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Por qué la orientación sexual no es un derecho humano.

Yuri Mantilla, MA, LLM


Director de Asuntos Gubernamentales Internacionales

I. Introducción

En abril de 2003, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, basada en


Geneva, casi aprobó una resolución para hacer de la “orientación sexual” un “derecho humano
inalienable”. El asunto fue pospuesto hasta su próxima sesión en marzo y abril de 2004.

El declarar a la “orientación sexual” como un “derecho humano” internacional afirmaría que la


homosexualidad y las uniones de parejas del mismo sexo son “derechos humanos”, aun
cuando esto sea contrario a la ley de la naturaleza, y a las leyes de casi toda nación. El hacer
esto destruiría el concepto de derechos humanos (tal como se explica en el resto de este
documento), concedería una libertad sexual sin límites, y abriría la puerta a la legalización de la
poligamia, la pedofilia y otras conductas que son contrarias a las leyes de las naciones. ¿Por
qué? Porque, por ejemplo, si no se restringen las relaciones sexuales para que sean sólo parte
del matrimonio, y si no se ponen otras restricciones a la “orientación sexual” o a los derechos
sexuales, entonces una persona pedófila, que afirma que tiene una “orientación sexual” hacia
los niños o niñas, podría declarar que tiene “derecho” a tener relaciones sexuales con ellos,
siempre y cuando que él consiga su consentimiento. Un hombre homosexual podría declarar
que tiene “derecho” a tener relaciones sexuales con todos los hombres que a él le plazca,
siempre y cuando que ellos estén de acuerdo. Un hombre casado podría afirmar que tiene una
“orientación sexual” hacia otras mujeres aparte de su esposa. El redefinir la “orientación sexual”
como un derecho humano sería extremadamente perturbador para los matrimonios, las familias
y las naciones, con resultados devastadores.

Si la comisión proclama a la “orientación sexual” como un derecho humano, las naciones


estarán presionadas a cambiar sus leyes de acuerdo con esta proclamación. Si las naciones
acatan esta proclamación, estarán poniéndose en un curso descendente de decadencia moral.
Y enfrentarán una presión adicional para
que redefinan al matrimonio y para que legalicen las uniones de parejas del mismo sexo.

Tenga en mente estas implicaciones mientras continúa leyendo este documento acerca de por
qué la “orientación sexual” no es un derecho humano.

Algunos grupos internacionales y un pequeño número de países han acudido a las Naciones
Unidas para promover su agenda a favor de la homosexualidad, con la esperanza de imponer
su agenda sobre el mundo entero por medio de la Comisión de Derechos Humanos y otros
organismos de las Naciones Unidas. La “orientación sexual” ha sido enmarcada como un
asunto de discriminación, cegando los ojos de muchas personas a lo que todo esto significa.
Aun así, los avances que los homosexuales han logrado en algunos países están haciendo
más difícil el oponerse a su agenda.

La legalización del “matrimonio” homosexual en Canadá es un ejemplo claro de los avances de


la agenda homosexual a niveles políticos y legales. El primer ministro de Canadá, Jean
Chretien, dijo: “Nos aseguraremos de que nuestra legislación incluya, y reconozca legalmente,
la unión de las parejas del mismo sexo”.1 De acuerdo con las noticias de la BBC de Londres:
“La declaración sigue a una resolución hecha por un tribunal en la provincia de Ontario que
ordenó que el gobierno cambiara la definición del matrimonio”. Según esta resolución: “El que
se defina al matrimonio para que sólo incluya a los heterosexuales, viola los derechos de las
parejas homosexuales bajo la constitución de Canadá y la Carta de Derechos y Libertades”.2

En otros países, como Holanda y Bélgica, los “matrimonios” homosexuales ya han sido legales
por algún tiempo. Argentina legalizó las uniones civiles homosexuales en 2003. También Suecia
hizo ilegal el expresar opiniones que puedan ser ofensivas para los homosexuales. Estos datos
demuestran una tendencia emergente que, si no se detiene, pudiera traer la destrucción de las
instituciones del matrimonio y de la familia, y su definición, en muchas naciones alrededor del
mundo.

Debido al impacto global de los precedentes mencionados anteriormente, los asuntos de la


agenda homosexual, de la familia y del matrimonio necesitan ser tratados usando los métodos
del derecho comparativo internacional, el derecho natural, el derecho público internacional y la
persuasión legislativa internacional.

Uno de los ejemplos de la influencia de las normas internacionales en el derecho interno se


puede ver en la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos de anular la ley
de Texas en contra de la sodomía.

