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Simposio: Estructuras agrarias y movimientos campesinos

LA ARTICULACION DE MODOS DE PRODUCCION: LA ECONOMIA CAMPESINA EN


LA HACIENDA Y LA ECONOMIA PUEBLERINA

Frank R. Cajka
(Estados Unidos)

La población indígena de Bolivia ha apoyado al

desarrollo de capitalismo a escala internacional en diversas

y numerosas maneras . De todas lasinstituciones que servían

desenlace entre esta población y el creciente sistema mundial,

la hacienda erauna de las mas adaptables. Irónicamente sólo en

unos cuantos casos resultó que esta articulación- tan impulsado

por el desarrollo capitalista--tuvo lascoaracterísticas de una

verdadera empresa capitalista.' Quizás resulta más irónico el

hecho que esta particular articulación servió para mantener in

tactas las estructuras tradicionales y no-capitalistas de las

comunidades indígenas que se encontraron bajo el dominio hacen

dado.

En este papel, me propongo presentar un modelo

del funcionamiento de este enlace con el objetivo de interpre

tar tres aspectos de nuestra realidad: primero, la continuidad

de la sociedad tradicional dentro del sistema capitalista mun

dial ; segundo , la relación presente entre el capitalismo y el

pre-capitalismo en el estado y la nación moderna actual; ter

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cero, la propensión del campesino a unirse en movimientos

político-culturales frente a esta relación.2

La economía campesina

Exista o no el ayllu en todas sus manifestaciones,

lo que ha caracterizado la comunidad campesina es su modelo

económico basado en parentesco. El campesino produce no para

ganar la vida en una serie de intercambios en el mercado, sino

para asegurar la subsistencia continua de la familia, parientes,

y otros que mantienen relaciones de reciprocidad modelada en

las relaciones de intercambio entre parientes. En este tipo

de economía, se produce algo porque tiene un uso "inmediato"

al productor.3 Uso, sin embargo, no es definido por la acción

o consumo individuo. Sino más bien, un artículo posee valor

solamente si pasa entre manos en una relación de reciprocidad,

solamente si uno ofrece y extiende la oportunidad de vivir jun

to con sus "familiares" para luego recibir la misma.4 La pro

ducción de excedente en esta economía se debe a las obligaciones

de ayuda mutua entre parientes.5 Con uaa atención minuciosa a

este principio de actividad económica, se puede subsistir y

hasta salvarse en la "vida futura," La red de reciprocidad en

que se eencuentra el individuo y el excedente que el individuo

pone en esta red defienen su propio valor como persona y su

posición en la socieddd.
Frank R. Cajka, 3

Reciprocidad entre parientes no es basada en

el engaño o la ganancia de uno al costo del otro. El ideal

es establecer igualdad en cada transacción en la cual se cam


bia excedente.6 La igualdad no es necesariamente cuantitativa,
sino cualitativa: con cada movimiento de excedente de la manos

de uno a las del otro, se toman en cuenta las necesidades rela

tivas de ambos. De nuevo, vemos que la relacióñ recíproca re

fleja una ideología de parentesco al contestar necesidades de

acuerdo con las circunstancias particulares en que se encuentran

los participantes. El ideal de reciprocidad balanzeada actúa

como el patrón para todas las relaciones en las cuales entra

el campesino; en tal manera que todos los que comparten con el

campesino resultan ser "parientes."7

Cuando la familia campesina abre sus puertas para

celebrar la fiestaesn nombre del santo que protege su comunidad,

lafamilia está siguiendo un patrón de actividad encontrado en

todas las familias cada día. Reciprodidad generalizada--el

acto de compartir con todos sin preocuparse con lo que se re

cibira en corto plazo--significa que la familia ha logrado el

ideal de parentesco en una manera incomparable. En efecto, el

modelo de reciprocidad generalizada en la comunidad, la base

del sistema político-religioso, refleja las relaciones que se

observaoidentro delta familia.8

La economíaúcampesina en la hacienda

Hay dos razones porqué este patrón de la socié


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dad indígena tradicional persistía bajo el dominio de la ha

cienda, Enfrentadas con una demanda de trabajo más allá de

las necesidades propias de autosuficiencia, las familias cam

pesinas dependían aun más en las ventajas de la reciprocidad


rara sobrevivir. Por ejemplo, dado los límites temporales

durante la cosecha, una familia frecuentemente requería la

ayuda de otros para poder cosechar sus propios cultivos en

el tiempo mínimo para responder a la misma vez a las exigen

cias laborales del hacendado.

Frecuentemente, hacemos referencia de la

explotación clara al campesino por el hacendado sin tener muy

claro en mento las formas en que se realizó esta explotación.

Fórmulas que enfoquen sólo en la "fuerza"`del hacendado, por

ejemplo, fallan como explicaciones de fenómenos como la resis

tencia de los campesinos al saber que algun hacendado iba a

sustituir trabajo asalariado por el trabajo gratis de antes,

o que iba a mecanizar el trabado en las tierras de la hacienda.

