Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Su ojo no
volvería a
atormentarme.
Sonreí, pues… ¿qué podía temer?
..hasta que, al
fin descubrí
que el ruido no
nacía en mis
oídos.
. Un sonido
como el que
podría hacer
un reloj
envuelto en
algodón.
Se hacía
más fuerte,
más fuerte,
¡más fuerte!
¡Lo confieso
todo!
¡Arrancad las
tablas!
¡Aquí... aquí!
¡Es el latir de
su odioso
corazón!
FIN