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Clase 5 IE Coaching
Clase 5 IE Coaching
Nureya Abarca
Profesora
Escuela de Administración
Pontificia Universidad Católica de Chile
Clase 5
AUTOGESTION
Un manejo adecuado de las emociones
Los sentimientos nos suministran, a cada instante, durante todo el día, datos
potencialmente aprovechables. Pero no basta con tener los sentimientos. Es
necesario saber reconocerlos y apreciarlos, tanto en uno mismo como en los
demás, así como reaccionar a ellos correctamente. Las personas que saben
hacerlo utilizan la inteligencia emocional, que es la capacidad para sentir,
entender y aplicar eficientemente el poder de aquel cúmulo de emociones del
cual proviene parte de la fuerza e influencia que tiene el líder sobre los demás.
La autogestión en el liderazgo
Los líderes más que otras personas, deben saber sintonizar con los que
trabajan, manejar las emociones y las relaciones interpersonales, muchas
veces articulando un sentimiento colectivo no expresado, de modo de guiar a
un grupo hacia sus objetivos. Hemos visto que el aprender a expresar en forma
adecuada nuestras emociones, tiene una incidencia importante en las
relaciones interpersonales que establecemos y por lo mismo es una gran
responsabilidad de los líderes, ya que sus estados de ánimo contagiarán
inevitablemente al resto de la organización.
RECUADRO
La ventaja del autodominio
El experimento de la Universidad de Stanford conocido como «el test de las
golosinas» consistía en llevar uno por uno a los niños de cuatro años de la
escuela infantil de Stanford a una habitación, donde se les dejaba frente a una
golosina encima de una mesa y se les decía: «Ahora debo marcharme y
regresaré dentro de unos veinte minutos. Si lo deseas puedes tomar una
golosina pero, si esperas a que vuelva, te daré dos». Cuando, catorce años
después, estos niños acabaron sus estudios en el instituto, se vieron sometidos
a un estudio comparativo entre aquéllos que habían cogido inmediatamente el
caramelo y aquéllos otros que habían esperado para conseguir otro, cuya
conclusión demostró que los que no habían sabido dominarse durante la
prueba eran más proclives a ser víctimas del estrés, tendían a irritarse y
pelearse con más frecuencia y también eran menos capaces de resistirse a las
tentaciones en aras de la consecución de un determinado objetivo. Pero lo más
sorprendente fue que los investigadores constataron un efecto completamente
inesperado, ya que quienes supieron resistirse a la tentación obtuvieron una
media de 210 puntos (sobre un promedio de 1.600) más elevada en el SAT
[examen de acceso a la universidad] que quienes no habían podido resistirse.
Cuando los niños estudiados en Stanford alcanzaron la edad adulta e
irrumpieron en el mercado laboral, las diferencias se hicieron más
pronunciadas. Al final de la veintena, los que habían sido capaces de superar,
en su infancia, la prueba de la golosina seguían demostrando una mayor
capacidad intelectual, poseían una mayor atención y concentración, podían
establecer y mantener relaciones sinceras, eran más confiables y responsables
y poseían un mayor autocontrol ante las posibles frustraciones.
El autocontrol está en la base de varias competencias emocionales:
• Autocontrol: las personas con esta competencia manejan bien sus
impulsos y emociones perturbadoras, mantienen la compostura aún
en situaciones críticas, piensan con claridad y se mantienen
concentradas bajo presión.
• Confiabilidad y Meticulosidad: las personas con esta competencia
actúan ética e irreprochablemente, construyen lazos de confianza,
admiten sus propios errores y se enfrentan a las acciones reñidas
con la ética. Por otro lado, cumplen sus compromisos, se hacen
responsables de sus acciones y son organizados y cuidadosos en
sus tareas.
• Innovación y Adaptabilidad para enfrentar el cambio: buscan nuevas
ideas a partir de varias fuentes, se les ocurre soluciones originales a
los problemas, generan nuevas ideas, perspectivas novedosas y
arriesgadas. Por otro lado, pueden manejar con tranquilidad distintas
demandas, cambiar prioridades y efectuar rápidamente los cambios,
son flexibles en la forma de ver los eventos.