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Evolución histórica
Escuelas penales
En Venezuela existen un sin número de leyes que, aparte del Código Penal,
contienen tipos penales lo cual ha roto el principio de codificación y
sistematización del sistema penal, dificultando la comprensión y aplicación integral
del sistema penal.
Luego, en 1834 los Ministros del Interior, en el uno el Dr. Diego Bautista
Urbaneja, y en el otro, José Santiago Rodríguez, exigen a los congresos de los
Estados, la reforma urgente de las leyes españolas, y en 1835 se nombran
comisiones para redactar los códigos nacionales, entre estos, el penal, pero
ninguno hizo la que concernía a la conformación de este cuerpo de leyes.
Dicho Decreto declaró nulas y sin ningún valor las disposiciones dictadas
con posterioridad al 15 de marzo de 1858, restituyendo así la legislatura
contenidas en las viejas leyes españolas. En este Decreto se lee lo siguiente:
Art. 1º.- Se crea una comisión revisora de la legislación del país, cuyas
funciones serán formar los códigos nacionales y presentar proyectos de leyes que
la impongan en armonía con el sistema federal.
Art. 3º.- Los tres letrados gozaran del sueldo de doscientos pesos
mensuales.
El Libro Primero contiene las disposiciones sobre delitos y faltas; sobre las
personas responsables y las penas, además contiene el principio de legalidad
penal, en su artículo primero.
…/…
Para justificar este aserto nos bastaría consignar aquí la historia del código
español, apuntando las vicisitudes porque ha pasado. En efecto, ni el código
sancionado en 1822 bajo el reinado de Fernando VII, ni los proyectos de 1829 y
1834, ni el publicado en 1848, revisado luego en 1850, ni finalmente el vigente de
1870, han podido presentarse al público sin adolecer de graves errores ni escapar
al escalpelo de la crítica, a pesar de haber sido redactados por los más notables
jurisconsultos de España. Por ello en 1879 proyectó una nueva reforma el señor
Bugallal; en 1882 y 1885 presentaron a las Cortes Españolas los señores Alonso
Martínez y Silvela, respectivamente, sus proyectos en tal sentido, y últimamente,
en 1886 tenemos noticia de que presentó otro proyecto de reforma el mismo señor
Alonso Martínez. ¿Podrá gloriarse la Nación española de que el nuevo código
penal que sancione sea una obra acabada en su género? Ya lo veremos.”
El Dr. José Rafael Mendoza Troconis, hace referencia a dicho, del Dr.
Zuloaga, quien afirma que la reforma del código penal de 1873 consistió en
sustituir el que existía, por uno calcado casi de un todo en el italiano de 1889.
Para Jorge Sosa Chacín y José Miguel Tamayo Tamayo, Nuestro Código
vigente está estructurado con las ideas de la escuela clásica ya que el mismo
sigue los lineamientos del Código italiano de 1889, cuyo texto sirvió de guía a
nuestro Código Penal de 1897, que luego inspiró al legislador de 1926, fecha
después de la cual no se han modificado los principios generales que inspiran
nuestra legislación penal.
El gobierno del general Juan Vicente Gómez tuvo una duración de 27 años,
de 1908 hasta su muerte producida en 1935, y comprende tres etapas definidas
por los historiadores en razón al tratamiento que este dio a los problemas políticos
que enfrento.
Por tanto, podemos afirmar con seguridad que la orientación seguida por el
Código Penal de 1912, al igual que el de 1904, mantiene una tendencia mixta, es
decir, preponderantemente española para el Libro Primero, y predominantemente
italiana para los Libros Segundo y Tercero.
De la Parte Especial fueron reformados los artículos 128, 129, 130, 131,
132, 133, 134, 138, 142 y 144, todos ellos correspondientes al Título I, De los
delitos contra la independencia y seguridad de la Nación; lo mismo que los
artículos 407, 408 y 409, correspondientes al Título IX, De los delitos contra las
personas, aumentándose exageradamente las penas.
Así por ejemplo, el delito de rebelión se castigó con pena de presidio de
veinticuatro a treinta años, que en el Código Penal de 1926 era de diez a quince
años de arresto en Fortaleza o Cárcel Política, esto es, destinada a presos
políticos; en tanto que el delito de homicidio intencional pasó a ser castigado con
pena de dieciséis a veinticuatro años de presidio.
Sosa Chacín afirma que dicho Decreto carece de validez, ya que según el
Dr. Rafael Bielsa, “Los llamados decretos-leyes emanados de un gobierno de
facto, tienen vigor mientras ese gobierno está en funciones. Si el Congreso los
aprueba debe darles trámite de ley y no simplemente ratificarlos, porque no hay
continuidad constitucional entre el gobierno de facto y el gobierno de jure”. De esta
tesis, nos serviría para establecer, que los decretos dictados por un gobierno de
facto, constituiría un acto írrito que no puede ser convalidado por un gobierno de
jure, por faltar ese hilo constitucional que los una.
Sosa Chacín aclara luego que mediante decisión del 23 de julio de 1964, la
Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia declaró la nulidad del
Decreto-Ley de 1958, y, por tanto, carente de valor, por el defecto de forma
consistente en la no publicación del texto refundido, por lo tanto solo mantiene un
valor histórico, sin embargo es innegable que dicha reforma mantuvo una vigencia
plena y formal por más de cinco años, y que, por virtud de ella, ciertos artículos de
dicho código fueron modificados más adelante.
De la Parte Especial fueron reformados los artículos 128, 129, 130, 131,
132, 133, 134, 138,142, 144, 146 y 164, todos ellos correspondientes al Título I,
―De los delitos contra la independencia y seguridad de la Nación, esto es, traición
a la patria, rebelión y otros delitos políticos.
Del Título IX, referente a los delitos contra las personas, fueron reformados
los artículos 407 (Homicidio Intencional), 408 (Homicidio agravado) y 409
(Homicidio calificado); y en cuanto a los delitos contra la propiedad, previstos en el
Título X, fueron modificados los artículos 453 (Hurto simple), 454 (Hurto agravado)
y 455 (Hurto calificado); 457 (Robo genérico) 460 (Robo agravado) y 462
(Secuestro); lo mismo que los artículos 464, 465 y 466, relativos a la Estafa y otros
fraudes, que fueron objeto de una profunda modificación que determinó la
tipificación expresa de los diversos casos de estafa, fraude y defraudación,
descritos en los distintos ordinales de los artículos 465 y 466.
La modificación de los artículos 284, 285 y 286, que pasaron a ser los
artículos 283, 284 y 285, que tipifican los delitos de Instigación a ejecutar
contravenciones e Instigación a la desobediencia de las leyes.
La modificación del artículo 375, que pasó a ser el artículo 374, que tipifica
el delito de violación, del cual destaca que será considerada ésta no sólo el
constreñimiento a realizar un acto carnal por vía vaginal, anal u oral, por medio de
violencias o amenazas, sino también, bajo estas mismas circunstancias, la
introducción de objetos por alguna de las dos primeras vías, lo mismo que la
introducción, por vía oral, de un objeto que simulen objetos sexuales.
La modificación del artículo 462, que pasó a ser el artículo 460, que tipifica
el delito de Secuestro, al cual se le agregaron cuatro nuevos Parágrafos, con el fin
de describir nuevas figuras típicas relacionadas con este delito.
Actividades de Refuerzo
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