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CULTURA E IDENTIDAD NACIONAL

1.1 BREVE HISTORIA DE MÉXICO


La historia del país, comienza desde las primeras civilizaciones siendo
mayas, aztecas y olmecas las principales encontradas en los yacimientos
arqueológicos. Los olmecas fueron los primeros en prosperar en las
regiones de Veracruz y Tabasco por más de 3000 años.
Los mesoamericanos fueron bien reconocidos por ser avanzados en las
áreas de ciencia y agricultura.
Uno de los productos más cultivados fueron el maíz, el frijol, los chiles y
jitomates que son productos que continúan siendo gran parte de la dieta
mexicana.
Algunos progresos de la tecnología se ven a través de los grandes
núcleos urbanos que incluyen: Tenochtitlán, Tula Teotihuacán, Chichén
Itzá y muchos más. La ciudad de México, hoy en día, fue el centro de los
aztecas que gobernaron el país desde 1325 a 1529.
El navegador y comandante Hernán Cortés llegó a Veracruz en 1519.
Cortés, bajo el poder de la monarquía española, su motivo era encontrar
oro. En poco tiempo Cortés descubrió la riqueza de todos los recursos
naturales que había en el país. Sin perder tiempo Cortés pronto se
informó de los conflictos que tenían las diferentes naciones indígenas,
especialmente el gran problema de la civilización azteca. Cortés
descubrió las fallas de esta nación y tomó ventajas de ellas. Se ha dicho
que Cortés sabía del mito de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, que
iba a regresar un día a conquistar su nación. Cortés usó este mito para
su beneficio haciendo creer a la gente indígena que él era Quetzalcóatl.
Cortés conquistó Tenochtitlán, la capital de la civilización azteca, en un
periodo de dos años. Tenochtitlán sería el nuevo establecimiento de la
capital de México colonial. Desde 1521 a 1821 el Virreinato de la Nueva
España, ahora México, fue el centro de la colonización del imperio
español. Aquí impresionantes iglesias, palacios y monumentos coloniales
fueron hechos a través de la explotación indígena y el uso de varios
recursos naturales. En fin, los criollos, los españoles nacidos en México,
resentían el poder de España y consiguieron la independencia de México
en 1821.
Al fin de la independencia México sufrió un gran golpe económicamente
por los gastos de la guerra. México en 1836 fue obligado a perder el
estado de Texas por causa de la guerra. Más adelante, México perdió
más de la mitad de su territorio por el tratado de Guadalupe Hidalgo con
los Estados Unidos. En 1858 Benito Juárez, nativo zapoteca, y político
liberal tomó la presidencia y promovió nuevas reformas progresivas.
Durante el período que Juárez gobernó el país, los franceses invadieron
y establecieron una monarquía en México. Juárez fue forzado a huir de
la capital para salvar su presidencia en 1862. En 1867 cinco años
después Juárez regresó a derrotar a los franceses. El general Porfirio
Díaz tomó la posición de presidente militar y mantuvo el país bajo su
dictadura por más de 30 años. Díaz inició el desarrollo económico y la
integración de México en el mercado mundial. Este período en la historia
de México es reconocido como "Porfiriato," el tiempo cuando muchos
campesinos perdieron sus terrenos y fueron forzados a trabajar como
peones en haciendas. Al mismo tiempo, los negociantes extranjeros
recibieron grades beneficios a través de la explotación de la gente.
Finalmente, este período terminó en 1910 cuando empezó la Revolución
Mexicana.
La Revolución Mexicana duró diez décadas y dejó más de un millón de
mexicanos muertos. Al mismo tiempo el diez por ciento de la población
se estableció en las fronteras de los Estados Unidos. En 1917 una nueva
constitución fue creada y todavía es aplicada ahora. La Revolución
Mexicana comenzó la creación de las ricas raíces culturales. Por primera
vez, pintores como Diego Rivera, escritores, poetas celebran su
identidad y el hecho de ser mestizos con orgullo. El orgullo y honor de
ser mexicano fue por el impacto de grandes ídolos como Emiliano
Zapata y Pancho Villa que representaban al mexicano nativo. En 1929
se estableció el poder más fuerte en la historia de México conocido como
(PRI) Partido Revolucionario Institucional que dominó la arena política
por siete décadas (el domingo 2 de julio del 2000 por primera vez pierde
el PRI y gana el PAN-con Vicente Fox). Entre los años 1934-1940 el
gobierno de Cárdenas implementó la repartición de tierras y la
nacionalización petrolera y la creación del "sexenio:" el período de seis
años que uno puede ser presidente. La democracia del gobierno
mexicano ha sido ilustrada por la irregularidad en el sistema de votos.
Su gobierno se caracteriza por la corrupción.
En la década de los 1960 México se desarrolló y se diversificó en su
economía. Inicialmente era un país agricultura que luego pasó a ser una
nación industrial. Sin embargo, en las últimas décadas el llamado
"milagro" mexicano no se ve en la vida de los mexicanos a causa de la
crisis económica la cual ha reducido el nivel de vida. En realidad, México
es uno de los países más urbanizados del tercer mundo.
La capital de México tiene veinte millones de habitantes y es reconocida
como la ciudad más poblada y contaminada del mundo. En 1994 en la
ciudad de Chiapas comenzó y todavía existe una rebelión política.
México siempre será una tierra que encuentra su fuerza e identidad en
la gente de su país.
México fue descubierto en 1519. La población se estima que alcanzaba
los 10 millones de indígenas. Su organización era de tipo feudal y se
regían por estrictas normas disciplinarias. A diferencia de lo que
ocurrió en otros países colonizados, los indígenas mexicanos
fueron la base del imperio que construyeron los españoles.
Esta peculiaridad se refleja claramente en la diversidad étnica del
México de nuestros días. Actualmente, el país cuenta con más de 15
millones de indígenas puros, que hablan cerca de 50 dialectos. Los
principales periodos de la historia de México son:
-ERA PREHISPÁNICA (1200 A.C.-1521 D.C.).
Dentro de la historia de México, la época prehispánica de México es un
período muy extenso que se subdivide en tres etapas: preclásica, clásica
y posclásica. En términos cronológicos comienza en el año 2.000 a. C. y
culmina en el 1520 d. C.
Subdivisión de los períodos:
 Período Preclásico
Subdivisión Años
Temprano 2000 - 1000 a. C.
Intermedio 1000 - 300 a. C.
Tardío 300 a. C - 300 d. C.

 Período Clásico
Subdivisión Años
Temprano 300 - 600
Tardío 600 - 900
Período Preclásico:
 Preclásico Temprano: es durante esta época en que aparece la
cerámica, nuevos cultivos de maíz y la vida sedentaria. Esto se ve
especialmente en:
Costa del Golfo de México
Costa pacífica de Guatemala
Valle de Grijalva
Valle de México
Valle de Tehuacan

 Preclásico intermedio: se inicia la construcción de grandes


complejos como por ejemplo, los templos religiosos. Las pequeñas
aldeas devienen centros de importante política y religiosa. Con el
pasar del tiempo se convierten en grandes ciudades.
Regiones más destacadas de este período:
La Venta, Tabasco
Sur de Mesoamérica
Durante esta época se expande la cultura olmeca por todo el actual
territorio mexicano

 Preclásico tardío: surge un importante centro de ceremonias en


Monte Albán que presentaba una gran influencia olmeca. En las
tierras bajas mayas también aparecen algunos pequeños centros
de ceremonia. Se construye la pirámide de Cuicuilco y comienza a
erigirse Teotihuacan.
Periodo clásico:

 Período clásico: el mayor centro de importancia de la época es


Teotihuacan. De hecho, su máximo esplendor se dio durante la
primera mitad del clásico y su influencia se hizo sentir en muchos
puntos de mesoamérica.
En cuanto a la sociedad, esta se haya más organizada y estratificada. A
la cabeza de esta se ubicaban los sacerdotes y nobles. Por debajo de
ellos, el resto de la población.
El diseño urbano de Teotihuacan fue hecho a partir de una línea norte –
sur en donde se ubicaba una gran avenida. A los costados de esta
podían contemplarse los edificios más importantes.
Es también durante esta época en la que los Mayas alcanzan su máximo
esplendor. Los mayas se organizaron en torno a ciudades
independientes que poseían su propio centro religioso y político y
estaban dirigidas por un cacique. Las capas sociales más altas estaban
compuestas por militares y sacerdotes. Las relaciones entre ciudades
eran muy comunes debido a la gran actividad de comercio.
Entre las ciudades mayas más importantes se encuentran: Palenque,
Uxmal, Yaxchilán, Copán, Piedras Negras, Homul y Naranjo.

Período Posclásico:
Hay dos hechos de gran importancia que marcan el inicio del período
posclásico:
Incendio de Teotihuacan
Emigración de los mayas de las tierras bajas.
Es precisamente en esta época en la cual los aztecas alcanzas su
máximo esplendor. Es esta tribu chichimeca la última en ingresar al
Valle de México. En el siglo XIV fundan Tenochtitlan que se convierte
rápidamente en un más que importante centro religioso, comercial y
político.
La sociedad se hallaba estratificada (sacerdotes, funcionarios, militares
y jueces constituían los niveles más altos). Uno de los avances que más
se destaca de esta civilización es la confección de un calendario de 365
días de 20 períodos que se componían de 13 días. Tenían un sistema
numérico vigesimal y sistemas de fracciones.
Este periodo está marcado por la influencia de cinco
grandes civilizaciones indígenas:
 Los Olmecas (1200 A.C.-200 A.C).
Crearon un calendario muy avanzado y sentaron las bases de las
tradiciones religiosas, arquitectónicas y artísticas de grupos posteriores.
 Los Mayas (1200 A.C.-1400 D.C).
Destacaron por su complejo sistema matemático, su dominio de
la astrología, además de por la construcción de numerosos
centros urbanos y su arquitectura barroca, que hoy constituyen una
parte fundamental del patrimonio cultural mexicano.
 Los Mixteco-Zapotecas (900 A.C.-1400 A.C.).
Fueron excelentes artesanos y constructores de grandes ciudades,
templos y cámaras mortuorias. Destacaron también por sus piezas de
cerámica y su orfebrería.
 Los Toltecas (950 D.C.-1300 D.C.).
Poderosos guerreros y consumados artesanos, ejercieron una
enorme influencia sobre las culturas maya y azteca.
 Los Aztecas (1345 D.C.-1521 D.C.).
Eran una civilización floreciente cuando los conquistadores españoles
llegaron en 1519. Elaboraron un complejo sistema impositivo.
También eran excelentes constructores. Su patrimonio
lingüístico, religioso, artístico, arquitectónico y militar son fruto de la
influencia de olmecas, toltecas y mayas.
- CONQUISTA Y COLONIZACIÓN ESPAÑOLA (1521-1810).
Después de la caída de Tenochtitlán, la capital azteca (hoy D.F.) en
1521, España inició un período de exploración y conquista.
España y la Iglesia católica impusieron su autoridad y sus
costumbres tanto sociales como religiosas. De esta época, los
mexicanos mantienen su tradición católica y numerosas
ciudades situadas en el centro del país y jalonadas con espléndidos
edificios.
Los dos momentos más importantes en el proceso de conquista fueron
la invasión del imperio azteca o mexica, en el actual México, por Hernán
Cortes entre 1519 y 1521, y la del imperio incaico del Perú por Francisco
Pizarro en 1532-1533.
El objetivo de los colonizadores españoles fue desde un principio la
explotación económica del territorio conquistado y la cristianización de
los indios. Las violencias del proceso de conquista dieron lugar a un vivo
debate en España. Fray Bartolomé de las Casas, monje dominico, se
convirtió en la voz crítica contra los desmanes producidos durante la
conquista y la colonización.
El sistema de colonización utilizado en los primeros momentos del
Imperio español fue la encomienda. La encomienda fue establecida
como un derecho otorgado por el Rey (desde 1523) en favor de los
españoles colonizadores (encomenderos). El español cobraba los
tributos que los indígenas, como súbditos del Rey, debían pagar a la
corona y, a cambio, debía cuidar del bienestar de los indígenas en lo
espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y su
protección, así como su adoctrinamiento cristiano.
Sin embargo, en la realidad se produjeron múltiples abusos y el sistema
derivó en formas de trabajo forzoso o no libre, al reemplazarse, en
muchos casos, el pago en especie del tributo por trabajo en favor del
encomendero.

