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MOVIMIENTOS SISMICOS
La Tierra, desde su formación cósmica hace más de 4500 millones de años, está
sujeto a procesos internos dinámicos que modifican continuamente su forma y
relieve. Como referencia, en el calendario cósmico confinado a 12 meses, el
hombre ocupa solo los últimos segundos del 31 de Diciembre y en este marco
los movimientos sísmicos y erupciones volcánicas son eventos naturales y no
como frecuentemente la población los califica, fenómenos naturales, Figura 1.
Por lo tanto, corresponde al ser humano usar el conocimiento científico para
adaptarse al entorno reduciendo sus impactos sociales y económicos al mínimo.
En este contexto, la investigación científica busca de manera permanente
ampliar conocimiento sobre los mecanismos que generan estos eventos
geofísicos extremos e identificar potenciales indicadores físicos que anticipen su
ocurrencia. Figura 1. Calendario cósmico, C. Sagan, 1977.
(tierra.rediris.es/merge/Carl_Sagan/calendario.jpg)
El Perú y la Tectónica de Placas El conocimiento científico acumulado hasta la
fecha establece que la superficie terrestre está conformada por un mosaico de
bloques rígidos denominadas Placas Tectónicas que interactúan entre si
convergiendo o transcurriendo una respecto a la otra de manera constante. Esta
dinámica produce deformación elástica en la zona de contacto que se 2 acumula
lentamente en el tiempo hasta que los esfuerzos generados excedan la rigidez
de la zona de contacto y producen su ruptura generando ondas sísmicas que se
propagan en todas las direcciones.
Este proceso dinámico que se repite en espacio y es recurrente en el tiempo a
escala de décadas o centenas de años recibe el nombre de Ciclo Sísmico y se
caracteriza en tres fases: inter-sísmica (acumulación de energía), co-sísmica
(liberación de energía) y post-sísmica (recuperación del equilibrio), Figura 3.
Figura 2. Sismicidad y Placas Tectónicas.
En este marco, el Perú se encuentra localizado sobre el extremo occidental de
la Placa Sudamericana cuya convergencia con la Placa Nazca es causa de todos
los mega-sismos que desde tiempos históricos han afectado y afectaran las
poblaciones costeras de nuestro país, así como como las de Colombia, Ecuador
y Chile. Figura 3.
Esquema que representa el proceso recurrente de las fases del ciclo sísmico. El
segmento verde (fase inter-sísmica) corresponde al periodo de acumulación de
energía (décadas a centenas de años) al final del cual ocurre el sismo y la
energía es liberada súbitamente en pocos segundos, segmento rojo (fase
cosísmica). Finalmente, el segmento celeste representa el tiempo de reajuste de
la corteza a la perturbación causada por el sismo. Geodesia Espacial y Ciclo
Sísmico 3 El avance de la tecnología espacial ha permitido implementar
diferentes Sistemas de Navegación Global por Satélite (GNSS) llamados entre
otros GPS, GLONAS, BEIDOU y GALILEO.
Estos sistemas son constelaciones de satélites que orbitan la Tierra a diferentes
elevaciones y transmiten señales electromagnéticas cuya recepción por
receptores especiales permite localizar las coordenadas geográficas de
cualquier punto sobre la superficie terrestre.
Esta funcionalidad permite a los científicos actualmente estimar con precisión la
tasa anual de desplazamiento de bloques tectónicos inferida de la variación
espacial y temporal de puntos de control apropiadamente distribuidos en la
región de estudio. En 1994, el Instituto Geofisico del Perú (IGP) y la Carnegie
Institution of Washington (CIW) iniciaron las primeras mediciones GPS en el Perú
con las que en 1998 obtienen el primer patrón de deformación inter-sísmica de
los Andes centrales de Perú y Bolivia, Figura 4.
A partir del 2001, el IGP inicia un programa de caracterización del ciclo sísmico
en la región Lima mediante observaciones GPS inter-anuales lo que ha permitido
estimar el potencial sísmico frente a Lima como un sismo de magnitud 8.6 Mw
sin descartarse la posibilidad de cisnes negros como lo ocurridos en el terremoto
de Japón del 2011, Figura 5.
