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Bolilla 1. Contratos Ubicación del contrato


En el Código civil y comercial de la Nación Argentina se define al contrato en su Artículo 957:
“Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento
para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas particulares”

Es claro que la voluntad a la que se hace referencia debe ser expresada por sujetos capaces;
adecuadamente exteriorizada; no encontrarse afectada por algún vicio (error, dolo o violencia), ni
haber dado lugar a un acto jurídico que adolezca de lesión, simulación o fraude; a lo que se agrega
que dicho acto debe respetar las exigencias que, en materia de objeto y causa, establece el propio
Código. El acto jurídico que da nacimiento a un contrato siempre se producirá por la reunión de,
al menos, dos voluntades que participan de la formación del consentimiento. Una parte puede
estar integrada por una pluralidad de personas (lo que ocurre, por ejemplo, cuando son varios los
adquirentes o vendedores de una cosa).

La construcción jurídica elaborada por las partes habrá de crear, regular, modificar, transferir o
extinguir relaciones jurídicas patrimoniales (referidas a derechos personales, reales o
intelectuales) y tal es el elemento que distingue al contrato de cualquier otra forma de acuerdo al
que pueden arribar dos partes, pues será contrato cuando la relación jurídica establecida sea
patrimonial, aunque no pueda recibir ese calificativo el interés por el que ella se concreta.

Sobre el objeto del contrato, establece que debe ser lícito, posible, determinado o determinable,
susceptible de valoración económica y corresponder a un interés de las partes aunque este no sea
patrimonial, como se da, por ejemplo, cuando alguien contrata un servicio de enfermería para que
cuide de un amigo enfermo, supuesto en el que el contrato se lleva adelante por un interés
extrapatrimonial, aunque se concrete en un vínculo patrimonial.

La preposición “para” empleada en el texto pone de manifiesto la importancia de la finalidad en el


contrato. Ella es esencial, pues todo contrato importa una disposición sobre la libertad que (en
tanto no se violen los límites a ella razonablemente establecidos) debe ser protegida.

Naturaleza jurídica del contrato


El CCyC define al contrato como una especie del género acto jurídico, acto voluntario y lícito que
tiene la particularidad de que se establece por el consentimiento de dos o más partes.

Es un acto jurídico bilateral (porque necesitamos por lo menos 2 partes) no se debe confundir el
carácter bilateral de acto jurídico con el carácter unilateral o bilateral del contrato, ya que en el
contrato unilateral, una parte se obliga sola contra nada, ej: presto la casa a fulano y no le pido
nada a cambio. Esto es un contrato unilateral, pero no deja de ser un acto jurídico bilateral, ya que
para que sea un contrato requiere la presencia de 2 o más partes. Cuando una de las partes tiene a
cargo las prestaciones se llama unilateral, pero cuando ambas partes tienen a cargo las
prestaciones se llama bilateral. El contrato como acto jurídico es siempre bilateral, salvo en los

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casos de mandatos en donde una de las partes se obliga a hacer algo por la otra. Por lo tanto, es
un acto jurídico bilateral con contenido patrimonial.

Elementos del contrato


Elementos esenciales: sin los cuales el contrato es inexistente.
1) Consentimiento: Ya que si no hay acuerdo o consentimiento entre las partes, no puede
haber contrato.
2) Objeto: El Artículo 1003 establece las características que debe tener el objeto del
contrato. “Debe ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de valoración
económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea patrimonial.”
Y el ARTÍCULO 1004 se refiere a los objetos prohibidos “No pueden ser objeto de los
contratos los hechos que son imposibles o están prohibidos por las leyes, son contrarios a
la moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o lesivos de los derechos
ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo sean. Cuando tengan por
objeto derechos sobre el cuerpo humano se aplican los artículos 17 y 56.”
3) La causa: Sobre la causa se aplica lo dispuesto a los actos jurídicos en el artículo 281, 282 y
283 del código civil y comercial. Articulo 282 “La causa es el fin inmediato autorizado por
el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad. También integran la
causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en
forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes”
Existen distintos significados de la palabra “causa”:
a) Causa fuente: se trata en este caso del hecho generador del acto, de las obligaciones o
de los presupuestos de hecho de los cuales se derivan las obligaciones legales.
b) La causa fin: se vincula con la dirección de la voluntad en la obtención de los efectos
jurídicos. Viene a ser el fin que las partes se propusieron lograr al tiempo de celebrar el
acto, o el “fin inmediato” propio y característico del negocio jurídico, idéntico en todos y
cada uno de los actos de su especie.
c) La causa motivo: también llamada “causa ocasional”, está constituida por los móviles o
motivos. Se refiere a los fines concretos e inmediatos que las partes tuvieron en cuenta al
realizar el acto; los mismos están compuestos por el querer individual, es decir, el fin que
procuran obtener concretamente las partes.