Estos abusos dieron lugar a múltiples protestas que llevaron a la


aprobación de las Leyes Nuevas (1542). Estas leyes recordaron
solemnemente la prohibición de esclavizar a los indios y abolieron las
encomiendas, que dejaron de ser hereditarias y debían desaparecer a la
muerte de los encomenderos actuales.
La colonización española se caracterizó, a diferencia de otras, desde un
principio por el mestizaje. La población europea se mezcló con los
indígenas americanos (mestizos) y la población esclava traída de África
(mulatos). El mestizaje no impidió que la sociedad colonial tuviera una
estructura claramente racial con la población blanca en la cúspide social.
- INDEPENDENCIA E INSURRECCIÓN (1810-1860).
La construcción del proyecto nacional se ha dado con base en una
mezcla, a menudo conflictiva, de tradición y modernidad. Ambas
perspectivas han coexistido antagónicas o complementarias; pero, al
margen de sus connotaciones políticas específicas, se han mantenido
como valores vigentes en el momento de definir y ejecutar las políticas
gubernamentales.
En la historia de los siglos XIX y XX, a la modernidad se le ha concedido
de cuando en cuando un valor de innovación per se. De ahí que los
procesos de modernización suelan localizarse en las coyunturas de
grandes transformaciones económicas, no necesariamente coincidentes
con los ritmos del desarrollo cultural, que guardan una relativa
independencia de ellos.
Al consumarse la Independencia en 1821, comienzan los esfuerzos para
crear las leyes de la nueva nación, luego de tres siglos de dependencia
del Imperio español. La legalidad de la Independencia quedó sancionada
en el Plan de Iguala, que exhortaba a la unidad entre americanos y
europeos (españoles residentes en México), como base de concordia
para las tareas de reconstrucción política y económica. El documento
libertador no pudo, sin embargo, conciliar los intereses contradictorios
entre españoles peninsulares y españoles americanos (criollos), las dos
fuerzas políticas y sociales más importantes de la época.
Monumento a la Independencia, Ciudad de México
La vieja enemistad política y económica que existía entre ambos tipos
de españoles se intensificó con la Independencia que, tal como se había
concebido, permitía la conservación de los privilegios de los
peninsulares, sin resolver las demandas sociales de los americanos.
Los criollos representaron el advenimiento de un pueblo nuevo, que si
bien prolongaba las tradiciones culturales europeas, también las
modificaba con nuevas concepciones de país, al que consideraban suyo
por haber nacido en él; y que les hacía considerarse con mayores
derechos que los otros a dirigir el destino de la nueva nación.
La lucha entre los grupos nacidos en España y en tierra americana cubre
el primer período del México Independiente y termina con la paulatina
expulsión de los peninsulares y de sus caudales, tan necesarios para la
economía del país. Estas primeras luchas, que arrastraron a los otros
sectores de la población, se dieron con la presencia destacada de las
logias masónicas: escoceses, que representaron los intereses de las
clases pudientes, y yorkinos, que aglutinaron a los insurgentes.
Los grupos políticos en disputa defendieron principios distintos para
conducir el país: "orden público y religión" los escoceses, y "libertad y
progreso", los yorkinos, lo que llevaría a una posterior formación de los
partidos centralista y federalista, respectivamente. Los primeros
contaron con el apoyo de los españoles y el clero y los segundos, con el
de los Estados Unidos.
Como instituciones, la Iglesia y el Ejército fueron los actores sociales
más importantes en las luchas que van de la consumación de la
Independencia hasta el triunfo de la Revolución de Ayutla (1855) y la
Guerra de Reforma (1857-1867). México conoció en ese período tres
formas de organización política: Imperio de Iturbide, República Federal
y República Centralista. España fue derrotada y expulsada, pero no las
estructuras que había creado durante su larga presencia. Dejó como
legado una sociedad compuesta por blancos, diversos grupos étnicos y
mestizos, con distintos grados de educación, cultura, tradiciones y
niveles económicos. Había heredado un ejército y una poderosa Iglesia,
dueña de la mayor parte de las riquezas del país, en virtud del Regio
Patronato Indio, que concedió a España la autonomía de Roma respecto
a la política eclesiástica en el continente.
Vicente Guerrero
Los reyes españoles y los virreyes eran los patrones y vicepatronos,
respectivamente, de la Iglesia en la Nueva España, con derechos a la
percepción de los diezmos, a la erección de Iglesias y la construcción de
conventos; a la organización de misiones y a la propuesta de las
personas para los puestos vacantes, desde obispos hasta capellanes.
Este inmenso poder que otorgó el Papa a los Reyes Católicos y a sus
descendientes se asoció con una situación adversa, el triunfo de La
Reforma luterana, que había separado del mundo católico a los
protestantes. A cambio de ese privilegio, España se comprometió a
efectuar y costear la evangelización, empresa que con creces
recompensó esas pérdidas.
Al amparo de esa legislacion, la Iglesia reunió un importante patrimonio
económico, incrementado aún más por las funciones de prestamista que
desempeñó durante largo tiempo, a falta de instituciones de crédito. Su
fuerza económica y social, emanada del poder religioso y educativo que
ejercía sobre la población, fue causa de que los gobiernos republicanos
lanzaran sus dardos contra ella. Nada extraño, puesto que precisaban su
caudal para la construcción del país.
El Ejército, que con la Independencia se había constituido en una clase
privilegiada, fue el mejor aliado de la Iglesia en la defensa común de los
fueros.
Caído el efímero Imperio de Agustín de Iturbide (1822-1823), que había
conservado los fueros de la Iglesia y el Ejército, se inician los largos
debates entre federalistas y centralistas. Por más de tres décadas
controversias y luchas armadas prolongan la pugna por imponer uno u
otro régimen. El primer triunfo político correspondió a los federalistas,
que vencieron en el Constituyente de 1823, autor de la promulgación de
la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos en 1824. La
Carta Magna convirtió a las provincias en estados independientes y
soberanos en lo tocante a la administración interna. La excesiva
autonomía otorgada a los gobiernos locales fue utilizada sin embargo
por ellos para combatir al gobierno federal. El pacto federal dio fuerza a
las milicias locales, bastante bien organizadas, que al mando de
militares con frecuencia ambiciosos, sirvieron indistintamente a
federalistas y a centralistas.
Dos movimientos armados nacidos desde el seno de la vicepresidencia
pusieron en peligro el régimen federal. El primero lo encabezó Nicolás
Bravo (1827), Vicepresidente de la República y alto jefe de la logia
escocesa, que aunque no logró derrocar al presidente Guadalupe
Victoria, sí abrió la primera brecha contra el régimen federalista. El
segundo movimiento, enarbolado por Anastasio Bustamante (1829),
provocó una nueva crisis al desplazar de la Presidencia a Vicente
Guerrero y permitir el ascenso de Bustamante (1830). Este atrajo al
clero y trató de restablecer el orden para atender los problemas
económicos, atemperar las reacciones a las medidas drásticas
emprendidas contra los liberales, y fortalecer su batalla contra la
prensa. Sobre él pesaba principalmente la responsabilidad de haber
patrocinado la muerte de Guerrero. Al final, Bustamante provocó tal
oposición de los gobiernos locales, que éstos pusieron fin a su mandato.
En 1832 se levanta la guarnición de Veracruz al mando del general
Antonio de Santa Anna, quien pide el regreso al poder de Gómez
Pedraza. La imposición de éste fue el puente para la toma de la primera
magistratura por parte del propio Santa Anna (1833). Su gobierno tuvo
como vicepresidente a Valentín Gómez Farías, liberal con un gran
prestigio de honestidad, que decretó La reforma eclesiástica militar
(1833-1834) destinada a combatir los fueros de la Iglesia y el Ejército.
Gómez Farías se convierte en el iniciador de la primeras Leyes de
Reforma contra la Iglesia: incautación de los bienes del clero,
secularización de la enseñanza y administración del patrimonio de la
Iglesia. La reacción al programa reformista fue violenta, como era de
esperarse, dadas las afectaciones que implicaba. Santa Anna regresa de
su hacienda (Manga de Clavo), abroga las leyes anticlericales y acaba
por expulsar a Gómez Farías, suprimiendo la Vicepresidencia. Con este
acto se abre el camino a la nueva constitución centralista, Las Siete
Leyes (1835-1836), que reemplazó a la de 1824. Los Estados se
transforman en departamentos y sus rentas pasan a disposición del
gobierno central, que contribuye a que ocurran sucesos de especial
trascendencia, como la Independencia de Texas (1836), la primera
guerra con Francia (1838-1839) y la separación del estado de Yucatán
(1841).
La República centralista vive en crisis recurrentes. Se suceden los
presidentes y los levantamientos. La economía está en ruinas. Apenas
terminada la guerra contra Francia, Mariano Paredes y Arrillaga
encabeza un movimiento reaccionario (1841) contra el régimen
conservador del presidente Anastasio Bustamante, que fue aprovechado
por Santa Anna para llegar al poder y gobernar como dictador. En un
contexto de violencia armada, se proclaman las Bases Orgánicas (1843)
que centralizan en forma absoluta en el Poder Ejecutivo la
administración de las provincias. Ni con el bloqueo norteamericano de
Veracruz ceden las luchas entre los bandos.
En 1846 un pronunciamiento, esta vez federalista, encabezado por José
Mariano Salas, pone fin al centralismo. Tras una breve estancia en el
poder, Salas ofrece la primera magistratura a Santa Anna, quien la deja
en manos de Gómez Farías mientras sale a combatir la invasión
estadounidense (1846-1848) al mando de un ejército de más de 14 mil
hombres. De acuerdo con los Tratados de Guadalupe (1848), que
pusieron fin a la contienda intervencionista, México perdió Texas, Nuevo
México, Arizona y la Alta California. Ante el estrepitoso desastre, Santa
Anna huyó al extranjero.
Aunque la guerra había conmocionado al país, todavía no se lograba
crear una auténtica conciencia nacional, pero sí era evidente que ya se
estaba planteando en algunos sectores la necesidad de unificar al país y
tranformarlo, conduciéndolo a la modernidad. Esta tarea no pudo
efectuarse inmediatamente después de la guerra, cuando los liberales
moderados ascendieron al poder, en el que permanecerían hasta ser
expulsados por el cuartelazo de 1852.
Los centralistas que se pronunciaron demandaron el regreso de Santa
Anna, quien asumió el poder llevando a Lucas Alamán como jefe del
gabinete. La muerte de Alamán dejó a Santa Anna cómo único dueño
del poder y de la Nación. El Consejo de Estado le concedió entonces
facultades absolutas y el título de "Alteza Serenísima", lo que le permitió
establecer una dictadura de corte monárquico en extremo onerosa para
la nación.
Santa Anna fue expulsado del escenario político que había dominado
durante tres décadas, por la revolución triunfante de Ayutla (1854-
1855). Esta capacidad de permanencia, representando a fuerzas
políticas opuestas, hace de Santa Anna una figura única en la historia de
México. Carismático, gobernó el país con los fusiles, con el Congreso y
sin él, con el apoyo del pueblo y sin su consentimiento, alcanzando la
Presidencia en once ocasiones. Sujeto a múltiples controversias, héroe
para unos y traidor para otros, fue el hombre indispensable para
resolver o intentar resolver las situaciones contingentes de la Nación.
Enarboló la bandera republicana contra Iturbide y traicionó a la
República para instaurar su propia dictadura de corte monárquico. Con
él inicia y concluye el ciclo de las luchas federalistas y centralistas, que a
partir de Ayutla se entablarán entre liberales y conservadores,
republicanos e imperialistas, hombres distintos de una misma batalla
entre lo viejo y lo nuevo para forjar una nación que no acababa de
encontrarse a sí misma.
El Plan de Ayutla no fue un pronunciamiento más para derrocar, en ese
caso, a Santa Anna. Estuvo dirigido contra los gobiernos tiránicos que
quisieron encarcelar el movimiento de 1810 en temas como "o encierro,
o destierro, o entierro". Aunque proclamado por el coronel Tilorencio
Villarreal, sus impulsores fueron el General Juan Alvarez, caudillo del
movimiento, que gozaba de gran popularidad, y el liberal moderado
Ignacio Comonfort, que dio un giro social al movimiento apoyado por la
población.
- LA GUERRA DE REFORMA (1857 – 1867)
Triunfante la revolución, el gobierno liberal se organizó primero bajo la
presidencia de Juan Alvarez y luego bajo la de Ignacio Comonfort.
Durante sus administraciones se promulgaron las primeras Leyes de
Reforma, dirigidas contra la Iglesia e incorporadas a la nueva
Constitución (5 de febrero de 1857). De ideas seguramente demasiado
avanzadas para la época, el texto constitucional enfrentó condiciones
adversas, que lo hicieron poco viable en el corto y en el mediano plazos.
La Constitución trasladó a la responsabilidad del gobierno la autoridad
sobre actos de culto público (externo), y promovió la libertad de cultos.
En lo educativo, esto significó una ruptura del control de la Iglesia
Católica, o al menos la posibilidad de evitar su monopolio.
La nueva Carta Magna, que establecía la igualdad de los ciudadanos
ante la Ley y la Supremacía del Estado sobre la Iglesia, sumió al país en
una crisis nacional. La sublevación militar, encabezada por el General
Félix Zuloaga, para abolir la Constitución, y el golpe parlamentario de
Ignacio Comonfort, traen el encarcelamiento de Benito Juárez,
Presidente de la Suprema Corte de Justicia, y de otros legisladores
radicales.
El cuartelazo de Tacubaya es el medio de llevar a la presidencia a Félix
Zuloaga, en tanto Benito Juárez por ministerio de ley asume la
Presidencia (enero de 1858) y establece su gobierno en distintos puntos
del territorio nacional.
Esta dualidad de poderes dio origen a la Guerra de Reforma (1857-
1860), finalmente favorable a los liberales que derrotaron en
Calpulalpan (1860) al ejército conservador, comandado por el general
Miguel Miramón. Estando Juárez en Veracruz, donde había trasladado su
gobierno, expide las Leyes de Reforma, que ampliaron y ratificaron las
primeras de ese nombre. La llamada "Ley Juárez" suprimió los fueros
militar y eclesiástico en los negocios civiles y la "Ley de Lerdo" (1856)
transfirió a los adjudicarios las fincas rústicas y urbanas, pertenecientes
a las corporaciones civiles y eclesiásticas.
Las leyes de Veracruz atacaron a la Iglesia con mayor dureza. Ya no se
trataba de transferencia, sino de nacionalización de los bienes
eclesiásticos, secularización de los cementerios, supresión de las
festividades religiosas e instauración del registro y del matrimonio
civiles. Juárez castigó a la Iglesia por su ayuda a los conservadores,
pero eso no le impidió promulgar la libertad de cultos.
Al implantar el orden legal y asumir la Presidencia (1861) inició una
política enérgica y suspendió por dos años el pago de la deuda externa.
La medida, dictada por la situación de bancarrota en que se encontraba
el país, dio pábulo a la intervención francesa (1862) y a la creación del
Imperio de Maximiliano de Habsburgo(1864-1867), sostenido desde
Francia por Napoleón III. La Guerra de Reforma de hecho se empalma
con la guerra de liberación nacional contra los imperialistas franceses y
sus aliados, los conservadores mexicanos. Juárez carga la patria en el
portafolios y defiende con firmeza la integridad nacional.

- REPÚBLICA RESTAURADA (1867-1876)


Juárez convocó a elecciones en las que resultó reelecto Presidente. En
los nuevos comicios de 1871, el Congreso decretó la continuación de
Juárez en la primera magistratura, lo que provocó varios
levantamientos; entre ellos el de Porfirio Díaz (Plan de la Noria), quien
enarboló la bandera de la no reelección. Juárez murió en 1872 en el
ejercicio del poder y lo sucedió su colaborador y amigo Sebastián Lerdo
de Tejada, continuador de su política, quien elevó a rango constitucional
las Leyes de Reforma.
La generación de La Reforma estuvo compuesta por un grupo de
hombres brillantes y arrojados que se agruparon en torno de la
personalidad de Juárez (Melchor Ocampo, Manuel Doblado, Sebastián
Lerdo de Tejada, Guillermo Prieto, José María Iglesias y otros más) y por
generales liberales, todos con un profundo sentimiento de deber hacia la
patria. El destacado grupo (que no llegó siquiera a 100 integrantes)
condujo la vida nacional con conciencia histórica y una clara visión
acerca de los cambios que requería el país para su modernización.
En el ámbito social, su programa favoreció a la incipiente clase de
empresarios y comerciantes, bajo el afán de hacer individual la
propiedad y crear un país de pequeños propietarios. El principio, aunque
idóneo desde un punto de vista teórico, según el grado de desarrollo
económico que vivía el país, no dejó de lastimar los intereses de las
comunidades indígenas, sujetas a un régimen de propiedad comunal. El
fraccionamiento de la tierra condujo a la postre, en el régimen del
general Porfirio Díaz, a la creación de latifundios, idea contraria a lo que
los liberales se proponían.
Hemiciclo a Juárez, Ciudad de México
En el rubro de la educación la idea rectora fue el cimiento de una
educación civil, partiendo de la idea de que "la instrucción es la base de
un pueblo a la vez que el medio más seguro de hacer imposibles los
abusos del poder" (Melchor Ocampo).
La Reforma, en suma, fue un período que marcó el tránsito de un estado
de confusión a un orden nuevo signado por el restablecimiento de las
instituciones políticas nacionales y por la aspiración a la legalidad y la
civilidad. Fue la base ideológica de la revolución de Ayutla, y la
confirmación del pensamiento liberal que arranca de políticos e
ideólogos como Valentín Gómez Farías y el doctor José María Luis Mora.
El proyecto reformador echado abajo por Santa Anna, sería aplicado y
ensanchado en el período reformador, al consignarse la separación del
Estado y la Iglesia. Esta pugna ideológica, que condujo a la Revolución
de Ayutla, a la Guerra de Reforma y a la resistencia contra los
intervencionistas franceses y sus aliados locales, concluyó con el triunfo
liberal plasmado en la Constitución de 1857, que estará vigente por
espacio de 60 años.

- EL PORFIRISMO (1876-1910)
El Presidente Lerdo de Tejada encontraría en un antiguo correligionario
el fin de su gobierno.
Así, en 1876 el general Porfirio Díaz le desplazó de la Presidencia
enarbolando la bandera de la no reelección. Las elecciones de mayo de
1877 llevaron al general Díaz a la Presidencia, misma que no dejaría
sino hasta 1911, a raíz del avance de la Revolución proclamada en
1910. Ejerce el poder de manera casi ininterrumpida por
aproximadamente 30 años, sólo alterada por la presidencia de Manuel
González, su cercano amigo, quien ocupa formalmente el poder entre
1880 y 1884.

La etapa liberal fue sustituida por el denominado porfiriato o porfirismo,


que expresó la personalidad férrea de Porfirio Díaz, de brillante historial
militar, patriota, héroe de la guerra de intervención, hombre de armas
que trajo la pacificación del país, y que ya en el poder se convirtió en
dictador. La bandera de la no reelección, de la que fue portaestandarte,
la suplió por la de reelección continua. Cambió el texto constitucional
para reelegirse en 5 períodos consecutivos.
Si los liberales habían creado un Estado-Jurídico y habían concedido la
igualdad de derechos a los mexicanos, a Porfirio Díaz se debe la
formación territorial del Estado-Nación y la supresión de los derechos
cívicos de los mexicanos. Díaz creó la infraestructura para la unificación
del territorio: una amplia red de transportes (20,000 kilómetros de vías
férreas), base para formar un mercado nacional. En esta tarea fue
notable la labor de José Ives Limantour, el responsable de la hacienda
pública, quien organizó el financiamiento del proyecto de expansión
económica, gravó con impuestos la producción, acabó con los impuestos
al tráfico interno de las mercancías, reorganizó la deuda pública (1893),
reorganizó las instituciones de crédito (1897), llevó a cabo una reforma
monetaria (1905), y, en consecuencia creó un clima de confianza a los
inversionistas extranjeros.
La "paz social" imprescindible para llevar adelante esa empresa, se
consiguió "matando en caliente", a los que levantaban las armas contra
el régimen y suprimiendo todas las libertades civiles.
El orden y el progreso fueron la divisa y la justificación de un régimen
que privilegió ostentosamente a los grandes propietarios –urbanos y
terratenientes- y a los capitalistas ingleses y norteamericanos, dueños
de las tres cuartas partes de la industria minera y de la mitad de la
explotación petrolera, iniciada durante el período. Los avances en la
industria no repercutieron en el campo, donde se mantuvo una
organización semifeudal. Las leyes de colonización y baldíos condujeron
al despojo de los pequeños propietarios y a la concentración de la
propiedad.
El régimen cayó por los males sociales, pero también por aquel espíritu
de conciencia nacional que había cundido entre los políticos e
intelectuales de la nueva generación, que prepararon y acaudillaron el
movimiento revolucionario de 1910. El cambio de los hombres fuertes
por las instituciones vendría con esta revolución, la primera democrática
triunfante del siglo XX y el movimiento social que más influjo tuvo en
todas las esferas de la vida nacional.

