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SELECCIÓN DE POESÍA
SÉPTIMO BÁSICO
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Poema 1: Poema 3:
Balada Los gatos viejos
Gabriela Mistral Manuel Magallanes Moure.
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Poema 5: más carbón a sus ojos ardientes,
Anónimo escrito en un cuaderno de mi compañera de más uva a su ruidosa alegría.
banco
Floridor pérez Poema 7:
Es una niña del pueblo, Una chica dijo que sería un loco
y se parece a su calle en un día de trabajo o algún vagabundo que comía poco,
con sus caderas grandes como las artesas o las cunas, y un chusco que oía las conversaciones
así es, y es más dulce todavía, se tentó de risa... ¡Vaya unos simplones!
como agregar más pan a su estatura,
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Una paletada le echó el panteonero; pero hace, más regiamente,
luego lió un cigarro; se caló el sombrero Sonar su cuerda más vibrante
y emprendió la vuelta... Que tu voz, gato misterioso,
Tras la paletada, nada dijo nada, nadie dijo nada... Seráfico gato, gato extraño,
En quien todo es, como en un ángel,
Poema 9: Tan sutil como armonioso.
Perro vagabundo (fragmento)
Carlos Pezoa Véliz Poema 11:
El gato II
Flaco, lanudo y sucio. Con febriles Charles Baudelaire
ansias roe y escarba la basura;
a pesar de sus años juveniles, Ven, bello gato, a mi amoroso pecho;
despide cierto olor a sepultura. Retén las uñas de tu pata,
Y deja que me hunda en tus ojos hermosos
Cruza siguiendo interminables viajes Mezcla de ágata y metal.
los paseos, las plazas y las ferias;
cruza como una sombra los parajes, Mientras mis dedos peinan suavemente
recitando un poema de miserias. Tu cabeza y tu lomo elástico,
Mientras mi mano de placer se embriaga
Es una larga historia de perezas, Al palpar tu cuerpo eléctrico,
días sin pan y noches sin guarida.
Hay aglomeraciones de tristezas A mi señora creo ver. Su mirada
en sus ojos vidriosos y sin vida. Como la tuya, amable bestia,
Profunda y fría, hiere cual dardo,
Y otra visión al pobre no se ofrece
que la que suelen ver sus ojos zarcos ; Y, de los pies a la cabeza,
la estrella compasiva que aparece Un sutil aire, un peligroso aroma,
en la luz miserable de los charcos. Flota en torno a su tostado cuerpo.
Poema 18:
los estudiantes Rayén no quiere ir a la escuela
y los obreros Álvaro Prieto
ponen los puntos A don Segundo le creo
sobre las íes y por esto es que ahora yo
les cuento lo que contó
por eso digo de Rayén Cruz Catrileo
señor ministro una niñita que llevo
de qué se ríe metida en mi corazón
de qué se ríe casi sin ni una razón
pues nunca la conocí,
usté conoce pero escuchar fue vivir
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la historia de esta canción. Rayén decidió dar tiempo
Vivía en la falda ‘e un cerro a la opción definitiva
cubierto de árboles viejos por mientras hizo en su vida
ni tan cerca ni tan lejos lo que quiso en el momento
con una gata y un perro y así termina este cuento
y con sus patine’ ‘e fierro sin darse cuenta siquiera
que solía conducir se tituló de enfermera
su tío Juan Ñecuñir una noche azul de invierno,
se los dio pa’ su cumpleaños, y bailó pa’ cada enfermo
en el último verano cuando fue gran hechicera.
nueve acaba de cumplir.
La despertaba temprano
su padre pa’ ir a la escuela
se inventó un dolor de muelas
pero el diente estaba sano
le parecía que en vano
le enseñaba el profesor
que podía ser mejor
y progresar poco a poco,
le parecía muy loco
que exigieran pundonor.
Y Rayén no era na’ ‘e floja
(no se trataba de eso)
tenía re buenos sesos
y una mente que no afloja
de las piernas no era coja
y tenía buen humor
cocinaba con amor
muy temprano unos piñones,
incluso de vacaciones
concentrada en su labor.
Su madre algo preocupada
le preguntó un frío otoño
“¿por qué querido retoño
aún sigues acostada?”
“es que la escuela es helada”
le dijo por decir algo
pero su madre es un galgo
para sacar conclusiones,
y descubrió las razones
de ese sabor algo amargo.
Lo que a ella le ocurría
no le pasaba a cualquiera
sentía que aunque estuviera
en la casa sí aprendía
“mi abuela me dijo un día
que ella nunca fue a la escuela
y era re sabia la agüela
no me lo puede negar”,
se puso la madre a llorar
y Rayén que la consuela.
Se miraron fijamente
a los ojitos morenos
la madre los vio tan buenos
tan puros y relucientes
que le dijo con la mente
que hiciera lo que quisiera
que fuera buena hechicera
gran machi como su abuela,
o cocine las cazuelas
bailarina o enfermera.
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