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ABSTRACT
En dos grupos de alumnos de una escuela de la ciudad de San Luis se buscó introducirlos
en el tema de la violencia, esta vez, a través del diálogo, propendiendo generar un clima
ameno y de confianza entre ellos y los talleristas. La intención fue brindar un espacio de
escucha a los jóvenes, intentando esclarecer confusiones, prejuicios o supuestos y
construir, de éste modo, un conocimiento compartido, que tendiera, en algún punto, a
cuestionar su mirada sobre los otros y sobre sí mismos.
Tras el desarrollo de los talleres realizados en el colegio, pudo observarse que los
modos de significar la violencia escolar por los jóvenes alumnos era, sin duda la forma en
como la viven en lo cotidiano. Los datos aportados por los alumnos durante las charlas
pudieron ser corroborados a través del Autotest Cisneros.
La necesidad de autoafirmación, común en el adolescente, hallaba su soporte en convertir
al semejante en un rival, oponente del que era preciso distinguirse y en lo posible
superarlo de algún modo más o menos violento.
OBJETIVOS
DESARROLLO
Talleres con alumnos de segundo y tercer año del Ciclo Básico Secundario.
Alumnos de 2º D
Alumnos de 3º D
La violencia, en el primer encuentro fue entendida por los alumnos del 3º D como:
Golpearse.
Pegarse.
Insultarse.
Robarse.
Agredir física o psicológicamente.
Respecto a la agresión psicológica resaltaron que habría muchas formas de ser agresivo,
por ejemplo, “ser pedante”, “agrandado”, alardear acerca de lo que se tiene o lo que se
hace; marcar lo que el otro no tiene, intentando de este modo, hacer daño.
Violencia de género.
La que vincularon al arrebato de derechos al otro, sobre todo a las mujeres.
No escuchar al otro.
Remarcaron que en el no escuchar a los demás habría una intención de “ignorarlo”,
hacer como que no existe. Indicaron que esta actitud era observable tanto en sus
compañeros como en sus docentes.
Uso de la ironía y el sarcasmo.
Uso deshonroso de las redes sociales.
Cuando se usan estos medios, ya sea para insultar, avergonzar o desprestigiar a una
persona.
Discriminación.
Fue el factor que distinguieron como más importante, en tanto generador de violencia.
Pudimos precisar que el uso de la discriminación aparecía vinculado al “ser”, a los modos
de ser que eran distintos del propio y cómo el uso de determinados motes buscaba
establecer esta diferencia y menoscabar un estereotipo particular. Ubicamos aquí, por
ejemplo el “ser gay”, “negrito”, “ladrón”, “de otro barrio”, el “ser de otro colegio”.
Vincularon también el uso de la discriminación a todo aquel que tuviese un acento
regional distinto en su lenguaje, aunque pudieron despejar que “la tonada” no intentaba
ser agresiva, si no más bien que dependía de las raíces y lugar de origen.
No obstante, la discriminación se efectuaba también sobre aquel que se lo reconocía
superior, en tanto poseía superiores condiciones de vida o mejores formas de
satisfacción. Esos son aquellos grupos de jóvenes que llamaron “nacidos en cuna de
oro”, “los chetos”. Suponer que el otro poseía algo de lo que uno mismo carecía (por
ejemplo educación, vestimenta, el dinero), se convertía en una fuente de envidia que
conducía a la violencia.
A B C D E F G H I M
N Válidos 39 39 39 39 39 39 39 39 39 39
Perdidos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Media 23,23 8,92 6,74 8,64 11,49 10,77 17,74 5,56 3,26 65,69
Mediana 20,00 8,00 6,00 8,00 10,00 9,00 15,00 5,00 1,00 60,00
Moda 19 8 6 7(a) 10 9 15 4 0 58
Desv. típ. 7,720 1,992 1,817 2,411 2,437 3,073 6,150 1,635 5,901 15,952
Mínimo 15 5 2 6 8 7 10 3 0 50
Máximo 43 17 10 16 20 21 35 10 26 112
Suma 906 348 263 337 448 420 692 217 127 2562
Medias:
Desprecio y ridiculización (A): Medio
Coacción (B): Casi alto.