- REVOLUCIÓN DE 1910 (1910-1920)


La Revolución puede dividirse en tres etapas: política, social y
constructiva. En la primera la figura central es Francisco I. Madero,
quien inicia el movimiento armado con el Plan de San Luis Potosí (5 de
octubre de 1910). La promesa de restitución de las tierras comunales a
sus antiguos poseedores incorpora al movimiento a jefes tan destacados
como Francisco Villa y Emiliano Zapata, que imprimen un carácter social
a la revolución.
Con la firma de los tratados de Ciudad Juárez se inflige una herida a la
revolución. Por ellos renuncia Díaz a la Presidencia pero los porfiristas
siguen en el gobierno. A menos de un año de iniciada la lucha, Madero
toma posesión de la Presidencia, dando legalidad a un movimiento que
todavía no concluía. Lo acompaña como vicepresidente José María Pino
Suárez
Emiliano Zapata, caudillo de los campesinos del sur (Estado de Morelos),
renuente a deponer las armas hasta no conseguir la restitución de las
tierras a las comunidades de la región, se levanta contra Madero (Plan
de Ayala 1911) y lo mismo hace por razones oportunistas Pascual
Orozco en Chihuahua (1912). Madero tuvo que hacer frente también a
la reacción porfirista, representada por el general Bernardo Reyes y por
Félix Díaz, sobrino del dictador, el cual se levanta en armas en Veracruz
(octubre de 1912) acusando a Madero de incompetente para controlar la
situación.
Las fuerzas federales derrotaron con facilidad a Felix Díaz, quien fue
apresado y trasladado a la capital para someterlo a juicio de guerra.
Indultado por los ministros porfiristas de la Suprema Corte, fue
confinado en Lecumberri. De ahí sería liberado, lo mismo que Reyes, de
la prisión de Tlatelolco, por los pronunciados del 9 de febrero de 1913,
encabezados por el General Manuel Mondragón. Este pronunciamiento,
que se conoce como la "Decena Trágica" (del 9 al 17 de Febrero de
1913), fue instigado y apoyado por el diplomático estadounidense Lane
Wilson, quien desplegó una exaltada actividad para derrocar a Madero.
Félix Díaz se refugió en la Ciudadela con 1500 soldados, mientras
Madero nombraba al general Victoriano Huerta Jefe de las Fuerzas del
Gobierno para la defensa de la capital. Desde este momento el
personaje central es Huerta. La situación le favorece, tiene copados a
Félix Díaz y al embajador Wilson. Al primero lo puede vencer a voluntad,
mientras que al diplomático lo necesita para llevar a cabo su plan de
ascenso al poder. En esa coyuntura fragua la traición al Presidente
Madero.
Con la seguridad de que Estados Unidos lo apoyaría en sus pretensiones
presidenciales, Huerta pacta con Félix Díaz (Pacto de la Embajada) y se
subleva. Madero y Pino Suárez son apresados en el Palacio Nacional, son
obligados a renunciar a sus respectivos cargos y finalmente asesinados.
Con ello se cerró la primera etapa de la Revolución Mexicana.
Venustiano Carranza, Gobernador de Coahuila, se levanta en armas en
mayo de 1913 (Plan de Guadalupe) contra el usurpador Huerta. Su
movimiento, que tomó el nombre de constitucionalista, fue secundado
por Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Francisco Villa, José María
Maytorena, Benjamín Kill y muchos más. Carranza asumió el poder y se
nombró Jefe del Ejército Constitucionalista, que quedó organizado en
tres divisiones: Norte (Villa), Noroeste (Alvaro Obregón) y Noreste
(Pablo González). Vencido el Ejército Federal (1914), Huerta huye del
país, presionado por los estadounidenses, que toman los puertos de
Veracruz y Tampico. Caído Huerta, como era ya el deseo del nuevo
presidente estadounidense Woodrow Wilson, las tropas invasoras se
retiran del país.
Los revolucionarios, que habían vencido con denuedo al enemigo
común, no se ponen de acuerdo con respecto al rumbo que debería
tomar la Revolución. Para zanjar las dificultades se reúnen en la
Convención de Aguascalientes, de la que surgen dos gobiernos: el de la
Convención, con Eulalio Gutiérrez al frente, compuesto por "villistas"
(tropas de Francisco Villa) y "zapatistas" (tropas de Emiliano Zapata), y
el de Venustiano Carranza, que se establece en Veracruz, y que cuenta
con el apoyo del militar más destacado de la Revolución, el general
Alvaro Obregón. Surge entonces la lucha entre las dos facciones. El
triunfo militar e ideológico corresponde al gobierno de Carranza. En
1915, éste promulga leyes en beneficio de los campesinos y los obreros.
Vencido el villismo por Obregón para 1916 (el golpe decisivo había sido
dado en 1915 en Celaya contra las tropas villistas); y reducido el
zapatismo a su lugar de origen, Carranza convoca a elecciones para el
Congreso que promulgará la Constitución del 5 de febrero de 1917. La
nueva Carta Magna eleva al rango de constitucionales las leyes de 1915
(artículos 27 y 123), consignando las garantías sociales y concediendo a
la nación la titularidad sobre la propiedad de la tierra, las aguas y el
subsuelo; y limitando la propiedad privada a las modalidades del interés
público.
Aunque la Revolución había tomado forma jurídica en la Constitución,
las luchas guerrilleras se mantenían activas contra Carranza,
ocasionando graves daños a la población. Villa y sus dorados llegaron
inclusive a incursionar en territorio estadounidense, asaltando y
saqueando la población de Columbus (Nuevo México) y suscitando un
serio problema con el vecino del norte. Como respuesta, Estados Unidos
organizó una expedición punitiva al mando de John Joseph Pershing,
quien avanzó hacia el interior del país para capturar a Villa, sin lograrlo.
El asunto quedó resuelto por vía diplomática: las conferencias de
Atlantic City (septiembre de 1916 - enero de 1917).
Era claro que Villa comprometía a la Revolución con actos delictivos de
carácter internacional. Por su lado, Zapata prosiguió la lucha contra
Carranza hasta 1919, en que fue asesinado. La misma suerte correría
Villa en 1923. En vísperas de las elecciones presidenciales, y al postular
Carranza a un candidato civil para la primera magistratura, el general
Obregón, que aspiraba al Ejecutivo, proclamó el Plan de Agua Prieta en
unión de Adolfo de la Huerta y Plutarco Elías Calles (23 de abril de
1920). Carranza, que representaba los principios constitucionalistas de
la Revolución, fue forzado a huir de la capital rumbo a Veracruz y en el
camino fue asesinado (1920).

- EL PERÍODO POSREVOLUCIONARIO (1920-1940)

 Ascenso de Alvaro Obregón (1920-1924)


Ante la muerte de Carranza, Adolfo de la Huerta asumió la Presidencia
de manera interina y logró la pacificación. Los jefes revolucionarios que
quedaban, entre ellos Villa, deponen las armas; al tiempo que regresan
al país los exiliados políticos. Entre éstos se halla José Vasconcelos, que
poco tiempo después se convertiría en el fundador de la Secretaría de
Educación Pública. Tras un breve interinato (mayo - octubre de 1920),
sube a la Presidencia el General Alvaro Obregón (1920-1924). Con él
propiamente comienzan los gobiernos de la Revolución y se fijan las
bases para la reconstrucción del Estado.
La labor de Obregón en el campo educativo fue notable. En 1921 creó la
Secretaría de Educación Pública, hecho que tiene gran importancia, pues
desde que Carranza suprimió la Secretaría de Instrucción Pública y
Bellas Artes, la educación corría a cuenta de los municipios, escasos
siempre de recursos para realizar una labor eficaz en ese rubro.
Vasconcelos, a quien se debió la iniciativa, fue su primer titular y el
organizador de la educación en el país. Puso en marcha una campaña
masiva de alfabetización; creó las Misiones Culturales y convirtió a los
maestros rurales en modernos misioneros, en los apóstoles de la
educación a la que deberían consagrarse con el celo, propio de los
primeros evangelizadores del continente. Tiende una verdadera cruzada
para llevar el libro como la cruz al pueblo, al que había que incorporar a
la cultura hispánica, que él contrapuso con celo a la anglosajona. La
misión de su raza cósmica, síntesis de las razas del continente
americano, es procurar, precisamente, el acercamiento no con la
ciencia, sino con el espíritu, el amor y el arte. En el desempeño de su
cargo, creó los departamentos Escolar, de Bellas Artes, y Bibliotecas y
Archivos. Se dividió la educación media en secundaria y preparatoria, se
fundaron escuelas nocturnas, se prestó atención a la formación de
obreros calificados y se dio gran impulso a la pintura mural mexicana y
a la cultura popular.
Su obra educativa -principalmente alfabetizadora- fue acompañada de
una importante labor editorial. Se retiró del cargo en 1924, por
oposición a la política que instrumentaba el Gobierno Federal, pero ya
había puesto en marcha una obra titánica, difícil de igualar por quienes
lo sucedieron en la SEP.

 Plutarco Elías Calles (1924-1928)


El presidente Calles continúo la obra de Obregón y se dio a la tarea de
consolidar el Estado, iniciada por su predecesor. Hizo de las
organizaciones obreras el soporte básico del gobierno revolucionario.
Apoyó fuertemente a la Confederación Regional de Obreros Mexicanos
(CROM), cuyos afiliados superaban la cifra de un millón. Esta forma
política concebida para Obregón fue fortalecida por Calles y luego por
todos los gobiernos de la Revolución. Con Calles comienza la
intervención del Estado en los asuntos de la economía nacional. Crea el
Banco Nacional de México y otras instituciones financieras que dan al
Estado el control de la vida económica del país. Funda la Comisión
Nacional de Caminos, pone en vigor una ley sobre irrigación, se enfoca a
la construcción de presas y marca los derroteros para el desarrollo
económico ulterior del país.
Sin embargo, extremó el vigor contra el clero (suspensión de cultos y
cierre de iglesias), provocando la rebelión cristera (1926-1929) que tuvo
como escenario principal los estados de Jalisco, Colima, Zacatecas,
Guanajuato y Durango.
En las elecciones de 1928, Alvaro Obregón, fue elegido por segunda vez
para la Presidencia, que no pudo asumir porque fue asesinado en julio
de 1928 por el fanático José León Toral. Con su muerte se inicia el
maximato, un período comprendido entre 1928 y 1934, que se
denomina así porque Calles es la figura central, el Jefe Máximo de la
nación, el poder fuera del poder pero por encima de él. Los tres
presidentes del maximato fueron Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y
Abelardo Rodríguez. Durante ese período se creó el Partido Nacional
Revolucionario (PNR), en 1929, encargado de la organización y
realización de las elecciones, tareas que correspondían hasta entonces a
la Secretaría de Gobernación.
Las elecciones de 1929 se desarrollaron en un clima de agitación
política. Hubo varios candidatos pero al final se perfilaron dos: Pascual
Ortiz Rubio, a quien se vio como el candidato oficial, y José Vasconcelos,
independiente. El triunfo correspondió al primero, no sin serias
irregularidades en el proceso. La influencia de Calles sobre el nuevo
mandatario fue determinante.
Luis Cabrera, notable periodista y pensador, alzó su voz con unas
palabras que le valieron el destierro en 1931: "Para la resolución de
nuestros problemas políticos se requiere valor civil, honradez y
patriotismo, de los que desgraciadamente andamos muy escasos los
mexicanos....".
Por los años 30 se inicia un fuerte debate nacional en torno a la
educación socialista, cuyos más enérgicos impulsores fueron el líder
obrero Vicente Lombardo Toledano y Narciso Bassols, Secretario de
Educación Pública bajo la presidencia de Abelardo L. Rodríguez. Bassols
quiso introducir la educación sexual en los últimos años de primaria,
pero el rechazo del sector católico fue tan violento que tuvo que
renunciar al cargo. Fue entonces cuando Calles se movilizó para dar su
aprobación a la educación socialista con miras a crear en los jóvenes
una mentalidad acorde con la Revolución. Finalmente, en noviembre de
1934, días antes de que Cárdenas asumiera la Presidencia, se reforma el
artículo 3° de la Constitución para introducir el nuevo credo educativo.
 Lázaro Cárdenas (1934-1940)
Su gobierno se caracterizó por el ascenso de las fuerzas revolucionarias.
Se organizaron los movimientos obrero y campesino: Confederación
Nacional Campesina (CNC) y Confederación y Trabajadores de México
(CTM), como única organización obrera. Se constituyó la Federación de
Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), medida por
la que los empleados públicos abandonan sus nexos con la CTM.
Organizadas las fuerzas sociales, Cárdenas crea en 1938 el Partido de la
Revolución Mexicana (PRM) que queda estructurado con los sectores
obrero, campesino, militar y popular (burócratas), supeditados al Estado
y al Poder Ejecutivo en particular.
Cárdenas resolvió la crisis de autoridad expulsando en 1936 al "jefe
máximo" de la nación, Plutarco Elías Calles, por conspiración contra el
gobierno. Reforzó el presidencialismo y con la creación del nuevo partido
diseñó las estructuras políticas y económicas que funcionarían sin
mayores contingencias finales de los años ochenta.
El lema del PRM fue: "por una democracia de trabajadores" y en la
declaración de principios está la idea del proyecto de nación:
reconocimiento del derecho de huelga y apoyo a los obreros,
colectivización de la agricultura, intervención del Estado en la economía
nacional y en la educación; igualdad política social de la mujer, garantía
de libertades para los indígenas, seguro social, control de precios,
construcción de viviendas populares, la no intervención en los asuntos
de otras naciones, el derecho a la autodeterminación de los pueblos y el
combate a cualquier forma de opresión y el fascismo, que ya había
asomado su cabeza en el horizonte internacional y que en el interior del
país esta representado, desde 1937, por la Unión Nacional Sinarquista.
Contra los postulados radicales del PRM se unen los partidos contrarios
existentes entonces y los que se constituyeron después, especialmente
el Partido de Acción Nacional (PAN), formado en 1939 a iniciativa del
destacado intelectual Manuel Gómez Morín, Miguel Estrada Iturbide y
otros más (este partido obtuvo su registro oficial en 1948).
Con respecto a la Iglesia, Cárdenas mantuvo una política de conciliación,
pero la alejó sin perseguirla, mediante la educación socialista. Puso en
marcha La Reforma Agraria a través de repartos masivos de tierra a los
campesinos. Del 1° de diciembre de 1934 al 31 de agosto de 1940 se
otorgaron al campesinado un total de 18,352,275 hectáreas. Por el
Nuevo Código Agrario (1940) se autorizó el establecimiento de ejidos
ganaderos y forestales.
En 1937 nacionalizó los Ferrocarriles Nacionales y en 1938 se
expropiaron los trenes de las compañías petroleras extranjeras.
Durante su administración se crearon la Comisión Federal de
Electricidad, los departamentos de Turismo, de Prensa y Publicidad, la
Secretaría de Asistencia Pública (1938), el Departamento Autónomo de
Asistencia Infantil (1937); los bancos de Crédito Ejidal y Nacional
Obrero de Fomento Industrial, así como el Tribunal Fiscal de la
Federación. Su obra educativa fue muy importante.
Además del interés que puso en las escuelas primarias y las regionales
campesinas, creó el Consejo Nacional de Educación Superior y de la
Investigación Científica, el Consejo Técnico de Educación Agrícola, el
Instituto Nacional de Psicopedagogía; el Instituto Nacional de
Antropología e Historia y el Instituto Nacional Indigenista. Cárdenas
convirtió el Castillo de Chapultepec en museo y traslado de ahí a Los
Pinos la residencia presidencial. Clausuró las casas de juego. Abrió las
puertas a los refugiados republicanos españoles (más de 40,000) y a
otros perseguidores políticos europeos y americanos.
Los hechos que suelen registrarse como los más relevantes de la gestión
de Cárdenas fueron la Expropiación Petrolera en 1938 -acontecimiento
de la mayor trascendencia para el nacionalismo mexicano-, que se
aplicó contra las compañías extranjeras del ramo y que dio lugar a la
fundación de la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos; la aplicación
más decidida -antes y después de su gobierno- de la Reforma Agraria;
así como la creación del Instituto Politécnico Nacional y de La Casa de
España en México, luego transformada en El Colegio de México. Por lo
demás, el recibimiento de los exiliados republicanos españoles resultó
estratégico para el enriquecimiento del medio cultural del país, pues
entre ellos se encontraban importantes intelectuales y artistas que se
arraigaron en el país.
- LA MODERNIZACIÓN ECONÓMICA Y EL DESARROLLO
ESTABILIZADOR (1940-1970)

 Manuel Avila Camacho (1940-1946)


Su gobierno se inicia en un ambiente de malestar provocado por la
implantación del la educación socialista, y por la impugnación de las
elecciones, calificadas por algunos de fraudulentas. En el ámbito
internacional ya se había iniciado la Segunda Guerra Mundial, que en
ese año ya prometía ser lo que sería después. En esa coyuntura, la
política de unidad nacional aplicada por él era la única factible para
conciliar el país.
A pesar del retroceso que significó para los antiguos revolucionarios el
gobierno de Avila Camacho, éste hizo obras en beneficio de las mayorías
populares; entre ellas, la creación del Seguro Social Mexicano (1943),
que provocó fuerte oposición por los grupos patronales. Formado con
aportaciones estatales, patronales y de los trabajadores, el Seguro
Social ha sido y es una de las instituciones claves para asegurar las
condiciones de vida de los trabajadores del país.
Para poner fin a las pugnas intergremiales fundó el Consejo Nacional
Obrero y fueron importantes para la protección de los trabajadores la
creación de la Nacional Reguladora y Distribuidora, encargada de
abastecer a la población con productos de primera necesidad, así como,
la congelación de las rentas de casas.
Introdujo medidas para abatir el costo de la vida; control de precios de
los artículos básicos y salarios de emergencia.
Durante su gobierno, y a resultas de una nueva legislación agraria, se
amplió la extensión de la Parcela Ejidal hasta 6 hectáreas y se prosiguió
con el reparto agrario (6 millones de hectáreas). Fueron beneficiadas
más de 683,000 hectáreas con obras de irrigación, suma considerable
que triplicó la realizada en este rubro durante los años de 1926-1940.
Promulgó una nueva Ley Electoral (1945) que reguló la existencia de los
partidos políticos, creó un Consejo del Padrón Electoral y una Comisión
de Vigilancia y estableció los requisitos para el registro de los partidos.
En materia internacional declaró la guerra a los países del Eje, ligando la
suerte del país a las democracias. Toda su política fue de marcada nota
civilista.
El presidente Avila Camacho consiguió también logros en el ramo de la
educación, muy en especial cuando el escritor Jaime Torres Bodet
asumió la titularidad de la Secretaría de Educación Pública (1943-1946).
Se desplegó una amplia campaña en contra del analfabetismo (50% de
la población) con signos de tarea nacional. Fueron obra de su mandato
la creación del Instituto de Cardiología, el Observatorio Astrofísico de
Tonanzintla y El Colegio Nacional, institución dedicada a la divulgación
del saber científico y humanístico, que quedó en manos de los hombres
más destacados de México en ciencia, filosofía, letras y artes.
La tarea para reformar la educación no fue fácil por cuanto el sistema
educativo había entrado en crisis desde 1941 por el conflicto que se dio
en torno al sentido y alcance de la educación socialista. Separados de la
titularidad de la Secretaría de Educación Luis Sánchez Portón y Octavio
Véjar Vázquez, en 1944 asume el cargo el escritor Jaime Torres Bodet,
antiguo miembro del destacado grupo de escritores conocido como "Los
Contemporáneos", quien propuso una política de "educación para la paz,
para la democracia y para la justicia social". Gradualmente se llegó al
final de su gestión a la reforma del Artículo 3° Constitucional, que puso
fin a la educación socialista (diciembre de 1946).
Durante el Gobierno de Manuel Avila Camacho se concedió un nuevo
matiz a la Revolución, inclinándose hacia el civilismo. Suprimió el sector
militar del Parido de la Revolución Mexicana, partido que desde 1946 se
identificó como Partido Revolucionario Institucional (PRI), y que
promovió la designación como candidato a la Presidencia al abogado
Miguel Alemán. Con Avila Camacho se inicia el proceso de
modernización económica de México, luego de la fase de
institucionalización de la Revolución.

