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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE INGENIERÍA GEÓLOGICA

 CURSO:

Defensa Nacional y Derechos Humanos

 TEMA:

Derecho a la Vida Privada y a la Vida Familiar

 DOCENTE:

Abog. Rodríguez Urteaga, Marcia

 ALUMNOS:

Cerquin Alcántara, Jorge Luis

Cabrera Pérez, William Enrique.

Ramos Becerra, Norma Berdaly

Romero Romero, Roy Roberth


I. EL DERECHO A LA VIDA PRIVADA

La necesidad de intimidad es inherente a la persona humana ya que para que el hombre


se desarrolle y geste su propia personalidad e identidad es menester que goce de un
área que comprenda diversos aspectos de su vida individual y familiar que esté libre de
la intromisión de extraños. Así pues, debemos entender que todos los seres humanos
tenemos una vida “privada” conformada por aquella parte de nuestra vida que no está
consagrada a una actividad pública y que por lo mismo no está destinada a trascender
e impactar a la sociedad de manera directa y en donde en principio los terceros no deben
tener acceso alguno, toda vez que las actividades que en ella se desarrollan no son de
su incumbencia, ni les afectan.

La necesidad de intimidad podemos decir que es inherente a la persona humana y que


el respeto a su vida privada manteniendo alejadas injerencias no deseables e
indiscreciones abusivas, permitirá que la personalidad del hombre se desarrolle
libremente.
Sin duda alguna, el respeto a la vida privada y a la intimidad tanto personal como
familiar se constituye en un valor fundamental del ser humano, razón por la cual el
derecho ha considerado importante tutelarlo y dictar medidas para evitar su violación,
así como para intentar subsanar los daños ocasionados. De esta manera, surge el
llamado derecho a la privacidad, a la vida privada o simplemente derecho a la intimidad,
como un derecho humano fundamental por virtud del cual, se tiene la facultad de excluir
o negar a las demás personas del conocimiento de ciertos aspectos de la vida de cada
persona, que solo a ésta le incumben. Este derecho que tiende a proteger la vida privada
del ser humano, es un derecho complejo que comprende y se vincula a su vez con varios
derechos específicos que tienden a evitar intromisiones extrañas o injerencias externas
en estas áreas reservadas del ser humano como son:

 El derecho a la inviolabilidad del domicilio,


 El derecho a la inviolabilidad de correspondencia,
 El derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas,
 El derecho a la propia imagen,
 El derecho al honor,

Así pues, el derecho al respeto a la vida privada o intimidad, al honor e incluso a la


imagen propia, son considerados ya como derechos humanos fundamentales,
establecidos por diversos instrumentos internacionales como son la Declaración
Universal de los Derechos Humanos aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1948 (artículo 12), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de
1966 (artículos 17 y 19), la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969
(artículos 11 y 13), y en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 (artículo
16), instrumentos todos estos firmados y ratificados por nuestro país. Cabe señalar que
también existen otros instrumentos que establecen este derecho como son: la
Convención de Roma para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades
Fundamentales de 1959, la Declaración de los Derechos y Libertades Fundamentales
aprobadas por el Parlamento Europeo y la Carta Africana de los Derechos del Hombre
y de los Pueblos de 1981.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), en su artículo 17,


establece las mismas disposiciones que el artículo 12 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y en su artículo 19 al hablar de la libertad de expresión, señala que
el ejercicio de ese derecho entraña deberes y responsabilidades especiales por lo que
podrá estar sujeto a ciertas restricciones fijadas por la ley y que sean necesarias para
asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, así como para
proteger la seguridad nacional, el orden público, la salud o moral públicas.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969) –Pacto de San José-, en


el artículo 11, se refiere a que toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al
reconocimiento de su dignidad y que por tanto no deberá ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, familia, domicilio, correspondencia, ni deberá
sufrir ataques ilegales a su honra o reputación; también, establece el derecho de la
persona a ser protegida por la ley contra esas injerencias o ataques. El artículo 13
establece la libertad de pensamiento y expresión determinando que no deberá existir
previa censura, pero que el ejercicio de esos derechos estará sujeto a responsabilidades
ulteriores, mismas que deberán estar expresamente fijadas por la ley y que deberán
tender a asegurar entre otras cuestiones, el respeto a los derechos o a la reputación de
los demás.

