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SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO

LA INVESTIGACIÓN DE INCENDIOS Y EXPLOSIONES

AUTOR: Comisario Inspector Hernán ZELMAR NUÑEZ

· Jefe del Departamento Técnico Investigativo - Superintendencia Federal de Bomberos -


Policía Federal Argentina

INTRODUCCION A LA INVESTIGACION DE INCENDIOS Y EXPLOSIONES

GUIAS N.F.P.A. 921 Y 1033

Desde la más remota antigüedad, el fuego es conocido por el ser humano. Se presentaba como
un fenómeno de la naturaleza, que se manifestaba de forma espontánea en determinadas
circunstancias, tras tormentas por acción de los rayos, erupción de volcanes, etc. No se sabe
cuándo el ser humano fue capaz de reproducir este fenómeno, frotando materiales entre sí
cerca de hojas secas o hierbas.

Los egipcios perfeccionaron la técnica para hacer fuego, y así pudieron fundir metales. Todas
las religiones primitivas emplearon el fuego, como elemento fundamental en la ofrenda de sus
sacrificios. La forma en que se propagaba hacia arriba, era el símbolo de la comunicación con
sus dioses. Era una señal de pureza e iluminación. Al mismo tiempo, todas las religiones se
referían al fuego como un suplicio insoportable, el tormento de los infiernos.

Platón (428 a.C.) estableció los cuatro elementos de la naturaleza: tierra, aire, agua y fuego. En
la antigüedad, el fuego fue empleado de diferentes maneras en las guerras (flechas
encendidas, “fuego griego”).

El Emperador Augusto César, organizó en Roma un cuerpo de bomberos formados por 600
esclavos a los que llamó “vigiles”, pues debían quedarse despiertos durante la noche. En
Pompeya (Italia) se comprobó la existencia de conductos de agua que ya eran utilizados para la
extinción de incendios.

Los griegos, por su parte, tenían sus dioses antropomórficos: 12 mayores u olímpicos y dioses
menores. Zeus (Júpiter para los romanos) era el más importante. El dios del fuego para los
griegos era Hefaistos (Vulcano para los romanos).

Algunas frases de personajes históricos lo definen: “El fuego es un fiel servidor, pero también
un enemigo y una expiación” (Confucio). “El incendio es una de las tácticas de guerra más
sencillas” (Napoleón). “En el primer instante un fuego se extingue con un pie, después ni un río
caudaloso sería a veces capaz de sofocarlo” (Shakespeare).

EL PORQUÉ DE LA INVESTIGACIÓN

Quienes nos abocamos a la lucha contra incendios conocemos el esfuerzo que requiere el
entrenamiento, preparación y mantenimiento de los recursos humanos y materiales. Ahora
bien, ¿Por qué los cuerpos de bomberos deben también investigarlos?

Sabemos que esta labor, hasta hace algunos años, estaba constituida por una tríada:
Protección preventiva o prevención (aquellas conductas tendientes a impedir la producción de
un incidente; por ej., la prohibición de fumar en áreas determinadas); Protección pasiva o
estructural (toda vez que el incidente se ha iniciado, mitigarlo impidiendo su propagación: por
ej. los muros corta-fuego, la sectorización de incendio) y Protección Activa o Extinción: ante la
producción de un incidente ya declarado, una brigada de incendio o los bomberos locales,
concurren a apagarlo.

Hoy existe una cuarta pata que viene en apoyo de las tres anteriores: la investigación.

Las preguntas serían: ¿Falló la prevención? ¿Fue suficiente la protección preventiva? (al ver
cómo el fuego se propagó) y la tercera y última: ¿Fue correcta la labor operativa? ¿De qué
modo se extinguió el proceso? Esto permite mejorar los servicios, elaborar políticas de
prevención de incendios, poseer estadísticas que fundamenten la adquisición de mayores
recursos, etc.

Asimismo, la investigación está motorizada desde el sector público y privado. Desde el


primero, porque la Justicia necesita establecer si el incidente constituye un delito (Fuero
Penal). No debemos perder de vista que el incendio, desde el punto de vista penal, puede
asociarse a otros ilícitos tales como homicidios, robos, estafas, daños, etc. Cada jurisdicción y
Cuerpo de bomberos debe poseer su normativa procesal al respecto.

En el sector privado, en primer lugar, las Compañías de Seguros, se hallan interesadas en


conocer los pormenores de un incidente debido a que deben indemnizar a sus asegurados y en
su caso, si cabe alguna responsabilidad de terceros (toda controversia se ventila en los Fueros
Comercial y Civil).

También en el presente, las grandes empresas realizan auditorías internas, que requieren
investigar este tipo de incidentes a fin de deslindar responsabilidades, establecer normas y
mejoramiento de roles en el desempeño de sus trabajadores, etc.

Cabe considerar que esta labor investigativa se ve plasmada en la confección de un informe,


que la mayoría de las veces es el único documento que deja establecida la ocurrencia del
hecho y todas sus circunstancias (día, hora, lugar, extensión, descripción, intervención de
bomberos, horarios del circunscripto, dominado y extinguido; medios empleados en la
extinción, cantidad de líneas de ataque, víctimas, etc.), fotografías, videos, croquis. Esto
posibilita que, aun habiendo transcurrido varios años, el incidente puede ser analizado en el
futuro –tal vez, con nuevas técnicas de investigación.