He aquí la segunda razón. Logicamente si el campesino iba a

poder depender en la reciprocidad, era esencial que él esté

permitido seguir su actividad económica normal. Así que la

organización de intercambia de excedente de acuerdo con el

patrón ya bosquejado, proporcionó tambien una manera de apro

vechamiento satisfactorio para él hacendado.

En este arreglo tradicional, actuó el`--hacen


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dado como el lider tradicional que surge de una organización

basada en relaciones de reciprocidad: 61 era el centro de re

distribución del excedente que circulaba por las relaciones

rec1procas.9 En cambiopor su;-concesión del uso de sus te

rrenos, el hacendado recibió la gran parte del excedente pro

ducido por el campesino. Con este excedente entró de nuevo

en reciprocidad con el campesino en un sin número de maneras.

Además, es muy claro que con este excedente , podía vivir y

ser miembro de la economía del pueblo en que vivía.

La economía pueblerina

Son estos principios no-capitalistas los

que guiaron la actividad económica dentro de la hacienda. Pero

ellos mismos guiaron la actividad económica de otra esfera. Se

basaron las relaciones entre familias_en el pueblo que depen

dían del excedente extraido de las-hacienda, en la misma reci

nrocidad económica. 10 La economía pueblerina era un espejo

de la economía no obstante su dependencia en una grado mayor

en el mercado para su funcionamiento. No había una relación

en el pueblo que no dependía del intercambio recíproco. A la

misma vez , la cultura de la elite se parecía mucho a la del

campesinado . Por ejemplo, los mismos sucesos exigían reci

procidad generalizada en el campo y en el pueblo, talbs como


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los del ciclo de vida y las fiestas comunitarias.

Conclusiones

Son muchas las implicaciones de este ana

lisis. En primer lugar, se ve claramente la manera en que la

sociedad tradicional se mantenía su viabilidad aunque existía

en una relación estrecha con el capitalismo. Asimismo, se ve

como esta relación no llegó a ser una contradicción inmediata

entre sistemas económicos distintos y contrapuestos para el

campesino; su excedente procedió a una economía que era en

sí tradicional.

El hecho que el campesino tenía que refor

zar sus relaciones recíprocas para sobrevivir en la hacienda,

y a la misma vez reafirmar la ideología detrás de ellas, ayuda

explicar las tendencias conservadoras en los movimientos cam

pesinos. Después de poder mantener sus valores y visión in

tactos y aparentementevviables, no es sorpresa que el campe

sino reaccionara paras'defender su modo de organizar la vida.

Pero defender y conservar esta vida tambien implica una acep

tación de parte de él de la jerarquía que caracteriza el arre

glo de reciprocidad en la sociedad hacendada. Como muestro en

otro contexto (Cajka, 1979: 71-82; 410-417), reciprocidad no

imposibilita el desarrollo de jerarguía sino más bien, la

ideología de reciprocidad balanzeada ofusca las razones por


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la existencia de desigualdad y jerarquía, de tal modo que

el campesino ha rechazado implicitamente cambios radicales

en la busqueda de lo conocido y la consistencia de la organi

zación tradicional aunque sea sometido a la explotación. 11

Como podemos ver en la luz del manten¡

miento de la sociedad tradicional en la hacienda, hay una

característica más de los movimientos campesinos: son tanto

culturales como políticos. Aunque no he elaborado explicita

mente el tema aquí, me permito observar ahora que, en una

economía basada en reciprocidad y parentesco, criterios cul

turales y no puramente económicos guian todas las actividades

(ver Cajka, 1979: 26-150; 204-234; 1983). Por ejemplo, la

producción del_,excedente para luego ofrecerlonenerscipródidad

generalizada responde a criterios religiosos, tales como el

calendario religioso y las bases de cosmovisión y cosmología.

En la sociedad tradicional, el lider necesariamente tiene fun

ciones religiosas tanto como políticas y económicas;. y en la

hacienda, el hacendado frecuentemente era el representante de

dios para sus colonos. No debemos estar sorprendidos que has

ta ex-presidentes como Rene Barrientos son vistos como santos

por muchos campesinos . Tampoco debemos estar sorprendidos que

un movimiento campesino para conservar el modo de vida tenga

un contenido milenario; o que tenga lideres cuyo papel tiene

sugestiones religiosas. Todos son hechos concomitantes de

la sociedad tradicional basada en la reciprocidad.


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Finalmente podemos ver de base de este


analisis giesei,sistema de explotación basado en la sociedád

tradicional impuso sus propios limites al desarrollo capitalie


ta. Cuando la urbanización en Cochabamba creció después de
la Guerra del Chaco y en tándem los mercados de productos

agrícolas crecieron, los hacendados que querían aprovechar

unar.:participación mayor en el mercado no podían hacerlo. El

nivel tradicional de producción podía haber sido mejorado,

por ejemplo, por prácticas más eficientes y la mecanización.