De acuerdo con Austin Ruse, presidente del Catholic Family and Human Rights Institute
(Instituto Católico de la Familia y los Derechos Humanos):

“El papel fundamental del derecho internacional en la decisión del Tribunal Supremo, parece
confirmar las preocupaciones de los eruditos legales conservadores que han advertido, desde
hace mucho tiempo, que las leyes desarrolladas en Europa y en la ONU pueden imponerse en
Estados Unidos. La opinión de la mayoría fue guiada, específicamente, por las resoluciones a
favor de los homosexuales hechas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”.3

Al escribir la opinión de la mayoría, el juez Anthony Kennedy citó a Mary Robinson, ex alta
comisionada para los derechos humanos. Ella afirmó en su informe de “Friends of the Court”
(“Amigos del Tribunal”):

“Este tribunal no debe decidir aisladamente si la criminalización de la sodomía del mismo sexo,
entre adultos que realizan este acto por su propia y libre voluntad, viola las garantías
constitucionales de privacidad y protección equitativa. Otras naciones que tienen historias,
sistemas legales y culturas políticas similares ya han contestado afirmativamente a estas
preguntas. [...] Este tribunal debe presentar sus respetos a estas opiniones de la humanidad”.4

A pesar de lo que dijo el juez Kennedy, es importante recordar que la gran mayoría de la gente
a través del mundo reconoce que la conducta homosexual no es un derecho humano. De
hecho, el “matrimonio” homosexual es una violación del derecho al matrimonio y a la familia. Se
les debe recordar a los gobiernos y a los oficiales gubernamentales alrededor del mundo que
reconocer al “matrimonio” homosexual y reconocer la conducta homosexual como derechos
humanos, es de hecho, una violación de la ley natural y de la ley de las naciones.

II. El propósito del sistema internacional de derechos humanos.

Todo el concepto de la ley sobre los derechos humanos está basado en el hecho de que cada
ser humano tiene derechos inalienables debido a su dignidad intrínseca. Estos derechos
existen porque cada ser humano ha sido creado a imagen de Dios. La fuente básica de
cualquier derecho humano no se encuentra en los gobiernos o en las organizaciones
internacionales, sino en las leyes naturales y divinas.

Esta verdad se ve en la creación del sistema internacional para la protección de los derechos
humanos. Como respuesta a las atrocidades cometidas por el régimen nazi, la comunidad
internacional creó un sistema para la protección de los derechos humanos fundamentales. La
piedra angular de ese sistema es la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual,
de acuerdo con Rene Cassin, uno de sus autores principales, está fundada en los Diez
Mandamientos de la Biblia.5 La influencia de la ley natural se nota en el reconocimiento del
derecho a la vida, el derecho a la familia y el derecho a la libertad de religión, como derechos
humanos fundamentales de la Declaración Universal.

Señalando la importancia que la Declaración Universal tiene para todos los países, la profesora
de derecho de la Universidad de Harvard, Mary Ann Glendon, escribió:
“Junto con los Principios de Nuremberg del derecho penal internacional, desarrollados por los
aliados en 1946 para los juicios de los criminales de guerra alemanes y japoneses, y la
Convención sobre Genocidio de 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos se
convirtió en un pilar del nuevo sistema internacional bajo el cual el trato que una nación daba a
sus ciudadanos ya no era inmune al escrutinio externo. Al sancionar las acusaciones por
atrocidades internas cometidas durante tiempos de guerra, los Principios de Nuremberg
representaron la determinación de castigar los asaltos más violentos sobre la dignidad humana.
La Convención sobre Genocidio obligó a sus signatarios a prevenir y castigar los actos de
genocidio cometidos tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz. [Sin embargo,] la
Declaración Universal era más ambiciosa. Al proclamar que ‘la negligencia y el desprecio por
los derechos humanos han dado como resultado actos brutales, los cuales han ultrajado la
conciencia de la humanidad’, ésta estaba dirigida a la prevención en vez del castigo.

“Hoy, la Declaración Universal es el único punto de referencia más importante para las
discusiones internacionales acerca de cómo ordenar nuestro futuro juntos, en este mundo
interdependiente y cada vez más atormentado por los conflictos”.6

De acuerdo con el artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

(1) “Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna
por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia”.