GUÍA NFPA 921 PARA LA INVESTIGACIÓN DE INCENDIOS Y EXPLOSIONES

Es un documento que permite realizar la labor pericial con estándares internacionales. La


National Fire Protection Association (“Asociación Nacional de Protección contra incendios”) -
Institución centenaria de los Estados Unidos- la publicó por primera vez en 1992. A partir de
ese momento, los comités técnicos de dicha Asociación han elaborado distintas ediciones,
agregando nuevas temáticas. La última data del año 2014.

EL MÉTODO CIENTÍFICO

Antes de esta Guía, la investigación era un arte. Hoy puede decirse que se trata de una ciencia,
que se nutre de distintas ramas del conocimiento. Es por ello, que un grupo que se dedique a
esta labor, debe estar formado por distintos profesionales: ingenieros electricistas, mecánicos,
ingenieros civiles, ingenieros electrónicos, arquitectos, licenciados en seguridad e higiene,
abogados, etc.

El método se explica como un principio de investigación basado en los siguientes pasos:

· Reconocer la necesidad (identificar el problema)


· Definir el problema

· Recoger los datos

· Analizar los datos (Razonamiento inductivo)

· Desarrollar una hipótesis

· Probar la hipótesis (Razonamiento deductivo)

· Seleccionar la hipótesis final.

En toda intervención de incendio, el experto irá en procura de la determinación de un área de


origen, es decir, el sector donde el fuego incursionó en primera instancia. Su ubicación a veces
puede ser difícil. ¿Cómo lo hace? “Leyendo” las “huellas” que la combustión ha dejado,
denominadas “marcas de fuego”. Éstas son resultado de los cambios de estado físico que se
producen en los materiales involucrados, tales como carbonizaciones, calcinaciones, fusiones,
derretimientos, oxidaciones, decoloraciones. El investigador debe conocer el comportamiento
de cada material cuando es sometido a temperatura y cuáles son sus signos característicos.

A modo ejemplificativo, puede observarse en las fotografías que se muestran a continuación,


cómo las marcas de fuego en la parte exterior de una ventana (fotografía n° 1) permiten
reconstruir la evolución de la combustión a través del vano y el alero del plano cobertor
(fotografía n° 2).

Una vez hallada el área de origen, deberá establecerse el “punto de origen”, que es aquél
donde se produjo el contacto entre la fuente ígnea y el primer material que ardió. Todo este
proceso se realiza a fin de hallar la causa del evento.

LA IMPORTANCIA DE LOS PRIMEROS RESPONDIENTES

La primera dotación que arriba al lugar tiene que poseer los fundamentos básicos de la
investigación.

Ello es así, porque su accionar en las operaciones de extinción puede conducir al fracaso de las
tareas periciales que se realizan posteriormente. El personal operativo debe tener en cuenta
todas las particularidades del incidente al momento de su llegada: coloración de las llamas y
del humo, olor particular dentro del lugar, situaciones irregulares -como desorden, faltantes de
mobiliario o mercaderías, personas que abandonan rápidamente la escena, hallazgo de
víctimas fatales, su posición en la escena, etc.-

Por otra parte, el uso inmoderado del agua en las tareas de extinción, atenta contra una
correcta labor pericial, ya que puede desdibujar la escena. Si fuera necesaria una exhaustiva
remoción del lugar, la dotación actuante interrumpirá dicho trabajo y el personal investigativo
deberá arribar al incendio y comenzar su tarea de relevamiento: toma de vistas fotográficas,
contacto con el personal actuante, recabado de aportes informativos de testigos.

Quien se halla a cargo de una dotación debe pensar que todo incendio es considerado
intencional y debe por lo tanto ser investigado, hasta que se demuestre su carácter accidental.

La inobservancia de tales premisas, irá en desmedro de la investigación. Se perderán


evidencias, marcas de fuego y se impedirá la dilucidación de las causales del evento.
NORMA N.F.P.A. 1033

Especifica las calificaciones profesionales de los investigadores de incendios. La norma


identifica los requisitos básicos de desempeño de la tarea para los investigadores, al exigirles
que estén capacitados en el método científico y que lo apliquen cuando llevan a cabo una
investigación.

El conocimiento que la norma requiere del investigador se refiere a: ciencia del fuego; química
del fuego; termodinámica; dinámica del fuego; dinámica de la explosión; simulación de
incendios por computadora; investigación de incendios; análisis del incendio; metodología y
tecnología de la investigación; materiales peligrosos; análisis de fallas y herramientas
analíticas; sistemas de protección contra incendios; recolección; documentación y
preservación de evidencias, y sistemas eléctricos.

En los Estados Unidos, las certificaciones son llevadas a cabo por asociaciones como la I.A.A.I.
(International Association of Arson Investigators) u organismos gubernamentales como la
A.T.F. (Bureau of Alcohol, tobacco, firearms and explosives – Agencia federal de alcohol, armas
y explosivos).

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