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Explosión Poética.
Explosión Poética.
”
Por Luan Vidad
(Juan D Jiménez)
Advertencia.
Luan Vidad.
Para mi hermano Alfredo Jiménez, quien me enseñó el verso después que el dictador Fidel Castro
Nos condenó a perpetuidad injustamente. También para mis amigos de causa, los tres hermanos
"Eugenio García Marín, Ventura García Marín, Cipriano García Marín," fusilados por los
esbirros de la mafia revolucionaria Castrista. ¡Que en paz descansen!
Outside.
Créceme
Si te amo invirtiendo
En el tiempo el hijo que nacerá
De nuestros cuerpos.
Créceme
Si es mi odio
Menos dañino que la espina
Porque mi silencio
No te herirá de muerte,
Pero si te abrazo
Por dentro de la piel,
Déjame exprimir lo que tienes
Que sabe a fruta entre mis labios
Y a miel en mi lengua
Sedienta por tus besos.
.
Amor de verdad.
Hoy,
Simplemente hoy,
No pretendo viajar en carrusel,
Ni consolidar mi hombría
Arrojando a las paredes
Lo que me define de una hembra.
Será más fácil escapar del terror,
Antes de saltar del trampolín
De la inocencia.
Ahora que soy movimiento
Sin importancia,
Ajeno al paladar de los insectos,
Reduciré mi forma
Aun golpe de luz
Y creeré al menos en lo imposible.
Como escribir.
Besos incoloros,
Caricias que suenan a tambor quebrado,
Amor de ansias transparentes.
Estaciones pérdidas,
Caricias enredadas en madejas
Y la fe sujeta al mismo cabo;
Mientras que mañana la vida
Será un juego de sorpresas
Y no el brusco palpitar en el pecho.
Morir.
Dulce melancolía,
Angélico milagro
De la pasión que sangro
Cuando fallece el día.
En ti no hay estrellas,
Ni sublimes doncellas
Que conmuevan mi canto.
Furia de vendavales
Arrasando horizontes
Y sobre aquellos montes
Rumores otoñales.
II
Hay un hombre
Que duerme con su fusil de almohada
En la noche solitaria
Y sueña con la guerra de mañana,
Mientras que el niño aquel
Que conoce el silbido de las balas
Y el dolor de la metralla
Echa una flor en el vientre,
En vez de odiar, amo,
En vez de vivir triste siempre sonrió,
Y su padre que era amigos de todos
Y enemigo de nadie,
Por luchar por la patria,
A otros niños mataban.
Porque.
Aprendí a soñar.
Los amaneceres fueron
Alambradas clavadas
En el pecho
Y los atardeceres
Ocasos sangrientos
Vertidos en el suelo.
Aprendí a sonar
Y cuando despertaba,
Lágrimas con mejillas,
Mejillas sin lágrimas,
Caían en desérticos rincones.
Heridas.
Apaga la llama
Dejemos que el mar
Consuma a los corales,
Mientras que nos contemplemos
Pegados en la luna
Y acostados en la arena de esta playa,
Para que aquella lucecita marinera
Que navega a nuestro encuentro
Nos pesque desnudos
Cansados de amarnos tantas veces,
Como dos peces
Que saltan incansables sobre las olas.
Gravito.
Luces de la ciudad,
Cercanos los rostros que pasan.
¿A dónde irán en su carrera?
¿Irán al hallazgo de pantallas
Que transportan ilusiones a otros mundos
Sin agujeros en la capa de ozono,
O en busca del auténtico destello de las aguas, de los mares
Y los ríos?
¿A dónde irán?
¡No lo sé…!
¿Será la eterna pregunta que martiriza
A los sentidos?
Luces de la ciudad,
Imitación de soles reproducidos
Por “S. A”,
Indiferentes las escupidas
Que indican un comercial de gargantas
En huelga…
¡Qué melancolía de faroles maldecidos
Por los campanarios!
Ya nada queda.
¿Será mi pez
Pescador de hombres
Con mandíbulas sin dientes
Y aletas de cristal
Donde se reflejen sus ojos
Atemorizando a los anzuelos?
¿Será mi pez
Espina diseca en el océano vacío,
O simplemente escamas que brillan
Bajo el radiante sol?
¿Quién podría decirme
Por qué mi pez
No será sirena
Después de haber sufrido
Tantas metamorfosis?
No me lo impidas.
Amor,
Toma mi mano
Y no la sueltes,
Que largas son las horas
E intricados los caminos.
Cuando tengas prisa,
No te marches,
Que ahogan las lágrimas
En una despedida.
Pero si algún día
Te sientes cansada,
Apóyate a mis hombros,
Y sabrás que no estás sola.
Tendré la necesidad.
Señoras,
Damas ilustres,
No soportaré este inútil consuelo
De verlas pasar perfumadas
Con largas pestañas,
Y facciones de belleza insuperable,
Mostrando todo el encanto femenino
Y el cadencioso andar siempre ligero.
Han de saber,
Que aunque no soy de los hombres
El más romántico,
Ni el más enamorado,
Tendré la necesidad de convertirme
En un ladrón
De mujeres prohibidas
Antes de cometer una locura.
Te escribiré.
Te escribiré el mar,
El cielo infinito,
Las siete maravillas
De mi mundo,
Los colores del arco iris
Y lo que llevan
Los hombres en el pecho
Cuando aman.
Pero dime, amor:
¿Qué me darás
A cambio de mis versos?
Te estaré esperando.
Dilo de un tirón,
No esperes…
Lo bien dicho lo escucharán
Un puñado de selectos
Y lo que digas tú,
Con brevedad,
Sin palabras rebuscadas,
Lo oirán todos
Porque entenderán
La verdad de tu lenguaje.
To be or not to be.
Ya lo dijeron:
“To be or not to be.”
Encantos que fallecen,
Milagros en parábola inconclusa
Y ojos que maldicen.
Humanidad callada…
Payasos que predicen
La caída de los astros
Y magos que se jactan de mendigos.
Y pocos toman parte en la lucha
Y quien está con alguien
A veces se convierten en feroces enemigos
Y los que están con todos
Descubren que hay corazones
Que no debieron latir.
Ya lo dijeron:
“To be or not to be.”
Si te aferras a la vida
La muerte acecha en el borde
De las uñas
Y si renuncias a todo
Por el místico peso de la moneda,
Podrán golpear las montañas
Esperando que se realice aquel milagro.
Ya lo dijeron:
“To be or no to be. “
Haré de ti.
Haré de ti mi egoísmo,
Aunque tenga más
De una vida para morir,
Y un solo corazón para amar,
Porque tu nombre de mujer
Engrandece mis sentidos
Pulverizando mi deseo
De insecto trasnochado
Para no perderme inútilmente
En los recuerdos.
