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REVISTA DE CINE N° 6 MAYO 1986 $250 (IVA INCLUIDO) * jvee
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Revista do cine editada por la
Fundacion Cooperacién,
(Chile Canada
Director
José Romin
Supatirectore
Constanza Johnson
Comité de redacotén
‘Manuel Basoalto
Waldo Cesar
José Leal
Héetor Soto
Editor)
Colaoran en este mimero
Tgnacio Allaga
Vietor Briceno
Claudia Casanova
Tis Cecereu
Eliana Jara
René Naranjo
iagramacton y montsje
Hugo Rojas
Pupteidad
Andrea Goie
Representante legal
Manus! Basoalto
‘Antonia Lépez de Bello 075,
Fono 375251 - Santiago
Poto de portada. Woody Allen
ENFOQUE agradece Ia colaboracién
la pelicula ~actualmente se considera a Metrépolis
como. pionera del género de ciencia-ficcién y, en segun-
do término, al polémico mensaje ideoldgico que cruza es-
te relato anbientado en una ciudad del proximo siglo, en
Ih cual unos pocos, en la superficie, disfrutan de privile-
108 debisor al trabajo subterrinco de la mayor‘a.
Hoy resulta evidente que los mayores méritos de Me-
tropolis se halian en relaci6n a su propuesta estética y a
su puesta en edmara. Es decir, alo que qued6 directamen-
te baja la tutela de Fritz Lang. Los monumentales deco-
tados de Otto Hunte, Karl Vollbrecht y Erich Kettelhut,
‘unidos a los efectos especiales de Eugen Schifftan, ci
‘mentaron, con la supervisin de Lang, la que hasta nues-
‘ros dias ¢s la iconografia habitual de los filmes de anti-
cipacién (\éase los rascaciclos de Blade runner, el androi-
de dorado de La guerra de las galaxias, etc). Inolvidables
son, en este sentido, las secuencias del obrero encargado
dde manejar el reloj, el experimento en el laboratorio de
Rotweg mediante el cual se traspasa el alma de Maria al
robot el travelling subjetivo que muestra a Freder reco-
gendi el pafiuelo de Maria y el baile de Maria-robot en
nR
Yoshiwara, la casa del pecado, entre muchos otros mo-
mentos resuelios con maestria por el autor de Las tres
laces.
Excepcional es, asimismo, la sensibilidad plistica que
demuestra Lang en el manejo de la masa —recordemos
que la gran vocaci6n del director austriaco fue siempre la
pintura. Las escenas de la inundacién del mundo subte-
rrdneo, aquélla en que los obreros se encuentran en el t6-
nel durante el cambio de turno y cuando trabajan al rt-
‘mo sincopado de las chimeneas, se inscriben entre las ci-
‘mas mds altas del cine mudo, junto a las batallas de £7
nacimiento de la nacién e Intolerancia, de David W. Grif-
fith, y al fusilamiento masivo en las escaleras de Odessa
‘en BI acorazado Potemkin, de SM. insenstein
Sin embargo, més alld del talento estético de Fritz
Lang se percibe en su obra una constante preocupacién
por el hombre. “La soledad moral, el hombre Hevando
solo una Iucha contra el universo mitad hostil, mitad in-
diferente. Tal es el tema favorito de Lang” escribi6 en
una ocasién Francois Truffaut. Asi, Freder, el héroe de
‘Metrépolis, siempre esté del lado del ser humano, ya sea
enfrenténdose a su padre para abogar por el fin de la ex-
plotacién de los trabajadores o manteniendo la necesaria,
ucidez para combatir a quienes anhelan reducir al hom-
bre a una simple masa fécilmente moldeable
Para Lang no existe peor amenaza sobre el ser huma-
‘no que la posibilidad de convertise en el anénimo com-
ponente de una masa gobernada por impulsos irraciona-
les. Ademés de Metrépolis, con Mariarobot guiando a
los enardecidos obreros a su propia destrucci6n con una
falsa bandera de libertad, podemos citar El doctor Mabu-
se (1922), donde el diabélico protegonista, disfrazado de
ilusionista oriental, intenta asesinar al procurador von.
Wenck haciendo creer al absorto piiblico que se trata s6-
Enfoque N° 6
EL equipo de Cocoon en pleno. Abajo, de izauierds a derecha,
spureeen Herta Ware, Hume Cronyn, Jessica Tandy, el director
Ron Howard, Gwen Verdon y los productores Lil Fini Zanuck y
Richard Zanisck. Arsiba, en el mismo orden, Wilford Brimley,
Jo de un truco, y Furia (1936), en la que Ja ciega multi
tud trata de llevar a cabo un linchamiento sin que 2 ne-
die importe el concepto de justcia
Pero el humanismo de Lang en Metrépolis se ve debi-
litado —y casi ridiculizado— cuando el guién, elaborado
también por su esposa de enionces, Thea von Harbou,
enfila hacia un nivel sociolégico que, visto con ojos de
espectador de la década de los ochenta, no sobrepasa Ia
zamploneria y bordea incluso el fascismo, Luis Bufluel, a
quien el cine debe més de una leceién de humanidad (par-
tiendo por Los obridados), setalaba a raiz del estreno de
‘Metropolis en Madrid que “lo que se nos dice es trivial,
sin contenido, pedante y de un romanticismo anticuado.
