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JURISDICCIÓN INDIGENA Y JURISDICCIÓN ORDINARIA

(Conflicto de competencias)
Sentencia T-002/2012

Mario Restan

José Revueltas

Ginary Pérez

Derecho administrativo
V semestre

Universidad cooperativa de Colombia


Montería – Córdoba
2018
JURISDICCIÓN INDIGENA Y JURISDICCIÓN ORDINARIA

(Sentencia T-002/2012)

Las comunidades indígenas a lo largo de la historia han sufrido flagelos de diferentes maneras
lo que ha llevado a que estas comunidades sean tenidas en cuenta tanto por el derecho
internacional como por el ordenamiento jurídico interno. Esto último lo vemos reflejado en
el reconocimiento que le ha otorgado la constitución política de 1991 a las comunidades de
la etnia indígena, a su diversidad y cultura, como podemos constatar en el art 7 C.P.N “el
estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana”, de igual
manera se le reconoce a estas comunidades la creación de una jurisdicción especial como se
establece en el art 246 C.P.N “ las autoridades de los pueblos indígenas podrán ejercer
funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial”. Sin embargo, tal autonomía que
se le ha reconocido no deben ir en contrario a lo establecido por la jurisdicción ordinaria, por
tanto, la jurisdicción indígena busca o procura proteger la diversidad étnica y cultural a partir
del respeto de las normas, valores costumbres e instituciones que no sean contrarias al
ordenamiento jurídico nacional y protegiendo a sus miembros. Para tal efecto encontramos
el principio de la maximización de la autonomía de las comunidades indígenas, el desarrollo
de este principio supone el carácter excepcional de las restricciones a la autonomía de las
comunidades, aquellos casos en que las restricciones son admisibles de manera excepcional
cuando sean necesarias para salvaguardar un interés de mayor jerarquía y sea la menos
gravosa frente a cualquier medida alternativa para la autonomía de las comunidades etnias,
es decir, hay aquellas circunstancias fácticas en determinado caso en concreto donde la
autonomía de las comunidades podrá hacerse a un lado una vez se verifique las circunstancias
tales casos donde se trate de una medida para salvaguardar un interés de superior jerarquía,
la seguridad interna, otro ha de ser aquella que se trate de la medida menos gravosa para la
autonomía que se le reconoce a las comunidades étnicas. Todo ello bajo el entendido de que
sopesar la jerarquía de los intereses impugna y la posible aplicación de medidas menos
gravosa para la autonomía de la comunidad es un ejercicio de ponderación que debe
realizarse a la luz de la características y atributos propios de cada comunidad, de esta forma
se ha hecho énfasis en que los límites a la autonomía de la comunidad indígena solo pueden
ser aquellos que se refieran a lo verdaderamente intolerable desde el punto de vista de las
garantías fundamentales (derecho a la vida, esclavitud, debido proceso ….).

Así, entonces, frente al vacío normativo que se produce entre a la jurisdicción ordinaria y la
especial indígena se han fijado cierto criterio o elementos determinantes para la competencia
de la jurisdicción indígena y la aplicación del fuero especial en casos específicos. Por ello
para que las comunidades indígenas en su autonomía y en el alcance del ejercicio de la
jurisdicción reclamen el derecho a juzgar las conductas que sean perjudicables para sus
integrantes, en otras palabras para que un individuo pueda ser juzgado ha de tenerse en cuenta
los siguientes: Elemento personal; en el cual se exige la existencia de un grupo diferenciable
por origen étnico, es decir, pertenecer a la comunidad étnica, así mismo un elemento
territorial en el que permite que cada comunidad puede juzgar de acuerdo a sus propias
normas, ósea las conductas que tengan ocurrencia dentro de su territorio, por otro lado
encontramos el elemento institucional u orgánico en el entendido de que se exige la existencia
de una autoridad tradicional que ejerza función de control social en su comunidad. Y por
último se requiere de un elemento objetivo a través del cual se puede analizar si el bien
jurídico presuntamente afectado tiene que ver con un interés de la comunidad indígena, o de
la sociedad mayoritaria.

Por otra parte encontramos la existencia del fuero penal indígena, pues como ya se ha dejado
entre ver, en Colombia se ha reconocido plenamente la existencia de un fuero indígena
fundado en la autonomía de los pueblos indígenas, para dicha aplicación no tendría sentido
sin el reconocimiento de reglas especiales en torno a la valoración de la conducta y la
culpabilidad del indígena, por ello en relación con la culpabilidad a la hora de interpretarse
deberá tenerse en cuenta la conciencia étnica y el grado de aislamiento de la cultura a la que
pertenece, para así determinar si es conveniente que le indígena sea juzgado y sancionado
por el sistema jurídico ordinario o si por el contrario ha de ser devuelto a su comunidad para
que sea juzgado por sus propias autoridades bajo sus propias normas y costumbres.

En este orden de ideas y para el caso en concreto que esta sentencia trae a discusión el lugar
que la constitución de 1991 hace a los pueblos de la etnia indígena en sus artículos 1, 2, 7,
70, los cuales proclaman los derechos colectivos de los pueblos aborígenes y convierte a
Colombia en un estado pluralista y participativo, el eje principal de los asuntos bajo examen
no es la conocida tención entre a la autonomía y la diversidad cultural de las comunidades
indígenas y el sistema de derechos fundamentales en tanto mínimos éticos universales, sino
que está en juego la integridad sexual de los dos menores, los menores son sujetos de especial
protección tanto por el derecho internacional con aquellos tratados ratificados por Colombia
que adquieren la categoría de convenios en tanto aquellos que tengan su desarrollo en esta
materia, así mismo el ordenamiento interno como ejemplo de lo antes mencionado en
encontramos el artículo 44 de la constitución política colombiana que nos anuncia de manera
taxativa cuales son aquellos derechos fundamentales de los niños, los cuales deben ser de
especial protección constitucional cuyo bienestar y cumplimiento es algo que atañe a la
sociedad en general.

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