(3) “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la


protección de la sociedad y del Estado”.7

De acuerdo con el artículo 18:

“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión…”8

Otros instrumentos legales internacionales y fundamentales también reconocen el derecho al


matrimonio y a la familia como derechos humanos esenciales. De acuerdo con el artículo 23 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos:

“La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección


de la sociedad y del Estado”. (Artículo 23.1)

“Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia
si tienen edad para ello”. (Artículo 23.2)9

De acuerdo con el artículo 18.1:

“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este


derecho incluye la libertad de tener o de adoptar la religión o las creencias de su elección, así
como la libertad de manifestar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en
público como en privado, mediante el culto, la celebración de los ritos, las prácticas y la
enseñanza”.10

Lamentablemente, los derechos humanos reconocidos por la Declaración Universal, el Pacto


Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y otros instrumentos internacionales están bajo
ataque constante por fuerzas que están tratando de destruir el significado del derecho a la
familia y al matrimonio.
Refiriéndose a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Habib C. Malik, hijo del ex
ministro libanés de asuntos exteriores y uno de los autores principales de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, Charles Malik, escribió lo siguiente:

“Un fenómeno perturbador que está ganando terreno actualmente se puede describir mejor
como la apropiación sistemática de los derechos humanos para servir a intereses especiales y
promover agendas dudosas de naturaleza política y generalmente secular”.11
III. La destrucción del significado y contenido de los derechos humanos internacionales.

Para poder entender el origen de los nuevos intentos de promover la conducta homosexual
como un derecho humano y destruir el significado del derecho a constituir una familia y el
derecho a la libertad de religión, es importante entender la cosmovisión jurídica de los que
promueven la homosexualidad.

El fundamento de la ley natural de los derechos humanos internacionales está siendo atacado
constantemente por las fuerzas del deconstruccionismo y de los estudios jurídicos críticos.
Estas perspectivas jurídicas rechazan la existencia objetiva del derecho internacional y del
derecho natural. De acuerdo con el profesor Burns H. Weston:

“Al comienzo de los años ochenta, un intento, que hace reflexionar, para volver a formular los
fundamentos de la teoría jurídica tradicional empezó a hacerse sentir en el área del derecho
internacional, desafiando la perspectiva del derecho como racional, objetivo y de principios, al
deconstruir los argumentos jurídicos tradicionales y de ese modo exponer las contradicciones y
la falta de claridad de las doctrinas, los principios y las reglas jurídicas. Una extensión de la
investigación jurídica ‘postmoderna’ es llamada ‘estudios jurídicos críticos ’ o ‘jurisprudencia
crítica’”.12

“Para los proponentes de los estudios jurídicos críticos, la objetividad no existe, sino dentro de
las mentes y los prejuicios de los ingenuos…”13

“Para los proponentes de los estudios jurídicos críticos, las afirmaciones de las reglas
racionales u objetivas únicamente encubren las verdaderas fuerzas detrás de todo el lenguaje y
la estructura jurídicos: la política”.14

La jurisprudencia feminista y la llamada “teoría jurídica homosexual” también están


aumentando su predominio como resultado de la creciente influencia de la perspectiva de los
estudios jurídicos críticos. Esta perspectiva de la “teoría jurídica homosexual” considera el
derecho como un instrumento para promover la agenda homosexual.

Como parte de la creciente influencia de este tipo de perspectivas extremadamente subjetivas y


anárquicas, existe una tendencia a destruir el significado objetivo de los derechos humanos.
Estas acciones son ataques directos al concepto de los derechos humanos. Si triunfan,
entonces nos llevarán a la destrucción del significado y la importancia del concepto de los
derechos humanos. La política del poder se convertirá en el único criterio utilizado para definir
el significado y el contenido de los derechos humanos internacionales.

IV. La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la orientación sexual.

El significado de las palabras está siendo manipulado constantemente en el mundo


postmoderno. Para los arquitectos del “nuevo” lenguaje de los derechos humanos, la “salud
reproductiva” incluye el aborto, la “orientación sexual” significa homosexualidad y el concepto
de la familia incluye a las parejas homosexuales y otro tipo de “familias”.