Pero aquellos que prefieren el lado plastico-forogénico
de Ja pelicula verdn todos sus deseos colmados al maxi-
mo y quedarén asombrados, como quedarian con el libro
ilusirado mas maravilloso que pueda existc”.
René Naranjo S.
Metrépolis (Metropolis). Alomania 1926, USA 1984, Direcoin:
Fritz Lang. Guion: Thea von Harbau, Reconstruccin, adaptacion
¥y musicalizaci6n: Giorgio Moroder. Interpretes: Gustav Frohlich,
Brigitte Helm, Aliced Abel,
Enfoque N° 6
, Maureen Stapleton, Brian Dennehy, Steve Gutten
ford, Tyrone Power Jr, Don Ameche y Mike No-
‘Tahnee Wel
berg, Jack
mand,
Cocoon,
Los sendos premios Oscar obtenidos recientemente
por Cocoon ~a los mejores efectos especiales y por el
‘mejor actor secundario— dan cuenta de las dos vertientes,
que confluyen en el filme de Ron Howard
Si por una parte los efectos especiales se sitian como
clementos imprescindibles de la pelicula a través de los
extraterrestres y sus platillos voladores, no es menos
cierto que Cocoon se apoya también de manera impor-
tante en el potencial expresivo de los actores. Howard no
se contenta con dejar que el asunto gire en torno a las
secuencias “‘espectaculares” previstas por el guidn (el en-
cuentro entre Steve Guttenberg y Tahnee Welch en la
piscina, la persecucion en lancha y el rescate final) y
aprovecha de modo inteligente la oportunidad de dirigit
un elenco de longevos intérpretes encabezados por Don.
Ameche. Y es justamente a partir de este recurso que
Cocoon, en apariencia una cinta tan “spielbergiana”
como muchas otras, se aparta del mont6n para alcanzar
‘una dimensién humana’ limpia y emotiva,
‘Asi como el citado Steven Spielberg busca humanizar
a los extraterrestres por la via de acercarlos a los niffos,
Howard, para conseguir el mismo fin, prefiere enfrentar-
Jos al maximo enigma de la existencia: la muerte, Alli,
3cuando la finitud de la vida se muestra nitida (las escenas
de la apertura del capullo y de la muerte de Rose) se
tunen las dos historias que recorren simétricamente este
filme; la de los viejos del asilo que de pronto se sienten
rejuvenecidos y la de los visitantes espaciales que sibita.
‘mente toman conciencia de su condicion de mortales.
Para la historia vale la pena destacar dos aciertos de
Ja puesta en escena de Howard. Uno corresponde al mo:
‘mento en que el cuerpo sin vida de Rose es llevado en.
bbmazos por su esposa hacia la piscine con la intencién de
revivirla. Ese gesto, que recuerda el inicio de la vida
‘matrimonial, confiere a la secuencia un sentido muy
profundo y dramético. El otro acierto se refiere al ins-
ante en que los ancianos abandonan a escondidas el ast
Jo. El guardia se ha quedado dormido viendo television y
{a eémara nos permite entrever que se esté exhibiendo un
antiguo corto de Laurel y Hardy. Mientras los viejos
escapan en busca de la vida eterna, Howard parece decir-
‘nos que el cine es el nico lugar donde las personas viven
para siempre
René Naranjo S.
Se
Cocoon. EE.UU, 1985, Ditecsién: Ron Howard; Guin: Tom
Denedek. Fotografia: Don Peterman. Misica: James Horner,
Efectos espedsles: Robert Short y Greg Cannom, Intérpretes:
Don Ameche, Wilford Brimley, Hume Cronyn, Brian Dennehy,
‘Maureen Stapiston, Steve Guttenberg, Tahnee Welch,
2. eee
——————
Simplemente sangre
Simplemente sangre introduce al viejo y resistente es-
quema del triéngulo sentimental, base de tantos relatos
policiales y estimulo para tantas inspiraciones infames, la
‘Presencia de un cuarto personaje cuya identidad es un se~
‘ereto que la victima se lleva a la tumba. Esta circunstan-
cia proporciona Ia base de la cual se desprende una large
y trigica cadena de equivooos y malentendidos que el
gv'6u va articulando con una logica irresistible y cana-
Iiesca, Cada personaje maneja un fragmento de la trage~
ia. Cada secuencia agrega una nueva confusion al pozo
de equivoces anteriores. Cada conducta responde a moti-
‘aciones aisladas que dan lugar a hechos que se indepen-
Gizan de la voluntad de sus actores y que se suman a una
infernal historia de codicia, celos, inocencia, terror y
comlicidades dudosas y supuestas, El material repasaal-
unos de los temas tradicionales del cine policial “negro”
¥ los sirve con un caleulado esfuerzo de esplendor visual
yuna dosis apreciable de ironia.
