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INTRODUCCIÓN

¿Por qué Funcionan los Tratamientos Psicológicos?

Why do Psychological Treatments Work?


María Xesús Froján Parga
Universidad Autónoma de Madrid

Por qué funcionan los tratamientos psicológicos o, 1. La reinvidicación de un modelo terapéutico


dicho de otra manera, cuáles son los procesos que esencialmente psicológico, con una herramienta
subyacen o explican el cambio en terapia, son pregun- única e insustituible que es el análisis funcional.
tas que cualquier psicólogo en general y el clínico en Atendiendo a la funcionalidad de la conducta del
particular, está interesado en contestar. Sin embargo cliente podemos explicar los problemas que lo traen
la respuesta no es fácil, a pesar de los muchos inten- a consulta y podemos diseñar y aplicar técnicas de
tos que se han realizado en este sentido. En este intervención que permitan desarrollar nuevas fun-
número tenemos una muestra de ellos, planteados por cionalidades más adaptativas a largo plazo. Los psi-
algunos de los principales autores en cada área. cólogos contamos con una estrategia de análisis y
Veremos perspectivas diversas, con algunas podemos tratamiento que caracterizan un modelo propio y
estar de acuerdo y con otras no, pero que siempre son sitúa el proceso terapéutico en un plano radicalmen-
fruto de la reflexión y/o experimentación que deben te distinto del de otros profesionales con los que
acompañar al progreso de cualquier ciencia. supuestamente pueden estar en conflicto. Ya no se
Tradicionalmente, en el campo clínico han coe- trataría, por tanto, de diferenciarnos en virtud de una
xistido dos grandes líneas de investigación que abor- estrategia de intervención concreta o de destacar la
dan el cambio terapéutico de manera distinta y, discutible base orgánica de determinadas patologías
desde nuestro punto de vista, complementaria: la sino en el planteamiento de un modelo de explica-
investigación de resultados (¿qué es mejor que ción y tratamiento que abarcaría la totalidad de la
qué?), dominante en el campo hasta el momento conducta humana. Y utilizamos el término conducta
actual y que ha culminado con la especificación de con toda la amplitud que permite, esto es, como
la práctica psicológica basada en la evidencia; y la interacción entre una respuesta (encubierta o mani-
investigación de procesos (¿cómo y por qué funcio- fiesta, cognitiva o motora, verbal o emocional) y el
na lo que funciona?), olvidada durante años y que a contexto en el cual se da. La conducta, por tanto, no
partir de la década de los 90 empezó a resurgir con sería acción ni reacción, sino interacción.
fuerza, dando lugar a algunos de los trabajos más 2. El análisis de la conducta verbal durante la
interesantes que ha habido en estos últimos años en interacción terapéutica. Aunque la terapia es funda-
el tema que nos ocupa. Es interesante saber qué tra- mentalmente hablada, hasta muy recientemente no
tamientos son mejores que otros pero, desde nuestra se ha planteado un estudio formal de la interacción
perspectiva, todavía lo es más saber qué los hace verbal entre el psicólogo y el cliente y una concep-
mejores. Conocer por qué funcionan los tratamien- tualización de lo que se dice en terapia como una
tos psicológicos y qué procesos explican el cambio conducta clínicamente relevante (en el sentido plan-
clínico permitirá un desarrollo verdaderamente sóli- teado por la Psicoterapia Analítico Funcional y pre-
do de la intervención en psicoterapia. sentada por Valero-Aguayo, Ferro-García, Kohlen-
La investigación realizada sobre el proceso tera- berg y Tsai en este mismo número).
péutico nos lleva a destacar cinco pilares fundamen- 3. La consideración de la situación clínica como
tales de la terapia psicológica: un contexto natural en el que se dan los problemas