Un ejemplo claro de la influencia del concepto de la ley en favor de la homosexualidad, se


observa en los esfuerzos de algunos de los miembros de la Comisión de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas, para aprobar una resolución que reconozca la “orientación sexual” (es
decir, la homosexualidad) como un derecho humano.15

En abril de 2003, el gobierno de Brasil y la Unión Europea propusieron a la Comisión de


Derechos Humanos de las Naciones Unidas una resolución que reconoce la conducta
homosexual como un derecho humano.16 Obviamente, ellos saben que la opinión pública
internacional, está en contra de los derechos especiales para los homosexuales, el
“matrimonio” homosexual, y la acción afirmativa para los homosexuales. A causa de ello, los
defensores de los “derechos homosexuales” utilizan palabras engañosas tales como
“orientación sexual”.
Durante la reunión de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en abril de
2003, Brasil presentó en la agenda una resolución llamada: “Derechos Humanos y Orientación
Sexual”. De acuerdo con la resolución preliminar:

“Los derechos humanos y las libertades fundamentales son derechos de nacimiento de todos
los seres humanos, que la naturaleza universal de esos derechos y libertades está más allá de
todo cuestionamiento y que la orientación sexual no debe de ninguna manera invocarse para
impedir el disfrute de tales derechos y libertades”.17

En realidad, el reconocimiento de la orientación sexual como un derecho humano destruirá la


naturaleza universal de los derechos humanos. Si la orientación sexual (homosexualidad) se
reconoce como un derecho humano, esto significa que los homosexuales tendrán el derecho al
matrimonio, a adoptar niños, a la acción afirmativa, al servicio militar y muchos otros. Si esto es
reconocido, entonces el significado universal de la familia será destruido. Estas acciones serán
violaciones al derecho que la gran mayoría de las personas tienen, alrededor del mundo, a la
familia y al matrimonio. Si los derechos humanos son reconocidos sobre la base de la conducta
sexual, entonces ¿qué decir del “derecho” de los pedófilos o polígamos y otros? Este punto de
vista es extremadamente subjetivo y destruye la esencia universal de los derechos humanos.
La homosexualidad no es un derecho humano, ni siquiera es una necesidad humana, la
homosexualidad es un deseo, y los deseos no pueden ser protegidos legalmente.18

La resolución preliminar también hace un llamado “a todos los estados a promover y proteger
los derechos humanos de todas las personas, cualquiera que sea su orientación sexual”.19
Este requisito violará el derecho a la libertad de religión, que es un derecho humano
fundamental, universalmente reconocido, y también violará el deber de todas las naciones de
proteger ese derecho para sus propios ciudadanos. El cristianismo y otras religiones del mundo
consideran la conducta homosexual como una violación de las leyes de Dios, y si la resolución
a favor de la homosexualidad es aprobada, entonces se violará el derecho a la libertad de
religión de millones de cristianos alrededor del mundo que podrían ser castigados legalmente
sólo por expresar sus creencias en contra de la conducta homosexual.20

La resolución también observa que “la atención dedicada a las violaciones de los derechos
humanos, fundadas en la orientación sexual, por parte de los mecanismos especiales en sus
informes ante la Comisión de Derechos Humanos, así como por parte de los organismos
encargados de monitorear el cumplimiento de los tratados, [...] alienta a todos los mecanismos
especiales de la Comisión de Derechos Humanos para que dentro del marco de sus
respectivos mandatos, presten la debida atención al tema”.21

La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas no fue creada para promover los
deseos de grupos que tienen intereses especiales, sino para promover la protección de los
derechos humanos genuinos, tales como la libertad de religión y el derecho a la familia, de la
gran mayoría de la gente alrededor del mundo.

Brasil y Europa occidental

No es sorprendente que entre los países miembros de la comisión que apoyaron la resolución
estaban Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda,
Irlanda, Italia, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Portugal, República Checa, Suecia y el
Reino Unido.22 La promoción del aborto y de los derechos especiales para los homosexuales
es parte de la agenda de muchas naciones europeas. Lo que es realmente sorprendente es la
posición del gobierno brasileño, el principal patrocinador y defensor de los “derechos” de los
homosexuales en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. La posición del
nuevo gobierno de Brasil es contraria a las leyes y la cultura de América Latina. Qué paradoja
que un país tan grande como Brasil, con su enorme población de católicos y evangélicos, esté
promoviendo la creación de derechos especiales para los homosexuales como una prioridad de
su política exterior.

Brasil está promoviendo el volver a definir el concepto de la familia, el matrimonio y la libertad


de religión, al promover la conducta homosexual como un derecho humano. Brasil está
promoviendo la destrucción del concepto del matrimonio al promover el “matrimonio” entre
homosexuales y al aceptar que el concepto de la familia es relativo e incluye a las personas
homosexuales, transgénero y bisexuales que forman uniones y adoptan niños. La posición del
gobierno brasileño es un ataque directo en contra de las iglesias brasileñas evangélicas y
católicas, y sobre su derecho a la libertad de religión. De acuerdo con sus doctrinas, la
conducta homosexual es pecado y el verdadero matrimonio es entre un hombre y una mujer.