 Miguel Alemán (1946-1952)


Inició su gobierno con un programa de industrialización, cuya nota fue
una franca apertura al capitalismo internacional. Con él cambia el rumbo
respecto a la Revolución, se da una ruptura con los gobiernos
anteriores. Estos cambios de estrategia se engloban en lo que el político
Antonio Carrillo Flores definió como la "Teoría del péndulo", que la
practicarán todos los gobiernos posrevolucionarios, pero sin modificar el
edificio político, social y económico creado por Lázaro Cárdenas.
Conviene subrayarlo porque perduró, con sus diversas crisis, hasta los
años 80 y contribuyó a la creación de la burguesía nacional y las clases
medias, a la integración nacional y cultural de México.
En lo económico, se tradujo en un modelo de desarrollo de sustitución
de importaciones y en lo político, en un fuerte presidencialismo,
apoyado por un partido único identificado con el Estado paternalista,
erigido en garante y responsable de la vida de la nación.
El modelo funcionó mientras existió un equilibrio entre la política y la
economía. El estado intervino, de manera activa, con grandes
inversiones en las áreas de la economía. Creó un mercado interno,
protegido con facilidades fiscales y crediticias a la industria nacional; a
su vez desarrolló una avanzada política de seguridad social (salud,
educación, legislación laboral) y puso en práctica un sistema de
subsidios de corte popular para favorecer a las sectores más
desprotegidos.
Alemán fue el primer presidente mexicano en hacer una visita oficial a
Washington. También recibió en México al presidente estadounidense
Harry S. Truman.

 Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958)


El modelo del régimen de Miguel Alemán siguió funcionando con Adolfo
Ruiz Cortines y sobre todo con Adolfo López Mateos (1958 - 1964). Con
el primero, aun devaluado el peso, el crecimiento industrial tuvo una
tasa promedio de 8%. Con López Mateos los avances fueron
significativos, como en el ritmo de crecimiento económico, que mantuvo
el Producto Interno Bruto (PIB) al 7% anual.
Fue un gobierno discreto, que no hizo programas ni obras
espectaculares, salvo en el terreno de la irrigación donde destaca la
Presa Falcón sobre el Río Bravo, un producto internacional entre México
y Estados Unidos que favoreció a los dos países (1953). En general se
destacó por la austeridad política, de algún modo compensatoria
respecto del régimen de Miguel Alemán, que le heredó una grave
inflación e impugnaciones acerca de la posible deshonestidad de ciertos
sectores del gobierno. El primer mal lo solucionó devaluando el peso,
que pasó de 8.50 a 12.50; y el segundo, imponiendo moralidad a su
mandato. Así, por ejemplo, fue el primer presidente en hacer su
declaración de bienes al inicio de su gestión presidencial.
Expropió los latifundios extranjeros de Cananea (Sonora) y otros más de
Coahuila y Chihuahua. Puso en práctica un Programa de Progreso
Marítimo ("Marcha al mar"), con el mejoramiento de 70 puertos.
Fomentó fuentes de trabajo y consiguió un aumento de la producción
industrial de un promedio anual de 8%.
Duplicó durante su administración la red de camiones federales y
estatales y se instalaron nuevas refinerías. No obstante los buenos
resultados de la política económica, creció la emigración de trabajadores
mexicanos a Estados Unidos. Por otra parte, fue importante la labor
desarrollada en el Distrito Federal por Ernesto P. Uruchurtu, Jefe del
Departamento de 1952 a 1958.
En el orden político, concedió el voto a la mujer (1953). Su labor
educativa fue limitada y sus esfuerzos se dirigieron hacia los estados,
donde trató de reactivar las Misiones Culturales y crear Centros
Tecnológicos Regionales. A pesar de las campañas de alfabetización,
emprendidas por Jaime Torres Bodet en 1944, no se había logrado
abatir el analfabetismo, que representó todavía un 42%.
En el período de Ruiz Cortines se suscitan importantes movimientos
gremiales y sociales (electricistas, telefonistas, telegrafistas y
maestros).

 Adolfo López Mateos (1958-1964)


Los avances del gobierno de López Mateos fueron muy significativos.
Nacionalizó los recursos eléctricos y amplió la legislación obrera con la
puesta en funcionamiento de la participación de los trabajadores en las
utilidades (ganancias) de las empresas, como parte del artículo 123 de
la Constitución. Extendió los beneficios del Seguro Social a las fuerzas
armadas y a los cañeros y redujo considerablemente el saldo de la
balanza comercial. El crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) fue,
en promedio anual, del 7%.
López Mateos dio importancia prioritaria a la educación que había
entrado en crisis en el sexenio anterior. Redactó un Plan de once años
para planear el rubro de acuerdo con las necesidades y características
de la población en constante crecimiento. Se construyeron durante su
administración 23,284 nuevas aulas y creó la Comisión Nacional de los
Libros de Texto Gratuitos (1959).
Para castellanizar a la población escolar indígena entró en
funcionamiento el servicio de promotores culturales, se puso en marcha
el reparto de desayunos escolares mediante la creación del Instituto
Nacional de Protección a la Infancia (1961), y se extendió muy
especialmente la educación a los sectores rurales, enfocada hacia el
trabajo práctico. Se crearon el Centro de Capacitación para el Trabajo
Rural y el Consejo Nacional de Fomento de los Recursos Humanos para
la Industria. Se fomentó el desarrollo de universidades en los estados y
en la capital, y la construcción de museos, como el Nacional de
Antropología, que recapitulaban las principales etapas históricas de
México.
La labor desplegada por Jaime Torres Bodet, como secretario de la
Secretaría de Educación Pública, se tradujo en un descenso del
analfabetismo hasta llegar al 28.91% respecto de la población total del
país; cifra de abatimiento aparentemente modesta, pero considerable si
se la compara, por ejemplo, con la que privaba en 1950: 43.48%.

 Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970)


Puso énfasis en la administración pública, en la relación entre el
gobierno y las empresas descentralizadas, en el control de los contratos
de obras públicas. La Compañía Nacional de Subsistencias Populares
(CONASUPO) se transformó en un organismo público descentralizado.
Promulgó la Ley General de Bienes Nacionales y por primera vez en la
historia los ingresos y gastos de las principales empresas estatales y
descentralizadas fueron incluidas en el presupuesto de Egresos de la
Federación. Modificó el Impuesto sobre la Renta para gravar los ingresos
globales de las personas físicas y morales. Impulsó los sectores
agropecuario (aumentó el valor de las cosechas, sobre todo de trigos
enanos) e industrial (eléctrica y minería).
Para crear fuentes de empleos, se autorizó la libre adquisición de
maquinaria y materias primas, indispensables para la exportación de los
artículos fabricados. En los años 1965-1970, el 75% de la inversión
federal se destinó a la industrialización e infraestructura económica; el
23,5% al bienestar social y el 1.5% a defensa y administración. La tasa
media de incremento anual del PIB fue de 7%. Díaz Ordaz estableció por
primera vez los salarios mínimos profesionales.
Díaz Ordaz dio vigencia también a una nueva legislación laboral: La Ley
Federal del Trabajo. En el rubro de la educación su labor se vio
disminuida por el explosivo crecimiento demográfico, Así y todo al final
de su gobierno existían 21,400 centros de alfabetización y 1,163
teleaulas, novedad de su régimen. Su gobierno se vio perturbado por la
huelga de los médicos residentes del Hospital "20 de Noviembre"
(1964), por demandas de tipo económico. El movimiento fue apoyado
por 66 instituciones de salud de la capital y por los estudiantes de
medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto
Politécnico Nacional.

En 1968, a raíz de otros hechos, surgirían conflictos estudiantiles


previos a la realización de las Olimpiadas que ese año se organizarían
con gran éxito en el país. Coincidente con lo que ocurría en otros
lugares del mundo, se generó un movimiento universitario que, no sin
un costo significativo en represión, marcó las pautas para un cambio
gradual, de serias repercusiones políticas para el Gobierno, que iniciaría
un cambio en las relaciones que desde los años 70 se ha observado
entre el Estado y la sociedad mexicanos.
Desde un punto de vista cultural, se abriría entonces otra etapa para el
país, especialmente para los jóvenes de la propia generación del 68,
pero también para los de las siguientes generaciones. Apertura
ideológica –a menudo en conflicto con la autoridad presidencial-, interés
crítico, creatividad, proliferaron muy marcadamente durante los años
siguientes y todavía hoy se percibe el eco de las corrientes artísticas y
culturales a las que entonces se dio lugar.

- PERÍODO 1970-1988: LA TRANSICIÓN DEL NACIONALISMO


TRADICIONAL A LA GLOBALIZACIÓN

 Luis Echeverría Alvarez (1970-1976)


Comenzó su mandato en una coyuntura política desfavorable. En el país
no se habían restañado los efectos producidos por la ruptura política de
1968, y en el exterior comenzaban a darse en la economía mundial los
primeros síntomas del proceso inflación-recesión, que culminarían en
una crisis en 1973. La repercusión inmediata del fenómeno mundial se
expresó en una rápida elevación de precios, escasez de circulante,
desempleo y escasa inversión privada.
El signo del gobierno echeverrista quedaría determinado por esos
fenómenos. Este incrementó la inversión pública en los sectores
estratégicos de la economía nacional: petróleo, energía eléctrica,
infraestructura portuaria y caminos.
La reducción de las exportaciones y el aumento de las importaciones de
máquinas y equipos, imprescindibles para la modernización tecnológica
de las industrias mexicanas, aumentaron el déficit del presupuesto
federal y aceleraron el endeudamiento externo. La deuda externa
alcanzó la cifra de 20,000 millones de dólares durante su gestión y la
tasa de inflación fue del 27% en 1976, último de su sexenio, que acabó
sus días con la devaluación del peso (31 de agosto de 1976). Este
fenómeno fue grave porque México había mantenido su paridad (12.50
por dólar) desde 1954.
Echeverría dio un sesgo populista a su gobierno y atacó a los
empresarios que, a decir de él, habían amasado fortuna poniendo sus
intereses personales por encima de la nación. Creó el Instituto del Fondo
Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (INFONAVIT) y el Instituto
Mexicano de Comercio Exterior, en beneficio de las empresas
exportadoras. Promovió una legislación de estímulos a la iniciativa
privada. Inició un proceso de administración pública que contemplaba el
control por parte del estado de los organismos descentralizados y
empresas de participación estatal, cuyo número ascendió entonces a
740.
Creó las secretarías de Turismo y de la Reforma Agraria (antes
departamentos). Dio un estilo muy personal a su régimen, que provocó
controversias, pues entró en confrontación directa con grupos
empresariales y miembros del propio sistema político. Usó un discurso
progresista y durante la mayor parte de su período de gobierno no puso
restricciones a la libertad de expresión (sin embargo, en 1976
promovería un abrupto cambio de dirección en un importante diario
nacional). Al mismo tiempo fue un duro combatiente de la oposición
armada que se había generado luego de la derrota del Movimiento
Estudiantil de 1968. Ejerció la crítica contra Estados Unidos y fue
solidario con las causas democráticas de otros países. Dio asilo político a
más de 1,000 chilenos perseguidos por el régimen golpista de Augusto
Pinochet, así como a numerosos argentinos y uruguayos que también
padecieron persecución política en sus países.
Llevó la voz de México a los foros internacionales y fue promotor de la
causa de las naciones del Tercer Mundo. Pugnó en esos foros por un
nuevo orden económico mundial, basado en relaciones de justicia. Fue
autor de la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados,
aprobada en 1974 en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Logró la fundación del SELA (Sistema Económico Latinoamericano)
organismo destinado a desarrollar la economía de los países de la zona.
En 1975 rompió las relaciones con la España de Franco a raíz del
asesinato a garrote vil de 5 jóvenes guerrilleros vascos y dio carta de
naturalización a los descendientes de los trasterrados españoles que
residían en México.

Se manifestó por la suspensión de sanciones a Cuba. En el rubro


educativo impulsó la fundación de escuelas agropecuarias, el Colegio de
Bachilleres, la Universidad Autónoma Metropolitana y el Centro de
Estudios del Tercer Mundo.

 José López Portillo (1976-1982)


El gobierno del Presidente López Portillo inició y concluyó en un
ambiente de crisis, si bien durante algunos años se vivió una situación
de prosperidad, gracias sobre todo al auge de los ingresos y los
empréstitos originados en la explotación petrolera.
El antiguo esquema de desarrollo acelerado llegó a su fin. Las
estructuras de éste, inalterables desde los años 40, ya no correspondían
a las nuevas exigencias de la economía mundial. López Portillo parecía
vislumbrar con claridad los cambios internacionales, puesto que al tomar
posesión de la Presidencia prefiguró un escenario que viviría más tarde
el país: "...problemas mundiales y necesidades inaplazables de nuestro
desarrollo acelerado, nos impusieron una realidad insoslayable: inflación
complicada después con recesión y desempleo".
López Portillo, aprovechando la coyuntura internacional (ascenso
espectacular del precio del petróleo en 1973, que duró hasta principios
de los años ochenta), orientó en gran medida la economía a la
explotación de hidrocarburos, con lo que obtuvo recursos para financiar
un desarrollo acelerado, mediante grandes empréstitos de la banca
internacional.
El crudo se convirtió en el principal renglón de exportación (71%) y el
ingreso más fuerte del sector público federal (43%). La tasa de
crecimiento de la economía superó a la de la población, con lo que
quedaba resuelto el problema del empleo. Pero la mono-exportación
alentada por el Estado, traería consecuencias hacia 1981, dado que no
cambiaba los lineamientos de su política económica.
La deuda externa que en un principió se contrató para expandir la
plataforma petrolera, ahora se contrataba para financiar el pago del
servicio de la misma. Comenzó la fuga masiva de capitales y la primera
reestructuración de la deuda, problema que se convirtió en nacional
(1982), como nacionales fueron los efectos de la política de austeridad
que hubo que implantar. La reestructuración de la deuda se heredó al
siguiente gobierno, que hizo de ella uno de los objetivos básicos de sus
políticas.
Cuando López Portillo nacionalizó la banca (1982) la inflación era de un
98.8% anual y la deuda externa alcanzaba la cifra de 66,000 millones
de dólares. A raíz de la nacionalización-estatización se creó un conflicto
grave con la clase empresarial. Se planteó el problema de los límites del
derecho del Estado a intervenir en la vida económica del país.

 Miguel de la Madrid (1982-1988)


La elevada inflación, la gran magnitud de la deuda externa, y el conflicto
de la nacionalización bancaria que enfrentó el nuevo gobierno, hicieron
que las estrategias económicas de Miguel de la Madrid se enfocaran a
controlar el proceso inflacionario y a reestructurar la deuda externa.
Se aplicaron políticas coincidentes con el Fondo Monetario Internacional
(FMI), tendientes a reducir el gasto público mediante el adelgazamiento
del Estado (las 1,155 empresas paraestatales se reducen a 697), y a
controlar los salarios. Conforme a esos lineamientos, se diseñó un
programa económico de bloques para asegurar el apoyo de los obreros,
campesinos y empresarios en su tarea de superar la crisis.
Acontecimientos de gravedad ocurridos durante el período fueron la
caída de los precios internacionales del petróleo y los terremotos de
septiembre de 1985, que devastaron la Ciudad de México.
- EL PROYECTO MODERNIZADOR (1988-2000)

 Carlos Salinas de Gortari (1988-1994)


El presidente Carlos Salinas de Gortari profundizó la política de su
antecesor, que en buena parte había sido diseñada por él desde la
Secretaría de Programación y Presupuesto, a su cargo durante el
gobierno de Miguel de la Madrid. La meta de su gobierno fue la
modernización del país para incorporarlo a un mercado internacional
cada vez más dinámico y abierto, y adecuarlo a las condiciones de la
economía mundial: libertad de precios, apertura comercial, liberación de
las relaciones laborales y disminución del papel del estado en la
economía y en la sociedad.
Para conseguir el paso de una economía de mercado cerrado y protegido
a otra de mercado abierto al mercado internacional, Salinas tuvo que
modificar las bases no sólo económicas, sino políticas y jurídicas del
Estado mexicano. Privatizó la banca y procedió a la venta masiva de
numerosas empresas paraestatales. En 1990 se renegoció la deuda
externa con la banca internacional.
Por medio de reformas a la Constitución, se dio un giro a la política
gubernamental y al propio perfil del Estado. Por ejemplo, a través del
artículo 130, se reconoció jurídicamente a las iglesias; y, con la reforma
al 27, la más debatida, se modificó el régimen de propiedad en el campo
y los procesos de organización y producción agrícolas. Con el cambio se
transformó la propiedad social del ejido y la comuna en individual,
permitiendo a los ejidatarios el derecho sobre sus parcelas, que podrían
ser vendidas o rentadas a partir de la nueva legislación. Salinas de
Gortari puso así fin a la Reforma Agraria tradicional y a la economía
mixta, a las estructuras del antiguo modelo benefactor que había
funcionado durante medio siglo. Como elemento compensatorio,
instrumentó el programa asistencial y de promoción del desarrollo
denominado "Solidaridad", de vasta repercusión en el medio rural y en
los sectores sociales de mayor pobreza. Modificó los controles
corporativos sobre la sociedad y dio paso al inicio de una competencia
pluripartidista y a un cambio profundo en la relación entre Estado y
sociedad.
Con la firma del Tratado de Libre Comercio (1994), se hizo posible la
inserción de México en el bloque económico más importante del mundo
(Estados Unidos y Canadá) y se alcanzó una de las metas
gubernamentales clave del período: establecer un nuevo modelo de
desarrollo económico, de abierta competencia en el escenario
internacional.
El cambio en el modelo de desarrollo, si bien necesario, vulneró sectores
nacionales de pequeña y mediana empresa que no estaban en
condiciones de entrar en ese proceso de abrupta competencia externa.
Por otro lado, al poner fin al cooperativismo, con frecuencia los
trabajadores quedaron al margen de la protección del Estado y de sus
propias organizaciones. El modelo planteó la necesidad de una política
de estímulos a la industria nacional y de distribución del ingreso de
mayor beneficio social.

