Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Metabolismo y Su Regulacion. 2
Metabolismo y Su Regulacion. 2
En el plasma se transportan, además de los ácidos grasos unidos a la albúmina, cantidades apreciables de otros
Lípidos como son los triacilgliceroles, los fosfolípidos y el colesterol, cada uno en diferentes proporciones.
Éstos forman parte de las lipoproteínas plasmáticas, las cuales pueden definirse como estructuras
supramacromolecnlares formadas por la agregación de diferentes tipos de Lípidos con proteínas globulares
específicas llamadas apoproteínas.
Metabolismo de los quilomicrones. Los quilomicrones son lipoproteínas ricas en triacilgliceroles que se
sintetizan en el intestino y transportan, fundamentalmente, los triacilgliceroles y ésteres de colesterol
obtenidos de la dieta hasta otros tejidos del organismo.
Metabolismo de Las lipoproteínas de baja densidad. Las LDL constituyen, un tipo de lipoproteína rica en
colesterol, que tiene la importante función de llevar este lípido hacia diversos tejidos. Ellas transportan
normalmente alrededor del 75 % del colesterol de la sangre y contienen un solo tipo de apoproteína, la apo B-
100.
La principal vía de formación dc las LDL es a partir de las IDL, que tienen su origen en las VLDL según se
describe en el acápite anterior, sin embargo existen evidencias experimentales de que determinadas cantidades
de LDL son producidas directamente en el hígado.
El tiempo promedio de extracción de las LDL del plasma, calculado mediante marcaje de su apo B, es de
alrededor de 2 días. Diariamente cerca del 45 % de esta lipoproteína es captada por el hígado y por los tejidos
extrahepáticos, principalmente por las glándula5 suprarrenales, las glándulas sexuales y el tejido adiposo,
entre otros. Después de su formación, a partir de las IDL, las LDL son captadas por diferentes mecanismos:
1. Mediante un receptor de LDL (8-100, E) de elevada afinidad.
2. Por receptores de baja afinidad.
3. Por un mecanismo no mediado por receptor, también llamado vía de "depuración", presente por ejemplo en
los macrófagos.
Si bien el colesterol de las LDL cumple una importante función para las células de nuestro organismo, cuando
su concentración aumenta por encima de los valores normales constituye un riesgo aterosclerótico. Diversos
estudios epidemiológicos han mostrado que existe una correlación positiva, en particular, entre la frecuencia
de aterosclerosis coronaria y la concentración plasmática de LDL.
Metabolismo de Las Lipoproteínas de alta densidad. Las HDL constituyen el otro tipo principal de
lipoproteínas ricas en colesterol. Son sintetizadas y segregadas tanto por el hígado como por el intestino en
forma de partículas discoidales denominadas HDL nacientes, las cuales están compuestas por una bicapa de
fosfolípidos y colesterol no esterificado. Las de origen hepático tienen unidas moléculas de apo A-1, apo C,
apo D y apo E. Sin embargo, las segregadas por el intestino no contienen inicialmente apo C ni apo E, sino
que al parecer son transferidas desde el hígado alas HDL intestinales cuando éstas se incorporan a la
circulación. Las HDL son, según se describió antes, reservorios de apo C y E, las que se intercambian con los
quilomicrones y las VLDL durante el metabolismo de éstas.
Las hiperlipoproteinemias pueden tener su origen en alteraciones genéticas o ser una consecuencia
metabólica de determinadas enfermedades como la diabetes mellitus y otras. Para tener una visión integral del
paciente con hiperlipoproteinemia y poder hacer un diagnóstico preciso y aplicar un tratamiento adecuado, se
debe tener un criterio de clasificación bien establecido.
Clasificación: Las hiperlipoproteinemias pueden clasificarse teniendo en cuenta diferentes criterios, por
ejemplo, según su origen y por el tipo de lipoproteína con la que guarde relación.
Pueden clasificarse en primarias o Clasificación según su origen familiares, y en secundarias.
Clasificación según el tipo o los tipos de lipoproteínas con los cuales guarde relación (clasificación de
Fredrickson). Según este criterio, las hiperlipoproteinemias se clasifican en 5 tipos (1 al V).
Para clasificar una hipertipopmteinemia se requiere la determinación cuantitativa de las LDL y de las VLDL
en el suero del paciente después de 12 h de ayuno, para lo cual se pueden utilizar diferentes procedimientos.
En el laboratorio clínico habitualmente se usan técnicas colorimétricas. La determinación de la presencia de
quilomicronemia se hace mediante el examen visual del suero después de haber permanecido en un tubo de
ensayo, a 4°C durante 12 h (prueba del frío). Esta prueba es positiva si aparece una capa cremosa, constituida
por los quilomicrones flotando en la superficie.
Esta clasificación se puede hacer mediante procedimientos aún más sencillos con un alto grado de exactitud,
sin tener que hacer las determinaciones de las lipoproteínas cuando no existan las condiciones para ello. Para
lograrlo se cuantifican las Concentraciones de colesterol total y de triacilgliceroles en el suero y se hace la
prueba de los quilomicrones. Este procedimiento se basa en el conocimiento del tipo de lípido principal que
transporta cada una de las lipoproteínas.
