Durante el siglo XXI se registra una gran velocidad en los cambios de la forma de pensar

y el estilo de vida en la sociedad moderna, los cuales a penas dejan registro. Así, el
desmantelamiento de mitos como el progreso infinito son causas del despertar común
antela necesidad de conocer la realidad. De esta forma es necesario que las nuevas
generaciones desarrollen su propio pensamiento histórico enfocado a entender el
porqué de la situación actual y su trayectoria.

De la misma forma, es necesario que cada generación escriba su propia historia la cual
responda a las necesidades históricas del momento, utilizando su propio método y
motivado por sus propias preguntas. Por ende, la duda epistemológica de la historia
radica en los intereses y paradigmas que afectan y condicionan al historiador, todo con
el fin de descubrir el porqué del camino elegido por la humanidad. Así, la importancia
del historiador radica en el conocimiento y la exposición de los hechos que dieron
sentido a la existencia de un pueblo. En otras palabras, la finalidad de la ciencia histórica
es la objetivación del contenido subjetivo presente en los hechos históricos.

La objetivación de la historia nos remite a tres factores, estos son el contenido concreto,
la situación de partida y su horizonte histórico. Ante ellos el historiador debe
cuestionarse sobre lo ocurrido, sus consecuencias y lo que pudo llegar a ser.
Adicionalmente, la objetivación de los hechos históricos nos permite demostrar la
inexistencia de modelos económicos, políticos o sociales universales. Si no más bien
unos ligados a determinado momento histórico. Los cambios de estos modelos suelen
ser imperceptibles para los coetáneos, pero no para los historiadores

El quehacer histórico debe estar ligado a la necesidad de relacionar los hechos pasados
con la realidad de cada historiador, es decir los efector de los primeros sobre los
segundos. Es importante para la legitimación de la historia el hecho de como el registro
historiográfico sirve de manual de consulta sobre situaciones actuales basándose en
hechos pasados.

Ahora bien ante la aparente inutilidad de las teorías y métodos de la tradición

historiográfica para con los problemas actuales se hace necesaria la aproximación a la
realidad de la historia como diciplina científica. Para ello se tiene que definir su lenguaje
especifico, las claves y los modelos para su teorización.