La Convención sobre los Derechos del Niño (1989), en su artículo 16, menciona
que ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su
familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o a su
reputación; y que el niño tiene derecho también a la protección de la ley contra esas
injerencias y ataques.

En lo que respecta a nuestra legislación constitucional podemos decir que la


tutela de la vida privada se desprende del contenido de los artículos 6°, 7° y 16 de la
Constitución que establecen:
Artículo 6º. Que la libertad de expresión tiene como límite el respetar los
derechos de tercero.
Artículo 7º. Que la libertad de imprenta tiene como límite el respetar la vida
privada.
Artículo 16. Que nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio,
papeles o posesiones sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad competente
que funde y motive la causa legal del procedimiento. Dicho artículo también establece
la inviolabilidad del domicilio, así como la inviolabilidad de las comunicaciones privadas
y de la correspondencia.

II. DERECHO A LA PROTECCIÓN A LA VIDA FAMILIAR

La igualdad y el respeto de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de


todos y los miembros de la familia son esenciales para el bienestar familiar y de la
sociedad en su conjunto. Debemos reconocer la centralidad de los derechos humanos
de los individuos dentro de los contextos familiares y condenar y actuar efectivamente
sobre los abusos de los derechos humanos que tienen lugar en contextos familiares
• Los derechos de los individuos en edad adulta a formar una familia deben ser
reconocidos, sobre la base de la igualdad y manteniendo el principio de no
discriminación. Artículos 3, 23 y 26 del PIDCP
• Los individuos en edad adulta, sin limitación alguna, tienen el derecho al matrimonio
y a fundar una familia. Gozan de igualdad de derechos para el matrimonio, durante el
matrimonio y en caso de disolución del mismo. Declaración Universal de Derechos
Humanos, Artículo 16
Dada la diversidad de estructuras y relaciones familiares, las políticas no deberían
enfocarse en un tipo de familia, sino tener en cuenta a todos los tipos, incluyendo las
familias monoparentales, compuestas, extensas y recompuestas, así como tener en
cuenta las distintas necesidades y las circunstancias específicas de cada una de ellas.
Informe del Secretario General de la ONU. En todo el mundo, en distintos sistemas
culturales, sociales y políticos, existen varias formas de familia.
 Los Estados deben ejercer la diligencia debida para prevenir, investigar y castigar
los actos de violencia contras las mujeres, incluso cuando estos actos son
perpetrados por personas privadas, como en el caso de la violencia doméstica o
familiar. Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, artículo 4,
Recomendación General de la CEDAW

 Los Estados deben tomar todas las medidas apropiadas para proteger a niñas y
niños de todas las formas de violencia física o mental, lesiones o abusos, negligencia
o tratamiento negligente, maltrato o explotación, incluyendo abuso sexual, mientras
se encuentran al cuidado de su padre y madre o de cualquier otra persona que esté
a cargo. Los estados miembros deben proteger a los niños y niñas de todas las
formas de explotación sexual y abuso sexual.
Los Estados deben proceder tomando medidas que aseguren la protección de la niña
o niño y los cuidados necesarios para su bienestar. CRC Artículo 3.
Cualquiera sea la forma de la familia, y cualquiera sea el sistema jurídico, religioso,
consuetudinario o tradicional dentro del país en cuestión, el tratamiento de las mujeres
en la familia debe corresponderse con los principios de la igualdad.
Los Estados deben tomar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación
contra las mujeres en todos los asuntos relativos a las relaciones familiares, y deben
asegurar, sobre la base de la igualdad, el derecho a ingresar al matrimonio y a escoger
libremente una cónyuge, los mismos derechos durante el matrimonio y en caso de
disolución del mismo, y los mismos derechos a decidir libremente y responsablemente
el número hijos y el intervalo entre los nacimientos.