Restricción comunicación (C): Medio.
Agresiones (D): Medio.
Intimidación – Amenazas (E): Casi alto.
Exclusión – Bloqueo social (F): Casi alto.
Hostigamiento verbal (G): Casi alto.
Robos (H): Casi alto.
Intensidad del acoso (I): Alto
Índice global de acoso (M): Casi alto.
Si comparamos las medias de las variables observadas, es decir los valores promedio,
podemos decir que existen numerosos ítems que muestran valores casi altos, mientras
que los restantes aparecen de modo medio. Un índice global casi alto acompañado de
una intensidad alta nos hace pensar en la movilización de importantes montos de
violencia en esta escuela.
Medianas
Desprecio y ridiculización (A): Medio
Coacción (B): Casi alto.
Restricción comunicación (C): Medio.
Agresiones (D): Medio.
Intimidación – Amenazas (E): Medio.
Exclusión – Bloqueo social (F): Medio
Hostigamiento verbal (G): Casi bajo.
Robos (H): Medio.
Intensidad del acoso (I): Medio.
Índice global de acoso (M): Casi alto.
Si comprendemos las medianas por el valor que esta en medio de todos los valores
ordenados, podemos decir que un predominio de valores medios no hace pensar que en
algunos aspectos la violencia que impera no es de desdeñar, mientras que en otros, ella
se encontraría cerca del término medio.
Moda
Desprecio y ridiculización (A): Casi bajo.
Coacción (B): Casi alto.
Restricción comunicación (C): Medio.
Agresiones (D): Casi bajo.
Intimidación – Amenazas (E): Medio.
Exclusión – Bloqueo social (F): Medio
Hostigamiento verbal (G): Casi bajo.
Robos (H): Casi bajo.
Intensidad del acoso (I): Muy bajo.
Índice global de acoso (M): Medio.
La moda nos está indicando los valores que más se repiten. De igual manera que en los
ítems anteriores los valores más comunes rondan el término medio. Llama la atención
una intensidad en la moda tan baja, lo que nos haría pensar en que no son muchos los
casos en los que se moviliza la violencia, pero sí que en estos pocos la intensidad que se
juega es muy alta.
Mínimos:
Desprecio y ridiculización (A): Casi bajo.
Coacción (B): muy bajo.
Restricción comunicación (C): Muy bajo.
Agresiones (D): Bajo.
Intimidación – Amenazas (E): Medio.
Exclusión – Bloqueo social (F): Casi bajo.
Hostigamiento verbal (G): Bajo.
Robos (H): Casi bajo.
Intensidad del acoso (I): Muy bajo.
Índice global de acoso (M): bajo.
Los valores mínimo en general son muy bajos, prevaleciendo la intimidación y amenazas
que es medio, valor que nos llama la atención pues no hace suponer que este ítems
puede ser muy elevado en algunos casos.
Máximos:
Desprecio y ridiculización (A): Muy alto.
Coacción (B): Muy alto.
Restricción comunicación (C): Alto.
Agresiones (D): Muy alto.
Intimidación – Amenazas (E): Muy alto.
Exclusión – Bloqueo social (F): Muy alto.
Hostigamiento verbal (G): Muy alto.
Robos (H): Muy alto.
Intensidad del acoso (I): Muy alto.
Índice global de acoso (M): Muy alto.
Tal como lo habíamos supuestos, existen algunos casos, no la mayoría, en que los
índices de acoso son muy altos. Esto nos hace pensar en un despliegue de la agresión
que se manifiesta en todo los aspectos e incumbe fuertemente a un grupo pequeño de
alumnos.