El articulo 1013 habla de la necesidad de la causa. “La causa debe existir en la formación del
contrato y durante su celebración y subsistir durante su ejecución. La falta de causa da lugar,
según los casos, a la nulidad, adecuación o extinción del contrato.”

La existencia de causa lícita en la formación del vínculo contractual es imprescindible, por tratarse
de un elemento necesario para la existencia misma del contrato. Su afectación o desaparición en
la etapa funcional puede dar lugar a la ineficacia contractual, por frustración de la finalidad,
cuestión prevista y regulada en el Código civil y comercial de la nación

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¿Qué significa que sea nulo o inexistente?

La inexistencia no produce efectos jurídicos, en cambio si cuando es nulo porque esa nulidad
puede haber generado un perjuicio. ej: si de manera dolosa instigo a un menor a que firme un
contrato y le genero un perjuicio a su patrimonio, tengo que hacerme responsable por los daños y
perjuicios. El contrato es nulo, pero produce efectos jurídicos que en este caso sería la obligación
de resarcir al menor.

Elementos naturales: son los que constan en la ley, debido a esto, cuando elaboramos
un contrato no tenemos que reiterarlos. ejemplo: en un contrato bilateral, si una parte no cumple
la otra puede reclamar la resolución del contrato. Eso confronta a el pacto comisorio tácito. No
necesariamente tenemos que ponerlo en el contrato porque está en la ley, es un elemento natural
de todo contrato bilateral, entonces nosotros en los contratos reglamentamos lo que queremos
pero hay cosas que ya damos por sentadas porque no hace falta volverlas a reiterar, el elemento
natural esta incito en cada contrato.

Elementos accidentales: Son herramientas que tiene la ley para casos especiales y que
en determinadas ocasiones las podemos traer al contrato; ej el caso de la seña cuando vamos a
comprar. No se seña en todos los casos solo en los importantes o cuando no nos alcanza, señamos
una parte.

¿En qué consisten los elementos accidentales? Las partes sacan de la ley la herramienta que
necesitan ej: la seña, la aplicamos en un contrato de compraventa, o sea que es a la inversa de los
elementos naturales, que no necesitamos mencionarlos porque ya están en la ley por ej: los vicios
redhibitorios que son defectos de la cosa, sabemos que todo contrato oneroso se aplican los vicios
redhibitorios, cuando vendo algo me hago cargo y responsable de los efectos de lo que estoy
vendiendo (efectos ocultos). Y los elementos accidentales que el ej más típico es la seña, donde no
es habitual su uso, pero cuando la necesitamos se utiliza. Son elementos que están en la ley y los
traemos al contrato.

Principios elementales de los contratos


Libertad de contratar
El Artículo 958 refiere a la libertad de contratación. “Las partes son libres para celebrar un
contrato y determinar su contenido, dentro de los límites impuestos por la ley, el orden público, la
moral y las buenas costumbres.”

