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Capiruro IIT NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA SUSAN ISAACS I. Métodos de estudio a) Métodos de observacién. b) El método del psicoandlisis; situacién transjerencial; la vida mental antes de los dos aitos, I. Naturaleze y funcién de la fantasfa Usos comunes del término “Fantasia”; la fantasia como contenido primario de fos procesos mentales inconscientes; alucinacién e introyeccién primaria; dificultades en el desarrollo temprano que surgen de la fantasia; fantasias y palabras; jantasias ¥, experiencia sensorial; la relacién de la fantasia temprana con los procesos prima- rios; instinto, fantasia y mecanismo; fantastas, imdgenes mnémicas y realidad, INTRODUCCION Una Revist6n de las contribuciones a la teorfa psicoanalitica mostraria que el término “fantasia” fue usado en diversos sentidos en las distintas épocas y por los diferentes autores. Su aplicacién comin se ha ampliado consi- derablemente respecto a sus primeras acepciones, Hasta hoy dicha ampliacién ha permanecido implicita en gran parte, Ya es hora de considerar mas explicitamente el significado y la definicién de Ja palabra (Ver Nota N? 1, p. 110). Cuando el significado de un término téenico se amplia de esta manera, deliberada o insensiblemente, suelen exigirlo fundadamente los hechos y las formulaciones teéricas!, Es necesario observar mas intimamente las + En una contribucién a la British Peycho-Analytic Society en 1943, el doctor Emest_ Jones comentaba respecto a esta extensién del significado de Ia palabra fante. sia: “Recuerdo wna situacién similar existente hace algunos afios acerea’ de 1a palabra sexualidad. Los eriticos se quejaban de que Freud cambiaba el significado de esta palabra y el mismo Frend estuvo de acuerdo en dos ocasiones; pero yo siempre Protesté que no hab{a modificado a significaciin de la palabra, sino ampliado el concepto, dndole un mayor contenido para hacerlo més comprensivo, Este proceso 70 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS relaciones entre los hechos y aclarar nuestros pensamientos sobre las mis- mas. Dedicamos este capitulo principalmente a la definicién del término “fantasia”; es decir a la descripcién de las series de hechos que el uso del término nos ayuda a identificar, a organizar y a relacionar con otras series significativas de hechos. La mayor parte de lo que sigue consistira en el estudio més cuidadoso de las relaciones entre diferentes procesos mentales. Con el progreso de la labor psicoanalitica, en particular del andlisis de nifios pequefios, y el desarrollo de nuestro conocimiento de las elapas tem- pranas de Ja vida mental, las relaciones que percibimos entre los primeros procesos mentales y los ulteriores tipos de funcionamiento mental mas espe- cializados cominmente denominados “fantasias”, condujeron a muchos de nosotros a ampliar la connotacién de este término en el sentido que expon- dremos. (En muchos de los escritos del mismo Freud, incluso en una dis- cusién sobre la fantasia inconsciente, se manifiesta ya la tendencia a am- pliar el significado del término.) En necesario demostrar que algunos fenémenos mentales descritos por diversos autores, en general independientemente del término “fantasia”, implican en realidad la actividad de fantasias inconscientes. Vinculando estos fenémenos con las fantasias inconscientes a las que estan ligados, se comprenden mejor sus verdaderas relaciones con otros procesos mentales y se aprecian su funcién y gran importancia en la vida mental. No nos proponemos presentar en este capitulo ningin contenido par- ticular de la fantasia, sino considerar la naturaleza y funcién de la misma como un todo y su papel en Ia vida mental. Con fines ilustrativos usaremos ejemplos reales de fantasias, pero no pretendemos que agoten el tema ni que se hayan elegido sistematicamente. Es verdad que las evidencias mis- mas que establecen la existencia de fantasias desde las edades més tempra- nas, nos proporcionan ciertos indicios sobre su cardcter especifico; pero aceptar las pruebas generales de la actividad de la fantasia desde el naci- miento, y su papel en la vida mental considerada en su totalidad, no sig. nifica admitir automéaticamente ningin contenido de fantasias particular para una edad determinada. En capitulos posteriores consideraremos con cierta extensién la relacién del contenido con la edad. Este capitulo busca allanar el camino, mediante consideraciones generales, Comprender Ia naturaleza y funcién de la fantasia en la vida mental implica estudiar las primeras fases del desarrollo mental, es decir, las co- rrespondientes a los tres primeros afios, A veces se ha expresado cierto escepticismo acerca de la posibilidad de conocer la vida psiquica de los primeros afios, aparte de la observacién del transcurso y desarrollo de la conducta. En realidad estamos lejos de necesitar apoyarnos en hipdtesis infundadas o simples conjeturas, aim respecto al primer afio de vida. Cuando consideramos todas las observaciones sobre la conducta a la luz parece inevitable en Ia investigacién psicoanalitica, ya que numerosas concepciones. como por ejemplo la de la conciencia, usadas previamente sélo en su sentido cons. ciente, debieron ser ampliadas cuando se le agregé su significado inconsciente”. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA 7m del conocimiento analitico obtenido del estudio de adultos y de nifios de més de dos afios, relaciondndolas con principios analiticos, llegamos a nu- merosas hipétesis que implican un alto grado de probabilidad y alguna certidumbre respecto a los primeros procesos mentales, Nuestras concepciones sobre la fantasia en esos primeros afios se ba- san casi totalmente en inferencias, pero lo mismo sucede respecto a cual- quier edad. Las fantasias inconscientes son siempre inferidas nunca obser- vadas como tales; en realidad toda la técnica psicoanalitica se basa amplia- mente en inferencias, Como se ha sefialado con frecuencia, el paciente adulto tampoco nos refiere directamente sus fantasias inconscientes, ni sus resistencias preconscientes. A menudo observamos muy directamente emo- ciones y actitudes que el mismo paciente ignora; éstos y muchos otros datos de observacién (como los mencionados en las pags. 98-102) nos per- miten y obligan a inferir la actividad de tales o cuales resistencias o fan- tasias. Esto es verdad tanto en los nifios pequefios como en los adultos. Hasta ahora los datos a considerar pertenecen a tres categorias prin- cipales y las conclusiones que plantearemos estén basadas en la convergencia de estas Iineas de evidencia. a) Consideraciones sobre las relaciones entre ciertos hechos y teorias establecidos, muchos de los cuales, hechos y teorias, aunque familiares al pensamiento psicoanalitico, fueron estudiados hasta ahora de manera rela- tivamente aislada. Cuando se las examina con detenimiento, estas relaciones exigen los postulados que expresaremos més adelante, y gracias a estos postulados se logra una mejor integracién y una comprension més adecua- ‘da de las mismas. b) Pruebas clinicas obtenidas por los analistas en el anélisis de adul- tos y nifios de todas las edades. ¢) Datos de observacién (observaciones no analiticas y estudios ex: perimentales) de bebés y nifios pequefios obtenidos por los distintos medios a disposicién de la ciencia del desarrollo infantil. I. METODOS DE ESTUDIO a) METODOs DE OBSERVACION Antes de considerar nuestra tesis principal ser util revisar breve- mente algunos principios metodolégicos fundamentales que nos proporcio- nan el material para las conclusiones sobre la naturaleza y funcién de la fantasia y que estén ejemplificados en los estudios clinicos (psicoanali- ticos) y en muchas de las investigaciones recientes mas fructiferas sobre el desarrollo de la conducta. En los iiltimos afios se elaboraron distintas técnicas para el estudio de aspectos particulares del desarrollo infantil. Es notable que las obser- vaciones sobre el desarrollo de la personalidad y de las relaciones sociales, especialmente las encaminadas a comprender las motivaciones y procesos 72 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS mentales, conceden generalmente mayor atencién a ciertos principios me- todologicos, que shora discutiremos. Estos principios, que la enlazan {ntimamente con los estudios clinicos, constituyendo asi un valioso vinculo entre los métodos de observacién y la técnica analitica, son: a) conside- racién de los detalles; b) observacién del contexto; c) estudio de la continuidad genética. a) Todas las contribuciones serias a la psicologia infantil en los dlti- mos afios, pueden considerarse ejemplos de la mayor conciencia de la necesidad de considerar los detalles precisos de la conducta del niiio, cual- quiera que sea el campo de investigacién considerado: emocional, social, intelectual, locomotor o de habilidad manual, perceptual y lingiiistico. Tus- tran este principio las investigaciones de Gesell (1928-40), Shirley (1933). Bayley (1986) y muchos otros, sobre desarrollo mental temprano, asi como también las experiencias y observaciones acerca del desarrollo social, © las investigaciones sobre la conducta infantil de D. W. Winnicott (1941) y de M. N. Middlemore (1941). (Ver Nota N° 2, p. 110). Por ejemplo, los estudios de Middlemore sobre la conducta del nifio respecto a la mamada, demostraron cudn variadas y complejas son ain las primeras reacciones cuando se las observa y compara en detalle y cudn intimamente influyen las experiencias del nifio —por ejemplo, la manera de manipularlo y ama- mantarlo— sobre los sentimientos y fantasias siguientes y sus procesos mentales en general. La mayoria de los progresos en las téenicas experimental y de obser- vacién han surgido de las modificaciones ideadas para facilitar la observa- cin y registro precisos de los detalles de la conducta. Mas adelante nos referiremos a la gran importancia de este principio en la tarea psicoanali- tica y al modo en que nos ayuda a discernir el contenido de las fantasias tempranas, b) El principio de observar y registrar el contexto de los datos obser- vados es de la mayor importancia, ya se trate de un caso tipo particular de conducta social, de ejemplos particulares de juego, preguntas formuladas por el nifio, estadios en el desarrollo del lenguaje, sean cuales fueren los datos, Por “contexto” entendemos no simplemente los primeros y dltimos ejemplos del mismo tipo de conducta, sino la totalidad del medio en que Ja misma se desarrolla, en su situacién social y emocional. Por ejemplo, en relacién con la fantasia, tenemos que observar cuando el nifio dice esto o aquéllo, juega a éste o aquel juego, practica éste o aquel ritual, adquiere o pierde ésta o aquella habilidad, exige o rehiisa una gratificacin deter- minada, muestra signos de ansiedad, malestar, triunfo, alegria, afecto wu otras emociones; quién esté presente —o ausente— en esa oportunidad, cual es su actitud emocional general o su sentimiento inmediato hacia estos adultos o compafieros de juego, qué pérdidas, esfucrzos, satisfaccio- nes, han sido experienciados recientemente o se espera, y asi sucesivamente. La importancia de este principio de estudiar el contexto psicolégico de datos particulares de la vida psiquica, es valorada cada vex mds entre los NATURALEZA Y FUNCIGN DE LA FANTAS{A 73 estudiosos de la conducta infantil, cualquiera que sea el proceso mental o la funcién de la conducta investigados. Pueden darse numerosos ejemplos: el estudio de las rabietas de Florence Goodenough, de las bases innatas del temor de C. W. Valentine, del desarrollo del lenguaje en la infancia de M. M. Lewis, del desarrollo de la simpatia en los nifios pequefios de L. D. Murphy (Ver Nota N° 2, p. 110). Especialmente el trabajo de Murphy demostré cudn indispensable es este principio en el estudio de las relaciones sociales y cudnto mas fruc- tifero resulta ser que cualquier tratamiento puramente cuantitativo o esta- distico de tipos de conducta o rasgos de la personalidad, hecho sin refe- rencia al contexto. La observacién de Freud del juego de un nifio de dieciocho meses de edad constituye un ejemplo notable de como la consideracién de los deta- les precisos en su contexto total, puede revelar el significado de un frag- mento de conducta en la vida psiquica interna de un nifio. Este nifio era normal, de desarrollo intelectual adecuado a su edad y de conducta gene- ralmente buena. Freud escribe: “No molestaba a sus padres durante la noche; obedecfa escrupulosamente las érdenes de no tocar ciertos objetos y no entrar en determinados cuartos y, sobre todo, nunca gritaba cuando su madre salia, abandondndolo durante horas, aunque estaba muy estre- chamente unido a ella, quien no sélo lo habia alimentado por si misma, sino también criado y educado sin ayuda de nadie. Sin embargo, ocasio- nalmente, este nifio bien educado revelaba el hdbito molesto de arrojar al rincén del cuarto o debajo de la cama todas las cosas pequefias sobre las que podia echar mano, por Jo que no solia ser tarea facil recoger sus jugue- tes. Acompafiaba esto con una expresién de interés y satisfaccién, emi- tiendo un “o-0-o-oh” fuerte y prolongado, que a juicio de la madre (coin- cidente con el mio) no era una interjeccién sino que significaba “se fue” (fort). Vi al fin que esto constituia un juego y que el nifio empleaba todos sus juguetes para jugar con ellos a “se fue” (fortsein). Un dia hice una observacién que confirmé mi hipétesis. El nifio tenia un carretel de ma- dera con una cuerda arrollada... lo arrojaba repetidamente con considera- ble habilidad, sosteniéndolo por el hilo, por encima del costado de su cuna, de modo que el carretel desaparecia dentro de la misma; Inego emi- tia su significativo “o-0-o-oh” y lo recogia por el hilo, sacdndolo de la cama y festejando su reaparicién con un regocijado Da (alli). Desapari- cién y reaparicién constituian todo el juego, siendo el primer acto el finico observado generalmente por los especladores y que el nifio repetia incansablemente para su propia satisfaccién, aunque sin duda el mayor placer lo obtenia del segundo acto. “Por lo tanto no habia que buscar muy lejos el significado del juego; se relacionaba con una gran adquisicién cultural del nifio —la renuncia a la satisfaccién de un instinto— como resultado de la cual podia dejar salir a su madre, sin alborotar. Por asi decirlo, compensaba su abandono, haciendo desaparecer y aparecer los objetos él mismo a su alcance” (1922) 2. ® Mas allé del principio del placer (1920), Obras Completas, tomo II. 74 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS Mas tarde, Freud observé también un detalle adicional en la con- ducta del nifio: “Un dia que la madre habia salido durante algunas horas, fue saludada a su regreso con un “Nene 0-0-0-oh” que al principio le resulté incomprensible. No tardé en demostrarse que durante sus largas horas de soledad habia encontrado un método de lograr su propia desapa- ricién, Habia descubierto su imagen en un gran espejo que llegaba casi hasta el suelo, y agachése entonces frente a él hasta que la imagen “se fue” (fort). La observacién de este detalle, de los sonidos con que el nifio festejaba el retorno de su madre, atrajo la atencién sobre un hecho aparentemente desconectado: su deleite al provocar la aparicién y desaparicién de la pro- pia imagen en el-espejo, constituyendo esto la prueba confirmatoria de su triunfo en el control de los sentimientos de pérdida en el juego, como consuelo por la ausencia de la madre. Freud también relacioné este juego del carretel con otros hechos mas alejados, vinculacién que habria escapado a muchos observadores, tales como la relacién general del nifio con su madre, su afecto y obediencia, su capacidad de refrenarse para no molestarla y de permitirle ausentarse du- rante horas sin quejarse ni protestar. Freud comprendié asi gran parte del significado del juego del nifio, para su vida social y emocional, conclu- yendo que su deleite al tirar objetos, para recogerlos luego, provenia de la satisfaccién fantaseada de controlar las idas y venidas de su madre. Sobre esta base podia tolerar su abandono real y seguir carifioso y obediente. EI principio de observar el contexto, como el de considerar los detalles, es un elemento esencial en la técnica psicoanalitica, ya se trate de adultos © nifios, ec) El tercer principio fundamental *, de importancia tanto en los estudios de observacién como analiticos, es el de continuidad genética. La experiencia ya ha demostrado que a través de cada aspecto del des- arrollo mental (no menos que del fisico), sea el de la postura, locomocién o habilidad manual, percepcidn, imaginacién, lenguaje o légica primitiva, cualquier fase se desarrolla gradualmente a partir de anteriores, de una manera que puede averiguarse tanto en sus configuraciones generales como en sus detalles especificos, Esta verdad general ya establecida, sirve de indice y guia para observaciones ulteriores. Todos los estudios sobre las fases del desarrollo (como los de Gesell y Shirley) descansan en este principio. Ello no significa que el desarrollo sea siempre uniforme. En el creci- miento hay crisis definidas, integraciones, que por su naturaleza traen cambios radicales para la experiencia y realizacién futuras. Por ejemplo: aprender a caminar es una de tales crisis; pero por dramética que sea, dados los cambios que introducen en el mundo del nifio, el caminar de verdad no es sino la fase final de una larga serie de coordinaciones en * Ver capitulo II, pag. 49. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA vo} desarrollo, Aprender a hablar es otra de dichas crisis; pero de nuevo, preparada y anunciada en todo detalle antes de su realizacién. Esto es tan cierto que la definicién qué es hablar es puramente convencional. Por lo comin se toma como norma el uso de dos palabras, una norma arbitraria, til para propésitos de comparacién, pero siempre que no nos haga olvidar la continuidad del curso del desarrollo. Como se ha demostrado a menudo, el desarrollo del habla comienza con los sonidos del nifio en las primeras semanas de vida, cuando est hambriento o se alimenta; y por otra parte, los cambios producidos después del dominio de las primeras palabras son tan continuos y tan variados y complejos, como los ocurridos antes de este momento. Un aspecto del desarrollo del lenguaje relacionado especialmente con estos problemas es que la comprensién de las palabras antecede en mucho @ su uso. Varia mucho de un nifio a otro el lapso en que sin usar ninguna palabra por si mismos, demuestran entender gran parte de lo que se les dice o se habla en su presencia. En algunos nifios muy inteligentes, el inter- valo entre comprensién y uso de las palabras puede extenderse hasta un afio, Por lo general, esta distancia temporal entre comprensién y uso se encuentra a través de toda la nifiez, También muchos otros procesos inte- lectuales se expresan en accién mucho antes de que puedan expresarse en palabras (Ver Nota N? 2, p. 110), En los estudios acerca del desarrollo del lenguaje de M. M. Lewis se encuentran ejemplos de pensamiento rudimentario emergiendo en acciones y palabras durante el segundo afio de vida. Los estudios experimentales del desarrollo del pensamiento légico, efectuados por Hazlitt y otros, mues- tran el mismo principio en accién en afios posteriores (Ver Nota N® 2, p. 110). Este hecho general de la continuidad genética y sus ejemplos particu. ares en el desarrollo del lenguaje, tienen relacién especifica con un im- portante problema: Estan activas las fantasias en el nifio cuando los im- pulsos pertinentes dominan por primera vez su conducta y su experiencia, © sélo es asi retrospectivamente, més tarde, cuando puede expresar su experiencia en palabras? Las pruebas sugieren claramente que las fan- tasias estén activas al mismo tiempo que los impulsos que las originan ®. La continuidad genética caracteriza asi todos los aspectos del desarro- Ilo, en todas las edades. No hay razén para dudar que es vélida para la fantasia tanto como para la conducta manifiesta y el pensamiento légico. éNo es verdad que una de las mayores realizaciones del psicoandlisis es haber demostrado que el desarrollo de la vida instintiva, por ejemplo, tiene una continuidad nunca comprendida antes de la obra de Freud? La esencia de la teoria freudiana de la sexualidad yace justamente en este hecho de la continuidad detallada del desarrollo. Probablemente ningiin psicoanalista cuestionaria este principio en abs- tracto, pero no siempre se aprecia que es mucho més que esto. El princi- 8 Este problema esta ligado al de la regresién, que se examina en el articulo V. 76 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS pio establecido de la continuidad genética es un instrumento concreto de conocimiento. Nos impone no aceptar ningiin hecho particular de la conduc- ta o de los procesos mentales como sui generis, ya hecho, 0 surgiendo brus- camente, sino considerarlos como partes de una serie evolutiva. Buscamos rastrearlos a través de las fases més tempranas y rudimentarias hasta llegar a sus raices; en forma similar debemos considerar los hechos como mani- festaciones de un proceso de crecimiento, que debe ser seguido hacia ade- lante hasta formas ulteriores y mas desarrolladas. No sélo se necesita es- tudiar la bellota para comprender el roble, sino también conocer lo rela- tivo al roble para comprender la bellota (Ver Nota N° 2, p. 110). 6) Et méropo DEL PsicoANALisis Estos tres medios de obtener pruebas de procesos mentales por la observacién de la conducta —registrar el contexto, observar los detalles y enfocar cualquier hecho particular como parte de un proceso evolutivo— son aspectos esenciales de la labor psicoanalitica y tienen en ella su m ximo ejemplo. Verdaderamente son su aliento vital. Sirven para elucidar Ja naturaleza y funcién de la fantasia, asi como de otros fenémenos mentales. La observacién de los detalles y del contexto estan tan intimamente unidos en la tarea analitica, que pueden ser tratados brevemente en con- junto. Con los enfermos adultos, como con los nifios, el analista no sola- ‘mente escucha todos los detalles del contenido real de las observaciones y asociaciones del enfermo —incluyendo tanto lo que no dice como lo que dice—, sino también observa donde pone énfasis y si éste parece ade- cuado. La repeticién de lo que ya ha sido relatado o comentado, en su contexto afectivo y asociativo inmediato; los cambios que se introducen en el relato que el enfermo hace de los acontecimientos de su vida mas temprana y en el cuadro que presenta de las personas de su medio a medida que avanza cl tratamiento; las modificaciones en Ja manera de referirse a Jas circunstancias y a las personas (incluyendo los nombres que les da) en las diversas ocasiones, todo sirve para indicar el cardcter y actividad de las fantasias que actitian en su mente. Igualmente las particularidades del lenguaje o de las frases 0 formas de descripeién, metéforas y estilo verbal en general. Otros datos son la seleccién efectuada por el enfermo entre los hechos de un incidente total, y sus negaciones (por ejemplo de cosas que dijo anteriormente, de estados mentales que serian adecuados al conte- nido de lo que dice, de objetos vistos o de incidentes ocurridos en el con- sultorio analitico, de hechos de su propia vida que pueden deducirse con seguridad de los demas contenidos conocidos de su vida o antecedentes familiares, de datos conocidos por el enfermo sobre el analista o los suce- sos piblicos como guerra o bombardeos). El analista observa los modales y conducta del enfermo al entrar o salir del cuarto, al saludar al analista © despedirse de él, y mientras se halla en el divin, incluyendo todos los detalles de sus gestos y tonos de voz, ritmo del lenguaje y sus variaciones, habitos tipicos 0 cambios particulares en el modo de expresién, alteracio- NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA 7 nes de humor, todo signo de afecto o de negacién de afecto, en su natura leza e intensidad particulares y en su contexto asociativo preciso. Estos y muchos otros detalles andlogos, tomados como contexto para los suefios y asociaciones del enfermo, ayudan a revelar sus fantasias inconscientes (entre otros hechos mentales). Gradualmente se aclara la situacién parti- cular de la vida interna actual del enfermo y la relacién de su problema in- mediato con situaciones més tempranas y experiencias reales de su vida. El tercer principio, el de la continuidad genética, es inherente al enfoque global y a la labor de momento a momento del psicoanilisis. El deseubrimiento de Freud de las fases sucesivas del desarrollo libi- dinal y la continuidad de las distintas manifestaciones de los deseos sexua- les desde la infancia a la madurez, no sdlo se confirmé plenamente con cada enfermo analizado, sino que como en el caso de toda generalizacién legi- tima de hechos observados, demostré ser un instrumento confiable para la mayor comprensién de nuevos datos. Las observaciones en el campo analitico del desarrollo de la fantasia y del interjuego continuo y en evolucién de realidad psiquica y conoci- mientos del mundo externo, estén completamente de acuerdo con los datos y generalizaciones sobre el desarrollo, a los que se legs en otros campos, tales como habilidades corporales, percepciones, lenguaje y pensamiento légico. Con el desarrollo de la fantasia, asi como con los hechos externos de la conducta, debemos considerar toda manifestacién en cada momento y en cada situacién como miembro de una serie evolutiva, cuyos comienzos rudimentarios pueden rastrearse hacia atrés y cuyas formas ulteriores, mas maduras, pueden seguirse hacia adelante. En la mente del analista siem- pre est4 presente el reconocimiento de la manera en que el contenido y la forma de la fantasia en cada momento dado, estan ligadas a las fases suce- sivas del desarrollo instintivo, y el reconocimiento del desarrollo del yo. Aclarar esto al paciente (en detalles concretos) es inherente a la tarea analitica, Fue por la consideracién de los detalles y el contexto de los modales y lenguaje del enfermo tanto como de sus suefios y asociaciones como Freud descubrié los impulsos instintivos fundamentales de la vida mental y los variados procesos —los Ilamados “mecanismos mentales”— por medio de los cuales los impulsos y sentimientos se controlan y expresan, se man- tiene el equilibrio interno y se logra la adaptacién al mundo exterior. Estos “mecanismos” son de muy distinto tipo y muchos de ellos fueron atenta- mente estudiados. Para las autoras todos estos variados mecanismos se hallan en intima relacién con tipos particulares de fantasia y en una seccién posterior se investigara el cardcter de esta relacién. Los descubrimientos de Freud fueron hechos casi exclusivamente a partir de andlisis de adultos, complementados con algunas observaciones en niftos. Melanie Klein, en su trabajo analitico directo con nifios de dos y mis ajfios, desarrollé todos los recursos de la técnica analitica, estudiando el juego con juguetes, sus representaciones y actividades corporales hacia el analista, y tanto como sus palabras sobre lo que hacian y sentian y 78 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS sobre lo que les habia sucedido en Ja vida exterior. Los juegos con juguetes y los de representacién de los nifios pequeiios ejemplifican los diversos procesos mentales (y por lo tanto, como veremos, las fantasias) observa- dos primero por Freud en la vida onirica de los adultos y en sus sintomas neuréticos. En la relacién del nifio con el analista, como en la del adulto, las fantasfas originadas en las primeras situaciones de la vida se repiten y se actiian de la manera més clara y dramética, con riqueza de vividos detalles. Sitwacién transferencial Es especialmente en la relacién emocional del paciente con el analista donde el estudio del contexto de los detalles y de la continuidad del des- arrollo demuestra cuan fructifero es para comprender la fantasia. Como es sabido, Freud descubrié muy pronto que los pacientes repiten con su ana- lista situaciones de afecto e impulso y proceso mentales en general, que experimentaron anteriormente en sus relaciones con las personas en su vida externa y en su historia personal, Todo analista confirma que el enfermo le transfiere deseos tempranos, impulsos agresivos, temores y otras emociones. La personalidad, las actitudes e intenciones y atin las caracteristicas externas y sexo del analista, tal cual las ve y siente la mente del paciente, cambian de dia en dia (incluso de un momento a otro) segiin los cambios en la vida interna del paciente (ya sean éstos causados por los comenta- rios del analista o por sucesos externos). Es decir que Ja relacién del pa- ciente con su analisia.es casi por entero una relacién de fantasia incons- ciente. El fenémeno de la “transferencia” en su totalidad no sélo es una prueba de la existencia y actividad de la fantasia en todo paciente, sea nifio © adulto, enfermo o sano, sino que observados en detalle también sus cam- bios nos permiten descifrar el caracter particular de las fantasfas en acti- vidad en situaciones particulares y su influencia sobre otros procesos men- tales, La “transferencia” ha resultado el instrumento principal para cono- cer lo que estd sucediendo en la mente del paciente, como también para descubrir y reconstruir su historia temprana; el develar las fantasias trans- ferenciales y rastrear su relacién con las primeras experiencias y las situa- ciones actuales constituyen el medio principal de “curacién”. La repeticién de las situaciones tempranas y su acting out en la transferencia nos remontan a situaciones muy anteriores a los primeros recuerdos conscientes; el paciente (nifio o adulto) nos muestra con fre- cuencia, con los detalles mas vividos y dramaticos, sentimientos, impulsos y actitudes apropiados no sélo a las situaciones de Ia nifiez, sino también a las de los primeros meses de la infancia. En sus fantasias con el analis- ta, el enfermo esta de regreso en sus primeros dias, y estudiar estas fan- tasfas en su contexto y comprenderlas en detalle es obtener un conocimiento solido de lo que sucedié en realidad en su mente cuando era un nifio pequefio. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 79. Vida mental antes de los dos atios Por lo tanto, para comprender la fantasia y otros procesos mentales, en nifios desde los dos afios en adelante, poseemos no sélo el testimonio de Ja conducta observada en la vida diaria sino también todos los recursos del método analitico usados directamente. Cuando tratamos con nifios menores de dos afios, nos valemos de algu- nos instrumentos probados para estudiar sus reacciones a los estimulos, sus actividades espontaneas, sus manifestaciones de afecto, juego con personas y juguetes y todos los variados aspectos de su conducta. En primer lugar, aquellos principios de observacién ya sefialados, el valor de observar el contexto, registrar los detalles con precisién y de considerar los datos obser- vados en cualquier momento como miembros de una serie que puede ser ras- treada hacia atrés hasta sus comienzos rudimentarios y hacia adelante hasta sus formas més maduras. En segundo lugar el insight adquirido con la experiencia analitica directa en los procesos mentales expresados claramente en tipos similares de conducta (que siguen a estas formas tempranas) en nifios mayores de dos afios, y, sobre todo, las pruebas suministradas por la repeticién de situaciones, emociones, actitudes y fantasias en la “transfe- rencia”, durante el andlisis de nifios mayores y de adultos. Usando estos distintos instrumentos resulta posible formular algunas hipétesis sobre las principales fases de la fantasia y del aprendizaje, del desarrollo mental en general, a los que puede acreditarse un considerable grado de probabilidad. Existen lagunas en nuestra comprensién y pueden tardar mucho en ser suprimidas, dada la naturaleza del caso. Tampoco nuestras inferencias son tan seguras como las relativas al desarrollo ul- terior. Pero mucho se ha aclarado ya y mucho més que sélo espera obser- vaciones més detalladas o una correlacién mas asidua de los hechos obser- vables, para alcanzar un alto grado de comprensién. I. NATURALEZA Y FUNCIGN DE LA FANTASIA Volvamos ahora a nuestra tesis principal: Como hemos dicho, el significado actual del concepto de fantasia debe discutirse sobre la base de la convergencia de estos distintos tipos de pruebas. Una consideracién de todos estos tipos de hechos y teorias exige la revisién de las aplicaciones del término. Usos habituales del iérmino “fantasia” En los trabajos psicoanaliticos el término se ha referido a veces (de acuerdo con el lenguaje diario) solo a “fantasias” conscientes de la indole 80 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS de los ensuefios diurnos. Pero los descubrimientos de Freud pronto lo condujeron a reconocer la existencia de fantasias inconscientes. Esta re- ferencia del término es indispensable. Los traductores ingleses de Freud adoptaron una ortografia especial para la palabra “fantasia” con ph (phan- tasy), a fin de diferenciar el significado psicoanalitico del término, es decir, fantasias entera o predominantemente inconscientes, del término po- pular “fantasia” (fantasy) que significa ensuefios diurnos conscientes, fic- ciones, ete. El término psicoanalitico “fantasia” (phantasy), significa en esencia contenido mental inconsciente, que puede hacerse consciente o no. Este significado del término adquirié creciente importancia, particu larmente a consecuencia del trabajo de Melanie Klein sobre los primeros estadios del desarrollo. La palabra “fantasia” se usé también para sefialar un contraste con “realidad”, tomandose este iiltimo término como idéntico a hechos “exter- nos”, “materiales” u “objetivos”. Pero cuando se denomina a la realidad externa, realidad “objetiva”, se hace una presuncién implicita que niega a la realidad psiquica su propia objetividad como hecho mental. Algunos psicoanalistas tienden a oponer “fantasia” a “realidad”, en una forma que subestima la importancia dindmica de la fantasia. Un uso asociado a éste es considerar a la “fantasia” como algo “meramente” o “solamente” ima- ginado, como algo irreal, en contraste con lo que es real, con lo que a uno le sucede. Esta actitud tiende a la desvalorizacién de la realidad psiquica y del significado de los procesos mentales como tales * EI psicoanilisis demostré que Ia cualidad de ser “simplemente” o “solamente” imaginado no es el criterio mds importante para la compren- sién de la mente humana. Cuando y en qué condiciones la “realidad psi- quica” armoniza con la realidad exterior es sélo una parte especial del problema total de la comprensién de la vida mental en su totalidad, una parte muy importante en verdad, pero “sélo” una parte. Luego discuti- remos esto mas en detalle. El descubrimiento de Freud de la realidad psiquica dindmica inicid una nueva época en la comprensién psicolégica. Freud demostré que el mundo interno de la mente tiene una continua realidad viviente propia, con sus propias leyes y caracteristicas dindmicas, distintas de las del mundo externo. A fin de comprender al suefio y al sofiador, su historia psicolégica, sintomas neuréticos o intereses normales y cardcter, tenemos que abandonar ese prejuicio en favor de la realidad 4 “El caracter mds singular de los procesos inconscientes (reprimidos), cardcter al que sélo con gran esfuerzo se acostumbra el investigador, consiste en que la realidad mental queda equiparada en ellos a la realidad exterior, y el mero deseo, al suceso que lo cumple... Pero habremos de guardarnos muy bien de aplicar a los productos ps{quicos reprimidos la valoracién de la realidad y no conceder beligerancia alguna a las fantasfas, en cuanto a la produccién de sintomas, por no tratarse de realidades, como igualmente buscar un origen distinto al sentimiento de culpabilidad, por no encontrar un delito real que lo justifique.” (Freud: Los dos principios del suceder psiquico. Obras Completas, tomo XIV, pag. 204, 1911.) NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 81 exterior y de nuestra orientacién consciente hacia ella, esa subestimacién de la realidad interna, que es la actitud del yo en la vida cotidiana comin actual ©, Otro punto de importancia para nuestra tesis general es que la fan- tasia inconsciente estd en plena actividad en Ja mente normal, no menos que en la neurética. Parece suponerse a veces que la realidad psiquica (es decir, la fantasia inconsciente) es de importancia primordial sélo en el “neurético”, y que en las personas “normales” su significacién se reduce hasta desvanecerse., Esta opinién no esta de acuerdo con los hechos que se observan en la conducta de la gente comin en la vida diaria, o a través de la labor psicoanalitica, especialmente en la transferencia. La diferencia entre lo normal y lo anormal reside en la forma cémo se tratan las fanta- sias inconscientes, los procesos mentales particulares por medio de los cuales son elaboradas y modificadas, y el grado de gratificacién directa o indirecta en el mundo real y la adaptacién al mismo, que esos mecanismos preferidos permiten. La fantasia como contenido primario de los procesos mentales inconscientes Hasta ahora nos hemos movido en terreno familiar. Pero si relacio- namos més intimamente nuevos datos clinicos con algunas formulaciones de Freud, avanzamos crucialmente en la comprensién de la funcién de la fantasia. Un estudio de las conclusiones que surgen del anélisis de nifios peque- ios, conduce a pensar que las fantasias son el contenido primario de los procesos mentales inconscientes. Freud no expres sus opiniones sobre este punto en términos de fantasia, pero puede verse que esta formulacién esta esencialmente de acuerdo con sus contribuciones. Freud ha dicho que “...toda etapa consciente tiene una etapa incons- ciente preliminar...” Todos los procesos mentales se originan en el inconsciente y sélo mediante ciertas condiciones se hacen conscientes. Sur- gen directamente por necesidades instintivas o en respuesta a estimulos externos que actian sobre impulsos instintivos. “Suponemos que estd en contacto intimo con lo somiatico y que de alli toma el ello las necesidades instintivas dandoles expresidn psiquica”™. (Las bastardillas son mias.) Ahora bien, para las autoras esta “expresién mental” del instinto es la fantasfa inconsciente, La fantasia es (en primera instancia) el corolario mental, el representante psiquico del instinto. No hay impulso, ni necesi- dad instintiva en respuesta que no sea vivida como fantasia inconsciente. 5 El abandono de la sobreestimacién de la propiedad de conciencia es un paso previo indispensable para cualquier insight genuino en el curso de los aconteci- mientos psiquicos. (Freud: La interpretacién de los suefios, 1900. Obras Completas, tomos VI-VIL) 6 Op. cit. 7 Nuevas aportaciones al psicoandlisis. Obras Completas, tomo XVII, vég. 69. 82 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS Al comienzo de sus investigaciones, Freud se ocupé particularmente de los deseos libidinales, y su “expresién mental de las necesidades. instinti- vas” se referiria primordialmente a estos deseos. Pero sus estudios ulte- riores, y los de otros muchos investigadores, nos obligan a incluir también los impulsos destructivos. Los primeros procesos mentales, los representantes psiquicos de los instintos libidinales y destructivos, deben ser considerados como el origen mas primitivo de las fantasias. Pero, en el desarrollo mental del nifio la fantasia no tarda en convertirse también en un medio de defensa contra ansiedades, un medio de inhibir y controlar las pulsiones instintivas y asi- mismo una expresién de deseos de reparacién. Se ha insistido siempre en la relacién entre fantasia y realizacién-de-deseos, pero nuestra experiencia demuestra igualmente que la mayoria de las fantasias (como los sintomas) sirven también a otros fines, ademés de la realizacién-de-deseos; por ejem- plo negacién, reaseguramiento, control omnipotente, reparacién, etcétera. Es desde luego verdad que en un sentido mas amplio todos estos procesos mentales cuyo fin es disminuir la tensién instintiva, la ansiedad y la culpa, sirven también al fin de la realizacién-de-deseos; pero es atil discriminar los modos especificos de estos distintos procesos y sus fines particulares. Todos los impulsos, todos los sentimientos, todas las formas de defensa son experienciados en fantasias que les dan vida mental y muestran su direccién y propésito. Una fantasia representa el contenido particular de las pulsiones o sen- timientos (por ejemplo deseos, temores, ansiedades, triunfos, amor o pesar) que dominan a la mente en ese instante. En las primeras épocas de la vida existe en verdad un gran nimero de fantasias inconscientes, que toman forma especifica juntamente con la catectizacién de zonas corporales par- ticulares. Ademas surgen y decaen en formas complicadas, de acuerdo con el surgimiento y declinacién y modulacién de los impulsos instintivos primarios que expresan. El mundo de la fantasfa presenta los mismos cambios proteicos y caleidoscdpicos que los contenidos de un suefio. Estos cambios se producen en, parte como respuesta a estimulos externos y en parte como resultado del interjuego entre las pulsiones instintivas prima- tias mismas. Puede ser itil en este punto dar algunos ejemplos de fantasias especi- ficas, sin discutir —sin embargo— la edad particular o las relaciones tem- porales entre estos ejemplos. Al intentar comunicar tales ejemplos de fantasias especificas estamos naturalmente obligados a ponerlas en palabras; no podemos describirlas discutirlas sin hacerlo. Sin duda éste no es su cardcter original e inevi- tablemente introduce un elemento extrafio, perteneciente a fases ulteriores del desarrollo, y a la mente preconsciente. (Discutiremos més tarde, con mayor amplitud, la relacién entre las fantasias y su expresién verbal.) Sobre la base de los principios de observacién y de interpretacién ya descritos y que estén bien establecidos por la labor psicoanalitica, estamos en condiciones de concluir que cuando el nifio muestra su deseo del pecho NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 83 materno, experiencia este deseo como una fantasia especifica: “Quiero suc- cionar el pezén”. Si el deseo es muy intenso (quizd a causa de la ansie- dad) es posible que sienta: “Quiero comérmela toda”. Tal vez para impe- dir la repeticién de su pérdida o para su placer, puede sentir: “Quiero guardatmela dentro de mi”. Si siente amor, puede tener la fantasia: “Quie- ro acariciar su cara, palmearla y abrazarla”. Otras veces, cuando esta frus- trado o enojado, sus impulsos pueden ser de cardcter agresivo; los expe- riencia por ejemplo como: “Quiero morder el pecho, quiero romperla en pedacitos”, © si, por ejemplo, dominan impulsos urinarios, puede sentir “Quiero ahogarla y quemarla”. Si surge ansiedad por estos deseos agresi- vos, puede fantasear: “Yo mismo seré cortado o mordido por mi madre”, y cuando su ansiedad se refiere a un objeto interno, el pecho que ha comi- do y guardado dentro, puede desear expulsarla y sentir: “Quiero arro- jarla fuera de mi”, Cuando siente pérdida y pesar experiencia, como Freud describe: “Mi madre se ha ido para siempre”. Puede sentir: “Quiero traerla de vuelta, Ia necesito ahora”, y trata entonces de superar su sentimiento de pérdida y pesar y desamparo mediante las fantasias ex- presadas en satisfacciones autoerdticas tales como chupar el pulgar y jugar con sus genitales: “Si chupo mi dedo siento que ella esd de vuelta aqui como parte de mi, perteneciéndome y dandome placer”. Si después de ha- her atacado a su madre en la fantasia, hiriéndola y dafiéndola, vuelven sus deseos libidinales, puede sentir que desea restaurar a su madre y fanta- sear entonces: “Quiero juntar los pedazos nuevamente”, “Quiero mejo- rarla”, “Quiero alimentarla como ella me ha alimentado”, y asi suce- sivamente. No solamente estas fantasias aparecen y desaparecen de acuerdo con los cambios en las pulsiones instintivas, provocadas por circunstancias ex- ternas, sino que también existen juntas, al mismo tiempo en la mente, aun cuando sean contradictorias; asi como en un suefio pueden existir y expre- sarse al mismo tiempo deseos que se excluyen mutuamente. Pero esto no es todo: estos procesos mentales primitivos tienen un carécter omnipotente. Bajo la presién de la tensién instintiva el nifio en sus primeros dias no solamente siente: “Quiero” sino que implicitamente fantasea: “Estoy haciendo” esto y aquello, a su madre: “La tengo dentro de mi”, cuando lo desea. El deseo y el impulso, sean de amor o de odio, libidinales o destructivos, tienden a ser sentidos como satisfaciéndose real- mente a si mismos, ya sea con un objeto externo o con uno interno. Esto sucede en parte por lo abrumador de sus deseos y sentimientos. En estos primeros dias sus propios deseos e impulsos Ienan todo el mundo en el momento en que los siente. Sélo lentamente aprende a distinguir entre el deseo y el acto, entre los hechos. exteriores y sus sentimientos sobre los mismos. El grado de diferenciacién’ depende en parte del periodo evolutivo aleanzado y en parte de la intensidad momentinea del deseo 0 emocién. Este cardcter omnipotente de los. deseos y sentimientos tempranos se vincu- la con las ideas de Freud sobre la satisfaccién alucinatoria en el nifio. oh DESARROLT 9S EN PSICOANALISIS Alucinacién e introyeccién primaria Freud se vio Ievado (por su estudio de los procesos inconscientes de la mente de adultos) a suponer que en el comienzo de la vida mental, “.. Cualquier cosa pensada (deseada) era imaginada simplemente en for- ma alucinatoria, como sucede todavia con nuestros pensamientos oniricos todas las noches”. Llama a esto “la tentativa del nifio para satisfacerse alucinatoriamente” ®°. @Qué alucina por lo tanto el nifio? Podemos suponer, ya que estd actuando el impulso oral, que alucina primero el pez6n, luego el pecho y mas tarde a su madre como persona total; y alucina el pezén o el pecho para gozar de ellos. Como podemos ver por su conducta (movimientos de succién, succién de su propio labio o un poco més tarde de sus dedos, ete.) , Ja alucinacién no se detiene en la mera representacién, sino que lo con- duce a efectuar, detalladamente, lo que haria con el objeto deseado que imagina (fantasea) haber obtenido. Parece probable que la alucinacién actiia mejor en los movimientos de tensién instintiva menos intensa, por ejemplo, cuando el nifio empieza a despertarse y a sentir hambre, pero permanece todavia quicto. A medida que la tensién aumenta se intensifi- can el hambre y el deseo de chupar el pecho y Ia alucinacion esté expuesta a desaparecer. El dolor de la frustracién excita entonces un deseo todavia mas inte»so, el deseo de tomar todo el pecho dentro de si y guardarlo dentro como fuente de satisfaccién, y esto a su vez se realizaria omnipoten- temente durante un tiempo en la creencia, en la alucinacién. Debemos su- poner que la incorporacién del pecho esta ligada a las primeras formas de la vida de fantasia. Sin embargo, esta alucinacién del pecho gratificador interno desaparece enteramente si la frustracién continia y el hambre no se satisface, resultando la tensién instintiva demasiado fuerte como para ser negada. La ira y los sentimientos y fantasias violentamente agresivos dominaran entonces la mente, siendo necesaria cierta adaptacién. Permitasenos considerar mds ampliamente las consideraciones de Freud sobre esta situacién. Dice: “En su fase autoerética el yo no tiene necesidad del mundo exterior, pero... sélo puede percibir los estimulos instintivos como dolo- roso temporariamente. Por la influencia del principio del placer se verifica un desarrollo ulterior. Los objetos, en cuanto son fuentes de placer, son absorbidos por el yo dentro de si, “introyectados” (de acuerdo con una expresién creada por Ferenczi), mientras que por otra parte, el yo expulsa al mundo externo todo lo que en su interior le provoca dolor (ver mas adelante el mecanismo de proyeccién)”®. Aunque al describir la introyeccién Freud no usa la frase “fantasia 8 Los dos principios del suceder pstquico (1911). Obras Completas, tomo XIV, pég. 200. ® Los instintos y sus destinos (1915). Obras Completas, tomo IX, pag. 115. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 85, inconsciente” esta claro que su concepto esté de acuerdo con nuestra hipé- iesis sobre la actividad de la fantasia inconsciente en la fase mds temprana de la vida. Dificultades en el desarrollo temprano originadas en la fantasia Muchas de las dificultades habituales del nifio pequefio (por ejemplo de alimentacién y excrecién, o sus fobias a los extrafios y la ansiedad al ser dejado solo, etcétera) se integran mejor con conocimientos analiticos bien establecidos, y su significacién se comprende mas ampliamente, si se las considera como manifestaciones de la fantasia temprana, Freud comenté algunas de estas dificultades. Por ejemplo se refirié a “,..la situacién del nifio cuando se enfrenta con un extrafio en lugar de su madre”; y después de hablar de la ansiedad del nifio, agregé: “...la expresion de su rostro y su reaccién de llanto indican que siente dolor En cuanto extrafia a su madre se comporta como si no fuera a verla nunca mas” 1°, Freud se refirié también a “la mala comprensién del nijio de los hechos...”. Ahora bien, en este caso, con la palabra “dolor” Freud no designa evidentemente al dolor corporal, sino al mental y el dolor mental tiene un contenido, una significacién e implica fantasia. Segin el enfoque que exponemos, “se comporta como si no la fuera a ver nunca més” significa que el nifio fantasea que su madre ha sido destruida, por su propio odio o voracidad, y que la ha perdido totalmente. Su reconocimiento de la ausencia de su madre esta profundamente influido por sus sentimientos hacia ella, su anhelo de ella, su intolerancia a la frustracién, su odio y an- siedades consiguientes. Su “mala comprensién de los hechos” esa misma “Gnterpretacién subjetiva” de su percepcién de la ausencia, que es una caracteristica de la fantasia, como sefiala J. Riviere ™. En otra ocasién, al hablar de la frustracién oral, Freud dice: “Parece mas bien como si el nifio experimentara permanentemente un deseo insa- ciable de su primera forma de alimentacién, no superando nunca el dolor por la pérdida del pecho materno... Es probable que los temores de envenenamiento estén enlazados con el destete. El veneno es un alimento que enferma. Ademés, tal vez el nifio refiera sus primeras enfermedades a esta frustracién” 1, {Cémo seria posible que el nifio “refiera sus primeras enfermedades a esta frustracién”, si al sufrirla no la hubiera experienciado mentalmente, conservaéndola y recordandola en forma inconsciente? Cuando el nifio experiencia la frustracién acontece en él no sélo un suceso corporal sino también un proceso mental, es decir, una fantasia: la fantasia de tener una madre mala que le causa dolor y pérdida. Freud afirma que el temor al 10 Inhibicién, sintoma y angustia (1926). Obras Completas, tomo XI, pags. 79-80. 41 Capitulo II, pag. 50. 12 Nuevas aportaciones al psicoanilisis. Obras Completas, tomo XVII, pag. 110. 86 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS envenenamiento est probablemente vinculado al destete. No analiza mas profundamente esta vinculacién pero ella implica la existencia de fantasias sobre un pecho envenenador, tal como ha demostrado la obra de Me- lanie Klein. De nuevo, cuando Freud habla dé los sentimientos de la nifia pequefia para con su madre, se refiere al “miedo de la nifia de que su madre la mate” 18, ‘Ahora bien, hablar del “miedo de la nifia de que su madre la mate” es evidentemente una manera de describir la fantasia de la nifia de una madre asesina. En nuestra labor analitica encontramos que la fantasia de la madre “asesina” sucede a la de la madre atacada por el nifio con jntenciones asesinas. A veces la fantasia de la madre vengativa puede expresarse mas tarde conscientemente en palabras, como en el caso des- crito por el doctor Emest Jones, del nifiito que al referirse al pezén de la madre, al verla alimentar a un hermano menor, dijo: “Con eso me mor- dias”. Como confirmamos por el andlisis de la transferencia en todos los pacientes, Io que ha sucedido ahi es que el nifio proyecté sus propios deseos. orales agresivos en el objeto de esos deseos, el pecho de su madre. En eu fantasia, que acompafia a esta proyeccién, ella (la madre o su pecho) va ahora a morderlo hasta hacerlo pedacitos, como él deseaba hacerle a ella. Fantasias y palabras Debemos considerar ahora brevemente la relacién entre las fantasias y palabras. Las fantasfas primarias, representativas de los primeros impul- sos de deseo y agresividad, se expresan y manejan con procesos mentales muy alejados de las palabras y del pensamiento consciente relacional, y estan determinadas por la ldgica de la emocién. En un perfodo ulterior pue- den en ciertas condiciones (a veces en el juego esponténeo de los nifios, otras solo en el anélisis) Hegar a expresarse en palabras. Existen numerosas pruebas que demuestran que las fantasias estén activas en la mente mucho antes del desarrollo del lenguaje, y que atin en el adulto contindan actuando conjunta e independientemente de las palabras. Los significados, como los sentimientos, son mucho més anti- guos que el lenguaje, tanto en la experiencia de la raza como en la de la nifiez. En la nifiez y en la vida adulta, vivimos y sentimos, fantaseamos y actuamos mucho més que en lo relativo a significados verbales. Por ejemplo, algunos de nuestros suefios nos muestran qué mundos dramé- ticos podemos vivir en términos visuales solamente. Sabemos por el 38 La sexualidad femenina (1981). Estas referencias ocasionales de Freud a las fantasfas de los nifios pequeios citadas més arriba son ejemplos de cémo el insight intuitive de su genio, por fuerza sin base cientifica y sin explicacién en su époce, est siendo confirmada y hecha inteligible por la labor de algunos de sus continuadores, es- pecialmente M. Klein y por observaciones de la conducta. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 87 dibujo, la pintura, la escultura y todo el mundo del arte, qué riqueza de significados implicitos caben atin en una forma, un color, una linea, un movimiento, una masa, una composicién de forma o color, o de me- Jodia y armonia en la misica. También en la vida social sabemos por nuestra respuesta facil e intuitiva a la expresién facial de otras personas, a sus tonos de voz, gestos, etc.', cuando apreciamos directamente sin palabras, cudntos significados estén implicitos en lo que percibimos, a veces sin que se haya pronunciado ninguna palabra o aun a pesar de las palabras pronunciadas. Estos hechos, percibidos 0 imaginados o sentidos, constituyen la materia prima de la experiencia, Las palabras son un me- dio de referirse a la experiencia, real o fantaseada, pero no son idénticas a ella ni la sustituyen. Las palabras evocan sentimientos e imagenes y acciones y sefialan situaciones; lo hacen porque son signos de la expe- riencia sin ser ellas mismas el material principal de ésta. Freud establecié claramente, en mas de un pasaje, su opinién de que las palabras pertenecen sdlo a la mente consciente y no al reino de los sentimientos y fantasias inconscientes. Ha dicho por ejemplo, que inves- timos de amor e interés a objetos y personas reales, no a sus nombres. (Ver Nota N? 3, p. 113.) Refiriéndose a la memoria visual escribi *...se aproxima més intimamente a los procesos inconscientes que el pensamiento con pala- bras y es indiscutiblemente més antiguo que este iltimo, tanto ontoge- nética como filogenéticamente” 1°, Tal vez la prueba mas convincente de la actividad de la fantasia sin palabras es la de los sintomas de conversién histéricos 1°, En estos conocidos sintomas neuréticos, los enfermos retroceden a un lenguaje primitivo preverbal y utilizan las sensaciones, posturas, gestos, y pro- cesos viscerales para expresar emociones y deseos o creencias incons- cientes, es decir, fantasias. El cardcter psicogénico de estos sintomas cor- porales descubierto primero por Freud y estudiado por Ferenczi, ha sido confirmado por todo analista. Su dilucidacién es un lugar comin en el tratamiento con numerosos tipos de enfermos, Cada detalle de los sin- tomas revela tener un significado especifico, es decir, expresar una fan- tasia especifica; y las distintas variaciones de forma, de intensidad y la regién orgénica afectada, reflejan cambios de la fantasia que se pro- ducen en respuesta a acontecimientos exteriores o a presiones internas. Sin embargo, no dependemos de tales consideraciones generales to- madas de los adultos y nifios mayores, por convincentes que sean, sino que ocasionalmente podemos obtener pruebas bastante directas en nifios 34 “Cuando la dama brindé con cl caballero solamente con los ojos, y éste le respondié de la misma manera, {no hubo conversacién aunque no hubiese sustantivos ni verbos?” (Samuel Bihler.) 3 El Yo y el Ello (1923). Obras Completas, tomo IX, pag. 203. 18 La doctora Sylvia Payne sefialé esta relacién en una discusién sobre el tema en la Brit. Ps.-An. Soc., en enero 27, 1943. 88 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS pequefios de que una fantasia particular domina su mente mucho antes de que su contenido pueda expresarse en palabras. Por ejemplo, una nifita de un afio y ocho meses, con escaso desarro- Ho del lenguaje, vio un zapato de su madre cuya suela desprendida col- gaba. La nifia se horroriz6 y grité aterrada. Durante una semana huia y gritaba si veia a su madre usando cualquier zapato, y, durante algin tiempo, sélo pudo tolerar que se pusiera un par de zapatos de entrecasa de colores vivos. La madre no us6 los zapatos temidos durante varios meses, La nifia olvidé gradualmente su terror, permitiendo que la madre usase cualquier zapato. Pero a los dos afios y once meses (quince meses mis tarde) pregunté bruscamente a su madre, con voz asustada: “;Dénde estin los zapatos rotos de mamita?” La madre contesté répidamente, te- miendo otro ataque de gritos, que los habia tirado y la nifia comenté en- tonces: “Me podian haber comido”. El zapato con la suela desprendida era visto entonces por la nifia como una boca amenazante y como tal reaccionaba a él al afio y ocho me- ses, aun cuando la fantasia no pudo expresarse en palabras hasta més de un afio después. Aqui, pues, tenemos la prueba més clara posible de que una fantasia puede ser sentida, y sentida como real, mucho antes de que pueda expresarse en palabras. Fantasias y experiencia sensorial Las palabras son entonces una adquisicién tardia entre nuestros me- dios de expresar el mundo interno de nuestra fantasia. Cuando el nifio puede usar palabras —ain tan primitivas como “Nene 0-0-ch”, ya ha atravesado una larga y complicada historia de experiencia psiquica. La primera realizacién-de-deseos fantaseada, la primera “alucinacién” esta ligada a la sensacién. Para que el nifio sobreviva debe existir alguna sensacion placentera (placer organico) muy temprana. Por ejemplo, si por una u otra razén el primer impulso de succién no causa satisfaccién placentera se origina en el nifio intensa ansiedad. El impulso de succién mismo tiende entonces a inhibirse o a no coordinarse tan bien como debiera. En casos extremos puede haber completa inhibicién de la ali- mentacién; en otros menos graves “debilidad” y desarrollo escaso. St por otra parte, mediante una unidad ritmica natural entre la madre y el nifio, o el tratamiento hébil de las dificultades que puedan suscitarse, el nifio recibe rapidamente satisfaccién placentera al mamar, se establece una buena coordinacién del chupeteo y una actividad positiva hacia el mismo que contintia Iuego automaticamente y mantiene la vida y la salud. Los cambios de contacto y de temperatura, la irrupcién de estimulos luminosos y sonoros, etc., se experiencian manifiestamente como dolorosos. El estimulo interno de hambre y el deseo de contacto con el cuerpo de la madre son también dolorosos. Pero las sensaciones de calor, el contacto deseado, el chupeteo satisfactorio, la ausencia de estimulos externos, etc., NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 89 no tardan en proporcionar una verdadera experiencia de sensacién pla- centera, Al principio todo el peso del deseo y de la fantasia est sumido en la sensacién y el afecto. El nifio con hambre, anhelo o malestar, experiencia verdaderas sensaciones en su boca, sus miembros o sus vis. ceras que significan para él que le hace algo, o que él hace lo que desea tocar © teme. Siente como si efectuara esto o aquello, por ejemplo, tocar o chu- par o morder el pecho que en realidad estd fuera de su alcance, o siente como si se le privara a la fuerza y dolorosamente del pecho o como si el pecho lo mordiera a él. Y al principio todo esto probablemente sin imé- genes visuales o plasticas de otro tipo. Middlemore obtuvo un interesante material al respecto *, del anélisis de una nifia de dos afios y nueve meses, tratadas por severas dificultades de alimentacién. Al jugar, tanto en su casa como durante el andlisis, la nifia mordia continuamente. “Entre otras cosas jugaba a ser un perro que mordia. un cocodrilo, un leén, unas tijeras que podian cortar tazas, una maquina para picar carne y una maquina para pulverizar cemento.” Por lo tanto, sus fantasias inconscientes y sus juegos imaginativos conscientes eran de naturaleza intensamente destructiva. En realidad desde el naci- miento habia rechazado el pecho y la madre habia tenido que renunciar a amamantarla dada su completa falta de interés y respuesta. Cuando llegé al anilisis comia muy poco y sélo si se la persuadia para hacerlo. Por lo tanto no habia tenido ninguna experiencia de “atacar” realmente ¢l pecho, ni atin de chuparlo, y mucho menos morderlo como los animales cuyos fieros ataques representaba en sus juegos. Middlemore sugiere que las sensaciones corporales, como por ejemplo las contracciones de hambre, que perturbaban a la nifia fueron el origen de estas feroces fantasias de morder y ser mordido **. (Ver Nota N° 4, p. 113.) Las primeras fantasias por lo tanto, surgen de impulsos organicos y * Loc, cit, pags. 189-90. ** El doctor Clifford Scott ha dicho en una contribucién a la discusién de este tema en Ja B, Ps-An, Soc. del 27 de enero de 1943, que la manera del adulto de considerar al cuerpo y a la mente como dos clases separadas de experiencia puede indudablemente no ser verdad en el mundo del nifio. Es més fécil para los adultos observar el chupeteo real que recordar o comprender lo que es la experiencia iinica indiferenciada de chupar y fantasear. Atin aquellos aspectos de la experiencia psico- Togica que distinguiremos més tarde como “sensacién”, y “sentimiento”, etc, no pic. den ser distinguidos y separados en los primeros dias.’ Las sensaciones, los sentimien. tos, como tales, emergen a través del desarrollo del todo primario de la experiencia que es chupar con sensacidn, sentimiento y fantasia, Esta experiencia total sc dife- reneia gradualmente en los distintos aspectos de la experiencia: movimiento: corpo. tales, sensaciones, imagenes, conocimientos, y as{ sucesivamente. Recordemos que de acuerdo con Freud “El yo es primero y ante todo un yo corporal”. (El Yo y el Ello [1923]. Obras Completas, tomo IX, pig. 207.) Como ha dicho el doctor Scott necesitamos saber més sobre lo que “el cuerpo” significa para Ja fantasfa inconsciente y considerar los distintos estudios hechos por neurélogos y los nsicélogos generales del “esquema corporal”. Segtin este enfoque el esquema corpo: ral inconsefente o “fantasia del cuerpo” desempefia un gran papel en muchas neurosis ¥ en todas las psicosis, particularmente en todas Ias formas de hipocondria, 90 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS estén entretejidas con sensaciones corporales y afectos. Expresan primiti- vamente una realidad interna y subjetiva, aun cuando desde el comienzo se enlazan con una verdadera experiencia, por limitada y estrecha que sea, de la realidad objetiva. Las primeras experiencias corporales empiezan a formar los recuer- dos més primitivos y las realidades externas se entrelazan progresivamente en el tejido de la fantasia. Antes de que transcurra mucho tiempo las fantasias de los nifios se dibujan sobre imagenes plasticas y sensaciones —imégenes visuales, auditivas, cenestéticas, tactiles, gustativas, olfativas, etcétera. Y estas imagenes plasticas y representaciones dramaticas de la fantasia se elaboran progresivamente junto con las percepciones articula- das del mundo exterior. Pero las fantasias no se originan en cl conocimiento articulado del mundo exterior; su fuente es interna, estd en los impulsos instintivos. Por ejemplo, las inhibiciones de la alimentacién que aparecen a veces en nifios muy pequefios y muy comtinmente después del destete y en el segundo aiio, resultan (en andlisis posterior), originarse en ansiedades relacionadas con Jos deseos orales primarios de amor y odio intensos y voraces: el temor a destruir (desgarrando en pedazos y devorando) el verdadero objeto de amor, el pecho, tan valorado y deseado 17, Se ha sugerido a veces que las fantasfas inconscientes, tales como la de “romper en pedacitos” no se originarian en la mente del nifio, antes de obtener el conocimiento consciente de que romper a una persona en peda- citos significaria matarla. Esta opinién no es justa. Olvida que tal cono- cimiento es inherente a los impulsos corporales como vehiculo del instinto, al fin del instinto, a la excitacién del érgano, en este caso de la boca. La fantasia de que sus apasionados impulsos destruirdn el pecho, no requiere que el nifio haya visto realmente objetos comidos y destruidos con- cluyendo asi que él también puede hacerlo. Este fin, esta relacién con el objeto, es inherente al carécter y direccién del impulso mismo y a sus afectos concomitantes. Para tomar otro ejemplo: las dificultades de los nifios en el control vesical son muy comunes. La eneuresis persistente es un sintoma corriente aun en nifios ya grandes. En el andlisis de nifios y adultos se revela que estas dificultades se originan en fantasias particularmente poderosas rela- tivas al efecto destructivo de la orina y a los peligros vinculados al acto de la miccién, (Estas fantasias se encuentran también en personas normales, pero por razones particulares Ilegan a ser especialmente activas en los nifios incontinentes.) Ahora bien, la dificultad del nifio para controlar su orina se vincula a fantasias de que tiene gran poder maligno. Sus ansiedades surgen a su vez de impulsos destructivos. Llega a creer que su orina es 37 El fin del amor oral es “incorporar o devorar, un tipo de amor que es com- patible con la abolicién de toda existencia separada por parte del objeto”. Freud, Los instintos y sus destinos (1915). Obras Completas, tomo IX, pag. 118. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA 91 muy dafiina porque quiere que lo sea y no porque su madre se enojara cuando él mojé la cama y sin duda no porque haya observado alguna vez que su orina sea tan perjudicial en Ia realidad como en sus fantasfas, ni tampoco por saber conscientemente que en realidad las personas puedan ser ahogadas y quemadas. La situacién se remonta a la primera infancia. La fantasia: “Quiero ahogar y quemar a mi madre con mi orina”; expresa la furia y agresién del nifio, el deseo de atacar y aniquilar a la madre con su orina en parte porque ella lo frustré. En su ardiente ira quiere inundarla con su orina. Lo “ardiente” es expresién de sus propias sensaciones corporales y de la intensidad de su enojo. El “ahogarla” expresa también cémo siente su intenso odio y su omnipotencia al mojar la falda de su madre. EI nifio siente: “Tengo que aniquilar a la madre mala”. Supera su sentimiento de desamparo con Ia fantasia de omnipotencia: “Puedo destruirla y Ia des- truiré”, con cualquier medio a su alcance *8 y cuando el sadismo urinario lega al mdximo, siente que lo que puede hacer es ahogarla y quemarla con su orina. Indudablemente el “inundar” y “quemar” se refieren también a la manera en que él siente que es invadido, inundado, por su ira impo- tente y quemado por ella. El mundo entero esté Ileno con su ira y él mismo serd destruido por ella si no puede desahogarla sobre su madre, des- cargindola sobre ella con su orina. Cuando ve 0 conoce como realidades externas el chorro de agua de la canilla, el rugir del fuego, la inundacién de un rio, el mar tormentoso, los une en su mente a sus primeras expe- riencias corporales, necesidades instintivas y fantasias. Y cuando se le ensefian los nombres para estas cosas, puede entonces, a veces, poner estas fantasias en palabras. Andlogamente sucede con los sentimientos del nifio respecto a sus excreciones, como objetos buenos que desea dar a su madre. Segiin el humor y el momento considera su orina y heces como algo que la madre quiere y al ofrecérselas como regalo quiere expresarle su amor y gratitud, Tales fantasias sobre la bondad de las heces y orina indudablemente se refuerzan porque la madre se muestra complacida cuando se las ofrece en el momento y tiempo adecuado; pero la observacién del placer de su ma- dre no es el origen primario de la creencia en la bondad de las mismas. La fuente de esta creencia se encuentra en su deseo de darlas como algo bueno —por ejemplo de alimentar a su madre como ella lo alimenté, com- placerla y hacer lo que ella desea; y en su sentimiento de la bondad de sus 6rganos y de su cuerpo como un todo, cuando la ama y siente buena para con él. Su orina y sus heces son entonces instrumentos de su poten- cia amorosa, tanto como su voz y su sonrisa. Como el nifio tiene tan pocos recursos a su alcance para expresar su amor 0 su odio, tiene que usar todos sus productos y actividades corporales como medio de expresar sus pro- fundos y abrumadores deseos y emociones. Su orina y sus materias feca- les pueden ser buenas o malas en su fantasia, de acuerdo con sus inten- 18 También tomar, tocar, mirar y otras actividades pueden ser sentidas como desastrosamente perjudiciales. 92 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS ciones en el momento de evacuarlas y la manera (incluyendo en un perfodo ulterior el tiempo y el lugar) en que las expulsa. Estos sentimientos y temores respecto a sus propios productos corpo- rales se vinculan con las llamadas “teorias sexuales infantiles”. Freud sefialé primero el hecho, desde entonces ampliamente observado, de que los nifios pequefios, tanto consciente como inconscientemente, forman sus propias teorfas espontaneas sobre el origen de los nifios y la naturaleza de las relaciones sexuales de los padres, basindose en sus propias capaci- dades corporales. Por ejemplo, suponen que los nifios estan hechos de comida, y las relaciones entre los padres consisten en un mutuo alimen- tarse o en comerse. El padre pone el alimento bueno dentro de la madre, la alimenta con su genital en compensacién por alimentarlo ella con su pecho y ella entonces tiene nenes en su interior. O bien, estin hechos de materias fecales. El padre pone heces en la madre, y en la medida en que el nifio ama a los padres y puede tolerar el amor entre ellos, siente que esto es bueno y crea vida dentro de la madre, Otras veces cuando se siente Heno de odio y celos y no tolera las relaciones sexuales de sus padres, quiere que el padre deposite heces malas dentro de la madre, sustancias peligrosas, explosivas, que la destruyan por dentro, u orine dentro de ella ‘para dafiarla. Evidentemente, estas teorias sexuales infantiles no han sido extraidas de los acontecimientos externos. El nifio no ha observado nunca que los nenes se hagan con comida o heces, ni ha visto al padre orinar dentro de la madre. Sus nociones de las relaciones sexuales de los padres derivan de sus propios impulsos corporales bajo la presién de intensos sentimientos. Sus fantasias expresan sus deseos y pasiones usando sus impulsos, sensaciones y procesos corporales como su medio de expresién. (Ver Nota N° 5, p. 113.) Estos y otros contenidos especificos de las primeras fantasias al igual que las modalidades con que son vividos por el nifio y sus modos de expre- sién, estén de acuerdo con su desarrollo corporal y su capacidad para sentir y conocer en cualquier edad determinada. Constituyen una parte de su desarrollo y se expanden y claboran juntamente con sus capacidades corporales y mentales, influyendo a y siendo influidas por su yo que madura lentamente. Relacién de las fantasias tempranas con el proceso primario Las fantasfas més tempranas y rudimentarias, ligadas a la experiencia sensorial, y siendo interpretaciones afectivas de sensaciones corporales, se caracterizan naturalmente por aquellas cualidades que Freud describié como pertenecientes al “proceso primario”: falta de coordinacién del im- pulso, falta de sentido del tiempo, de contradiccién y de negacién. Ademés, a este nivel no existe discriminacién de la realidad externa. La experiencia esta gobernada por respuestas de “todo o nada” y la ausencia de satisfac- cidn es sentida como la existencia de un verdadero dafio. El abandono, la NATURALEZA Y FUNCIGN DE LA FANTAS{A 93 insatisfaccién o la privacién son vivenciadas como verdaderas experiencias dolorosas. Todos conocemos el sentimiento de estar “llenos de vacio”, El vacio es una sensacién positiva, asi como la oscuridad se siente como cosa real, y no como simple ausencia de luz, cualesquiera que sean nuestros conocimien. tos. La oscuridad cae, como una cortina o una manta, La Ilegada de la luz desplaza la oscuridad, y asi sucesivamente. Por lo tanto, cuando decimos (justificadamente), que el nifio siente que la madre que no le alivia un dolor es una madre “mala”, no queremos significar que tenga una nocién clara del hecho negative de que su madre no suprime la fuente dolorosa. Esto corresponde a una comprensién ulte- rior. El dolor es un hecho positive por si mismo; la madre “mala” es una experiencia positiva, al principio no separada del dolor. Cuando alrededor de los seis meses el nifio se sienta y ve que su madre, como un objeto ex- terno, no viene cuando él la desea, puede establecer entonces un vinculo entre lo que ve —a saber, que no viene la madre—, y el dolor o disgusto que siente 19, Cuando el nifio extrafia a su madre y se comporta “como si no fuera a verla nunca més”, esto no significa que tiene entonces nociones discri- minativas de tiempo, sino que el dolor de la pérdida es una experiencia absoluta, con la cualidad de un definitivo “jamds”, hasta que el desarrollo mental y la experiencia del tiempo como una realidad externa lentamente construida, hayan aportado percepciones e imagenes discriminativas, Sin embargo, no debe considerarse que el proceso primario rige toda la vida mental del nifio durante un periodo determinado del desarrollo, Es verosimil que predomine durante los primeros dias, pero no debemos olvidar las primeras adaptaciones del nifio al medio exterior y el hecho de que tanto la satisfaccién como la frustracién son experienciadas desde el nacimiento. Las progresivas alteraciones en las reacciones del nifio du- rante las primeras semanas y més adelante, demuestran que ya al segundo mes existe un grado considerable de integracién en la percepcién y la conducta, con signos de memoria y anticipacién. Desde entonces el nifio se dedica cada vez mas a juegos experimenta- les, que son a la vez un método para adaptarse a la realidad y un medio activo de expresar la fantasia (una realizacién de deseos y una defensa contra el sufrimiento y la ansiedad). En realidad, el “proceso primario” es sélo un concepto limite. Como dice Freud: “Segiin nuestros conocimientos no existe ning aparato psi- quico que se rija slo por el proceso primario, que en este sentido es una ficeién tedrica”. (Ver Nota N° 6, p. 114.) Mas tarde se contradice apa- rentemente al hablar de la “aparicién tardia” de los procesos secundarios. La contradiccién se resuelve si consideramos que la “aparicién tardia” se refiere, no tanto al comienzo de los procesos secundarios, a sus ort 19 Esta es una descripcién simplificada de un proceso muy complejo que serd tratado en capitulos posteriores por Paula Heimann y Melanie Klein, 94, DESARROLLOS EN PSICOANALISIS genes rudimentarios, sino més bien a su completo desarrollo. Este enfo- que concordaria mejor con lo que vemos en el desarrollo real de los nifios, en su adaptacién a la realidad, control e integracién. Instinto, fantasia y mecanismo Debemos considerar ahora otro importante aspecto de nuestro proble- ma, el de la relacién entre instintos, fantasias y mecanismos. Buena parte de la dificultad y algunas confusiones al respecto, aparecieron en diversas discusiones; uno de nuestros propésitos en esta seccién es aclarar las rela- ciones entre estos diferentes conceptos. Por ejemplo, la distincién entre fantasia de incorporacién y meca- nismo de introyeccién no ha sido observada siempre claramente. Asi, en discusiones sobre fantasias orales especificas de devorar o incorporar de otro modo un objeto concreto, encontramos con frecuencia la expresién “el objeto introyectado”. O se habla a veces de “pecho introyectado”, mez- clando nuevamente la fantasia corporal concreta con el proceso mental general. Estas dificultades parecen haberse suscitado especialmente con respecto a los mecanismos de introyeccién y proyeccién, aunque el pro- blema de la relacién entre instintos, fantasias y mecanismos puede con- siderarse de manera més general, respecto a todo tipo de mecanismo mental. Si consideramos la “introyeccién” y la “proyeccién” en particular, éstos son términos abstractos, nombres de algunos mecanismos 0 métodos fundamentales de funcionamiento de la vida mental. Se refieren a que el yo se apropia frecuentemente de ideas, impresiones e influencias que le- gan a formar parte del yo, o al abandono de aspectos o elementos del yo, y su atribucién a alguna persona o grupo de personas o a cierta parte del mundo exterior. Estos procesos mentales comunes, claramente observados en nifios y adultos, en la vida social diaria y en el consultorio, son “meca- nismos”, es decir, formas patticulares de accién de la vida mental, como medio de manejar tensiones y conflictos internos. Ahora bien, estos mecanismos mentales se relacionan intimamente con ciertas fantasias muy extendidas. Las fantasias de incorporar (devorar, absorber, etc.) objetos amados y odiados, personas o partes de personas dentro de nosotros mismos, se encuentran entre las més tempranas y pro- fundas fantasias inconscientes, fundamentalmente de cardcter oral, ya que son los representantes psiquicos de impulsos orales. Algunas de estas fan- tasias orales fueron descritas mas arriba. Por ejemplo: “la quiero tomar y la estoy tomando (madre o pecho) dentro de mi”. Debe mantenerse clara la distincién entre una fantasia especifica de incorporar un objeto y el mecanismo menial general de la introyeccién. Este iltimo tiene un signi- ficado mucho mas amplio que el primero, aunque esta intimamente rela- cionado con él. Para comprender la relacién entre fantasias y mecanismos debemos investigar mas intimamente la relaci6n de ambos con los instintos. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA 95 En nuestra opinién la fantasia es el vinculo activo entre instinto y meca- nismo del yo. Se concibe al instinto como un proceso psicosomatico limitrofe. Tiene un fin corporal dirigido a objetos externos concretos. Tiene una repre- sentacién mental que llamamos “fantasia”. Las actividades humanas de: van de impulsos instintivos, sélo a través de la fantasia de lo que podria satisfacer nuestras necesidades instintivas podemos intentar realizarlas en Ja realidad externa. (Ver Nota N® 7, p. 114.) Aunque las fantasias ellas mismas son fenémenos psiquicos, se rela- cionan primariamente con fines corporales, dolores y placeres, dirigidos a objetos de algin tipo. Cuando se la compara con las realidades exteriores y corporales, la fantasia, como otras actividades mentales, es una ficcién, ya que no puede ser tocada, manipulada o vista, y sin embargo es real en la experiencia del sujeto. Es una verdadera funcién mental y tiene efectos reales no sélo en el mundo interno de la mente, sino también en el mundo externo del desarrollo corporal y conducta del sujeto y por lo tanto, de las mentes y cuerpos de otras personas. Ya nos referimos incidentalmente a numerosos ejemplos sobre el resul- tado de fantasfas particulares; por ejemplo, en nifios pequefios dificultades relativas a la alimentacién, excrecién, y las fobias. A éstas pueden agre- garse los denominados “malos habitos”, tics, rabietas, desaffo a la autori- dad, mentiras y robos, etc. Hablamos también de sintomas de conversion histéricos en personas de todas las edades, como expresién de la fantasia 2. Podemos citar como ejemplos trastornos digestivos, cefaleas, susceptibili- dad a los catarros, dismenorrea y muchos otros trastornos psicosomaticos. Pero. también las caracteristicas corporales ordinarias, y ya no enferme- dades, tales como la modalidad y tono de voz al hablar, postura corporal, modo de cambiar y dar la mano, expresién facial, escritura y maneris- mos en general, estén determinadas directa o indirectamente por fantasias especificas. Estas son habitualmente muy complejas, relacionadas a la vez con los mundos interno y externo, y ligadas a la historia psiquica del individuo. Es notable con cudnta frecuencia y en qué grado pueden cambiar es- tas expresiones corporales de fantasias individuales, temporaria o perma- nentemente, durante el tratamiento analitico. Por ejemplo, en los momen- tos de depresién, la manera de caminar y sostener el cuerpo, la expresién facial y la voz, la respuesta corporal total del paciente ante el mundo fisico y las personas, diferirén de las adoptadas en los momentos de elacién, de desafio, de rendicién, de determinado control de la ansiedad, ete. Estos cambios durante el anilisis son a veces muy dramiticos. En la vida exterior, las personas pueden tener fases de dejar caer o romper o perder objetos, de tropezar y caer, de tendencia a los accidentes 20 “Los sfntomas histéricos surgen de fantasias y no de situaciones reales”, Freud (1932). Nuevas aportaciones al Psicoandlisis. Obras Completas, tomo XVII, pa- gina 108. 96 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS fisicos 21, Basta con mirar alrededor nuestro a las personas en la vida diaria, en el subterraneo, el émnibus o el restaurante, o en su vida familiar, para ver las infinitas variaciones de las caracteristicas corporales, es decir, los manerismos, las peculiaridades e idiosincrasias en el vestir y el hablar, etcétera, mediante los cuales se expresan las fantasias dominantes y los estados emocionales ligados a ellas. La labor analitica proporciona la oportunidad de comprender el sig- nificado de estos variados detalles, qué conjunto particular de fantasias cambiantes esté actuando en la mente del paciente respecto a su propio cuerpo y sus contenidos y a las otras personas y su relacién corporal o social con ellas, actual o pasada. Muchos de estos caracteres corporales se modifican y a veces se alteran considerablemente después del anilisis de las fantasias subyacentes. En forma similar las expresiones sociales més amplias de cardcter y personalidad, muestran la potencia de las fantasias. Por ejemplo, las acti- tudes de las personas ante asuntos tales como el tiempo, el dinero y sus pertenencias, Ja puntualidad e impuntualidad, el dar o recibir, conducir 0 seguir, “estar en el candelero” o contentarse con trabajar entre los otros, etc., estén siempre relacionados con conjuntos especificos de vatiadas fan- tasfas, segin se ve en andlisis. Su desarrollo puede seguirse a través de sus distintas funciones de defensa o en relacién con situaciones especificas, has- ta sus origenes en fuentes instintivas primarias. En su estudio “Los seres excepcionales”*? Freud Iamé la atencién sobre un ejemplo notable, considerando el interesante caracter presentado por numerosos sujetos que se proclaman excepciones y se comportan como tales, frente a cualquier exigencia hecha por personas determinadas, tales como miembros de la familia, el médico o por el mundo exterior en general. Freud se refiere a Ricardo III, de Shakespeare, como un excelente ejemplo de este tipo, y en su estudio penetré en algunas de las fantasias subyacentes tras el desaffo aparentemente simple de Ricardo a causa de su deformidad. Freud sugiere que el soliloquio de Ricardo ®® no es un mero desafio sino 21 “La propensién a los accidentes” es reconocida desde hace mucho por los psicélogos industriales. La supersticién bien conocida de que “si se rompe una cosa es seguro que se romperén tres antes de terminar”, es una confirmacién de que estas tendencias se originan en las fantasfas, 22 Algunos tipos caracterolégicos revelados por el psicoandlisis (1915). 28 But I, that am not shaped jor sportive tricks, Nor made to court an amorous looking-glass; I, that am rudely stamp'd, and want love’s majesty To strut before a wanton ambling nymph; 1 that am curtail’d of this fair proportion, Cheated of feature by dissembling Nature, Deform’d, unfinish'd, sent before my time Into this breathing world, scarce half made up, And that so lamely and unfashionable, That dogs bark at me as I halt by them; NATURALEZA ¥ FUNCION DE LA FANTAS{A que significa el siguiente argumento inconsciente (que debemos lamar una fantasia): “La naturaleza me ha hecho una dolorosa ofensa al negarme esa belleza de la forma que conquista el amor humano. La vida me debe un reparacién por esto y yo me encargaré de obtenerla. Tengo derecho a ser una excepeién, a saltar por sobre los limites por los que los otros se dejan circunscribir. Yo puedo hacer dafio puesto que he sido daiiado”. Puede citarse el ejemplo, extraido de la experiencia analitica de la autora, de un adolescente que Ilegé al tratamiento a causa de serias difi- cultades en su hogar y en la escuela, originadas por mentiras tan obvias que seguro serian descubiertas, por su comportamiento agresivo y un ex- tremo desalifio en el vestir. En general la conducta y la actitud de este muchacho de 16 afios, no correspondian en absoluto con sus tradiciones familiares, siendo mas bien las de un proscripto social. Aun cuando el andlisis lo mejoré lo bastante como para que pudiera ingresar en las Fuerzas Aéreas, poco después de la declaracién de la guerra, no pudo seguir el curso normal de los acontecimientos de los que se encontraban en sus circunstancias sociales. Realizé una brillante labor en las Fuerzas Aéreas y se labré una excelente reputacién, pero rechaz6 siempre los ascen- sos. Al comenzar el andlisis se encontraba solo y triste y sin ningiin amigo. Més tarde fue capaz de mantener amistades permanentes y se hallaba muy complacido en el rancho de los sargentos, pero no podia comportarse segiin las tradiciones sociales de su familia, en la que habia distinguidos oficiales. Como siempre, la enfermedad de este muchacho estaba determinada por numerosas y complejas causas de circunstancias externas y reacciones internas. Poseia una rica vida de fantasia pero entre todas sus fantasias dominaba la de que el anico camino para superar su agresividad hacia su hermano menor (y en iiltima instancia hacia su padre) era renunciar a toda ambicién en favor de ellos. Le parecia imposible que él y su hermano menor (un muchacho normal, bien dotado y feliz), fueran amados y admi- rados simulténeamente por sus padres. En términos corporales era impo- sible que ambos, él y su hermano menor (en altima instancia él y su padre) fueran potentes. Esta nocién se originé en las profundidades de su mente, en las primeras fantasias de incorporar el genital paterno; le parecia que And therefore, since I cannot prove a lover, To entertain these fair well-spoken days, Lam determined to prove a villain, And hate the idle pleasure of these days. Que segiin a traduccién de Luis Astrana Marin corresponde a: —Pero yo, que no he sido formado para estos traviesos deportes ni para cortejar un amoroso espejo...; yo, groseramente construido y sin la majestuosa gentileza para pavonearme ante una ninfa de libertina desenvoltura; yo, privado de esta bella proporcién, desprovisto de todo encanto por la pérfida Naturaleza; deforme, sin aca bar, enviado antes de tiempo a este latente mundo; terminado a medias, y eso tan imperfectamente y fuera de la moda que los perros ‘me ladran cuando ante ellos me aro Y asi, ya que no puedo mostrarme como un amante, para entretener estos bellos dias de galanteria, he detcrminado portarme como un villano y odiar los frivolos placeres de estos tiempos. (Shakespeare: Obras Completas, Ed, Aguilar, Madrid.) 98 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS si él le quitara a la madre, succionéndolo, el genital paterno, tragéndolo y poseyéndolo, habria destruido el genital bueno, su hermano no hubiera podido tenerlo, nunca hubiese crecido ni hubiese sido potente, carifioso ni juicioso; jen verdad no hubiese existido! Al elegir renunciar a todo en favor de su hermano menor (en altima instancia de su padre) el mucha- cho atemperaba y controlaba tanto sus impulsos agresivos hacia sus padres como sus temores a ellos. En este caso, numerosos procesos internos y circunstancias externas subsidiarias determinaron el dominio de este tipo particular de fantasia en su vida —la nocién de que hay solamente una sola cosa buena de cada clase— el pecho bueno, la madre buena, el buen pene del padre y, que si una persona posee este objeto ideal, otra tiene que sufrir su pérdida, convirtiéndose asi en peligrosa para el poseedor. Esta fantasia esté muy difundida, aunque en la mayoria de las personas se modifica y equilibra durante el desarrollo, de modo que desempefia un papel mucho menos importante en la vida. ‘Andlogamente Freud sostiene que todos tenemos la pretensién de Ri- cardo de ser una excepcién, aunque en la mayoria de las personas se corri- ge y modifica o se disimula. Freud observa: “Ricardo es una gigantesca magnificacién de esta faz que también hallamos en nosotros. (Ver Nota N° 8, p. 114.) Nuestra opinién de que la fantasia desempefia un papel fundamental y continuo, no sélo en los sintomas neuréticos sino también en el caracter y la personalidad normales, esta por lo tanto de acuerdo con los comentarios de Freud. Volviendo al problema particular de la fantasfa de incorporacién, el proceso mental o fantasia inconsciente de incorporacién, en términos abs- iractos se describe como proceso de introyeccién. Como hemos visto, cual- quiera que sea la denominacién empleada, le siguen efectos fisicos reales. Aunque no se trata de un verdadero comer y tragar corporalmente, conduce no obstante a verdaderas alteraciones del yo. Estas “meras” creencias en objetos internos, tales como: “Tengo dentro de mi un pecho bueno” o tal vez: “Tengo dentro de mi un pecho malo mordido, torturante —tengo que matarlo y librarme de él” y otras andlogas, conducen a efectos reales: emociones profundas, conducta real hacia los demés, profundos cambios en el yo, cardcter y personalidad, sintomas, inhibiciones y capacidades. Freud consideré la relacién entre tales fantasias orales de incorpora- cién y los primeros procesos de introyeccién en su ensayo sobre La nega- cién. En él no sélo establece que aun las funciones intelectuales de juicio y prueba de realidad, “derivan del interjuego de los impulsos instintivos primarios” (la bastardilla es mia) y descansan sobre el mecanismo de in- troyeccién (punto al cual volveremos en breve) sino también nos revela el papel desempefiado en esta derivacién por la fantasia. Refiriéndose a ese aspecto del juicio que afirma o niega que una cosa tenga una pro- piedad particular, Freud dice: Expresado en el lenguaje de los impulsos instintivos orales arcaicos, la alternativa significa: “Quisiera tomar esto dentro de mi y mantener fuera esto otro”. Es decir, tiene que estar NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 99 dentro de mi o fuera de mi*, El deseo asi formulado es lo mismo que una fantasia, Freud Hama aqui pintorescamente “el lenguaje del impulso oral” a lo que en otra parte denomina la “expresién mental” de un instinto, es decir, las fantasias que son los representantes psiquicos de un fin corporal. En este ejemplo Freud nos esté mostrando que la fantasia es el equivalente mental de un instinto, Pero esta formulando al mismo tiempo el aspecto subjetivo del mecanismo de introyeccién (0 proyeccién). Por lo tanto la fantasia es el vinculo entre el impulso del ello y el mecanismo del yo, el medio por el cual uno se transmuta en el otro. “Quiero comerme esto y por lo tanto lo he comido” es una fantasia que representa al impulso del ello en la vida psiquica y es al mismo tiempo la experiencia subjetiva del me- canismo o funcién de introyeccién, EI problema de la mejor manera de describir el proceso de introyec- cién referido con la fantasia de incorporacién, se resuelve con frecuencia diciendo que lo que se introyecta es una imagen o “imago”. Sin duda, esto es bastante correcto, pero es una formulacién demasiado formal y mezquina de un fenémeno complejo, que no hace justicia a los hechos. En primer lugar describe solamente los procesos preconscientes, no los inconscientes, gCémo puede llegar cualquier persona —el psicdlogo u otro— a reconocer esta distincién, a comprender que lo que ha “tomado dentro” realmente, su. objeto interno, es una imagen y no un objeto corporal con- creto? Por un largo y complejo proceso evolutivo que en lineas generales debe incluir entre otras, las siguientes etapas: a) Las primeras fantasias se construyen principalmente sobre impul- sos orales, ligados al gusto, olfato, tacto (de los labios y la boca), sensa- ciones cenestésicas, viscerales y otras sensaciones somilicas; al principio éstas se vinculan mds intimamente con la experiencia de “tomar cosas dentro” (chupar y tragar), que con cualquier otra, Los elementos visua- les son relativamente escasos. 