Por otro lado, el segmento Moquegua-Tacna-Arica, considerados zona de
silencio sísmico desde el terremoto de Arica de 1868, se viene monitoreando de
manera continua en colaboración con el Instituto Tecnológico de California
(Caltech) y el Instituto de Ciencias de la Tierra (ISTerre-Grenoble). El objetivo es
monitorear de manera continua la deformación acumulada en los segmentos
mencionados y a partir de ella estimar la magnitud probable del próximo evento
extremo a producirse al final de su ciclo sísmico. Figura 4. Campo de
deformación horizontal Figura 5. Campo de deformación de los Andes Centrales
(Norabuena et al, 1998) horizontal de la Región Lima, 2001- 2010.
Por otro lado, mediciones GPS efectuadas después de los terremotos de
Arequipa 2001 y Pisco 2007 han permitido documentar la fase final del ciclo
sísmico en estas regiones y los máximos desplazamientos horizontales
producidos; 1 m y 1.8 m respectivamente al momento del sismo. Recientemente,
las investigaciones sobre el ciclo sísmico en el Perú se han 4 extendido a
monitorear las principales fallas geológicas del territorio nacional que en el
pasado reciente han sido fuente de movimientos sísmicos importantes. Entre
estas figuran la Falla de la Cordillera Blanca (Región Ancash), la Falla
Huaytapallana (Región Junín), la Falla Tambomachay (Región Cusco) y Falla de
Alto Mayo (Región San Martin) entre otras.
Movimientos Sísmicos y Sistemas de Alarma Temprana Los movimientos
sísmicos que ocurren a nivel nacional, Figura 6, son registrados por la Red
Geofísica Nacional que gestiona el Instituto Geofisico del Perú (IGP) y está
compuesta por la Red Sísmica Nacional, Figura 7, la Red Acelerométrica
Nacional, la Red de Monitoreo de Deformación y la Red de Monitoreo Volcánico.
Estas redes cumplen las funciones de: detección y ubicación de sismos,
estimación del nivel de sacudimiento del suelo, estado del ciclo sísmico y
evaluación del potencial eruptivo de volcanes respectivamente. Figura 6. Los
grandes terremotos o mega Figura 7. Red Sísmica Nacional, con 60 sismos
ocurridos desde el siglo XX. estaciones y transmisión en tiempo real. La
información generada por estas redes es de vital importancia para la atención de
los desastres por sismo y actualmente están siendo complementada con la
implementación de un sistema de alarma sísmico nacional. Este sistema busca
generar una señal de alarma con tiempo de anticipación máximo de 24 segundos
antes que la segunda onda sísmica (S), de mayor potencial destructivo que la
onda P, llegue a la costa. Se entiende que el tiempo de anticipación es
directamente proporcional a la ubicación del sismo con respecto a la costa,
pudiendo en algunos casos coincidir la llegada de la señal de alarma con la de
la onda S quedando sin efecto la alarma. En la actualidad el sistema de alarma
sísmico está en su primera fase de implementación correspondiente a la Región
Lima, Figura 8, y luego se extenderá hacia las regiones de Ica, Arequipa,
Moquegua y Tacna. 5 Figura 8.
Sistema de alarma sísmica para la Región Lima (Fase I). Se compone de una
estación sísmica en la Isla Hormigas de Afuera a 60 km de la costa. La
información registrada será transmitida hasta el IGP mediante telemetría digital
vía enlace Isla San Lorenzo. Podemos resumir que el objetivo de la ciencia e
ingeniería con respecto a los eventos sísmicos extremos es traducir el
conocimiento científico del riesgo existente en zonas vulnerables en sistemas de
alarma temprana, así como en construcciones seguras que reduzcan el impacto
social y económico de los mismos.
REPORTES DE SISMOS
Megafallas
El especialista sostuvo que las zonas de límites de placa se
conocen como megafallas, porque tienen longitudes muy grandes
(decenas de kilómetros). "Por consiguiente, si esas megafallas se
mueven van a producir un sismo mayor comparado con las fallas
en continente", añadió.
Las placas tectónicas son fragmentos de la litosfera, compuesta por la parte superior
del manto superior y la corteza terrestre, que se comportan como una capa fuerte,
relativamente fría y rígida. Las placas de la litosfera son más delgadas en los
océanos, donde su grosor varía de unos cuantos kilómetros en las dorsales
oceánicas hasta 100 kilómetros en las cuencas oceánicas profundas.
