.
Las antenas se conectan con la unidad de control mediante un cableado que puede
ser metálico u óptico. Este último es el más adecuado para el caso de frecuencias
bajas (por debajo de los 100 MHz), ya que los metálicos generan corrientes
parásitas que quedan registradas en la señal como ruido electrónico de fondo
(ruido termal). Este efecto es más notable cuando se trabaja con bajas frecuencias,
necesarias para rangos mayores de tiempo doble de propagación.
Las antenas se utilizan para realizar dos funciones básicas en la prospección con
georradar: deben radiar la energía que se les suministra en forma de potencia con
la direccionalidad y las características adecuadas a la aplicación pensada, y deben
recibir la parte que se refleja en las discontinuidades electromagnéticas del medio
y regresa hacia la superficie sobre la que se coloca la antena. Cuando utilizamos
las antenas en estudios de prospección es importante que la mayor parte de la
energía radiada lo haga en una única dirección. Esto permite mejorar la relación
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 169
señal / ruido, permitiendo obtener registros nítidos con un rango más elevado
(mayor profundidad de estudio). La disminución del ruido se produce porque al
emitir la energía únicamente hacia el interior del medio de estudio se evitan las
reflexiones en objetos externos. Por este motivo es habitual el empleo de antenas
direccionales y apantalladas.
Una forma muy común de caracterizar a las antenas es por la frecuencia central de
su emisión. La longitud de onda del pulso emitido depende de esta frecuencia y de
la velocidad de la onda en el medio a través de la conocida expresión:
v
λ= (5.18)
f
De este modo, las antenas que se utilizan en prospección con radar de subsuelo
quedan determinadas totalmente por la frecuencia del pulso que emiten al radiar,
ya que la longitud de onda de la energía radiada dependerá de las características
del medio por el que se propaga. Se puede definir una antena dando únicamente la
frecuencia central a la que está emitiendo y su ancho de banda. Normalmente, en
los radares de subsuelo esta banda tiene una anchura frecuencial aproximadamente
del mismo orden que su frecuencia central.
Por otro lado, la existencia de los lóbulos secundarios ocasiona que puedan
producirse reflexiones en elementos externos al medio estudiado, como puede ser
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 173
La frecuencia central de una emisión es uno de los parámetros de las antenas más
importantes. Éste determina la penetración de la señal emitida en los materiales
del medio a estudiar.
El ancho de banda de este tipo de antenas provoca una pérdida de energía por
dispersión. La atenuación de la señal para una misma frecuencia central aumenta
cuando la banda de frecuencias es más ancha, haciendo que la sensibilidad del
aparato y el alcance del estudio disminuya.
Cada método debe seleccionarse en función del problema que se debe estudiar y
los resultados que se desean.
Adquisiciones en perfiles.
Para efectuar un perfil se desplaza la antena (monoestática) o las dos antenas sin
variar la separación existente entre ellas (biestáticas) a lo largo de una línea.
Durante el desplazamiento se emite un elevado número de pulsos por segundo. Se
pueden emitir desde 1 hasta 100 pulsos cada segundo. Esto permite que la
adquisición de datos, aunque sea en realidad puntual se pueda considerar continua
por la cantidad de trazas que se tienen en todo el perfil, dependiendo siempre de la
velocidad de desplazamiento de la antena. Este desplazamiento debe realizarse a
una velocidad lo más constante posible, siendo conveniente utilizar un odómetro
durante la adquisición de datos. La antena puede estar situada tocando la
superficie del medio que se desea estudiar, aunque no es imprescindible (figura
5.6).
Pueden obtenerse registros largos de forma rápida colocando, por ejemplo, las
antenas sujetas a un coche que se desplaza a una velocidad constante (los equipos
de última generación permiten una exhaustiva adquisición de datos a una
velocidad de 80 Km/h). La reflexión en estos casos puede considerarse casi
vertical.
Desplazamiento de
la antena sobre la
superficie
Antena
Adquisiciones puntuales.
Antena
Transiluminación y tomografía.
Estos métodos de estudio se aplican a muros y medios que tienen dos superficies
paralelas en las que se puedan situar las antenas. Suele aplicarse, con antenas de
alta frecuencia, a elementos constructivos: muros, columnas, etc.; y con antenas de
baja frecuencia a túneles (siempre que existan dos túneles paralelos), a minas
(realizando el estudio entre dos galerías paralelas), etc. El estudio de pozos de
sondeo que se comenta más adelante es una variación de la transiluminación.
Este método permite realizar tomografías con GPR (figura 5.10.a). Con la
tomografía se pueden obtener imágenes bidimensionales de variaciones de
velocidad dentro de un mismo medio. Estas variaciones de velocidad se
corresponden con cambios o variaciones suaves de la permitividad dieléctrica
efectiva, que a su vez se relaciona con cambios de material o variaciones en las
condiciones de éste (humedad, zonas de fractura, compactación, etc.). También se
realizan tomografías en las que se analizan los cambios de amplitud en la onda,
trabajando sobre atenuaciones en lugar de hacerlo sobre velocidades.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 179
receptora
emisora
Antena
Desplazamiento de la antena emisora
Antena
emisora
Antena
emisora
Antena
la antena receptora
Posiciones de
Posiciones de
a. b.