6) Estas sensaciones (e imagenes) constituyen una experiencia corpo- ral, al principio escasamente susceptible de relacionarse con un objeto externo, espacial. (Habitualmente los elementos cenestésicos, genitales y viscerales no se consideran asi.) Dan a la fantasia una cualidad corporal concreta, una “yo-idad”, experimentada en el cuerpo. En este nivel las imagenes se distinguen nula o escasamente de las sensaciones reales y las percepciones externas. Todavia no se percibe a la piel como limite entre las realidades interna y externa. ¢) El elemento visual de la percepoién aumenta lentamente legando a fundirse con la experiencia téctil y diferenciéndose espacialmente. Las primeras imagenes visuales siguen siendo en gran parte de cualidad “eidé- tica”, probablemente hasta los tres o cuatro afios de edad, Son intensa- mente vividas, concretas y con frecuencia se confunden con percepciones, 24 La Negacién (1925). Obras Completas, tomo XXI. 100 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS Adem&s permanecen asociadas estrechamente durante mucho tiempo a las respuestas somalicas: estén vinculadas muy intimamente con las emociones y tienden a la accién inmediata. (Muchos de los detalles referidos tan su- mariamente hasta aqui, fueron bien elaborados por los psicélogos.) d) En el periodo evolutivo en que los elementos visuales de la per- cepcién (y de las imagenes correspondientes) comienzan a predominar sobre los somaticos, a diferenciarse e integrarse espacialmente, aclarando asi la distincién entre los mundos interno y externo, los elementos corpo- ralmente concretos de la experiencia total de percibir (y fantasear) sufren en gran parte una represién. Los elementos visuales, referidos al exterior en la fantasia son parcialmente privados de emocién, desexualizados, inde- pendizados en la conciencia de las ataduras corporales. Se transforman en “imagenes” en el sentido restringido, representaciones “en la mente” (pero no conscientemente, incorporaciones en el cuerpo) de objetos externos reconocidos como tales. Se “nota” que los objetos estén fuera de la mente, pero sus imagenes “estén en la mente”. e) Sin embargo, estas imAgenes afectan a la mente por estar “en ella”, es decir, que su influencia sobre los sentimientos, la conducta, el cardcter y la personalidad, sobre la mente en su totalidad, esta fundada sobre sus elementos somdticos asociados inconscientes y reprimidos en el mundo inconsciente de deseo y fantasia, que forma el vinculo con el ello; y que signifiean para la fantasia inconsciente que los objetos a los cuales se refieren se creen dentro del cuerpo, incorporados. En el pensamiento psicoanalitico es més comin oir hablar de “imago” que de imagen. Las distinciones entre ambos términos podrian resumirse de la siguiente manera: a) “imago” se refiere habitualmente a una per- sona o parte de una persona, a los primeros objetos, mientras que “ima- gen” puede referirse a cualquier objeto o situacién, humanos o no; y ¢) “imago” incluye todos los elementos sométicos y emocionales de la rela- cién del sujeto con la persona imaginada, los vinculos corporales en la fantasia inconsciente, con el ello, la fantasia de incorporacién que subyace al proceso de introyeccién, mientras que en la “imagen” lo somatico y muchos de los elementos emocionales estén en gran parte reprimidos. Si concedemos bastante atencién a los detalles de la forma como otros mecanismos mentales actiian en la mente de los pacientes, se verd que los distintos mecanismos se relacionan con fantasias especificas o clases de fantasia. Son siempre experienciados como fantasias. Por ejem- plo, el mecanismo de la negacién, se expresa en la mente del sujeto apro- ximadamente como: “Si no lo admito (por ejemplo un hecho doloroso), no es verdad”. O: “Si no lo admito, nadie sabra que es verdad”. Y en ultima instancia este ultimo argumento puede rastrearse hasta impulsos corporales y fantasias tales como: “Si esto no sale de mi boca, queda demostrado que no esté dentro de mi”; 0 “puedo evitar que alguien sepa que est dentro de mi”. “Esta bien si sale por mi ano como flato o heces, pero no debe salir por mi boca como palabras.” El mecanismo de escoto- mizacién de experiencia en términos tales como: “No tengo necesidad de NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 101 creer lo que no veo”; o “los demas no ven lo que yo no veo y en realidad eso no existe”. Igualmente el mecanismo de la confesién compulsiva (que muchos pacientes practican) implica también argumentos inconscientes tales como el siguiente: “Si yo lo digo, nadie lo diré”, o “puedo triunfar sobre ellos diciéndolo primero, o al menos conquistar su amor, apareciendo como un buen muchacho” °, En general puede decirse que todos Ios mecanismos del yo derivan en ultima instancia de los instintos y de las reacciones corporales innatas. “El yo es una parte diferenciada del ello.” (Ver Nota N° 9, p. 115.) Fantasia, imégenes mnémicas y realidad Al citar el ensayo de Freud sobre “La Negacién”, hemos considerado su punto de vista de que las funciones intelectuales de juicio y prueba de realidad “derivan del interjuego de los impulsos instintivos primarios”. Si, entonces, la fantasia es el “lenguaje” de estos impulsos instintivos pri marios, puede suponerse que la fantasia interviene en el més temprano desarrollo del yo en su relacién con la realidad y sustenta la prueba de realidad y el desarrollo del conocimiento del mundo externo. Hemos visto que las primeras fantasias estén ligadas a sensaciones y afectos. Estas sensaciones, por més selectivamente acentuadas que estén bajo la presién del afecto, ponen en contacto a la mente experienciadora con la realidad externa, y con impulsos y deseos expresados 7°, El mundo exterior fuerza al nifio, en una u otra forma desde tem- prano, y en forma continua, a prestarle atencién. Las primeras experien- cias psiquicas son el resultado de los variados y masivos estimulos del na- cimiento y de la primera entrada y salida del aire durante la respiracién —seguido oportunamente de la primera mamada—, Estas considerables experiencias de las primeras 24 horas deben ya evocar la primera actividad mental y suministrar el material tanto para la fantasia como para la me- moria. En realidad, tanto la fantasia como la prueba de realidad se encuentran presentes desde los primeros dias 7”. 25 En el andlisis puede descubrirse con frecuencia una buena proporcién de burla y triunfo e intencidn de vencer al analista detrés de la “bondad” de confesio- nes compulsivas tales como ésta: He put in his thumb ‘And pullet out a plum And said, “what a good boy am I”. EL metié el pulgar ¥ sacd una ciruela, ¥ dijo: “jQué buen muchacho soy!” 26 Ver capitulo I. 27 Una apreciacién del significado que tienen para la vida de fantasfa del nifio Jos hechos externos, v.g. la forma en que se le proporcionan el alimento y los cuidados, muy al principio, y més tarde las actitudes emocionales y la conducta de 102 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS Las percepciones externas comienzan a influir en los procesos men- tales en un cierto punto (en realidad desde el nacimiento en adelante, aun- que al principio no son consideradas como externas). Al principio la psique trata a la mayorfa de los estimulos externos en la misma forma en que lo hace con los instintivos, es decir, por medio de los mecanismos primitivos de introyeccién y proyeccién. La observacién de nifios durante las primeras semanas, demuestra que en la medida en que el mundo ex- terno no satisface nuestros deseos, o interfiere o nos frustra, es de inme- diato odiado y rechazado. Entonces podemos temerlo, observarlo y escu- charlo a fin de defendernos de él; pero solamente podemos jugar con él, aprender de él, y comprenderlo cuando, ha sido libidinizado en cierto grado a través de sus conexiones con la satisfaccién oral recibiendo asi, cierta cantidad de amor. Estamos de acuerdo con Freud, en que la desilusién que trae Ia satis: faccién alucinatoria, es el primer impulso para cierto grado de adapta- cién a la realidad. El hambre no se satisface al alucinar el pecho, sea como objeto externo o interno; la fantasia puede hacer mas tolerable la espera de ser satisfecho. Tarde 0 temprano la alucinacién desaparece y uno se vuelve hacia cierto grado de adaptacién a las condiciones externas reales (por ej.: expresando las exigencias al mundo externo por medio del Ianto, de movimientos de busqueda, de intranquilidad, etc., y adoptando la posicién y movimientos apropiados cuando Iega el pezén). Aqui yace el comienzo de la adaptacién a la realidad, del desarrollo de habilidades adecuadas y de la percepcién del mundo externo. La decepcién puede ser el primer estimulo para una aceptacién adaptativa de la realidad, pero el retraso de la salisfaccién y el suspenso, involucrado en el complicado aprender y pensar sobre la realidad externa, que el nifio logra eventual- mente —y para fines cada vez ms remotos— sélo puede soportarse y man- tenerse cuando satisface también impulsos instintivos, representados en fantasias. El aprendizaje depende del interés, y el interés deriva del deseo. la curiosidad y el temor —especialmente deseo y curiosidad. En sus formas evolucionadas, el pensar con fantasias y cl pensar realis- ta son procesos mentales distintos, diferentes modos de obtener satisfac- cién. El hecho de que tengan un cardcter distinto cuando estén comple- tamente desarrolladas, no implica necesariamente que el pensar realista actie independientemente de la fantasia inconsciente. No es sélo que estas formas simplemente “se mezclen y entrelacen”?5; su relacién es alzo menos accidental que esto, Segtin nuestro punto de vista, el pensar realisia sus padres, 0 su experiencia real de pérdida o cambio, da a las experiencias reales un peso mayor que el que habitualmente conceden a las mismas aquellos que no tienen ninguna comprensién de su propio valor fantéstico para el nifio. En la vida temprana, estas experiencias reales tienen un profundo efecto sobre el earécter de Jas fantasias a medida que se desarrollan y, por consiguiente, sobre su resultado final en la personalidad, las relaciones sociales, los dones intelectuales o las inhib ciones, los sintomas neuréticos, eteétera, 8 Como el doctor Brierley expresé una vez: “el pensar con fantasias... y el NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA 108 no puede operar sin el apoyo y presencia de fantasias inconscientes ®, Asi por ejemplo, continuamos, durante toda nuestra vida, “tomando cosas dentro” con nuestros ofdos, “devorando” con nuestros ojos, “leyendo, ad- virtiendo, aprendiendo y dirigiendo internamente”, Estas metéforas conscientes representan la realidad psiquica incons- ciente. Es un hecho conocido que todo aprendizaje temprano esta basado en impulsos orales. La primera busqueda del pecho, asi como los movimien- tos de la boca y de las manos para tomarlo, se desvian gradualmente hacia otros objetos, la mano y el ojo logrando lentamente independencia de la boca como instrumentos de exploracién y conocimiento del mundo externo. Durante la mitad del primer afio de vida, la mano del nifio trata de aleanzar todo lo que él ve para Ilevarlo a la boca, primero para probarlo y comerlo, Iuego por lo menos para chuparlo y masticarlo, y por ultimo para sentirlo y explorarlo. (Sélo més tarde su mano y su ojo se indepen- dizan de la boca.) Esto significa que los objetos que el nifio toca y manipula y mira y explora, estan investidos de libido oral. El no se intere- saria en ellos si no fuera asi. Si en algin estadio el nifio fuera comple- tamente autoerético, nunca podria aprender. El impulso instintivo de in- troducir las cosas en su mente por medio de los ojos y dedos (y oidos, también), de mirar, tocar y explorar, satisface algunos de los deseos orales frustrados por su objeto original. La percepcién y la inteligencia extraen de esta fuente de libido su existencia y desarrollo. La mano y el ojo con- servan un significado oral durante toda la vida, en la fantasia incons- ciente y, a menudo, como hemos visto, en la metafora consciente. En sus trabajos El andlisis infantil y La importancia de la formacién de simbolos para el desarrollo del yo, Contribuciones al psicoandlisis, Ed. Hormé, 1964, Melanie Klein adopté el punto de vista de Ferenczi de que la identificacién (primaria), que es la precursora de la simbolizacién, “surge del esfuerzo del nifio por volver a descubrir en cada objeto sus propios érganos y el funcionamiento de éstos”, también el punto de vista de Ernest Jones®° de que el principio de placer hace posible que dos objetos distintos sean equiparados debido a un vinculo afectivo de inte- rés, Melanie Klein demostré por medio de un claro material clinico, cémo la funcién simbélica primaria de los objetos externos permite la elabora- cién de la fantasia por el yo, y permite que las sublimaciones se desarro- Hen en juego y manipulacién, y construye un puente desde el mundo interno hacia el interés por el mundo exterior y el conocimiento de objetos fisicos y acontecimientos. Su interés placentero por su cuerpo, sus descu- pensar realista se mezclan y entretejen constantemente en los patrones de la actividad mental comin” —tanto en los nifios como en los adultos. También W. Stern ha escrito extensamente (aunque refiriéndose a las fantasias conscientes del nifio) acerca de esta “fntima mezcla entre la realidad y la imaginacién”, que considera “un hecho fundamental”, Psychology of Early Childhood, pag. 277. (Londres, 1930, George Allen y Unwin.) 29 Capitulo IV. 80 The Theory of Symbolism (1916) . 