No vengas con historias.
Perdido,
Busco entre otras formas
Tú figura
Y quisiera hallar
Con el canto,
La alegría,
La mañana sin romper
Con el ocaso
Y el amor que no he olvidado,
Sin renunciar al tiempo ya vivido,
Al sonido de otros ecos
Impropio de masas y tendones,
Ecos que en la inmensidad del plenilunio
Posibilitan rompimientos de ternuras.
Si fuera lluvia.
Si fuera lluvia
Dejaría de ser burbuja
O ese embrión pegado
En la grupa de un camello
Para correr detrás de un cuento
Por los sitios más fecundos de la noche.
Si fuese lluvia,
Abriría puertas
Cerradas por siglos
Y dejaría escapar un trozo de Dios
A través de un largo sueño
De amor y de paz.
Ya no recuerdo.
Ya no recuerdo
Los primeros pasos,
Los juguetes de la niñez
Prisioneros del armario,
Ni el deambular del sol
Como llamita asomada en la pupila.
Mis ropas pequeñas guardan su historia,
El valor de algunos meses,
Las travesuras por los portales
Y el olor a hierba y rocío.
Sin darme cuenta,
Crecieron mis manos,
Se alzaron mis pies
Asustados por la vida,
Alejándome de otros niños
Porque ya no era ese niño
Cazador de mariposas
Al encuentro de nuevas fantasías.
Otros destellos.
Otros destellos
Ya no son
Luces que atemorizan
La conciencia,
Mientras que alguien,
Sin pedir nada,
Le duele más el verso
Que la vida y la muerte
De quien ama.
Llueve.
Llueve,
Llueve,
Sobre los tejados late mi corazón,
Desgarrado, solitario
Y mi alma de pirámide,
En lo infinito erige su silueta.
Llueve,
Llueve
Y la luz busca el desvelo
Y los charcos con reflejos de luna
Imploran besos
De figuras bien atadas.
Llueve,
Llueve,
Y los mudos campanarios
Con sus lenguas de badajos
Callan su mísera canción,
Guardando en el peor de los olvidos
Los secretos de una historia triste.
Recuerdo.
"A mi pueblo."
Tú y yo,
La noche entre comillas…
Tú y yo,
Mirándonos por dentro,
Anudando nuestras lenguas
Para sumergirnos
En la sangre de la fuerza del amor.
Tú y yo
Imprimiendo la piel
En inéditos deseos de caníbales
Retozando sobre las brazas
De una hoguera.
Tú y yo
Y nadie más…
Otro día.
Enamorada,
El día que tus ojos
Culminen en las olas
Y se nieguen tus cabellos
A la seducción de las tormentas,
Sin que hable de ti
La lluvia a la marea,
Serán diferentes los bordes del querer,
Y el hombre triste de verte pasar
Mutilará desesperado
La ilusión de la mirada
Cuando te ausentes
Orgullosa de la tarde.
También fui niño.
Solo,
Te descubrí en silencio,
Como se descubre el amor.
Triste la vida,
Pasados en flor,
Paisajes restrictos,
En relieve el dolor
Y duro el cautiverio…
Y llegaste feliz,
Mostrando siluetas
De tempranos ocasos.
Y eras luz, libertad y armonía.
Eras más que el misterio divino:
Eres poesía.
Llegaron.
Llegaron,
Imitando el verdor de las palmeras,
Perforando montañas
Quizás por cobardía.
Quisieron atrapar
Palomas al vuelo
Y le arrancaron las alas
Para ponerlas
En el altar de una revolución.
Es mejor aquí.
Es mejor aquí…
No en otro lugar,
Aislados, indefensos,
Sin fronteras solidarias,
Sitiados por las aguas del Caribe,
Viviendo en una isla.
Te soñé
Con la desnudes
A punto de escapar de mi memoria.
Y me detuve a contemplarte
Sin poder reposar mi vientre
Sobre tu vientre,
Ni besarte profanando tu hermosura.
Después de todo,
Nada sucedió…
Tu indiferencia quedó
Como una estatua
Erótica olvidada por el tiempo.
No recuerdo si te mirabas al espejo,
Si caminabas por la alcoba
Cuando renunciabas a tu nuevo vestido,
O si tratabas de consolar tu hastío
En la soledad de mi ausencia.
No lo sé…
¡Maldigo la distancia
Y no te culpo!
Te veía tan cerca y tan distante
Igual que algo imposible…
Me vendieron.
Me vendieron el silencio
De mi patria,
Sin dejarme correr detrás del viento.
Me vendieron la noche
Entre las paredes que me hicieron despertaron
Del miedo para vivir a cualquier hora
Deseando libertad sin cobardía.
Me vendieron la historia
Unos hombres que levantaron paredones
Con los ojos de la muerte
Para sembrar equivocados
Nuevos árboles,
Árboles sin raíces,
Árboles sin ramas,
Que improvisados con el odio
Esconden desconfianza,
Entre los rostros que no son,
Entres los rostros que fueron.
Canción para una mujer bella.
Yo le propongo
Que nos toque el amor con sus campanas
Si llego a enredarme en sus cabellos
En la noche de sus ojos.
¿Y no sé que haría?
La contemplo desde lejos
Por temor a decirle algo.
Su boca, oh, su boca tan pequeña y suave
No la besaría por miedo a lastimarla.
Su cara, oh, su cara, tan liviana y fresca
Que no la rozaría con los dedos
Para no ultrajar un rostro virgen.
Ella no sabe que la amo
Y me tienta estrujando el sentimiento
Cuando la veo caminar
Dibujando siluetas con su cuerpo
Que no sé que haría si la toco,
Si mis manos intentan aletear
Entre sus ropas buscándola por dentro.
Quisiera proponerle
Que comparta el secreto
De ser mía, tan solo mía una noche eterna,
Si entramos descalzos y en silencio
Al paraíso del silencio.
Pero contigo no sé por dónde empezaría
Si se estremece mi hombría
Como un árbol sacudido por el viento.
¡Y es que me pierdo cuando la miro!
Por mi cruza un velero pesado y torpe
Moviendo lo armónico por debajo
De mi pecho.
¡Y tiemblan mis piernas como un león
Atrapado en una jaula
Porque no soy cazador de tanta belleza…!
Renunciación.
Dedícame tu voz,
Llena mi trompa de Eustaquio
Con el rumor de tu garganta,
Que deseo embriagar
Lo que tengo de equilibrio
Con tus besos
Bien mojado
Y no olvides
Cortarme en rebanadas
Con la parte más afilada
De tu cuerpo,
Que si no me duele el amor,
Más me dolerá tu ausencia.
Recuerdo.
