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Primera parte: sobre el ensayo

Trataré este tema como a mí me gusta: en primera persona, dirigiéndome al lector


como si leconociera, aunque no sea así. Y además voy a tomar ventaja del hecho
que soy el único que hablaaquí; sin embargo, y por más que parezca un
monólogo, cosa que es cierta, de todas formas haréel intento de no aprovechar
demasiado esta dulce prerrogativa. El caso, eso sí, es que como voy arecorrer
dificultosos caminos, en donde hurgaré zonas sensibles para muchas personas,
tendré abien dejar establecidos mis principios o axiomas para esta lectura.El
primero es el afán por ser desapasionado. Admito que no es tarea fácil cuando se
tocan temasque penetran en las convicciones profundas de las personas, y que,
como será discutido también,nada de lo que yo diga puede ser presentado como
una verdad por sí sola exclusivamente porqueestá en blanco y negro, uno suele
entusiasmarse y desviar la atención desde lo objetivo hacia lasapreciaciones y los
paradigmas. Me anticipo a declarar que por más que intente no involucrar
mispropias emociones, es sumamente posible que no lo consiga, igual que quien
lea este ensayosentirá una cariñosa afinidad o un irritante desconsuelo porque ha
leído lo que concibe comoverdadero o a la inversa, según sea el caso. De
cualquier forma, si hablara sobre técnicas pararegadío quizá no despertaría
mucho interés, excepto para quienes las técnicas de regadío son untema
relevante, y no conozco mucha gente asidua a tal tema. Sin embargo, voy a tratar
temasduros para muchos.Segundo axioma: aunque he investigado, debo decir
que el contenido de este ensayo esprincipalmente material personal que incluye
conclusiones que aplican exclusivamente a mi propiavisión del tema. Puede que
autores versados hayan obtenido los mismos resultados, o muydivergentes, pero
seré honesto desde el principio; en función de mi aprendizaje, mis experienciasy
mi propio análisis es que llegué a los desenlaces que pronto dejaré impresos -al
final de cuentas,plantear el tema así refuerza esa visión que tengo del tema; esto
lo discutiremos también- y confíoque cualquier sutil o evidente variación respecto
de las obras de autores reconocidos sea un apoyoen el sentido que no es
imprescindible un profundo conocimiento de la materia para poderformarse una
opinión, aun si se trata de alguien de la ignorancia del autor. Tal vez, y sólo tal
vez,mi iniciativa tiente a otros humanos más o menos conocedores del tema a
decidirse a redactar suspropias interpretaciones respecto del tema, y se produzca
un fresco y ennoblecedor debate entorno a un tema tan peliagudo. Al final del día,
mi propósito es acercar, con terminología simple ycoloquial, el debate acerca de
uno de los asuntos que ha traído de cabeza a los pensadores desdeque Darwin
nos anunciara su flagrante teoría de la evolución de las especies.Podría rellenar
de principios esta obra, pero creo que hasta aquí nos basta: mi ensayo es el
textode una persona que no es versada en las materias que trata aunque sí ha
hecho su buena parte deinvestigación
, es un documento hecho para comprender cómo una mente “normal” que no se
ha
sometido a un intenso entrenamiento -en ninguna de las direcciones que toma el
debate-, como la

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de cualquier persona escogida al azar en cualquier lugar del mundo civilizado. Mi
ensayo intentaráabordar el tema sin menoscabar las posiciones o los intereses,
aunque es difícil porque desdeciertos ángulos las posturas contrapuestas son
excluyentes y para que una triunfe la otra debe serdestruida.Usando estos
axiomas como punto de partida, me siento emocionado por empezar a
sumergirmeen uno de los temas más entretenidos de la historia del conocimiento
de nuestra atribuladahumanidad. Daré el puntapié inicial, pues, a mi ensayo sobre
la evolución

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