El consenso Latinoamericano está a favor de la familia y la libertad de religión. Brasil debería


dejar de patrocinar y apoyar resoluciones que son contrarias a las leyes y a la cultura de
América Latina. No se debería permitir que un pequeño grupo de personas consiga volver a
crear el concepto de la “familia” y la “libertad de religión” basado en su imagen distorsionada de
la realidad.

V. La influencia de las resoluciones de las Naciones Unidas en los derechos internos de las
naciones.

Si la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprueba la propuesta de Brasil,


o una propuesta similar, entonces ésta estará declarando que la conducta homosexual es un
derecho humano fundamental.

Esto significa que los proponentes de la agenda homosexual en todo el mundo podrán
argumentar que la conducta homosexual es un derecho humano, y por lo tanto, que los
homosexuales tienen el “derecho legal” al matrimonio, y siendo un grupo oprimido, también
tienen el derecho a las políticas de acción afirmativa. Así mismo, argumentarán que existe una
norma emergente del derecho consuetudinario internacional que reconoce a la conducta
homosexual como un derecho humano.

A. ¿Crean las declaraciones de las Naciones Unidas obligaciones jurídicas internacionales


sobre las naciones?

Comúnmente, se presume que las declaraciones que surgen de las Naciones Unidas, las
cuales han sido negociadas y aprobadas por consenso o por la mayoría de las naciones
miembros, son irrelevantes por el hecho de no constituir tratados internacionales obligatorios.
En el ambiente jurídico internacional actual, esta suposición es falsa. Las declaraciones
internacionales pueden convertirse en prueba de la existencia de normas de derecho
consuetudinario. De acuerdo con Thomas Buergenthal, un renombrado catedrático en derecho
internacional y juez del Tribunal Internacional de Justicia en La Haya:

“En décadas recientes, las resoluciones y los actos similares de organizaciones


intergubernamentales internacionales han adquirido un reconocimiento muy significativo como
fuentes y pruebas de derecho internacional. [...] Algunas de estas resoluciones (declaraciones,
recomendaciones, etcétera) pueden, o de hecho, se convierten en prueba autorizada de
derecho internacional”.23

B. ¿Cómo otros actos, distintos de los tratados, llegan a convertirse en una prueba de la
existencia del derecho internacional?

De acuerdo con el profesor Buergenthal:

“Para comprender cómo las organizaciones internacionales adquieren este reconocimiento, es


importante recordar que el derecho consuetudinario internacional evoluciona a través de la
práctica del estado hacia algo a lo que los estados se someten por el sentido de obligación
legal. El sistema de votación de los estados y lo que ellos expresan en organizaciones
internacionales es una forma de práctica del estado. Su significado en el proceso de creación
de la ley dependerá del mayor o menor grado de congruencia de la práctica del estado con la
conducta contemporánea y con los pronunciamientos de los estados en diferentes
contextos”.24
El concepto de la “práctica del estado” que acabamos de mencionar, muestra la importancia de
las posiciones públicas que asumirán las delegaciones de América Latina en el Comité de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas acerca de la resolución sobre la orientación
sexual.

Según Buergenthal:

“Debido al carácter consensual del derecho consuetudinario y convencional internacional, y


debido a la ausencia de un sistema judicial o legislativo centralizado, los estados desempeñan
un doble papel en el proceso de legislación. Actúan de dos formas: como legisladores y como
abogados o promotores. Son legisladores, o creadores de leyes, en el sentido de que la
práctica de los estados, y los tratados que éstos firman, crean derecho internacional. Los
estados también afirman ciertas posturas en el plano internacional: en la correspondencia
diplomática, en los tribunales internacionales, en las organizaciones internacionales, etcétera; a
través de las cuales buscan obtener nuevas reglas de derecho internacional o la modificación
de otras ya existentes. Las afirmaciones a nivel individual acerca de lo que es y no es derecho;
en particular, derecho consuetudinario, son una forma de promoción o propuesta; y se
convierten en una actividad legislativa cuando estas peticiones encuentran el amplio respaldo
que se requiere para obtener categoría de ley. Las declaraciones de los gobiernos acerca de lo
que es y no es ley deben tomar en cuenta las consecuencias legislativas de sus acciones”.25

Si los diplomáticos en las Naciones Unidas apoyan el lenguaje tal como “orientación sexual”,
entonces sus acciones pueden contribuir a hacer que el “derecho” a la conducta homosexual
sea una norma del derecho consuetudinario internacional, la cual, a su vez, puede ser aplicada
en sus naciones (o en contra de sus naciones).