III. Caso Práctico


Caso Penal Miguel Castro Castro vs Perú

Víctimas(s): Reclusos del Penal Miguel Castro y sus familiares

Representante(s): - Mónica Feria Tinta (Interviniente común)

Estado
Perú
Demandado:

Sumilla: El caso se refiere a la responsabilidad internacional del


Estado por la utilización excesiva de la fuerza que resultó en
la muerte de decenas de presos, así como de numerosos
heridos en el marco de un operativo en el centro
penitenciario Miguel Castro Castro.

Hechos:

- Mónica Feria Tinta (Interviniente común)

- Los hechos del presente caso se desarrollan en marco del conflicto armado en el
Perú. Entre el 6 y 9 de mayo de 1992 el Estado peruano ejecutó un operativo
denominado "Mudanza 1", cuya presunta finalidad era el traslado de
aproximadamente 90 mujeres recluidas en el centro penal "Miguel Castro Castro", a
centros penitenciarios femeninos.

- La Policía Nacional derribó parte de la pared externa del patio del pabellón 1A
utilizando explosivos. Simultáneamente los efectivos policiales tomaron el control de
los techos del penal abriendo boquetes en los mismos, desde los cuales realizaron
disparos con armas de fuego. Asimismo, los agentes estatales, policía y ejército
utilizaron armas de guerra, explosivos, bombas lacrimógenas, vomitivas y
paralizantes en contra de los internos. Finalmente, el ataque se produjo con cohetes
disparados desde helicópteros, fuego de mortero y granadas.

- La operación generó la muerte de decenas de internos, así como de muchos


heridos. Los internos sobrevivientes fueron objeto de golpes y agresiones. Muchos
de los heridos fueron mantenidos sin atención médica por varios días y los heridos
que fueron trasladados al hospital no recibieron los medicamentos ni la atención
médica que requerían.

Procedimiento ante la Corte Internacional de los Derechos Humanos:


- Fecha de remisión del caso a la Corte IDH: 9 de septiembre de 2009

- Petitorio de la CIDH: La CIDH presentó la demanda en este caso con el objeto de que
la Corte IDH decidiera si el Estado violó los derechos consagrados en los artículos 4 y
5 de la Convención Americana, en relación con la obligación establecida en el artículo
1.1 de la misma, en perjuicio de “al menos 42” reclusos que fallecieron; la violación del
artículo 5 de la Convención, en relación con la obligación establecida en el artículo 1.1
de la misma, en perjuicio de “al menos 175” reclusos que resultaron heridos y de 322
reclusos que habiendo resultado ilesos supuestamente fueron sometidos a trato cruel,
inhumano y degradante”; y por la violación de los artículos 8.1 y 25 de la Convención,
en relación con la obligación establecida en el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio de
las presuntas víctimas y sus familiares.

- Petitorio de los representantes de las víctimas: Los representantes coincidieron con lo


alegado por la CIDH. Asimismo, alegaron la violación de los artículos 11, 12 y 13 de la
Convención Americana; los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura.

- Fecha de audiencia ante la Corte IDH: 26 y 27 de junio de 2006

Análisis de Fondo del Caso:


Este caso se presentó en un contexto de sistemática violación a los derechos humanos,
en el que hubo ejecuciones extrajudiciales de personas sospechosas de pertenecer a
grupos armados al margen de la ley, como Sendero Luminoso, y dichas prácticas eran
realizadas por agentes estatales siguiendo órdenes de jefes militares y policiales (..)