Este método de estudio se realiza con antenas biestáticas. Consiste en dejar fija
una de las dos (la emisora o la receptora) y desplazar la otra aumentando la
distancia entre ambas. En la figura 5.11 se presenta un esquema de este método de
adquisición de datos. Este tipo de aplicación se realiza en medios donde las
superficies reflectoras son, aproximadamente, planas y paralelas a la superficie. En
este caso, realizando la hipótesis de medios homogéneos (sin variaciones
diferenciales de velocidad en la propagación de las ondas) es posible estimar las
velocidades verticales de cada material entre discontinuidades. La permitividad
dieléctrica efectiva del medio se calcula una vez conocida la velocidad de
propagación de la onda.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 181
Ondas directas
Ondas reflejadas
Sondeos.
Pozo de sondeo
monoestática
Antena
monoestática
Antena
Los registros se realizan de forma similar a los de perfiles. Hay que tener en
cuenta la direccionalidad de la antena, ya que los radargramas pueden ser el
resultado de las reflexiones en una única dirección o de reflexiones en todas las
direcciones.
Con antenas biestáticas se puede proceder de igual manera que con monoestáticas
(figura 5.13.a) en un sólo sondeo, o pueden utilizarse de forma similar a las
tomografías (figura 5.13.b).
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 183
Receptora
Antena
Emisora
Antena
Emisora
Antena
Receptora
Antena
Receptora
Antena
Receptora
Antena
a b
Para finalizar este capítulo se describe el equipo empleado para realizar los
trabajos prácticos y la experimentación de esta tesis: un georradar modelo SIR-10
de la casa "Geophysical Survey Sistems Inc." (“GSSI”). Se analizan dos aspectos:
las características físicas del equipo y las de radiación.
Unidad central.
las señales provenientes de los diferentes reflectores del medio que se estudia.
Para la recepción de las señales se utiliza una técnica de muestreo con la
información que se recibe cada 2· 10-5 s. El proceso se detalla en la tesis doctoral
de E. Lorenzo Cimadevila (1994). La precisión de la señal final depende del
número de pulsos de reflexión utilizados para su reconstrucción, pudiendo
seleccionar este parámetro desde la unidad central (trazas por segundo).
La figura 5.14 muestra la unidad central junto con el monitor del georradar
SIR-10.
Antenas.
Las antenas son otra parte importante del equipo. Éstas actúan como un
transductor electromagnético que transforma los impulsos eléctricos que recibe de
la unidad central en una serie de pulsos u ondas electromagnéticas de corta
duración que se emiten en el medio a estudiar. Las utilizadas en todos trabajos que
se presentan en esta tesis son antenas monoestáticas. La ventaja de este tipo de
antenas frente a las biestáticas es su mayor facilidad de manejo para trabajos de
campo. El inconveniente es que no permiten efectuar la estimación de las
velocidades del medio con perfiles de punto medio común o de reflexión de gran
ángulo. De esta forma la estimación de la velocidad si se han empleado antenas
monoestáticas debe realizarse a partir de experimentación de laboratorio o
mediante el conocimiento de los materiales que componen el medio. Otra función
de las antenas es captar la energía reflejada y transformarla en pulsos eléctricos
que envía a la unidad central.
186 Capítulo 5. Instrumentación, equipos y métodos de adquisición de datos.
Cada antena se caracteriza por su frecuencia central y por la duración del pulso
emitido. Las señales radiadas por una antena presentan un espectro de amplitudes
centrado en una frecuencia determinada. A esta frecuencia se le llama frecuencia
central de la antena. La duración de esta señal radiada es un parámetro que
determina la resolución de la antena. La anchura de la banda de frecuencias del
espectro de amplitudes es inversamente proporcional a la duración del pulso
(ecuación 4.25 y figura 4.11). Una duración menor de la señal emitida equivale a
un mayor ancho de banda alrededor de la frecuencia central.
Las antenas son direccionales. Están apantalladas en todas sus superficies excepto
en aquella por la que se produce la emisión y recepción de la señal. El
apantallamiento es una característica importante cuando se realiza un estudio en el
interior de un edificio o en cualquier área cerrada o parcialmente cerrada. Cuando
las señales, debidas a reflexiones externas al medio de estudio, alcanzan las
superficies apantalladas se atenúan fuertemente y no se registran en el radargrama.
Esto mejora la relación señal/ruido al eliminar los eventos procedentes del exterior
del medio de interés.