VII. Una respuesta razonable.

La opinión pública internacional, especialmente en América Latina, Estados Unidos, el Medio


Oriente, África y Asia, está en contra de darle a la conducta homosexual la categoría de
derecho humano. De acuerdo con la ley natural y las leyes de la mayoría de las naciones, el
matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, y la conducta homosexual es un deseo
humano y no un derecho humano. Es un deseo que guía a muchos a una vida de soledad y
depresión, y que destruye las cualidades esenciales de la sexualidad humana.

No se debe permitir que un pequeño grupo de personas haga una nueva versión del mundo
entero, a su imagen.26 La gente, en todo el mundo, debe tratar a la comunidad homosexual de
una forma compasiva, sabiendo que muchos de nosotros luchamos constantemente contra
algunas adicciones. Pero también debemos responder de una manera firme, dado que
debemos luchar para proteger nuestros derechos fundamentales humanos (el derecho a la
vida, el derecho a la familia, y el derecho a la libertad religiosa).

De acuerdo con el filósofo Richard Neuhaus:

“Al haber fallado en la arena política, en donde nosotros democráticamente deliberamos acerca
de cómo debemos ordenar nuestra vida juntos, el movimiento homosexual no tiene otra
alternativa que poner sus esperanzas en los tribunales, las regulaciones gubernamentales, las
organizaciones profesionales y las burocracias del sistema escolar público. En estas arenas,
sus victorias han sido sustanciales, y sus aspiraciones son aun mayores. En todas estas
arenas, el movimiento [homosexual] debe ser retado a cada paso, sin temor, con calma,
razonablemente, sin cesar. El bien de innumerables individuos... y el bien común, depende de
esto”.27

La promoción de las perspectivas del género y el transgénero es contraria a la defensa de los


verdaderos derechos humanos. Igualar los deseos de los grupos de homosexuales, con los
derechos de la minoría es destruir la esencia de los derechos humanos que promueven, entre
otros, los principios de equidad y dignidad de los seres humanos, no los deseos sexuales de
ciertos grupos.
Los activistas a favor de los homosexuales están esforzándose grandemente para alterar el
lenguaje de los derechos humanos y de los derechos civiles, para que vayan de acuerdo con
su agenda. Si ellos logran su propósito, entonces, el concepto de los derechos civiles y los
derechos humanos se volverá irrelevante. Los intentos por parte de los grupos a favor de los
homosexuales de presentarse a sí mismos como víctimas de la discriminación, e igualar su
situación con lo que un sin fin de norteamericanos de origen africano sufrieron durante un
período de esclavitud, constituyen una ofensa y un ataque a los grupos minoritarios. Las
consecuencias de esta estrategia a favor de la homosexualidad pueden ser trágicas,
especialmente para los grupos minoritarios. Como Michael Pakaluk escribe:

“Si las leyes en contra de la discriminación se extienden para incluir la orientación sexual,
entonces muy pronto, después de esto, nos encontraremos con la acción afirmativa para los
homosexuales declarados. Es seguro que sucedería lo siguiente: Si ahora está mal tomar en
cuenta la homosexualidad en cualquier decisión para contratar a alguien o para conceder
vivienda, entonces también ha estado mal a través de décadas y siglos pasados. Pero eso
equivale a decir que los homosexuales pueden afirmar que tienen una larga historia de injusta
opresión, tal como los estadounidenses de origen africano y otras minorías. Y el remedio
reconocido para ese tipo de cosas es la acción afirmativa. Es claro, entonces, que tenemos, no
simplemente un cambio gradual, el cual permite que algunos ciudadanos adicionales hagan lo
que deseen hacer, sino que tenemos un cambio radical, es decir, la movilización de todo el
sistema de la justicia social, el cual se originó en el movimiento de los derechos civiles, para
promover cierto estilo de vida”.28

Para evitar tal distorsión trágica del concepto de los derechos humanos y la justicia social, es
importante entender que el comportamiento homosexual no puede igualarse con las
características raciales y la identidad étnica, las cuales no pueden cambiarse. También,
diferente de lo que sucede con muchas de las minorías étnicas, las personas homosexuales
generalmente son más opulentas y tienen un acceso desproporcionado al poder político. De
acuerdo con Dan García, antiguo analista de política de la organización Family Research
Council:

“Aunque diferentes investigaciones y compañías de mercadotecnia usan números distintos de


población homosexual, que van desde el uno por ciento actual al diez por ciento inflado o más,
las investigaciones muestran que la situación de los homosexuales es por lo menos tan buena
o mejor que la del resto del país. [...] Los homosexuales demuestran poder político aun más
allá de sus números, a pesar de que constituyen únicamente el uno por ciento de la
población”.29

Aquellos que creen en la justicia objetiva tienen la obligación moral de defender conceptos tales
como los derechos humanos y civiles, de las fuerzas que están tratando de derrumbar el
significado de la familia, el matrimonio, los derechos y el género. De acuerdo con Richard
Neuhaus:

“Debe estar claro, de forma inequívoca, que nuestra preocupación es una preocupación por la
justicia. La justicia para la gente, especialmente para la gente joven atrapada en la perplejidad
sexual, y asaltada por dentro y por fuera, por presiones para que se entreguen a una forma de
vida que está marcada por la compulsión, la soledad, la depresión y la enfermedad. También
por la justicia para la integridad de nuestra vida pública, la cual requiere que la verdad se diga
con candor y que los desacuerdos sean arreglados con cortesía. Finalmente, la justicia para
millones de [personas]: madres, padres y niños, que necesitan todo el apoyo que puedan
obtener para sostenerse en el presente y transmitir al futuro el ‘pequeño pelotón’ de amor y
fidelidad que se supone que la familia sea”.30

VIII. Conclusión

La familia fue, es y será el fundamento y la institución más importante de la sociedad. Esta


verdad objetiva refleja el diseño perfecto de Dios expresado en sus leyes divinas y naturales. El
fundamento de la familia es la institución del matrimonio, que es la unión entre un hombre y una
mujer. Esta realidad no puede ser cambiada por los deseos subjetivos de las personas. Los
derechos humanos internacionales deben reflejar esa realidad y deben promover las normas
que respetan la santidad de la familia y el matrimonio.

Si la perspectiva de los derechos humanos es apropiada por el subjetivismo extremo y por el


relativismo moral, entonces el concepto de los derechos humanos perderá su significado. La
promoción de la conducta y el “matrimonio” homosexual, como derechos humanos
fundamentales, son ejemplos de la distorsión y manipulación del lenguaje y la metodología de
los derechos humanos internacionales. Con el propósito de detener esta creciente
interpretación peligrosa de los derechos humanos, la comprensión de la ley natural de los
derechos debe ser restablecida.

Estamos presenciando un momento decisivo y difícil en las relaciones internacionales, en las


que las fuerzas del relativismo moral están dispuestas a destruir la fundación objetiva de los
derechos humanos para promover su perspectiva distorsionada de la realidad. Si la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprueba la resolución sobre “Derechos
humanos y orientación sexual”, entonces, la voluntad de un grupo muy pequeño de personas
se impondrá sobre el resto del mundo.

Vivimos en una era en la que las acciones que son equivocadas son consideradas correctas y
las acciones que son correctas son consideradas equivocadas. La única forma para restablecer
la objetividad y la racionalidad en el debate de los derechos humanos, es reconocer la
existencia de normas objetivas que funcionan independientemente de la opinión subjetiva de
los seres humanos. La gran mayoría de las personas alrededor del mundo sabe, de forma
racional o intuitiva, que está mal el cometer genocidio y torturar a gente inocente, que está bien
el respetar a los padres y a los abuelos, que el matrimonio es la unión entre un hombre y una
mujer, y que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Las normas de los derechos
humanos deben reflejar los valores morales objetivos y universales de la humanidad.

El respeto a las instituciones de la familia y el matrimonio es uno de los valores más altos de la
humanidad. El derecho a la vida, a la familia y a la libertad de religión son derechos humanos
fundamentales. Respetar estos derechos es esencial para lograr las metas del respeto por la
dignidad humana y los derechos humanos.

