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¿TODO LO QUE HAGAS A OTROS TE LO HACES TAMBIÉN A TI MISMO?

INVESTIGADORES:
GIL RODRÍGUEZ EDGAR DE JESÚS
OSORIO OSPINO EDWIN JOSÉ
RUZ ISAZA WALKIS MANUEL

TUTOR:
MARTIN VERGARA

TRABAJO FINAL:
ÉTICA

TEMA:
CAPITULO 7: PONTE EN SU LUGAR

UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVA
PROGRAMA DE ADMINISTRACIÓN FINANCIERA – IX SEMESTRE
CENTRO TUTORIAL MAGANGUÉ
11 DE NOVIEMBRE DE 2016
MAGANGUÉ BOLÍVAR
TABLA DE CONTENIDO

JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................... 3
OBJETIVOS ............................................................................................................ 4
GENERAL ............................................................................................................ 4
ESPECÍFICOS ..................................................................................................... 4
RESUMEN CAPITULO 7: PONTE EN SU LUGAR ................................................. 5
SUSTENTACIÓN A LA PREGUNTA: ¿TODO LO QUE HAGAS A OTROS TE LO
HACES TAMBIÉN A TI MISMO? ............................................................................ 6
CONCLUSIÓN ......................................................................................................... 9
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 10

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JUSTIFICACIÓN

Al leer el libro ÉTICA PARA AMADOR, nos pareció ideal escoger este capítulo:
ponte es su lugar. Y nos preguntábamos ¿por qué este capítulo y no los 8 restante
que conforman este precioso libro? Y la respuesta fue la siguiente: por lo que
representa para cada uno de nosotros identificarse con nuestro prójimo, es tratar
de interpretar, entender, asimilar, ver a través de nuestro prisma las circunstancias
o perspectiva que nuestro semejante atraviesa por cada etapa o estadio de su
vida, es intentar adentrarse en su psique, sin ser psicólogo o especialista en la
materia o en resumidas palabras y en forma coloquial colocarse en los zapatos del
otro y no por el contrario solo ser un juez y verdugo de aquellos que no sentimos
empatía.

Un hombre muy sabio alguna vez dijo: cuando alguien juzgue tu camino, préstale
tus sandalias.

Esperamos que con este pequeño análisis del capítulo en cuestión sea de su
agrado y de su paladar intelectual.

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OBJETIVOS

GENERAL

 Dar respuesta sustentativa y práctica a la pregunta ¿Todo lo que hagas a otros


te lo haces también a ti mismo?, por medio de la lectura y estudio del capítulo 7:
Ponte en su lugar, del libro ÉTICA PARA AMADOR.

ESPECÍFICOS

 Determinar cómo nos afecta positiva o negativa de alguna manera el ponernos


en el lugar de otros.
 Analizar la capacidad de que cada individuo tiene de afrontar su situación en
diferentes escenarios de su vida y como la ética lo ayuda en enfrentarlos.

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RESUMEN CAPITULO 7: PONTE EN SU LUGAR

A manera de ejemplo el autor del libro, Fernando Savater, comienza el capítulo


citando la travesía de Robinson Crusoe, el cual es el personaje principal de una de
la obras más famosas del célebre escritor inglés Daniel Defoe quien cuenta, en su
obra original, vivió veintiocho años completamente solo en una isla deshabitada en
las costas de América, cerca de la desembocadura del gran río Orinoco; habiendo
sido arrastrado a la orilla tras un naufragio, en el cual todos los hombres murieron
menos él.

Este personaje se enfrenta con los desafíos de la naturaleza y la soledad en una


isla que él pensaba desierta, hasta que descubre una huella humana en la arena,
en ese momento ya no se enfrenta a problemas relacionados con sus necesidades
ni con la naturaleza, sino más bien a un problema ético. Debe resolver como
relacionarse con esta persona desconocida, barajando múltiples opciones. Aparece
el miedo y las interrogantes: ¿Tratarlo como amigo o enemigo? ¿Se entenderán?
¿Hombre o mujer?, lo que Savater explica, es que la ética no se ocupa de cómo
resolver los problemas con las cosas; lo que le interesa es cómo vivir bien la vida
entre humanos

Se cita posteriormente a Marco Aurelio, filósofo y emperador del Imperio romano


desde el año 161 hasta el año de su muerte en 180, quien reflexiona sobre las
personas “malas” y “buenas”, teniendo bien claro que quien hace cosas “malas” no
deja de ser humano por ello; y que todas nuestras acciones son imitación de otras,
de ahí la relevancia de dar el ejemplo. Habla también de la importancia de ponerse
en lugar del otro para tratar de tomar en cuenta sus derechos humanos, no solo
según las leyes políticas y sociales, sino también la virtud de la justicia, o sea la
habilidad de cada uno para entender a nuestros semejantes. Es esto lo que nos
hace vivir bien.