Espero la respuesta
Por tu amor
Después de tantos años
De acomodar el verso
Donde quepa,
Pero tu silencio me rompe
Por cada esquina el sentimiento
Antes de que termine
Mi largo viaje
En la distancia.
Ojalá.
Ojalá
Que todo
Fuera
El cantar
De las sirenas,
O cánticos,
¡Cánticos del alma muerta!
La verdad
No sería ecos
Y la mentira dejaría de ser
Juegos de tantas fantasías.
Culmina este amor.
Culmina
este amor,
Deseo,
Culmínalo de una vez
Que he cruzado
La cerca
Donde el pasto
No ha crecido
Y dejó de ser verde
En la boca
De aquel chivo.
Y sólo eso.
Invítame,
Invítame esta noche
A estar despierto
Y a madrugar contigo.
Déjame contarte
Las mil y una noches
Del Caribe.
Tengamos miedo,
Miedo de este amor duro y ligero
Que como roca se entretiene
Con la espuma.
Invítame a un café,
A lo dulce o amago de un buen trago
Sin que tus labios se alejen de los míos;
No importa,
Invítame a tomar un baso de agua
O a lo que tu quieras,
Solo por estar contigo,
Solo por estar contigo, amor.
¡¿Por que carajos?!
Primero subes,
Subes de prisa,
Con el aroma de perderte,
Tersa la piel
Y descubres el vuelo,
El descenso fantasmal del astro
Rompiéndose en el panorama
De la noche.
Después bajas,
Bajas lentamente,
Como si la tierra fuera el canto
Que invoca a deshora
A los muertos que aún siguen perturbando a la memoria,
Hasta que duele,
Hiere profundo el hastío del tiempo
Con cuerda altisonante
Sobre el mar que tapa al párpado
Como arrecife derrotado
Y un sueño,
Un sueño bastaría para abrir
Las puertas del no regresar jamás
Al centro de la vida.
El pescador silente.
Píntame de prisa,
Busca el color,
Los pinceles
Hazme transparente,
Quiero sufrir
De mimetismo
Para que no
Me traicione
El día ni la noche,
Mientras que intente
Encontrar a mi Dios
En su creación divina.
Qué sé yo…
Pudo ver
La otra mitad,
Mientras que la locura
Era un agujero inofensivo,
Donde los que no llegan
Al fondo de la tarde,
Sin pasar antes
Por el laberinto
De la noche,
Se pierden,
No vienen,
No regresan jamás.
Deambúlame desnuda.
Deambúlame desnuda
Por mi sueño
Y no tropieces
Si caminas
En la oscuridad
De la noche
Hasta la puerta
Que abrirás
Con tus labios,
Solo con tus labios.
Oda a la lechuga.
Verde y se acomoda,
Se acomoda entre las hojas
Cuando crece,
Hasta ser redonda y bella
Como el capullo
Que no abrirá sus pétalos
Negando la hermosura.
Quisiera estar allí
Donde amaneces en la tierra
Para convertirme
En sol y lluvia
Y nutrirte de clorofila y minerales.
Pero soy menos que eso,
Soy el que te compra
En el mercado,
Quien no te dio tu nombre
De lechuga.
Aquel que te sacrifica cortándote
En trocitos y vistiéndote
Con el más dorado aceite
Y con el más blanco vinagre,
Para que seas la reina de la mesa
Con el consentimiento de la sal
Y el orgullo de ser ensalada.
Hablan de todo.
Hablan de todo,
De las cosas que no son
Y que no han visto.
Creen en el dios esculpido
En la piedra, en el metal o en la madera,
Que se moja y no es violento,
Ni amoroso,
Que no habla, ni perdona,
Como estatua movediza
Por las multitudes.
Creen porque si,
Por creer en el motivo de la estrella,
En el cometa de cien años
Que sepultará con los siglos
A generaciones completas.
Y yo, inconcluso,
Creyendo en las cosas verdaderas,
Decidido a levantar la hoja
Que calcula el miedo y no a la historia,
Inventando a la musa,
Palpándola despierto
Ajeno al amor improvisado
En la noche que dos miran al cielo
Sin importarles nada,
Solo el momento
De la vida, de la vida y solo eso.
A dos…
A dos
Que les prohíben verse porque se aman
Y huyen del sol para reunirse
A escondidas en el espacio
Más pequeño de la tarde,
Porque la noche es fruta mordida
Por el odio de otros
Que impiden amarse como ellos.
Pero el suelo con su cama dura
Ampara a los que llegan furtivos
Para que el silencio
Los invite a unirse en matrimonio.
A dos
Que les prohíben verse
Porque se aman,
Comprenden que la luna
Manifiesta un sentimiento tan profundo
Y que el amor no se aprendió
En la escuela, sino después de un beso
Desatando lo que une a dos
Sin que a nadie
Le pidieran permiso para amarse.
Confieso que te extraño.
Condénenme hoy,
No mañana
Que no estaré presente.
Critiquen el verso,
La rima,
La epopeya que nunca terminaron
Mis manos,
El poema que más de una vez
Fue corrupto
Entre mis dedos,
Por no ser transparencia de lluvia
Que moja y no lastima,
Que soy así:
Silente del universo en medioevo,
Paleolítico en mi mandíbula soleada,
Y aunque alguna vez
Haya rugido,
No tuve garras para herir,
Ni dientes que mordieran mi locura.
Pasa el tiempo.
Pasa el tiempo,
Nadie nota que el juglar
Tira de sus cuerdas
Para cantarle a la historia
Y no a mi amor,
Al amor que no he olvidado
Por quererla en la marea de mis brazos,
Confundido por su boca
Entre mis labios asustados
Por el temblor de su piel
Que se escurre entre una mitad
De lo que soy.
Pasa el tiempo,
Tiro de la distancia
Para andar en teorías relativas
Que con la absurdidad de mis años
Me transforman en un vertebrado
Enamorado del presente de sus besos.
Y aunque no la tengo
Lloro,
Y aunque no la tengo,
Mi lágrima encendida
Apaga este fuego que siento por ella,
Para no derretirme en este verano
Por su amor.
A veces.
Sáltame
Pésame,
Que no me lastima
Tu estatura
Con el peso acomodado
A tu belleza.
Después de todo
Y de mucho más,
Amor, haz de mi lo que quieras
Odilla al poeta.
Molesta el caminante
Cuando llega,
Cuando llega,
Pero no cuando se marcha,
Con la piel sobre el camino,
Con los huesos que no caben
En la ligereza de su cuerpo.
Nadie se da cuenta
Que ha dejado los pies bien marcados
Con la huella de su alma
Por el mundo,
Que no le negaron el agua,
Ni el trigo de los campos,
Que necesita del sol
Y del espacio más abierto de la noche.
