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DICTAMEN N° 3628/216 DEL 22 DE JULIO DE 1993:

CALIFICACION DE LOS RECREOS DOCENTES

EXIGENCIA DE TURNOS A LOS DOCENTES DURANTE LOS RECREOS

FIJACION DE ACTIVIDADES CURRICULARES NO LECTIVAS

* Dictamen absolutamente vigente

Mediante presentación del antecedente, han solicitado a esta Dirección un


pronunciamiento acerca de las siguientes materias relacionadas con los
profesionales de la educación que laboran en establecimientos educacionales
subvencionados conforme al D.F.L. Nº 2, de 1989, del Ministerio de Educación,
cuyo texto refundido fue fijado por el D.F.L. Nº 5, del mismo Ministerio,
publicado en el Diario Oficial de 09.03.93

1) Si el tiempo destinado a recreos puede jurídicamente calificarse como


actividad curricular no lectiva.

2) En caso de no constituir una actividad curricular no lectiva, si resulta


procedente exigir al personal docente desempeñar durante los recreos
actividades curriculares no lectivas, como asimismo encargarse de la disciplina
de los alumnos.

3) Si las actividades curriculares no lectivas a realizar por el docente deben


ser especificadas en el contrato de trabajo, como asimismo si deben ser
fijadas por mutuo acuerdo de las partes.

Al respecto, cumplo en informar a Uds. lo siguiente:

1) En lo que dice relación con la primera consulta planteada, cabe señalar que
el artículo 55 de la ley Nº 19.070 que aprobó el nuevo Estatuto Docente,
publicada en el Diario Oficial de fecha 19 de julio de 1991 , en sus incisos 1º y
4º, establece:

"La jornada semanal de trabajo de quienes ejerzan actividades docentes, no


podrá exceder de 44horas cronológicas para un mismo empleador. la docencia
de aula semanal de estos profesionales de la educación no podrá exceder de
33 horas cronológicas, excluidos los recreos. El horario restante será
destinado a labores curriculares no lectivas. Cuando la jornada de trabajo
contratada fuere inferior a 44 horas semanales, el máximo de clases quedará
determinado por la por la proporción respectiva.

Las disposiciones de este artlculo se aplicarán solamente a los contratos


docentes celebrados entre profesionales de la educación y establecimientos
educacionales particulares subvencionados."

Por su parte, los incisos 1º y 29 del artículo 129 del Decreto Nº 453, de 1992,
del Ministerio de Educación, que aprueba el Reglamento del Estatuto Docente,
aplicable a los profesionales de la educación que se desempeñan en
establecimientos educacionales subvencionados en virtud de lo establecido en
el inciso 29 del artículo 153 del mismo cuerpo reglamentario, prescriben:

La jornada semanal de los docentes se conformará por horas de docencia de


aula y horas de actividades curriculares no lectivas.

" La docencia de aula semanal no po drá exceder de 33 horas cronológicas,


excluidos los recreos,cuando el docente hubiera sido designado con una
jornada de trabajo semanal de 44 horas cronológicas. El tiempo restante
deberá destinarse a actividades curriculares no lectivas. Cada recreo tendrá
por regla general una duración de 4 minutos, que podrán acumularse para los
efectos de conformar el horario diario de clases."

De las disposiciones legal y reglamentaria precedentemente transcritas,


aplicables a los contratos celebrados entre profesionales de la educación y
establecímientos educacionales particulares subvencionados, se Infiere que la
jornada máxima ordinaria de trabajo de quienes ejercen actividades docentes
es de 44 horas semanales, existiendo una limitante en relación con la jornada
destinada a docencia de aula, en el sentido que no puede sobrepasar de 33
horas semanales, excluidos los recreos, destinándose el horario restante a
labores curriculares no lectivas.

Se deduce asimismo que cada recreo tiene por regla general una duración de
4 minutos, los cuales podrán acumularse para los efectos de conformar el
horario diario de clases.

De esta forma, a la luz de las normas legal y reglamentaria antes transcritas,


posible es sostener que el tiempo destinado a recreos si bien es cierto debe -
ser considerado para los efectos de computar la jornada de trabajo del
docente, no lo es menos que el legislador no lo ha calificado como actividad
curricular no lectiva.

A mayor abundamiento, cabe agregar que el Decreto Nº 453 ya citado, en su


artículo 20, especifica cuales actividades son curriculares no lectivas, no
contemplándose dentro de tal enumeración el tiempo destinado a recreos.

