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EL PODER DEL PENSAMIENTO"

Nuestra vida refleja nuestra mente


2 Corintios 10:5 dice:
Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo
todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
¿PUEDE UN PENSAMIENTO CAMBIAR NUESTRO DESTINO?
¡Sí!
Nuestro pensamiento es tan poderoso que es capaz de cambiar el destino de una persona.
Cuando llegamos a Cristo, con frecuencia ocurren dos grandes batallas en nuestra mente:
1. La primera es para dejar de convertirnos en lo que pensamos.
Un simple pensamiento crea un hábito, éste crea una conducta, y la última moldea el carácter de la
persona.
2. La segunda batalla es para librarnos de la fuerte influencia del “viejo hombre”
(que es nuestra naturaleza pecaminosa, que envuelve los deseos y emociones del pasado),
que nos sigue empujando a hacer lo malo.
A cualquiera se le puede cruzar por la mente un mal pensamiento;
El problema ocurre cuando esos pensamientos vienen periódicamente, les damos cabida y jugamos con
ellos.
Por eso Dios está interesado en cambiar el patrón de nuestros pensamientos.
PELEANDO POR UN TERRITORIO
Cuando hablamos de guerra espiritual, lo primero que tenemos que entender, es que la mente es un
territorio.
Cuando recibimos a Cristo, nuestro espíritu nace de nuevo, pero nuestra alma (mente, voluntad y
emociones) debe ser renovada.
Hasta que no haya renovación, los viejos pensamientos seguirán apareciendo.
¡Tenemos poder para decir “NO”!
Los pensamientos pueden volar sobre nuestra cabeza como si fueran pájaros, pero no tienen derecho ni
autoridad para construir nidos en ella.
Cuando nuestra mente es renovada, el diablo se queda sin territorio.
¿Y CÓMO RENOVAMOS NUESTRA MENTE?
Leyendo la Escritura, escuchando prédicas, leyendo libros que hablan de Dios, y declarando la Palabra en
voz alta.
Todo esto debemos hacerlo con frecuencia.
NUESTRA VIDA REFLEJA NUESTRA MENTE
La condición de nuestra vida es el reflejo de nuestra mente.
Si somos pobres, quiere decir que en nuestra mente hay pensamientos de pobreza y escasez.
Dice Proverbios 23:7 que tal como es su pensamiento así es su corazón.
Esto quiere decir que los pensamientos son una señal de lo que se encuentra en nuestro ámbito
espiritual.
El enemigo siempre está al acecho esperando que tengamos algún pensamiento que no está alineado a
Dios.
El diablo es especialista en hacer que juguemos con este tipo de pensamientos y los aprobemos;
Sin embargo, no tiene autoridad.
Pero cuando los aprobamos, los demonios entran a nuestra mente, y con ellos vienen
la depresión,
la angustia,
el miedo,
la vergüenza,
la pornografía,
la escasez,
el resentimiento,
la ofensa,
las enfermedades,
etc.
¿CÓMO APROBAMOS LOS PENSAMIENTOS?
Cuando nos ponemos a jugar con ellos.
Los pensamientos de Dios son siempre puros y santos.
En cambio, el enemigo siempre nos enviará pensamientos sucios, que llegarán a nuestra mente en
primera persona, porque quiere que estemos convencidos que nos pertenecen y no nos harán daño.
¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?
1. Reprender en el nombre de Jesús, todo pensamiento que no proviene de Dios.
2. Llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo, porque tenemos autoridad y poder para ganar
esa batalla.
3. Tomar la decisión de no volver a mirar atrás, sino de avanzar con firmeza.
Cuando nos mostramos indecisos, somos débiles y vulnerables, y allí es donde el enemigo se aprovecha.
Nadie se convierte en drogadicto de la noche a la mañana, nadie adultera o es infiel de un día para otro,
nadie abandona la iglesia repentinamente.
Cuando se llega a eso, es porque hemos jugado con ese pensamiento una y otra vez.
Sin embargo, Dios nos ha dado armas para pelear contra los pensamientos de maldad.
Tenemos que levantarnos por la mañana y proteger nuestra mente con la sangre de Jesús y nunca
quitarnos la armadura de Dios.
Tenemos que orar y adorar a Dios, pero odiar las obras del diablo.
Satanás nunca dirá la verdad acerca de nosotros.
En cambio, Dios siempre tendrá pensamientos de bien sobre nosotros, porque somos Sus hijos y Él nos
ama.
APLICACIÓN DE LA CLASE:
1. En oración arrepentirse por haber entretenido malos pensamientos.
2. Pedir a Dios renueve sus pensamientos, y comprometerse con Él para no volver atrás.
¿QUIERES QUE JESÚS TE AYUDE DE HOY EN ADELANTE?
Repite esta oración en voz alta:
Padre Celestial:
Yo reconozco que soy un pecador,
Y que mi pecado me separa de ti.
Hoy creo con mi corazón
Y confieso con mi boca que Jesús es el Hijo de Dios,
Que Él murió por mí en la cruz,
Y que Dios el Padre lo resucitó de entre los muertos.
Te pido perdón y me arrepiento de todos mis pecados.
(Nómbralos).
Renuncio a todo pacto con el mundo,
con la carne y con el diablo,
Y hago un pacto nuevo contigo Jesús,
Para amarte y servirte cada día de mi vida.
Jesús, entra a mi corazón y cambia mi vida.
Si hoy muriera, al abrir mis ojos, sé que estaré en tus brazos.
¡AMÉN!
(El decir Jesucristo es tu Señor significa que tu ahora estas haciendo a Jesús el amo o dueño de tu vida)

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