Molesta el caminante
Si regresa al centro de la vida
Después de haber rondado con la muerte,
Porque otros temieron de su suerte
Para unirse en matrimonio
Con la historia de los pueblos.
La niña de mis sueños.
Abres la puerta
Y entro a medidas que dibujo tu sonrisa
Sobre el lienzo que no miente.
No miro las paredes de tu casa,
Ni el detalle que resalta
Por encima de la luz.
Observo la desnudes vestida de tu cuerpo
Y no lo sabes,
Aunque desearías pasar por mis pupilas
Como la última vez
Cuando nos arrodillamos
En un sitio no iluminado por el odio.
Y comiste de mí
Y yo de ti,
Bajando por la cuesta
Que concluye entre tus labios
Y mi lanza de soldado sin batalla
Fue derrota en el conflicto de tu cuerpo,
Para que hoy brindemos por quienes
No contestan, ni preguntan,
Por qué el amor es así tan mudo,
Así callado y tan discreto.
Ven amor.
Ven amor,
No tengas prisa,
Si decides escuchar la razón
Que nos suelda como al hierro
Y el acero.
Desnudaré tu piel,
Con la primavera de mis manos
Y seré el viento
Que cauteloso te acaricie
Para que en mis dedos habiten
Las palomas en su vuelo.
La realidad
Es la música que escuchamos
Mientras que duermen los colores
Y la rueda de la noche nos invita
A beber los que nos sobra de la vida.
Ven amor,
Mortifícame por dentro,
Si por fuera la calma trasnochada
Merece el respeto de la silueta
Sin su sombra,
Donde dos se acomodan en la oscuridad
Para que los astros no nos nieguen
El vacío que se llena con amor
Aunque en algún lugar no exista
La esperanza.
Arrepentimiento.
Subí a un árbol,
Después de tanto amar
Para escudriñar en las alturas
Lo que molesta desde abajo.
Quise ser simio y me faltó la cola
Para sostener mi equilibrio.
Lentamente ascendí por el tronco,
Con el silencio de la tarde
En esta ciudad que me prestaron un día
Para soportar mi exilio.
Intenté apagar la nostalgia con la brisa del otoño
Y entre las hojas que aún quedaban sufrí de mimetismo.
Algunos niños jugaban
Mientras que yo escalaba por las ramas
Hiriéndome las manos hasta llegar
Donde comienza el cielo sin estar sujeto a la tierra.
Y oía la voz de la inocencia
Y el crepitar del viento
Abanicándome como un ave.
El temor por la tierra
Caló en mis huesos con la limitación
De espantapájaros poético.
Y pude contemplar a la muerte,
Y no tuve miedo y pude vislumbrar
A mi Dios y después el temor entró
Por las ventanas de mi cuerpo,
Mientras que descendía de aquel árbol
Arrepentido de tantas cosas,
Pidiendo perdón por haber comenzado creer en Ti.
Duele el amor.
Duele el amor,
Duele si intentas compartirlo,
Si dejas que el placer
Ocupe el espacio
Entre la carne y el deseo.
Duele más que el fuego,
Porque quema sin llamas,
Sin destellos crujientes,
Y después no quedan ruinas ni cenizas.
Te consume en la memoria,
En la sangre,
En el alma,
En los cabellos,
En las manos
Y donde apunta la conciencia
Con su lanza envenenada de verdades.
Duele el amor,
Si te enamoras de alguien más
Y compartes un solo corazón
En dos mitades guardando en otro espacio al sentimiento
Para que después el perdón
No sepa nada
Y el placer te cause más daño
Que la muerte.
Será lo que será.
Yesterday.
Fueron años,
Qué sé yo.
Fueron años…
Pasó la vida,
Llegó la muerte.
¿Y el tiempo?
¿Y Dios?
¿Y el infinito?
El cántaro, olvidado,
Sin el agua,
Sin su peso, amortiguó el perdón,
Que no es nube, ni neblina.
Leve,
Me hiere el paisaje,
Con sus matices,
De azul, de blanco, de rojo,
De violeta, de gris y de amarillo.
Y quisiera dibujar
El instante del ocaso,
Para que queden sus colores
Fragmentados en mis pupilas.
Pero me lo impiden mis manos,
No actas para el pincel,
Y el verso se presta,
Complicándome la existencia,
Sin decidir, cuando y donde.
Y en la soledad miro este atardecer,
Que me estremece por tanta belleza,
Hasta que divide al sol
Y se rompe,
Se rompe lejano
Enlutado de estrellas,
De oscuridad y silencio.
Despedida.
Lo vi primero,
Al hombre de la silla de ruedas
Tirando con las manos
El andar de la tristeza.
Y las calles que eran nudos
Atados fuertemente a su garganta,
Lamentaban a gritos por sus piernas.
No se cuanto dolor en la distancia
Sentiría, mientras que despacio,
En la carrera por el tiempo,
Lentamente,
Lentamente,
Iba perdiéndose aquel hombre a lo lejos.
Anunciaré que te quise.
Si te marchas
No permitas que te pierda,
Y si te pierdo
Dame primero
Lo que sabes
Que quepa entre mis manos.
Pero no te vistas
Ni con hojas,
Ni con plumas,
Vístete de azul y verde,
Que soy como la tierra
Y la semilla
Y cuando tenga hambre
Comeré de ti hasta lograr armar
Este rompecabezas de ilusiones
Para cubrirme en el cielo de tus ojos
Sin ninguna despedida.
Deseo.
Haz de mí al genio
Fuera de su lámpara
Y compárteme sin que fracciones
Lo que siento
Ni antes,
Ni después de amarte.
Madruga entre mis besos.
Denúnciame, amor,
Si dejo de amarte
Desde arriba,
Sin dejar caerme
Desde tu altura
Hasta el borde del precipicio
Donde se afirman tus caderas.
Denúnciame
Porque puede ser que alguien
Intente buscarme si estoy solo
Mientras que me entretengo deshojando
Un nuevo amor
Para acabar pecando
Sin que sepas lo mucho que lo siento.
Visítame.
Visítame a menudo,
Pero con ligereza,
Que no pese tu ropa
Más que los besos,
Que deseo desnudarte
Sin tocarte con las manos,
Aunque exclames urgente:
¡Ay amor,
Apúrate que tengo
Tantas ganas de ti
Que estoy muriendo!
Si te hiere.
Si te hiere
Algún color,
¡Qué sea de muerte,
De muerte
Y no de espanto!
Porque el negro derrumba
Y el blanco ennegrece.
Es que el azul,
El amarillo,
El rojo,
El verde,
Caen,
Se entretienen
Desprendiéndose del origen,
Como la carne que al corromperse
Mitiga el llanto,
El quejido vivo,
Sin encontrar la belleza de atrás
Convertida en muerte.