Sin embargo, los campesinos colonos y , a veces , la misma gente

del pueblo, resistían la introducción de tales prácticas.

Sabemos que después de muy poco tiempo, la hacienda se desa

pareció en parte porque existían estos límites al desarrollo

mayor del mercado.

Dos conclusiones surgen de ls discusión

de estos límites. Primero, mientras Bolivia no experimentó

un desarrollo urbano, no se alcanzaron los límites inherentes

del;sistlema de explotación. Así tambien el sistema capitalista

tampoco exigía que se sxceden estos límites, viendose que el

desarrollo capitalista no es ni uniforme ni monolítico: puede

depender en ciertas epocas de sistemas tradicionales mientras

en otras pone en contradicción los mismos sistemas. Segundo,

y quizás más importante por la perspectiva histórica que nos

ofrece: en el desarrollo capitalista y del sistema mundial, las

víctimas del capitalismo trazaron algunas líneas fundamentales


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en que la explotación podía funcionar. Además presentaron

límites los cuales, cuando se Superaron, resultaron en una


verdadera crisis nacional. Las traumas políticas nacionales

en el estado boliviano moderno se deben a los límites impues-


tos por la sociedád tradicional en las líneas de desarrollo

que vienen desde afuera. Es por eso que el movimiento cam

pesino como fenómeno político-cultural resultaser..tan sig

nificativo en el país: siempre reestablece los límites al

capitalismo, límites que lastimosamente ya no se ven en muchos

paises.
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Notas de pie

1. Es por esta razón que mucha gene se refiere a esta in


stitucisn como si fuera una instancia mas del feudalismo.
Debemos reconocer, sin embargo, que las estructuras agra
rias en el Nuevo Mundo respondían a las necesidades que
surgían en los sectores capitalistas, así se distinguen
estas estructuras de las de la epoca feudalista europea.
De hecho, el "feudalismo" en Latinoamerica es una cara
más del capitalismo.

2. El modelo que presentaré es basado en un estudio de varios


años gquíen Cochabaiaba. Los conceptos básicos empleados
en el modelo vienen del trabado de varios autores. Se
puede encontrar las referencias específicas cuando se
citan en el texto.

3. Para una discusión del concepto del\alor del uso, y tam


bien del valor de cambio, ver Marx (1967: 37-48). La úti
lidad de:, estos conceptos en estudios etnológicos es tema
de pp. 3-6 en Cajka (1999).

4. Para discusiones del papel de reciprocidad en sociedades


pre.'capitalistas, ver Mauss (1967), Polanyi (1957), Y
Sahlins (1972).

5 Witold Kula (1974), al seguir el ejemplo de Marx en su


analisis del capitalismo , muestra las ventajas de utilizar
excedente como el enfoque del analisis de sistemas no-
capitalistas en su trabajo sobre el feudalismo de Europa
Oriental.

6. Una jerarquía puede surgir aun cuando todas las trans


acciones de reciprocidad son iguales cuantativamente.
Se puede decir que la existencia de una jerarquía es
inevitable en estos sistemas, y—que no representa nin
guna contradicción a la ideología de reciprocidad balan
zeada . Ver Cajka (1979: 71-82).

7. Por eso , aquí selllama a esta economía la de parentesco.


Ver Sahlins (1972ú 191-196D para una discusión de reci
procidad balanzeada como concepto de analisis.

8. Sahlins (1972: 191-196) tambien propone el término de


generalizada como instrumento de analisis.
Frank R. Cajka 11

9. Polanyi (1957) desarrolla en detalle el papel de la re


distribución de excedente en las sociedád pre-capitalista.

10. Ver Cajka (1979: 26-115; 1983).

11. No quiero decir que el impacto de tales movimientos nunca


ha sido radical, sino que la lógica de actuar en primer
lugar consistía en conservar y no cambiar.
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Bibliografía

Cajka, Frank 2. 1979. Peasant Commertialization in the


Serranías of Cochabamba , Bolivia. Tesis del doc
torado, Universidad de Michigan.

1983. Through the Drinking Glass : An Essay;,


on Reciprocity and Society in Cochabamba . Perspectivas
Andinas.

Kula, Witold. 1974 . Teoría económica del sistema feudal.


Mexico : Siglo XXI.

Marx , Karl. 1967. Capital, Volume I. New York: Inter


national Publishers.

1973. Grundisse : Foundations of the Critique of


Political Economy . New York: Vintage.

Mauss , Marcel . 1967. The Gift . New York ,; W.W. Norton and
Co., Inc.

Polanyi, Karl. 1957. The Great Transformation . Boston:


Beacon Press,

Sahlins , Marshall . 1972 . Stone - Age Economics . Chicago.:


Aldine.

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