De este modo, de conformidad a lo expuesto en párrafos que anteceden,


preciso es afirmar que el pertodo destinado a recreos detenta una naturaleza
jurídica dis tinta de las actividades curriculares no lectivas no pudiendo,'Z por
ende, ser calificado como tal.

2) En cuanto a la segunda consulta planteada, se hace necesario, a fin de dar


respuesta so bre el particular, precisar los conceptos de actividades
curriculares no lectivas, y de recreos.

En relación con lo expuesto, cabe tener presente que la ley Nº 19.070, en su


artículo 69 inciso 29 letra b), enumera a modo de ejemplo que actividades son
curriculares no lectivas, definiéndolas como aquellas labores educacionales
complementarias de la función docente.
Por su parte, y en lo que respecta a los recreos, cabe señalar que ni la ley N°
19.070 ni el Decreto Reglamentario Nº 453, de 1992, del Ministerio de
Educación se encargan de definir dicha expresión, por lo que para precisar el
sentido y alcance del mismo resulta necesario recurrir a las normas de
hermenéutica legal contenidas en los artículos 19 y 20 del Código Civil,
conforme a la primera de las cuales "cuando el sentido de la ley es claro no se
desatenderá su tenor literal, a pretexto de consultar su espíritu", agregando la
segunda que "las palabras de la ley, se entenderán en su sentido natural y
obvio, según el uso general de las mismas palabras".

Al respecto, la doctrina ha sostenido invariablemente que "el sentido natural y


obvio" es aquel que a las palabras da el Diccionario de la Real Academia
Española, según el cual "recreo" significa "acción de recreación,diversión, para
alivio del trabajo", concepto que permite sostener que el legislador al utilizar
en la norma en comento la expresión "recreos", ha querido referirse
precisamente a una medida de tiempo dentro de la jornada de trabajo del
docente, destinada a su esparcimiento y relajación.

De ello se sigue que el referido período no puede destinarse a la realización de


actividades, que como las curriculares no lectivas, o el cuidado de la disciplina
del alumnado, no importan un alivio efectivo del trabajo.

De consiguiente, preciso es afirmar que no resulta procedente exigir al


docente la realización de las actividades antes mencionadas durante los
recreos.

3) Finalmente, y en lo que respecta a esta consulta cabe señalar que el


artículo 54 del Estatuto Docente, en su letra a), dispone:

"Los contratos de trabajo de los profesionales de la educación regidos por este


tltulo deberán contener especialmente las siguientes estipulaciones:

a) Descripción de las labores docentes que se encomiendan;"

De la disposición legal preinserto, se infiere que tratándose de los docentes


del sector particular, entre los cuales se encuentran los profesionales que
laboran en los establecimientos de educación subvencionados con arreglo al
D.F.L. N.9 5. de 1993, las partes se encuentran obligadas a estipular en el
contrato la descripción de las labores docentes encomendadas.

Precisado lo anterior y considerando que la jornada de trabajo de los docentes


del sector particular subvencionado se divide en dos partes, una para la
docencia de aula y otra para las actividades curriculares no lectivas, posible es
afirmar que la estipulación contractual señalada en el párrafo precedente debe
referirse tanto a una como a otra de esas actividades.

De esta suerte, posible es concluir a la luz de lo expuesto que las actividades


curriculares a realizar por el docente deben ser especificadas en el contrato de
trabajo.

Ahora bien atendida la circunstancia que el contrato de trabajo es una


convención, según se establece en el artículo 79 del Código del Trabajo, lo
que significa que la relación laboral nace a la vida del derecho por la
concurrencia de la voluntad de las partes, esto es, del empleador y del
trabajador, posible es concluir que las estipulaciones contenidas en la misma,
entre las cuales, se encuentra la especificación de las actividades curriculares
no lectivas, deben ser fijadas por mutuo acuerdo de las partes.

En consecuencia, sobre la base de las disposiciones legales citadas y


consideraciones formuladas, cumplo con informar a Uds. lo siguiente:

1) El tiempo destinado a recreos no puede jurídicamente calificarse


como actividad curricular no lectiva.

2) No resulta procedente exigir al personal docente desempeñar


durante los recreos actividades curriculares no lectivas, como
asimismo encargarse de la disciplina de los alumnos.

3) las actividades curriculares no lectivas a realizar por el docente


deben ser especificadas en el contrato de trabajo, como asimismo ser
fijadas por mutuo acuerdo de las partes.

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