Sírveme tus labios.
La música penetra,
Habita en espacios cerrados,
Creando al genio
Dentro de la lámpara
Para que las notas
Rompan el tímpano del eco
Y se eleven
Hasta donde el misterio
No es intriga,
Con el permiso
De la gracia.
Multiplícame en las mitades.
Si no miento dirás
Por qué te quiero,
Y si miento dirás
Por qué te amo.
Y no se si vuelo
Agarrándote con el pico
Aferrado a tu garganta
Para devorarte toda
Si me alejo,
Para sentir tu peso,
Si estoy cerca.
Y es que soy así, amor,
Mitad de ti,
Mitad de mí,
Espacio de ti,
Paciencia por ti,
Abanicado en primavera,
Soleado en el otoño.
Amor prehistórico.
Desentierra
Mi cadáver,
Busca el amor
Entre las cenizas,
Sométeme a la prueba de carbono.
Que dirán los resultados:
"Fue un dinosaurio
Que habitó
En las cavernas,
Mitad bestia,
Mitad humano."
Amor ausente.
Amanecía,
Sobre tus labios mi amor
Quedó escondido
Y la mañana en tu cuerpo
Despejo el clamor de tus caricias
Después de romper el miedo
Que infunde la belleza.
Te quise,
Es verdad,
Arrimando el sentimiento
Y subí sin descender jamás
De tu mirada.
Fuiste pequeña y grande,
Dos cosas que mis manos comprendieron
Al verte o al no tenerte.
Después tiré el anzuelo en lo profundo
Y las sirenas marcharon
Dejándome tan solo
Para pescar tus labios,
Esos besos del alma colorida
Que se quedan donde no hay olvido
Más que el recuerdo,
Después de ser castigo el haberte conocido…
Como decirte que te amo.
Me acostumbré,
Me acostumbré a tantas cosas
Que no se que haría del amor
Si tú no estás.
Por esos besos que encienden la tibieza,
Por esas manos que entre las mías
Fueron tuyas,
Que entre las tuyas fueron mías.
¡Cuántas noches derribamos,
En cuantas batallas derrotamos
A la muerte que nos vela!
¡Y cuántos amaneceres levantamos!
Me acostumbré a tenerte si no estabas,
A buscarte si marchabas
Y a esperarte sin contar los minutos
Ni medir en la distancia
Cuan honda es la lágrima,
Cuan triste es la pena que yo siento
Por ella, sólo por ella.
Me acostumbre a su boca,
Tierna en mi luna,
Fresca en el sol de la mañana,
A su piel en los montes de mi alma,
Y esta costumbre de vivir enamorado
Siendo un picaflor rasgando flores,
Será por ti lo que me devuelve
Entre la felicidad y la vida,
El perdón de Dios
Por amarte como yo te amo.
Adivinanza.
Se levanta,
Dormida se levanta,
Sin que despierte como antes
Cuando no éramos nada:
Ni en el agua,
Ni en la tierra.
Mirarla desde lejos,
Desde lejos,
Es darse de cuenta
Que la grandeza es sólo eso:
Sol y viento,
Espacio y tiempo.
Pude enamorarme.
Pude enamorarme
Aunque dudé que es difícil
Entregar lo que no tengo,
Dar lo que me sobra.
Pero tan solo con un toque de sus ojos
Apretándome los míos,
Supe que el amor no es cobardía,
Sino el ser héroe por la vida
Entre dos que no lastiman
Porque todo es perdón en el olvido
Cuando sientes que ella vuelve
Si está cerca o si está lejos
Para buscarte siempre,
Para construir con un beso la paciencia
Y con ternura todo y más
Cuando se ama.
Por una gota…
Como el color
De la fruta
Y lo de adentro
Lo desprecia
La lengua
Que intenta
Sembrar
Al lado de mi sombra
Un árbol
De arco iris.
Abre la puerta.
Abre la puerta
Que no es el viento
Del otoño
Quien toca a tu ventana.
Déjame entrar, amor,
Así por debajo,
Arrastrando lo que llevo
De tambor
Y flauta:
Tambor para tu piel
Cobriza y apretada
Y flauta para tus labios
De música y cascada.
Ella me da…
Habítame
Por dentro
Y no por afuera,
Que fácil es mirar la noche
Y simple contemplar el día,
Pero no es fácil amor,
Lo que yo siento
Si digo:
Amada mía,
Desearía estar contigo
Por siempre
Y no verte tan lejos,
Tan lejos…
Perdóname amor.
Perdóname amor,
Si te lastimo,
Torpes son mis dedos,
Mis manos,
Mis piernas
Y mis pies;
Pero soy también,
Azul, verde,
Blanco, negro y marea.
El amor que regala.
Ella espera.
Quiéreme de prisa,
Que juntos andaremos
Para descubrir que el amor
Nos arrojó su flecha.
Verás a la noche tan lejana
Y al sol levantaremos
Llenando de colores la mañana.
No importa si te cansas y después
Te acuestas rendida.
Te miraré si duermes,
He iré a buscarte en tu profundo sueño,
Para quedarme allí tendido donde Dios creó la calma.
¿Y qué haremos allí
Sin importarnos nada?
Viviremos amándonos
Sin llegar al final de una historia triste.
Tú serás el mar y el cielo
Y yo quien conduce el velero, sobre ti,
Tan pequeño como el marinero
Que te abraza y desea perderse
En la corriente.
Quiéreme de prisa que el futuro
Estampa en la piel el tiempo.
Y hiéreme que si es dolor lo que siento
Valdrá la muerte bien temprano;
Pero ámame, ámame de prisa
Tantas veces que si los años no terminan,
Tampoco terminará este amor
Como el comienzo de un relato breve.
Me voy…
Pobre chica,
Duele verla ausente,
Deteniendo el tiempo
En contra del reloj,
Ajena a lo que soy,
A lo que somos,
Sin salir del sueño de su vida.
Duele pensar
Que nació diferente,
Sin que se equivocara la inocencia
En su rostro, en sus palabras,
Mientras que casi todos,
Los más humanos,
Los más carnívoros sedientos
De amor, de deseo, de placer,
Somos el ultraje en etiqueta,
Sin cansarnos de pecar
Para después arrepentirnos
Sin jamás haber pesado la cruz,
Ni el dolor de los clavos.
De un calvario imaginado.
Saldré al mundo.
Saldré al mundo,
Con mi voz emponzoñada de canto
Para no herir a los que lloran,
Para no matar a los que sufren
Por el odio de unos pocos,
Por la ira de unos cuantos.