La Corte ha establecido que el derecho a la vida juega un papel fundamental en la


Convención Americana por ser el presupuesto esencial para la realización de los
demás derechos. Los Estados tienen la obligación de garantizar la creación de las
condiciones que se requieran para que no se produzcan violaciones de ese derecho
inalienable y, en particular, el deber de impedir que sus agentes atenten contra él. La
observancia del artículo 4, relacionado con el artículo 1.1 de la Convención Americana,
no sólo presupone que ninguna persona sea privada de su vida
arbitrariamente (obligación negativa), sino que además requiere que los Estados
adopten todas las medidas apropiadas para proteger y preservar el derecho a la
vida (obligación positiva), conforme al deber de garantizar el pleno y libre ejercicio de
los derechos de todas las personas bajo su jurisdicción. Esta protección activa del
derecho a la vida por parte del Estado no sólo involucra a sus legisladores, sino a toda
institución estatal y a quienes deben resguardar la seguridad, sean éstas sus fuerzas
de policía o sus fuerzas armadas
En razón de lo anterior, los Estados deben adoptar las medidas necesarias no sólo
para prevenir y castigar la privación de la vida como consecuencia de actos criminales,
sino también para prevenir las ejecuciones arbitrarias por parte de sus propias fuerzas
de seguridad, situación que se ve agravada cuando existe un patrón de violaciones de
los derechos humanos. De manera especial, los Estados deben vigilar que
sus cuerpos de seguridad, a quienes les está atribuido el uso de la fuerza legítima,
respeten el derecho a la vida de quienes se encuentren bajo su jurisdicción.
Como se desprende de los “Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de
Armas de Fuego por parte de Oficiales Encargados de Hacer Cumplir la Ley”, los
cuerpos de seguridad estatales solamente pueden recurrir al empleo de armas letales
cuando sea “estrictamente inevitable para proteger una vida” y cuando resulten
ineficaces medidas menos extremas.
De acuerdo al reconocimiento de responsabilidad parcial efectuado por el Estado y a lo
considerado en los párrafos anteriores, el Perú es responsable por la violación del
derecho a la vida consagrado en el artículo 4 de la Convención Americana, en relación
con el 1.1 de la misma, en perjuicio de los 41 internos fallecidos identificados, cuyos
nombres se encuentran incluidos en el Anexo 1 de víctimas de la presente Sentencia
que para estos efectos forma parte de la misma.

Puntos Resolutivos o Sentencia:


La Corte declara que,

- Admite el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado por el


Estado por los hechos del 6 al 9 de mayo de 1992.

- La presente Sentencia comprende y se pronuncia tanto sobre los hechos del 6 al 9


de mayo de 1992, como acerca de los ocurridos con posterioridad a esta última fecha.

- El Estado violó el derecho a la vida consagrado en el artículo 4 de la Convención


Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en
perjuicio de los 41 internos fallecidos identificados, cuyos nombres se encuentran
incluidos en el Anexo 1 de víctimas de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas.

- El Estado violó el derecho consagrado en el artículo 5.1 y 5.2 de la Convención


Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de dicho tratado,
y en conexión con los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura, en perjuicio de los 41 internos fallecidos identificados
y de los internos que sobrevivieron, cuyos nombres se encuentran incluidos en el
Anexo 2 de víctimas de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas.

- El Estado violó el derecho consagrado en el artículo 5.1 de la Convención Americana


sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio de
los familiares de los internos determinados en los párrafos 336, 337, 340 y 341 e
identificados en el Anexo 2 de víctimas de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y
Costas.

- El Estado violó los consagrados en los artículos 8.1 y 25 de la Convención


Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en
conexión con los artículos 7.b) de la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, y 1, 6 y 8 de la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, en perjuicio de los familiares
inmediatos de los 41 internos fallecidos identificados, de los internos sobrevivientes y
de los familiares de los internos.
IV. Bibliografía.

 http://www.corteidh.or.cr/cf/Jurisprudencia2/ficha_tecnica.cfm?nId_Ficha=197&lang=es

 https://www.awid.org/sites/default/files/atoms/files/protectionfamily_sp.pdf

 http://www.unla.mx/iusunla3/reflexion/derecho%20a%20la%20intimidad.htm

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