Mujeres
A B C D E F G H I M
N Válidos 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Perdidos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Media 24,35 9,18 7,12 8,88 11,47 11,18 18,41 5,53 3,47 68,35
Mediana 19,00 8,00 7,00 8,00 11,00 11,00 16,00 6,00 1,00 64,00
Moda 19 8 5(a) 7 10 9 15 4 1 50(a)
Desv. típ. 8,717 1,667 2,205 2,395 2,035 2,963 5,810 1,625 4,638 15,476
Mínimo 17 8 2 6 8 7 12 3 0 50
Máximo 42 14 10 14 15 17 31 8 15 97
Suma 414 156 121 151 195 190 313 94 59 1162
Varones
A B C D E F G H I M
N Válidos 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22
Perdidos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Media 22,36 8,73 6,45 8,45 11,50 10,45 17,23 5,59 3,09 63,64
Mediana 20,50 8,00 6,00 8,00 10,00 9,00 15,00 5,00 ,00 58,00
Moda 19 8 6 8 10 9 13 5 0 52
Desv. típ. 6,939 2,229 1,438 2,464 2,756 3,188 6,488 1,681 6,824 16,366
Mínimo 15 5 4 6 8 7 10 4 0 52
Máximo 43 17 10 16 20 21 35 10 26 112
Suma 492 192 142 186 253 230 379 123 68 1400
Llama la atención, como la media y mediana de todos los ítems aparece ligeramente
aumentada en las Mujeres. Esto nos sugiere dos hipótesis; o que ellas son las
destinatarias de un grado mayor de acoso o que al igual grado de acoso existe un mayor
registro de la violencia por su parte.
Si observamos los valores mínimos y máximos en mujeres y varones, podemos notar
mayores diferencias entre ambos valores en los Varones; esto nos sugiere una mayor
homogeneidad en la percepción de las mujeres, mientras que en los varones resulta esta
más variable.
Analizando todos los parámetros de los dos cursos evaluados podemos decir, que se
juegan índices importantes de violencia escolar, no pudiendo esto ser generalizable a la
mayoría de los alumnos. En un gran número, el acoso se haya por debajo de la media o
incluso, con valores inferiores; no obstante habría un pequeño número de alumnos en
que el acoso es vivido con muy alta intensidad y en todos los aspectos.
Este pequeño grupo, el que percibe mas claramente el acoso, se trataría mayormente de
mujeres y unos pocos varones, siendo menos registrada por la mayoría de hombres que,
cabe recordar, son los más numerosos de ésta muestra.
Las medias del índice de intensidad del acoso que resultan ser altas, en conjunto a los
índices máximos muy altos sugieren la necesidad de una intervención más prolongada
en estos grupos.
CONCLUCIONES FINALES
Tras el desarrollo de los talleres realizados en el colegio, pudo observarse que los
modos de significar la violencia escolar por los jóvenes alumnos era, sin duda la forma en
como la viven en lo cotidiano. Los datos aportados por los alumnos durante las charlas
pudieron ser corroborados a través del Autotest Cisneros.
Violencia física o mental, psicológica era el modo de dirimir muchos de los conflictos que
se suscitaban en el colegio. Violencia, que muchas veces aparecía disfrazada de broma,
en otras ocasiones eran bromas en las que se perdía el límite y terminaban siendo un
ataque al otro.
La violencia de género, entendida por el grupo como agresión hacia las mujeres fue
evidenciada en el Autotest Cisnero, siendo el grupo de ellas las más proclives a sufrir el
acoso y también manifestarlo.
La necesidad de autoafirmación, común en el adolescente, hallaba su soporte en
convertir al semejante en un rival, oponente del que era preciso distinguirse y en lo
posible superarlo de algún modo más o menos violento. Todos los modos de
discriminación se sostenían del más profundo desconocimiento del otro, que convertido
en la marca de la diferencia permitía ser el depositario de todo lo rechazado de si mismo.
Conflictivas propias de la adolescencia, junto a la necesidad, claramente observada, de
que la palabra adviniera en este grupo de jóvenes hacen muy factible la posibilidad de
intervención. La buena disposición de los alumnos y del personal a cargo del colegio
convoca a nuestro proyecto a proseguir el trabajo con esa institución.
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Pain. S.
Oñarte, A. Piñuel, I (2007) “Acoso y violencia Escolar en España”. Instituto de innovación
educativa y desarrollo directivo editor. Madrid.