El fin del período de Salinas de Gortari se caracterizó por sucesos de


gran impacto político, como la aparición de un movimiento armado
indígena en el estado de Chiapas (Ejército Zapatista de Liberación
Nacional), la creciente presencia de las organizaciones opositoras
(partidos, asociaciones, organizaciones no gubernamentales); y el
asesinato de prominentes personajes políticos, contextualizado en la
lucha de grupos criminales organizados. La competencia entre partidos
se intensificó. No obstante, la modernización económica fue mucho más
acelerada que la modernización política. La Reforma del Estado, que
figuró como una premisa del proyecto de gobierno, apuntó con
preeminencia a los aspectos económicos y administrativos.

 Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000)


Inició su gestión con una devaluación importante del peso mexicano.
Asumió y aceleró las transformaciones del sistema político y de la
Reforma del Estado anunciadas durante el régimen del presidente
Salinas.
Los puntos centrales de su gobierno han consistido en un riguroso
control de la inflación y del gasto público; un reordenamiento de la
economía, un pago escrupuloso de la deuda externa y una política
selectiva de fomento a la industria y al comercio, en la que han
destacado los estímulos a la actividad exportadora.
En lo político, en 1995 el presidente Zedillo suscribió un pacto con los
principales partidos del país para llevar a cabo una reforma electoral y
política (poderes públicos, federal y régimen del Distrito Federal). Como
consecuencia, el Instituto Federal Electoral (IFE) se separó del Poder
Ejecutivo Federal y adquirió autonomía, como garantía de imparcialidad
en el manejo de los asuntos electorales. En las elecciones de 1997,
organizadas y vigiladas por ese organismo, el Partido Revolucionario
Institucional (PRI) perdió la mayoría absoluta en la Cámara de
Diputados y el control en el Distrito Federal, que pasó a ser gobernado
por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Se creó así una nueva correlación de fuerzas. En la Cámara de
Diputados (LVII Legislatura), a partir de 1997 y hasta agosto de 2000,
predominó la oposición con 261 escaños contra 239 del PRI. De los 261,
125 correspondieron al PRD; 121 al Partido Acción Nacional (PAN); 8, al
Partido Verde Ecologista Mexicano (PVEM) y 7, al Partido del Trabajo
(PT). En el Senado, el PRI tuvo la mayoría: 77 senadores contra 33 del
PAN, 16 del PRD, 1 del PT y 1 del PVEM (en realidad, cambios de partido
de algunos representantes, modifican las cifras originales).
En 1998 entró en vigencia la Ley de Participación Ciudadana. Además,
con el reajuste de las fuerzas políticas, y el mejoramiento sustancial de
las instituciones electorales y sus procedimientos, Ernesto Zedillo
entregará la Presidencia en diciembre de 2000, con base en la elección
más abierta y más competida en la historia de México. Con las
elecciones de julio de 2000, el panorama que se abrió fue inédito, al
ganar la Presidencia el Partido Acción Nacional y su candidato Vicente
Fox (primera vez desde 1929 que el Partido Revolucionario Institucional
pierde esa importante posición). En la promoción de un proceso legal y
pacífico ha radicado una de las principales aportaciones del gobierno
zedillista.
Los retos que se presentan al término del sexenio son entre otros, una
transición al nuevo período de gobierno sin desequilibrios financieros y
una consolidación de la reforma política con estabilidad y paz social.
Aspectos sobresalientes para el siguiente gobierno son la consolidación
de los logros alcanzados hasta hoy en el nivel macroeconómico, y la
intensificación de políticas de redistribución del ingreso, desarrollo
regional y social más equilibrado; y combate a la inseguridad pública y
el narcotráfico.
1.2 CULTURA Y SUS DIVERSAS CONCEPCIONES
La cultura son los conjuntos de saberes, creencias y pautas de conducta
de un grupo social, incluyendo los medios materiales (tecnologías)
que usan sus miembros para comunicarse entre sí y resolver sus
necesidades de todo tipo.
 Cognoscitiva (Goodenough):
La cultura consiste en un conjunto de cogniciones funcionales
organizadas como sistemas de conocimientos que contiene todo lo que
se debe creer o saber, a finde comportarse de manera aceptable en el
seno de su sociedad.
 Estructuralista (Leví – Strauss):
Las diferencias culturales son sistemas simbólicos creados por
la mente humana. Su diversidad superficial resulta de
permutaciones y transformaciones de los mecanismos universales y
subconscientes que les dan ciertas características comunes.
 Equivalencia Mutua (Wallace):
La cultura es el conjunto de procesos cognitivos uniformes que crean el
esquema general necesario para la predicción recíproca del
comportamiento de manera funcional sin tener que acudir a los valores
comunes y a los objetivos colectivos compartidos.
 Simbólica (Geertz):
La cultura, producto de la mente, es el sistema de significados y de
símbolos colectivos según el cual los humanos interpretan sus
experiencias y orientas sus acciones.
 Funcionalista (Malinoswski):
La cultura es un instrumento que permite a los individuos
afrontar mejor los problemas concretos que encuentran al tratar de
satisfacer sus necesidades. Se explican las principales
manifestaciones de la cultura en relación con las necesidades
fundamentales de los seres humanos.
 Funcionalista – estructuralista (Radcliffe – Brown):
La cultura es un mecanismo que permite los individuos adaptarse a la
vida en una sociedad dada, por la adquisición de características
mentales (valores, creencias) y de hábitos.
 Histórico – difusionista (Boas):
La cultura consiste en la configuración o formas temporales,
interactivas, super -orgánicas y autónomas, producto de
circunstancias y de procesos históricos: difusión, aculturación,
asimilación.
 Ecológico – adaptacioncita (White, Harris):
La cultura es un sistema de comportamiento trasmitido socialmente, que
sirve para ligar las comunidades con sus medios ecológicos.
Entre los sistemas socioculturales y su ambiente, existe una
interacción dialéctica.

Con la aparición de la antropología a fines del siglo XIX, la concepción


clásica cedió el paso ante diversas concepciones antropológicas de la
cultura. Aquí distingo dos de tales concepciones: lo que llamo la
concepción descriptiva y la concepción simbólica. La concepción
descriptiva de la cultura se refiere al conjunto diverso de valores,
creencias, costumbres, convenciones, hábitos y prácticas característicos
de una sociedad particular o de un periodo histórico.
La concepción simbólica desplaza el enfoque hacia un interés por el
simbolismo: de acuerdo con ella, los fenómenos culturales son
fenómenos simbólicos, y el estudio de la cultura se interesa
esencialmente por la interpretación de los símbolos y de la acción
simbólica.
La concepción simbólica es un punto de partida adecuado para
desarrollar un enfoque constructivo para el estudio de los fenómenos
culturales. No obstante, la debilidad de esta concepción -en la forma en
que aparece, por ejemplo, en los escritos de Geertz- es que no presta
suficiente atención a las relaciones sociales estructuradas donde se
insertan siempre los símbolos y las acciones simbólicas.
En consecuencia, formuló lo que llamo la concepción estructural de la
cultura. De acuerdo con ella, los fenómenos culturales pueden
entenderse como formas simbólicas en contextos estructurados; y el
análisis cultural puede interpretarse como el estudio de la constitución
significativa y de la contextualización social de las formas simbólicas.
La mayor parte del presente capítulo se relaciona con la elaboración de
los dos rasgos implicados por la concepción estructural de la cultura: es
decir, la constitución significativa y la contextualización social de las
formas simbólicas. Al considerar las formas simbólicas en relación con
los contextos sociales estructurados en los cuales se producen y reciben,
la concepción estructural de la cultura proporciona una base sobre la
cual podemos empezar a pensar en lo que implica el surgimiento y el
desarrollo de la comunicación masiva. De determinadas maneras y en
virtud de ciertos medios, la comunicación masiva trata de la producción
y transmisión de las formas simbólicas.
La comunicación de masas es ciertamente una cuestión de tecnología y
de poderosos mecanismos de producción y transmisión; pero también es
una cuestión de formas simbólicas, de expresiones significativas de
diversos tipos, que son producidas, transmitidas y recibidas por
conducto de las tecnologías desplegadas por las industrias de los
medios. De este modo, el surgimiento y el desarrollo de la comunicación
de masas pueden considerarse como una transformación fundamental y
continua de las maneras en que se producen y circulan las formas
simbólicas en las sociedades modernas. Es en este sentido cuando me
refiero a la mediatización de la cultura moderna. Lo que define a nuestra
cultura como «moderna» es el hecho de que, desde fines del siglo XV, la
producción y la circulación de las formas simbólicas han estado creciente
e irreversiblemente atrapadas en procesos de mercantilización y
transmisión que ahora poseen un carácter global.
1.2.1 MÉXICO COMO PAÍS PLURICULTURAL
Los españoles que conquistaron América no se caracterizaron por su
capacidad para comprender y respetar las diversas culturas que
descubrieron en el nuevo continente.
En los registros que hicieron de todo lo que encontraban a su paso,
hacían alusión a los ritos sangrientos y a las "extrañas formas de vida"
de quienes consideraban gente primitiva o bárbara.
Hasta entonces, los conquistadores europeos sólo apreciaban a los
pueblos de Persia, India y China como culturas semejantes a la de ellos.
Pero lo que hoy conocemos como la arqueología y los textos
prehispánicos que sobrevivieron a la conquista, muestran que en el
México antiguo existieron creaciones y manifestaciones tan importantes
como las de otros pueblos. El calendario y la escritura existían ya en
culturas como la maya, la azteca y la olmeca en el último milenio antes
de Cristo.
Inscripciones en Monte Albán, Oaxaca, y en las costas del Golfo, en el
"país de los olmecas", son prueba de esto.
Las formas de urbanismo en las grandes ciudades-santuarios, la
arquitectura de sus pirámides, el arte de la escultura y de la pintura de
frescos, fueron manifestaciones de la sensibilidad y los conocimientos
científicos que poseían estos pueblos. Más de cincuenta lenguas
indígenas demuestran su diversidad y riqueza. Entre las principales
lenguas o dialectos, por el número actual de las personas que los
hablan, se encuentran el náhuatl, el maya, el mixteco, el zapoteco, el
tzeltal, el tzotzil, el totonaco, el mazateco y el chol.
Innumerables códices, estelas y bajo relieves (piedras grabadas con
imágenes y caracteres), prueban todo ello.
Los distintos pueblos del México antiguo tuvieron una visión particular
del mundo, doctrinas religiosas y sistemas calendáricos propios que los
acreditan como culturas vastas y profundas, entre otras que han legado
al mundo moderno sus conocimientos. Algunos de los más
trascendentes son el calendario y el cero de los mayas, así como los
códices medicinales de los pueblos de lengua náhuatl.
Además del mestizo, que es la persona nacida de la unión del español y
el mexicano, la raza negra tuvo importante presencia en el país debido a
la migración de esclavos procedentes de África. Los principales
asentamientos de esta raza se ubicaron en las costas de Veracruz,
Guerrero y Oaxaca, y pronto se constituyeron en nuestra tercera raíz.

La mezcla de estas razas dio lugar, no sólo a nuevas razas o grupos


humanos, sino también a manifestaciones culturales que mostraron la
fusión de mundos diferentes.
Así, el arte barroco español se enriqueció con el arte indígena mexicano
y dio origen al estilo churrigueresco; este es un estilo cargado de
adornos que proliferó hacia el final del siglo XVl y se aprecia aún en
algunas construcciones de tipo religioso: en parte de las fachadas de
iglesias y en los retablos de los altares, principalmente. De manera
parecida, de la relación interracial de negros y mexicanos, surgieron
oficios artesanales como el tejido, y géneros musicales nuevos, como los
sones jarochos y diversos ritmos de las costas de Guerrero y Oaxaca, en
particular de Pinotepa Nacional.
Todo ello ha conformado un complejo espectro cultural que caracteriza a
cada región de nuestro país y que ha dado a México un rostro
multifacético.
La variedad cultural de México también fue plasmada y difundida a todo
el mundo en la corriente pictórica llamada muralismo. Esta pintura, que
fue realizada en los muros de edificios públicos, tuvo gran influencia en
los Estados Unidos, en América Latina y en los países socialistas
europeos, debido a su contenido histórico y político. Artistas como Diego
Rivera, David Alfaro Siqueiros, Carlos Mérida y Rufino Tamayo,
enfatizaron las raíces indígenas de México a través de las formas, los
colores, los materiales y los temas de sus pinturas.
Los mexicanos de hoy somos resultado de un pasado pluricultural.
Podemos aprovechar el arte y toda nuestra historia para comprender
mejor quiénes somos. Mucha gente en todo el mundo admira nuestra
cultura a través del arte mexicano. Nosotros también podemos admirar
nuestro pasado y reconocernos en las mujeres y en los hombres que
construyeron este país.
Debemos aprender del pasado para vivir mejor hoy, aceptando que
somos una nación donde a diario conviven diferentes culturas de
muchos lugares del mundo, cada una aportando la riqueza de su propio
pasado y presente. México es un mosaico pluricultural, que nos ofrece la
oportunidad de practicar la convivencia pacífica, la tolerancia a las
diferencias y el enriquecimiento de nuestra vida diaria.
México es considerado un país multiétnico ya que nuestro país está
formado por muchas etnias por la diferencia de culturas y de genética,
por lo tanto, es un país pluricultural por la cantidad de culturas que
existen en nuestro país; esto puede llegar a crear un problema en
nuestro país. Lo podemos ver des el punto de social la discriminación
que puede haber de un grupo de personas hacia otras como la gente de
la ciudad en contra de la gente decampo, pero eso puede ser
considerado una etnia porque la gente de la ciudad tiene costumbres y
deferentes creencias que la gente del campo que son más dedicados al
trabajo. Otra forma de verlo desde el punto político que esto puede
llegar a afectar porquera con la democracia que existe en nuestro país
debe elegir a un gobernante para cada determinado grupo de gente que
habita nuestro país ya sea el pueblito más
lejano debe haber figura de poder, pero en ciertos lugares la gente se
resiste quesean gobernados por alguien si no que quieren seguir con sus
costumbres y se oponen ahí entra el problema de lo multiétnico y
pluricultural.
Hoy México está habitado, según el censo oficial del Inegi de 2010, por
al menos 112 millones de personas. Entre el 10 y el 12% de ellas son
indígenas (con 10 185 060 personas según el mismo censo).
Según la definición del Inegi, “las poblaciones indígenas tienen usos y
costumbres propias. Poseen formas particulares de comprender el
mundo y de interactuar con él. Visten, comen, celebran sus festividades,
conviven y nombran a sus propias autoridades, de acuerdo a esa
concepción que tienen de la vida.”
A la llegada de los españoles, en Tenochtitlán se hablaba náhuatl, esta
misma lengua era la más hablada por parte de los habitantes del centro
de México. Hoy, la cultura nahua en el mundo indígena mexicano sigue
siendo la más hegemónica.
1.Nahuas: 2´445 969 17.Tarahumaras: 121,835
2. Mayas: 1,475,575 18.Mayos: 91,261
3. Zapotecas: 777,253 19.Zoques: 86,589
4. Mixtecas: 726,601 20. Chontales de Tabasco: 79,437
5. Otomíes: 646,875
6. Totonacas: 411,266
7. Tzotziles: 406,962
8.Tzeltales: 384,074
9. Mazahuas: 326,660
10. Mazatecos: 305,836
11.Huastecos: 226,447
12.Choles: 220,978
13.Purépechas: 202,884
14.Chinantecas: 201,201
15. Mixes: 168,935
16.Tlapanecos: 140,254
1.3 LOS VALORES DEL MEXICANO
Los valores son y deben siempre de comenzar en el hogar, puesto que
es ahí en donde vivimos, aprendemos, conocemos, amamos, etc. Por lo
que es de donde tomamos la mayoría de ejemplos a seguir, a vivir y a
mostrar ante la sociedad, es ahí donde está la importancia de tener una
buena familia con principios y valores firmes.
Tenemos los mexicanos una infinidad de valores los cuales los utilizamos
todo y todos los días, en cualquier lugar y ante cualquier persona o
multitud. Existen factores positivos, que nos distinguen de las demás
culturas, tales como:
 La humildad, de aquí se desprende que somos muy obedientes y
serviciales, y es una de las pocas culturas que tiene esta
característica.
 El amor; el cual consiste en querer y respetar a nuestros prójimos.
 La familia; es el motor de cada uno de nosotros, por quien
luchamos y nos esforzamos.
 El respeto; darle su lugar a cada persona, no discriminar, no
ofender, aceptar sus ideas y creencias.
 La confianza; creer en los demás.
 La comunicación; hablar de lo que sentimos, lo que nos molesta lo
que nos agrada, etc.
 La dignidad, los mexicanos tienen la dignidad de trabajar no solo
para sí mismos, sino también para ver crecer a los suyos, para
superar sus condiciones aun a pesar de cruzar tiempos de
infortunios.
 La familia, es otro factor importante ya que comprendemos mejor
que nadie este significado y somos muy dados a interponer la
familia y el afecto ante las demás situaciones.
 La alegría, el mexicano siempre posee un sentido del humor que
hace que las relaciones laborales sean agradables, por lo que
podríamos decir que el trabajador mexicano es más alegre que los
miembros de otras nacionalidades.
 La paciencia, es una cualidad que hace que el mexicano tome los
problemas con sabiduría y siempre está esperando una respuesta,
el trabajador mexicano es muy sereno, esto no quiere decir que
sea un buen trabajador, pero si, podríamos decir que el mexicano
es tolerante.
 La flexibilidad, el mexicano es soldable en el trabajo, siempre
desempeña más de una obligación y puede tener varios
roles en el trabajo, como ser un compañero, un amigo, o
un trabajador, siempre puede cambiar su forma de pensar esto lo
hace más sencillo para que la empresa cree al empleado que ella
quiere.
 La lealtad, es leal a la amistad y a la familia, al trabajo no tanto,
pero posee sentimiento de pertenencia, por lo que lo
motiva a ser solidario con sus compañeros.
Estos son solo algunos de nuestros valores como MEXICANOS, y
todos y cada uno tienen la misma importancia, y es lo que nos
hace únicos por lo que debemos de arraigarlos para nosotros y
nuestras familias. Existen mexicanos que viven en pueblos en los
que las tradiciones populares se encuentran muy arraigadas, las
fiestas religiosas, sobre todo, son acontecimientos que no se
pueden olvidar, el mexicano las festeja y se exceden este sentido,
ya que aprovecha para cambiar su actitud cerrada por una más
abierta, es más accesible, deja a un lado la tristeza característica
y lo invade la alegría, lo cual lo lleva a los excesos y a un
desequilibrio en sus costumbres. No es organizado ni sereno.