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SUSTENTACIÓN A LA PREGUNTA: ¿TODO LO QUE HAGAS A OTROS TE LO
HACES TAMBIÉN A TI MISMO?

Al estar solo en la isla, Robinson Crusoe, no tenía la oportunidad de relacionarse


con otros seres humanos, y al descubrir que en la arena blanca se dibuja una marca:
la huella de un pie humano, identifica de antemano que eso va a revolucionar toda
su pacífica existencia y sopesa la posibilidad de que esto cambiara su vida actual.
Por lo tanto, nacen en él, interrogantes frecuentes, que por cierto casi todos nos
hacemos al enfrentar a personas desconocidas, ya que por muy semejantes que
seamos los humanos, no tenemos clara cuál es la mejor manera de comportarnos
frente a los demás. Y para este náufrago ya no se trataba de sobrevivir, sino vivir
humanamente en compañía de otros, en resumidas palabras se enfrenta a un
problema ético, es decir debe enfrentarse a personas y relacionarse de buena
manera con ellas para lograr vivir bien, ya que sólo entre humanos se da la relación
más perfecta, a pesar de no tener la misma cultura, las mismas ideas o el mismo
código de valores éticos y morales.

La ética intenta hacernos ver cómo llevar una buena vida, ya que si no sabemos la
forma de encaminarla perdemos la oportunidad de tenerla, habremos malgastado
la nuestra. Los humanos somos muy diferentes, en cultura, raza, religión,
costumbres, creencias etc. pero todos somos humanos, y aunque nada tengamos
en común con otros en cuanto a intereses o forma de vida, siempre es bueno
humanizarse. A los hombres debemos tratarlos como tal, y muchas veces
poniéndonos en su lugar; y aunque hay que tener cuidado, porque no todos tenemos
las mismas intenciones, no debemos tener malicia o recelo hacia ellos, si no ellos
nos devolverán lo mismo y así perderemos la poca, o toda oportunidad de
acercamiento.

Es decir, tratar a los demás como quisiéramos que nos traten es un sistema de
reciprocidad, de quid pro quo; de dar para recibir. Por ejemplo: cuando das amor,
respeto, etc., lo lógico es que recibas igual o más de esos sentimientos, es decir,
eso que siembras tarde o temprano cosecharas. Sin embargo, no todas las veces
sucede, pero tienes la satisfacción de hacer lo correcto, lo que es puro, lo recto, es
tratar de identificarnos con esas personas y ser mejor cada día y por consiguiente
dar un salto de calidad a esta sociedad que tanto lo necesita. Pero, ¿si a nivel
personal decido hacer lo contrario? Al no hacerlo, perjudico mi alma y a mi entorno,
en cual estoy incluido, y se convertiría en un círculo vicioso.

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Ahora bien, al tratar a nuestro semejante como humano es lo mismo que ponernos
en su lugar, significa tomarle en serio, tener en cuenta que podríamos
perfectamente estar en su situación y no en la nuestra, aunque no por ello tengo
que darle la razón en todo. Todos tenemos nuestros propios intereses creados, ya
sabemos que hay que ser egoístas consecuentes, y debemos a la vez ponernos en
el lugar del otro, porque su realidad es tan real como la nuestra, aunque no nos
guste.

"Para Marco Aurelio que era emperador y filósofo, pero no imbécil, sabía muy bien
lo que nosotros también sabemos, que hay gente que roba, que miente y que mata.
Naturalmente, no suponía que por aquello de llevarse bien con el prójimo hay que
favorecer semejantes conductas… Ahora bien, si cuanto más feliz y alegre se siente
alguien, menos ganas tendrá de ser malo". Entonces ¿qué debo hacer? Pues
intentar fomentar en la medida de lo posible la felicidad del prójimo.

Una persona que siente que el trato que recibe no es el adecuado, probablemente
llegue a ser una persona “mala”. Así que, ¿cómo tratar a las personas? Intentando
ponerse en su lugar. Esto debería servir para tomar en cuenta sus derechos, y
cuando estos faltan, sus razones. Se trata de tomarlos en serio, tal como se toma
uno a sí mismo. No se trata de sacrificar siempre nuestros intereses por los del
prójimo, pero sí de “relativizarlos”, es decir, de tener en cuenta que nuestros
intereses son relativos, salvo uno, el interés de ser humano entre los humanos, el
interés en sentir simpatía por el otro, el de ser justos con ellos, amarlos, aunque
sólo sea porque también son humanos.

Al encontrarnos con un humano no debemos pensar si su conducta es buena o


mala, sino que debemos pensar que es tan humano como nosotros y que sin él a lo
mejor no viviríamos humanamente. Muchos casos nos revelan que personas que
viven una mala vida es porque fueron influenciados por otros y adoptaron su
comportamiento como costumbre, lo que es fácil de lograr cuando las personas no
tienen claros sus principios morales. Es por esto que debemos tener en cuenta que
si vamos a tratarnos los unos a los otros como personas iguales debemos ponernos
en el lugar de los demás para poder entenderlos y saber por qué actúan así, ya que
de esto trata nuestra profesión, la empatía.

Tampoco hay que tomárselo al pie de la letra, porque si un ladrón intenta asaltarme
no voy a dejar que lo haga solo por pensar que sin él yo no viviría humanamente.

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Entonces es cierto que ¿todo lo que hagas a otros te lo haces también a ti
mismo? El autor, Fernando Savater, después de comentarle a su hijo la ilustración
del ratón y el león cita las palabras del poeta Antonio Machado quien
categóricamente afirmo “que el primer perjudicado cuando intento perjudicar a mi
semejante soy precisamente yo mismo...” Para terminar de dar respuesta a esta
pregunta citaremos una frase de Buda: “No lastimes a los demás con lo que te causa
dolor a ti mismo”. Estas son palabras bastantes profundas como para meditar cada
día de nuestras vidas.

¿Cómo queremos que otros nos traten a nosotros?

Jesucristo dijo en su Sermón del Monte, "Así que, todas las cosas que quieran que
los hombres les hagan ustedes, así también hagan ustedes con ellos", es decir,
tratemos a otros como queremos ser tratados. Desde luego, esta regla implica
conducta razonable y responsable; implica hacer cosas positivas a nuestro prójimo.

Luego dijo: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Si tratamos a otros como


queremos ser tratados, esto indica que amamos a otros como a nosotros mismos.
¿Cómo queremos ser tratados cuando estamos enfermos, necesitados, etc.?
¿Hacemos con otros como queremos que hagan con nosotros? Debemos aplicar
esta regla y hacer toda clase de buenas obras.

Hacer el bien implica no hacer el mal a nuestro semejante. El apóstol Pablo dijo: "El
amor no hace mal al prójimo" (no adulterar, no matar, no hurtar, no mentir, no
codiciar). No queremos que otros practiquen tales cosas contra nosotros; por lo
tanto, no debemos practicarlas contra ellos. A esta lista podemos agregar muchas
otras cosas (toda clase de conducta mala): no calumniar, no chismear, no envidiar,
no juzgar (en el sentido prohibido por Mat. 7:1-5), no burlarse, etc. Nos conviene
meditar mucho sobre esto y eliminar tales cosas de nuestra conducta.

"¿Cómo quisiera yo mismo ser tratado en tal circunstancia?"

Esta pregunta me ayuda a decidir correctamente cómo debo tratar a otros.

Si esta enseñanza se practicara, se resolvería toda clase de problema en el hogar,


en la religión y en todas las relaciones humanas.

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CONCLUSIÓN

Ponernos en el lugar del otro es hacer un esfuerzo de objetividad por ver las cosas
como las ve nuestro prójimo, no echar al otro de su sitio de manera literal y ocupar
su sitio... O sea que él debe seguir siendo él y tú tienes que seguir siendo tú;
colocarse en el papel de los demás, no es otra cosa que la de tener empatía hacia
otros seres que luchan como nosotros en este viaje llamado vida; que a pesar de
ser diferentes en tantas cosas somos semejantes en muchas otras y que todos
debemos de tratar de apoyarnos los unos a los otros, y no se trata de tener lastima,
sino en dar compasión, tener esa afinidad de sentimientos por el cual esa persona
pasa en un momento dado de su vida.

No pocas veces hemos tratado de "ponernos en los zapatos de otros", para


entender su situación y ayudar, en lugar de criticar, y eso es excelente.

Podríamos concluir con lectura de este capítulo que quizás no haya un acto más
admirable que ver a un hombre esforzándose luchando contra la adversidad; pero
la verdad es que sí lo hay, uno que sea más grande, más sublime y es: ver a otro
hombre lanzarse en su ayuda.

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BIBLIOGRAFÍA

 Ética para amador Fernando Savater [Primera edición abril 1991]. Ética para
Amador.
 https://es.wikipedia.org/wiki/Robinson_Crusoe
 https://es.wikipedia.org/wiki/Marco_Aurelio#cite_note-5
 http://www.diccionarios.com/diccionarioenciclopedico
 https://es.wikipedia.org/wiki/Buda_Gautama
 https://www.bibliatodo.com/la-biblia

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