Todas las antenas utilizadas en los ejemplos que se presentan en esta tesis
(trabajos de campo y de experimentación) han sido fabricadas por la misma casa
que la unidad central: "Geophysical Survey Systems Inc". (“GSSI”). Las
frecuencias centrales de trabajo han sido 1000 MHz, 900 MHz, 500 MHz y 100
MHz. La selección, en cada caso, de la antena se ha realizado teniendo en cuenta
el tipo de trabajo, el lugar de trabajo, la resolución requerida y la profundidad de
penetración deseada. Para trabajos muy superficiales y que requerían precisión
(interior de muros, pavimentos, etc.) las antenas seleccionadas han sido las de
1000 MHz y 900 MHz. En trabajos que requerían una penetración media
(alrededor de los dos metros) la antena seleccionada ha sido la de 500 MHz
(localización de elementos arqueológicos). Para mayores profundidades (hasta
unos nueve metros) se utilizó la antena de 100 MHz (localización de estructuras
geológicas superficiales, niveles culturales, etc.). En muchos de los ejemplos
presentados se han utilizado varias antenas para obtener informaciones
complementarias o para analizar zonas de características diferentes.
Las antenas de 500 MHz y de 900 MHz de frecuencia central poseen dos dipolos
triangulares de media longitud de onda, uno de ellos como circuito emisor y el
otro como circuito receptor. Los registros obtenidos con estas antenas no presentan
retardo. Son antenas monoestáticas de dos dipolos. Estas dos antenas pueden verse
en las fotografías de las figuras 5.17 (900 MHz) y 5.18 (500 MHz).
La teoría de radiación de una antena (con las mismas características que las
utilizadas en este trabajo) está desarrollada con detalle en numerosos tratados, por
ejemplo en Marshall et al. (1989) y en Lorrain y Corson (1972).
En los trabajos realizados por Glover (1987) y por Duke (1990) se realiza una
descripción detallada de las antenas, de sus propiedades físicas y de los diferentes
modelos de radiación. En la tesis doctoral de Lorenzo (1994) se recopila un
resumen de estos dos trabajos. En ella se describen las características geométricas
del dipolo para las antenas modelo 3101 y 3102, recogidas en la tabla 5.4, siendo
el dipolo del tipo presentado en la figura 5.4.
190 Capítulo 5. Instrumentación, equipos y métodos de adquisición de datos.
P la
no
de
H
Pl
an
o
de
Figura 5.19. Diagrama de radiación de la antena 3102 de “GSSI” E
(monoestática con una separación entre dipolos de 15 cm.) en hielo, en
el plano perpendicular a la superficie (Arcone, 1996).
El diagrama de radiación que presenta Lorenzo (1994) para esta misma antena fue
obtenido por Glover (1987) para la radiación de una antena en el aire de forma
experimental (figura 5.21).
En los dos diagramas se observa que la máxima energía se radia según la normal a
la superficie de la antena, presentando el mayor ángulo de radiación para la
dirección longitudinal de los dipolos. La anchura de los lóbulos obtenida por
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 193
Arcone (1996) para el hielo es de 43º en el caso del campo eléctrico y de 92º para
el campo magnético. Los valores que presenta Glover (1987) para el aire son de
40º a 50º para el campo eléctrico y unos 100º para el magnético. Duke (1990)
estudia la variación del ángulo de anchura del lóbulo en función de diferentes
valores de la permitividad dieléctrica, apreciando su disminución cuando aumenta
el valor de ε. A partir de los resultados de los distintos autores y considerando la
focalización de la energía, puede considerarse que la mayor parte de la energía
radiada por la antena se concentra en un cono asimétrico de unos 90º, de tal
manera que la huella de la antena es una elipse.
0.5
1000 MHz
0.0
0 500 2000 4000 6000
Frecuencia (MHz)
La figura 5.25 muestra la forma del pulso emitido por las antenas 3101 de “GSSI”
(de 900 MHz de frecuencia central) y 3100 (1000 MHz). En los dos casos la
duración del pulso es aproximadamente del orden de 1 ns.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 195
En las figuras 5.22, 5.25 y 5.26, aparece un impulso al inicio de la traza. Es una
señal electrónica que indica el comienzo del registro y en las cuatro gráficas está
situada a los 0 ns.
a)
1
Amplitud relativa
-1
-2 0 2 4 6
Tiempo (ns)
b)
1
Amplitud relativa
-1
0 2 4 6 8 10
Tiempo (ns)
La figura 5.26 muestra los pulsos de las antenas 3207 (100 MHz) y 5106 (200
MHz).
c)
1
Amplitud relativa
-1
0 50 100 150 200 250
d) tiempo (ns)
1
Amplitud relativa
-1
-20 0 20 40 60
Tiempo (ns)
En las figuras 5.27, 5.28, 5.29 y 5.30 se presentan los espectros de amplitud de las
cuatro trazas de las figuras 5.25 y 5.26. En los cuatro casos, al igual que ocurría
con la antena de 500 MHz ya analizada, el ancho de banda es aproximadamente
dos veces el valor de la frecuencia central.
Los espectros aquí mostrados son de las trazas obtenidas radiando hacia el aire
(medio sin reflectores), de forma que corresponden con la frecuencia de la onda
producida por acoplamiento entre el emisor y el receptor. Los resultados se
corresponden con lo que indica el fabricante de las antenas.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 197
1.0
Amplitud relativa
0.5
0.0
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Frecuencia (MHz)
1.0
Amplitud relativa
0.5
0.0
0 100 200 300 400
Frecuencia (MHz)
1.0
Amplitud relativa
0.5
0.0
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 1100
Frecuencia (MHz)