Saldré otra vez,
Como reptil arrastrándose en el polvo
Sin importarme llegar lejos,
Porque el hambre tropieza con los pies
Demoliendo el estómago
De lo más pobres
Y no a las paredes opulentas
De quienes le sobra el pan
Y creen subir y subir,
Pero sólo son en sus cúspides
El cordón umbilical que amamantará,
En el último nacimiento,
La llegada del anticristo.
Mi amor.
Mi amor es un milagro
Que me deja la flor
Con sus espinas.
Mi amor es el perdón
De vivir enmudeciendo,
Buscando, sólo buscando
Lo que brota desde abajo
Y que no cae desde arriba.
Después encontraré con ella
Los que pocos han hallado
Cuando el alma mortifica,
Cuando el placer molesta
Y la locura es poesía
Para quien la escucha,
Para quien la recita
Y no la escribe.
Más vale.
Yo paso.
Yo paso de tenerte,
De embriagar mis labios con los tuyos
Y de huir del tiempo
Prensando la piel en la mirilla
Del deseo.
Cambiamos los dos,
Tal vez sin darnos cuenta
Del amor y de la esperanza.
Posiblemente quemé los mástiles,
Quizás el viento rasgó las velas
De mi barca en alta mar…
Pudieron pasar tantas cosas
En un minuto, en un año,
En un cuarto de siglo,
Que quisiera ser más viejo
Para soportar el tiempo.
Pero no entiendo de turbulencias,
Por no ser anfibio ni pájaro.
Late el corazón y enmudezco,
Vibra la voz y callo…
Después de todo o de nada,
A pocos les importa el sentimiento
Plasmado con sangre
Y el verso escrito sin sustantivo
Y sin verbo…
De incongruencias.
Réquiem.
“A mi hermano Alfredo.”
¡¿Porque carajos
Este afán de ser poeta
Con la fugacidad
De un disparo,
Buscando océanos,
Navíos, piratas,
Países, paraísos?!
Por ese amor
Que ata
Y después desgarra
Dejándote vacío,
Tan vacío por dentro
Y por fuera
En el verso,
Poseía.
¡¿Por qué carajos este afán
De ser poeta?!
Atardecer.
Tened cuidado,
El enemigo puede
Estar en cualquier lugar.
Tened cuidado, tarde o temprano
Saldrá vestido de ángel prohibido
Para recorrer por las calles
Con la constancia de la moneda.
Y amará a las criaturas inofensivas
Equilibrándolas sobre el filo del acero más templado.
Tened cuidado.
Alguien después de abrir sus alas
Bajo los cielos quebrados por rojizas multitudes,
Se sentirá satisfecho de si mismo
Sin que nadie sepa
Cuándo ni dónde saldrá a buscar
A su próxima victima.
Tened cuidado,
El enemigo puede estar en cualquier lugar.
De historias.
Como siempre
Provocas esas cosas que derriten
Y calientan.
Pero yo soy menos que un candil,
Y tú las manos que frotan
E inducen a que este genio
Antipoético salga dando tumbos
Dentro de su oscura lámpara
En busca de la luz del día
Donde tú estás radiante de belleza.
Poema inconcluso.
Tú piensas,
Yo en el silencio
Le doy vueltas a la rosca
Apretando un día más de la existencia.
Quisiera terminar sin un comienzo,
Deseo escribir sin ser escriba,
Codiciaría dar la nota sin la cuerda,
Y solo de tus ojos el verso canta
Y de tus labios la música entona
Aquellas notas de verdadero amor
Sobre la tierra,
Sobre los mares y también
Sobre los cielos.
Un arco iris confunde en su belleza,
Un pájaro lastima con su pico
A la noche y es tan nocturno
Lo que se lleva arropando el sentimiento
Que nadie es más grande,
Que nadie es más pequeño,
Ni por fuera ni por dentro…
Imitación.
La alondra viaja,
No se pierde en el viento
Atravesando la distancia.
La tierra desde arriba virtualmente
Es un cascarón sin forma y desde abajo
Un mar hiriente de rocas
Y de aguas vivas que muriendo
Van derramando sus sobras,
Sobre ti,
Sobre todos…
Sobre todo.
Llegas,
Paso por ti,
Me entierro en ti
Para no salir de donde tus brazos suben en perfecta geometría
Hacia la medida de tu cuerpo.
Si pudiera comprar tanta belleza
Sería a la tuya,
Si pudiera beatificar tanta hermosura,
Sería a la tuya,
Pero me regalas tanto
Que deseo más y más
Y no me alcanzan las manos
Ni mi lengua
Para atinar con ese amor
Tantas cosas que no caben
En un sólo corazón.
Un pedazo de mi.
Un pedazo de mí,
Quién lo diría, vale más
O vale menos
Que la cresta de una ola.
Si supiera de la constancia de un ocaso
Detrás del otro levantaría con los ojos
A la tierra y al menos supiera
Del misterio de los enamorados
Para que el Dios de todos,
Prosiga derramando lo que siento,
Que no es odio,
Que no es pobreza, que no es miseria,
Que no es orgullo ni egoísmo.
Un pedazo de mí,
Quién lo diría.
Mañana otro cantará sin mis versos
Y yo maduro me iré de plátano
A la hoja de sauce consumiéndome
En una nueva primavera.
Esta explosión antipoética comenzando desde adentro,
Debe estallar desde allá afuera
Para que valga más que la rima
Y más que la esperanza
La canción de humanidad que llevas tú,
Que llevo yo,
Que llevamos todos
Antes y después del final
De cualquier comienzo.
Hoy se fue.
Hoy se fue…
Las noticias hablaron de un suceso
Por debajo del sentido audiovisual.
¿Qué extraño...?
Todo tan de repente
Que la muerte es sutileza,
Tan fácil como bajar un peldaño
Y nada más.
Te caes y otro siente tu dolor,
No el mío, ni el tuyo
En plena vida,
Sino esa dolencia desaparecida,
Amarilla por afuera y hermética
Por dentro.
Hoy se fue,
Por decirlo así,
Se evaporó en su locura de no vivir tenso o liviano.
Me quedó su rostro en el espejismo
Del pasado y aunque quisiera saber
El por qué del suicidio más violento,
A aquel que conocí una vez
Le dieron nueve balazos por matar
A un hombre fuera de su patria.
No busques.
Guindo de ti,
Sin ser racimo,
Ni fruta madura,
Sólo una tetilla,
Un cabello estirado
O una rama trémula
A punto de saltar
Para caer sobre ti
Y sentir tu candidez
Y lo que queda de tu virginidad
Allí en lo oculto y en lo prohibido
De la noche…
Interrogante.