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ISSN: 1130-5274 - http://dx.doi.org/10.5093/cl2011v22n3a1 Vol. 22, n.° 3, 2011 - Págs. 201-204
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en la misma forma en que pueden aparecer en el través (aunque no exclusivamente) de sus verbaliza-
contexto extra-terapéutico; ya no sólo es que cam- ciones; no queremos entrar aquí en la polémica acer-
biando lo que una persona dice sobre lo que hace se ca de si lo cognitivo es igual o diferente de lo verbal
puede cambiar lo que hace sino que al “comportar- (o si pensar es un hablar silente, utilizando los térmi-
se” en terapia una persona puede mostrar los mis- nos de Marino Pérez en su obra Contingencia y
mos problemas que la hacen buscar ayuda psicológi- drama), pero de lo que consideramos que no hay
ca, exactamente igual que se mostrarían en cualquier duda es de que, en terapia, el procedimiento princi-
otro contexto social. En este sentido, la situación pal para tener acceso a las cogniciones del cliente es
terapéutica se constituiría en un contexto único precisamente lo que nos dice sobre lo que piensa. La
donde establecer contingencias de reforzamiento y famosa técnica de reestructuración cognitiva, un clá-
de castigo sobre las propias conductas objetivo de sico en los manuales del enfoque cognitivo-conduc-
tratamiento. tual (la cursiva quiere destacar lo redundante del tér-
4. El estudio de la relación terapéutica como un mino) únicamente trabaja con verbalizaciones que
proceso interactivo, fruto del cual se va desarrollan- se van modificando a través del debate socrático
do una relación que será terapéutica en sí misma (en para, en último término, concluir que como fruto del
el sentido de que dará lugar a esos procesos de cambio en las verbalizaciones han cambiado las
aprendizaje que son, en último término, los respon- cogniciones.
sables del cambio clínico). En este monográfico, ¿Qué sería, por tanto, lo que hace el psicólogo
Krause, Altimir y Horvath abordan un concepto cuando hace terapia? Desde nuestra perspectiva, lo
clave en el proceso terapéutico que es el de alianza; que hace es poner en marcha (o al menos intentarlo)
tradicionalmente, este concepto (como muchos otros una serie de procesos de aprendizaje (tanto pavlo-
que se han utilizado de forma equivalente) se ha vianos como operantes) que darán lugar a la apari-
analizado desde una perspectiva estática, atendiendo ción de nuevas conductas, más adaptativas, menos
a variables del cliente y del terapeuta que podían problemáticas, en el cliente. Y estos procesos de
favorecer el establecimiento de una buena relación aprendizaje ocurren a través (aunque no exclusiva-
en terapia y que eran ajenos a la propia intervención. mente) de la interacción verbal que tiene lugar
Sin embargo, desde nuestra perspectiva, considera- durante la sesión terapéutica. De esta conceptualiza-
mos que el establecimiento de una buena relación o ción de la actuación clínica como desarrollo de pro-
alianza terapéutica depende del proceso interactivo cesos de aprendizaje que ocurren en el contexto
que tiene lugar durante la sesión de terapia; en este terapéutico han surgido las terapias contextuales
sentido, la relación o alianza sería fruto, consecuen- que han renovado el panorama de la intervención
cia, de la interacción terapéutica y haciendo que esta conductual en las dos últimas décadas. En última
interacción tenga unas características determinadas instancia, el cambio de las verbalizaciones del clien-
(específicas para cada caso) se conseguirá el estable- te en sesión ha de ser utilizado para promover y
cimiento de una buena alianza. De esta manera deja- mantener los cambios extra-clínicos, de manera que
ría de tener sentido la antigua polémica acerca de las nuevas verbalizaciones discriminen conductas
qué pesa más, si la relación terapéutica o las técni- más adaptativas en la vida cotidiana, tal como plan-
cas de intervención en la explicación del cambio clí- tean Schlinger y Alessi por un lado y Salzinger, por
nico, puesto que una y las otras serían la ocasión otro, en sus respectivos artículos de este monográfi-
para la ocurrencia de los procesos de aprendizaje. co.
5. La conducta encubierta (cognitiva) tiene las Pero aún podemos ir más allá en nuestra concep-
mismas características y puede ser abordada de la tualización del proceso terapéutico y podemos exten-
misma forma que la conducta manifiesta; el hecho der ésta a cualquier tipo de intervención, se adscriba
de que sea encubierta no cambia la cualidad de la al modelo que se adscriba. Quiere esto decir que los
conducta, ni la hace inobservable ya que, al menos, procesos de aprendizaje ocurren, los conozcamos o
es siempre observable por un observador (uno no, los queramos provocar con la aplicación de téc-
mismo). Y ese observador la puede hacer pública a nicas concretas o surjan de manera espontánea. Si el