Los valores forman parte de la identidad de los grupos sociales que


permite a las comunidades definirse a sí mismas sin que la identidad del
grupo necesariamente elimine la percepción propia; finalmente, el
individuo reinterpreta lo que recibe del exterior de acuerdo con sus
propias experiencias personales y locales, lo que liga los valores con el
territorio (Macías, 2007). En este sentido, los valores han sido
relacionados por diversos autores con los estudios sobre las culturas
nacionales, ya que aunque los humanos comparten los mismos valores,
cada cultura tiene diferentes grados de expresión de los mismos
(Inglehart et al., 1998; Clarke y Micken, 2002). Sin embargo, una
cultura nacional puede albergar diversas subculturas regionales
(Schwartz, 1999).

Pese a la relevancia que tiene en términos de las ciencias sociales la


caracterización de los valores, para el caso de la cultura mexicana existe
un número limitado de publicaciones que los abordan. Entre ellas
destacan las encuestas nacionales de los valores de los mexicanos
(Grupo Financiero Banamex-Accival, 1981, 1987 y 1995), que
encontraron que el mexicano es "trabajador", "aguantador", "religioso",
"patriota" y "alegre". Según Vera et al. (2006), los sonorenses se
autoperciben como "amables", "amigables", "románticos", "accesibles",
"honestos", "comprensivos", "cumplidos" y "alegres", y en sus
actividades laborales se consideran "cumplidos", "eficientes",
"ordenados" y "aplicados". Mientras que Mata (1999), Matamoros
(2005) y Garay et al. (2008) apuntan el hecho de que los valores son
dinámicos y se reconfiguran de acuerdo con la edad y el género, así
como con el nivel de educación. Por su parte, De las Heras (2009), en
una encuesta publicada por el diario Milenio, evaluó una muestra de
mexicanos utilizando los siguientes valores: honradez, sinceridad,
precaución, amabilidad, ahorro, trabajo, solidaridad, cariño, inteligencia,
romanticismo, valentía, ser fiestero, entrón y apasionado, y encontró
que existen diferencias según el género, la edad y la autopercepción con
respecto al otro; es decir, "yo soy pero los otros no son". Salvo la nota
de De las Heras (2009), los estudios previos no exploran las diferencias
entre la autopercepción de los valores propios y la definición de los
valores de los mexicanos, como un tercero o "el otro", mientras que la
influencia de lo rural y lo urbano en los valores tampoco ha sido
abordada.

La relevancia y propósito de este tipo de estudios radica, no únicamente


en hacer una caracterización del mexicano, sino que tiene repercusiones
en la cultura laboral (Hofstede, 1980), así como en el comportamiento
de los individuos en la sociedad (De las Heras, 2009), pues debido a su
naturaleza dinámica surge la necesidad de observar estos cambios de
manera constante.

En este sentido, los valores son guías que orientan la conducta y vida de
cada individuo y grupo social; son los fundamentos que permiten la
cohesión de un grupo al establecer conductas que dan lugar a la
estabilidad en el quehacer de la vida cotidiana. Son "sistemas" que se
interrelacionan y son interdependientes, y se caracterizan por ser
dinámicos y transformarse a lo largo de la historia. El proceso por el
cual los seres humanos tienen valores implica una serie de condiciones
intelectuales y afectivas que se reflejan en la toma de decisiones y en la
forma de actuar. Por lo que se valora lo que se prefiere o elige, lo que
permite formular metas y propósitos personales, los valores pueden
expresarse mediante creencias, intereses, sentimientos, convicciones,
actitudes, juicios de valor y acciones. Los juicios de valor, por ejemplo,
se inspiran en los principios que sirven para opinar, creer, tener
convicciones y finalmente elegir, y determinan lo que es verdadero o
falso, deseable o indeseable, útil o inútil (Sandoval, 2007).

Según Ros et al. (1999), basado en Schwartz (1999), existen 10 valores


que son compartidos por los miembros de casi todas las culturas: poder,
logros, hedonismo, retos, autodirección, universalismo, benevolencia,
tradición, conformidad y seguridad. Estos valores básicos pueden
también ser el reflejo de valores laborales; es decir, los valores
individuales también se manifiestan en las actividades que realizan las
personas.

Ramírez et al. (2005) mencionan que se han desarrollado diferentes


tipologías de valores, como es el modelo de Rokeach (1973), que divide
los valores en terminales e instrumentales: los primeros son aquellos
que el individuo desea lograr a lo largo de su vida y los segundos
conducen al logro de los valores terminales. Por su parte, García y Dolan
(1997) clasifican los valores
en finales e instrumentales, diferenciándolos en que los primeros
atienden objetivos existentes y los segundos son medios operativos para
alcanzar los primeros. Mientras que Guedez (2002) los divide
en nucleares o universales, inherentes a la esencia
humana; influyentes, que se ligan a la cultura de las
organizaciones; emergentes, que surgen como respuesta a los cambios,
y recurrentes, que son los que pierden vigencia debido a cambios en el
entorno. Estas clasificaciones coinciden en separar los valores de tipo
"universal" de los "personales".

Por su parte, Rezsohazy (2006) clasifica los valores en a) centrales, que


son los compartidos por el conjunto de una población
independientemente del género, la edad o el grado de estudios (éstos
son la base de los acuerdos sociales con los que es posible lograr una
cohesión entre los miembros de una colectividad); b) específicos, que
corresponden a categorías particulares de personas, como podrían ser
los miembros de una clase social, una etnia o un grupo civil. Son
acuerdos que los caracterizan e incluso los diferencian de otros grupos
sociales.

La investigación tuvo como objetivo contribuir a la discusión sobre la


identidad del mexicano con la caracterización de los valores que podrían
definir a las mexicanas y los mexicanos al observar si existen diferencias
entre la "visión del otro" y la "propia", utilizando las características
sociodemográficas y territoriales de quien los evalúa como base para el
análisis. Los valores considerados en el estudio fueron los publicados por
De las Heras (2009) en el diario Milenio.

Según Macías (2007), existen conciencias menos comprometidas con las


grandes identidades universalmente construidas, como el Estado
nacional, la clase o la familia, y más dependientes del individualismo, la
diversidad y el escepticismo de la cultura occidental. Dichos cambios
culturales han repercutido en la definición de lo que caracteriza a un
mexicano e incluso de lo que puede caracterizarlo de manera individual
y local. Las diversas percepciones de algo varían porque a medida que
los grupos crecen las características culturales que le dan unidad
disminuyen, por lo que los actores sociales deben recurrir a crear grupos
locales en los que sí logren resignificar los elementos que comparten, lo
que implica que existan diferentes definiciones de lo que es ser un
mexicano en función de la región o unidad geográfica menor.

Entre los análisis hechos sobre los "valores de los mexicanos" están los
estudios generados por el Banco de México (Grupo Financiero Banamex-
Accival, 1981, 1987 y 1995). A diferencia del presente estudio, el
interés se enfocó en los valores ligados a la política, la Nación, el país
con respecto a otros países, los padres y la sociedad. En lo que respecta
a valores personales, el estudio exploró las características del pueblo
mexicano, y encontró que los encuestados lo definen como
"aguantador", "patriota", "alegre" y "sacrificado", principalmente,
valores que no evaluamos en el presente estudio.

De igual manera, el estudio abordó el tema de las características más


valiosas en una persona, y encontró a la "honradez", el "respeto" y la
"humildad" como las más importantes, con el "ahorro", la "resignación"
y la "tolerancia" como antítesis. Esto coincide parcialmente con nuestros
estudios, donde Yo soy "honrado(a)" fue evaluado como alto y Yo
soy "ahorrador(a)" como bajo. Así mismo, en el estudio se exploraron
los atributos valiosos en la mujer, encontrando entre ellos ser
"inteligente", "trabajadora", "honesta" y "limpia". Esto coincide con lo
previamente establecido de Yo soy "trabajador(a)", "honrado(a)" e
"inteligente" que encontramos en nuestro análisis.

En términos de los estudios de culturas nacionales, los autores han


encontrado que varias culturas tienen los mismos valores; las
diferencias entre ellas reside en el grado de expresión de la importancia
de esos valores (Hofstede, 1980; Inglehart et al., 1998; Clarke y
Micken, 2002). Sin embargo, los resultados muestran que al interior de
una cultura "nacional" coexisten diversas subculturas que dependen de
las características individuales, lo cual coincide con resultados de
investigaciones previas (Schwartz, 1999). Por ejemplo, Alduncin
(2005:27) menciona que los valores de los habitantes de la Ciudad de
México varían con los que se observan en el resto del país; de esta
manera, "el norte, el centro y el suroeste tienen más valores en común
entre ellos que con la capital".
Implicaciones de los valores de los mexicanos
Una de las implicaciones de los valores en la sociedad se encuentra en el
entorno empresarial como parte de los valores que pueden fomentarse
entre los empleados en la cultura de la empresa. En este sentido, se ha
encontrado que el grado de apego a la organización se predice por los
valores de los empleados, sus creencias sobre lo que es importante en
sus lugares de trabajo (Judge y Bretz, 1992). Jahoda citado por Ros et
al. (1999), por ejemplo, encontró que el trabajo cumple con las
funciones sociales y psicológicas de estructurar el tiempo, proveer
experiencias compartidas y contacto social, promover objetivos sociales,
brindar estatus e identidad, así como proveer actividades regulares, por
lo que alinear los valores individuales y contextualizarlos en el trabajo
resulta importante. En un estudio de Pelled y Hill (1997) sobre las
maquiladoras en el norte de México, encontraron que si bien es cierto
que los empleados consideran importante la paga y mantenerse
ocupados, no basan su apego a la organización en torno a esos factores
y que los factores como el estatus que logran en la empresa o el
esfuerzo para promoverse juegan un papel importante en el grado de
apego organizacional. Esto último se relaciona directamente con los
hallazgos referentes a tener como valores personales ser "trabajador(a)"
y "honrado(a)".
La investigación de Ros et al. (1999), que compara los valores básicos
con los valores en el trabajo basada en un comparativo de las
percepciones de profesores y estudiantes de pedagogía en España,
revela que existían diferencias en la importancia que cada grupo atribuía
al trabajo como un valor. Los segundos veían al trabajo como un lugar
donde podían desarrollar todos los tipos de valores básicos, incluidos
aquellos de autorrealización, mientras que los primeros no veían al
trabajo como una manera de promover sus intereses propios o de lograr
independencia y retos. Esto implica que las percepciones del valor del
trabajo dependen del grupo que los evalúa, en coincidencia con los
hallazgos de la presente investigación, en la que se registraron
diferencias en los valores básicos según la ocupación del encuestado.
Por ejemplo, los empleados y los productores agropecuarios se
consideraron más "trabajador(a)" que los que tienen un negocio propio
o que las amas de casa; lo mismo pasó con Yo soy "entrón(a)". En
contraparte, no se registraron diferencias para el resto de los valores
evaluados con respecto a la ocupación del encuestado; esto podría
explicarse como que el resto son valores de tipo central, es decir, son
compartidos o rechazados por todos.
Por otra parte, el tipo de organización donde se labora también es
determinante en la autopercepción de los empleados. Por ejemplo, Vera
et al. (2006) encontraron diferencias entre los empleados de una ONG y
los de una institución pública en la percepción de la autoridad y otros
factores, por lo que esta variable también debe considerarse en futuras
investigaciones. Aunado a lo anterior, debe considerarse también el
impacto que tiene la cultura de una empresa, organización o institución
en los valores individuales, ya que no existen análisis psicológicos que
documenten dichos cambios o la evolución de los valores.
1.4 ASPECTOS DE LA IDENTIDAD

México es un lugar místico, lleno de magia e ilusiones en donde


las huellas de la historia aún son perceptibles bajo el ardiente sol
de sus pueblos antiguos. Ser mexicano es una condición con la
que se nace, pues no se puede sólo adquirirla. Estamos llenos de
historia, cultura, tradiciones y muchas otras cosas más que
forman nuestra identidad, única en el mundo entero porque nadie
se nos compara. Podemos observar a nuestra gente
detenidamente, a nuestros viejos, nuestros niños, adultos e
incluso a nuestros enfermos, pues cada uno de ellos tiene dentro
de sí un alma, un corazón que late al compás de nuestro México,
orgullo de varios siglos que nos identifica.

Somos únicos, irrepetibles y estamos llenos de sorpresas,


ya que no somos conformistas. Buscamos respuestas a todo
pues no queremos quedarnos con la duda, nos damos aires de
grandeza a pesar de no merecerlo, pues nosotros los mexicanos
somos apasionados a nuestras culturas y tradiciones y por ningún
motivo queremos ser despreciados por quienes nos
rodean. Somos piñatas rellenas de costumbres, tradiciones,
valores y un mexicanismo que perdurará por siempre a pesar de
los obstáculos que se nos presenten.

La identidad mexicana es producto de un horneado de


varios siglos. Metafóricamente es un pastel con muchos
ingredientes que al probarse son perceptibles y no se puede
dejar de comer. La dulce combinación de idioma, religión,
costumbres, tradiciones, arte, cultura, etc. Lo hace imposible dejar
descomerlo una vez probado. Es un deleite exquisito sin
comparación alguna que nos recuerda nuestro legado y
nuestras raíces. Somos únicos, irrepetibles e inigualables
porque nuestra gente hace la diferencia.

A pesar de las dificultades y tiempos difíciles por los que hemos


pasado hemos salido adelante, salimos triunfantes, y lo que no
nos mató nos hizo más fuertes y listos para superar cualquier
adversidad como lo que ocurrió en 1982 cuando hubo una crisis
económica en tiempos del Pdte. López Portillo en la cual hubo
escasez de dinero y fuga de capitales al extranjero. Muchos
perdieron lo que tenían, pero a pesar de eso supimos salir
adelante como sólo los mexicanos sabemos hacerlo.

Otro aspecto que ha contribuido a formar nuestra identidad es la


religión; una religión que hemos profesado ferviente y
devotamente a lo largo de varios siglos. La religión católica
siempre será nuestra aliada hasta la muerte. Pero hablando de
religión, en 1979 por primera vez en la historia un Papa visitó
México: se trata de S.S. Juan Pablo II, quien llegó el 26 de enero
para deleite de todos los mexicanos. Gracias a él nuestra fe se
endureció y acrecentó por sus distintas enseñanzas y su
personalidad tan encantadora. México es otro desde su primera
visita, ahora somos más centrados, más creyentes y católicos y
eso nunca nadie nos lo podrá quitar.

En resumen, México es un país con una gran diversidad cultural,


una monumental historia, legado de varios siglos. Somos una
mezcla de todo un poco.
Hemos tenidos problemas que supimos superar y adversidades
que casi nos destruyen, sin embargo, nuestra condición de
mexicanos nos hizo salir a flote para atracar en tierra firme sanos
y salvos. Nada ni nadie podrá quitarnos lo que por derecho nos
pertenece: el corazón mexicano que late en cada uno de nosotros
y que lo seguirá haciendo hasta el último de nuestros días.
Viviremos y moriremos orgullosos de ser mexicanos.

El reflejo del dominio del padre y la abnegación de la madre


dentro de la estructura familiar, es un factor en la personalidad del
mexicano. Otros factores, tres de los cuales son machismo,
obediencia y virginidad, elementos que ayudan a definir la
identidad nacional mexicana.
La identidad como auto-estereotipos Marques y Oliveira (1988)
plantean que «el concepto de Identidad Social se refiere a la suma
de los auto-estereotipos que sostienen los actores sociales.

Auto-etiquetamiento.
Una forma directa de acercamiento es obtener indicaciones del
grado de auto-adscripción a la categoría nacional por parte de los
sujetos. Por ejemplo, la Frase "Si se puede".
Relaciones con elementos sociales, culturales y políticos
Béjar y Capello (1986) definen la identidad nacional haciendo
referencia a las instituciones de la sociedad y la aceptación de
participación y de pertenencia hacia las mismas. Además,
clasifican a las instituciones ya sea como expresivas (bailes
regionales, música, etc.) o directivas (partidos políticos, industria,
etc.).
1.4.1 RAICES NACIONALES

Nuestro país posee una gran riqueza cultural que se manifiesta en


la historia de sus pueblos y en la variedad de lenguas y
costumbres que caracterizan nuestra identidad nacional. Esta
diversidad se reconoce en el artículo 2º de la Constitución Política.