Un disparo y basta…
La luz del otro lado…
La oscuridad del otro lado…
No sentir,
No tener,
No dar, ni amar…,
Quizás, talvez…
Un disparo y basta…
Todo el tiempo en nada
Y la nada tan inmensa
Como lo más grandioso
Que habita allá afuera.
Se fueron los mejores,
Quedaron los peores.
Los moldes son los mismos,
Las tormentas son las mismas…
Alguien pregunta,
No hay respuesta,
Ni antes,
Ni después, con razón o sin razón.
De verdades.
La habitación oscura,
Mi alma y tu silencio;
Debí nacer equivocado,
Con los remos afilados
Para cortar tanta lejanía
Como mi ser lo necesita.
Y no llego a nada…
Una nube se derrumba y lloro.
Mi lágrima rueda lenta,
Pero más ágil es mi canto
Por tu razón, mujer,
Por tus besos, mujer.
Y soy débil si te miro
Y trillo el verbo derritiendo mi añoranza en tu boca,
Anillando la vida en tus caderas.
Parece que sin ti estoy perdido
Y una noche llega detrás de otra
Implorando lo que tienes,
Implorando lo que quiero,
Lo que me das y yo te doy,
Sin tanto, con poco,
Por ser el amor de esa manera…
Una música.
Una música
De ecos y de párpados
Que en el centro
De la noche
Ocupa su lugar.
Una música
Que al alma
Perfora entretenida
Como otras manos
Que al amor harán vibrar.
Una música
Tan nítida y serena
Que adentrándose
En el arco de mi ser
Zozobra inexplicable
En la mañana
Como mi vida
Que alguna vez
Así también se apagará.
Realidad.
Te busqué…
Fuera de mí
El día fue traición
De claridad
Y la noche
Virtualismo sin fin.
Y me sentí
Ángel veloz,
Fugitivo sin culpa
Y estalló la libertad
En mi pecho
En los bordes
De la realidad.
Confidencia.
Vi la tarde pasar.
Y pasé por la tarde
Filtrándome en la lluvia
Para ser cascabel de olvido
En el cuello del cisne moribundo.
Y la tierra me detuvo
Cargando el motín de mis huesos
Para llevarme lejos
Donde comienza la distancia del exilio.
Después intenté mudar la piel
En los senderos del tiempo,
Sin confundir el origen de mi lengua
Con un idioma extraño.
Aprendí el secreto de los indios,
La insolencia de los blancos
Y la indiferencia de los negros
Que se creen ultrajados por los ecos
De un esclavismo;
Aprendí también de los que llegan,
Huyendo de los gobiernos corruptos,
De las disciplinas militares,
Del hambre enlatada en faroles puntiagudos.
Y el odio germina,
Y el amor no basta para olvidar
Lo que está,
Lo que queda,
Lo que sucedió ayer
Y lo que sucederá mañana.
Enmudecieron los muros.
Desconfío en el ojo
Que se aferra a la mirilla
Y no en la bala.
Desconfío en la mano
Que arrojará a la granada
Y no en la espoleta que la detonará.
Desconfío en los dedos
Y no en el puñal que atentará
Contra la vida;
Desconfío del que habla
Y no de la fe que nos divide del pecado
Y del perdón.
Desconfío de la luz y no del sol
Dispuesto a no mentir en la mañana
Y mientras tanto mi desconfianza
Me levanta
Entre los cardos donde crecen
Las espinas de la vida
Y de la muerte.
Paredón.
En algún sitio
El frío ha llegado en el verano
Y tiembla la esperanza
Por quien espera,
Sin saber,
En qué día
Y a qué hora
Saldrá acompañado hasta el final
De un corredor donde otros
Que no inventaron a la muerte
Más violenta han fabricado un pelotón
Porque la justicia es un dedal dorado
Que tejen las manos de los hombres
Sobre las rosas del desierto
De este mundo.
Consagración.
Algo de mí
Se va callando con los años.
¿Serán mis pasos,
Será mi voz…?
Temo por el cráneo vacío
Que la tierra contempla
Con la aberración de los huesos.
¿Qué le diré a Dios cuando
Esto suceda?
Mi oración se perderá,
Se perderá mi sueño,
Mi amor, el desengaño,
El dolor y la vida…
Y mis pecados,
Esos que tuve me perseguirán
Como escorpiones del polvo
Sedientos de la carne aún corrupta.
Místico.
Imposible es verte,
Pero posible es amarte,
Creer en Ti,
Pensar en Ti,
Adorarte por el origen de todas las cosas
Que fueron y serán creadas,
Por tu bondad,
Por tu amor infinito.
Imposible es verte,
Pero posible es amarte,
Por la salvación de tu hijo,
Porque eres quien eres y serás
Por siempre,
El Padre con su hijo y el espíritu Santo.
S .O. S
Acércate amor,
Lánzate al precipicio de mis ojos
Que yo esperaré que caigas al vacío
Para sostenerte en el fondo de mi piel
Sin que lastimes el deseo que yo siento.
Apúrate que aborrezco a las alturas
Que sobresalen por encima de tu cuerpo
Y soy de arena y mar
Y sin ti me disipo
Con el eco de este amor
Que tú comenzaste una vez sin pensar
En las consecuencias de mis brazos,
De mi pecho,
De mis dientes, de mis piernas,
De mis cabellos y mis manos.
Acércate amor
Y perdóname, tu belleza me llena,
Me trae y me abate,
Hasta convertirme en las cenizas
Que después recoges con tus besos
Y logras revivir como el ave Fénix.
Entretén a este corazón.
No tengo sueño, parece que esta noche será tan inmensa como el inmenso amor que siento
por ella.
Estoy solo, perdido en la oscuridad
Para no ver ni memorizar su rostro.
Es tan bella por dentro que sentirla
Con las manos ahondando
En las profundidades de su cuerpo
Es concebir lo cálido sin lo frío,
Lo dulce sin lo amargo,
El amor y no el pecado.
No tengo sueño, quizás los astros cuando caigan esta noche
Derrumben lo que queda a un lado de mi alma
Para recordarla sin aliento
Y hacer tan nocturno lo privado
De la muerte y a este amor
Que me llevará hasta el fondo de la flor
Donde reposará su rostro
En mi memoria.
No tengo sueño,
Mañana saldrá el sol,
Vendrá la luz y aún estaré despierto,
Aunque mi amor no vuelva
Y mi hombría descalce sus zapatos
Para no salir detrás de ella.
No sé qué hacer, después de todo
Yo me he quedado atrás y ella
Se ha marchado, no derrotada,
Pero si con mis manos, con mis besos, con mi vida sin su vida,
Porque puede el pecado, la voz de Dios
Y la muerte.
Tengo.
Tengo un lienzo
Para dibujar mis manos
Y no el rostro envejecido por afuera.
