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En Hispanoamérica en las últimas dos décadas del siglo XX se produjo un cambio en el desarrollo

de la literatura. Éste consistió en la publicación de obras de gran importancia escritas por


mujeres. Mediante la literatura, estas autoras reflejaban diversos aspectos del contexto en el
que vivieron. En este ensayo se analizará el efecto de la inclusión de personajes estereotipos
expuestos mediante el narrador, los personajes y los espacios. Las objetos de estudio serán
“Arráncame la vida” de Angeles Mastretta y “La mujer habitada” de Gioconda Belli.

Sara y Adrian son dos personajes secundarios de gran importancia, pues exhiben la forma de
pensar de una parte de la sociedad. Siguiendo los estereotipos de la mujer burguesa, Sara es
una mujer que conserva el ideal de formar una familia tradicional y que se muestra sumisa
ante su esposo. Belli describe a Sara como pasiva, quien acepta con sumisión el papel que le
ha tocado desempeñar ante la sociedad y ante su marido. La mujer del siglo XIX no tenía ningún
derecho, no podía tomar decisiones propias y no debía tener pensamiento individual ni crítico.
Al principio de la obra, Nora es exactamente igual a la mujer que la sociedad y el contexto exigen
sin criticar este concepto. Nora busca permanentemente divertir a su marido y encarna el papel
de “muñeca” que plantea el título de la obra. Ella es simplemente un objeto decorativo para su
marido y es su obligación complacerle todos sus deseos: “HELMER: Ante todo eres esposa y
madre”. La cita ejemplifica claramente la expectativa social que Nora sea esposa y madre antes
de ser mujer o incluso individuo. Al principio de la obra, el conflicto surge: Nora ha pedido un
préstamo sin el consentimiento de su marido y en completo secreto. Cuando Nora le confiesa
su “pecado” a la Sra. Linde esta le responde: “Ninguna mujer puede tomar dinero prestado sin
el consentimiento de su marido”. Esta cita demuestra que, en la época planteada, la mujer debía
aceptar su condición inferior en la jerarquía social y eso implicaba no tener acceso al manejo
económico de la familia. Nora necesita el chantaje del prestamista Krogstad para darse cuenta
de su falsa convivencia matrimonial y su realidad como individuo. Ibsen logra utilizar el estilo
del realismo para impactar a la audiencia y desenvolver la problemática del respeto individual.
Al irse de la casa Nora deja su rol como mujer-muñeca o mujerobjeto para convertirse en una
mujer y un individuo independiente. En unas de sus últimas frases, Nora dice que necesita
“pensar” por sí sola, mostrando que sólo puede pensar críticamente y decidir por su cuenta una
vez que logra liberarse del dominio de su marido.

Torvaldo Helmer es el otro personaje de “Casa de muñecas” que es influenciado por el contexto
ideológico y social. Helmer es un hombre poderoso, autoritario y posesivo: “¿Es mi alondra la
que gorjea por ahí?” A través de esta cita textual, podemos observar cómo Torvaldo, incluso
en su lenguaje, muestra posesión y superioridad ante su mujer. La sociedad burguesa y
capitalista concentraba su atención en las apariencias y el respeto por la honra. Cuando
Torvaldo se entera del préstamo que su esposa pidió, su primera reacción muestra la
importancia que le da a su apariencia social: “¡Desgraciada! Has destruido toda mi felicidad, has
aniquilado todo mi porvenir.” A Helmer lo que le provoca felicidad es sentirse superior y
respetado y en cuanto pierde esa superioridad dentro del matrimonio, su vida se desmorona.
Además, Helmer dice que “nada debe parecer que haya cambiado. Por supuesto que sólo en
apariencia.” Nuevamente Torvaldo muestra su única preocupación: la apariencia social.
Helmer, sin embargo, es víctima de sus propios actos sociales. La gran importancia que le da a
la honra, al orgullo y a lo estético, termina causando que su esposa lo abandone.

Ibsen logra de una manera eficaz plantear el contexto ideológico y sus graves falencias a
través de la construcción de sus personajes. Utiliza la trama para exponer una situación
incómoda, pero aun así realista. También utiliza el lenguaje para enfatizar los roles de género
dentro de la sociedad burguesa. Ibsen crea todo un entorno aniñado e inocente de Nora a
través de un vocabulario simple y con palabras en diminutivo. Asimismo, utiliza un vocabulario
posesivo y paternalista para la caracterización de Torvaldo. En conclusión, podemos observar
cómo las acciones y reacciones de los personajes de “Casa de muñecas” siguen los
estereotipos y las convenciones sociales del contexto en el que se plantea su existencia.

