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“Todo fue agua” se presenta como una comedia romántica que se anima a tocar de manera

ingeniosa, tensiones muy complejas dentro de un pequeño núcleo familiar.

Mercedes es profesora, seria e introvertida, atraviesa una enfermedad que la lleva a estar de
licencia en el trabajo. Decide construir un jardín en su casa, plantar plantas y tal vez colocar
una fuente. En la misma además vive con Elena, su madre y Candela, su hermana menor.
Siente que no encaja entre ellas, quienes son mucho más extrovertidas y no paran de ir de acá
para allá en un constante ir y venir de discusiones. Sin embargo, una visita inesperada en
medio de la tormenta, muestra cierto pasado que Mercedes se esfuerza por mantener oculto.

El deseo silenciado de una de las hermanas, la figura de un padre y de un marido cual sujeto
tácito de la vida misma, la presión maternal como un velo sobre sus hijas, donde no obstante,
la risa, como terapia, anima a poner en manifiesto lo reprimido por cada una de ellas.

La voz de estos cuatro personajes pone el foco en distintos ejes que el mundo femenino se ve
de cara a diario. En una sociedad donde la figura de la mujer toma fuerza, esta obra no teme
en mostrar con mucho humor y sutileza, mandatos, estructuras y prejuicios que aún quedan
por deconstruir.

Este jueves y viernes (función especial por localidades agotadas), son las últimas dos funciones
de “Todo Fue Agua”. Una obra que roba varias risas e invita a la reflexión en cuestión de
minutos.

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