Este sistema de clasificación desarrollado por Fredrihn y otros ha sido aceptado internacionalmente y es
utilizado en diversos laboratorios clínicos como un criterio operativo fundamental para el diagnóstico de las
hiperlipoproteinemias, que contribuye a orientar el tratamiento.
Cuerpos Cetónicos
Cetogénesis: La biosíntesis de los cuerpos cetónicos es un proceso que ocurre en el hígado. Las enzimas que
intervienen en él se localizan en la matriz mitocondrial, donde también se produce la P oxidación de los
ácidos grasas. La cetogénesis se inicia a partir del acetil COA liberado de la P oxidación, por lo que ambas
vías se encuentran relacionadas funcionalmente.
En la primera reacción de la cetogénesis, catalizada por la enzima B ceto-tiolasa, se condensan 2 moléculas de
acetil-COA y forman una de aceto acetil-COA mediante la inversión del Último paso de la B oxidación.
Cetólisis: El tejido hepático no contiene todas las enzimas que permiten utilizar los cuerpos cetónicos como
sustratos, lo cual determina un flujo neto de cuerpos cetónicos desde el hígado hacia los tejidos
extrahepáticos, donde podrán utilizarse como sustratos para la respiración celular mediante su reconversión en
acetil-COA.
Este proceso enzimático, conocido como cetólisis, también se produce en la mitocondria y mediante él los
cuerpos cetónicos son convertidos en acetil-COA y, por lo tanto, en alimentadores del ciclo de Krebs. Sin
embargo, esto sólo ocurre en los tejidos extrahepáticos y con diferente intensidad en cada uno. Por ejemplo, el
músculo cardíaco y la corteza renal utilizan preferentemente los cuerpos cetónicos a la glucosa, en
condiciones normales, mientras que durante las primeras etapas del ayuno, la utilización de los cuerpos
cetónicos constituye una fuente energética importante en diferentes tejidos, en especial en el músculo
esquelético. Sin embargo, sólo en ayunos más prolongados -más de3 días-, es que son utilizados por el
sistema nervioso central como sustrato fundamental, por un mecanismo de adaptación ante la carencia de
glucosa.
La acetil CoA como compuesto integrador de los lípidos: Como es conocido. El acetil-COA es un
metabolito de encrucijada que puede formarse en las mitocondrias a partir de los glúcidos, los aminoácidos y
los ácidos grasos. Puede seguir diferentes vías metabólicas, por ejemplo, incorporarse al ciclo de Krebs y
oxidarse totalmente, o ser el precursor de la síntesis de ciertos lípidos o formar cuerpos cetónicos. Su destino
depende de las condiciones metabólicas y de las características enzimáticas del tejido donde tiene lugar el
proceso.
Para que el aceol-COA pueda incorporarse al ciclo de Krebs debe estar garantizado el suministro de
oxalacético. Una parte importante de este compuesto se forma a partir del pirúvico proveniente de la
glucólisis. Cuando las concentraciones de acetil-COA sobrepasen las del oxalacético disponible, el exceso se
transformará en cuerpos cetónicos.
Los cuerpos cetónicos llegan a alcanzar valores muy elevados en la sangre de individuos con diabetes tipo 1
descompensada (hasta 35 mmo1.L-'). Este mayor aumento de la cetonemia en la cetoacidosis del diabético y,
por tanto, mayor gravedad que durante una situación de ayuno prolongado, es debido a 2 razones
fundamentales: en primer lugar, el aumento de los cuerpos cetónicos en el diabético no produce incremento en
la liberación de insulina, por lo cual no se inhibe la secreción de glucagón por ese mecanismo, de manera que
se mantienen plenamente activadas la lipólisis y la cetogénesis.
Por otra parte, teniendo en cuenta que el cerebro no requiere insulina para la entrada y el metabolismo de la
glucosa, en las condiciones de hiperglicemia del diabético descompensado, este tejido continúa utilizando
glucosa como fuente de energía, por lo que no es necesaria, ni se produce, la adaptación metabólica que
conduzca a la utilización de los cuerpos cetónicos, como ocurre en el ayuno y, por lo tanto, tiene lugar un
aumento incontrolado de la concentración de los cuerpos cetónicos en la sangre.
La disminución del pH sanguíneo y el aumento del CO, a partir del ácido carbónico, producen un estímulo del
centro respiratorio, lo que provoca un tipo de respiración característica en estos pacientes. Por otra parte, la
hiperglicemia conduce a la glucosuria cuando se rebasa el umbral renal, la que provoca una diuresis osmótica.
De manera que la deshidratación y la acidosis metabólica producen en su conjunto un desequilibrio
hidroelectrolítico que provoca graves trastornos del metabolismo y de la función cerebral, que en situaciones
extremas pueden Llevar al coma y a la muerte.