Mis que un desarrollo narrativo no excento de horror
y fascinaci6n, Simplemente sangre es un consumado ejer-
cio de estilo. All{radica su atractivo como construccién
visual, pero también sus limitaciones como mirada ¢ in-
cursién a un mundo de relaciones feroces. En mas de al-
agin sentido, los personajes estén cautivos en una puesta
fen escena més interesada en servirse de ellos, como peo-
nes de un ajedrez macabro, que en iluminarlos o en desa-
rrollar os en sus rasgos de conciencia o de conducta.
4
‘Aunque el producto final de la pelicula no sea muy
convincente, precisamente por la superficialidad de sus
emociones y Jas exterioridades de Ja realizaci6n, Simple~
mente sangre bien puede constituir un hito en el ejeri
‘Go de la imaginacién perversa. Pocas veces se ha visto un.
despliegue tan descarado de la iconograffa de la crueldad
y tan voluptuoso en la observacién del crimen, de la san-
ie y del tormento fisico. Un individuo es enterrado vivo
mientras sucesivos golpes van acabando con su resisten-
cia, Una mano es atravesada por un pufal en términos
que inmovilizan a la vietima y que agregan al dolor de la
hierida el suplicio de nuevos desgarros.
Saturada de atmésferas mérbidas y enrarecidas, la pe
ala intenta compensar con sus estlizaciones el escaso
nivel de desarrollo de los caracteres y durezas interpret
tivas del reparto. Salvo quien tiene a su cargo el persona-
je del detective (E. Emmet Walsh), el resto de los actores
std casi a un nivel amateur que resulta explicable atendi-
das las restricciones de produccién del filme, El costo de
‘Simplemente sangre equivale aproximadamente al 20 por
céento del presupuesto de una pelicula barata de la indus-
‘ria y constituy6 un pie forzado que sus realizadores asu-
miéton con pragmatismo, pero también con alerdes. Hay
{que reconocer que en la medida en que asumieron esas li-
Imitaciones lograron neutralizarlas parcialmente, hasta
donde era posible hacerlo. Es un mérito objetivo de los
hermanos Coen. Ambos escribieron el guién, Joel diriié
1a cinta y Etham tuvo a su cargo las responsabilidades de
Ia produccién. Ninguno de los dos cumple todavia los 30
afios y luego de este debut hay razones para pensar que
darn que hablar en el futuro.
‘Aunque como alguien lo sefialé Simplemente sangre
es la tipica produccién norteamericana modesta hecha
para triunfar en festivales franceses dedicados al cine de
‘emociones fuertes, lo cierto es que da cuenta de una sen-
sibilidad cinematogréfica que podria encontrar su dé
no si renuncia a preferir en el futuro el ruido a las nueces.
HS.
ee
‘Simplemense sengre. (Blood Simple). USA. 1984, Director: Soe!
Coen. Guion: Joel y Etham Coen, Fotograffa: Barry Sonnen-
‘mann, Masioa: Carter Burwell. Intérpretes: Dan Hedaya, Frances
MeDormand, John Getz, E. Emmet Walsh, Samm-Art Wiliam,
Duracion: 97 minstos.
Enfoque N° 6
Rocky IV
Después de recuperar para las pantalls de Norteamé
rica el mito del hombre que lora todo lo que se propone
meroed a su esfuerao personal (el "sefmademan” del
primer “Rocky”? y de reivindicarla imagen del soldado
estadounidense en Vietnam en los "Rambo" Ly Il, Syk
Tester Stallone, como actor, guionista y- director, nos
propone en “Rocky 1¥" el choque frontal entre les Jos
super potencias. Oriente y Occidente se encuentran s0-
bre el ring; “nosotros y ellos, gomo se esac varias ve
28a To largo del filme; Rocky Balbos eIvin Drago, pe
fo contra pu.
Asi, Stallone va a defender los viores dela civilizacion
cocidental ala espital sovitia tal como Superman pro-
tepiala Casa Blanca del ataque de Lex Luthor y sus com
pinches. Pero la fortaleza fisica y moral de este boxeador
de apelldo latino no proviene del hecho de haber nacido
en otro planeta, sino que surge de fuentes muy terrestres
Is fidelidad a un amigo, el contacto directo eon lanati-
raleza y sobre todo,elamorque le une a su esposa hijo.
1a fuera letal del gigaatesco Drago, en cambio, ese
producto de un santero de experince hommes
¥ de ejercicis controlados por miquina ultramodernas
El mensaje es transparente: la URSS ha transformado al
hombre en un robot asesino. Al final del gran combate