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antropología? Reflexiones
a partir de la sociología de
la ciencia'
Hebe M. C. Vessuri'
62 MA C UAR J: 11-12.11196
la historia . Un conju nto de áreas-problemas recurrentes aparecen
en diferen tes contextos nacionales: la existencia o no de tradiciones
científicas especificas, la relaci ón históricamente fluida, aunque
identificable, entre ciencia y tecootog ia, ciencia y religión, ciencia
y cu ltura; el ordenamiento jerárquico de las diversas ciencias; las
a lia nza s polí tica s de grupos de ci entíficos; los canal es de
reclutam iento; los roles de servicio. Crucial para todas ellas es la
forma institucional o, más ampliamente, organizacional, en la cual
se realiza la actividad científica. Cada una de estas áreas-problemas,
y sin duda otras más, son claramente caracterizables en términos
de sus con textos nacionales . Los problemas históricos «generales»
han sido resueltos de difer entes maneras en distintos paises y
pareciera que un marco más explic itarnentc com pa rativo pudiera
llevar a generalizacio nes que resulten de utilidad para el futuro
desarrollo de la ciencia. El argumento es que las concepciones
programáticas o de estilo de lo s antropólogos en contextos
parti culares recib ier on fo rma de los co ntextos y relaciones
institucionales cuando se dio suficiente tiempo para que cristalizara
una tradición pa rticular. Orientaciones y oportunidades diferentes
dieron forma a las carreras de los antropólogos que trabajaban en
departamentos de ciencias sociales. de historia o de arqueolog ía.
La conexi ón entre contextos institucionales y estilos disciplinarios
puede verse mejor analizando los departamentos universitarios. La
misió n de éstos es darle cuerpo y perpetuar las disciplinas. El perfil
disciplinario de una institución o de un país se refleja en gran medida
en la forma como se definen las cátedras, los departamentos y los
programas de estudios unive rsitarios.
La noc ión de estilo no es nueva en la antropología . No es mi
intención hace r una investigac ión historiográfi ca sobre la evolución
del concepto; sin embargo, vale la pena mencionar a un auto r como
Kroeber (1962), quien enfatizó extensame nte el surgimiento local
repetido, dentro de la masa cultu ral bu rbujean te, de conju ntos de
elementos ca racter izados - ta l como el los vis ua lizó- por
tendencias sorprendentes hacia la selectividad, la consistencia
interna. el esti lo. Kroeber nos invita a pensar en términos grandes,
imaginativos , integrativos. Lo que él llama estilo tiene que ver con
búsq uedas de co ns iste ncia, selectividad, integración en las
combinaciones de diferentes elementos que en lugares y moment os
particulares se dan dentro de la corriente cultural principal. De
manera similar, los arqueólogos también se han servido de la noción
de estilo como código de comunicación en su intente de asignar
significado a objetos recupe rados de grandes zonas contiguas que,
au nque mudos en sí mismos, llevan la ma rca de concepciones
s imilares de ritual así como prácticas corporizadas en una forma
artística común. AJ situar la co municación más finn emente en su
matriz social y cultural, es posible aproximarse con más significado
al problema del estilo y a los conceptos relacionados de selecció n y
can alización de hábitos (Wolf 1964:77) .
En la historiografia del arte se encuentran elementos ad icionales
para la conceptualización del esti lo discip linario. Aunque muchas
2. Modelo de Análisis
J. Aplicación
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