104 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS brimientos y experimentos en esta direccién, se ven claramente en el juego de un nifio de 3 6 4 meses. En este juego manifiesta (entre otros meca- nismos) este proceso de formacién de simbolos, ligado a aquellas fantasias que, segiin descubrimos en el anélisis, operan en esa época. El mundo fisico externo esté, en realidad, libidinizado en gran parle por el proceso de formacién de simbolos. Casi toda la sesién de asociacién libre en el trabajo analitico, nos revela algo de las fantasias que han promovido (principalmente a través de la formacién de simbolos) y mantenido el desarrollo del interés por el mundo externo y el proceso de aprendizaje del mismo y de la que se extrae la fuerza para buscar y organizar el conocimiento de él. Es un hecho conocido que, desde cierto punto de vista, cada ejemplo de interés por la realidad, ya sea practica o teérica, es también una sublimacién #1, Esto, a su vez, significa que pari passu, desde el principio se ejerce cierto grado de “funcién sintética” sobre los impulsos instintivos. El nifio no podria aprender, no podria adaptarse al mundo externo (fisico 0 hu- mano) sin cierto grado y tipo de control ¢ inhibicién, tanto como de satisfaccién, de los impulsos instintivos, desarrollados progresivamente desde el nacimiento en adelante. Entonces, si las funciones intelectuales derivan del interjuego de los impulsos instintivos primarios, necesitamos, a fin de comprender tanto Ja fantasia como la prueba de realidad y la “inteligencia”, considerar la vida mental como un todo y ver la relacién entre estas diversas funciones durante todo el proceso del desarrollo. Colocarlas aparte y decir “Esto es percepcién y conocimiento, pero aquello es algo completamente diferente y no relacionado, aquello es simple fantasia, seria no ver el significado evolutivo de ambas funciones. (Ver Nota N® 10, p. 115.) En Intellectual Growth in Young Children*® expuse ciertos aspectos del nexo entre pensamiento y fantasia. De registros directos de juegos es- pontdneos de representacién en un grupo de nifios entre 2 y 7 afios, fue posible demostrar las diversas formas en que dicho juego imaginativo —que en iiltima instancia surge de fantasias inconscientes, deseos y ansie- dades— crea situaciones practicas que exigen conocimiento del mundo externo. Estas situaciones pueden, a menudo, ser perseguidas o buscadas por si mismas, como problemas de aprendizaje y de comprensién, y con- ducir asi a verdaderos descubrimientos de hechos externos o a juicios y razonamientos verbales. Esto no siempre sucede —el juego puede ser puramente repetitivo durante largos perfodos; pero en cualquier momento puede irrumpir un nuevo campo de investigacién o discusién, y cualquiera » todos los nifios que toman parte en el juego pueden lograr asi dar un paso mas hacia el conocimiento. En particular, la observacién ha puesto en claro que el juego espon- 81 Véase, por ejemplo, el trabajo de E. F. Sharpe: “Similar and divergent un; conscious determinants underlying the sublimations of pure art and pure science’ (Int. J. Psycho-Anal. [1935], 16, Parte 2). 82 Pigs, 99-106. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 105 téneo de representacién crea y fomenta las primeras formas del pensa- miento “como si...”. En este juego el nifio vuelve a crear, en forma selec- cionada, los elementos de situaciones pasadas que pueden involucrar su necesidad emocional 0 intelectual del presente, y adapta paso a paso los detalles a la situacién presente del juego. Esta capacidad de evocar el pasado en el juego imaginativo, parece estar estrechamente relacionada con el desarrollo del poder de evocar el futuro en hipdtesis constructivas, y desarrollar las consecuencias de los “si...”. Asf, el juego imaginative del nifio es significative, no sélo por las intenciones de adaptacién y creacién, que cuando estan bien desarrolladas sitéan al artista, al novelista © al poeta, sino también por el sentido de realidad, la actitud cientifica, y el desarrollo del razonamiento hipotético. Resumen El tema de este articulo puede resumirse del siguiente modo: 1) El concepto de fantasia se ha ampliado gradualmente en el pensa- miento psicoanalitico. Necesita ser aclarado y desarrollado de manera explicita a fin de integrar todos los hechos pertinentes. 2) Segin las concepciones aqui desarrolladas: a) Las fantasias son el contenido primario de los procesos mentales inconscientes. 5) Las fantasias inconscientes se refieren primeramente a cuerpos y representan fines instintivos hacia los objetos. ¢) Estas fantasias son, en primer lugar, los representantes psiquicos de instintos libidinales y destructivos; desde el comienzo de su desarrollo se elaboran también como defensas y como realizaciones-de-deseos y con- tenidos de ansiedad. d) Los postulados de Freud de “la realizacién alucinatoria-de-deseos” y su “identificacién primaria”, “introyeccién” y “proyeccién” son la base de la vida de fantasia, e) A través de la experiencia externa, las fantasias se elaboran y pueden expresarse, pero no dependen de la experiencia externa para su existencia, f) Las fantasias no dependen de las palabras, aunque pueden, bajo ciertas condiciones, ser capaces de expresarse en palabras. 8) Las primeras fantasfas se experiencian como sensaciones; mas tarde toman la forma de imagenes plésticas y representaciones dramiticas. h) Las fantasfas tienen tantos efectos psiquicos como corporales, por : sintomas de conversién, cualidades corporales, carécter y personali- dad, sintomas neuréticos, inhibiciones y sublimacién. i) Las fantasias inconscientes forman el vinculo activo entre instin- tos y mecanismos. Cuando se estudia en detalle, se puede ver que toda va- 106 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS riedad de mecanismo del yo surge de tipos especificos de fantasias, que en Ultima instancia tienen su origen en impulsos instintivos. “El yo es una parte diferenciada del ello.” Un mecanismo es un término abstracto gene- ral que describe ciertos procesos mentales que son experienciados por el sujeto como fantasias inconscientes. j) La adaptacién a la realidad y el pensamiento realista requieren el apoyo de fantasias inconscientes concurrentes. La observacién de las for- mas en que se desarrolla el conocimiento del mundo externo demuestra cémo la fantasia del nifio contribuye al aprendizaje. &) Las fantasias inconscientes ejercen una influencia continua durante toda la vida, tanto en las personas normales como en las neuréticas, estan- do la diferencia en el caracter especifico de las fantasias dominantes, en el deseo o ansiedad asociados a elias y a su interrelaci6n mutua y con la realidad externa. NOTAS DEL CAPITULO III Nora N° 1 Como se ha sefialado en muchas oportunidades, las definiciones exactas, aunque sean urgentes, s6lo son posibles en fases posteriores de la ciencia, No es posible en los estadios iniciales. Hay quienes defienden que las ciencias deben desarrollarse a partir de concep- tos basicos claros y bien definidos. En realidad, ni ain las ciencias més exactas comienzan con dichas definiciones. El verdadero comienzo de la actividad cientifica consiste mas bien en la descripeién del fenémeno y luego en Ia agrupacién, la cla- sificacién y la correlacién. Aun cuando se describe no es posible evitar el aplicar ciertas ideas abstractas al material del cual se dispone, ideas que derivan de varias fuentes y que por cierto no son sélo el fruto de la nueva experiencia, A medida que el material es elaborado, dichas ideas —que mds tarde serén los conceptos bisi- cos de la ciencia— son atin mis indispensables. Al principio necesariamente son inciertas, no es posible de delimitar claramente su contenido. Mientras permanecen asi, comprendemos su significado mediante repetidas referencias al material de ob- servacién del cual parece hemos deducido nuestras ideas abstractas, pero que en realidad esté sujeto a ellas, Es decir que, estrictamente hablando, se trata de una convencién; aunque todo depende que su eleccidn no sea arhitraria, sino determinada por las importantes relaciones que tienen con el material empfrico, relaciones que parecemos adivinar antes de poder reconocerlas y demostrarlas. Sélo después de profundas investigaciones podemos formular con mayor claridad los conceptos cien- tificos subyacentes... El progreso de la ciencia exige una cierta elasticidad aun en estas mismas definiciones, La Fisiea nos brinda un excelente ejemplo dado la manera en que constantemente se modifica y se altera el contenido de esos “concep- tos hasicos” firmemente establecidos en forma de definiciones. (Freud, Los instintos y sus destinos.) Nora N° 2 En esta nota incluyo todas las referencias a 1a literatura del desarrollo mental temprano y a los estudios de observacién de la conducta infantil, junto con comen- tarios sobre algunos de éstos y de ciertos casos de conducta infantil que me han comunicado 0 conozco. A. Grset, 1) Infancy and human growth, Mac Millan, 1928; 2) Biographies of Ghia deralommend, Merah Wess mgeiay, Leaman’ waccniast! <° "de -aidés) « NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA 107 M. Sumey, “The first two years”. Vols. I, If y III, University of Minnesota Press, 1953. (Un estudio de veinticinco nifios normales.) N. Bavtey, The California infant scales of motor development, University of California Press. D. W. Winnicorr, “The observation of infants in a set situation”. Int. Jour. of » XXII, 1941. Mereut P. Mwpzemone, The nursing couple, Hamish Hamilton, 1941. Fuorence Goovexoucn, Anger in young children, University of Minnesota Press, 1931, Goodenough entrenaba a sus colaboradores a registrar no s6lo la fre- cuencia y distribucién en el tiempo de las rabietas sino también el contexto de las situaciones sociales y emocionales y las condiciones fisiolégicas en que acurrfen. De esta manera dilucidé, en grado no alcanzado anteriormente, la naturaleza de las situaciones que originan rabietas en nifios pequefios. G. W. Varentine, “The innate bases of fear”, Journal of Genetic Psychology. vol. XXXVI. Repitiendo el trabajo de Watson sobre los temores innatos, Valentine concedié tanta atencién a la situacién total en que se hallaba colocado el nifio, como a la naturaleza precisa del estimulo aplicado. Concluyé que el medio es siempre un factor importantisimo en la determinacién de la respuesta particular del nifio a un estimulo determinado, Lo que afecta al nifio, es una situacién otal, no un esti- mulo aislado. Por ejemplo, la presencia o ausencia de la madre puede hacer variar totalmente la respuesta del’ nifio, M. M. Lewis, Infant speech, Kegan Paul, 1936. Lewis no solo hizo un registro fonético completo del desarrollo del lenguaje ‘en un nifio desde el nacimiento, sino que también obseryé las situaciones sociales y emocionales en las que se presentaban formas particulares de sonidos articulados y de lenguaje, permitiéndonos deducit algunas de las fuentes emocionales del impulso de desarrollo del lenguaje. Lois Barciay Muneny, ha contribuido considerablemente a los problemas del desarrollo social con una serie de cuidadosos estudios de la personalidad de nifios pequefios y sus relaciones sociales. Social behavior and child personality, Columbia University Press, 1937, pag. 191. Demostré que es imitil intentar la clasificacién del conjunto de la personalidad o de rasgos particulares como la simpatia, sin tener en cuenta permanentemente el contexto del comportamiento estudiado. La conducta social y las caracteristicas personales de los nifios pequefios varfan de acuerdo con el contexto social especifico. Por ejemplo, un nifio esti excitado y agresivo cuando se halla presente otro nifio determinado pero no cuando éste esté ausente. El tra- bajo de Murphy nos da numerosos atisbos de los sentimientos y motivaciones que participan en el desarrollo de los rasgos de la personalidad del nifio. Esta autora resume su estudio de la “conducta simpitiea” de los nifios pequefios que juegan en grupo, de esta manera: “La conducta que constituye este rasgo depende de la relacién funcional del nifio con cada situacién y cuando variaciones en el status suministran una base para una interpretacién diferente de la situacién en la cual el nifio se encuentra, la conducta se altera. Una gran proporcién de las variaciones de la conducta infantil discutidas, se relacionan con la seguridad del nifio, en cuanto es afectada por las relaciones de competencia con otros nifios, desaprobacién de los adultos 0 culpa y autoacusacién en relacién con dafios a otros nifios, sefialando asi que la conducta simpética (como un aspecto de la personalidad) no puede ser comprendida fuera de las variaciones del contexto en el cual se da”. La Superintendente de una Nursery School (Miss D. E. May) me comunicé un ejemplo del valor que tiene Ja observacién del contexto de la conducta. Observé en muchos casos que cuando un nifio de dos afios se quedaba por vez primera en la escuela y se sentfa solo y angustiado por la separacién de la madre y por estar en un mundo extrafio, el juego que ms lo aliviaba era el “buzén”, una caja en la cual a través de agujeros apropiados podia dejar caer unos pequeiios cubos, luego sacar la tapa y recobrar los objetos perdidos. De este modo el nifio podia sobrepo- nerse a sus temores de perder a la madre, un juego en linea similar al que describié Freud. Payal 108 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS Otro ejemplo de la misma escuela es el de un nifio de dos afios y cuatro meses que en su segundo dia en la escuela estaba aterrorizado y triste, Estaba al lado de la observadora sosteniendo su mano y Ilorando y preguntaba de vez en cuando: “;Mamita viene? zMamita viene?” Se colocé cerca suyo una torre de cubos en una silla, Al principio ignord los cubos, Inego cuando un nifio que estaba cerca obtuvo una caja con cubos, répidamente Ievd a esa caja toda la torre de cubos menos dos que dejé en la silla, Estos dos, uno pequefio y otro mis grande de forma triangular, los puso juntos en la silla tocéndose, en la misma posicién en que estaban @ y la observadora, sentada al lado de él, Luego volvié y tomé la mano de la observadora. Pudo dejar de Iorar y se calmé. Cuando otro nifio vino y sacé los cubos, volvié a colocarlos en la misma posicién, acariciando al pequefio cubo suave y alegremente, luego volvié a tomar la mano de la observadora y se qued6 mirando fa los otros nifios jugar. Nuevamente vemos aqui un nifio que se calma a si mismo y se sobrepone a sentimientos de terror y pérdida mediante un acto simbélico con dos objetos mate- riales. Mostré que si se le permitian colocar dos objetos (dos cubos) juntos, como € deseaba estar con la madre, podia controlar su ansiedad y confiar en otro adulto, en Ia creencia que lo ayudaria a hallar a su madre. Estos ejemplos ilustran el hecho que se puede obtener cierto grado de insight en Jos sentimientos y fantasias del nifio mediante la observacién de Ja vida cotidiana, siempre que prestemos atencién a los detalles y al contexto social y emocional de los datos. Hazurrz, en su capitulo sobre “Retention, continuity, recognition and memory”, en The psychology of infancy (pag. 78), dice: “El juego favorito del escondite del cual el nifio puede gozar en forma adecuada desde alzededor del tercer mes, prueba Ja continuidad y retentiva de la mente de los nifios muy pequefios. Si las impre- siones se desvanecieran inmediatamente y la vida consciente del nifio estuviera cons- tituida por momentos totalmente desconectados entre sf, ese juego no tendria encanto para él. Pero tenemos amplias pruebas de que en un momento est consciente del cambio producido en la experiencia y podemos verlo buscando lo que estaba presente y acaba de irse”, Todo el enfoque de Hazlitt de estos problemas est hasado en que la memoria ex- plicita se forma a partir del reconocimiento temprano, es decir, “en todo proceso de percepcién que da origen a un sentimiento de familiaridad”. La autora dice que: “AL hablar de la reaccidn de chupeteo de un nifio de un mes ante el sonido de la voz humana no se ha supuesto que el nifio reconoce las voces, es decir, que existe una experiencia consciente correspondiente a la idea

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