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Capacidad de plegado.
Ligereza y maleabilidad.
Los envases cumplen una función básica, de proteger y conservar la calidad e integridad
del producto.
El envase, a lo largo de su historia, fue variando no sólo por los materiales que
comenzaron a utilizarse para su fabricación sino por la importancia que poco a poco
alcanzó. En sus inicios fue considerado simplemente como un contenedor o protector
pasando luego a ocupar un lugar asociado mucho más a la presentación del producto ya
que es lo primero que se observa, y a partir de ahí comunica las cualidades y los beneficios
que se obtienen al consumirlo. Por eso llegó a llamársele “el vendedor silencioso”.
Sin envases y embalajes sería imposible que la mayoría de los productos comercializados
fuesen distribuidos en un mercado cada vez más amplio. Por eso resulta interesante hacer
un recorrido sobre la importancia que ambos presentan y la utilización que les podemos
otorgar. Existe un principio en el desarrollo de los envases y embalajes, y es que no hay
envases buenos o malos sino que uno será más apropiado que otro. Los invitamos a
recorrer juntos las características, formas y materiales de los envases y embalajes, con el
fin de orientar a los emprendedores al momento de elegir el que mejor se ajusta a las
necesidades de sus productos.
Tipo L, presenta bajo contenido de elementos residuales, tales como cobre, níquel, cromo
y molibdeno. Algunas veces es usado para imprimirle resistencia interna a la corrosión
para ciertos productos alimenticios.
TABLA 1.
Níquel 0.060
Molibdeno 0.040
0.020⁴
NOTAS
En la FIGURA 5 se ilustra que el diseño innovador de este proceso, hace posible los
diferentes tipos de películas poliméricas y espesores para ser pegados a un sustrato, sin
ningún encogimiento inducido por el calor. Éste también entrega recubrimientos de
mínima cristalización y por lo tanto una formabilidad excelente. El proceso es compacto
y se presta a un proceso moderno de sistemas de línea de control. En la FIGURA 5 se
ilustra que el diseño innovador de este proceso, hace posible los diferentes tipos de
películas poliméricas y espesores para ser pegados a un sustrato, sin ningún encogimiento
inducido por el calor. Éste también entrega recubrimientos de mínima cristalización y por
lo tanto una formabilidad excelente. El proceso es compacto y se presta a un proceso
moderno de sistemas de línea de control.
Reducción en frío
Limpieza electrolítica
Es necesario eliminar antes del recocido los productos contaminantes que se adhieren a
la superficie del acero durante los procesos anteriores (fundamentalmente: aceite). La
limpieza de la banda se realiza pasándola por baños de solución alcalina caliente ayudada
por acción electrolítica. Luego el acero limpio se seca con aire caliente.
Recocido
Laminado de temple
En esta etapa la banda es laminada en un tren de rodillos para mejorar la plenitud así
como las propiedades metalúrgicas requeridas como la dureza y nivel de acabado
necesario.
En este paso se cortan los bordes desparejos de la bobina y se unen a otras para formar
así bobinas más grandes.
Estañado electrolítico
Para realizar el estañado electrolítico se trabaja en bobinas que se van uniendo unas a
otras por sus extremos. En esta etapa también se lleva a cabo una limpieza a fondo,
decapado y lavado, pasos esenciales para la preparación de una superficie totalmente
limpia para el electro-deposición del estaño. A continuación se realiza el proceso
electrolítico para obtener la hojalata, pero opaca, del tipo mate. Para obtener la superficie
brillante se calienta la banda eléctricamente hasta que sobrepase el punto de fusión del
estaño y se enfría rápidamente hasta que el mismo solidifique.
Este proceso recibe el nombre de abrillantamiento por fusión. Luego se recubre la
superficie con una capa muy delgada y uniforme de aceite. Al terminar esa acción se
realiza un examen visual de la superficie y un examen electrónico para rechazar bandas
mal calibradas o con cobertura de estaño deficiente. Finalmente se embalan en fardos o
bobinas.
Pasivado
Este proceso se realiza para prevenir la reacción del estaño con azufre (presente en
algunos alimentos como los derivados cárnicos). Se genera sulfuro de estaño de color
negro y el fenómeno se le conoce como “manchado de sulfuro”. El pasivado mejora
también la resistencia a la oxidación de la hojalata. Este procesado da lugar al nivel más
alto de cromo en la superficie de hojalata y el nivel más bajo de óxido de estaño. Debido
a su alto nivel de cromo la capa superficial puede resistir el manchado por sulfuros. En el
caso de productos alimenticios y durante el almacenaje el aumento de oxidación es
mínimo, proporcionado además un sustrato apropiado para la aplicación de la mayoría de
los barnices. La solución de dicromato de sodio se utiliza también para otro tipo de
pasivado que consiste en un simple tratamiento químico por inmersión (código 300). Este
tratamiento da lugar a un bajo contenido de cromo (aproximadamente 1/5 del producido
en el pasivado 311). No es resistente al manchado con sulfuro pero se utiliza para
aplicaciones de barnices especiales para envases de embutidos profundos. Su resistencia
a la oxidación al almacenaje es menor.
BIBLIOGRAFIA