Por el contrario, la litosfera continental usualmente tiene un grosor comprendido
entre 100 y 150 kilómetros, aunque puede alcanzar los 250 kilómetros en porciones
más antiguas de los continentes. Debajo de la litosfera, se encuentra una región del
manto muy dúctil, conocida como astenósfera, donde la temperatura y presión son
tan altas que las rocas se encuentran en estado de fusión (rocas fundidas). Es sobre
esta astenósfera que se “deslizan” las placas tectónicas. Se sostiene en la
actualidad que las placas son desplazadas como resultado de un flujo convectivo
(combinado, vertical y horizontal; ver figura 1) en el manto. Este flujo, impulsados
por diferencias de temperatura (por ende de densidad del material) impulsa a las
placas litosféricas, generando indirectamente la formación de las cordilleras
montañosas así como la actividad volcánica (directa o indirectamente) y sísmica en
todo el planeta. Se piensa que las plumas de rocas supercalientes que conforman
el flujo ascendente del movimiento convectivo se generan en el límite núcleo-manto
(donde la temperatura es máxima y la densidad mínima por consecuencia) y
ascienden lentamente a la superficie. La parte horizontal del flujo (flechas
horizontales) es la que arrastra a las placas provocando su colisión o bien su
separación y finalmente se agrega que posiblemente los bordes de placas
convergentes (donde las placas frías y densas de la litosfera se subducen) coinciden
con un flujo descendente en el manto.
En la figura 2 se aprecia la distribución de las placas, donde las placas principales y
de mayor tamaño son la placa Norteamericana, la Sudamericana, la del Pacífico, la
Africana, la Euroasiática, la Australiana y la Antártica; y las placas de tamaño
mediano son la placa Caribeña, la de Cocos, la de Nazca, la Filipina, la Arábiga, la
de Scotia y la de Juan de Fuca. Costa Rica y Centroamérica se ubican sobre la placa
Caribeña o de Caribe, donde la subducción de la placa Cocos debajo de la placa de
Caribe provoca la alta actividad sísmica y volcánica del país.
SISMICIDAD DE TACNA 1997
El presente estudio es parte del proyedo "Evaluación Sismica de Tacna", que
tiene como objetivo
principal conocer el comportamiento sísmico del área de monitoreo de la estación
sísmica de la
UNJBG, para mitigar los efectos de sismos devastadores. Se detalla la actividad
sísmica correspondiente
al año 1997, para lo cual se ha elaborado los histogramas de frecuencia -
distribución y realizado el
análisis e interpretación del record sísmico en forma mensual, con una breve
descripción del ambiente
sismotectónico y los antecedentes sísmicos de la región, acompañado del
correspondiente catálogo
sísmico 1997 como resultado del período de observación se han registrado un
total de 990 sismos, de
los cuales 44 han sido sentidos por la población, estableciéndose que la mayor
actividad sísmica se
encuentra a más de 100 km. y fundamentalmente entre los 100 y 150 kms.
1. INTRODUCCIÓN
2.
El proyecto "Evaluación de la Sismicidad de Tacna"
fue f ormulado con la finalidad de conocer la sismicidad
de Tacna y sus zonas sismogénicas; para mitigar los
efectos de los sismos devastadores como el ocurrido
el 12 de agosto de 1868; también para ir ajustando
periódicamente los mapas de iso-intensidades; para
conocer mejor los suelos sobre los que se encuentran
la zona urbana de Tacna y todas aquellas de expansión
urbana en razón a la necesidad de contar con vivienda
propia, más no por las características de capacidad
portante del suelo u otras consideraciones geotécnicas.
El presente trabajo fue realizado en cumplimiento
de los siguientes objetivos:
Emitir el catálogo sísmico y dar pleno cumphmiento
a los convenios con el Centro de Investigación Sísmica
y Mitigación de Desastres GISMID, Instituto Geofísico
del Perú (IGP) y Universidad Nacional de San Agustín
(UNSA).
Conocer la sismicidad de Tacna y sus zonas
sismogénicas, para mitigar los efectos de sismos
devastadores.