La segunda obra literaria analizada es “Te trataré como a una reina” de Rosa Montero (1983).
La novela fue escrita en España, en la época postfranquista. Durante esta época, había una
ilusión y al mismo tiempo una frustración democrática. Luego de tantos años de la dictadura
de Franco, la sociedad esperaba una vuelta a la democracia, pero la crisis económica, la
delincuencia, la drogadicción y la crisis política y social fue desintegrando la ilusión de la
sociedad española del momento. El contexto de producción era caracterizado por un contexto
de frustración y desilusión. Se identificaba también una revolución sexual y estudiantil
llamada “La Movida” cuyo foco principal era el exceso de alcohol, drogas y relaciones
sexuales. La novela de Montero se puede identificar con una novela naturalista, una suerte de
documental que se enfoca en lo marginal y en lo social. Asimismo, se puede considerar que la
novela es una novela negra. Este género literario plantea un crimen como trama de la obra,
pero se focaliza en el análisis y la descripción de sus personajes y ambientes con el fin de la
investigación y la búsqueda. La novela negra también se caracteriza por tener rasgos
esperpénticos, es decir, rasos de humor negro y oscuro con un alto nivel de deshumanización,
desmesura y grotesco, causando rechazo en sus lectores. Por último, Montero utiliza la
ideología del bolero para la trama de su obra. El bolero es una canción popular que describe un
ideal amoroso entre un hombre apasionado y una mujer esperanzada y con una ilusión
amorosa.

El personaje principal de la obra es Bella, una mujer solitaria, obesa y cuarentona que rompe
con todos los estereotipos de la belleza femenina convencional. Bella trabaja en el Desiré, “un
bar de putas” que se convirtió en un “bar fronterizo, en un territorio fronterizo”. Bella
representa la frustración en persona. No disfruta de ningún aspecto de su vida: “Qué asco de
lugar, qué asco de club, qué asco de vida, qué asco de trabajo”. La cita ejemplifica claramente
su frustración individual y el desencanto con su contexto. Bella canta boleros en el Desiré:
“Necesito alguien que me quiera, que sienta todo lo que siento, que le dé caricias a mi ternura”,
haciendo énfasis entre la intertextualidad del bolero y sus letras. Montero logra mostrar la
ilusión amorosa perdida, el amor doliente y desencantado y la frustración completa. Bella
demuestra la frustración al igual que la frustración de la sociedad misma. También, Montero
utiliza la ideología del bolero para caracterizarla. Bella, “piensa y habla en bolero” e incluso
recobra su ilusión amorosa perdida en el Poco. Bella, con sus rasgos esperpénticos, no se da
cuenta de la figura nebulosa que es el Poco, y está enceguecida por el hombre que escribe los
boleros. Bella explica que “le daban miedo los hombres…porque todos los hombres que había
amado le habían hecho daño con esas actitudes emponzoñadas”. De esta manera, Bella
simboliza la visión ilusoria del amor, de las relaciones entre hombre y mujer, es decir, una
visión tergiversada de la sociedad hacia las canciones y los géneros populares.

Por último, Antonia es el otro personaje que se ve altamente influenciado por el contexto
social e ideológico. Antonia es una mujer solitaria, obesa y cuarentona, que al principio de la
obra todavía era virgen. Antonia es el personaje con más rasgos esperpénticos; su cuerpo
representa todo lo grotesco y desmesurado del género. “Se sentía toda sudor y toda carne” es
una de las tantas descripciones exageradas, desmesuradas y hasta humorísticas de Antonia.
Antonia rompe con los estereotipos de belleza femenina y también entabla una relación
amorosa con Damián. Esta relación cruza con el ridículo y nuevamente rompe con las
convenciones románticas ideales de una pareja. Antonia es caracterizada como una mujer
aniñada, inocente e ingenua. Ella pone su foco en la relación, casi maternal, que tiene con
Damián. Al final de la novela, cuando Damián la abandona ella se encuentra “sola, sola, sola”,
ejemplificanr

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