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EL HOMBRE Y SUS DERECHOS

Existen muchas razones y argumentos para afirmar y sustentar el carácter universal de los
derechos humanos, por un lado se habla de las libertades individuales, derechos naturales,
derechos del hombre, valores morales e individuales, pero por otra parte existe contradicción
dentro en la esfera social, cuando encontramos escenarios y circunstancias de violencia,
voluntades y formas de pensar de los individuos, normas que incluso restringen el goce y disfrute
de los derechos, que no permiten avanzar para la realización de los derechos humanos.

Con el trascurrir del tiempo el individuo conoce y reconoce los derechos humanos, mismos
que no han sido materializados y aplicados en la vida cotidiana con aras a brindar el bienestar
del ser humano; al contrario se desconocen en el momento en que se incumplen al no existir las
garantías suficientes para su aplicación, ya lo decía el jurista Italiano Luigi Ferrajoli, los
derechos fundamentales "son aquellos derechos cuya garantía es igualmente necesaria para
satisfacer el valor de las personas y para realizar su igualdad”.1

Ahora bien, adentrándose en la esfera nacional es preciso mencionar que para el caso
Colombiano, no existe efectividad del ordenamiento y obligación política de protección a los
derechos humanos, se han visto permeados y vulnerado muchos derechos a lo largo de la
historia, muestra de ello es lo consagrado en el informe presentado por 24 organizaciones acerca
del seguimiento a las recomendaciones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas en el año 20182.

Pero esta crisis de derechos perdidos se agrava aún más cuando se afecta la dignidad del ser
humano, tal es el caso del derecho a la salud, cuando a pesar de encontrarse consagrado en las
normas del nivel nacional e internacional, al momento de reclamar el derecho, le es negado
siendo como debe salir a la protección el juez de tutela a su reconocimiento.

Por su parte la Organización Mundial de la Salud – OMS, menciona:

1
Ferrajoli, L. “Derecho y razón - Teoría del garantismo penal”. Madrid. Editorial, Trotta. 1997, p. 908
2
El Espectador, “Colombia se raja en derechos humanos: las organizaciones sociales denuncian”, 4 Abr 2018, por
Natalia Herrera Durán.
“El derecho a la salud para todas las personas significa que todo el mundo debe tener
acceso a los servicios de salud que necesita, cuando y donde los necesite, sin tener que
hacer frente a dificultades financieras3”.

En el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se desarrolla también


el derecho a la salud, al igual que en el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y en consecuencia, vale la pena preguntarse entonces, ¿la
universalidad de los derechos no es absoluta? y si es universal porque es necesario acudir a otros
mecanismos para su protección?, un interrogante necesario, porque se comprueba que no se
cumplen los preceptos formales, distan de toda realidad cuando se coloca al paciente en el dilema
de la reclamación de su derecho por vía administrativa y por vía judicial.

Ahora bien, quien padece cierta enfermedad debe cargar con el peso de sus padecimientos,
aunado la situación económica que se vuelve difícil, pues se le restringe la posibilidad de
desempeñar una labor, en muchos casos es la familia la llamada a asumir el cuidado de la
persona, sin consideración alguna, cargando con el peso de la tramitología innecesaria para poder
hacer efectivo su derecho de prestación de salud, por ello considero que pese a los múltiples
esfuerzos que se hagan, nos encontramos muy lejos de ser un país donde se respete de manera
eficiente el derecho fundamental a la salud y por ende la vida.

Encontramos entonces que pese a estar contemplado normativamente el derecho a la salud,


cada día son más las acciones judiciales que los pacientes deben tramitar y pese a todo esto los
pacientes mueren en los pasillos, muchos requieren cirugías y llevan meses a la espera de una
autorización, pacientes con cáncer sin programación de quimioterapias, ancianos sin
medicamentos para sus cuidados paliativos, en fin servicios negados por sus EPS, sin que los
usuarios del sistema reciban la mínima atención.

Por ende es preciso considerar que no es útil contar con un sistema normativo extenso si los
derechos no se materializan y llegan a la población que verdaderamente lo requiere, es así que la
Constitución Política de Colombia incorporó un amplio catálogo de derechos, como también
promulga que Colombia es un estado social de derecho debe llegar a las realidades sociales no
simplemente quedar como un saludo a la bandera donde se caiga en el formalismo y el

3
https://www.who.int/mediacentre/news/statements/fundamental-human-right/es/
escalonamiento hacia las vías judiciales; se requiere mayor presencia de los organismos de
control para hacer justicia frente al derecho, y mientras esto no suceda quedaremos rezagados a
continuar exigiendo el cumplimiento de los fallos.

Con respecto a la cobertura ni los planes básicos obligatorios no han sido suficientes para
poder brindar el servicio de salud, es más han conllevado al desconocimiento insistente del
derecho.

Frente a este panorama podemos mencionar que el derecho a la salud se encuentra en cuidados
intensivos, donde prima la incertidumbre, el dolor y la desesperanza para quienes lo reclaman.
En el documento “Comisión de Salud Momento crítico para la salud en Colombia”, de Mario
Hernández Álvarez, describe:

“Sin lugar a dudas, el Sistema de Seguridad Social en Salud colapsó. Para el gobierno,
el problema sigue siendo un asunto financiero. Para quienes pensamos que llegó al
límite, se trata de un problema de estructura. Son visiones muy diferentes, tanto de las
causas de la crisis como de las soluciones (…)”4.

Es evidente que el sistema de salud no ha logrado satisfacer el derecho de sus habitantes, cada
día crea quejas por parte de los usuarios, dadas las desigualdades respecto de la calidad y acceso
más sin embargo no han encontrado soluciones puntuales, cuya eficiencia y eficacia estarían
garantizadas por un dispositivo de control y vigilancia estatal fuerte, que asegure el logro de sus
cometidos, y donde el manejo de la salud no se mire como un negocio por parte del sector
privado, es necesario que la salud tenga un giro contundente y la prestación se garantice
directamente por parte del Estado, donde no terminen lucrándose unos pocos sino la mayoría de
la población en cumplimiento de los verdaderos fines del Estado.

Finalmente el llamado es a repensar el sistema de salud en atención a la esencia de los


derechos humanos, el uso de instrumentos de protección efectivos, solo así los problemas de
inequidad e injusticia serán subsanados, en procura de evitar las violaciones reiteradas y
sistemáticas.

4
Tomado de: http://viva.org.co/lobbying/comision-de-salud/218-momento-cr%C3%ADtico-para-la-salud-en-
colombia, 27 de agosto de 2019.
“La salud es la riqueza real y no piezas de oro y plata”.

Mahatma Gandhi.

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