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psicólogo los conoce, la probabilidad de que dichos lenguaje podemos identificar su funcionalidad. La
procesos ocurran y den lugar a los cambios en la historia de aprendizaje de una persona es presente
dirección deseada será mayor y la intervención será desde el momento que tiene un valor funcional sobre
más eficaz; si, por el contrario, el clínico los desco- comportamientos actuales y esta funcionalidad se
noce, los procesos se darán igualmente, aunque qui- puede estudiar a partir de las verbalizaciones que
zás con más demora o con menor control por parte dicha persona da cuando describe las relaciones que
del psicólogo. Los procesos de aprendizaje son al ha establecido entre diversos eventos ocurridos a lo
cambio clínico lo que la electricidad es a la ilumina- largo de su vida. Estas relaciones son “presente”,
ción de una habitación: podemos tener diferentes aunque describan hechos pasados.
tipos de lámparas, de interruptores o de bombillas, Todas estas cuestiones que hemos resumido aquí
pero lo que hace que haya luz es la electricidad. La en torno al proceso de cambio en terapia podemos
forma en la que ésta se haga patente (una lámpara de encontrarlas ampliamente desarrolladas en los artí-
araña o una simple bombilla) es secundaria al circui- culos de este número. Los autores han destacado
to que hace llegar la corriente eléctrica desde el inte- aquellos aspectos que consideran importantes para
rruptor a la fuente de iluminación. Si conocemos explicar el cambio terapéutico. Caro presenta el pro-
algo de electricidad, nuestro circuito será más eficaz ceso clínico a la luz del modelo de asimilación de
pero si no lo conocemos, probaremos diversas cone- experiencias problemáticas, concluyendo que la asi-
xiones hasta que al final se haga la luz. milación se relaciona con cambio terapéutico mien-
Hay una última cuestión que nos gustaría comen- tras que la no asimilación se asocia a fracaso. Por su
tar en nuestra breve introducción a este monográfi- parte, Krause, Altimir y Horvath clarifican el con-
co: la consideración del lenguaje como el mecanis- cepto de alianza terapéutica y evalúan la calidad de
mo que permite traer el presente hechos pretéritos, la misma en función de cómo atienden clientes y
que de esta forma adquieren una funcionalidad terapeutas a distintos aspectos de la relación.
actual. Quiere esto decir que pierde todo sentido la Schlinger y Alessi plantean el estudio de los cam-
vieja distinción entre pasado y presente a la hora de bios en la conducta del cliente a través de las inter-
analizar un problema clínico o la insistencia en acciones verbales que tienen lugar en el contexto clí-
rechazar el modelo conductual porque “olvidaba” nico; estos autores explican la generalización del
aspectos de la problemática de las personas (sus cambio a los contextos habituales del cliente a partir
vivencias pasadas) que podían ser fundamentales de los procesos de condicionamiento verbal en la
para entender lo que ocurría; en el plano psicológi- situación de terapia, que tienen el poder de alterar la
co, pasado y presente forman parte de un único con- función de los estímulos presentes en los contextos
junto que puede ser funcionalmente importante: extra-clínicos y dar lugar a conductas diferentes
cuando un cliente habla de sus experiencias pasadas (más sanas). El artículo de Salzinger defiende la uti-
(de motu propio o “forzado” por la propia interven- lización de un único modelo científico para explicar
ción terapéutica), su discurso hace presentes tales cualquier intervención terapéutica, destacando la
experiencias, de manera que el papel que tengan en importancia del condicionamiento operante. En la
el momento actual lo tienen porque es presente (al misma línea, Valero-Aguayo, Ferro-García, Kohlen-
hablarlo, sentirlo o comportarse con una morfología berg y Tsai destacan el tronco común de las terapias
determinada). Si algo ocurrió en el pasado, por de tercera generación, que estaría constituído por los
grave o relevante que haya sido en su momento, que estudios de relaciones de equivalencia entre estímu-
no está funcionalmente relacionado con el compor- los, el análisis funcional del lenguaje y su repercu-
tamiento actual (patológico o no, problemático o sión sobre la conducta emocional y cognitiva; su
saludable) de una persona, ese algo pasado no con- plantemiento del contexto terapéutico como un con-
tribuye a explicar éste; y por el contrario, un aconte- texto natural funcionalmente similar a la vida coti-
cimiento pretérito irrelevante puede adquirir una diana es la base de la Psicoterapia Analítica
importancia clave en la explicación del problema Funcional. Por último, Tonneau cuestiona la base de
actual cuando al traerlo al presente por medio del la terapia cognitiva y propone un análisis experi-

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mental de los conceptos que se plantean, insistiendo ción de un completo panorama de los procesos
en que el modelo operante no es suficiente para explicativos del cambio clínico, que esperamos que
explicar el cambio clínico y reivindicando el papel sirva de reflexión y análisis para todas aquellas per-
de los procesos pavlovianos. sonas que trabajamos en el área y que, a pesar de las
Para finalizar esta introducción, queremos agra- muchas y acusadas diferencias que podemos encon-
decer desde aquí la participación de los autores de trar, tenemos un objetivo común: ayudar a nuestros
este monográfico que han posibilitado la presenta- clientes a ser más felices.

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