Tengo un número infinito
De hojas blancas que me esperan
Con la confidencia del lápiz y mis dedos
Para asaltar el mundo a retazos
Y fabricar amores imposibles,
Amores verdaderos.
Tengo lo que no tuve que decir,
Lo que debí callar antes y no después,
Una cadena sin grilletes,
Unos grilletes sin cadenas
Y para los que no entienden,
Me comprenderán las plantas
Cuando se nutran de mis cenizas
En la tierra.
Mientras tanto…
Vendo un perro azul para que acompañe a la soledad y un pájaro loco que cante
En las mañanas austeras de los recuerdos
Envueltos en celofán.
Vendo también mis almanaques diseñados con la piel
De los difuntos que aún viven alborotando corazones
De viudas añejadas
Con pasiones negativas.
Vendo además de mis calzones
Naufragando en océanos
De íntimas batallas,
A mi oráculo de versos mal paridos
Por musas entretenidas por la sexualidad
De dioses mitológicos
Y después pondré en venta
Lo que no se ve, lo que no palpas,
Lo que pasa desapercibido
Por nostálgicos,
Por autistas filosóficos,
Prostitutas, políticos, tiranos,
Y los pueblos por fin sabrán
Que ni los comunistas paleolíticos,
Ni los capitalistas en pirámides de fuego
Podrán engañarlos nuevamente...
Canción por ella.
Alguien se va
Y no es tan pequeño el amor
Para decir adiós y no volver jamás.
Y los demás quedan, inconfundibles, colgados de un soplo
Para no caer despacio en lo silente de la vida.
Hay un espacio no visible,
Por donde otros transeúntes
No temen del tiempo
Y caminan dispuestos a llegar
Al punto más cercano del perdón
Donde alguien no espera y habita en todo
Para mirar sin ver
Y para sentir sin padecer…
De ayer, de hoy y de siempre.
Calcúlame,
Divídeme en partes desiguales,
Sin ceros,
No tengo la grandeza
De una redondez absoluta,
Pero si hazlo con la punta hiriente
Del uno más rotundo
Y sabrás que no fui
Lo que pensaste
Ni antes, ni después
De haberte amado siempre.
Yo quisiera.
Veo tu foto
En unos de estos sitios
Donde la información sintética
Te muestra a retazos y callo de dolor.
No sé quién eres,
Entiendo que vives en Cuba
Y estás preso,
Preso de hambre, preso de vida,
De libertad y de tantas cosas
Que no caben en los bolsillos,
Ni debajo de la lengua.
¿Quién me entenderá hoy
Más que mañana?
¿Quién leerá por ti mi verso
Para que recibas una frase breve?:
¡Solidaridad!
Pero tú estás tan solo
En el hueco del mundo,
Aislado en una isla en el medio del Caribe,
Olvidado en tu lucha
Que también es mi lucha,
Porque la libertad no es la estatua
Que contemplan algunos turistas
En New York,
La libertad es tuya, mía, de todos,
Hecha de sangre,
De muerte, de cárcel, heroísmo
Y de ti, tan anónima como la esperanza.
Llevo tu amor.
Llevo tu amor
De verso a viento.
No me importa que lo vean,
Por ser lo que fue y por lo que es
Y por lo que será mañana.
Concibo tanto,
Que poco tengo
Y si tuviera más,
Me daría lo mismo,
Porque para estar contigo,
No necesito ni del oro,
Ni de los diamantes,
Ni de tanto dinero.
Lo supe por ti,
Después por mí
Y tu piel y la mía y tus labios y los míos
Son tan divinos,
Que solo necesitamos para llegar allí,
Donde el amor no se compra ni se vende,
Un sentimiento y nada mas…
Historia.
La patria,
El yugo renovado,
La historia pasada,
Historia de ayer,
Historia de hoy.
Silencio…
¿A dónde fueron
Los héroes y los mártires?
¿Marcharon o descansan sin sol
En nichos profundos?
¿Lo quiso la fuerza del metal,
La tierra conmovida
Y el poder de los brazos?
Se van sin temor a las aguas profundas del Caribe, sin miedo a las tormentas,
Sin temor a los peces con fauces desgarrante.
Cruzan la mar de cualquier manera,
Sin mirar atrás, sin decir adiós.
Clandestinos como sombras en una travesía prohibida.
Se marchan con las almas mojadas,
Hacia un país lejano, hacia un país diferente,
Hacia un país extraño,
Donde exista justicia, libertad y un pedazo de pan sobre la mesa.
Dejan a los hijos, dejan a los padres
Y a la tierra santa que los vio nacer.
Me confundo entre los que andan callados, mientras que alguien me espera
A la misma hora para compartir mi apetito de enamorado.
Luego tengo la necesidad de mentir,
Por ser mi memoria una botija agujereada de espacio,
Y ella que siempre me aguarda, escucha y yo lamento entres gritos
El haber nacido arrastrando mis miembros por una hembra
Que me traga, que saborea mis residuos de hombría
Estremeciendo mis mundos interiores con la desnudes de su vientre.
Y lejos queda mi temor, y la tierra que amenazante abrirá
Sus fauces para trepanar mí figura, aplaude en funesta pompa de rituales
El pecado de mis huesos, el pecado de mi carne.
Viene el día, salgo de mí, otra vez reanudo mi faena,
Y quedo y marcho, y coincido con mi Dios después de tantas cosas…
Cantos para un amor indomable.
Después de muertos
¿Qué nos queda amor?
¿Qué nos queda?
¡Dímelo al oído!
¿Qué nos queda?
¡Melancolía eterna en las notas
Del viento vibrando en las hojas
De los árboles!
¡Cuencas del odio en la grieta
Del último suspiro sin garganta!
¿Qué nos queda?
¡Las manos que fueron hechas
Del trabajo y los pies
Para el camino!
¿Qué nos queda?
¡El universo enorme reducido
En la pequeñez de la tierra,
La oscuridad, el polvo eterno del silencio
Sobre la lágrima de algunos
Que aún recuerdan…!
Y las flores nuevas que marchitan
Sobre los nichos que llevan
Nuestros nombres.
¿Después de muertos
Qué nos queda amor?
¿Qué nos queda?
¡Dímelo al oído!
¿Qué nos queda...?
Coplillas agobiantes.
Verso tierno,
¡Llévenme alas!
Verso rudo,
¡Dispara en la tormenta
Lo que llega,
Lo que cae,
Lo que moja
Y hiere de espanto!
¡Ay del mar sin cielo!
¡Ay del cielo sin el mar!
¿Qué serían separados?
¿Verso tierno…?
¿Verso rudo…?
Imagen.
Advertencia.
Advertencia.
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reserva todos los derechos. Copyright of Washington.”