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Es peor…
Naturaleza Recibir la injusticia
Leyes Cometer la injusticia
Sobre la multitud
Calicles se enfada bastante y mantiene su posición, sin embargo si los de buen juicio
deben dominar ¿son capaces de dominarse a sí mismos?.
Establecido eso, Sócrates se basa en un sabio que le dijo cosas acerca del alma. El
alma posee una parte que se deja llevar por las pasiones, descrita como un “tonel
agujereado” mientras que el alma de la persona moderada es un tonel bien constituido.
Entonces si tenemos a dos hombres:
Así, el hombre licencioso tendrá que llenar su tonel cada vez que se vacíe a causa
de sus agujeros y el hombre moderado no necesitará hacerlo puesto que su tonel está lleno
y no tiene agujeros. Por lo tanto, el licencioso es desdichado y el moderado es feliz.
La posición de Calicles queda muy clara, pero bajo esa premisa Sócrates le pregunta
que si alguien se enferma de sarna siguiendo esa lógica lo que respondería a su necesidad
y le daría placer sería rascarse, pero con esto se estaría haciendo daño. Calicles insiste en
que si se rasca también tiene placer y es feliz haciéndolo, pero ¿Cómo puede ser alguien
feliz haciendo algo que le hace daño? Sócrates no soporta la intransigencia de Calicles y
decide introducir otro argumento.
Sócrates se basa en definir si el placer es lo mismo que el bien. Tener sed por
ejemplo, es ser desdichado al igual que tener hambre, las dos son cosas dolorosas, pero
saciarlas con agua y comida es agradable. Por lo tanto, se distinguen dos cosas: el dolor y
el placer; una representa el mal y otra el bien. las dos no pueden suceder al mismo tiempo.
Entonces, ¿cómo se puede ser dichoso al tener sarna y encima rascarse en vez de
sanarse? Calicles finalmente acepta su contradicción.
Frente a la actitud de Calicles, incluso el mismo Gorgias interviene para pedirle que
no sea testarudo y le conteste de buena forma a Sócrates.
Calicles afirma que hay varios tipos de placeres y dolores tanto malos como buenos.
Sin embargo, siempre hay que seguir los placeres y dolores que se conduzcan hacia el
bien. El alma necesita a veces del dolor; por ejemplo, imaginemos a un hombre enfermo
del estomago y que por su apetito por las comidas, quiere comer cosas que le producen
daño. En ese caso, el alma debe ser reprimida porque es mucho mejor que sea reprimida
a que sus deseos se cumplan y que el dolor se prolongue más; esto significaría el ''dolor
bueno''.