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INSTRUMENTOS DE DIOS
PERSONAJES
ERIC
MILTON
RUT = NORMI
DÉBORA = VICKY
REINA ESTER = MIKA
ENOC = FERNANDO
ELÍAS = MAURI
MARÍA = MYRIAN
Una sala de una casa, un chico ve tranquilo la TV.... Se duerme poco a poco... La
TV sigue con su programación... A lejos hay una Biblia olvidada...
MILTON. No, soy realmente yo, muchas personas dicen que la tele ejerce mala
influencia y que en ella hay mucha basura… Estoy de acuerdo con eso, pero la
verdad es que son las personas las que hacen malos programas e introducen cosas
erróneas. La TV es un instrumento maravilloso de comunicación, que si se llegara
a utilizar adecuadamente, podría llevar información de paz, esperanza y amor a
todas las personas del mundo.
ERIC. Mi padre dice que la mayor parte del tiempo vos no vales la pena que se te
mire, que sos una gran pérdida de tiempo…
MILTON. Son los seres humanos que derraman sus malos pensamientos en mi
cerebro electrónico lo que hace que la mayor parte del tiempo yo sea
inadecuado para que me miren. Entonces también hay que culpar a los seres
humanos y a vos ya que podes cambiar de canal y buscar una programación
adecuada…. como programas religiosos.
ERIC. Es cierto lo que decis. Hoy en día existen vídeos con sermones y temas que
ayuden a mejorar mi vida y de las demás personas.
MILTON. Hoy tengo nueva programación. Del cielo directa para vos...
NORMI. Como bien dijiste.... fueron unas experiencias muy tristes. De repente
mi suegra y yo nos encontramos desamparadas y sin saber qué hacer.
NORMI. Así es. Ella había llegado a ser como una madre para mí... se había
convertido en un ejemplo para mi vida. Más que eso, en una amiga; por eso no
pude dejarla sola.
MILTON. ¿Fue muy dura aquella época en la que te tocó trabajar y sostener a tu
suegra?
NORMI. La verdad, no me pareció que fuera tan dura; trabajaba con amor y
buena disposición.... Trabajaba para poder comer y no podía desperdiciar la
oportunidad que me habían dado.
NORMI. Bueno, fue algo que nos ayudó mucho.... Además, junto a él pude
comenzar una nueva vida.
MILTON. Ahora tenemos a otra mujer que fue un gran ejemplo para su época.
Ella fue nada más y nada menos que una jueza de Israel: Débora. Buenas tardes,
Débora, es un gusto tenerte entre nosotros hoy.
VICKY. Gracias.
MILTON. Bien, Débora, como te habrán informado... te daré una preguntas y vos
podrás contestarlas con toda libertad. ¿Es cierto que tú fuiste jueza y profetisa?
VICKY. SÍ, es cierto. Fue un gran privilegio para mí ser escogida por Dios para
juzgar a Israel y para comunicar su palabra.
MILTON. Fueron muchos años realmente… pero… ¿Por qué Barac no confió
plenamente en la palabra de Dios?
VICKY. Sí, es verdad. En esa ocasión Dios usó a una mujer para engrandecer su
nombre.
MILTON. Débora, fue un honor poder compartir estos minutos contigo.... Muchas
gracias por acompañarnos.
VICKY. Igualmente para mi, muchas gracias.
MILTON. Nuestra siguiente invitada ya está por entrar; pero antes de eso te diré
que ella fue una mujer de gran importancia, muy recordada en la historia del
pueblo judío. Se trata de la reina Ester. Muy buenas tardes, reina Ester. Es muy
grato tenerte con nosotros.
MILTON. Reina Ester, te haré unas preguntas muy cortas que le ayudarán a Eric a
ver cómo Dios te condujo en tu vida. ¿Estás lista?
ESTER. Para serte sincera, yo no creía que llegaría a ser la reina. Aunque me
gustaba mucho la idea y realmente quería serlo… pero… ¿quién era yo para
aspirar a eso? No te olvides que pertenecía a una comunidad cautiva.
MIKA. Así es... fueron días de mucha aflicción. Como los otros judíos, pude sentir
el mismo dolor y el mismo temor que ellos sentían.
ESTER. Sí, llegué a pensarlo.... pero decidí que no importaba si moría. Debía
hacer el intento para ayudar a mi pueblo.
MILTON. ¿Creíste que fue Dios quien te ayudó en todas esas situaciones?
MIKA. Sin duda alguna. Solo la protección y la dirección del Señor, pudo haber
dado solución a tantos problemas... Solo Él pudo rescatarnos de nuestros
enemigos.
