y en la cruz de sus brazos, otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, la vida derramó. Toma mi mano, hermano, ciudad de eternidad. Cristo nos redimió.--------
Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo, El vino de su Sangre buscando otra ciudad. nuestro dolor borró Somos errantes peregrinos y en pan de harina y vida, en busca de un destino, destino de unidad. nueva vida nos dio. Siempre seremos caminantes, Toma mi mano, hermano, Cristo nos redimió.- pues solo caminando podremos alcanzar otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, Hoy comemos su Cuerpo, ciudad de eternidad. trigo de redención; bebemos de su Sangre, Sufren los hombres mis hermanos, vino de cruz y amor. Toma mi mano, hermano, buscando entre las piedras alabemos a Dios. parte de su pan. AMAR ES ENTREGARSE
Sufren los hombres oprimidos, Amar es entregarse olvidándose de si,
buscando lo que al otro pueda hacerlo feliz,
los hombres que no tienen buscando lo que al otro pueda hacerlo feliz. ni paz ni libertad. (Coro): Sufren los hombres mis hermanos, ¡QUE LINDO ES VIVIR PARA AMAR!, Más tu vienes con ellos ¡QUE GRANDE ES TENER PARA DAR!. y en ti alcanzarán: DAR ALEGRIA Y FELICIDAD, otra ciudad que no se acaba..... DARSE UNO MISMO ESO ES AMAR,
Toma mi mano, hermano, DAR ALEGRIA Y FELICIDAD,
Cristo resucitó. DARSE UNO MISMO ESO ES AMAR.
Ven conmigo a la mesa Si amas como a ti mismo que nos ofrece Dios. Toma mi mano, hermano, Y te entregas a los demás,
Cristo resucitó……. veras que no hay egoísmo
que no puedas superar.
Ven hermano, ven, toma mi mano y ven, Veras que no hay egoísmo ven a la mesa que no puedas superar. de nuestro Redentor, (Coro): unidos en la Iglesia, por la fe y el amor. ¡QUE LINDO ES VIVIR PARA AMAR!,
¡QUE GRANDE ES TENER PARA DAR!.
Al ver nuestra tristeza, DAR ALEGRIA Y FELICIDAD… OH DIVINO NIÑO
Oh Divino Niño mi Dios y mi Señor
Tú serás el dueño de mi corazón.
Niño amable de mi vida, Consuelo de los cristianos
La gracia que necesito pongo en tus benditas manos
Tú que sabes mis pesares pues todos te los confió
da la paz al angustiado y alivio al corazón mío
Y aunque tu amor no merezco no recurriré a Ti en
vano Pues eres Hijo de Dios y consuelo del cristiano
Acuérdate, oh Niño Santo, que jamás se oyó decir
que alguno te haya implorado sin tu auxilio recibir.
Por eso con fe y confianza, humildes y arrepentidos