Desde que los primeros habitantes nómadas llegaron al actual


territorio que ocúpala República Mexicana, hace aproximadamente
30 mil años, los hombres y las mujeres han dejado rastro de
su existencia en los primitivos asentamientos humanos a
lo largo de nuestro país, así como en las ciudades y
centros ceremoniales que construyeron los distintos grupos
étnicos.

Estas culturas nos dejaron huella de su sabiduría y conocimientos


transmitidos degeneración en generación, a través de diversas
formas de enseñanza según la época: leyendas, costumbres,
códices, pinturas, formas de organización para el trabajo, la
producción, etcétera. Parte de ello se ha encontrado alrededor de
los sitios arqueológicos Y ciudades que nuestros ancestros nos
heredaron.
Hoy en día, ese enorme acervo se trata de rescatar,
proteger e interpretar para comprender mejor nuestras raíces
y nuestro pasado prehispánico.

Con la llegada de los españoles a nuestro territorio, las


culturas nativas se transformaron debido a la conquista
militar, a la imposición de una reciente ideología y a la
necesidad de adaptarse a las nuevas circunstancias para su
supervivencia. Estas culturas indígenas se conservan hasta la
actualidad y han surgido otras nuevas que, a lo largo de los
últimos cinco siglos, se han derivado del contacto y la relación
entre diferentes pueblos. Al fenómeno de coexistencia de diversos
pueblos con culturas diferentes se le llama multiculturalidad.

El reconocimiento de nuestras raíces y de las culturas indígenas


actuales debe ser parte de la base de nuestra convivencia para
construir la sociedad y el país que queremos: intercultural y
democrático.
Arquitectura mesoamericana.
Pirámide del Sol en Teotihuacán, en México, se erigió entre los
años 50 y 200 de la era cristiana. Está construida con adobes
recubiertos de piedra y alcanza una altura de 61 metros. Se
compone de cinco cuerpos construidos con el sistema de talud y
tablero que flanquean una escalera ceremonial que conduce a su
cima, donde se alzaba un templo. Está orientada al este, por lo
que el sol se pone exactamente frente a ella en el solsticio de
verano. Bridgeman Art Library, London/New York/Tom Owen
Edmunds. Conjunto arqueológico de El Caracol El Caracol de
Chichén Itzá se compone de una torre con dos muros concéntricos
y una escalera de caracol que conduce a una pequeña sala en lo
alto del edificio. Las ventanas a lo largo de la escalera y en la
abertura de la cúspide se empleaban para la observación
astronómica, por lo que el Caracol se conoce también como el
Observatorio.

Las dos tipologías más relevantes de la arquitectura


mesoamericana fueron la pirámide y el juego de pelota. La
pirámide americana es diferente de la egipcia no sólo por su forma
-escalonada y truncada en su parte superior-, sino también por su
función, que es la de acoger un santuario o templo en la meseta
más elevada. Una práctica habitual era levantar las pirámides por
capas, de forma que se construía un edificio nuevo rodeando al
antiguo cada 52 años, que era el ciclo establecido para la
renovación del mundo. El juego de pelota, que no era un deporte
sino un espectáculo ritual, solía estar relacionado con las
pirámides y consistía en un espacio amurallado de planta en doble
T. La cultura maya se extendía desde la península de Yucatán
hasta Belice, Honduras y Guatemala, y su periodo de mayor
esplendor tuvo lugar entre los siglos IV y XI. Una de las primeras
grandes ciudades mayas es la de Tikal (Guatemala), de la que se
conserva un enorme recinto sagrado (siglos III-VIII) con
numerosas pirámides. Sobre las plataformas de estas pirámides se
elevan los templos o santuarios, con un espacio interior cubierto
por una falsa bóveda típica de la arquitectura de esta civilización.
Otro de los centros florecientes en la época clásica fue Copán
(Honduras), un centro de estudios astronómicos donde se
conserva la monumental escalera de los Jeroglíficos (mediados del
siglo VIII), así como uno de los juegos de pelota más hermosos de
la civilización maya. El Palenque (llamado así por los españoles
por ser un recinto amurallado) fue el centro de esta cultura en
México y su edificio más emblemático es el templo de las
Inscripciones (siglos VII-VIII), situado sobre una pirámide que, en
este caso, contiene una cámara sepulcral. Ya en el primer milenio
de la era cristiana, el guerrero Kukulcán fundó la ciudad de
Chichén Itzá sobre la llanura de Yucatán. La arquitectura de esta
ciudad tiene una enorme influencia de la zona que está al norte de
la capital mexicana, como muestran el templo de los Guerreros
(siglos XI-XII) y la pirámide del Castillo (siglos XI-XII), que siguen
los modelos toltecas de la ciudad de Tula. Otros edificios
emblemáticos de Chichén Itzá son el Caracol (un observatorio
astronómico al que se accede a través de una escalera de caracol)
y el famoso juego de pelota, flanqueado por unos muros
monumentales que están ricamente esculpidos.

También en la península de Yucatán se encuentra Uxmal, cuyo


hermoso palacio del Gobernador (siglos VIII-IX), erigido sobre una
meseta artificial, muestra la maestría compositiva que se alcanzó
en la etapa final del arte clásico maya. Véase Arte y arquitectura
mayas.

Mitla En el actual municipio mexicano de San Pablo Villa de Mitla,


en el estado de Oaxaca, se encuentran las ruinas que pueden ser
apreciadas en esta fotografía, pertenecientes a la antigua ciudad
mesoamericana de Mitla, concretamente al llamado Grupo de la
Iglesia, denominado así por hallarse en él el edificio de un templo
cristiano muy posterior (siglos XV y XVI) a la época de esplendor
de aquel centro ceremonial precolombino.

La llamada cultura de La Venta (1200-900 a.C.), probablemente


relacionada con el pueblo olmeca, parece haber sido una de las
primeras y también la más influyente de todo el continente
americano. Su efecto se aprecia en las edificaciones de Monte
Albán (siglos VI-VIII), una acrópolis zapoteca sobre la ciudad de
Oaxaca, o en el palacio de las Columnas (siglo XV) de Mitla,
también en Oaxaca, con sus espectaculares muros recubiertos de
mosaicos.

Otra de las civilizaciones mesoamericanas interesantes es la de El


Tajín, que ha legado su gran pirámide (siglo VII) de nichos
tallados sobre las paredes verticales. Sin embargo, la gran cultura
clásica del centro de México fue Teotihuacán, situada sobre la
llanura noroeste de México-Tenochtitlán. Su obra más fabulosa es
la gran pirámide del Sol, un edificio de 64 m de altura y 45.225
metros cuadrados de base, cuyo conjunto completan la pirámide
de la Luna y un área en terraplenes conocida como La Ciudadela.
Hacia el siglo VIII, la cultura teotihuacana sucumbió al empuje del
pueblo tolteca que introdujo el culto a la serpiente emplumada
Quetzalcóatl, una imagen que representan a menudo en los
bajorrelieves de sus templos. La capital tolteca era Tula, donde se
conserva la pirámide del templo de la Estrella de la Mañana (c.
900), construida en cinco niveles de 2 m de altura.

Un centro que ejemplifica la transición de la época clásica a la


tolteca es Xochicalco (casa de las flores), en el actual estado de
Morelos, México; su magnífico templo de Quetzalcóatl está
adornado con bajorrelieves y glifos. Por su parte, Tula fue
destruida en el siglo XII por los chichimecas, que heredaron las
tradiciones artísticas teotihuacanas y toltecas, y construyeron la
pirámide de Tenayuca (siglos XIV-XV) en cinco capas
superpuestas correspondientes a los ciclos de 52 años. La
arquitectura de los chichimecas puede dar una idea de la que
produjeron los aztecas, que fundaron la gran Tenochtitlán en
1325. En las excavaciones del templo Mayor, en pleno centro de la
ciudad de México, se ha descubierto una interesante
infraestructura que permitió levantar el centro ceremonial y
político más importante de Mesoamérica en medio de un lago.
1.4.2 ETNIAS Y TRADICIONES

México es un país de diferentes etnias y religiones. Es un país con


siglos de tradición y de historia donde el mestizaje es una de sus
características principales. De la fusión de los indígenas
mesoamericanos y de los españoles nació este gran país.

En nuestro país tenemos muchas etnias las cuales mencionaremos


a continuación: Acatecos, Acaxees, Aguacateco, Amuzgos,
Chatinos, Chichimecas, Chinantecas, Choles, Chontal,
Coahuiltecas, Cochimi, Conchos, Coras, Etnia maya, Etnia
tzotzil, Guachichil, Guamares, Guarijios, Huicholes, Jumanos,
Kikapú, Kiliwa, Kumiai, Lacandones, Mames, Mayos,
Mazahuas, Mazatecos, Mexicaneros, Mixe,Nahoas, Nahua,
Otomí, Paipai, Pames, etc. Sus culturas como sabemos
existen varias las cuales más comunes mencionaremos a
continuación:

 Los reyes magos:

El pasaje del Evangelio que llegó a la Nueva España a través de


los frailes españoles para la evangelización en la primera mitad del
siglo XVI, que habla de que los Santos Reyes llegaron de Oriente
siguiendo la estrella y como estudiosos de la ciencia llegan a
Belén, donde encuentran al Niño Dios a quien le ofrecen sus
regalos. Comprar, hacer y comer “rosca” es costumbre privativa
del Día de Reyes; este biscocho adornado con frutas
cubiertas naranjas, acitrón, xoconostles, higos, puede
variar el tamaño según el número de comensales; pero
lo más característico de este sabroso pan, es que, en su interior
se esconde uno y varios muñequitos que representan al Niño
Dios y que antaño fueron hechos de porcelana, pero que
en la actualidad han sido sustituidos por otros de plástico.

 La candelaria:

La fiesta de la Candelaria se celebra el 2 de febrero; aún queda el


olor a ramas de pino ya seco. La fiesta arranca de la antigua
tradición hebrea de la purificación de toda mujer después de un
parto que habla de que cuarenta días después del nacimiento de
un hijo, la madre iba al templo, llevando un cordero o una paloma
para sacrificarlos. Una vez consumado el sacrificio, la mujer
quedaba limpia de su “impureza legal”, María, como era pobre
llevó dos tórtolas. En la creencia popular lo importante de esta
fiesta, es haber nombrado como padrino o madrina a la persona
que el día de Reyes, dentro de su pedazo de rosca encontró el
muñequito; esto además de lo ya mencionado lo compromete a
dar en esta fecha la merienda que consiste por lo general en
tamales de dulce y chile, acompañados de champurrado. Y para
apagar la sed una rica agua fresca hecha con naranjas, ciruelas
pasas, cacahuates, betabel y jícama y para adornarla un poco de
lechuga picada.

 Semana santa:

Semana Santa o “Semana mayor” como se acostumbra nombrar,


era tiempo y aún lo es para gran número de creyentes en que se
descartaban paseos y fiestas, en que latía un espíritu de
recogimiento, en el que no podían faltar los ejercicios espirituales
o días de retiro; costumbres y prácticas que con el tiempo se han
ido olvidando.

La Semana Mayor empieza el Domingo de Ramos, que


conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Es una
constante curiosa entremezclar lo cristiano con algunas
reminiscencias de sabor pagano por ejemplo colocar palmas, una
vez benditas, en puertas y cabeceras de cama, para su protección.
En algunos lugares se acostumbra intercalar ramos de
romero, que, según se dice, alejan las tempestades.

El jueves Santo, día que se celebra la institución de la Sagrada


Eucaristía durante el acto conocido como la “Ultima Cena”.

Viernes Santo, día de luto. Durante todo el día en los templos, los
fieles rezan y todas las imágenes se han retirado del altar o han
sido cubiertas, quedando exclusivamente la “Virgen”, a la
que la gente acompaña en su dolor. La culminación de la
Semana Santa es el Domingo de Resurrección. Sonidos de
campanas anuncian la fiesta más grande de la Iglesia: La
Resurrección del Señor.
 La Santa Cruz:

El tres de mayo es la fiesta de la Santa Cruz; celebración


antiquísima que tiene sus raíces en el hallazgo del madero en que
muriera Cristo y que se según la historia ocurrió en el siglo Cuarto
de nuestra Era.

La fiesta de la Santa cruz tiene mucho arraigo en todo México. En


ocasiones podrán no vivirse algunas festividades, pero ésta,
“llueva o truene” no deja de llevarse a cabo. En los altos edificios
o en las más modestas construcciones, siempre en ese día
se pueden observar todos aquellos preparativos que
culminarán en la gran fiesta de la construcción.
Ingenieros, arquitectos, maestros de obra, peones “chalanes” y
todos los que intervienen en esas obras hay fiesta. Al parecer, el
festejo de la cuchara y la mezcla, se inicia desde los albores de la
Colonia, en tiempos de fray Pedro Gante.

Había en la Nueva España y en lo que constituye el Centro


Histórico de la Ciudad de México, una serie de iglesias y capillas
dedicadas a la Santa Cruz, en el ámbito de lo que fueran Barrios
muy populares.

 Día de la independencia:

Forjar una nación no es pequeña ni corta empresa, requiere


tiempo, suele cobrar pagos de dolor y sangre, pero al final va
logrando su evolución y desarrollo. Septiembre es un mes que
recuerda hombres y fechas, acciones e ideas que abrieron brecha
al paso de nuestra nacionalidad e independencia. La historia,
encierra episodios que nunca serán borrados. Como parte del
folklore nacional, en todo el territorio brotan las bengalas que con
sus brillos iluminan alegres el cielo que envuelve a
una de nuestras más importantes fiestas patrias. Brillantes
chispas van cayendo a lo largo de este simbólico mes, que
encienden con festejos pueblos y ciudades en todas sus calles
principales, las cuales se engalanan con banderas, cadenas de
papel o hileras de focos tricolores.
 Día de muertos:

Luto y alegría, tragedia y diversión, sentimientos del mexicano


que tiene miedo a morir, pero que, a diferencia de otros pueblos,
los refleja burlándose jugando y conviviendo con la muerte lo que
ha dado lugar a diversas manifestaciones de arte, sin freno a la
imaginación. Los geniales grabados del maestro José Guadalupe
Posada, que “reanima” a la muerte interpretando los sentimientos
populares y convirtiendo en “calavera” lo mismo al presidente que
al torero. Año con año se acostumbra las también llamadas
calaveras, versos en los que se ridiculiza a cualquier personaje
vivo, de la política, de la ciencia o de las artes. La muerte es
también tema de inspiración de canciones populares.

 La Virgen de Guadalupe:

Es indiscutible que una de las más grandes fiestas celebradas en


México es el día de la Virgen de Guadalupe. Se trata de una
Virgen morena que en 1531 se aparece en el cerro del Tepeyac a
un sencillo indito, Juan Diego, el más humilde de sus hijos, para
convertirse en la Madre de una nueva raza: “los mexicanos”.
Desde el momento en que deja su imagen estampada en la burda
tilma de ixtle, la fe y devoción por la Guadalupana se ha
mantenido por casi 450 años. Ella y sólo Ella, logra acoger con
absoluta “igualdad” a pobres y ricos, niños y ancianos, enfermos
y sanos, todos van a postrarse ante sus pies el 12
de diciembre.

 La Navidad:

Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes


el camino…Cántico que se empieza a oír por todos los rumbos y
que nos despierta el sentido que algo importante va a suceder.
Para los que nacimos en México sabemos que han comenzado las
posadas que son la preparación para celebrar la Navidad. ¿Qué
aspectos emergen de nuestra nacionalidad mestiza para
prepararnos parala Navidad? Posadas, pastorelas, villancicos,
nacimientos, piñatas y flores de nochebuena, son aportaciones tan
nuestras que ya hemos querido olvidar sus orígenes. Aquel teatro
medieval donde nació la pastorela como representación popular lo
tenemos aquí y ahora en nuestras plazas, con el diablo picaresco
que sopla malas palabras a esos inocentes pastorcillos que
cantando villancicos van anunciando la gloria del Nacimiento del
Niño Dios.

 Los para chicos:

Son danzantes tradicionales de la Fiesta grande de Chiapa de


Corzo, en Chiapas, la cual se celebra del 15 al 23 de enero de
cada año. Durante estos días, el pueblo se llena de música, danza,
artesanías, gastronomía, ceremonias religiosas, entre otros
divertimentos. Se cuenta que esta festividad tiene origen desde la
época prehispánica, sin embargo, los datos registran que la
tradición data del siglo XVII, con la llegada de la imagen de San
Sebastián Mártir a la Villa real de Chiapa o Chiapa de los indios.

 La ceremonia ritual de los Voladores:

Ritual religioso, culto a la fertilidad o sacrificios gladiatorio, el rito


de los voladores de Papantla se remonta al Periodo Preclásico
Medio Mesoamericano. En la actualidad sobrevive entre los
nahuas, totonacos de la Sierra Norte de Puebla y el Totonicapán
veracruzano. De acuerdo con los registros antropológicos, el ritual
se asocia con la fertilidad en donde cada uno de los danzantes
representan los cuatro puntos cardinales, mientras que el
descenso de los mismos simboliza la caída de la lluvia.

 El Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta:

En la ciudad de México, es fácil encontrar mariachis en la Plaza


Garibaldi, al norte del Centro Histórico de la ciudad de México, en
el barrio de la Lagunilla. Esta plaza es mundialmente reconocida
por sus grupos de mariachis, grupos norteños, tríos románticos,
entre otros.