FER. Escuché del mismo Adán la triste historia de la caída del hombre y también
la maravillosa promesa de la redención. Me aferré a aquella historia de amor,
creí en ella y dediqué mi vida a obedecer a mi Dios en todo, apartándome de lo
que era malo y usando mi tiempo para cultivar una verdadera comunión con él.
MILTON. ¿Cuál era tu rutina? ¿Qué era lo que más te gustaba hacer?
FER. Sí. Con frecuencia sus santos ángeles venían a mí y hablaban conmigo.
MILTON. ¿Te comunicó Dios que te llevaría a los cielos con él?
FER. Sí, por medio de la dulce voz de sus ángeles me dijo que me amaba en gran
manera y que no podía permitir que muriera como los demás hombres.
FER. Sí. Aquellos que se hayan apartado de todo mal, que experimenten una
verdadera comunión con el Señor y que estén vivos cuando el Salvador vuelva en
gloria y majestad.
MILTON. Muchas gracias por tus respuestas, Enoc. Fue muy grato tenerte entre
nosotros.
FER. Gracias a vos por darme este espacio donde compartir la maravillosa
experiencia que viví en la tierra al ser fiel a Dios...
MILTON. Muy bien, entonces continuemos… De la persona que viene ahora diré
que él fue un gran profeta de Dios: Él es Elías. (Entra y se sienta.) Muy buenas
tardes, Elías; es muy grato que estés con nosotros. Elías, me gustaría saber
algunas cosa de ti y que Eric te pueda conocer más... ¿Qué sentiste al estar solo
en las montañas?
MILTON. Hubo un tiempo en que fuiste el único profeta de Dios, ¿es así?
MAURI. Si… Es cierto, pero nunca estuve solo porque me acompañaron los más
poderosos ángeles del cielo.
MAURI. Siempre. En todo momento existió una verdadera comunión entre los
dos; jamás me sentí solo, porque Dios siempre estuvo a mi lado, aun en el
silencio.
MAURI. Sí, aunque nunca debí sentirlo pues los ángeles que me acompañaban me
daban fortaleza, hasta que aprendí a aferrarme por completo al amor de mi Dios.
Entonces nada pudo hacerme dudar.
MAURI. Sin duda. Aquellos que en los últimos días vivan en medio del peligro y la
maldad, y sin embargo se mantengan sin mancha alguna, experimentando una
verdadera comunión con Dios, cuando el Salvador vuelva en majestad serán
arrebatados al cielo sin conocer la muerte.
MILTON. Ahora vamos a conversar con una mujer que fue muy especial entre
todas las mujeres. En ella se cumplió una de la profecías más esperadas por los
judíos. ¿Sabes quién es?
MILTON. Buenas tardes, María. Ahora te voy a hacerte unas preguntas para poder
conocerte un poco. ¿Cómo te sentiste cuánto el ángel te dijo que ibas a ser la
madre del Mesías?
MYRIAN. Fue muy gran honor, no me lo esperaba ¿Qué había hecho yo para ser la
madre del Salvador?
MILTON. Sin lugar a duda fue una gran sorpresa para ti.
MYRIAN. Si… la verdad es que José fue un gran apoyo para mí, y fue fiel a Dios
en el cometido que habíamos tenido el privilegio de vivir. Su vida fue muy
importante para la educación de Jesús.
MYRIAN. Aun con mi educación imperfecta, él fue muy fiel a su Amor por el
Padre Celestial... Le encantaba estar en el templo, leer los libros de la biblia...
Le gustaba estar preparado para ayudar a todos.
MILTON. Me gustaría hacerte una última pregunta que es algo delicada... ¿Cómo
viviste la crucifixión de tu hijo?
MYRIAN. Hummm. Cómo madre es muy difícil ver sufrir a tu hijo. Para mí era
muy incompresible verle morir siendo él Santo y puro. Mi hijo murió por todos. Él
fue bueno hasta la cruz; ahora sé que su vida fue una eterna preparación para
ese día, para que su fe no faltase, para que se cumpliese la profecía.
MILTON. Gracias, María, por este testimonio. ¡Gracias por estar hoy con
nosotros!
MYRIAN. De nada, solo una última cosa: Quiero pedirte un favor (dirigiéndose a
Eric.) Haz que su muerte valga la pena. Él murió por vos. (Se levanta y sale).
MILTON. Al igual que todas estas personas, vos también podes tener una
transformación en tu vida, podes ser un ejemplo para las personas que te
rodean, llevando el mensaje de amor y esperanza a todos los que lo necesitan.
ERIC. Dios te ha utilizado como instrumento para que me pueda dar cuenta que
estaba perdiendo todo mi tiempo dañando mi mente con programas que no
llenaban mi vida espiritual. Hoy quiero ser un instrumento y me pongo en manos
de Dios.
(Se levanta y toma la Biblia que estaba olvidada y lee: Efesios 2:10 y dice: