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Cómo cuidar el aparato respiratorio

Respira profundo con más frecuencia. El acto de respirar abastece de oxígeno


a todo el cuerpo. La respiración profunda utiliza toda la capacidad de los pulmones
para oxigenar la sangre. Aunque los niveles normales de respiración no son malos
para la salud, la respiración profunda alcanza el máximo nivel de oxígeno que
fluye por todo el cuerpo.

Presta especial atención a tu diafragma mientras inhalas y exhalas lentamente


respiraciones profundas. Siente cómo tu diafragma desciende mientras inhalas y
exhalas completamente hasta sentir que los músculos de tu estómago se contraen
y tu diafragma se levanta.

Ríete más. Al igual que la respiración profunda, la risa fuerza la salida de más aire
de los pulmones, lo cual da lugar a una mayor inhalación de aire fresco y a un
mayor suministro de sangre oxigenada. Reír también trabaja los músculos
abdominales y aumenta la capacidad pulmonar.

Haz ejercicios cardiovasculares regularmente. Los ejercicios aeróbicos no


necesariamente hacen más fuertes a los pulmones por sí solos. Sin embargo, una
salud cardio-respiratoria excelente les facilita a los pulmones la tarea de llevar
oxígeno al corazón y los músculos. Ello ejerce menos presión en los pulmones, lo
cual les permite funcionar de forma adecuada con menos esfuerzo.

La Asociación Americana del Corazón recomienda practicar al menos 30 minutos


de ejercicios cardiovasculares de intensos a moderados, cinco o más días a la
semana con el fin de mantener una buena salud cardiovascular.

Realiza cambios en tu alimentación. Diversos estudios han demostrado que las


dietas ricas en frutas frescas y pescado se relacionan con los beneficios para la
salud pulmonar. Esto es especialmente cierto para aquellos que experimentan
asma, COPD (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y otras enfermedades
pulmonares comunes.

Un estudio realizado el año 2010 también demostró que una dieta rica en verduras
crucíferas (brócoli, coliflor, repollo, col rizada, bok choy) puede reducir el riesgo de
cáncer pulmonar.

Respira por la nariz. Los vellos de la nariz actúan como un filtro y solo dejan
pasar partículas extremadamente finas. Tu nariz puede filtrar partículas tan
pequeñas como un solo grano de polen con un 100 % de eficiencia. Esto hace que
la respiración por la nariz sea una mejor opción que respirar por la boca.
Mantén despejada tu nariz. Las enfermedades, las alergias y otras condiciones
pueden provocar congestiones nasales comunes. Una nariz tapada significa que
estás llevando 100 % de gérmenes y contaminación directamente a tus pulmones
a través de la respiración por la boca.[21] Esto puede empeorar las condiciones
como el asma y otras complicaciones pulmonares o incluso puede causarlas en
aquellos que no sufren de ellas.

Trata las alergias comunes con antihistamínicos u otros descongestionantes para


ayudarte a mantener despejada tu nariz.
Además, los pasajes nasales excesivamente secos que pueden acompañar a las
enfermedades, reducen la efectividad de los vellos nasales para filtrar el aire.
Considera utilizar un humidificador o incluso un nebulizador nasal de venta libre
para mantener húmedos tus pasajes nasales y filtrar adecuadamente el aire que
respiras.

Mantente hidratado. Además de sus miles de otros efectos positivos, beber


abundante agua es bueno para tus pulmones. Los pulmones tienen un
recubrimiento mucoso y permanecer hidratado lo mantiene delgado, lo cual ayuda
a que los pulmones funcionen con más eficiencia.

Mantente al día con tus vacunas. Las vacunas anuales contra la gripe y contra el
neumococo pueden ayudar a disminuir el riesgo de infecciones respiratorias. Esto
también significa menos riesgo de desarrollar complicaciones pulmonares
relacionadas como la neumonía.

Compra plantas de interiores. Las plantas de interiores son una de las formas
más fáciles de mejorar la calidad del aire interior. Además de convertir el dióxido
de carbono en oxígeno, los estudios también han demostrado que las plantas de
interiores pueden disminuir la concentración interior de ozono, el cual es otro
contaminante dañino.

Tres plantas de interiores que han demostrado ser beneficiosas a través de


estudios, son: las sansevierias, los clorofitos y los pothos.

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