 La Guelaguetza:

Es una de las festividades más coloridas de México y la máxima


fiesta étnica del pueblo oaxaqueño. En la Guelaguetza participan
bailarines de las 8 regiones del estado de Oaxaca que, ataviados
con su vestimenta típica, ejecutan danzas folclóricas al ritmo de la
música de viento.
El escenario de esta festividad se ubica en el cerro del Fortín,
situado en los alrededores de la ciudad de Oaxaca, y se lleva a
cabo el primer lunes después del 16 de julio.

 Carnavales de Veracruz y Mazatlán

Los veracruzanos tienen fama de llevar la música por dentro, no


es casualidad que su carnaval haya sido bautizado como “el más
alegre del mundo”. Durante este carnaval es imposible no
contagiarse del buen humor y el ambiente porteño amenizado con
marimbas que, a más de uno, hacen bailar toda la noche. Se
realiza los nueve días previos al miércoles de ceniza.

En cuanto al gran carnaval de Mazatlán, cabe mencionar que es de


los más antiguos de México, con casi un siglo de historia. Se le
considera uno de los más atractivos y concurridos del país; a ritmo
de “tambora”, los sinaloenses invitan a bailar a todo aquel que
llega a la costa mazatleca en estas fechas. Se lleva a cabo 5 días
antes del miércoles de ceniza.

 Feria de San Marcos:

La Feria Nacional de San Marcos (conocida también como "La Feria


de México" o la "Feria de Ferias") es un evento anual, el cual se
lleva a cabo entre los meses de Abril y Mayo en La Ciudad de
Aguascalientes en el Bandera de Aguascalientes Estado de
Aguascalientes. Es una de las fiestas más e importantes y más
antiguas del país. Con más de 90 hectáreas de perímetro ferial,
Uno de los principales atractivos es la Isla San Marcos,
denominada El Lugar de la Familia, un espacio verde con un lago
artificial, diversas propuestas gastronómicas, áreas de juegos
mecánicos, áreas comerciales, una gran tirolesa y la Exposición
Ganadera más destacada de Latinoamérica.

 Corpus Christi:

La fiesta del Corpus se remonta al siglo XIII. La instituyó para su


diócesis, en 1242, el obispo de Lieja, pasa a la Nueva España,
donde hasta la segunda mitad del siglo diecinueve la festejaban
todas las autoridades civiles, militares y religiosas, participando,
pero no obstante, quedaron firmes en el arraigo popular.

Es el pueblo quien, en muchas ocasiones sin saber a ciencia cierta


el por qué, continúan sosteniendo las tradiciones, cumpliendo
fielmente con cada rito y cada ceremonia; es razón suficiente el
que sus antepasados lo hayan hecho para que perseveren en
ellas.

Los prehispánicos en sus ritos paganos, llevaban ofrendas a sus


dioses, para que les propiciaran buenas cosechas. Dentro de las
celebraciones del cristianismo al que fueron convertidos quedaron
y quedan ciertos elementos de sabor ancestral. Uno de ellos las
ofrendas de flores y frutas llevadas a la iglesia, junto, incluso, con
los instrumentos de labranza y hasta los animales de tiro,
acercados allí para ser bendecidos. Las remotas costumbres
suelen sobrevivir intactas o parciales. Las relativas al Jueves de
Corpus, hoy han quedado reducidas casi solamente, a llevar a
niñas y niños pequeños, ataviados como inditos, rememorando tal
vez, a los indígenas que asistían al templo en esa fecha, para
implorar ayuda para sí y sus animales.

Los pantaloncitos y la camisa bordada en brillantes colores, o las


falditas bordadas acompañadas de un reboso, que van a ser el
básico atuendo de los chiquitines, los diminutos huaraches y el
complemento indispensable del pequeño huacal y el sombrero de
petate, los niños pequeños van a quedar convertidos en graciosos
inditos. Las niñas con sus trenzas restiradas y entretejidas con
estambres convertidas en gentiles inditas, al cuello lucen sartas de
collares, llevan en la mano frágiles jaulitas o canastas donde pían
desconsolados pollitos recién nacidos, que, merced al ajetreo del
día, apenas sobreviven.

Si esta fiesta en todos lados de México se ve iluminada con el


colorido del folklore mencionado, cabe destacar el especial
lucimiento que presenta la catedral metropolitana. El inmenso
atrio acoge esa multitud de niños, fieles y curiosos que se
arremolinan a las entradas, y al repique de campanas salen
volando de las torres, bancadas de palomas.
Entre los múltiples vendedores ambulantes, destacan los de los
puestos de mulitas, las hay de todos tamaños, la mayor parte con
sus cuerpos y patas de carrizo; pero también hay mulitas de barro
y de vidrio, con huacales rebosantes de estilizadas frutas. Son
particularmente populares las mulitas miniaturas, prodigio de
curiosidad y paciencia, montadas sobre un alfiler. ¿Y cuál es el
origen de estas simpáticas mulitas? Tal vez arranque del recuerdo
de las jornadas de los arrieros, que transitaban con sus recuas por
toda la República, llevando las más diferentes cargas en calidad de
primicias, para entregar a su parroquia; depositaban allí los
costales de maíz o de chiles, o quizás algún rosado lechoncito. Y
una vez cumplido su compromiso, recibían una especial bendición
para sus futuras cosechas.

Cristo Rey: (Último domingo de octubre)


Al instituir la fiesta de Cristo rey, Pío XI no ha pretendido sino proclamar
solemnemente la realeza social de nuestro Señor Jesucristo sobre el
mundo. Rey de las almas y de las conciencias, de las inteligencias de las
voluntades, Cristo lo es también de las familias y de las ciudades, de los
pueblos y de las naciones; en una palabra, Rey de todo el universo.
Como lo ha demostrado Pío XI en su encíclica Quas primas, del 11 de
diciembre de 1925, el laicismo es la negación radical de esta realeza de
Cristo: al organizar la vida social como si Dios no existiese, engendra la
apostasía de las masas y conduce a la ruina de la sociedad.

Toda la misa y el oficio de la fiesta de Cristo rey son una proclamación


solemne de la realeza universal de Cristo contra el laicismo de nuestro
tiempo. La misa comienza con una de las visiones más hermosas del
Apocalipsis, en que el Cordero de Dios, inmolado pero ya victorioso en la
gloria, es aclamado por la muchedumbre innumerable de los ángeles y
de los santos. Señalado para el último domingo de octubre, hacia el final
del ciclo litúrgico y justamente en vísperas de la fiesta de Todos los
santos, la fiesta de Cristo rey se presenta como el coronamiento de
todos los misterios de Cristo y como la anticipación, en el tiempo, de la
realeza eterna que ejerce sobre todos los elegidos en la gloria del cielo.
La gran realidad el cristianismo es Cristo resucitado reinando con todo el
esplendor de su victoria en medio de los elegidos, que son su conquista.
La fiesta de Cristo rey es una fiesta del Señor: en la misa, se omite la
conmemoración del domingo.
En todas las iglesias se lee en este día el acto de consagración del
género humano al Sagrado Corazón de Jesús.
El Papa Pío XI, al instituir la fiesta de Cristo Rey, se digno justificar la
oportunidad de la fecha de su celebración con estas palabras: “Nos
pareció también muy oportuna esta celebración en el último domingo
del mes de octubre, en el cual se cierra casi el año litúrgico, pues así
sucederá que los misterios de la vida de Cristo conmemorados en el
curso del año, terminen y reciban coronamiento de esta solemnidad de
Cristo Rey; y antes de celebrar la gloria de todos los santos, se
celebrará y se exaltará la de aquel que triunfa en todos los santos y
elegidos.” (Encíclica Quas primas, 11 de diciembre de 1925).
1.4.3 ETNOCENTRISMO

El etnocentrismo es la actitud o punto de vista por el que se


analiza el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura
propia. El etnocentrismo suele implicar la creencia de que el grupo
étnico propio es el más importante, o que algunos o todos los
aspectos de la cultura propia sean superiores a los de otras
culturas. Este hecho se refleja por ejemplo en los exónimos
peyorativos que se dan a otros grupos y en los autónomos
positivos que el grupo se aplica así mismo. Dentro de esta
ideología, los individuos juzgan a otros grupos en relación a su
propia cultura o grupo particular, especialmente en lo referido al
lenguaje, las costumbres, comportamientos, religión y creencias.
Dichas diferencias suelen ser las que establecen la identidad
cultural.

El concepto de etnocentrismo en las ciencias culturales como la


discriminación William Graham Summer en el libro "Folkways"
publicado en 1906, combina la creencia en que la propia cultura es
superior a otras, junto con la práctica de juzgar otras culturas con
los estándares de una cultura específica. El "etnocentrismo" puede
ser entendido como un universal humano en la medida en que
puede ser ejercido por los miembros de cualquier raza, sociedad o
grupo. En este sentido, la gente o los pueblos en diferentes
culturas tienden a describir las creencias, las costumbres y los
comportamientos de su propia cultura en términos
estereotípicamente positivos, mientras que las costumbres y
creencias de las otras son descritas negativamente.

En situaciones donde se presentan conflictos entre culturas, las


creencias etnocéntricas de superioridad son usualmente
vinculadas a sentimientos de desconfianza y temor, así como
también se relacionan con acciones que son diseñadas para limitar
el contacto con miembros del otro grupo y para ejercer
discriminación. En medio de conflictos culturales violentos, el
etnocentrismo es acompañado por xenofobia, discriminación,
prejuicios, separación física de los grupos y una presencia
recurrente de estereotipos negativos hacia el otro. Este concepto
se relaciona así con el trabajo de Michel Foucault sobre la
dinámica del discurso y del poder en la representación de la
realidad social, en la medida en que el etnocentrismo, como un
orden de discurso propio de un grupo específico, "produce unos
modos permisibles de ser y pensar al tiempo que descalifica e
incluso imposibilita otros".

Se ha propuesto que existen diversas formas de etnocentrismo,


entre ellas estarían:

Etnocentrismo invertido, pensar que la propia cultura es inferior a


otras y resulta un obstáculo para la prosperidad o el desarrollo
personal. Etnocentrismo racial, pensar que los miembros de la
propia cultura o etnia tienen una dotación genética que les hace
superiores o mejores para el desarrollo de la civilización.

Etnocentrismo lingüístico, pensar que la lengua propia es más


compleja, sutil y adecuada para el pensamiento que la lengua de
otros pueblos que pueden resultar bárbaras, rudas o faltas de
expresión o flexibilidad para ciertos fines.

Etnocentrismo religioso, pensar que la propia creencia religiosa es


superior a otras en el sentido de que es la única verdadera, siendo
el resto de prácticas y creencias idolatría.

El etnocentrismo es la tendencia de la forma de pensar que la


cultura propia es la adecuada y mejor que otras culturas.
Las prácticas de nuestra cultura son consideradas
normales y lógicas, en cambio el comportamiento de las
otra cultura es poco entendible. Algunos problemas con el
etnocentrismo es impedir desarrollar la habilidad para vivir en
otra situación cultural. Si no puedes comer la comida
de otra cultura...puede ser un hecho intolerable. Si pretendes
que tus amigos nativos asuman tu forma de vida...estarás solo.
Tus ideas sobre cómo debe ser la etiqueta observar puede
alejar a muchos. En cualquier caso, hay una distancia
directamente proporcional entre mi insistencia en mantener las
normas de mi país de origen y la distancia social entre yo y mis
anfitriones. El relativismo cultural es un antídoto contra el
etnocentrismo, es el hecho de entender y juzgar un
comportamiento cultural acorde con los propios valores y normas
de la cultura donde está sucediendo. Es otorgar a la cultura
anfitriona las mismas presunciones de efectividad que a la nuestra
propia.

Sin duda, el etnocentrismo es también el origen del racismo, tal y


como este término se entiende en su original acepción biologista,
basada en el color de la piel y en el fenotipo. Lo que ha ocurrido
después en la historia, es decir, los repetidos ciclos de dominación
de unos pueblos sobre otros, que culminan con la hegemonía
eurocéntrica a partir del proceso colonialista de los siglos XVI al
XIX, constituye un abanico de desarrollos posibles de aquella
primigenia práctica etnocentrista por medio de la cual las primeras
diferenciaciones (y, a veces, fusiones) tuvieron lugar, dando
origen a pueblos, civilizaciones y religiones en constante
confrontación.

Todo esto no se dice para justificar el etnocentrismo ni el racismo,


sino para explicar un fenómeno humano generalizado por medio
del cual se ejerce la cohesión social, la legitimación política y la
identidad: me refiero el prejuicio cultural, étnico, racial, sexual y
otros. El prejuicio es un resultado directo del etnocentrismo, es
decir, de las prácticas ideológicas (culturales) que los grupos
humanos realizan para mantenerse unidos, legitimarse ante otros
y darse identidad. Y a pesar de que en todas las sociedades
multiculturales ha habido intentos de alcanzar la igualdad de los
individuos ante la ley, siempre, como dice Orwell, han surgido
grupos “más iguales que otros”, y esto incluye por supuesto a
todas las formas concretas de la democracia. En otras palabras, el
prejuicio ha sobrevivido a todo intento de erradicarlo.

A fines del siglo XIX, los relativismos culturales empiezan a


ganarle terreno a las nociones antropológicas eurocéntricas
(racistas), y las ideas ilustradas culminan en utopías políticas
(capitalistas y socialistas) que buscan una convivencia en la que
las diferencias culturales, étnicas, raciales, sexuales y demás,
puedan hacerse a un lado al darle prioridad a una Ley que iguale a
todos en su calidad de ciudadanos. En otras palabras, la identidad
política (nacional) pretende subsumir las identidades
etnoculturales, sexuales y demás. Pero en estos intentos ha
quedado a la vista que los etnocentrismos y su universo de
prejuicios; los racismos y sus polaridades supremacistas-
victimistas; así como las interdiscriminaciones de todo tipo, siguen
cumpliendo las mismas funciones que originalmente cumplían: es
decir, las de cohesión, legitimación e identidad. Allí están el
mundo musulmán y los nacionalismos de los Balcanes, la antigua
Unión Soviética y España para probarlo.

Existen posibilidades de convivencia pacífica interétnica,


intercultural e interracial, de eso no me cabe la menor duda. Pero
no creo que por la vía de exacerbar la polaridad victimismo-
suprema cismo se pueda lograrlo. De esto hablaremos el martes.

Ejemplos de etnocentrismo

1. La conquista de América. La relación de violento irrespeto y


trato esclavizante que los colonos europeos dieron a los
aborígenes americanos durante la conquista del continente, es un
caso extremo de etnocentrismo, cuando no simplemente de
racismo. Los conquistadores ignoraron la presencia de las
complejas culturas aborígenes y les impusieron su religión, lengua
y modus vivendi.

2. La Conquista del Desierto de Argentina. Se llama así a una


campaña de guerra contra las tribus indígenas (ranqueles,
mapuches y tehuelches) de la Patagonia argentina, llevada a cabo
por el Estado durante 1878-1885. Los occidentales consideraron el
territorio indígena como “desierto” y a los pobladores como
“salvajes”, lo cual justificaba su exterminio sistemático desde una
perspectiva radicalmente etnocéntrica.

3. El exterminio nazi. A partir de una visión etnocéntrica de


privilegio de la raza aria y de los pueblos germanos por encima de
los demás, los nazis alemanes impusieron crueles restricciones de
vida a los ciudadanos judíos bajo su gobierno, lo cual llegó a su
punto climático en los campos de exterminio donde masivamente
se ejecutaba a las “razas inferiores” en un
caso grotesco de darwinismo social.

4. La yihad islámica. La “Guerra Santa” que grupos radicales


islámicos afiliados al terrorismo de ISIS (Estado Islámico)
emprendieron contra Occidente durante la primera década del
2000 es otro caso de extremo etnocentrismo, pues los fanáticos
pretenden aplicar su código religioso al mundo entero.

5. El cine de Hollywood. Muchas superproducciones fílmicas


norteamericanas encubren profundos preceptos etnocéntricos, al
imaginar constantemente un mundo bajo asedio de fuerzas
naturales o extraterrestres y dependiendo casi exclusivamente de
la organización y la política norteamericanas. En estos filmes se
habla del mundo como si equivaliera a los EE.UU.

6. La frontera mexicano-norteamericana. A pesar de haberle


arrebatado un alto porcentaje de su territorio durante el siglo XIX,
la frontera entre los Estados Unidos y México encarna un dilema
etnocéntrico en que se asocia a los latinoamericanos con un cierto
exotismo, pero se menosprecian sus reclamos históricos y sus
derechos humanos, cuando estos buscan franquearse paso como
ilegales en un mejor país.

7. La crítica literaria. A menudo se incurre en interpretaciones


etnocéntricas cuando se restringe a las producciones literarias de
los países periféricos que sirvan como alegoría o como postal de
las condiciones reales en que se encuentra su nación; mientras
que a los artistas europeos o norteamericanos se les aborda desde
una perspectiva universalista.

8. La RAE. A pesar de que el 90% de los hablantes del español se


encuentran en América, la Real Academia Española insiste, cada
vez con menos eficacia, en regular la utilización del español y
ejercer un control de una lengua que ya no pertenece
exclusivamente a España.

9. Eurocentrismo cultural. Muchos discursos hegemónicos ubican


a Europa como la cuna del arte en Occidente, y sus formas como
vanguardia y como Bellas Artes, mientras que las de otras
naciones, consideradas periféricas, son siempre tenidas como
“manifestaciones artísticas”, una notoria subcategoría.
10. El genocidio de Ruanda. En 1994 una de las dos
vertientes de la etnia banyaruanda de esta nación africana, los
hutus (mayoría), intentó exterminar a la otra, los tutsis (minoría),
a través de un genocidio orquestado desde las instancias del
gobierno hegemónico de los primeros. Esto costó alrededor de un
millón de víctimas violentas, a pesar de no existir criterios raciales
ni lingüísticos que distancien a estos dos estamentos.

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