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La motivación como una estrategia de dirección

La mayoría de expertos en gestión laboral coinciden en dos cuestiones: para


conseguir los mejores niveles de productividad empresarial es totalmente
necesario mantener motivados a todos los integrantes del equipo humano, en
consecuencia debemos de tener en cuenta lo siguiente:

1) Definir una estrategia completa


La dirección de cada empresa u organización tiene que definir detalladamente
sus objetivos empresariales de carácter más cuantitativo o material, por ejemplo
cuántos productos quiere vender a lo largo del año y qué nivel de beneficios
conseguir. Pero no basta con eso, la empresa tiene que tener muy claros, además,
otros aspectos más intangibles como sus valores, misión y filosofía, y poner en
marcha un método para comunicar estas ideas a sus trabajadores, implicarlos y
alinearlos con sus proyectos personales.

2) Elegir los puestos intermedios más adecuados


Los puestos intermedios o directivos actúan de puente entre la dirección de la
empresa y los empleados. Son los profesionales que dirigen y lideran el grupo,
trabajando día a día y codo con codo con los trabajadores para lograr los objetivos de
la empresa. Es muy importante elegir para este puesto no sólo a las personas con la
capacitación y conocimientos técnicos necesarios, sino también con dotes de
liderazgo, magnetismo y capacidad de empatía. Pero por encima de todo deben tener
entusiasmo y ser capaces de transmitir y contagiar su actitud positiva al resto.

3) Poner en marcha una eficaz política de incentivos


Es importante incentivar a todos los trabajadores en el plano material con pluses,
comisiones, viajes de incentivos, etc. Pero también cuidar otra cuestión aún más
importante: la parte emocional. El trabajador debe sentirse querido, valorado y
respaldado por la empresa a través de diferentes acciones, muchas de ellas de detalle
como: un trato cordial, reconocer públicamente sus logros o preocuparse de su
bienestar personal tanto dentro como fuera del trabajo.

4) Cuidar el entorno
El ambiente de trabajo es vital. Hay que potenciar las relaciones personales con la
realización de actividades fuera de la oficina (excursiones, comidas en grupo,
actividades lúdicas, invitaciones a espectáculos culturales o deportivos…). No se debe
caer en el error de descuidar detalles como asegurarse de que los empleados
disponen de un espacio de relax con lo necesario para charlar un rato y relajarse,
como máquinas dispensadoras de agua de calidad o café.

5) Minimizar la presión y el estrés


Aunque la disciplina es importante y hay personas que trabajan mejor bajo presión, en
general los trabajadores suelen ser más eficientes y creativos cuando no se sienten
presionados por el jefe, ni tienen unas cargas de trabajo excesivas con fechas de
entrega difíciles de cumplir.

6) Analizar y medir los resultados obtenidos desde una perspectiva colectiva


Una de las etapas más importantes de todas las estrategias es analizar y medir los
resultados que se van obteniendo con el fin de tomar las medidas correctoras
necesarias, en el caso de que se produzcan desviaciones entre los objetivos de la
empresa y lo realmente alcanzado. Pero es muy importante que esta monitorización se
haga de forma natural y con un enfoque al grupo de trabajo, sin echar las culpas de los
malos resultados a un profesional en concreto. Si no se actúa así, el empleado se
sentaría controlado y hasta fiscalizado, por lo que se enrarecerá el ambiente de trabajo
y la motivación del equipo bajará muchos enteros.

7) Evitar caer en la rutina y en la falta de alicientes


El aburrimiento es el peor enemigo de la productividad. Si el trabajador no se divierte
con lo que hace los resultados no pasarán de mediocres. Es muy importante mantener
encendida la llama de la motivación con incentivos constantes, tanto en el día a día
como en la carrera profesional de cada empleado en el medio y largo plazo.
El trabajador debe encontrar alicientes para acudir día tras días con ánimos y actitud
positiva a su puesto de trabajo, lo cual implica un buen clima laboral y unas
posibilidades de promoción reales, sin jerarquías inamovibles ni sistemas de trabajo
demasiado rígidos.

8) Facilitar la conciliación familiar y la realización profesional y personal


Estos aspectos no son fáciles de conseguir, puesto que las situaciones de cada
trabajador son muy diversas, y lo mismo ocurre con el concepto que tienen en cada
cual de la realización profesional y personal. No obstante, cuestiones como una mayor
flexibilidad en los horarios, la posibilidad de trabajar desde casa, escuchar a todos y
animarles a aportar ideas y preocuparse por sus motivaciones y problemas más allá
de las paredes de la oficina, constituyen algunas de las claves para mejorar el
bienestar y satisfacción de los empleados.

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