Esta norma define los límites dentro de los que se despliega la libertad contractual de las partes.
En función del orden público, el Estado regula diversos aspectos de las relaciones entre los
particulares, que ven reducida su autonomía. En tanto no rebasen tales extremos, las partes son
libres para contratar y para definir contenidos o aspectos formales que resulten adecuados para
procurar la finalidad que haga a su interés. Gozan de poder para crear derecho. Pueden, así,

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inventar nuevos modelos de negocios que aporten una renovada (o, hasta entonces, desconocida)
forma de hacer las cosas.

Hoy en día somos víctimas de la falta de autonomía privada y de los contratos de consumo, en
donde los grandes proveedores del consumo pasaron a imponer las normas. Nacen los contratos
de adhesión en los cuales tampoco hay autonomía privada, ej: para pedirle un préstamo al banco
vamos al oficial de cuenta, en donde nos dice : “Quiere un préstamo, esto es lo que le ofrece el
banco, a cierto interés”, entonces la autonomía de la voluntad en el siglo 21 también tiene que ver
con el consumo, son muy pocos los contratos que hoy se pueden negociar, hoy la negociación es
algo del pasado; no puedo ir a negociar a un inmobiliario donde me pone un precio del alquiler.

Se podría adherir a ofertas ej: Garbarino tiene un lote de celulares que se lo quiere sacar de
encima y lo vende al 50 % pero Garbarino sigue poniendo el precio. Hoy la mayoría de los
contratos son por adhesión.

Buena Fe
Artículo 961. Buena fe “Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe.
Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan
considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría obligado un
contratante cuidadoso y previsor. “

La buena fe tiene gravitación en todas las etapas de la contratación. Ella se exige tanto en la etapa
de negociaciones previas a la concreción de un contrato, como en el momento de su celebración,
en su etapa funcional o de ejecución y hasta en la postcontractual, cuando las partes se restituyen
bienes empleados en la ejecución del contrato concluido. El de buena fe es, asimismo, el criterio
rector que guía la interpretación de las disposiciones contractuales.

La considerada es la buena fe-lealtad, que debe ser evaluada según un estándar objetivo medio, el
de “un contratante cuidadoso y previsor”, categoría cuyo molde habrá de ser llenado en cada caso
concreto, según sus circunstancias.

Fuerza obligatoria de los contratos:


El artículo 959 del Código Civil y Comercial se refiere a los efectos vinculantes que produce un
contrato. “Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes. Su contenido solo
puede ser modificado o extinguido por acuerdo de las partes o en los supuestos que la ley lo prevé”

La obligatoriedad para las partes de lo acordado en un contrato es un axioma legal básico de un


sistema jurídico de derecho privado en una economía de mercado, lo que se reitera en el derecho
comparado. Los cambios de reglas afectan la previsibilidad y deben darse cuando existen razones
sólidas para ello, pues de lo contrario, la natural aversión al riesgo de las personas genera una
retracción en su disponibilidad para negociar e invertir. Las partes declaran su voluntad de

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obligarse en forma bilateral, porque de lo contrario no se trataría de un contrato, sino de una


manifestación unilateral de voluntad.

El principio de obligatoriedad actúa como un resguardo para el de libertad contractual, pues


establece la base necesaria para que este pueda desplegarse con confianza, en un ámbito donde
debe imperar la buena fe.

Límites a la fuerza obligatoria del contrato:

a) Validez del contrato: la norma establece la obligatoriedad de lo acordado por las partes en los
contratos, en tanto ellos hayan sido “válidamente” celebrados. La expresión tiene una significación
amplia, pues abarca tanto los supuestos de afectación de un interés particular, en los que se
requerirá el planteo de un sujeto legitimado para objetar la validez del acto, como los de violación
de un contenido de orden público, en cuyo caso no será necesaria petición alguna, dado que la
privación de efectos puede disponerse de oficio.

b) Efecto relativo de lo convenido: las partes pueden regular sus propios intereses, pero no
pueden pretender imponerlos a quienes no consintieron en formar parte del contrato, para lo que
encuentran un límite en la vigencia del principio del efecto relativo de los contratos

Clausulas abusivas:
El artículo 988 del código civil y comercial se refiere a las clausulas abusivas “En los contratos se
deben tener por no escritas:

a) Las clausulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente;


b) Las que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían derechos
del predisponente que resultan de normas supletorias.
c) Las que por su contenido, redacción o presentación no son razonablemente previsibles.”

La definición de cláusulas abusivas, fue incorporada por el Código al Título III, que regula los
contratos de consumo, concretamente al art. 1119 CCyC, que establece lo siguiente: “… Es abusiva
la cláusula que, habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto
provocar un desequilibrio significativo entre los derechos y las obligaciones de las partes, en
perjuicio del consumidor”.

Clase desgrabada:
Los principios contractuales son importantes ya que en ellos se basa toda la estructura del
contrato, los cuales son:

LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD O LA VOLUNTAD PRIVADA: que comprende la libertad de


contratación, como segundo parámetro el EFECTO VINCULANTE y como tercer parámetro EL
RECONOCIMIENTO DE FACULTADES JUDICIALES. Estos tres elementos deben verse en
consideración con LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD O LA VOLUNTAD PRIVADA, sin perjuicio de

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que también está plasmada en el nuevo código con mucha fuerza, porque esta reiterada en todo
el código el PRINCIO DE LA BUENA FE, Velez no lo desconocía, pero muchas veces los institutos
deben analizarse a partir de las circunstancias en las que se dan. Es posible, si quisiéramos darle
una interpretación psicológica o sociológica al tema, que al ir cambiando las cosas en las
sociedades a lo largo de la historia se sobre entendía la buena fe, por ejemplo: antes solo bastaba
con la palabra, con un apretón de mano, que eran de buena fe, por ende Velez no lo ponía en el
Codigo de 1869.

La famosa reforma 17711, fue la qe introdujo el principio de buena fe que estaba plasmado
solamente en lo atinente a la parte contractual en el código de Vélez.

En el nuevo CCC tiene especial observancia del principio de buena fe, lo va considerar a lo largo del
todo el código, no solo en materia contractual, sino también en materia de familia, de derechos
reales, de obligaciones, a punto tal que mas allá de que esta reiterado lo hace figurar en el título
preliminar cuando dice que los derechos subjetivos se ejercen de buena fe, primer principio.

AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD O AUTONOMIA PRIVADA: Implica reconocer a las partes la libertad


de contratar en todos los aspectos:
1)EL DE CONTRATAR O NO CONTRATAR el primero y elemental.
2)CON QUIEN DESEE HACERLO es decir libertad en elección del sujeto.
3)LA LIBERTAR DE ELEGIR UN TIPO CONTRACTUAL al cual me voy a someter previsto por la ley o
no.
4)LA LIBERTAD DE LAS PARTES EN DARSE EL CONTENIDO DESEADO es decir, que, como, cuando,
cuanto involucra muchos aspectos, este principio no significa que no deba ajustarse a ciertos
parámetros o limites, el propio CCC establece como limites:
1)LA LEY
2)EL ORDEN PUBLICO
3)LA MORAL Y LA BUENAS COSTUBRES
4)LAS FACULTADES QUE SE LE RECONOCEN A LOS JUECES PARA MODIFICAR UN CONTRATO PERO
CON LA SIGUIENTE ACLARACION, NO MODIFICARLO EN FORMA ARBITRARIA SI NO QUE LO PUEDE
HACER DE OFICO CUANDO SE AFECTA EL ORDEN PUBLICO O BIEN A PEDIDO DE PARTE.

Una vez que las partes declararan su voluntad, una vez manifestada la voluntad YA ADQUIERE EL
CONTRATO CARÁCTER OBLIGATORIO. De este carácter obligatorio surgen dos consecuencias
jurídicas:
1) esa voluntad declarada implica AUTOOBLIGARSE EN FORMA BILATERAL
2)esa voluntad declarada implica AUTORESPONSABILIDAD, es decir que hay que cumplir con la
obligación, o hay obligación de cumplir con la palabra firmada.

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