Notas

1 Vea BBC News. http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/1/hi/world/americas/2999270.stm.


2 Ibíd.
3 Vea Friday Fax, 4 de julio de 2003, Volumen 6, Número 28, “European Legal Brief Threatened
Trouble for U.S. Over Texas Sodomy Law”, Catholic Family & Human Rights Institute, www.c-
fam.org.
4 Según fue citado, ibíd.
5 Vea John Warwick Montgomery, Human Rights & Human Dignity, (Dallas, Texas: Probe
Books, 1986).
6 Mary Ann Glendon, A World Made New, (New York: Random House, 2001), pp. xvi-xvii.
7 Vea “Universal Declaration”, G.A. Res. 217A, U.N. GAOR, 3dr Sess., Pt. I, Resolutions, at 71,
U.N. Doc. A/810 (1948); reimpreso en 3 Weston III.A.1.
8 Ibíd.
9 Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, http: //
www.unhchr.ch/html/menu3/b/a_ccpr.htm.
10 Ibíd.
11Editado por Teresa Wagner, Leslie Carbone, Fifty Years After the Declaration, (Lanham, New
York, Oxford: University Press of America, 2001), p xvii.
12 Burns H. Weston et al., International Law and World Order 1 (1997), p.45.
13 Ibíd. en 54.
14 Ibíd. en 55.
15 Vea la resolución “Promotion and Protection of Human Rights: Human Rights and Sexual
Orientation”, 59th Session, Commission on Human Rights, Document No E/CN.4/2003/L.92, 16
de abril de 2003.
16 Ibíd.
17 Ibíd.
18 Los argumentos de que la conducta homosexual no es un deseo sino el resultado de la
herencia genética han sido refutados por la evidencia científica. De acuerdo con el doctor
Jeffrey Satinover: “Serias investigaciones sobre la biología, lo que es innato, y los
determinantes genéticos de la homosexualidad, han sólo empezado. Contrario a lo que se le
guía al público a creer, las investigaciones que se han llevado a cabo hasta ahora sugieren que
los factores genéticos desempeñan, a lo más, un papel pequeño en el desarrollo de la
orientación sexual. Dos de los investigadores más reconocidos, J.M. Bailey y R.C. Pillard, dos
importantes investigadores, a los que mayormente se les acreditó con el hecho de haber
demostrado que la homosexualidad es genética, fueron obligados por los resultados de sus
propias investigaciones, a que admitieran lo contrario. […]” Vea “The Biology of Homosexuality:
Science or Politics”, Jeffrey Satinover in Christopher Wolfe ed., Homosexuality and American
Public Life, (Dallas: Spence Publishing Company, 1999), p.3.
19 Vea op. cit., “Promotion and Protection of Human Rights: Human Rights and Sexual
Orientation”, párrafo OP3.
20 Un ejemplo de este peligro se ve en los esfuerzos que ha hecho Canadá para aprobar leyes
que hagan que hablar en contra de la conducta homosexual sea un crimen de odio. De acuerdo
con el noticiero ABC News: “El intento para ampliar las leyes de crímenes de odio de Canadá,
para que éstas incluyan la protección de los homosexuales, ha provocado un debate feroz en el
Parlamento acerca de si la Biblia y el Corán pudieran ser marcados como literatura de odio.
Este debate se centra en una propuesta del miembro del Parlamento, Svend Robinson, quien
es homosexual, la cual haría un crimen, penado con hasta dos años en prisión, el incitar o
promover odio en contra de los homosexuales. Pero sus intentos para terminar con el maltrato
de los homosexuales han traído advertencias de que los pastores u otros líderes religiosos
podrían ser mandados a la prisión por predicar que la homosexualidad es mala, y también que
sus Escrituras podrían ser prohibidas o confiscadas”. Vea “Religious Hatred? Canada Hate-
Crimes Bill Sparks Debate Over Bible, Koran”, Randal Palmer, 16 de mayo de 2003,
http://printerfriendly.abcnews.com/printerfriendly/Print?fetchFromGLue=true&GLUEServ.
21 Vea op. cit., “Promotion and Protection of Human Rights: Human Rights and Sexual
Orientation”, párrafo OP4.
22 Ibíd., “Promotion and Protection of Human Rights: Human Rights and Sexual Orientation”.
23 Thomas Buergenthal, International Human Rights in a Nutshell (St. Paul, Minnesota: West
Publishing Co., 1988), p.31.
24 Ibíd., pp. 31-32.
25 Ibíd., pp. 33-34.
26 Vea Richard John Neuhaus, en “Love, No Matter What”, en Christopher Wolfe (editor),
Homosexuality and American Public Life.
27 Ibíd. p. 246.
28 Ibíd. Homosexuality and American Public Life, p. 183.
29 Daniel García y Robert E. Regier, “Homosexuality is not a Civil Right”, (Family Research
Council, Insight, Número 229, 26 de diciembre de 2000), p.4.
30 Op. cit., Homosexuality and American Public Life, p.240

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